INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) Ramiro Martínez-Pardo del Valle Francisco Javier Zapata Cirugeda Gloria Hernández Aler Alfredo Jiménez Fernández 1. EL OBSERVATORIO inicio de este periodo de crisis luchar de forma coordinada para resolverla y evitar que pudiera volver a ocurrir algo similar. Hemos sufrido, por tanto, varias crisis y en ámbitos diferentes –hipotecario, economía real, financiero, deuda pública y divisas– que han convivido y se han ido solapando en los últimos años. Y todo ello en un contexto político que ha ido evolucionando desde posiciones unánimes sobre la necesidad de actuar firmemente y de forma coordinada contra las causas y efectos de la crisis (G 20, Consejo de Estabilidad Financiera, planes de rescate financiero y de estímulos a la demanda), hacia actuaciones descoordinadas y faltas de consenso sobre la mejor fórmula a aplicar –consolidación fiscal o estímulos al crecimiento–, políticas proteccionistas, guerra de divisas, y propuestas de regulación que lejos de seguir el guión apuntado al inicio de la crisis se están abordando de forma desigual y a ritmos diferentes en las distintas áreas geográficas. En estas circunstancias, el Observatorio, que fue creado en el año 2006 por la Fundación de Estudios Financieros (FEF) como un foro permanente de seguimiento de los logros del Plan de Acción de los Servicios Financieros («PASF»), ha ido adaptándose en sus distintas ediciones a la propia evolución de los acontecimientos y ha cambiado el enfoque de sus trabajos para centrarse en la valoración de la nueva agenda regu- Esta edición del Observatorio sobre la Reforma de los Mercados Financieros Europeos («el Observatorio») se presenta en un momento en el que desde diferentes foros proliferan propuestas políticas, económicas y normativas tendentes a resolver las profundas consecuencias de la crisis iniciada hace ahora más de tres años. O más bien, de las diferentes crisis que hemos vivido en este periodo. La crisis que surgió con el estallido de la burbuja hipotecaria causada por una política monetaria laxa prolongada en el tiempo, continuó con una fuerte elevación de los precios de las materias primas que hizo pensar en la posibilidad de que se iniciase un periodo de estancamiento con inflación. Ambas circunstancias tuvieron un impacto negativo en el sistema financiero, que sufrió problemas de liquidez y posteriormente de solvencia, y en la economía real, con el consiguiente empobrecimiento de la población. Posteriormente, los importantes déficits acumulados como resultado de las ayudas públicas otorgadas a las entidades financieras en apuros, introdujeron dudas sobre la capacidad de pago de las deudas soberanas y, en estos momentos, estamos asistiendo a importantes disputas cambiarias entre países que se habían propuesto al 13 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) latoria surgida de la crisis y de la situación de convulsión vivida por los mercados. Por esta razón, esta quinta publicación del Observatorio, que ve la luz en un entorno en el que se plantean muchas controversias sobre el camino a seguir para consolidar la tímida mejoría que se empieza a vislumbrar tras un periodo prolongado de desequilibrio global y nulo crecimiento, se centra en el seguimiento de las medidas ya adoptadas para consolidar la incipiente recuperación, que son pocas, y de las propuestas normativas pendientes de materializar, que son muchas. Como veremos en el transcurso de este trabajo, han sido escasos los avances alcanzados respecto a la edición anterior en materia normativa. Hay, sin embargo, numerosas iniciativas, en fase de consulta o bajo la forma de propuestas de regulación, que aún tardarán algún tiempo en madurar. No obstante lo anterior, no se ha olvidado el propósito inicial del Observatorio y, en consecuencia, se da continuidad en esta ocasión al estudio, iniciado en el año 2008, sobre el grado de consecución del objetivo perseguido desde hace tanto tiempo de creación de un mercado financiero único en la Unión Europea («UE»). En este sentido, esta edición incluye el tercer informe elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas1 (IVIE) sobre el nivel alcanzado en el proceso de integración financiera europea. El análisis se fundamenta en un amplio conjunto de indicadores, cuya serie se extiende hasta el año 2009, y ofrece conclusiones sobre la integración, competencia y eficiencia de los mercados e intermediarios y sus efectos sobre el crecimiento económico. Por último, es relevante mencionar que el cierre de este estudio coincide con la reunión de los representantes del G 20 en Seúl, en la que se han respaldado los trabajos del Comité de Basilea y el programa del Consejo de Estabilidad Financiera en materias relevantes pendientes como son el riesgo sistémico y la gestión de las crisis, no obstante, queda un largo camino por recorrer para culminar la aplicación de las medidas concretas, que deberán ser elaboradas y adoptadas por las correspondientes instituciones internacionales y nacionales. 2. CONTENIDO DE LA PRESENTE EDICIÓN Al igual que en las ediciones previas de este Observatorio, junto al presente trabajo de resumen y conclusiones, se incorporan tanto el informe del IVIE, ya mencionado, como diversos artículos y colaboraciones en las que varios expertos en las diferentes materias sobre las que han surgido en el último año nuevas iniciativas y propuestas de regulación, o sobre las que se han producido avances, realizan el análisis de su contenido y aportan valoraciones sobre su oportunidad e impacto en los mercados. El capítulo introductorio2 examina y ofrece conclusiones sobre las reformas financieras en curso impulsadas por el G 20. Su autor describe las causas principales de la crisis global que deben ser contrarrestadas con las medidas a proponer por el Comité de Basilea y por el Consejo de Estabilidad Financiera. En este sentido, analiza las medidas propuestas y aquellas otras que no han sido abordadas pero que, a su parecer, deberían haberlo sido. En su opinión, el retraso en varios años de la entrada en vigor de varias de las medidas que todavía están en proceso de aprobación (en particular los acuerdos de Basilea III), no es preocupante sino prudente, y permite que las discusiones se tomen su tiempo. Una reflexión relevante de este estudio es que es de gran importancia que se lleven a cabo las medidas propuestas por el G 20 y que, en el caso de que no se alcancen acuerdos satisfactorios en este momento, se mantengan en fase de estudio hasta 1 «Observatorio sobre la Integración Financiera en Europa: análisis del caso español» Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) bajo la dirección de Joaquín Maudos. 2 Ver contribución de Miguel Boyer Salvador «Las Reformas Financieras del G 20. Resumen y Observaciones». 14 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO nes recogidos en los artículos de los colaboradores, por lo que se recomienda, para su mejor comprensión, la lectura completa del conjunto de los trabajos que se acompañan. que puedan ser adoptadas. Lo que está en juego es si los grandes desastres sufridos tras esta crisis seguirán amenazándonos permanentemente, o si hemos aprendido la lección y estamos dispuestos a aplicarla. En los capítulos siguientes, diversos colaboradores valoran la respuesta regulatoria a la crisis en los principales ámbitos en los que se centra la reforma financiera. Entre los temas que se tratan se encuentran el examen de los últimos avances hacia el nuevo modelo de supervisión financiera europea, cuyos pilares han sido divulgados muy recientemente, y la evaluación de sus retos más significativos. Las diferentes propuestas de regulación de las entidades de crédito también son abordadas en este estudio, tanto las que se refieren al reforzamiento de su solvencia y liquidez, como las relativas a los colchones contracíclicos, a la mejora en la calidad de su capital y a otras cuestiones tales como el análisis de los instrumentos jurídicos adecuados para llevar a cabo la reestructuración de las entidades bancarias. También se incluyen en esta edición otro conjunto de artículos que tratan ciertos aspectos que necesitan una mayor armonización para lograr el objetivo del mercado financiero único europeo. Entre ellos, los referidos a las iniciativas de la Comisión Europea («CE») para: (i) incrementar la protección de los inversores en la adquisición de productos financieros empaquetados (PRIPS), (ii) regular determinados aspectos de los derivados OTC, (iii) mejorar la transparencia en los mercados regulados y en los sistemas multilaterales de negociación, (iv) limitar los posibles efectos negativos de las ventas en corto sobre la formación de los precios y (v) implantar las propuestas sobre el préstamo hipotecario responsable. Por último, el estudio explora el papel de los Centros Financieros como aglutinadores del elevado número de participantes en la actividad financiera y nuevos catalizadores de la competitividad y la vertebración de los mercados globales. Los comentarios y recomendaciones de este informe y sus conclusiones, tienen su fundamento, en su mayor parte, en los análisis y valoracio- 3. INDICADORES DE INTEGRACIÓN, DESARROLLO, COMPETENCIA Y EFICIENCIA EN LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS Esta es la tercera edición del informe del IVIE en el que se valoran los avances hacia el objetivo de construcción del mercado único europeo y la posición del sistema financiero español en ese contexto. El alcance temporal del estudio se extiende al periodo 1999-2009, es decir se inicia el año del nacimiento del euro y del arranque del PASF. El análisis se fundamenta en un amplio conjunto de 71 indicadores que abarcan, además del grado de integración financiera, la competencia y eficiencia de los mercados e intermediarios financieros y sus efectos sobre el crecimiento económico. En el contexto actual de crisis económicofinanciera, el principal valor añadido del trabajo es el análisis de las consecuencias que el entorno adverso ha tenido en el grado de integración y su incidencia en el crecimiento económico. En este sentido, se analiza si el retroceso observado en el año 2008 ha continuado en 2009 y, en caso afirmativo, si ha restado puntos porcentuales al crecimiento del PIB. PRINCIPALES CONCLUSIONES DEL PROCESO DE INTEGRACIÓN FINANCIERA A. La crisis ha tenido un impacto negativo sobre la integración financiera, si bien en la segunda mitad del año 2009, se observa que el efecto negativo se ha ralentizado en algunos mercados en un contexto de mayor estabilidad financiera. La vuelta a una situación de cierta normalidad en los mercados financieros en el año 2009, se 15 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) explica, en gran medida, por las acciones llevadas a cabo por el Eurosistema y la CE, determinadas en los acuerdos internacionales aprobados en las dos cumbres del G 20 celebradas en 2009, con objeto de estimular las economías y mejorar la estabilidad financiera. En el primer caso, el Banco Central Europeo adoptó importantes medidas excepcionales para mejorar la estabilidad financiera. Acciones como el alargamiento en el vencimiento de sus operaciones de financiación (llegando a plazos de 12 meses), la llamada «barra libre» de liquidez (full allotment), la adjudicación de liquidez a tipos fijos y reducidos y la ampliación de la lista de activos elegibles como colateral, han dado sus frutos en términos de estabilidad financiera y de soporte al crecimiento económico. Y en el caso de la CE, la revisión del proceso Lamfalussy y la aprobación de las propuestas del grupo de Larosière en materia de supervisión y estabilidad financiera publicadas en febrero de 2009 (donde destaca la propuesta de supervisión basada en dos pilares, micro y macro prudencial, y la creación del Sistema Europeo de Supervisores Financieros –ESFS en sus siglas en inglés– y del Comité Europeo de Riesgo Sistémico –ESRB–), son medidas dirigidas a favorecer la estabilidad financiera y la eliminación de las barreras a la integración. B. Aunque las medidas implementadas para afrontar la crisis han permitido recuperar parte del retroceso en el grado de integración ocurrido en el año anterior, no se ha vuelto a los niveles existentes antes de la crisis. No obstante el grado de integración varía en función del mercado financiero analizado, siendo mayor en los mercados mayoristas que en los minoristas. En los mercados monetarios, la dispersión en tipos de interés entre países se ha reducido, aunque el aumento observado en el sesgo doméstico de las operaciones realizadas, muestra que la crisis ha dejado huellas en el grado de integración. En el mercado de bonos, la crisis ha provocado un aumento de los spreads con respecto al bono alemán, sobre todo en países como Grecia e Irlanda, que han alcanzado sus mayores niveles ya entrado el año 2010. En el caso de los bonos corporativos ha continuado la caída en las tenencias de activos crossborder, lo que es un indicador del retroceso en la integración. En los mercados de capitales, la crisis apenas ha impactado en el grado de integración, dada la elevada correlación existente en las rentabilidades bursátiles y el aumento en la tenencia de títulos emitidos por otros países del área del euro. Sin embargo, las diferencias entre países en las rentabilidades implícitas de sus índices bursátiles han seguido aumentando durante el año 2009. En los mercados bancarios, la caída en la actividad transfronteriza, el aumento del sesgo doméstico y el crecimiento en la dispersión de tipos de interés entre países que ha tenido lugar en 2009, son muestra inequívoca del retroceso en la integración. C. El elevado nivel de deuda del sector privado de la economía española y el aumento de la dependencia externa de nuestro sector bancario son dos de los retos a los que nos enfrentamos en esta coyuntura de crisis. A pesar del crecimiento de la tasa de ahorro de los hogares españoles y del esfuerzo por reducir deuda por parte de las empresas, la posición financiera neta negativa de la economía española sigue siendo muy elevada (91% del PIB) lo que obliga a incrementar el endeudamiento externo. En concreto, y sin considerar la deuda pública (que alcanzó en diciembre de 2009 el 55% del PIB), la deuda privada del sector no financiero alcanzó a finales de 2009 un nivel equivalente al 226% del PIB, frente al 160% de la eurozona. Es en el sector de las empresas no financieras y en los hogares donde la deuda española es superior a la zona del euro. Si bien la deuda externa de nuestra economía es elevada (1,78 billones de euros), en términos relativos al PIB el nivel es reducido en comparación con otros países europeos. En particular, a finales de 2009 la deuda externa española alcanzó el 169% del PIB, frente a valores del 999% en Irlanda, 415% en el Reino Unido, 407% en Holanda y Portugal o 193% en Francia. Lo que 16 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO preocupa en estos momentos es que una parte importante de esa deuda (en concreto el 45% del total) corresponde a las instituciones financieras, lo que implica que uno de los retos principales de la banca española sea hacer frente a vencimientos de deuda de elevada cuantía. D. España es uno de los países de la UE-15 que ha experimentado un mayor crecimiento en el tamaño de los mercados financieros en la década 1999-2009. A pesar de la crisis, España sigue siendo uno de los países de la UE-15 que ha experimentado un mayor crecimiento en el tamaño de los mercados financieros desde 1999, lo que explica que a finales del año 2009 su capitalización total (en porcentaje del PIB) se sitúe muy por encima de la media europea (469% frente a 316% en la eurozona). Tras el fuerte impacto inicial de la crisis, en el año 2009 se ha producido una recuperación en los niveles de capitalización de las economías europeas, que también se ha manifestado con mayor intensidad, en España. Uno de los mercados financieros que se ha visto más adversamente afectado por el impacto de la crisis es el mercado del crédito bancario. En España, las caídas en el crédito se sitúan por debajo de la tasa de contracción del PIB, por lo que el peso relativo sobre el PIB ha aumentado un 4,7%. En cambio, para la media de los países de la zona del euro, la contracción del crédito ha sido de una intensidad similar a la del PIB, por lo que el ratio crédito/PIB sólo ha aumentado un 0,4%. E. Los efectos de la crisis se han dejado notar en el desarrollo financiero pero España sigue siendo uno de los países que más se ha beneficiado de la integración financiera europea. En un contexto de crisis que en el ámbito financiero se refleja claramente en forma de reducción de la capitalización total de las economías, el desarrollo financiero se ha resentido, restando puntos de crecimiento al PIB. Contribución al crecimiento del PIB En el periodo que transcurre desde la puesta en marcha del PASF hasta finales de 2009, la contribución del desarrollo financiero (medido por el nivel de capitalización en relación al PIB) al crecimiento del PIB en la zona euro es de 0,15 puntos porcentuales al año, lo que explica el 12% del crecimiento económico. En España, la contribución del desarrollo financiero al progreso de la economía es más de cuatro veces superior (0,65 pp), explicando el 25% de la tasa de crecimiento del PIB. CUADRO 1. CONTRIBUCIÓN ANUAL DEL DESARROLLO FINANCIERO AL CRECIMIENTO DEL PIB (pp) aumento en el valor de la capitalización en 2009 (+10,6%) ha permitido recuperar por completo la fuerte caída experimentada en 2008 (-9,24%). Si nos centramos en el periodo de crisis 2007-2009, la contribución del desarrollo financiero al crecimiento del PIB es prácticamente nula en la eurozona (0,02 pp), si bien el 17 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) En España, sin embargo, la contribución del desarrollo financiero en estos dos años de crisis es muy superior a la media de la eurozona (en concreto, de 0,17 pp) dada la mayor recuperación de su capitalización total. actualización de la serie analizada el año pasado cuantifica en 0,023 pp al año el crecimiento del PIB asociado a la integración, lo que viene a explicar el 1,8% del crecimiento del PIB. En España, la contribución es un 30% superior (en concreto, 0,03 pp al año, si bien explica un menor porcentaje del crecimiento del PIB – el 1,2%– dada la mayor tasa media de crecimiento del PIB de la economía española, lo que confirma nuevamente el mayor efecto positivo de la integración sobre nuestra economía. Beneficio asociado a la integración Por lo que respecta al beneficio económico asociado al avance en el grado de integración, entre 1999 y 2009 y para la media del área del euro, la CUADRO 2. BENEFICIO ECONÓMICO ASOCIADO A LA INTEGRACIÓN FINANCIERA (pp) Con la crisis iniciada en el verano de 2007, el beneficio asociado a la integración se ha resentido si bien sigue siendo positivo. En concreto, frente a la contribución de 0,023 pp al año mencionada anteriormente, en el subperiodo 20072009, la aportación de la integración es de sólo 0,007 pp al año. Sin embargo, en España, aunque se reduce el beneficio asociado a la integración, la aportación en el mismo periodo es tres veces superior al promedio europeo, con una aportación anual al crecimiento del PIB de 0,021 pp al año. – Existen incertidumbres sobre las secuelas de la crisis sobre la integración europea. A pesar de cierta normalización que han vivido los mercados financieros en la segunda mitad de 2009 que ha permitido recuperar parte del terreno perdido el año precedente, en materia de integración financiera la situación actual está alejada de los niveles alcanzados antes de la crisis. La experiencia ha mostrado la importancia de llevar a cabo acciones coordinadas a nivel global en foros como el G 20, el Consejo de Estabilidad Financiera o la CE de donde deben emanar las reformas encaminadas a transformar la arquitectura financiera. Sin embargo, la crisis de la deuda soberana que ha tenido lugar en el año 2010 en algunos países europeos (principalmente Grecia e Irlanda) ha supuesto una nueva amenaza en el proceso de integración financiera hasta el punto de que hayan saltado las alarmas más catastrofistas de una hipotética desintegración del euro, lo que obligó a la UE a la creación de un fondo de estabilidad para posibles rescates. Aunque este fondo tiene vigencia hasta el año 2013, el rescate de Irlanda aprobado en noviembre de 2010 y las discrepancias iniciales existentes entre los distintos países de la UE respecto a la participación del sector privado en dicho fondo, han dado lugar a que se haya aprobado la creación de un Mecanismo Europeo de Estabilidad que sustituirá al 18 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO fondo de rescate actual (el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) y que auxiliará a los países con problemas a partir de 2013. En la definición de este nuevo sistema subsisten las divergencias sobre la posibilidad de que los acreedores privados participen en futuras intervenciones de países de la zona del euro. Si bien la existencia de este tipo de mecanismos es necesaria para devolver la confianza a los mercados, favorecer la estabilidad financiera y evitar nuevas crisis de deuda pública, habrá que esperar a su completo diseño y concreción para comprobar si dicha iniciativa será suficiente para volver a la senda de la integración financiera. bales, y con calendarios consensuados. En este marco se creó el Consejo de Estabilidad Financiera al objeto de dar impulso a las propuestas del G 20 y de otros organismos internacionales y se aportaron de forma generalizada fuertes estímulos y ayudas a las entidades más afectadas por la crisis. La agenda incluía reformas en todos aquellos ámbitos que se habían identificado como causantes de la crisis. Las agencias de calificación crediticia, los paraísos fiscales, los derivados OTC, las operaciones en corto en los mercados de valores, los hedge funds, la solvencia y liquidez de las entidades de crédito, las remuneración de los ejecutivos, el papel de los Consejos de administración en el control de los riesgos, la supervisión micro y macro de las entidades o la supervisión reforzada de las entidades sistémicas. A día de hoy todos estos temas han sido abordados en diversos foros y a distintos niveles. El G 20 continúa con las propuestas de la agenda iniciada dos años antes y mantiene su ambición en lo referente a la regulación financiera, pero los avances, plasmados en su concreción en normas aprobadas por las instituciones reguladoras, se han concentrado en unas pocas materias. El consenso inicial sobre los temas a regular y en la forma de hacerlo se ha ido diluyendo como consecuencia de intereses nacionales, de actitudes proteccionistas o de la resistencia de la industria lo que ha alejado las prioridades regulatorias de las diferentes áreas geográficas, mercados y foros involucrados en llevar adelante la agenda propuesta. No obstante lo anterior, es de destacar, en contraste con esta actitud general, el consenso alcanzado en el seno de G 20 para respaldar los Acuerdos de Basilea III en un periodo de tiempo que puede considerarse un hito dentro del proceso de reforma global. El hecho de que su entrada en vigor vaya a ser demorada por el temor a que se pueda ver afectada la recuperación, merece una opinión favorable porque de esta manera se hace posible su progresiva implantación. Como resultado de todo ello, muchas de las iniciativas planteadas inicialmente se mantienen 4. LA AGENDA REGULATORIA HACIA LA RECUPERACIÓN En la anterior edición del Observatorio se ponía de relieve como la respuesta a la crisis se plasmó, de una parte, en una vuelta a la actividad financiera más tradicional y básica por parte de las entidades (back to basis) y, de otra parte, en la aprobación de una extensa agenda regulatoria y en la búsqueda de nuevos sistemas de supervisión más eficaces. El número de iniciativas de regulación era, hace un año, tan abundante que podía bien afirmarse que nos encontrábamos a las puertas de una auténtica revolución en los mercados financieros. En esta nueva entrega del Observatorio se ha de valorar, por tanto, el desarrollo de aquellas iniciativas, así como de otras nuevas que se han planteado recientemente ya en un entorno de tímida recuperación. Asimismo, habrá de actualizarse el estado del proyecto de reforma de la supervisión financiera que, como se verá más adelante, se ha concretado en los meses inmediatamente precedentes. La agenda regulatoria configurada al inicio de la crisis, se desarrolló en un contexto de emergencia que hizo imprescindible trabajar de forma coordinada, para aplicar soluciones globales a los problemas detectados, también glo19 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) como proyectos o borradores de propuestas y otras han sido recientemente aprobadas, dos años después de haberse planteado la necesidad de su reforma, por lo que es pronto para valorar su posible impacto sobre la industria. El trabajo anterior del Observatorio utilizó como eje de su sistemática la agrupación de las iniciativas regulatorias analizadas en tres grupos en función de lo que se consideraba era la razón justificativa de su regulación; estos términos eran los de riesgo sistémico, transparencia y supervisión. Con la finalidad de acometer un seguimiento o revisión del estado de las iniciativas citadas y poder valorar su evolución y concreción, se seguirá esta misma sistemática en la presente edición del Observatorio. Adicionalmente, dado que en el momento actual se vislumbran algunos signos de recuperación que introducen nuevas reflexiones sobre la forma de consolidar este proceso incipiente, se ha creído oportuno añadir a los términos apuntados, dos nuevos conceptos que aglutinan las últimas tendencias de reformas normativas que se encuentran en curso. Estos términos son los de crecimiento financiero sostenible y enfoque de regulación global o, a los efectos de este trabajo, «supraeuropeo». Antes de entrar en el estudio de las nuevas propuestas de regulación, conviene poner de manifiesto que las distintas iniciativas se han agrupado en este trabajo en torno a alguno de estos conceptos pero ello no implica que éstos operen como compartimientos estancos sino que, muy al contrario, son conceptos que se entrecruzan entre sí. Es decir, una misma iniciativa de regulación puede incluirse tanto bajo el ámbito de la prevención del riesgo sistémico como de la transparencia o bien bajo el paraguas del desarrollo sostenible. Y a su vez, como se expondrá más adelante, la mayoría de los impulsos de cambio regulatorio, sin perjuicio de su oportuna concreción a nivel europeo, traen su origen de la nueva agenda global o «supraeuropea». Con esta idea, se examina y valora a continuación el estado de las distintas iniciativas en curso. 4.1. EL RIESGO SISTÉMICO Entre los proyectos de regulación que obedecen a la idea de prevenir riesgos sistémicos, podemos encuadrar la regulación de (i) los Hedge Funds (ii) los derivados OTC (iii) las ventas en corto y (iv) los nuevos requisitos de capital para las entidades de crédito y empresas de servicios de inversión. 4.1.1. LOS HEDGE FUNDS En noviembre de 2010 y después de un año y medio de negociaciones, el Parlamento Europeo ha dado finalmente luz verde a la primera directiva comunitaria que regulará a los gestores de los fondos de inversión alternativa, concepto que incluye no sólo a los «hedge funds» (fondos de inversión libre) sino también a los «private equity» (fondos de capital riesgo), fondos inmobiliarios o fondos sobre materias primas. Tras el voto positivo del Parlamento Europeo, únicamente resta la aprobación definitiva del texto por parte del Consejo. Una vez aprobada, los Estados miembros dispondrán de dos años para trasponer esta norma a sus legislaciones nacionales (enero 2013). La nueva norma tiene por objetivo controlar la actividad de los gestores de los fondos de inversión alternativa en aras a lograr una mayor estabilidad de los mercados financieros, garantizar su transparencia, así como facilitar la circulación en la UE de este tipo de producto. Dicho objetivo se articula a través de la exigencia de requisitos a los gestores de estos vehículos: – La obligación de autorización y registro con el supervisor. – El establecimiento de un capital mínimo y recursos propios mínimos. – La imposición de requisitos en materia de control de riesgos. – El establecimiento de obligaciones de información tanto frente a las autoridades supervisoras como respecto de los propios inversores. 20 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO Como contrapartida, se establece un pasaporte europeo que permitirá la comercialización transfronteriza de los fondos alternativos entre inversores profesionales en la UE. Este pasaporte se ampliará a los vehículos domiciliados fuera del territorio comunitario siempre que cumplan determinadas condiciones mínimas (normas internacionales en materia tributaria, acuerdos sobre blanqueo de dinero, etc.) a partir de 2015. Este último aspecto ha sido uno de los que mayor debate ha suscitado durante las negociaciones del texto debido a que varios Estados miembros se oponían a esta medida. La Directiva no sólo regula a los gestores sino también a otros proveedores de servicios como los depositarios, exigiendo que se designe siempre un responsable de las funciones de supervisión y custodia de los activos, cuya delegación en terceras entidades se sujeta a un régimen muy estricto. Se clarifica el régimen de responsabilidad en el supuesto de pérdidas de activos financieros gestionados por depositarios o sub-depositarios para evitar que se repitan fraudes financieros (como en el caso Madoff). Cuando los depositarios deleguen sus poderes, estarán obligados a firmar un contrato que permitirá que el fondo o su gestor puedan reclamar los daños a la entidad a la que fueron delegadas las funciones. Por último, cabe mencionar dos medidas que no estaban incluidas en el texto de la Comisión y que han sido introducidas a iniciativa del Parlamento Europeo en el texto final: (i) la limitación de la remuneración de los gestores para evitar riesgos excesivos y (ii) en materia de capital riesgo, el establecimiento de medidas para dificultar la compra especulativa de empresas con el único objetivo de su venta por partes (asset stripping). Existe discrepancia sobre si estas medidas, que se limitan a la regulación de los gestores y a dotar de mayor transparencia a los fondos alternativos, son suficientes o si deberían además regularse las políticas de inversión y niveles de apalancamiento de los vehículos. La actividad de los Hedge Funds ha tenido un protagonismo importante durante la crisis, utilizando masivamente productos derivados que han incrementa- do el riesgo sistémico, por lo que esta experiencia reciente nos hace dudar de que el alcance de la regulación aprobada pueda ser suficiente para evitar en el futuro situaciones como las precedentes. 4.1.2. LA REGULACIÓN DE LOS DERIVADOS OTC Después de la publicación de varios documentos y trabajos preparatorios sometidos a consulta pública, el pasado 15 de septiembre se presentó una propuesta de reglamento encaminada a aportar una mayor seguridad y transparencia al mercado de derivados no negociados en mercados organizados (OTC)3. Con esta regulación, la Comisión pretende que se sustituya el paradigma actual según el cual, al tratarse de instrumentos financieros destinados al uso de inversores profesionales se consideraba suficiente una regulación poco estricta, por otro en el que la legislación fije requisitos detallados para la negociación de los derivados OTC. No obstante, cabe resaltar que, aunque la CE propugna una mayor regulación para los derivados OTC, reconoce por otra parte que los derivados desempeñan una valiosa función: la transmisión de los riesgos inherentes a la actividad económica de agentes financieros que no están dispuestos a asumirlos, a otros que sí lo están. También reconoce las diferencias entre distintos tipos de derivados. Por todo ello, la Comisión afirma que no desea limitar las condiciones económicas de los contratos de derivados, ni prohibir la utilización de contratos personalizados o hacerlos especialmente costosos para las entidades no financieras. La propuesta de reglamento prevé las siguientes medidas para reducir el riesgo de contraparte en la operativa con OTCs: – Regulación de las Contrapartes Centrales («CCP» o «Central Counterparties»): se con- 3 Ver contribución de Emilio Díaz Ruiz y Salvador Ruiz Bachs, Abogados de Uría Menéndez, «Derivados OTC». 21 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) – – sidera que la compensación realizada a través de contrapartes centrales representa la vía principal de gestionar correctamente el riesgo de contraparte, criterio que comparte con el G 20 y, en consecuencia, se tiene previsto proponer como primera medida disposiciones legales que regulen las contrapartes centrales. En definitiva se trata de trasladar la compensación y liquidación de aquellos derivados OTC que puedan ser en parte «normalizados» hacia las contrapartidas centrales. Como paso previo se hace necesario definir y delimitar aquellos contratos que gozarán de la citada calificación de «normalizados» y, por tanto, estarán sometidos a dicha obligación. Constitución de garantías en la compensación bilateral: aunque se pueda considerar en abstracto deseable que todos los derivados fueran objeto de compensación central a través de los CCP, también se reconoce que no todos reúnen las características adecuadas para ello y, en consecuencia, seguirán existiendo contratos concertados y liquidados de forma bilateral. Por eso, se pretende imponer a las empresas financieras y no financieras que por sus características puedan provocar un riesgo sistémico, el compromiso de garantizar suficientemente sus obligaciones en virtud de contratos derivados OTC. Para ello deberán aportar garantías inicialmente, en el momento de la contratación, y ajustarlas en cada momento dependiendo de la evolución del derivado. Requisitos de capital para la compensación bilateral: asimismo, a los efectos de incentivar la compensación centralizada de derivados a través de CCP, se contempla la imposición de requisitos de capital elevados para los contratos de derivados sometidos a compensación bilateral a diferencia de los compensados y liquidados de forma centralizada a través de los CCP.. Algunas de estas medidas parecen razonables para garantizar la eficiencia y seguridad de los derivados OTC, aunque otras de las que se han barajado recientemente relativas a las restricciones en la contratación de estos productos, podrían tener el efecto inmediato de perjudicar los sistemas de coberturas de riesgos financieros, sin que sirvan para evitar futuras crisis. 4.1.3. LAS VENTAS EN CORTO La operativa de ventas en corto está siendo objeto de un extenso debate a nivel internacional por los efectos que tales operaciones tienen en los mercados y por las distintas soluciones que los supervisores han adoptado al respecto. El peso de las ventas en corto sobre el total de las operaciones con valores financieros ha crecido fuertemente en las últimas dos décadas. Aunque no hay datos globales fiables, se estima que las operaciones de short selling suponen más de una cuarta parte del total de las acciones negociadas en las bolsas de EEUU. Por un lado, la influencia de este tipo de operación en la formación del precio de los activos financieros es importante. Por otro lado, concurren además diversos puntos de vista en este tipo de operativa, el de los emisores afectados por posibles rallies a la baja de los precios y el de los intermediarios y otros actores del mercado de valores, para los que las ventas en corto –y el mercado de préstamo de valores que las soportan– son una fuente de ingresos significativa. Los problemas de las ventas en corto pueden llegar a tener cierta relevancia desde el punto de vista de la estabilidad financiera, como se ha podido comprobar a lo largo de los últimos años. Experiencias recientes con actuaciones masivas de operadores a corto, han mostrado la cara negativa de este tipo de operación especialmente en ciertos episodios de la crisis de la deuda griega. En determinadas circunstancias, los mercados entran en situaciones de inestabilidad, y la interacción de las ventas en corto con los mercados de derivados –ambos soportados por un mer22 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO cado de préstamos de valores y unos sistemas de post-contratación poco transparentes– pueden agravar los problemas. Durante la crisis muchos países las prohibieron temporalmente –especialmente las realizadas sobre acciones de entidades financieras– ante lo que se consideró una situación extrema de volatilidad y descenso brusco y desordenado del precio de las acciones. El llamado flash crack de marzo de 2010 en el NYSE es otro ejemplo de mal funcionamiento del mercado en el que se estima que las ventas en corto jugaron un papel importante. Existen numerosos argumentos a favor y en contra de esta operativa, si bien, no son concluyentes ninguno de ellos. Las ventas en corto parecen mejorar la formación de los precios en unos casos y en otros en cambio aumentan su volatilidad, de modo que, no es tarea fácil separar y calibrar ambos efectos. En principio, las ventas en corto son positivas para un correcto funcionamiento de los mercados al incrementar su liquidez y eficiencia, permitiendo que las cotizaciones alcancen su valor adecuado en un periodo de tiempo más breve y se eviten burbujas financieras. Ahora bien, esto es así siempre y cuando se asegure la inexistencia de información asimétrica entre los agentes, exista transparencia en la formación de los precios y tenga lugar una correcta regulación y supervisión de estas operaciones. Los problemas o imperfecciones asociados a esta figura –como el naked short selling o venta en corto en descubierto, la opacidad del préstamo de valores y los riesgos asociados a los procesos de post-contratación– se abordan en el artículo correspondiente de este Observatorio4. Como ya manifestamos en la edición anterior de este trabajo, el control de esta operativa no debería llevar a su prohibición, pues tiene efectos beneficiosos para el funcionamiento del mercado, pero parece claro que es necesario dotarla de una regulación que imponga un régimen exigente de transparencia que se extienda a toda la cadena de agentes implicados (depositario, prestamista, prestatario,…). Los principales problemas se localizan en la falta de información agrupada y consistente de las ventas en corto y de los préstamos de valores, lo que implica situaciones de información asimétrica; desfases entre las fechas de negociación y liquidación; problemas de transparencia de los depositarios e intermediarios financieros; falta de armonización entre las regulaciones de los diferentes países en lo referente a las ventas en corto, préstamo de valores y sistemas de post-contratación. Para corregir estos fallos es necesario mejorar la regulación y hacer más efectiva la supervisión de estas operaciones. En cualquier caso, la regulación de esta operativa debe ser abordada desde una perspectiva internacional de la forma más amplia y armonizada posible, dada la naturaleza esencialmente global de los mercados financieros, tratando de evitar el arbitraje regulatorio. En octubre de 2010, la CE publicó un proyecto de Reglamento sobre ventas en corto y determinados aspectos de las permutas de cobertura por impago (CDS). En lo que a las ventas en corto al descubierto se refiere, la CE no prevé su prohibición expresa siempre que el inversor se comprometa a presentar los valores negociados en un plazo de cuatro días desde el cierre de la operación. Con esta decisión la CE no pretende acabar con las ventas en corto, ni siquiera cuando se hacen en descubierto, sino que el objetivo es controlarlas. Para ello, se obligará a los mercados bursátiles a publicar diariamente, como mínimo, el volumen de ventas en corto realizadas, como ya ocurre en EEUU. Una novedad que establece el proyecto de Reglamento es la obligación de «marcar» las operaciones de venta en corto sobre valores cotizados, lo que permitirá a los organismos supervisores un control y un seguimiento exhaustivo de las mismas. A su vez, las posiciones cortas sobre empresas cotizadas se comunicarán al supervisor competente si superan el 0,20% del capital y se harán públicas cuando alcancen el 0,5%. Por otra parte, el Reglamento establece que la actividad de los actuales supervisores nacionales 4 Ver contribución de Carlos Arenillas «Vender lo que no se tiene. Imperfecciones del mercado, préstamo de valores y short selling». 23 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) entrará bajo la coordinación de la ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados, en sus siglas en inglés), que está previsto que empiece a ser operativa en enero de 2011. La ESMA estará habilitada para transmitir dictámenes a las autoridades competentes nacionales. Cualquier actividad financiera o la negociación de cualquier producto podrá prohibirse de forma temporal en un Estado miembro, en coordinación con la ESMA, siempre y cuando concurran circunstancias excepcionales. La valoración de estas medidas es moderadamente positiva ya que persigue armonizar las reglas y mecanismos de supervisión, si bien parece excesivamente largo el plazo que se ofrece a los intermediarios para poder justificar las operaciones en corto (4 días de retraso), que excede en muchas jurisdicciones del periodo de liquidación bursátil y que puede dar lugar a una indeseada inflación de valores. Tampoco parece adecuado que la obligación de hacer públicas las posiciones cortas que superen el 0,5% de las sociedades cotizadas no se aplique también a los bonos soberanos. Por último, se echa en falta que al tomar iniciativas de regulación sobre las ventas en corto a nivel europeo, no se haga mención a la necesidad de regular de forma armonizada el mercado de préstamo de valores que sustenta el mercado de ventas en corto. the banking sector»), y otro al tratamiento de la liquidez («International framework for liquidity risk measurement, standards and monitoring»)5. Respecto de las medidas referidas al capital y a los ratios de solvencia, los documentos abordan la mejora de la calidad del capital, para lo que, en su cálculo, se da preeminencia a aquellos de sus componentes más estables, que tienen mayor capacidad para absorber pérdidas sobre la base de continuidad de la actividad. Se refuerza la cobertura de determinados riesgos anteriormente no identificados o que no hubieran sido calibrados debidamente, como los riesgos de contrapartida inherentes a los derivados, de la cartera de negociación y de las titulizaciones. Asimismo se prevé la introducción de un ratio de apalancamiento («leverage ratio»). Como elemento de singular importancia, se proponen instrumentos para hacer frente a la prociclicidad del sistema, entre los que destacan la incorporación de provisiones dinámicas según la pérdida esperada, los colchones de capital, la limitación de distribución de dividendos y otras medidas de conservación del patrimonio. En general, las normas propuestas, con los colchones de conservación del capital llegan a prever un porcentaje del 10,5%, ciertamente respetable. Los trabajos de Basilea desarrollan el principio de «más y mejor capital» con una serie de medidas sobre las que el debate se ha centrado en las deducciones del cómputo de los recursos propios, el ratio de apalancamiento –criticado por la industria por su muy difícil armonización, y suavizado respecto de la propuesta inicial–, y el riesgo en las carteras de negociación. Las medidas relativas a la liquidez se diseñan desde un doble punto de vista temporal. A corto plazo, tratan de asegurar que las entidades tengan suficientes activos líquidos de calidad para sobrevivir a un escenario de tensión aguda durante un mes, a través del ratio de cobertura de liquidez. Con una visión a más largo plazo, pretenden 4.1.4. LOS NUEVOS REQUERIMIENTOS DE CAPITAL PARA LA BANCA La parte más importante y desarrollada de los trabajos encargados por el G 20 se refiere a los acuerdos «Basilea III», que se dirige a fortalecer las dotaciones de capital de las entidades bancarias y a establecer medidas para combatir el riesgo sistémico que puede afectar a las entidades de mayor tamaño y extensión, interconectadas nacional o internacionalmente. Con esos fines, en el último año, el Comité de Basilea ha desarrollado el amplio conjunto de medidas que recogió en los dos documentos sometidos a consulta en diciembre de 2009; uno referido principalmente al capital («Strengthening the resilience of 5 Ver contribución de Juan Basurto, AEB, «Solvencia y liquidez de las entidades de crédito. Basilea III y otras iniciativas regulatorias». 24 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO crear incentivos para que los bancos financien sus actividades con recursos más nivelados, mediante el ratio de financiación estable. Respecto de los requerimientos de liquidez, las propuestas deben tener en cuenta las posibles distorsiones en los mercados y en las entidades, con el encarecimiento del crédito y la menor disponibilidad de recursos para prestar. Las conclusiones de los trabajos sobre estos requerimientos mejoran en general las propuestas iniciales, que excluían activos de calidad de los ratios de liquidez y primaban la actividad realizada mediante la emisión de títulos, frente a las carteras crediticias financiadas por depósitos, con la consiguiente discriminación de la banca comercial tradicional frente a la de inversión. Los mencionados trabajos del Comité han dado lugar a un acuerdo que se presentó al G 20 en su cumbre de Seúl, celebrada en el mes de noviembre, y que ese Grupo ha respaldado públicamente. Estamos en presencia de una reforma profunda que razonablemente debe ser aplicada de forma gradual. La industria ha valorado positivamente la flexibilidad con la que el Comité de Basilea ha previsto la entrada en vigor de los nuevos requerimientos, al establecer un amplio periodo para su implantación, si bien el mercado podrá anticipar en la práctica su aplicación por las entidades. No obstante, esa flexibilidad no debe hacernos olvidar la crítica fundamental a la regulación prevista. La clave para mantener la solvencia de las entidades financieras no está en la acumulación inicial de una gran cantidad de capital permanente y estático, sino en utilizar los colchones contracíclicos y, sobre todo, el ratio de apalancamiento, adaptándolos al riesgo en el que incurra el banco, ya sea por concentración excesiva en un sector de la economía, ya sea porque el auge macroeconómico y el crédito se desboquen. parencia de los mercados financieros, de la banca y de agencias de calificación de riesgo. En primer lugar y habida cuenta de la importancia que se les ha otorgado por los mercados y supervisores, este apartado se inicia con la mención a la publicación de las «pruebas de resistencia» o stress tests de las entidades de crédito como práctica sin precedentes que ha tratado de recuperar la normalidad de los mercados e incrementar su transparencia. Además, se examinan aspectos relativos a iniciativas apuntadas en el trabajo precedente y referidas a los paraísos fiscales, las agencias de calificación crediticia, la contratación en los distintos centros de negociación y la mejora del gobierno corporativo de las entidades financieras. 4.2.1. LOS STRESS TEST DE LA BANCA Por iniciativa del gobierno español, la CE aprobó la publicación de las pruebas de resistencia realizadas a las entidades de crédito más representativas de la UE, en un ejercicio de transparencia que se ha considerado necesario para devolver la confianza de los inversores en el sistema bancario europeo. Las pruebas de resistencia fueron desarrolladas y puestas en práctica por el Comité de Supervisores Bancarios Europeos (CEBS) y las autoridades supervisoras nacionales, en estrecha colaboración con el Banco Central Europeo (BCE). La contribución del BCE ha consistido en proporcionar los escenarios macroeconómicos y parámetros de referencia para las pruebas de resistencia. Éstas se basan en un escenario adverso muy poco probable que incluye el deterioro significativo de la situación macroeconómica, con un crecimiento del PIB inferior al de las previsiones disponibles, el desplazamiento significativo al alza de la curva de tipos para el conjunto de la UE, y una subida específica de los rendimientos de la deuda pública a largo plazo para cada país. El distinto alcance de los stress test en cada Estado y su realización por los diferentes supervisores, puede haber pecado de cierta falta de 4.2. LA TRANSPARENCIA Se pretende consolidar la recuperación de la confianza en el sistema incrementando la trans25 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) uniformidad. No obstante, en nuestro país el resultado de estas pruebas ha puesto de manifiesto la resistencia del sistema financiero español, que sometió al test a más del 95% de su industria, con un elemento diferencial respecto a otras jurisdicciones, al incluir un desglose mayor de las carteras crediticias, con especial atención al crédito a actividades inmobiliarias, y un mayor detalle de las ayudas públicas ya comprometidas. El BCE manifestó su satisfacción por la publicación de los resultados de esas pruebas de resistencia realizadas a nivel de toda la UE, que ha permitido evaluar individualmente el nivel de capital de las noventa y una entidades examinadas, que representan el 65 % del mercado europeo en términos de total de activos. En su nota señaló que, en algunos casos, las pruebas de resistencia se llevaron a cabo después de que los programas a gran escala inyectaran capital público en varios sistemas bancarios nacionales y tras el aumento de los ratios de recursos propios alcanzados por las entidades de la UE desde el año pasado, como consecuencia de los beneficios no distribuidos y de las nuevas emisiones. Aunque estas pruebas han merecido un juicio favorable, los mercados han acusado una falta de uniformidad y alcance de sus resultados, lo que les ha restado eficacia. En concreto, si bien su publicación tuvo inicialmente una buena acogida, que se materializó en una reducción de los diferenciales en los mercados de capitales, una vez pasado el momento inicial, sus efectos se han diluido. Además se ha comprobado con la crisis de la banca irlandesa que contienen deficiencias y sólo se centran en analizar la capacidad de resistencia en términos de solvencia, sin considerar otras situaciones de stress (como el cierre de la financiación en los mercados mayoristas). Tampoco tuvieron en cuenta adecuadamente la valoración de la deuda soberana en las carteras de las entidades. Sería necesario por tanto una realización más depurada y su publicación periódica con continuidad en el futuro. En este mismo sentido se han pronunciado recientemente los supervisores bancarios de la UE que tienen previsto repetir estas pruebas en el año 2011. 4.2.2. LOS PARAÍSOS FISCALES Desde las declaraciones del G 20 en el entorno post crisis (abril de 2009) que situaron la lucha contra los paraísos fiscales como una de las prioridades de la agenda regulatoria global, numerosos son los países que han salido de la »lista gris» de la OCDE y han perdido la condición de paraíso fiscal (mediante la firma de un mínimo de 12 tratados internacionales de intercambio de información). Solo a nivel español se identificará claramente esta tendencia si recordamos, por ejemplo, que Luxemburgo ha dejado de tener esta condición para la totalidad de productos financieros y que se ha firmado un convenio de intercambio de información con el Principado de Andorra, ambos centros clásicos de banca off shore. En concreto, los siguientes países han salido de la lista de la OCDE durante el 2010: Filipinas, Bahamas, Antigua, Barbuda, Turku y Caicos, Samoa, Dominica, Granada y St. Lucia. Pese a que la lista oficial de paraísos fiscales de la OCDE se ha acortado en los últimos tiempos, siendo en la actualidad de un tamaño muy reducido, los expertos en la materia identifican que algunos de estos movimientos son fundamentalmente formales o puramente políticos y que pueden no estar, en muchas ocasiones, acompañados de una apertura o transparencia de facto que haga perder a estas jurisdicciones su atractivo, conservándose un elevado grado de opacidad. Lógicamente no ha transcurrido aún el suficiente plazo para determinar si los países que han salido de la lista como consecuencia del impulso el G 20 van a colaborar activamente con restantes autoridades internacionales, pero parece que un seguimiento atento es aconsejable. Por ello la OCDE ha comenzado a verificar las medidas adoptadas por los países salientes desde septiembre de 2010. Sería aconsejable que la revisión fuera exhaustiva y bajo pena de nueva inclusión en las listas de las jurisdicciones incumplidoras para evitar que la tendencia de reducción del número de paraísos fiscales se quede en una pura apariencia formal o cosmética. 26 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO 4.2.3. LA REGULACIÓN DE LAS AGENCIAS DE CALIFICACIÓN CREDITICIA esta década en las crisis de Enron, Worldcom y Parmalat o en la explosión de la burbuja tecnológica. No obstante, con ocasión de la reciente crisis financiera su papel ha sido aún más criticado por analistas, organismos internacionales, reguladores, gobiernos y por la sociedad en general. Su labor ha estado en el foco de la crisis y ha sido ampliamente analizada, con la conclusión generalizada de que una de las causas de la crisis financiera ha sido el mal funcionamiento de las agencias de calificación. Las críticas se refieren entre otras cuestiones a la escasa calidad y cantidad de la información manejada para basar sus calificaciones; a la falta de transparencia de sus métodos de evaluación; a los conflictos de interés inherentes a su propio modelo de negocio; y a la existencia de un oligopolio formado por unas pocas entidades que controlan el mercado6. Por todas estas cuestiones, y en particular por la gran capacidad de las agencias de calificación para cambiar la situación financiera de un emisor, público o privado, y por el poder que les otorga la propia regulación financiera, su actuación debe ser transparente, alejada de conflictos de interés y en definitiva sometida a control. La existencia de una regulación que incremente el control de esta actividad y asegure el correcto funcionamiento de las agencias de calificación crediticia es pieza clave para la recuperación de la confianza en los mercados, perdida tras la crisis. Ha habido intentos de regulación, e incluso propuestas de autorregulación7, pero han resultado infructuosos ya que no han servido para asegurar un correcto funcionamiento del sector. Las propias empresas de calificación que comparecieron en 2008 ante el comité de los Estados Unidos denominado US Government Oversight and Reform Committee reconocieron no haber sido Las agencias de calificación crediticia o de rating, nacieron a principios del siglo pasado con el propósito de evaluar la capacidad de pago de los países e instituciones públicas y privadas, como emisores de valores ofrecidos a los inversores, asignándoles una calificación en función del riesgo de incumplimiento de pago por parte del prestatario y del deterioro de su solvencia. Su papel ha ido creciendo y consolidándose hasta nuestros días de forma que casi el 90% del negocio global se concentra en tres únicas entidades (lo que se traduce en la práctica en un régimen de oligopolio) y su capacidad de influencia sobre los inversores y los mercados es enorme. Está fuera de toda duda que una calificación negativa otorgada por una agencia de calificación tiene el poder de desestabilizar la cotización de una empresa, o incluso la economía de un país, y puede llegar a condicionar la política económica y fiscal de un Estado, como ha quedado evidenciado recientemente con la crisis de la deuda griega y su extensión a otros países de la zona euro. Por el contrario, una calificación positiva es un requisito casi imprescindible para poder demandar fondos en el mercado o al menos para hacerlo a costes asumibles. Este enorme poder les otorga un papel cuasi público ya que sus opiniones son seguidas por los inversores y son tomadas como referencia por los reguladores para fijar requerimientos de capital y normas de solvencia o incluso para determinar cuáles son los activos aptos para la inversión de determinadas instituciones supervisadas. Sin embargo este papel cercano a lo público, tan importante para preservar la integridad del mercado financiero y con trascendencia sistémica, no ha ido acompañado de una actuación responsable a la altura del importante rol encomendado. Por el contrario las agencias de calificación han jugado un papel muy cuestionado en los últimos años, que les coloca de forma recurrente en el centro de todas las críticas. Sus carencias quedaron ya de manifiesto en los primeros años de 6 Ver apartado 5.2.3. del resumen y conclusiones de la edición del Observatorio de 2009. 7 Code of Conduct Fundamentals for Credit Rating Agencies, Report of the Technical Committee of IOSCO, December 2004, disponible en http://www.iosco.org/library/ pubdocs/pdf/IOSCOPD180.pdf. 27 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) afectar a sus calificaciones (a modo de ejemplo, no pueden ofrecer además servicios de asesoría a las empresas calificadas). – Se someterán a una mayor transparencia en el ejercicio de su actividad, toda vez que habrán de revelar la metodología, los modelos internos y las hipótesis fundamentales que apliquen en la emisión de sus calificaciones. Las nuevas normas también implican a los emisores de instrumentos financieros en la importante labor de mejorar el funcionamiento de las agencias. En efecto, los emisores de instrumentos de financiación estructurada como son los bancos y las empresas de inversión, estarán obligados a facilitar a todas las agencias interesadas acceso a idéntica información que aquella que suministren a su propia agencia, con la finalidad de que se puedan emitir calificaciones no solicitadas. Las agencias registradas en la UE quedan sujetas a la supervisión de la ESMA. Bajo su supervisión caerán igualmente las filiales europeas de las agencias de ámbito global tales como S&P, Fitch o Moody's. La incorporación de la normativa europea a la legislación española supondrá la reforma de la Ley del Mercado de Valores para incluir a las agencias de calificación bajo la supervisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a partir del año 2011, creando un registro de entidades establecidas en España. Tras esta reforma, la CNMV supervisará a todas las personas que participen directa o indirectamente en las actividades de calificación y tendrá facultades para sancionar a las agencias que incumplan sus obligaciones de información, así como la falta de colaboración ante actuaciones de supervisión. Es de esperar que este esfuerzo regulatorio incremente la transparencia en las operaciones, ofrezca una mayor protección a los inversores e introduzca una mayor competencia en el sector de la calificación crediticia. Asimismo, la mejora en la transparencia deberá contribuir a restituir la confianza en la labor desarrollada por las capaces de anticipar la velocidad y el deterioro de los bonos respaldados por hipotecas en la crisis subprime. Tras la crisis financiera el consenso sobre la necesidad de regular a las agencias de calificación se ha acentuado. Así, el G 20 ya recogió en su plan de acciones inmediatas para hacer frente a la crisis financiera (ver informe del 2 de abril del 2009, sobre el desarrollo del Washington Action Plan8), recomendaciones sobre la conveniencia de adoptar iniciativas legislativas sobre la base de los cuatro principios básicos que inspiraban el código de IOSCO de 20039: (i) calidad e integridad del proceso de calificación; (ii) independencia y conflictos de interés; (iii) transparencia y oportunidad en la comunicación de la calificación, y (iv) utilización de la información confidencial. En la actualidad existen procesos regulatorios en la UE, Japón y Australia con diferentes grados de implementación. En Estados Unidos las iniciativas de regulación comenzaron antes de la crisis con el establecimiento de un código de conducta en septiembre de 2006, y normas de registro y control en junio de 2007. En la UE, se aprobó el 16 de septiembre de 2009 un reglamento10 en el que se determinan las condiciones organizativas y operativas que deben cumplir las agencias, así como su régimen de registro y supervisión. De conformidad con esas normas, que adquirirán plena aplicabilidad en diciembre de 2010, las agencias de calificación crediticia: – Habrán de inscribirse en un registro con la finalidad de que sus calificaciones se utilicen en la UE. – Quedarán sujetas a estrictas normas para evitar conflictos de intereses que pueden 8 Progress Report on the Actions of the Washington Action Plan 2 April 2009 disponible en http://www.g20.org/pub_ communiques.aspx 9 IOSCO Statement Of Principles Regarding The Activities Of Credit Rating Agencies, Statement of the Technical Committee of IOSCO September 2003 disponible en http://www.iosco.org/library/pubdocs/pdf/IOSCOPD151.pdf 10 Reglamento (CE) No 1060/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de septiembre de 2009 sobre las agencias de calificación crediticia. 28 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO agencias de calificación y favorecer la reactivación de los mercados. Pero estas tareas reguladoras deben hacerse de forma coordinada. Dado el carácter internacional de las principales agencias de calificación, es preciso hacer un esfuerzo desde los organismos internacionales para homogeneizar y dar coherencia a los diferentes enfoques de supervisión abordados por las distintas jurisdicciones competentes, adecuando los estándares exigidos para el ejercicio de esta actividad para evitar así posibles arbitrajes regulatorios. En este contexto, el intercambio de información entre supervisores es básico para ejercer un control efectivo sobre la labor de las agencias de calificación. Por otro lado, queremos hacernos eco en esta edición del Observatorio de la propuesta realizada recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI)11. El organismo propone, entre otras medidas, reducir la dependencia de las calificaciones crediticias en ciertas operaciones financieras, mejorar los procedimientos de decisión y avanzar en la eliminación de las normas y reglamentos que vinculan estrechamente las decisiones de compra o venta a las calificaciones. También demanda a las autoridades que desalienten el uso mecánico de las calificaciones en contratos privados, incluidos los límites internos a los gestores de inversiones y las políticas de inversión. En concreto, el FMI propone la adopción de las siguientes políticas para moderar algunos de los efectos adversos que pueden tener las calificaciones y las agencias calificadoras en la estabilidad financiera. • los reguladores deberían eliminar las referencias a las calificaciones en las regulaciones y alentar a los inversores a apoyarse más en sus propias evaluaciones. Asimismo, los bancos centrales deberían establecer sus propias unidades de análisis del crédito si aceptan garantías con riesgos de crédito incorporados; • en la medida en que el enfoque estandarizado de Basilea II continúe utilizando calificaciones, se debería supervisar a las calificadoras con el mismo rigor que a los bancos que emplean sistemas de calificaciones internas, exigiéndoles declarar las mediciones de los créditos, someter los modelos de calificación a pruebas retrospectivas y efectuar análisis de exactitud ex post; • los reguladores deberían restringir el arbitraje de calificaciones y los conflictos de interés planteados por los modelos comerciales en los cuales los emisores pagan por la calificación de sus propios títulos, exigiendo que se suministre más información a los inversionistas. Es difícil mantener un modelo comercial en el cual paga el usuario porque no se puede restringir el acceso a las calificaciones y porque estas tienen una característica de bien público. Por último, es de destacar la existencia de opiniones cada vez más favorables, incluso en el seno de la propia CE, a la creación de una estructura europea que asuma el papel de las agencias, y permita evaluar, al menos, la deuda de los Estados con más precisión y sin las dudas que generan las agencias de calificación. En esa línea, la CE sometió un documento a consulta el 5 de noviembre del 2010 que aborda la regulación de las agencias en relación con los siguientes aspectos: 1) el riesgo de «over reliance», 2) la problemática de la responsabilidad, 3) los conflictos de interés y el modelo «issuer pay», 4) el rating de deuda pública y 5) el incremento de la competencia. A pesar de las críticas formuladas a la actuación de las Agencias de Calificación, la posibilidad de una intervención pública en el proceso de evaluación mediante la creación de una agencia estatal u organismo supervisor que asuma el papel de las agencias, no parece que sea la solución. Ésta debe venir de la resolución de los problemas existentes abordando una regulación equilibrada, clara, sencilla y eficiente que aumente la integridad del mercado sin incrementar innecesariamente los costes de transacción. 11 FMI: Informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR) octubre de 2010. 29 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) 4.2.4. LA CONTRATACIÓN EN LOS DISTINTOS CENTROS DE NEGOCIACIÓN: MIFID II tos de la fragmentación del mercado en la capacidad de supervisión de las autoridades, la competencia imperfecta entre centros de negociación y las desigualdades en la interpretación de la norma en las distintas jurisdicciones. La CE ha anunciado recientemente la futura introducción de mejoras en la Directiva sobre los mercados de instrumentos financieros (MiFID). En concreto, las medidas de la propuesta en trámite de estudio, que ha venido a denominarse en la industria como MiFID II, cubren, entre otros temas12: – el aumento de la transparencia en la pre y post contratación en los mercados; – el fomento de la negociación de instrumentos financieros en mercados organizados, especialmente de los productos derivados; – el fortalecimiento de la competencia entre los distintos centros de negociación existentes; – la mejora de la información consolidada de los mercados y – la regulación de los mercados de materias primas y de derivados de materias primas. La cuestión más controvertida que plantea MiFID II es la de la posible limitación de los denominados «dark pools» o centros de negociación opacos que cuentan con defensores como el London Stock Exchange y fieros detractores como la Deutsche Boërse o la Bolsa Española13, en la que se aplican desde hace años requisitos de transparencia en la post-contratación de la renta fija. En junio de 2009, el CESR publicó un informe sobre los efectos de la MiFID en los mercados secundarios, tras la realización de una consulta pública. Aunque CESR reconocía que es difícil aislar el peso de la regulación de otros factores, como la enorme volatilidad debida a la crisis, el documento certificó la pérdida de volumen negociado en los mercados regulados a favor de otras categorías de centros de negociación, en particular los sistemas multilaterales de negociación (SMN). Por otra parte, en el informe se reconocía que la proporción correspondiente a la operativa OTC, que la MiFID había pretendido canalizar hacia los internalizadores sistemáticos, había crecido con respecto a la situación anterior. El informe también se hacía eco de la alarma creada por dos nuevos fenómenos surgidos a partir del régimen de exenciones en el régimen de transparencia previa y de alguna carencia en la normativa que regula la categorización de centros de negociación establecidos en la directiva, respectivamente: los dark pools y los «sistemas internos de cruce de operaciones» de las ESIs, conocidos como broker crossing networks o broker crossing systems. Ambos casos, suponen una disminución de la transparencia con efectos negativos en la formación de precios, una posible competencia desleal con mercados transparentes y, eventualmente, una amenaza para la protección del inversor. Con respecto a la información de mercado, se constatan problemas con respecto a su disponibilidad, exactitud y fiabilidad, especialmente en la generada por el sector OTC ya que la proporcionada por los mercados regulados y los SMN se considera de calidad. Tanto el régimen de demoras permitidas en la publicación de la información posterior a la negociación, como la débil estandarización de los formatos y procedimientos de publicación impiden a intervinientes y supervisores tener una visión global y completa de la actividad de los mercados de instrumentos financieros a escala europea. Otros temas tratados en el informe de CESR se refieren a los efec- 4.2.5. LA MEJORA DEL GOBIERNO CORPORATIVO DE LAS ENTIDADES FINANCIERAS La crisis puso de manifiesto deficiencias en la gestión de un buen número de entidades financieras. 12 La CE ha sometido a consulta pública todos estos temas en un documento de fecha 8 de diciembre de 2010. 13 Ver contribución de Bolsas y Mercados Españoles, BME, «Ampliación de las normas MiFID a otros servicios: seguros, pensiones y algunos productos bancarios «empaquetados» para minoristas». 30 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO La supervisión de los consejos de administración y el control de los riesgos a los que las entidades financieras se exponen ha sido, en algunos casos, insuficiente; como también lo ha sido, a juicio de la CE, los sistemas de control de los accionistas de la asunción de riesgos en esas entidades. Bajo esta perspectiva, la CE en su Comunicación de marzo de 2009 «Gestionar la recuperación europea» establecía como iniciativa prioritaria la de mejorar el gobierno corporativo de las entidades financieras europeas. El objetivo último de la Comisión es buscar cauces que faciliten una gestión más sostenible de las entidades financieras y una reducción de los riesgos de quiebra en el largo plazo. Esta iniciativa se encuentra aún en un estado embrionario pues, a la fecha de la redacción del presente trabajo, únicamente se cuenta con un Libro Verde de Gobierno Corporativo («Green Paper on Corporate Governance») que abrió una consulta pública (cerrada a 1 de septiembre de 2010, pero sin que se hayan publicado sus resultados) sobre posibles vías de actuación para mejorar la gobernanza de las entidades financieras. En concreto, el Libro Verde plantea como posibles aspectos a considerar: – La mejora del funcionamiento de los Consejos de Administración de las entidades financieras a fin de incrementar sus funciones supervisoras. En esta línea se plantea la posibilidad de prohibir que los consejeros fueran miembros de más de tres Consejos de Administración, y que el Presidente del Consejo sea también el Consejero Delegado. Además, se aconseja establecer políticas de designación que aseguren conocimientos, capacidades y diversidad de los Consejeros (incluso la posibilidad de revisión de estos aspectos por un tercero independiente) y que se refuerce el papel de las mujeres. – El establecimiento de una cultura de riesgo en todos los niveles de las entidades financieras con el propósito de asegurar la adecuada protección de los intereses a largo plazo de la empresa. El documento sugiere la conveniencia de crear una Comisión de Riesgos dependiente del Consejo y fortalecer su labor de control en este ámbito, mejorando las relaciones con el departamento competente dentro de la organización. Asimismo, se propone que el Consejo informe a los supervisores de cualquier riesgo material al que se enfrente la entidad. El aumento de la participación de los accionistas, los supervisores financieros y los auditores externos en el gobierno corporativo. Sobre el papel de los accionistas, el documento propone que los accionistas institucionales se adhieran obligatoriamente a códigos de mejores prácticas de Gobierno Corporativo y que publiquen sus políticas de voto. El cambio de las políticas de remuneración de las empresas para desincentivar toda actuación cortoplacista o que implique una asunción excesiva de riesgos. El Libro Verde señala que las dos recomendaciones de la CE aprobadas en abril de 2009 sobre remuneración, no han sido hasta la fecha adoptadas por un gran número de Estados miembros. Para facilitar su aplicación se plantea algunas medidas como la prohibición de las stock options o los golden parachutes o realizar una revisión de su regulación y tratamiento fiscal. Las futuras propuestas tendentes al fortalecimiento del gobierno corporativo (ya sean de carácter legislativo o de otro tipo) que puedan resultar de la consulta abierta por el Libro Verde, se prevé sean discutidas y, en su caso, promulgadas a lo largo del año 2011. Por su lado, el Comité de Basilea recientemente ha publicado un conjunto de principios para reforzar del Gobierno Corporativo de las entidades financieras que están alineadas con las mencionadas en el Libro Verde. Estos principios de buen gobierno, que se agrupan en 14 recomendaciones, resaltan la responsabilidad supervisora del Consejo, el fortalecimiento de sus funciones de control y el papel de los supervisores. 31 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) Para el Comité de Basilea, el Consejo de Administración ha de ser el responsable de implementar y supervisar la estrategia y los riesgos de la entidad, teniendo en cuenta su desarrollo sostenible a largo plazo. Para ello, debe tener conocimiento suficiente y experiencia adecuada para decidir y supervisar las actividades financieras llevadas a cabo y, en consecuencia, sus miembros deberán tener un claro conocimiento y comprensión de la estructura operacional de los riesgos de la entidad. Por último, el Comité Europeo de Supervisores Bancarios («CESB»), en desarrollo de las reglas establecidas en la Directiva III de Requisitos de Capital, que entra en vigor en enero de 2011, ha aprobado el 10 de diciembre de 2010 una Guía de criterios de retribución, que los supervisores deberán tener en cuenta en el ejercicio de sus funciones, que establece un régimen exigente de fijación, publicación y pago de la retribución variable, que sujeta a determinados periodos de aplazamiento, por tres o cinco años, de un importe de entre el cuarenta y el sesenta por ciento de esa parte variable, que en su mitad se abonará en acciones. El propio concepto de buen gobierno ha devenido un concepto equívoco, que bien sirve para regular las relaciones de agencia de los administradores con los propietarios de las entidades, como para justificar un deber de policía que se atribuye a los auditores que deben informar al supervisor. En un principio, el problema del gobierno corporativo se circunscribía a la falta de control de los administradores por los accionistas. Pronto se vio que el control de los administradores, si bien era esencial, no era suficiente en las entidades en las que un accionista o muy pocos accionistas podían ostentar el control, del que podían obtener beneficios privados con el consiguiente perjuicio de los demás accionistas. Más aún, se ha considerado que dentro de la empresa se cruzan múltiples relaciones contractuales –entre los trabajadores, acreedores, clientes o proveedores– a las que de alguna forma parece que el Gobierno Corporativo debería prestar su atención. Todavía más allá, se considera que, si bien el Gobierno Corporativo se ha referido al control de los riesgos de la inversión de los accionistas, debería hoy incorporar funciones no sólo de supervisión sino también atribuir las de asesoramiento para la búsqueda de oportunidades rentables de inversión, que se encomendarían principalmente al Consejo de Administración, que debería contar para ello con nuevos factores como un amplio abanico de conocimientos o un carácter proactivo. Igualmente, se extiende su ámbito de aplicación, que alcanza también a los directivos de las entidades, tanto en lo que se refiere a su retribución como en la distribución de sus funciones. Otra tendencia clara y novedosa en el ámbito del buen gobierno es la creciente propensión del regulador a eliminar su carácter voluntario y transformar las recomendaciones en normas imperativas. Se hurta de esta forma a las empresas la posibilidad de tener un sistema propio de buen gobierno acorde con su cultura corporativa. Si todo es obligatorio, nada es mejor. En este punto, si bien la aplicación del principio de cumplir o explicar no ha sido del todo satisfactoria, no parece que por ello haya que cambiar el modelo, ni se deba privar a las empresas de la capacidad de decidir, dentro del riguroso cumplimiento de la ley, la opción sobre la aplicación concreta de las recomendaciones. Tampoco parece justificado el establecimiento de un cuerpo de recomendaciones especial para las entidades de crédito, cotizadas o no, distinto de las recomendaciones para las sociedades cotizadas. No parece que el hecho de que los Estados hayan apoyado a algunas entidades financieras en dificultades, y en algún caso se hayan convertido en sus máximos accionistas o acreedores, justifique de por sí la aplicación de un régimen general de gobierno singular y además en muchos casos imperativo para todas las entidades, con o sin ayudas. En este punto debe diferenciarse las reglas de supervisión prudencial, que son objeto de reforzamiento general, y las recomendaciones de buen gobierno, que deben seguir regidas por la libertad de empresa dentro del respeto a las leyes. 32 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO y comercialización de productos financieros empaquetados o «PRIPS») y (ii) el fomento del préstamo o endeudamiento responsable, referido, al menos en un primer momento, al hipotecario. 4.3. CRECIMIENTO SOSTENIBLE La nueva regulación de los servicios financieros ha de fijarse como objetivo la búsqueda de un crecimiento sostenible de las empresas y de los mercados. Se trata en definitiva de evolucionar hacia la construcción de un sistema financiero europeo seguro y estable, mejor preparado para resistir crisis venideras. Las principales propuestas que se incardinan bajo esta nueva iniciativa de sostenibilidad del sistema financiero incluyen, entre otras, las siguientes: 4.3.1.2.1. Iniciativa PRIPS La iniciativa sobre los productos empaquetados de inversión minorista, conocida en la industria como iniciativa «PRIPs», acrónimo en inglés de Packaged Retail Investment Products, parte de la idea de que el establecimiento de niveles similares de protección a los inversores en la elección y adquisición de productos de inversión, debería ser similar respecto de todos los productos que operen como alternativas efectivas de inversión para inversores de retail, y no solo respecto de algunos de ellos (es decir, para instrumentos tanto del ámbito de seguros y pensiones como de valores y bancarios). Así, esta iniciativa ha identificado una situación concreta –la problemática de los productos empaquetados– y ha propuesto para su tratamiento instrumentos regulatorios bajo un enfoque horizontal, que pueda ser útil respecto de otros productos similares14. La consecución de niveles similares de protección a los clientes minoristas que suscriben, contratan o adquieren productos financieros que presentan características similares en términos de riesgos, estructura de retornos, evolución de precios, liquidez, etcétera, parece que puede calificarse de entrada como un objetivo razonable, tanto desde la perspectiva de la protección del cliente como desde otra, indirecta respecto de la anterior, de reforzamiento de la confianza de los inversores. Este objetivo es especialmente relevante en un entorno en el que existe una multiplicidad de normas, directivas y reglamentos que incorporan disposiciones para proteger a los inversores, no siempre coherentes entre sí. En 4.3.1. INCREMENTAR LA RESPONSABILIDAD DE LOS AGENTES DE LOS MERCADOS 4.3.1.1. Los sistemas de protección de inversores y depositantes En aras a incrementar la protección de los inversores y depositantes, en julio 2010 se ha iniciado el proceso legislativo de revisión de la Directiva sobre sistemas de garantía de depósitos y la Directiva relativa a los sistemas de compensación de los inversores. A pesar del interés que ha mostrado la Comisión, estas iniciativas se enfrentan a una situación de partida muy divergente en cada uno de los Estados miembros, con sistemas distintos, gestionados y financiados –ex post, o ex ante– de maneras muy diferentes y una industria muy poco proclive a algunas de las reformas que se proponen en estas materias. Desde la CE también se ha planteado recientemente crear mecanismos similares para el sector asegurador. 4.3.1.2. La protección del usuario europeo minorista de servicios financieros Se prevé aumentar la tutela del inversor minorista europeo a través de (i) un conjunto de propuestas legislativas sobre los productos preempaquetados de inversión minorista (la denominada iniciativa de la CE en relación con la originación 14 Ver contribución de Ignacio Santillán, FOGAIN, «Iniciativa de la CE para la mejora de la protección de los inversores en la adquisición de productos financieros empaquetados». 33 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) efectivo de los activos, a través de una combinación o de ajuste de esos activos, u otros mecanismos de participación directa». El Grupo de Trabajo partía de un listado abierto de productos que podían ser considerados PRIPs y acordó que al menos los siguientes se incluyan dentro de este ámbito: – Productos estructurados de todo tipo (incluidos los depósitos estructurados); – Instituciones de Inversión Colectiva UCITS; – Instituciones de Inversión Colectiva noUCITS; – Pólizas de seguro de vida vinculadas a fondos de inversión (unit links); – Warrants (incluidos warrants cubiertos); – Bonos de titulización de activos y otros instrumentos de deuda similares; – Las acciones y bonos convertibles; – Las operaciones de capitalización vinculados a unit links. Asimismo, acordaron dejar fuera del ámbito de aplicación de la futura normativa sobre los PRIPs los siguientes productos: los bonos subordinados; las apuestas no financieras (por ejemplo, de carácter deportivo) y las pólizas de seguro de vida vinculadas a fondos de inversión sin beneficios y pólizas de seguros de protección pura. El Grupo de Trabajo considera que existen ciertos productos sobre los que se debe seguir debatiendo su inclusión o no en la definición de PRIPs como son los derivados o las pólizas de seguro de vida con beneficios y las inversiones tradicionales de pólizas de seguros de vida que tienen participación en los beneficios. Las conclusiones de ese Grupo de Trabajo, como asesoramiento técnico a la CE, tendrán indudable relevancia en la definición de los perfiles definitivos de esta iniciativa. A la fecha de terminación de este trabajo, la CE ha abierto un proceso de Consulta Pública de un documento que acoge algunas de las conclusiones del mencionado Grupo de Trabajo y, particularmente, su definición de PRIPS, y deja para particular, existen diferencias en las obligaciones de transparencia y en las normas de publicidad, asesoramiento y venta derivadas de la forma jurídica del producto o servicio ofrecido o de su canal de distribución, lo que puede conducir a un indeseable grado de incertidumbre y desprotección15. Los campos en los que se va a concentrar la reforma legislativa son dos: la información fundamental para el inversor facilitada por los originadores de los productos (en donde el Key Information Document de la Directiva de Fondos será la referencia) y la venta de éstos por intermediarios y distribuidores (aspecto en el que la MiFID ofrece un detallado desarrollo). Bajo este enfoque, la CE publicó en abril de 2009, acompañada de un exhaustivo análisis coste-beneficio (impact assessment), una Comunicación al Parlamento y al Consejo sobre los PRIPs en la que resaltaba la necesidad de unificar la legislación aplicable a la comercialización de estos productos dirigida a inversores minoristas, centrándose inicialmente en los fondos de inversión, las pólizas de seguros de vida vinculadas, valores estructurados y depósitos a plazo estructurados. En la mencionada Comunicación la CE se comprometió a trabajar en la elaboración de propuestas normativas concretas para lo que ha recabado datos técnicos de los distintos comités integrados por las autoridades de los Estados miembros (CESR, CEBS y CEOIPS). Para ello estos tres comités formaron un Grupo de Trabajo que acaba de publicar un informe en el que se abordan los siguientes aspectos en relación con la futura normativa sobre los PRIPs: La mayoría de los miembros del Grupo de Trabajo aprobaron la siguiente definición de los PRIPs: «Un producto empaquetado de inversión minorista es un producto donde el rendimiento del inversor está vinculado a (a) la fluctuación del valor de mercado de los activos o (b) los pagos en 15 Ver contribución de Bolsas y Mercados Españoles (BME), «Ampliación de las normas MiFID a otros servicios: seguros, pensiones y algunos productos bancarios «empaquetados» para los minoristas». 34 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO un momento posterior la elaboración de la lista concreta de productos que deban incluirse dentro de esta categoría. Asimismo, la regulación horizontal propuesta por la Comisión, parece que finalmente se va a llevar a cabo a través de dos instrumentos normativos diferentes. La MiFID, previsiblemente, y la Directiva de Mediación de Seguros (la IMD). En relación con esta segunda, se encuentra abierto por la Comisión un proceso de Consulta Pública sobre su modificación en determinados aspectos, siendo algunos de ellos los que vendrían exigidos por la iniciativa PRIPS. La iniciativa descrita que pretende buscar idéntico nivel de protección en la comercialización de todos los productos PRIPs a minorista no es pacífica. Cuestiones como la extensión de reglas de venta similares a sectores diferentes con distintas estructuras comerciales y diversa trayectoria regulatoria en estas cuestiones, o el reparto de los niveles de responsabilidad entre los originadores y los comercializadores de los productos son algunos de los aspectos que mayor controversia han generado en torno a esta iniciativa. Los últimos documentos relevantes sobre la materia son, de una parte, la Consulta de la CE sobre préstamo hipotecario responsable de julio 2009 y los Estándares de la Federación Hipotecaria Europea de agosto 2009, que reflejan la práctica habitual durante muchos años de las entidades de crédito europeas y persiguen no sólo facilitar el acceso inicial a la vivienda, sino también permitir la permanencia en las mismas (los estándares vienen a ser la respuesta de la citada Federación a la crisis y su interpretación del concepto de préstamo hipotecario responsable). En segundo lugar, ha de subrayarse el reciente «working paper» de la CE sobre préstamo hipotecario responsable (julio 2010), primer paso para una futura directiva referido al crédito hipotecario, cuyo proyecto se anuncia para principios del año 2011. En líneas generales se cuestiona por la industria la necesidad de una directiva en la materia, alertando del peligro de sobrerregulación, especialmente en unos momentos en que sólo tímidamente se empieza a recuperar el negocio crediticio, considerándose que iniciativas como el Código de Conducta europeo o los Estándares de la Federación Hipotecaria Europea pueden resultar más adecuadas. 4.3.1.2.2. Fomento del préstamo responsable 4.3.1.3. La mejora de la prevención del abuso de mercado El préstamo o endeudamiento responsable no es un concepto fácil de definir, pero –de forma muy simplificada– podemos decir que hace referencia a las conductas y prácticas que prestamistas y prestatarios deben seguir para garantizar que el préstamo otorgado es el adecuado para los segundos, siendo capaces de repagarlo según lo pactado. El préstamo responsable es un término acuñado hace ya tiempo en el seno de la UE (recordemos el Código de Conducta Europeo del mercado hipotecario que data del año 2001) si bien el concepto ha sido recientemente objeto de revisión por parte de la UE en la línea de fomentar la protección en la prestación de los servicios financieros ofrecidos a los clientes minoristas16. Recientemente se ha anunciado una revisión de la Directiva de abuso del mercado y sometido a consulta pública el correspondiente documento (junio 2010). El objetivo de la reforma, a la luz del citado documento, será principalmente: 1) extender las previsiones sobre abuso de mercado a los mercados no regulados (centros de negociación que han ido ganando progresivamente mayor relevancia desde la efectiva transposición de la directiva MiFID); 2) aplicar a los derivados sobre materias primas el concepto de inside information existente para el resto de los instrumentos financieros y no uno específico como hasta ahora ocurría; 3) sancionar los meros intentos de manipulación sin que sea necesario que la manipulación se consume; y 4) flexibilizar las obligaciones 16 Ver contribución de Gregorio Arranz «La problemática del préstamo hipotecario responsable en la UE». 35 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) de reporting de consejeros y directivos de las operaciones con acciones de sus sociedades. La Ley del Mercado de Valores ya recoge el primer punto, pero no los restantes, por lo que las modificaciones anunciadas también tendrían impacto en España. 4.3.2. PREVENCIÓN Y GESTIÓN DE CRISIS VENIDERAS 4.3.2.1. Regulación de las crisis bancarias La ausencia de una planificación coordinada a nivel europeo de las actuaciones ante crisis financieras de entidades bancarias debe ser subsanada con urgencia como puso de manifiesto el Informe de Larosière, que identificó esa falta de herramientas adecuadas para la gestión y la resolución de crisis transfronterizas como una laguna que requería una actuación legislativa europea. Con ese objeto, la CE inició sus trabajos para el establecimiento de un plan para la efectiva prevención y gestión de las dificultades experimentadas por las entidades financieras17. Resulta fundamental contar con una regulación clara que determine cómo se va a proceder en caso de crisis de una entidad bancaria, con efectos más allá de sus fronteras. La solución dominante hasta la fecha de otorgar ayudas estatales a los bancos en situaciones de debilidad puede incentivar en el futuro la asunción de riesgos y decisiones imprudentes por parte de los gestores que entenderán que su entidad será rescatada pese a lo ineficiente de su gestión. Sin embargo, parece que en esta materia no existe consenso a nivel global. En los Estados Unidos se ha definido un sistema de «quiebra ordenada» de las entidades bancarias por parte de la Reserva Federal (mecanismo utilizado previamente solo para los bancos pequeños y medianos que ahora se extiende a todos los bancos y que prevé la intervención del banco por funcionarios públicos y venta ordenada de sus activos y negocios). En Europa, por el contrario, se plantean esquemas de protección de capital adicionales (fondos sufragados por las entidades) o de emisión de valores de contingencia que se transformarían en acciones en caso de debilidad de las entidades. 4.3.1.4. La necesaria armonización de los regímenes sancionadores en la UE Finalmente, dentro del conjunto de iniciativas tendentes a reforzar la responsabilidad de los agentes se prevé abordar una cuestión de capital importancia cual es el efectivo control del cumplimiento de las normas. En efecto, las sanciones en el sector financiero están poco armonizadas en el seno de la UE, lo que determina una falta de convergencia de las prácticas de supervisión. La armonización de esta materia, clave para la convergencia real en el mercado único y para evitar arbitrajes regulatorios, será sin duda ardua y se alargará en el tiempo. Como primer paso, a la fecha de preparación del presente trabajo, la CE ha anunciado que presentará una Comunicación sobre las sanciones en el sector financiero en la UE a fin de fomentar la convergencia de las sanciones en relación con todo el conjunto de actividades de supervisión. La dificultad que una armonización de esta naturaleza entraña es notable ya que supone la pérdida de la autonomía en una competencia como es la sancionadora tradicionalmente retenida por las autoridades locales. Sin embargo, la armonización de la regulación financiera en el seno de la UE ha alcanzado ya unos estándares suficientes para poder comenzar a acometer esta tarea que sólo hace unos pocos años hubiera sido impensable. Previsiblemente la nueva estructura y funcionamiento de la supervisión en Europa funcione como catalizador que permita, en la medida de lo posible, acelerar y allanar el camino a esta tan necesaria iniciativa para la consecución efectiva de un mercado único. El último paso en este sentido lo constituye la consulta lanzada por la CE el 8 de diciembre de 2010, que augura una iniciativa legislativa en este campo. 17 Ver colaboración de Francisco Uría, KPMG-Abogados, «Las reformas legales europeas para la mejora de la gestión de crisis bancarias con elementos transfronterizos». 36 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO Adicionalmente a la necesidad de contar con una normativa que prevea, a nivel europeo, cómo ha de procederse en caso de crisis bancarias transfronterizas, otros mecanismos se han barajado para minimizar el riesgo de quiebra de este tipo de entidades, como es la simplificación de los esquemas bancarios internacionales (en ocasiones diseñados como complejas estructuras legales para minimizar el pago de impuestos) y la creación de subsidiarias o filiales autosuficientes para operar en los distintos países. Otro instrumento que, en la misma línea, ha adquirido una relevancia notable es el de los «testamentos en vida» que se ha exigido a las 30 entidades grandes y complejas con colegio de supervisión internacional (24 bancos y 6 aseguradoras) a raíz de las recomendaciones elaboradas por el Consejo de Estabilidad Financiera. Los testamentos en vida consisten en la elaboración por estas entidades de un plan de contingencia y viabilidad que se ejecutaría en caso de que la entidad se declarase en quiebra. A juicio del Observatorio el modelo de banca internacional imperante en nuestros días requiere de normas claras que determinen cómo ha de procederse en caso de que una entidad presente debilidades que puedan determinar su colapso. En el ámbito europeo, destaca la Comunicación de la Comisión relativa a un régimen comunitario para la gestión de las crisis bancarias, que con el doble objetivo de mejorar las capacidades de los supervisores nacionales y crear nuevos instrumentos de gestión de las crisis, identifica tres aspectos a los que las futuras iniciativas normativas habrán de dar respuesta: a) La puesta a disposición de los supervisores de instrumentos eficaces de intervención temprana, que se anticiparían a la situación de insolvencia o de incumplimiento de los requerimientos de capital. Como instrumento de intervención temprana se ha planteado la cesión de activos dentro de un grupo, que si bien no es especialmente problemática cuando se produce a cambio de una contraprestación justa y efectiva, si lo resulta si la transferencia de activos se produce en condiciones que puede producir un perjuicio para una o varias de las sociedades del grupo, a sus accionistas, minoritarios o no, sus trabajadores, sus depositantes e, incluso, los Estados. La Comunicación de la Comisión prevé elaborar un régimen europeo armonizado que fije las condiciones para la transmisión de activos entre las entidades de un grupo bancario, lo que exigirá reformas de cierta envergadura en el derecho de sociedades europeo. b) El establecimiento de medidas de gestión de las crisis bancarias una vez producidas, al objeto de minimizar sus efectos sobre la estabilidad global del sistema financiero. La financiación de la resolución bancaria parte de la voluntad decidida de que no vuelvan a ser los recursos públicos los que afronten, en solitario, los costes de las crisis bancarias. La Comisión considera que para ello deben articularse instrumentos europeos para la financiación de esas crisis bancarias, y plantea la posible existencia de un mecanismo de financiación ex ante, cuyo peso recaería sobre las propias entidades, para lo que podrían utilizarse los sistemas de garantía de depósitos, según concreta con mayor detenimiento en la Comunicación relativa a los Fondos de Resolución Bancaria. No obstante, los recursos procedentes de estos instrumentos podrían no ser suficientes, por lo que se anuncia algún sistema complementario que implicase la utilización de fondos públicos. La idea de partir de los mecanismos de garantía de depósitos actualmente existentes, de modo que pudiera construirse un «esquema europeo» sobre la base de interconexión entre esos sistemas, parece una aproximación realista al problema que deja sin resolver, no obstante, el problema de su financiación ex ante, dado que existe un buen número de sistemas de garantía de 37 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) depósitos que no reviste esa característica. Una cierta armonización de las características de los fondos de garantía de depósitos desde el punto de vista de su financiación y atribuciones parece, en todo caso, inevitable. c) El reforzamiento de los mecanismos de saneamiento y liquidación de las entidades en crisis. La liquidación de una Entidad de Crédito es siempre muy compleja, al afectar a los depositantes, sistemas de pagos e infraestructuras básicas del sistema financiero, lo que hace preciso poner todos los medios para evitarla recurriendo a opciones menos problemáticas como la adquisición de la entidad en dificultades por una entidad distinta. La Comunicación de la CE llega a proponer el establecimiento de un régimen europeo de insolvencia armonizado aplicable a los bancos. Se trataría de mantener los regímenes de insolvencia nacionales vigentes, para las entidades individuales, y de establecer, con carácter complementario, un régimen nuevo, europeo, que sustituiría a los regímenes nacionales en el caso de saneamiento y liquidación de grupos bancarios transfronterizos en la UE. Se trata de una propuesta muy ambiciosa y, por ello, escasamente factible, ya que el proceso concursal se encuentra íntimamente ligado a la personalidad jurídica de cada entidad. De hecho, en la legislación concursal española, el régimen aplicable a los grupos de empresas se limita a una agrupación forzosa (acumulación) de los procesos que afectan a las entidades que lo forman y no a un proceso concursal único para todo el grupo. La coordinación entre los efectos de los procesos concursales de las entidades que forman parte del grupo, sí parece que podría ser abordada con posibilidades reales de éxito por parte de alguna iniciativa europea. El Eurosistema, al valorar las propuestas de la Comisión, señala que, para avanzar en un régimen común de insolvencia aplicable a los grupos bancarios transfronterizos en Europa, sería necesario aprobar un código concursal europeo apli- cable a los procesos de insolvencia y disolución bancaria, lo que exige la tarea hercúlea de superar las grandes diferencias existentes entre los veintisiete regímenes distintos de insolvencia. La experiencia demuestra la imperiosa necesidad de avanzar a nivel europeo en la regulación especial de las insolvencias bancarias, sometidas a la dirección del supervisor bancario competente y sujeta al control judicial, de modo que ese control y la gestión supervisora de la crisis se articulen adecuadamente, al modo de la ley alemana de insolvencias bancarias, que es una buena muestra de la dirección correcta que el régimen concursal debería seguir en toda Europa. Además, la tarea de avanzar en la coordinación de las autoridades competentes, proporcionando procedimientos e instrumentos procesales que puedan favorecer esa cooperación constituiría un avance considerable. 4.4. LA AGENDA REGULATORIA GLOBAL O SUPRAEUROPEA La práctica totalidad de las iniciativas de nueva regulación que están siendo promulgadas y discutidas desde inicios del año 2009 en el seno de la UE tienen su origen en organismos supraeuropeos. En concreto, puede afirmarse que en nuestros días tres organismos marcan el paso de la agenda regulatoria y de las políticas globales no sólo de la UE sino a nivel mundial. De una parte el G 20, creado en 1999 y que reúne a los responsables políticos y financieros de 19 países y de la UE, quienes juntos representan en torno al 90% del producto interior bruto y el 80% del comercio mundiales. En segundo lugar, el Consejo de Estabilidad Financiera (Financial Stability Board o FSB), fundado en 2009 como continuación del Foro de Estabilidad Financiera que reúne autoridades nacionales responsables de la estabilidad financiera (bancos centrales, autoridades supervisoras y departamentos del tesoro), instituciones financieras internacionales, agrupaciones internacionales de reguladores y supervisores, comités de expertos de los bancos centrales y el Banco Central Europeo. La finalidad del 38 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO FSB es promover la estabilidad financiera internacional a través del aumento de intercambio de información y cooperación en la supervisión y vigilancia financieras. En tercer y último lugar, el Fondo Monetario Internacional (Internacional Monetary Fund o FMI) creado en 1945 con los objetivos principales de promover las políticas cambiarias sostenibles a nivel internacional, facilitar el comercio internacional y reducir la pobreza. Esta situación se debe, en primer término, a los efectos globales de la última crisis financiera que pusieron de manifiesto la necesidad de establecer una estrategia coordinada a nivel mundial para salir de la misma. Sin embargo, en segundo lugar y dejando a parte el aumento de la actividad vivida por estos organismos en los momentos posteriores a la crisis, parece que ha comenzado a cuajar la idea de que la globalización de los mercados financieros, como fenómeno real e innegable en nuestros días, ha de ser gestionada y, lógicamente, su gestión ha de corresponder a algún organismo supranacional. Solamente a través de una adecuada gestión del fenómeno de la globalización se podrá garantizar que tanto las políticas como las finanzas públicas mundiales sean sostenibles a largo plazo. Esta nueva idea de la necesidad de gobernar la globalización plantea dos cuestiones en relación con nuestro estudio. La primera y siendo el objetivo del presente Observatorio la reflexión sobre los mercados financieros europeos, no podemos dejar de plantearnos el efecto que este enfoque global puede tener en el desarrollo de la región europea. En segundo término, cabe plantearnos cuál será el órgano que finalmente adquirirá una posición dominante en la nada desdeñable tarea de coordinar las políticas mundiales y qué papel ha de jugar en ella la UE y sus órganos. En lo referente a los efectos que la globalización puede tener en la UE, parece, de una parte, que la adopción a nivel europeo de las diversas políticas regulatorias fijadas por la agenda global permitirá a nuestra región situarse como estándar de buenas prácticas a nivel mundial. Lo cier- to es que la UE ha trabajado sin descanso para impulsar propuestas legislativas que adopten y recojan los distintos acuerdos y principios de alto nivel adoptados tanto por el G 20 como por el FSB. Como comentario negativo podría, sin embargo, aducirse el que algunas problemáticas existentes en el seno de la UE y cuya resolución constituía antes de que la agenda global alcanzara su punto álgido prioridades (para consolidar el mercado único de servicios financieros y erradicar ineficiencias o barreras), han quedado relegadas a un segundo nivel. Como ejemplos pueden citarse las iniciativas de los PRIPS, las peticiones de la industria para mejorar la comercialización en el seno de la UE de vehículos de inversión no armonizados bajo regimenes de private placement, así como la efectiva erradicación de barreras aun existentes en la realización de operaciones financieras dentro de la UE. Sobre qué órgano supranacional se erigirá como gestor prioritario del fenómeno de la globalización, parece que habrá que esperar para poder apostar por un ganador si bien a la fecha ya podría afirmarse que el FSB (el más joven de los tres organismos) ya cuenta con una estructura y dinámica de institución permanente, capaz de producir guías y recomendaciones de seguimiento global tal y como lo es el FMI, organismo ya veterano. Por el contrario la evolución futura del G 20 plantea mayores interrogantes en el sentido de que bien puede ir tendiendo a reducir su relevancia según los mercados continúen su normalización o por el contrario evolucionar hacia una estructura más permanente, dotándose de un secretariado y órganos de gestión permanentes. En cualquier caso y sea cual sea el organismo u organismos que finalmente dirijan el fenómeno global, la UE ha de estar preparada para jugar en ellos un papel determinante y actuar adecuadamente en defensa de los intereses de nuestra región. Para ello, la nueva estructura tanto de los órganos de gobierno de la UE, como de sus supervisores, son más idóneos que los precedentes para poder posicionarse adecuadamente ante organismos supranacionales, si bien podrían aun realizarse algunos ajustes atendiendo a la cada vez mayor necesidad de coordinación con otros organismos. 39 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) La influencia del Informe de Larosière se advierte en el texto final aprobado, especialmente en cuanto a la intencionalidad de establecer una supervisión macro-prudencial, crear un modelo de toma de decisiones basado en el refuerzo de la supervisión transfronteriza de los grupos financieros en Europa y en el convencimiento de que es preciso afianzar la cooperación global entre los supervisores pero sin renunciar a la supervisión del día a día. Esta última, queda reservada al supervisor nacional, por ser el más cercano a la entidad y, por ello, su mejor conocedor. En suma, ir hacia una mayor integración financiera en Europa no significa partir de la nada sino construir sobre la ya existente. No obstante, debemos esperar a la puesta en marcha de todas estas iniciativas para valorar si las nuevas AES tendrán un poder efectivo y unas herramientas de gestión adecuadas para hacer realidad la teoría que plasman los textos legales recién aprobados. Todas estas reformas consideramos deben valorarse positivamente. En nuestra opinión, el refuerzo de la supervisión es clave para corregir prácticas inadecuadas, controlar el arbitraje regulatorio entre jurisdicciones, combatir el shadow banking y potenciar la transparencia y el cumplimiento normativo. La regulación vale lo que vale la supervisión porque es el elemento que hace que se ejecute correctamente. Por otra parte, a escala internacional destaca el trabajo realizado por el Comité de Basilea para definir los estándares de supervisión. Este comité ha expuesto recientemente un conjunto de principios que han sido utilizados por los países como punto de referencia o benchmark para evaluar la calidad de sus sistemas de supervisión e identificar futuras actuaciones necesarias para mejorarlos. Estos principios, que comenzaron a detallarse en 2006, constituyen la base para las evaluaciones de la supervisión bancaria que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial realizan en las distintas jurisdicciones. Por su parte, el FSB ha identificado las diferentes áreas de los Principios Básicos que se podrían ampliar o aclarar para abordar temas relacionados con la 4.5. LA SUPERVISIÓN: EL NUEVO RÉGIMEN DE LA SUPERVISIÓN EUROPEA La supervisión es un elemento clave para garantizar el correcto funcionamiento del sistema financiero y que éste contribuya al crecimiento económico. 2010 ha sido un año intenso en materia de reformas de la supervisión financiera, como reacción de los poderes públicos a la crisis financiera18. Los países en los que dicha crisis no ha sido tan severa cuentan con supervisores enfocados en solvencia y conocimiento muy cercano de sus entidades supervisadas (España, Canadá, Australia, Brasil o Chile). Por ello, una de las lecciones de la crisis ha sido el mayor reconocimiento internacional a la importancia de la supervisión para el correcto funcionamiento del sistema financiero y la estabilidad financiera. Así lo reflejan las medidas adoptadas en el plano macro-prudencial, reforzando el sistema de alerta temprana con el FMI y la creación de los Consejos de Estabilidad Financiera (en EE.UU., México y Reino Unido) y de Riesgo Sistémico (en la UE) y las reformas de los marcos de supervisión micro-prudencial (en EEUU, Reino Unido y la UE). Tras un largo proceso de negociación en el seno de la UE, las instituciones europeas han aprobado su nueva estructura de supervisión financiera. La puesta en funcionamiento de las nuevas Autoridades Europeas de Supervisión (AES) a partir del 1 de enero de 2011, será una realidad y sin duda la reforma permitirá avanzar hacia un sistema más integrado, capaz de prevenir riesgos sistémicos, fortalecer la solvencia y la seguridad de las instituciones financieras, así como reforzar y homogeneizar los estándares de regulación y supervisión en Europa, con el objetivo de prevenir el arbitraje regulatorio y lograr una mayor convergencia en beneficio del conjunto del sistema financiero. 18 Ver contribución de Myriam Caro y Lara de Mesa, Servicio de Estudios y Public Policy, Banco Santander «La supervisión financiera europea (II): evolución del proceso de la reforma y consecuencias para el entorno». 40 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO supervisión de las instituciones financieras de importancia sistémica. Por último, es preciso seguir trabajando en reforzar el papel de los Colegios de Supervisores. El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea ha presentado un informe final que contiene los Principios que deben regir su funcionamiento, adoptando un enfoque de buenos principios, de modo que admita la suficiente flexibilidad a la hora de su implantación con el objetivo de mejorar la forma de trabajo de los supervisores home y host y alcanzar la eficiencia en cuanto a objetivos, gobernanza, comunicación e información de los mencionados colegios de supervisores, considerando la diferente tipología de grupos bancarios que existen en las diferentes jurisdicciones. Todas estas iniciativas sin duda contribuirán a reforzar de manera efectiva la supervisión financiera, pieza clave para preservar la estabilidad del sistema, y minimizar la probabilidad y el alcance de futuras crisis financieras. La crisis parece haber sido, pues, consecuencia de políticas monetarias laxas pero no sólo; también están en su origen las prácticas de la propia industria y, en particular, de algunos intermediarios financieros con un modelo de negocio inadecuado, basado en la originación y distribución de activos, que les llevó a situaciones de insolvencia e iliquidez como consecuencia de políticas imprudentes y de la asunción de riesgos mal identificados y evaluados. Este es el caso de los llamados bancos de inversión que han sufrido relevantes quiebras y han ocasionado el lanzamiento de enormes paquetes de rescate para instituciones concretas y para el conjunto del sistema bancario. Como consecuencia de ello, y de la reacción de los reguladores, su patrón de negocio se ha visto menoscabado tras la crisis y no volveremos a verlo en el corto plazo como ha venido desarrollándose hasta ahora. Retos para el sector financiero y los reguladores. Posibles respuestas: 4.6. LA RESPUESTA DE LA INDUSTRIA Recuperación del modelo de banca tradicional El profundo cambio regulatorio descrito a lo largo de este trabajo, para ser verdaderamente efectivo, ha de ser asimilado por la industria y plasmarse en sólidas prácticas por parte de los intermediarios que se ven obligados a transformarse para sobrevivir ante el impacto de la crisis. Una crisis, sobre la que los analistas coinciden en afirmar que tuvo su origen en el proceso desregulación creciente acaecido en el ámbito financiero en las últimas décadas y en una política económica expansiva que causó un exceso de liquidez global. La consecuencia inmediata fue una euforia financiera general que distorsionó la percepción del riesgo, condujo a un excesivo apalancamiento y al sobreendeudamiento de familias y empresas, en un contexto de escasa regulación del sector bancario no tradicional que favoreció un nuevo modelo de negocio19 que ha estado en el mismo núcleo del problema. Parece claro que la primera respuesta de la industria financiera ante los retos y amenazas que se presentan será la vuelta al negocio tradicional de banca sustentado por una rigurosa política de control y una mayor implicación de la alta dirección en la asunción de riesgos. Esta mayor involucración requerirá la ordenación del gobierno corporativo de las entidades, estableciendo políticas remuneratorias de sus primeros ejecutivos que no estimulen la asunción excesiva de riesgos. ciero internacional para dar paso al nuevo modelo, basado en la titulización de activos, con una actividad preponderante de los bancos de inversión quienes, mediante operaciones que se registraban fuera de su balance, propiciaban la transferencia del riesgo desde aquellos inversores más conservadores hacia los que mostraban una menor aversión al mismo y buscaban mayor rentabilidad. 19 El modelo tradicional basado en aceptar depósitos y dar préstamos dejó de ser motor principal del sistema finan- 41 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) miento de la supervisión de los mercados y a la elevación de los requerimientos de capital para evitar, en el futuro, niveles de apalancamiento y riesgo tan elevados como los actuales. Los reguladores conscientes de que los efectos de la crisis están afectando de forma importante a las entidades y de las dificultades de asimilar la nueva regulación, han fijado plazos para su entrada en vigor considerablemente largos confiando en que el sector será capaz de actuar conforme a las viejas reglas de forma prudente y ordenada durante el periodo transitorio. Estamos ante una revolución que modificará de forma radical las reglas de juego existentes hasta ahora en los mercados financieros. La cuestión es cómo hacerlo pacíficamente, mientras el juego se sigue desarrollando bajo las viejas reglas. Este es el reto de las entidades financieras que deben disciplinarse para no incurrir en los viejos errores y también de los reguladores que tienen ante sí una ingente tarea de implantación de nuevas pautas de supervisión que no va a ser fácil desarrollar. Retirada progresiva de las ayudas públicas Las entidades que han desarrollado este tipo de negocio tradicional, aunque han estado alejadas de la génesis de la crisis, han sufrido de forma importante sus efectos por el colapso de liquidez y el estrangulamiento del mercado interbancario y por la necesidad de competir en un mercado en el que ha habido fuertes ayudas públicas a empresas competidoras, lo que ha distorsionado las condiciones de concurrencia. Esta situación debería ser corregida a la mayor brevedad. Las ayudas estatales y los estímulos otorgados a entidades y al mercado deben ir retirándose de forma progresiva procurando no incidir negativamente en la recuperación. Mientras perduren, no volverá a restablecerse la igualdad competitiva en el mercado. Recuperación de la confianza El quebranto en la confianza de los inversores experimentado por la industria financiera como consecuencia de las fuertes pérdidas sufridas por las entidades y por la falta de transparencia, ha provocado el descenso de los volúmenes de contratación y de los precios y un aumento de la aversión al riesgo que ha retraído a los inversores dirigiéndolos hacia activos de bajo riesgo. Esta circunstancia ha impactado de forma especial sobre la actividad de prestación de servicios de inversión. La recuperación de la confianza debe ser un objetivo prioritario que solo puede conseguirse con rigor, honestidad y transparencia. La oferta de servicios financieros debe estar regida por el principio de prioridad de los intereses del cliente y ajustarse a estándares de información adecuados a su perfil inversor. Reestructuración de la industria Cualquiera que sea el modelo de negocio desarrollado, la industria está acometiendo y debe seguir haciéndolo, un importante proceso de reestructuración. La búsqueda de grupos más solventes, con un negocio más eficiente y rentable, han producido fusiones entre entidades y grupos financieros para ganar en dimensión, que si bien no están faltos de una especial complejidad jurídica y regulatoria, deberían consumarse a la mayor brevedad, con el fin de facilitar la superación de la situación actual de incertidumbre. Innovación Adaptación a las nuevas reglas Este camino hacia la consolidación de la industria debe complementarse con la innovación en los procesos operativos para incrementar la competitividad de las entidades y reducir el impacto En este contexto de fuerte crisis y necesaria restructuración, la industria financiera se enfrenta a una radical reforma de la regulación, al reforza42 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO miento de una verdadera política industrial para el sector y (ii) la promoción global de Europa como un centro financiero de excelencia avalado por su experiencia, madurez regulatoria y modernidad de sus mercados. En el caso particular de España, y teniendo en cuenta la especial exposición de nuestra economía al sector financiero (a finales del año 2009 su capitalización total, en porcentaje del PIB, se situaba casi un 50% por encima de la media europea), conviene además de seguir en la línea de desarrollo europeo, explorar nuevas oportunidades de expansión de nuestro sector financiero, entre ellas, potenciar el papel de España como puente entre Latinoamérica y Europa que puede ser un elemento diferenciador y atraer nuevas oportunidades de inversión. de los costes sobre el negocio sin dañar la bondad del servicio ofrecido. Internacionalización En definitiva, como resultado de esta crisis nos encontraremos en el medio plazo con un mundo diferente, multipolar, resultado de unas nuevas reglas de juego, que habrá sufrido el impacto de la crisis de forma asimétrica y habrá acelerado la reconfiguración de la industria financiera a nivel mundial en favor de las potencias emergentes. Las entidades financieras de nuestro entorno deben ser conscientes de esta situación y prepararse para enfrentarse a un mercado más global y sesgado hacia mercados que hasta ahora resultaban lejanos. CONCLUSIONES 4.7. LOS CENTROS FINANCIEROS COMO AGLUTINADORES DE LA ACTIVIDAD FINANCIERA Los profundos cambios que la comunidad financiera internacional está tratando de implantar para impedir que vuelvan a repetirse las causas de la crisis actual requieren acuerdos globales y consensos, capaces de legitimar la nueva arquitectura financiera que surgirá del proceso de reforma. Para contribuir desde este Observatorio a valorar la nueva agenda regulatoria aportamos las siguientes conclusiones sobre las materias tratadas: El papel activo de los centros financieros como impulsores del proceso de mejora de la competitividad de nuestros mercados es una realidad cada vez más presente en el entorno europeo. La integración del mercado europeo en un centro financiero atractivo y eficiente es una tarea global que requiere la coordinación de todos aquellos elementos que puedan contribuir a ese objeto20. Para conseguir sus objetivos, los principales centros financieros europeos21 han iniciado una estrategia conjunta, tendente a afrontar la competencia de los centros asiáticos y offshore basada en (i) el incremento de la cohesión interna a través de una posición consensuada y del plantea- Sobre el proceso de integración de los mercados financieros en Europa (indicadores IVIE): La actualización del estudio a través de indicadores, muestra que la crisis ha tenido un impacto negativo sobre la integración financiera, si bien en la segunda mitad del año 2009 se observó que el efecto negativo se había ralentizado en algunos mercados en un contexto de ligera mejoría en la estabilidad financiera. Esta vuelta a una situación de cierta normalidad en los mercados se explica, en gran medida, por las acciones llevadas a cabo principalmente por el Eurosistema y la CE, que han dado sus frutos en términos de estabilidad financiera y de soporte al crecimiento económico. 20 Ver contribución de Isabel Martín Castellá y Pablo Rivera Villaverde, MCF, «Los Centros Financieros: Nuevos catalizadores de la competitividad y la vertebración de los mercados globales». 21 Rountable of European Financial Centres integrado por: The City of London, the City UK, Paris Europlace, Madrid Centro Financiero, Luxembourg for Finance, Scottish Finacial Enterprise, Frankfurt Main Finance, Finanzplatz München, Initiative Finanzstandort Deustschland y Swedish Financial Markets Roundtable. 43 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) A pesar de recuperar parte del terreno perdido en 2008, en materia de integración financiera, la situación actual está alejada de los niveles alcanzados antes de la crisis. Recientemente en la última parte del año 2010 el último episodio de la crisis derivada de la necesidad de proceder al rescate de un Estado miembro vuelve a desestabilizar a los mercados financieros con el consiguiente retroceso en su grado de integración. Los efectos de la crisis se han dejado notar en el desarrollo financiero europeo pero España sigue siendo uno de los países que más se ha beneficiado de la integración financiera europea. La contribución anual del desarrollo financiero al crecimiento del PIB y el beneficio económico asociado a la integración financiera, presenta mejores resultados para España que para el conjunto de la Zona Euro, tanto en el periodo completo analizado (1999-2009) como en la última etapa afectada por la crisis financiera (2007-2009). general, como la creación de autoridades con ciertas competencias supervisoras en todo el ámbito de la Unión). Es preciso que las autoridades supervisoras tengan a su disposición información sobre la exposición de las entidades financieras a los derivados OTC. Por el contrario, la compensación y liquidación de los derivados a través de las CCP nos genera la inquietud de que pudiera ser, en un futuro, una fuente adicional de riesgo sistémico al concentrar en estas entidades el riesgo de contraparte asociado a la negociación de derivados OTC. Asimismo, otras medidas, especialmente las que preconiza el Parlamento Europeo relativas a las restricciones en la contratación de derivados OTC, si finalmente se implantan, no creemos que produzcan el efecto perseguido de evitación de futuras crisis financieras, sino más bien el de un perjuicio para los sistemas de coberturas de riesgos financieros. Sobre los gestores de inversión alternativa Sobre la regulación de derivados OTC La experiencia reciente de la actividad de los Hedge Funds, plantea la duda razonable de que la regulación europea aprobada, consistente en la regulación de los gestores pero no de las políticas de inversión ni de los niveles de apalancamiento de los vehículos de inversión alternativa, sea insuficiente, habiéndose desaprovechado la oportunidad de realizar una regulación más profunda. Los productos derivados OTC no fueron el principal causante de la crisis, si bien sirvieron para trasmitir los riesgos subyacentes de unas entidades a otras ocasionando fuertes pérdidas a estas últimas. En este contexto, los derivados permitieron adoptar a algunas entidades financieras posiciones extraordinariamente apalancadas, de forma sintética, con un menor capital que el necesario para invertir en el activo subyacente. La ausencia de información sobre las entidades afectadas, las complejas interrelaciones entre ellas a través del mercado OTC, la incorrecta valoración de los activos y del riesgo de solvencia de las entidades, generaron primero una crisis de liquidez, luego, de confianza y, finalmente, de solvencia. Es indudable que cabe hacer mejoras de determinados aspectos de la regulación en materia de derivados, para garantizar su eficiencia y seguridad. Alguna de las previsiones legislativas de la UE en materia de transparencia en relación con los derivados nos parecen bien encaminadas (por ejemplo, el impulso de los registros de contratos OTC, e incluso alguna medida de carácter Sobre las ventas en corto Los esfuerzos de regulación europea de las operaciones a corto, mediante un Reglamento de la CEE y no una mera Directiva, son una buena noticia que van en la dirección correcta a juicio de este Observatorio. El espectáculo ofrecido por los distintos Estados en la regulación contradictoria de estas operaciones no debería volver a producirse y, por ello, un régimen uniforme en la UE es especialmente bienvenido. No obstante, la aplicación de reglas de justificación de las ventas excesivamente laxas pueden constituir en la práctica una amenaza a la seguridad jurídica de 44 INFORME Y CONCLUSIONES DEL OBSERVATORIO los mercados. Asimismo, habrá que esperar a verificar el funcionamiento y la coordinación de los supervisores locales y la ESMA en la adopción de medidas urgentes de limitación de estas operaciones, en casos de emergencia, lamentablemente frecuentes en los últimos tiempos. Por último, hubiera sido conveniente armonizar también la regulación del préstamo de valores que soporta las ventas en corto. buena acogida como lo probó la reducción de los diferenciales en los mercados de capitales, una vez pasado el momento inicial, sus efectos se han diluido. A la vista de la pérdida de sus efectos iniciales, sería necesario plantearse su realización y publicación periódica con continuidad en el futuro. Sin embargo, tampoco puede dejar de mencionarse que la repetición de las pruebas de resistencia con carácter permanente cuestiona el verdadero valor que se le pueda atribuir a la información financiera periódica de las entidades. Sobre los nuevos requerimientos de capital y liquidez Sobre las Agencias de Rating El consenso alcanzado para respaldar los Acuerdos de Basilea III en tan solo dos años es un hito dentro del proceso de reforma global y ha de considerarse todo un logro. Los nuevos requerimientos suponen una transformación tan profunda de la regulación bancaria mundial que deben ser abordadas con mesura de forma gradual, teniendo en cuenta su posible efecto negativo en el crédito y en la recuperación de la economía global. La regulación de recursos propios debe establecer un régimen de libre competencia en el que no se discrimine a la banca tradicional respecto a otros modelos de banca. Hasta la fecha el Comité de Basilea ha seguido esta aproximación de cautela lo que se valora por este Observatorio favorablemente. No obstante, la solvencia de las entidades financieras no debería estar basada fundamentalmente en la acumulación de una gran cantidad de capital permanente y estático, como prevé Basilea III, sino en los ajustes contracíclicos adaptados al riesgo en los que cada entidad incurre. Las iniciativas del Fondo Monetario Internacional de reducir la dependencia de las calificaciones crediticias en ciertas operaciones financieras, mejorar los procedimientos de decisión y avanzar en la eliminación de las normas y reglamentos que vinculan estrechamente las decisiones de compra o venta a las calificaciones, así como las medidas que eviten su aplicación automática en contratos, nos parecen orientadas en la dirección correcta. A pesar de la existencia de opiniones cada vez más favorables a la creación de una estructura europea que asuma el papel de las agencias, y permita evaluar, al menos, la deuda de los Estados con más precisión y sin las dudas que generan las agencias de calificación, la creación de una agencia u organismo supervisor que asuma el papel de las agencias, no es la solución. Ésta debe venir de la aprobación de una regulación equilibrada, clara, sencilla y eficiente que aumente la integridad del mercado sin incrementar innecesariamente los costes de transacción. Sobre el buen gobierno corporativo Sobre la transparencia de las pruebas de resistencia de la banca La profusión de normas, guías, principios, recomendaciones y modelos de buen gobierno emitidos por diversos foros y organismos supranacionales hace casi imposible su seguimiento y su implementación. Se echa en falta una mayor coordinación y unidad de sistemática a la hora de presentar tan abundantes propuestas por todos estos organismos. Si bien la publicación de las pruebas de resistencia merece un juicio favorable, los mercados han acusado una falta de uniformidad y un alcance limitado de la muestra de entidades seleccionadas, lo que les ha restado buena parte de eficacia. En concreto, si bien su publicación tuvo inicialmente una 45 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2010) Si bien es cierto que la doctrina y la práctica han acuñado un concepto dinámico de gobierno corporativo, ese carácter no debería servir de justificación para englobar, dentro del mismo, casi cualquier aspecto relacionado con el funcionamiento y organización de las entidades. El gobierno corporativo debería centrarse en las responsabilidades del Consejo como órgano encargado de la administración y supervisión del funcionamiento de las sociedades y de su relación con la Junta General. Por otra parte, debería evitarse que los principios de buen gobierno dejaran de tener carácter voluntario y se transformasen en normas imperativas. En este sentido la promulgación de códigos de buenas prácticas y la adopción de medidas de transparencia sobre su seguimiento por las entidades deberían ser suficientes para que el mercado las valorara. Por último, se desaconseja el establecimiento de recomendaciones de buen gobierno especiales para las entidades de crédito, cotizadas o no, distinto de las recomendaciones para las sociedades cotizadas. No parece que el hecho de que los Estados hayan apoyado a algunas entidades financieras en dificultades justifique la aplicación de un régimen de gobierno singular para todas las entidades de crédito, hayan o no recibido apoyos. En su caso, estas normas imperativas deberían ir destinadas exclusivamente a las entidades que hayan sido destinatarias de ayudas públicas. transparencia y el cumplimiento normativo. La regulación vale lo que vale la supervisión porque ésta es el elemento que hace que se ejecute correctamente. Estas reformas, en tanto vienen a reforzar la coordinación de la supervisón a nivel europeo, merecen un juicio positivo. No obstante, debemos esperar a la puesta en marcha de todas estas iniciativas para valorar si las nuevas AES tendrán un poder efectivo y unas herramientas de gestión adecuadas para hacer realidad la teoría que plasman los textos legales recién aprobados. Sobre la pérdida de impulso en los aspectos más relevantes de la regulación A pesar de que la agenda del G 20 mantiene su contenido inicial de modo que todos sus puntos se están progresivamente abordando, el consenso inicial sobre los temas a regular y sobre la forma de hacerlo se ha ido diluyendo como consecuencia de intereses nacionales, actitudes proteccionistas o de resistencia de la industria. Los múltiples esfuerzos realizados y las iniciativas regulatorias emprendidas han dado lugar a algunos avances en el último año y a numerosas propuestas en fase de consulta o de elaboración que aún tardarán algún tiempo en madurar. Resulta en particular preocupante que, lejos de que se acerquen las opiniones sobre las prioridades regulatorias entre las diferentes áreas geográficas, mercados y foros involucrados en llevar adelante la agenda propuesta, se mantengan diferencias acentuadas en un marco de creciente debilidad de la posición europea en el contexto global. Sobre la supervisión financiera Una de las lecciones de la crisis ha sido el mayor reconocimiento internacional a la importancia de la supervisión para el correcto funcionamiento del sistema financiero y la estabilidad financiera. Las instituciones europeas han aprobado su nueva estructura de supervisión financiera basada en la creación de las nuevas Autoridades Europeas de Supervisión (AES). El refuerzo de la supervisión es clave para corregir prácticas inadecuadas, minimizar el arbitraje regulatorio entre jurisdicciones, combatir el shadow banking y potenciar la Sobre la intensidad de la reforma En opinión del Observatorio, más que aumentar el número de normas, disposiciones y recomendaciones aplicables a las entidades ya eficazmente supervisadas, el propósito prioritario del regulador debería ser extender el perímetro de la regulación a aquellos sujetos y operaciones (agencias de rating, hedge funds y derivados) que han venido operando al margen de ella. 46