VALORACIÓN DE LA TRANSPOSICIÓN DE MIFID EN ESPAÑA Gloria Hernández Aler y Sara Gutiérrez Campiña por parte de los supervisores y agentes financieros. La segunda parte del trabajo pretende resumir los aspectos más novedosos introducidos por la Ley y el Reglamento que conforman la transposición de la Directiva en nuestro país. Para ello, esta parte se divide, a su vez, en dos, la primera destinada a evaluar las novedades en materia de mercados y la segunda revisa los impactos más relevantes de la nueva normativa en las entidades que prestan servicios de inversión. 1. INTRODUCCIÓN El presente capítulo se divide en dos partes. La primera realiza una valoración preliminar de la transposición de MiFID en España. Entendemos que esta valoración ha de calificarse como preliminar o provisional ya que aún no ha transcurrido el tiempo necesario para poder evaluar si la incorporación de MiFID a nuestro ordenamiento jurídico ha sido satisfactoria, y ello porque para que una transposición pueda considerarse realizada con éxito, no sólo ha de ser asumida por los destinatarios, sino que debe alcanzar o facilitar los fines deseados por la normativa a incorporar. Claramente todavía es demasiado pronto para poder valorar si la transposición de MiFID ha servido para proteger a los inversores, así como para fomentar la equidad, la transparencia, la integridad y la eficacia de nuestros mercados financieros. Hecha esta salvedad, nuestro análisis preliminar concluye que, pese a haberse transpuesto la normativa fuera de plazo y, siendo la incorporación al régimen jurídico español, en su práctica mayoría una copia de los preceptos de la Directiva –con un considerable esfuerzo de integración en los textos precedentes– la valoración hasta la fecha es positiva, debido, principalmente, a los esfuerzos acometidos por la industria financiera de nuestro país. La anterior apreciación se matiza, sin embargo, por el hecho de que, a nuestro juicio, lo realmente relevante para determinar si la transposición será finalmente exitosa son las labores de ajuste que están por realizarse en los próximos meses 2. PARTE I. VALORACIÓN DEL PROCESO DE TRANSPOSICIÓN La Directiva 2004/39/CE de Mercados de Instrumentos Financieros (en adelante, «MiFID Nivel I») junto con dos normas de Nivel II: (i) la Directiva 2006/73/CE (en adelante, «MiFID Nivel II»), y (ii) el Reglamento (CE) 1287/2006 –de aplicación directa en los Estados miembros de la Unión–, forman, en su conjunto, la normativa conocida genéricamente como MiFID, según las siglas en inglés de su Directiva marco: Market in Financial Instruments Directive. La transposición de MiFID en España se produjo por medio de dos normas fechadas en noviembre de 2007 y febrero de 2008, respectivamente. Estas son las que se citan a continuación: • La Ley 47/2007, de 19 de noviembre, de modificación de la Ley del Mercado de Valores (en adelante, «LMV»), por la que 181 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2008) adecuadamente supervisados por los órganos competentes. (iii) Periodo de ajuste: Cuando la norma a trasponer incluye cambios sustanciales, se trata de normativa basada en principios, y como es el caso de MiFID, es una Directiva enmarcada dentro del Procedimiento Lamfalussy (lo que supone que la normativa no se agota en los Niveles I y II, siendo muy importantes las medidas de Nivel III), es normalmente necesario que se realicen ajustes en la aplicación de los aspectos controvertidos o más novedosos. Estos ajustes deben, a nuestro juicio, de consensuarse entre los destinatarios de la norma, esto es, las entidades que prestan servicios de inversión y los supervisores. Pasamos a examinar cada uno de los parámetros indicados en relación con la transposición de MiFID. se transpone MiFID Nivel I y parte de MiFID Nivel II, dejando la mayor parte de esta última pendiente de un posterior desarrollo reglamentario. • El Real Decreto 217/2008, de 15 de febrero, sobre el régimen jurídico de las empresas de servicios de inversión y demás entidades que prestan servicios de inversión (en adelante, «RD 217/2008»), que incorpora a nuestro ordenamiento jurídico la Directiva MiFID de Nivel II. No habiendo transcurrido ni siquiera un año desde la promulgación de la Ley 47/2007, la valoración que a continuación se realiza de la transposición de la Directiva a nuestro Derecho ha de entenderse como preliminar o provisional. Una transposición para que pueda considerarse realizada con éxito no sólo ha de ser asumida por sus destinatarios de la norma transpuesta sino que debe facilitar los fines deseados por la normativa. Esto es, en el caso de MiFID, proteger a los inversores, así como fomentar la equidad, la transparencia, la integridad y la eficacia de los mercados financieros. Estos aspectos no pueden todavía ser evaluados habida cuenta del escaso tiempo transcurrido desde la transposición y entrada en vigor de la Directiva en nuestro país. Pese a esta reserva inicial, se realiza a continuación una primera valoración provisional de la transposición operada en nuestro Derecho. A los efectos de valorar la calidad de la transposición se han seguido los siguientes parámetros: (i) Transposición en tiempo y forma: En primer término, para que una transposición sea correcta, la misma tiene que producirse en tiempo y forma. Es decir, la incorporación de la norma debe de realizarse dentro de los límites temporales establecidos por la misma y su contenido debe de ser ajustado a ella. (ii) Observancia de la norma transpuesta y adecuada supervisión de la misma: Asimismo, la transposición no ha de quedarse en un mero acto formal, sino que los nuevos preceptos han de ser efectivamente observados por sus destinatarios y (i) Transposición en tiempo y forma Transposición en tiempo El conjunto normativo MiFID debía haber sido transpuesto al ordenamiento jurídico de los Estados miembros de la Unión en enero del año 2007 y, en todo caso, parece que con anterioridad al 1 de noviembre de 2007, fecha en la que según la Directiva de Nivel I sus disposiciones deberían haber entrado en vigor. No obstante, varios Estados miembros, entre los que se encontraba España, no cumplieron con su obligación de transposición en de la fecha indicada. Toda vez que las dos normas de transposición emanadas hasta el momento en nuestro país datan de noviembre del año 2007 y de febrero del año 2008, la primera valoración objetiva es clara: la transposición se ha efectuado en nuestro país fuera del plazo establecido para ello. Este hecho no sido pasado por alto por la Comisión Europea que ha presentado una denuncia ante el Tribunal de Justicia contra 182 VALORACIÓN DE LA TRANSPOSICIÓN DE MIFID EN ESPAÑA España, República Checa y Polonia por la no transposición de MiFID, y así lo comunicó el pasado 31 de enero de 2008. Sin embargo, aún sin haber sido transpuesta MiFID a nuestro ordenamiento jurídico en plazo a través de los oportunos instrumentos legales y reglamentarios, lo cierto es que puede afirmarse que la mayor parte de las entidades habían finalizado sus Planes de Adaptación a la Directiva entorno al mes de noviembre de 2007 y ello debido a un doble esfuerzo: • Por una parte, sin ninguna duda, debido al esfuerzo y recursos empleados por las entidades financieras y sus asociaciones profesionales (AEB, CECA, FOGAIN, e INVERCO) para incorporar en sus organizaciones y normas de conducta los preceptos de la MiFID. • Por otra parte, por la ayuda ofrecida por los supervisores españoles, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (en adelante, «CNMV») y el Banco de España. La CNMV fue el organismo supervisor que dio la «voz de alarma» de la importancia de la normativa MiFID en julio del año 2006, cuando su entonces Presidente envió una carta a todas las entidades que prestan servicios de inversión, advirtiendo de la obligación de adaptarse a MiFID con anterioridad al 1 de noviembre de 2007. Asimismo, la CNMV en el proceso de transposición ha venido publicando una serie de documentos en su página web que ofrecían guías y criterios sobre determinados aspectos de la MiFID especialmente controvertidos. Por último, en lo que respecta a la transposición en plazo, debemos destacar que dicha transposición no se encuentra aún finalizada ya que existen diversos aspectos que están pendientes de desarrollos posteriores, como se explicará en el epígrafe siguiente relativo a la transposición en forma. Uno de estos aspectos es de capital importancia y determina, a nuestro entender, que una de las novedades más relevantes que introduce la MiFID no pueda entenderse trans- puesta en nuestro Derecho. Nos referimos a la nueva calificación del asesoramiento financiero como un servicio de inversión y al surgimiento de la figura de las Empresas de Asesoramiento Financiero (en adelante, «EAFIs»). La efectiva constitución de estas nuevas empresas de servicios de inversión se encuentra pendiente, en el momento de redacción del presente trabajo (septiembre de 2008), de la publicación por parte de la CNMV de una Circular, sin que hasta la fecha se haya podido crear ninguna EAFI en nuestro país. Este retraso supone una desventaja competitiva para nuestros asesores locales que no pueden utilizar el pasaporte europeo que la Directiva les reconoce a los efectos de prestar sus servicios en otros países de la Unión. Transposición en forma La transposición de la MiFID a través de la LMV ha supuesto un esfuerzo encomiable de integración de los nuevos preceptos en nuestra Ley más relevante en materia de prestación de servicios de inversión. La mayor parte de los preceptos incorporados a la LMV son copia de la versión española de la MiFID de Nivel I y lo mismo ocurre con la redacción del RD 217/2008, que es en su mayoría copia la MiFID de Nivel II. Lo anterior, sin embargo, no debe, a nuestro juicio, considerarse como una crítica ya que, tal y como se indicaba en trabajos previos de este Observatorio, la MiFID, pese a ser una norma basada en principios, ofrece un menor margen de discrecionalidad a los Estados miembros que el que otorgaba su antecesora, la Directiva de Servicios de Inversión del año 1993 (en adelante, «DSI»). A diferencia de la DSI, MiFID establece una armonización mucho más completa y detallada del régimen jurídico de las entidades financieras. Además, MiFID se configura como una Directiva «de máximos». El artículo 4 de la Directiva de Nivel II establece que los Estados miembros sólo podrán mantener o imponer requisitos adicionales a los que figuran en MiFID en casos excepcionales, y que estén objetivamente justificados y proporcionados ante la necesidad de hacer fren- 183 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2008) te a los riesgos específicos para la protección de los inversores. Una muestra del escaso margen con el que cuentan los Estados Miembros a la hora de transponer MiFID, es la carta enviada por el Presidente de la CNMV a la que antes se hacia referencia; esta comunicación se mandó mucho antes de que se hubiera transpuesto la norma a nuestro Derecho. El hecho de que el supervisor exigiera que las entidades elaboraran sus Planes de Adaptación sin contar con legislación local al respecto supone un reconocimiento claro de la limitación de las posibilidades de actuación del legislador español. Por lo tanto, puede concluirse que, en términos generales, la transposición se ha producido en forma ya que nuestros textos locales respetan el contenido de la MiFID en sus Niveles I y II. Sin embargo, tal y como se mencionaba en el epígrafe anterior, existen no pocos aspectos recogidos en la LMV y el RD 217/2008, que están pendientes de desarrollo normativo a través de Órdenes Ministeriales y Circulares, entre estos temas pueden destacarse la regulación del contenido del informe a emitir por los auditores externos de las entidades sobre la salvaguarda de activos (artículo 43 del RD 217/2008), la determinación de los servicios de inversión que requieren de un contrato tipo (artículo 76 del RD 217/2008) o el desarrollo del régimen de tarifas y su publicidad (artículo 71 del RD 217/2008). La modificación de la LMV y el nuevo RD 217/2008 exigen, asimismo, la revisión de otras normas reguladoras de la actividad financiera que contienen preceptos que resultan incongruentes con la nueva regulación y plantean la duda de si han de entenderse derogados por la nueva normativa. Se pueden citar como ejemplos, la integración de la Circular 3/1993, de 29 de diciembre, de la CNMV, sobre registro de operaciones y archivo de justificantes de órdenes con la nueva normativa sobre registros obligatorios o la Circular 1/1998, de 10 de junio de la CNMV, sobre sistemas internos de control, seguimiento y evaluación continuada de riesgos. Por último, en lo que respecta a la transposición en forma, debe recordarse que la MiFID como norma emanada siguiendo el procedimien- to Lamfalussy, no se agota en los Niveles I y II, siendo, en nuestra opinión, el Nivel III de capital importancia. Como ya se ha señalado en ediciones previas de este Observatorio, los trabajos de Nivel III del Committee of European Securities Regulators (en adelante, «CESR») sobre MiFID han sido especialmente prolijos habida cuenta del alcance e impacto estratégico de la Directiva. Las medidas legislativas que integran el Nivel I y II de la MiFID y la transposición de las mismas por los distintos Estados de poco valen si los supervisores de los distintos países miembros hacen, con posterioridad, una interpretación particular de las mismas. Resulta pues necesario garantizar que la aplicación de la MiFID sea uniforme y tenga efectos similares en los diferentes Estados miembros de la UE. En este sentido, el CESR ha publicado guías y documentos aclaratorios que versan sobre los temas más complejos de la Directiva. Algunos de estos textos encontraban su reflejo local en los documentos publicados en versión de borrador por la CNMV en su página web y que aún no han visto la luz en su versión definitiva. (ii) Observancia de la norma transpuesta y adecuada supervisión de la misma Observancia Como ya se ha mencionado las entidades y sus asociaciones profesionales han acometido un importante esfuerzo de adaptación a MiFID con carácter previo a los actos de transposición formal. Una vez publicada la normativa local y debido al escaso margen con que nuestro legislador contaba a la hora de incorporar la Directiva, se han hecho pequeños ajustes para acoplar ciertos temas a la normativa interna. En una primera evaluación puede afirmarse que, por lo menos formalmente, la MiFID ha sido observada por las entidades que han acometido en su práctica mayoría sus Planes de Adaptación, habiéndose prestado una atención muy considerable a esta norma durante los dos años precedentes. La adopción formal de MiFID a tra- 184 VALORACIÓN DE LA TRANSPOSICIÓN DE MIFID EN ESPAÑA cos con los que se han encontrado las entidades al abordar sus Planes de Adaptación. vés de la implementación de los Planes de Adaptación debe ser objeto de revisión dentro de las entidades para verificar que no se agota en la mera adopción de los planes sino que éstos han contribuido y están contribuyendo a mejorar sus estructuras organizativas y la protección de sus clientes. Este extremo es objeto de consideración más detallada en el epígrafe (iii) siguiente relativo al periodo de ajustes. (iii) Periodo de ajustes Esfuerzos a realizar por las entidades que prestan servicios de inversión Tomando en consideración que los Planes de Adaptación de la mayor parte de las entidades se finalizaron entorno a noviembre del año 2007, resulta necesario, tanto ir incluyendo en los mismos los ajustes pertinentes en temas que puedan plantearse en el día a día, como realizar una revisión o validación de dichos Planes, una vez haya transcurrido un cierto periodo de tiempo que permita poner de manifiesto los posibles errores o ajustes necesarios. En este sentido, es especialmente importante el Informe sobre el Grado de Cumplimiento de la Normativa a emitir por los oficiales de Cumplimiento Normativo con carácter anual, siendo el del año 2008, el primero que ha de incluir una evaluación de la situación de cumplimiento o incumplimiento de la entidad con las nuevas obligaciones introducidas por MiFID (en materia organizativa y de normas de conducta), a los efectos de que al Alta Dirección pueda adoptar las medidas oportunas para garantizar el cumplimiento por parte de la entidad de la MiFID (artículo 31 del RD 217/2008). La revisión de los Planes de Adaptación y la evaluación anual a realizar por la función de cumplimiento normativo se perfilan como los ajustes más relevantes que han de acometer las entidades en los próximos meses para garantizar que las medidas adoptadas hasta la fecha son eficaces y eficientes, así como para ajustarlas, en su caso, a las necesidades del negocio y evolución del escenario financiero. Adecuada supervisión El Plan de Actividades de la CNMV 2007/2008 establecía, en relación con las actividades de supervisión, que ese organismo comenzaría a inspeccionar la implantación de MiFID durante el primer trimestre del ejercicio 2008, centrándose en la supervisión de la adaptación de normas de conducta y el asesoramiento financiero. Se tienen noticias de que hay un número de entidades que ya se encuentran en periodo de verificación de sus Planes de Adaptación por parte de la CNMV. En la fecha de redacción del presente capítulo todavía no se ha hecho público el resultado de ninguna inspección acometida por la CNMV sobre la adecuada implementación de MiFID en las entidades. Sin duda la labor de supervisión en esta materia por la CNMV es compleja y de capital importancia. La CNMV se enfrenta al reto de supervisar una norma basada en principio sin que exista una solución única para todas las entidades, lo que le exigirá realizar importantes esfuerzos de comprensión de los distintos esquemas elaborados por las mismas. Las actuaciones inspectoras que puedan haberse iniciado en el ejercicio 2008 tendrán previsiblemente un alcance limitado, en el sentido de que todavía es demasiado pronto para valorar los efectos reales que los Planes de Adaptación han producido en las entidades y parece que, tal vez, pudieran ir dirigidas a realizar una primera evaluación de los Planes de Adaptación y medidas formales adoptadas por las entidades. En cualquier caso la utilidad de estas inspecciones podría ser muy relevante, en cuanto puede ayudar a ir fijando criterios y aclarando algunos de los problemas prácti- Esfuerzos a realizar por los supervisores Las actuaciones del Nivel III en la transposición de MiFID resultan fundamentales a los efectos de 185 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2008) garantizar la adecuada transposición de las normas adoptadas siguiendo el procedimiento Lamfalussy. El Nivel III facilita que la transposición que finalmente realicen los Estados Miembros resulte homogénea, reduciendo las posibilidades de arbitraje regulatorio. En este sentido la publicación de documentos interpretativos o guías de actuación en nuestro país, que sistematicen las actuaciones de Nivel III, cuentan con una importancia muy destacada. Sería positivo que la CNMV continuara con la práctica, cada vez más extendida, de crear grupos de trabajo o de diálogo con la industria y sus asociaciones con vistas a elaborar guías y recomendaciones que faciliten a las entidades el cumplimiento de los aspectos más complejos o que requieren mayores cambios. El trabajo de dichos grupos es aconsejable que desemboque en documentos finales que no por ello han de ser entendidos como estáticos pero que colaborarían a ir fijando criterios o «best practices». Asimismo, a nuestro parecer el mismo sistema de consulta y dialogo podría observarse para la concreción de las normas (principalmente Circulares de la CNMV) que aun se encuentran por implementar. Estos ajustes y esfuerzos a realizar principalmente por los supervisores, pero también por la propia industria son, a nuestro parecer, críticos para terminar de asegurar que la transposición de MiFID sea un éxito en nuestro país. Para ello entendemos que han de ir perfilándose soluciones sobre los aspectos de más difícil aplicación o controvertidos y encontrar soluciones que permitan alinear los intereses comerciales de las entidades con los fines de transparencia y protección del inversor de la nueva normativa. dades del régimen jurídico de las entidades que prestan servicios de inversión. 3.1. PRINCIPALES NOVEDADES EN MATERIA DE MERCADOS 3.1.1. Cambio conceptual: nuevos centros de ejecución y novedades en el régimen jurídico de los mercados regulados La transposición de MiFID a través de la LMV supone, en primer lugar, un cambio conceptual muy relevante derivado del fin del principio de concentración, hasta ahora imperante en nuestro sistema legal, que determina la creación de nuevos posibles centros de ejecución de los valores e instrumentos financieros: (i) Los mercados regulados: que mantienen la denominación de mercados secundarios oficiales, (ii) Los sistemas multilaterales de negociación (en adelante, «SMN») que vienen en parte a sustituir a los anteriormente denominados sistemas organizados de negociación (si bien el concepto es más amplio ya que engloba a los sistemas de negociación creados no sólo por gestores de mercados regulados sino también por empresas de servicios de inversión), y (iii) Los internalizadores sistemáticos, que son empresas de servicios de inversión que ofrecen de forma organizada, frecuente y sistemática la negociación por cuenta propia, cruzando las órdenes de sus clientes con las de otros clientes o con su propia cartera, sin acudir a los mercados regulados ni SMN. A la vista del surgimiento de estos nuevos centros de ejecución, se puede afirmar que el término de «mercado de valores» para designar los lugares virtuales o físicos donde se intercambian los activos o instrumentos financieros ha quedado superado y que la expresión más adecuada para referirnos a esos centros sería la de «sistemas de negociación». Así se desprende de una comparativa entre la redacción del artículo 1 de nuestra LMV, antes de la promulgación de la Ley 47/2007, y la dicción del mismo artículo en su redacción dada por la referida norma. La redacción previa rezaba así: «La presente Ley tiene por 3. PARTE II. PRINCIPALES NOVEDADES DE LA TRANSPOSICIÓN Las principales novedades que supone la transposición de MiFID en nuestro ordenamiento jurídico se estudian a continuación distinguiendo, por una parte, los cambios producidos en los mercados, y por otra, las modificaciones y nove- 186 VALORACIÓN DE LA TRANSPOSICIÓN DE MIFID EN ESPAÑA Gran Bretaña, 2 en Dinamarca, 1 en Holanda y 1 en Alemania). Tres novedades son, a nuestro entender, las más destacadas en lo que se refiere a los mercados regulados o mercados oficiales: Primera. Con la transposición de MiFID la competencia para la autorización de los mercados regulados recae en el Ministro de Economía y Hacienda, dejando por tanto de ostentar esta competencia el Gobierno, como ocurría hasta entonces. Segunda. Se refuerza la importancia del reglamento de mercado y se fortalecen las funciones atribuidas a las sociedades rectoras, que pueden acordar la suspensión o exclusión de cotización de los instrumentos financieros admitidos a negociación en ellos. Parece pues previsible que en un futuro próximo se proceda a publicar por Bolsas y Mercados Españoles un nuevo o nuevos reglamentos de mercado que vengan a llenar el hueco del anterior Reglamento de Bolsas de Comercio de 30 de junio de 1967. Tercera. La posibilidad de elección del sistema de compensación y liquidación o de la entidad de contrapartida central, si bien en la práctica no son pocas las dificultades de interconexión de los diversos sistemas y controles, tema que se aborda con detalle en otro capítulo del Observatorio. objeto la regulación de los mercados primarios y secundarios de valores, estableciendo a tal fin los principio de su organización y funcionamiento, las normas rectoras de la actividad de cuantos sujetos y entidades intervienen en ellos y su régimen de supervisión». La Ley 47/2007, dispone: «La presente Ley tiene por objeto la regulación de los sistemas españoles de negociación de instrumentos financieros, estableciendo a tal fin los principios de su organización y funcionamiento y las normas relativas a los instrumentos financieros objeto de su negociación y a los emisores de esos instrumentos; la prestación en España de servicios de inversión y el establecimiento del régimen de supervisión, inspección y sanción». De la comparativa del precepto en sus dos versiones se observa claramente una doble evolución, por una parte, ya no se habla de valores sino de instrumentos financieros –en el año 1988, fecha de redacción original de la norma, los activos que se negociaban en los mercados eran principal y casi exclusivamente valores negociables tales como acciones o bonos– por otra parte ya no se habla de mercados sino de sistemas de negociación. Pese a este cambio de enfoque la Ley reguladora sigue denominándose Ley del Mercado de Valores –cuando, en realidad, en la actualidad, debería denominarse Ley de los Sistemas Españoles de Negociación de Instrumentos Financieros–. Según los datos ofrecidos por el CESR, en la actualidad, en España, existen los siguientes sistemas de negociación: • Mercados regulados: Mercado Continuo Español, Bolsas (Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao), Mercado de Deuda Pública Anotada, AIAF Mercado de Renta Fija, MEFF Renta Fija, MEFF Renta Variable y Mercado de Futuros de Aceite de Oliva. • SMN: Mercado Alternativo Bursátil, MTS Spain SA, Latibex y Sistema Español de Negociación de Activos Financieros. • Internalizadores sistemáticos: en la actualidad únicamente existen en Europa 10 internalizadores sistemáticos, de los cuales ninguno está constituido en España (6 en 3.1.2. Transaction Reporting La nueva versión de la LMV refuerza el régimen de comunicación a la CNMV por parte de las entidades de las operaciones que efectúen sobre instrumentos financieros, con independencia del mercado, sistema o mecanismo a través del que se hayan ejecutado. Las operaciones que deben comunicarse son las que se refieren únicamente a compra y venta de un instrumento financiero a vencimiento, por lo que se excluyen los repos, las operaciones simultáneas, los préstamos de valores y el ejercicio de opciones o warrants. Si bien la normativa europea únicamente exige comunicar la ejecución de operaciones 187 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2008) La LMV prevé la posibilidad de realizar las comunicaciones de forma indirecta, quedando en esos casos la entidad exenta de cumplir con su obligación de comunicación frente a la CNMV; BME ofrece este servicio a las entidades en nuestro país. sobre instrumentos financieros cotizados en mercados regulados y SMN, en España esta exigencia se ha extendido a todas las operaciones realizadas sobre instrumentos financieros, a excepción de las participaciones de Instituciones de Inversión Colectiva no cotizadas (artículo 59 Bis LMV)1. La obligación de comunicación: – no recae sobre valores de terceros países que coticen en mercados regulados de fuera de la Unión Europea. – recae en las entidades que ejecuten operaciones y por lo tanto, no tendrán la obligación de comunicar las entidades que transmiten órdenes a otra entidad miembro del mercado, para que esta última las ejecute. – deberá realizarse la comunicación antes del final del día siguiente a la ejecución (en adelante, «D+1»), y en caso de incumplimiento la LMV prevé sanciones2: La finalidad del refuerzo del régimen de comunicación de operaciones es facilitar la labor de supervisión e inspección transfronteriza. En este sentido, los intermediarios domiciliados en España, comunicarán a la CNMV la totalidad de las operaciones que ejecuten. En los casos en los que las operaciones se ejecuten en mercados regulados que no sean españoles, será la CNMV la encargada de comunicar esas operaciones al supervisor correspondiente. El CESR ha publicado un listado en el que determina el supervisor de referencia para cada instrumento financiero, que en principio, es el supervisor competente del mercado o SMN en el que el valor sea más líquido. Este listado será objeto de revisión anual por parte del CESR. 3.2. PRINCIPALES IMPACTOS SOBRE LAS EMPRESAS QUE PRESTAN SERVICIOS DE INVERSIÓN Entre las principales novedades introducidas por la LMV en las entidades que prestan servicios de inversión destacan: (i) la inclusión de nuevos servicios de inversión y de nuevos instrumentos financieros, (ii) la creación de dos nuevos tipos de empresas de servicios de inversión y (iii) la inclusión de nuevos requisitos organizativos y normas de conducta. Estos aspectos se han desarrollado por medio del RD 217/2008 y a continuación se realiza un breve análisis de las principales novedades: 3.2.1. Nuevos servicios de inversión e instrumentos financieros sobre los que recaen estos servicios Los nuevos servicios de inversión establecidos en la LMV son (i) la gestión de SMN y (ii) el asesoramiento en materia de inversión, que ha pasado de considerarse una actividad accesoria a servicio de inversión –entendiendo por tal la prestación de recomendaciones personalizadas a un cliente, sea a petición de éste o por iniciativa de la entidad, con respecto a una o más operaciones relativas a instrumentos financieros–. Asimismo, con la entrada en vigor de la LMV se introducen nuevos servicios que tendrán la consideración de servicios auxiliares como son los servicios relacionados con operaciones de aseguramiento de emisiones o colocación de instrumentos financieros, los servicios relacionados con el subyacente no financiero de los instrumentos financieros derivados, cuando estén vinculados a la prestación 1 En un principio la CNMV únicamente exigía que se comunicaran las operaciones sobre instrumentos financieros que tuvieran código ISIN, si bien la CNMV el pasado julio de 2008 extendió esta obligación a los productos Over the Counter (en adelante, «OTC»). 2 Muy graves: cuando se produzca un incumplimiento reiterado de la obligación de comunicar (artículo 99 LMV). Graves: la no remisión o reiterada remisión de forma defectuosa de la comunicación (artículo 100 LMV). 188 VALORACIÓN DE LA TRANSPOSICIÓN DE MIFID EN ESPAÑA del servicio de inversión y el servicio de cambio de divisas cuando esté relacionado con la prestación de un servicio de inversión. La LMV establece que tanto la comercialización como la captación de clientes, si bien no son en si mismos servicios de inversión, sólo podrán realizarlas profesionalmente, las empresas de servicios de inversión por si mismas o a través de agentes regulados por la LMV –a estos agentes y la problemática que suscita esta limitación de actividad nos referiremos más adelante en el presente capítulo–. En lo que respecta a las nuevas categorías de instrumentos financieros, la transposición de MiFID supone la incorporación de nuevos instrumentos sobre los que recaen los servicios de inversión y que, por lo tanto, pueden gozar de los beneficios del pasaporte comunitario (contratos de instrumentos derivados, con subyacente financiero, a los contratos relacionados con materias primas liquidables por diferencias, o negociados en un mercado regulado o SMN, etc.). Agencia de Valores Simplificada, cuya actividad exclusiva será la recepción y transmisión de órdenes y a las que se les exigirá menores requisitos de capital. Esta nueva categoría de agencia de valores estará dirigida principalmente a la distribución de instrumentos o producto financiero de terceros. Dentro del presente epígrafe relativo a nuevas figuras nos parece adecuado hacer una breve mención a una figura que más que crearse parece que, con la transposición, está llamada a desaparecer definitivamente de nuestro ordenamiento jurídico. Nos referimos a los llamados presentadores/finders/prescriptores que en la actualidad utilizan algunas entidades tanto para la captación de clientes como para la promoción de servicios de inversión. Estos, en su práctica totalidad, deberán convertirse en agentes vinculados o en alguna modalidad de ESI si quieren asesorar y/o distribuir producto financiero de terceros (sea una EAFI, una Agencia de Valores Simplificada, Agencia de Valores Tradicional, etc). 3.2.3. Requisitos organizativos y normas de conducta 3.2.2. Nuevas categorías de empresas de servicios de inversión El aspecto a destacar en lo que respecta a los nuevos requisitos organizativos es el reforzamiento de las funciones de control dentro de las entidades frente a las de negocio. Se establece la necesidad de que las entidades que prestan servicios de inversión cuenten con una función de cumplimiento normativo, que será la encargada de establecer, aplicar y mantener medidas y procedimientos adecuados para detectar cualquier riesgo de incumplimiento por parte de la empresa de las obligaciones impuestas por la normativa aplicable. Asimismo deben de contar (simpre que sus características y tamaño así lo exija) de contar con una unidad de gestión de riesgos y auditoría interna. La Alta Dirección será la responsable en última instancia de garantizar que la entidad cumple las obligaciones establecidas por la normativa aplicable. Finalmente, y el lo referente a normas de conducta, el RD 217/2008 deroga el Real Decreto 629/1993, de 3 de mayo, sobre normas de actua- Como se ha indicado anteriormente, una de las principales novedades de la transposición de MiFID es que el asesoramiento en materia de inversión pasa a ser considerado como un servicio de inversión en nuestro país. Por lo tanto, las personas o entidades que se dediquen, con carácter profesional, a la prestación del servicio de asesoramiento en materia de inversión, deberán convertirse en empresa de servicios de inversión (en adelante, «ESI»). En este sentido, la LMV establece una nueva categoría de ESI, las Empresas de Asesoramiento Financiero (en adelante, «EAFIs»), cuyo régimen se desarrolla por el RD 217/2008, si bien se encuentra pendiente de ser completado por una Circular de la CNMV. Adicionalmente, el RD 217/2008 recoge una nueva categoría de agencia de valores, que en el sector se le ha comenzado a denominar como 189 OBSERVATORIO SOBRE LA REFORMA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS EUROPEOS (2008) ción en los mercados de valores y registros obligatorios. Entre las principales novedades en materia de normas de actuación de las entidades que prestan servicios de inversión destacan: • La necesaria clasificación de los clientes con carácter previo a la prestación de los servicios de inversión: Las entidades ya han realizado el año pasado una clasificación de sus clientes existentes. En la actualidad lo relevante será asegurar que el sistema de clasificación vigente en las entidades funcione adecuadamente y sea compatible y no obstaculice los procesos comerciales de captación de nuevos clientes. • La evaluación de conveniencia o idoneidad del producto o servicio: La mayor parte de entidades tienen elaborados sus Tests para cumplir con esta obligación y podría ser conveniente que, transcurrido un periodo de tiempo prudencial, se revisara si los Test empleados perfilan adecuadamente a los clientes a la vista de los productos y servicios que les han sido asig- • • 190 nados, así como si se ha maximizado la información contenida en los mismos a los efectos comerciales. La obligación de informar al cliente de posibles incentivos pagados o cobrados por la entidad: En la práctica las entidades, hasta la fecha, han comunicado a sus clientes las condiciones esenciales de su sistema de incentivos, permitiendo al cliente solicitar una información más detallada sobre los mismos. Algunas entidades han publicado un rango o porcentaje de incentivos a percibir por la entidad en determinados productos o servicios. La elaboración de la política de «mejor ejecución»: Esta política ha resultado difícil de definir principalmente a la hora de determinar qué instrumentos debían de quedar fuera de la misma, sin embargo, su redacción no ha planteado mayores problemas en cuanto a la elección de centros de ejecución ya que no han surgido hasta la fecha centros alternativos relevantes de liquidez.