Tipos de erupciones El grueso de volumen de las Islas está conformado por magmas básicos, cuya principal característica es su poca viscosidad. Se trata de magmas fluidos y que liberan los gases sin dificultad, haciendo que las lavas salgan con gran facilidad y sin provocar grandes explosiones. En este tipo de erupciones la presencia de piroclastos es poco importante, predominando la emisión de lavas en formas de coladas de color oscuro. Son las denominadas erupciones básicas o efusivas. La Conocida como ‘Tarta’ en Las Cañadas del Teide. Muestra la superposición de coladas de diferentes materiales. (DM) Cuando la viscosidad y el contenido en sílice es muy elevado, hablamos entonces de magmas ácidos. Este tipo de magma retiene una gran cantidad de gases, por lo que provoca un aumento de la presión que da lugar a fuertes explosiones. Hablamos de erupciones explosivas. Aquí se desprenden grandes volúmenes de piroclástos, que por su elevada temperatura y contenido en gases, fluyen por el terreno a gran velocidad, ocupando amplias extensiones alrededor del punto de emisión, como ocurre en la parte sur de Gran Canaria y de Tenerife. En el Archipiélago, es frecuente que los fenómenos volcánicos presenten ambas características de manera alterna, es decir, fases explosivas y fases efusivas. Cuando el magma en su ascenso hacia la superficie entra en contacto con agua, se produce un caso extremo de explosividad. Ello está motivado a que el agua al aumentar de temperatura pasa a estado gaseoso, contribuyendo a aumentar la presión sobre las paredes de la chimenea del volcán, dando lugar a fuertes explosiones que rompen los materiales que cierran el conducto. En este caso hablamos de erupciones hidromagmáticas. En Canarias son numerosos los ejemplos de este ‘hidrovolcanismo’ como Montaña Amarilla en La Graciosa, las calderas de Montaña Clara y Alegranza, la Hoya del Verodal en el Hierro, la Caldera de Rey en Tenerife, o el volcán de El Golfo en Lanzarote. El Golfo, en Lanzarote, es un buen ejemplo de erupción hidromagmática. (SG) Los tubos volcánicos, un ejemplo de las formas resultantes Una de las estructuras volcánicas más características de nuestro Archipiélago son los canales y tubos volcánicos. Están ligados a las erupciones efusivas. Se forman cuando una colada que se desplaza por una ladera se enfría, comenzando a solidificarse tanto la zona más externa, al entrar en contacto con el aire, como la zona que entra en contacto con la tierra. La lava sigue discurriendo entre ambas capas solidificadas. Si la pendiente es pronunciada, lo normal es que al finalizar la actividad volcánica el tubo quede vacío. Conocidos por su espectacularidad y longitud, son los tubos volcánicos del volcán de la Corona, en Lanzarote, y la Cueva del Viento, en Tenerife. Estas magnificas formas volcánicas, suelen quedar ocultas, hasta que por cualquier motivo se rompe la capa superior formando un jameo, dejando al descubierto el interior del tubo volcánico. Un magnifico ejemplo son la Cueva de Los Verdes y los Jameos del Agua en Lanzarote.