1 INTRODUCCIÓN Antonio José Cavanilles (1745−1804), naturalista español, contribuyó al conocimiento de las floras ibérica y sudamericana durante la ilustración. Nació en Valencia en el año 1745. Fue ordenado sacerdote y se dedicó a la docencia. Se trasladó a París en 1777 donde estudió botánica con Antoine Laurent de Jussieu y conoció los últimos descubrimientos científicos. Mientras otros botánicos españoles del siglo XVIII, como Mutis y Ruiz y Pavón realizaron su labor en América, Cavanilles recorrió toda la península Ibérica e inventarió la flora española. Realizó aportaciones relevantes, describió varias especies nuevas y elaboró un tratado de seis volúmenes: Icones et descriptiones plantarum quae aut sponte in Hispaniae crescunt, aut in hortis hospitantur (1791−1804). Como la mayoría de los botánicos españoles del siglo XVIII era seguidor de Linneo, pero en este tratado introdujo ligeras modificaciones a su clasificación, ya que pasó de 24 clases de plantas a 15 clases. También estudió la morfología de las flores y realizó investigaciones sobre la agricultura y costumbres valencianas, como se recogen en su obra: Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reino de Valencia (1795−1797). En 1801 fue nombrado director del Jardín Botánico de Madrid, ciudad en la que falleció. 2 HISTORIA La fundación del Real Jardín Botánico fue ordenada por el rey Fernando VI en 1755. Inicialmente estuvo localizado en la llamada Huerta de Migas Calientes y su primera colección estuvo integrada por las más de 2.000 plantas aportadas por el botánico José Quer Martínez. Además de Quer, dos de los mayores impulsores de su temprano esplendor fueron el botánico Hipólito Ruiz, quien, junto a José Antonio Pavón, realizó la Expedición Botánica al Perú (1777−1778) para la búsqueda e identificación de nuevas especies vegetales, así como Casimiro Gómez Ortega, primer catedrático del Real Jardín (interino desde 1771, titular desde 1772) y que realizó su primer inventario (Índice de las plantas que se han sembrado en el Real Jardín Botánico, 1772). En 1781, durante el reinado de Carlos III, fue instalado en su actual emplazamiento, en el madrileño Paseo del Prado. En el proyecto de diseño de su nueva estructura tuvieron una destacada participación los arquitectos Francesco Sabatini y Juan de Villanueva. Su reorganización técnica y científica corrió a cargo del propio Gómez Ortega, responsable del Jardín durante 30 años. Desde sus mismos orígenes, el Jardín no cumplió sólo la mera función de exhibición de plantas. La enseñanza de la botánica, la promoción de expediciones para el descubrimiento de nuevas especies, así como su catalogación, fueron objetivos prioritarios. Pese a que durante los primeros años del siglo XIX su esplendor no decayó (siempre estuvieron ligados a él los más insignes nombres de la botánica española, como Antonio José Cavanilles, su director desde 1801), la guerra de la Independencia española supuso un contratiempo del que el Jardín no se recuperaría hasta 1857. Nuevas reformas, acometidas ese año por su entonces director, Mariano de la Paz Graells, le devolvieron su anterior prestigio. La pérdida de 2 ha de su espacio en 1882 (necesarias para la construcción del edificio que en la actualidad alberga el Ministerio de Agricultura) y las consecuencias de un violento ciclón (que cuatro años más tarde asoló gran número de sus árboles más valiosos) significaron dos duros golpes para el Jardín en los últimos años de aquel siglo. Pese a que en 1939 pasó a depender del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y a ser declarado Jardín Artístico en 1942, el olvido del que fue objeto durante las siguientes décadas condujeron a su cierre en 1974. Tras una profunda reestructuración y reorganización, fue reinaugurado en 1981. 1