Documento 3830871

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La Fundación de Estudios Financieros presenta el Estudio
“La crisis en Europa: ¿un problema de deuda soberana o una crisis del
euro?”
LA FEF SEÑALA LOS GRANDES BENEFICIOS QUE DERIVAN DE NUESTRA
PERTENENCIA AL EURO
•
La pertenencia al euro ha sido y sigue siendo la mejor garantía de
crecimiento y de creación de empleo para la economía española.
•
Es preciso corregir cuanto antes los desajustes en los que nuestra
economía está inmersa, para seguir en el euro y para crear empleo.
•
En el euro y en el cumplimiento de las reglas que exige el euro está
la solución a esos problemas.
•
La sostenibilidad de la deuda europea requiere cuanto antes
recuperar la senda del crecimiento y ello precisa reformas
profundas que favorezcan un aumento de la oferta sin aumentar el
gasto público.
La Fundación de Estudios Financieros (FEF), que preside Juan Carlos Ureta,
ha presentado hoy el Estudio “La crisis en Europa: ¿un problema de deuda
soberana o una crisis del euro?” cuya finalidad es contribuir a aclarar y
enriquecer el actual debate sobre el euro y sobre el papel que España debe
seguir desempeñando en la Unión Europea. El acto de presentación fue
clausurado por D. Fernando Jiménez-Latorre, Secretario de Estado de
Economía y Apoyo a la Empresa.
El trabajo ha sido dirigido por el Doctor Fernando Fernández Méndez de
Andés, Profesor del IE Business School y Director de la Cátedra del Sistema
Financiero Internacional. A su vez ha contado con un equipo de colaboradores
de prestigio vinculados al mundo académico, profesional y a la administración
pública.
Motivación y contenido del Estudio
La crisis financiera iniciada en 2007 se acentuó en los años 2010 y 2011 con
el problema de la deuda soberana que puso de manifiesto las dudas que entre
los inversores despertaba el estado de las finanzas públicas de algunos países
de la Zona Euro. Este nuevo episodio de turbulencias ha tenido consecuencias
muy importantes en los países afectados y, en general, ha deteriorado la
estabilidad financiera y el grado de integración europea; consecuencias que
han afectado especialmente a los mercados de deuda donde han aumentado
las diferencias de tipos de interés entre los países de forma muy significativa.
La crisis de la deuda soberana también ha impactado en la solvencia del
sector bancario europeo por su exposición a la deuda pública de los países
más afectados y ha incidido negativamente en su financiación en los mercados
mayoristas. Los episodios de tensión han sido extremos y en algunos
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momentos han alcanzado un estado de tal inestabilidad que incluso se ha
llegado a hablar de una potencial fragmentación de la Unión Monetaria,
rompiéndose de esa forma el mercado único.
En este contexto de gran incertidumbre, la Fundación de Estudios Financieros
puso en marcha este estudio cuyo objetivo es ayudar a entender lo que está
pasando y contribuir a dar luz sobre lo que se debería hacer para resolver
estos problemas.
El trabajo no pretende resolver todos los interrogantes económicos y
financieros que plantea la crisis del euro y de la deuda soberana, ni tampoco
aspira a enumerar y describir todas las medidas que serían necesarias para
superar la situación actual. Su objetivo es más sencillo, ayudar a entender lo
que está pasando, eso sí, desde el convencimiento de que hay que preservar la
Unión Monetaria. No cabe duda de que son varias las alternativas que se
pueden plantear, pero conviene comprender bien las consecuencias de cada
una de ellas, incluso las más extremas, aunque solo sea para descartarlas.
Solo entendiendo la naturaleza de la crisis del euro será posible formular
políticas correctas, nacionales y europeas.
El libro se estructura en cuatro grandes apartados, el primero conceptual
intenta explicar la naturaleza de una crisis soberana y el problema del
contagio financiero; el segundo analiza la arquitectura institucional europea y
su adaptación a las distintas crisis nacionales que se han ido produciendo; el
tercer bloque analiza las medidas que se han planteando en diferentes
ámbitos para resolver el problema puntual de algunos países, y para evitar
que se repita y dotar de permanencia y estabilidad a la Unión Monetaria; y el
cuarto capítulo explica los costes de las dos posibles salidas extremas: la
restructuración de la deuda o la devaluación.
Principales conclusiones del estudio
El trabajo incluye un resumen ejecutivo que sistematiza las diferentes
aportaciones realizadas por los colaboradores que han participado en él y un
decálogo de conclusiones que remarca las principales cuestiones que se
quieren transmitir. Desde una perspectiva española y en relación con el
problema de la deuda soberana y del euro, se destacan las siguientes
reflexiones:
-
La pertenencia al euro es la mejor garantía de crecimiento y de
creación de empleo para la economía española. Cualquier alternativa,
como se refleja a lo largo del libro, es impensable y llevaría consigo un
elevadísimo coste económico, político y social. Ahora bien, esa
pertenencia exige esfuerzos y sacrificios.
-
Es preciso corregir cuanto antes los desajustes en los que nuestra
economía está inmersa. La corrección de algunos desequilibrios
financieros generados por la burbuja de crédito y de deuda exige
sacrificios y ajustes en el corto plazo que garanticen y fortalezcan la
posición de la economía española como una de las grandes economías
de la zona euro. Algunos de esos sacrificios y ajustes pueden generar
menor crecimiento de la actividad o del empleo en el corto plazo, pero
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su adopción, además de necesaria, será enormemente beneficiosa para
el empleo y para la actividad una vez que se superen los efectos
contractivos de corto plazo.
-
Es importante trasladar a la opinión pública los grandes beneficios
que derivan de nuestra pertenencia al euro, ya que la comprensión de
estos beneficios es necesaria para asumir de forma conjunta los
esfuerzos y ajustes que hoy en día nos impone nuestra pertenencia a
la moneda común. Debe evitarse al máximo la tentación populista de
culpar al euro de los problemas que hoy aquejan a la economía
española y europea. Por el contrario, en el euro y en el cumplimiento
de las reglas que exige el euro está la solución a esos problemas.
-
Por último, la sostenibilidad de la deuda europea requiere cuanto
antes recuperar la senda del crecimiento y ello, precisa reformas
profundas que favorezcan un aumento de la oferta potencial sin
aumentar el gasto público.
La publicación
conclusiones.
contiene
un
Decálogo
que
resume
sus
principales
Acerca de la Fundación de Estudios Financieros
La Fundación de Estudios Financieros desarrolla su actividad en el ámbito de
los mercados financieros. Dedica su esfuerzo y recursos a la investigación,
formación y opinión independientes, sin ánimo de lucro y con el compromiso
de trabajar a favor de un ejercicio leal de la libertad económica fundamentado
en la eficacia, la transparencia y la ética. La Fundación ha conseguido la
integración en su Patronato de un sólido grupo de empresas e instituciones
que representan a una parte muy significativa de la sociedad civil económica y
financiera, convirtiéndose en uno de los centros de pensamiento de referencia
del mundo financiero español.
Es una fundación privada, constituida el 20 de diciembre de 1991 e
independiente de las empresas que la financian y de la Administración
Pública. Su misión esencial es generar ideas, temas de debate y propuestas de
solución sobre diferentes aspectos de la realidad económica y financiera
nacional e internacional que puedan resultar útiles a la empresa privada,
mundo académico, responsables políticos, medios de comunicación y opinión
pública.
Madrid, 8 de febrero de 2012
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DECÁLOGO
“La crisis en Europa: ¿un problema de deuda soberana o una crisis del
euro?”
“Lo más destacado del decálogo incluido en el estudio”....
1. La crisis de deuda soberana europea es una crisis de la Unión
Monetaria Europea y habría de producirse antes o después. El diseño
institucional del área euro estaba incompleto y no disponía de
instrumentos para evitar la acumulación de desequilibrios internos:
fiscales, de crédito o de déficit exterior. Se pecó de complacencia en los
años buenos y el ajuste será ahora necesariamente mayor.
2. Su solución exige cambios políticos e institucionales y cambios en
la forma de organización económica en el área euro. A medio plazo
un cambio en los Tratados parece inevitable, pero mientras llega habrá
que extremar la creatividad en la búsqueda de soluciones políticas
operativas. Los cambios habrán de afectar a la gobernanza fiscal y
monetaria, al proceso de toma de decisiones, a la disciplina fiscal y a la
actuación y mandato del propio BCE.
3. El mantenimiento de la Unión Monetaria exige mayores niveles de
coordinación fiscal para evitar las externalidades que la crisis ha
puesto en evidencia. La disciplina fiscal no puede imponerse ex post
mediante sanciones. La Unión necesita reglas preventivas que eviten la
acumulación de déficits públicos antes de que estallen. Esas reglas
habrán de traducirse en una especie de aval a los presupuestos
nacionales previo a su aprobación por los respectivos Parlamentos
nacionales.
4. Cumplir las reglas fiscales tiene que tener la contrapartida de la
protección conjunta. Algún grado de mutualización de la deuda
europea, emitida en cumplimiento de los objetivos fiscales aprobados a
escala europea, es inevitable. Pero, la mutualización futura no evita la
necesidad de una decisión previa: qué hacer con el problema heredado;
cómo resolver el exceso de deuda de algunos países. La asunción de
pérdidas para los acreedores es tan inevitable como el ajuste fiscal para
los países deudores y ha de ser previa a la petición de participación
solidaria del contribuyente europeo.
5. El alumbramiento de una nueva Unión Monetaria habrá
necesariamente de coexistir con la intervención más o menos
explícita de algunos países durante un cierto tiempo. Es la
contrapartida del rescate, pero conviene que las reglas de esta
intervención sean claras, transparentes y comunes para todos.
6. La coordinación fiscal ha de respetar el principio de subsidiariedad.
Cada país debe ser soberano para alcanzar los objetivos fiscales
acordados solidariamente por los Estados miembros de la forma que
considere más oportuna y acorde a sus objetivos. Por tanto, cada país
debe permanecer libre y autónomo para elegir su estructura fiscal y
sus preferencias de gasto. No hay modelos superiores, sino que estos
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responden a las preferencias sociales y a las circunstancias y realidades
económicas y productivas de cada país.
7. Europa está endeudada en exceso. Ha disfrutado de una prima de
credibilidad que le ha permitido pensar que había desaparecido la
restricción externa y que la financiación estaba siempre garantizada.
Pero ese plus de credibilidad ha desaparecido de manera irreversible.
Esta realidad implacable obliga a la consolidación fiscal y a la reducción
de la dependencia del ahorro externo. Deberíamos por tanto hablar
menos de crisis y más de un nuevo escenario que exige nuevas
respuestas políticas, bancarias y empresariales, porque sencillamente
habrá menos capital disponible para toda Europa.
8. La Zona Euro comparte una moneda y una política monetaria pero
no es un espacio financiero integrado. Dar pronta respuesta a ese
fallo de diseño es parte de la solución a la crisis del euro. El camino
obvio está escrito y hay amplio acuerdo. Hace falta desnacionalizar la
política de regulación y supervisión financiera centralizándola en alguna
agencia europea; establecer un mecanismo europeo único de
intervención, resolución y liquidación bancaria que evite la competencia
desigual, el arbitraje regulatorio y la defensa de los campeones
nacionales; y crear con urgencia un mecanismo europeo de garantía de
depósitos con financiación, cobertura y gestión europea.
9. El BCE tiene un papel muy importante para financiar la
transición, para asegurar que la impaciencia de los mercados no acaba
con el proyecto de construcción europea mientras se aplican las
decisiones que darán lugar a una nueva Unión Monetaria que se
parezca más a una área monetaria óptima. Pero al hacerlo no puede
arruinar su credibilidad ni renunciar a su naturaleza. El BCE es
heredero legítimo del Bundesbank por decisión colectiva, no por
imposición, porque se entiende que la estabilidad monetaria y
financiera es la principal contribución de la autoridad monetaria a la
estabilidad y el crecimiento económico. Conviene no olvidarlo cuando se
le pide lo imposible.
10. La sostenibilidad de la deuda europea es, en última instancia, un
problema de crecimiento. Solo si Europa es capaz de crecer superará
sus problemas de capacidad y voluntad de pago y el euro gozará de la
estabilidad definitiva. Crecer requiere reformas que aumenten el
producto potencial y no más gasto público. La dicotomía ajuste o
expansión es falsa; la realidad inevitable es ajuste más reformas.
Esta es la última y definitiva lección de la crisis: si una economía deja
de crecer se agravan todos los problemas y las dudas sobre su
capacidad de pago serán inevitables. Más aún en una Unión Monetaria
donde no existen las salidas falsamente expansivas a corto plazo como
la devaluación.
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