1. Las raÃ−ces. La Hispania romana. 0. La prehistoria peninsular La prehistoria comienza con los orÃ−genes del ser humano y acaba con la aparición de los primeros escritos. Engloba PaleolÃ−tico NeolÃ−tico y Edad de los metales Pueblos del paleolÃ−tico Ha ce 1.000.000 aparece el “homo antecesor” (En Atapuerca (Burgos)se han hallado sus huesos y utensilios), que dará lugar al “homo sapiens”, del que surgirá el homo sapiens sapiens. Eran itinerantes, vivÃ−an de la caza, la pesca y la recolección. Además conocÃ−an el fuego. A partir del Neandertal enterraban a los muertos y a partir del Cro-Magnon realizan pinturas rupestres. Pueblos del NeolÃ−tico Hacia el año 5.000 a.c. llega a la penÃ−nsula ibérica la revolución neolÃ−tica, procedente de oriente próximo. se caracteriza por la domesticación de animales, la aparición de la agricultura y la fabricación de cerámicas y tejidos. A esta época pertenece l arte rupestre levantina, caracterizado por la monocromÃ−a y la representación esquemática de las figuras. Edad de los metales COBRE.- Del 4.000 a.C. Hay avances en técnicas agrÃ−colas y cerámica (vaso campaniforme) y empleo de megalitos y dólmenes como culto a los muertos. BRONCE. 1.800 a.C. Producción orientada a la fabricación de armas y herramientas, señal de una sociedad cada vez más jerarquizada. Se desarrolló el arado tirado por animales y la creación de campos de urnas (cementerios donde se entierran las urnas que contienen las cenizas de los muertos) HIERRO. 1.200 a.C. Llegan los pueblos celtas, y con ellos la cultura del hierro. TenÃ−an una organización socio-polÃ−tica, rasgos culturales y lengua común. • Los pueblos prerromanos Los pueblos de cultura ibérica(à beros) se hallaban en el este y sur. Eran los pueblos más influidos por los colonizadores. Su ciudad más importante fue Tarteso, de gran riqueza minera y desarrollo agrÃ−cola y comercial. Los celtÃ−beros ocupaban el centro y el oeste de la PenÃ−nsula, fueron muy influenciados por los celtas. Los pueblos del norte eran más arcaicos y se dedicaban a la ganaderÃ−a. No fueron influenciados por los colonizadores. 1 • Las colonizaciones históricas: Fenicios, griegos y cartagineses Los fenicios llegaron en el s.IX a.C. Se situaron en la costa andaluza. Se interesaron por las explotaciones mineras de Riotinto y por el comercio con Tarteso. Fundaron: Almuñecar y Cádiz. Los griegos avanzaron a partir del 600 a.C. por la costa mediterránea de la penÃ−nsula. Desarrollaron un intenso comercio con Tarteso. Fundaron: Ampurias y Rosas. Estos pueblos eran comerciantes, los asentamientos que fundaron eran colonias comerciales, buscaban metales, pero se interesaron por las pesquerÃ−as y por la sal. Impulsaron la vida urbana y legaron a los pueblos peninsulares el alfabeto fenicio, la acuñación de moneda, el torno de alfarero, nuevos cultivos (olivo) y formas polÃ−ticas más avanzadas. Los cartagineses se interesaron por la PenÃ−nsula alrededor del s.III a.C., a raÃ−z de su lucha con Roma. • Etapas de la conquista de la PenÃ−nsula por Roma Las luchas entre Cartago y Roma: En el 218 a.C. Roma incorpora Hispania a sus dominios y en el 212 Caracalla concede la ciudadanÃ−a romana a los habitantes de la penÃ−nsula. Romanos y cartagineses se disputaban la penÃ−nsula Itálica y firmaron un pacto de no agresión que delimitaba sus respectivas áreas de influencia pero, en el s.III a.C. se rompió el acuerdo y comenzó la primera guerra púnica. Roma venció y Cartago tuvo que abandonar Sicilia y Cerdeña, perdiendo asÃ− su hegemonÃ−a en el Mediterráneo. Para compensar su derrota, Cartago intervino en la penÃ−nsula. Los cartagineses, al mando de AmÃ−lcar Barca, desembarcaron en Cádiz y extendieron su dominio por los pueblos del sur y de la costa mediterránea. Más tarde, Asdrúbal fundó Cartago Nova (Cartagena) y firmó con los romanos un pacto que fijaba el rÃ−o Ebro como lÃ−mite del dominio cartaginés. Sin embargo, AnÃ−bal decidió continuar su avance hacia el norte, lo que desencadenó la segunda guerra púnica y la intervención de los romanos en la PenÃ−nsula. Acabaron con el dominio cartaginés y se decidieron a ocupar la PenÃ−nsula. La resistencia de los pueblos peninsulares: Algunos pueblos peninsulares del oeste, centro y norte se resistieron a la conquista romana mediante la guerra de guerrillas. AsÃ−, se sucedieron las guerras lusitanas (destacó Viriato, que se convirtió en un mito de la resistencia contra Roma “Roma no paga traidores”), celtibéricas y cántabras(los pueblos del norte practican el suicio colectivo como protesta). Sin embargo, en el año 19 a.C. Augusto dio por concluida la conquista de Hispania. La creación de Hispania: El proceso de implantación del poderÃ−o romano en Hispania respondió a tres proyectos: ♦ La derrota de los cartagineses. ♦ La explotación económica del territorio. ♦ La incorporación de la PenÃ−nsula al dominio polÃ−tico de Roma (romanización). 2 • El proceso de romanización: El legado cultural El latÃ−n: El triunfo del latÃ−n supuso la desaparición de las lenguas prerromanas, de las que sólo subsistió el vascuence. El latÃ−n, lengua oficial y privada, constituyó el sustrato de los idiomas romances (castellano, gallego, catalán). El derecho romano: Constituyó el instrumento que simbolizaba las relaciones de tipo público entre los habitantes del imperio y el Estado. Es todavÃ−a hoy una base sustancial de nuestro ordenamiento jurÃ−dico. La religión: Los romanos permitÃ−an una cierta tolerancia religiosa a cambio del culto al emperador. Sin embargo, cuando nació el cristianismo, una religión monoteÃ−sta que se oponÃ−a a los dioses prerromanos y al culto al emperador, ésta fue perseguida, pese a lo cual se fue difundiendo desde las ciudades. El edicto de Milán (313 d.C) autorizó a la Iglesia a realizar un culto público y en el 380 el emperador Teodosio impuso el cristianismo como religión oficial del imperio. Entonces, la Iglesia se organizó en provincias, presididas por un arzobispo, las cuales se dividieron en diócesis, gobernadas por un obispo. El cristianismo impregnó la cultura romana: ♦ En las creaciones artÃ−sticas: se busca el simbolismo religioso. ♦ En las creaciones literarias: se exaltan las virtudes de los mártires de las persecuciones. ♦ En la interpretación de la historia: se sustituye el concepto de azar por el de providencia. EconomÃ−a monetaria: El denario romano fue la primera moneda de la penÃ−nsula • El proceso de romanización: las obras públicas La penÃ−nsula Ibérica estuvo continuamente abierta a las distintas corrientes artÃ−sticas de los pueblos mediterráneos. Ello facilitó la asimilación del arte romano, que estaba inspirado en el arte helenÃ−stico. Los romanos dejaron gran cantidad de construcciones repartidas por todo el territorio. Obras públicas romanas Carácter Construcciones Acueductos Utilitario Ejemplos Segovia, los Milagros (Mérida), las Ferreras (Tarraco) Murallas Puentes Lugo, Barcelona, Tarragona 3 Faros Calzadas Alcántara (Cáceres), Mérida Torre de Hércules (A Coruña) VÃ−a Augusta, vÃ−a de la Plata, vÃ−a de Astorga a Burgos Bará (Tarragona), Medinaceli (Soria), Cáparra (Cáceres) Teatros Mérida, Segóbriga, Sagunto Lúdico Anfiteatros Mérida Circos Mérida Las ciudades estaban diseñadas según un plano en damero (en forma cuadrangular). Conmemorativo Arcos Las calzadas se construyeron respondiendo a objetivos polÃ−ticos, económicos y administrativos • La monarquÃ−a visigoda: las instituciones A partir del s.III a.C todo el Imperio Romano entra en crisis( hay un declive de las ciudades, difusión del cristianismo). Ya en esos momentos, los pueblos germanos, presionados por los hunos, empiezan a asentarse en zonas próximas al imperio e intentan penetrar en él (Ostrogodos en Italia, visigodos en Hispania). En el 409 entran en España por Roncesvalles varios pueblos de origen germánico: suevos, vándalos y alanos. En el 418 las autoridades romanas firman un pacto con los visigodos por el cuál les permitÃ−an crear un reino independiente con capital en Tolosa (Tolouse) y les entregan tierras a cambio de que las exploten y defiendan. En el siglo VI los bizantinos, tratando de restaurar el imperio romano, ocupan el litoral sur de Hispania. En el norte los suevos y las gentes de los valles cántabros y vascos declaran su independencia frente al poder polÃ−tico visigodo. Pero en el año 570 los visigodos proceden al control territorial y a su unificación social, jurÃ−dica, religiosa y cultural. El territorio se dividÃ−a en 5 grandes provincias o ducados (dux). La unificación religiosa se produce cuando el rey Recaredo se convierte al cristianismo en el III Concilio de Toledo. El principal legado cultural visigodo se produce entre los reinados de Recaredo y Don Rodrigo(ultimo rey visigodo). Organización polÃ−tica y administrativa: En los aspectos jurÃ−dicos de los visigodos cabe destacar que se dividÃ−an en tres instituciones: ♦ La monarquÃ−a que era electiva ( para ser elegido rey habÃ−a que ser germano, de linaje noble, buenas costumbres, firme en lo religioso y no haber cursado carrera religiosa) ♦ Aula regia. Grupo de nobles que asesoran al rey en temas legislativos ♦ Liber iudiciorum. Código legislativo basado en el derecho romano, creado por el rey Recesvinto. 2. La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: Al-Ôndalus. 4 • La conquista musulmana y pueblos invasores Las luchas entre el hijo de Witiza, a quien su padre habÃ−a preparado para ser rey y Don Rodrigo, que fue quien salÃ−ó elegido, provocaron que en el 711, un ejército de beréberes, al mando de Tarik, lugarteniente de Muza, cruzara el estrecho de Gibraltar. Dos meses después, a orillas del Guadalete, derrotan al rey visigodo don Rodrigo. Causas de la conquista musulmana de la PenÃ−nsula: ♦ Firma de pactos con la población visigoda, a los cuales permitÃ−an cierta autonomÃ−a polÃ−tica. ♦ Debilidad de la monarquÃ−a visigoda. ♦ La población hispanogoda vio a los musulmanes como unos libertadores que les libraban de los nobles visigodos, los cuales les cargaban de impuestos. ♦ Los musulmanes desamortizan bienes a la Iglesia y a la aristocracia y los distribuyen entre las clases bajas a cambio de tributos. En los tres años siguientes, árabes y beréberes logran el dominio de toda la PenÃ−nsula sin apenas encontrar resistencia. Sin embargo, hubo enfrentamientos entre los dos pueblos invasores, como el alzamiento de los beréberes contra los árabes en 741, que se saldó con la expulsión de gran parte de los sublevados a Ôfrica. Pueblos invasores - Los beréberes, del norte de Ôfrica, eran hombres de campo y se instalaron en las estribaciones de las sierras. - Los árabes, de Arabia y Siria, eran hombres de ciudad. Desde ellas, dirigÃ−an la explotación del campo mediante un nuevo tipo de contrato: la aparcerÃ−a, que se firmaba entre el propietario y el cultivador de la finca y por el cual ambos participaban de los productos de la misma. Atraen a comerciantes y artesanos a la ciudad. Los conquistadores musulmanes se asentaron en el territorio peninsular, al que llamaron Al Andalus, con capital en Córdoba, donde residÃ−a el valÃ−, máximo encargado del califa de Damasco. • El Emirato y el Califato de Córdoba Entre 711 y 756, Al Andalus fue un valiato o emirato dependiente del califa de Damasco. En 756, un prÃ−ncipe omeya, Abderramán I(gracias a clientelas y ejército de mercenarios), tras huir de Damasco, se proclama emir en Córdoba y, en 929, Abderramán III se proclama califa, jefe de los creyentes de Al Andalus. El Emirato (756-929): Independencia polÃ−tica pero dependencia religiosa de Damasco En 756, un prÃ−ncipe omeya, Abderramán I (gracias a clientelas y ejército de mercenarios), tras huir de Damasco, se proclama emir en Córdoba. El territorio quedó dividido en circunscripciones llamadas coras, al frente de las cuales estaban los jeques árabes. En el 778, el gobernador musulmán de Zaragoza pidió ayuda a Carlomagno, rey de los francos, para luchar contra Abderramán I, pero éste pudo controlar la situación con una dura represión contra la población 5 del valle del Ebro. El proceso de islamización de la PenÃ−nsula fue evidenciando por dos hechos: ♦ El aumento de la población de las ciudades de Al Andalus, gracias al aumento de producciones y beneficios debidos a la introducción de nuevos cultivos y a la extensión del regadÃ−o. ♦ La rápida conversión de los hispanogodos al islam (muladÃ−es), por la posibilidad de conservar sus propiedades o quedar exentos de impuestos. Entre 788 y 822 se produce una crisis del emirato y hay varias rebeliones. Las mas importantes fueron en Toledo, de carácter polÃ−tico, y la de Córdoba, de carácter mas social. El esplendor del emirato se produce con Abderramán II que completó la organización del Estado. El emir se convirtió en un soberano con poder absoluto y en su corte quedó establecida la administración del Estado, a cargo de los visires, encabezados por el hachib o primer ministro. Además, se crearon nuevas ciudades (Tudela, Murcia); se construyó una armada, que repelió los ataques vikingos; se intensificó la actividad comercial y se consolidaron las relaciones artÃ−sticas e intelectuales. Tras la muerte de Abderramán II se produjo una crisis económica que, a su vez, produjo una crisis polÃ−tica debida a tres grupos de descontentos: ♦ Ôrabes que no aceptaban el poder absoluto del emir, estaban des contentos de que el emir se hubiera convertido en un déspota oriental ♦ Mozárabes que insultaban a Mahoma y al islam, buscando el castigo y aun el martirio, para remover la conciencia de sus fieles. ♦ MuladÃ−es que seguian disconformes por no obtener los beneficios del trato de conversión. El Califato (929-1031): independencia polÃ−tica y religiosa de Damasco Abderramán III llegó al trono emiral en 912 con objetivo: la pacificación externa e interna. - Reconstrucción exterior: Contener a los cristianos y asegurar el poder del Omeya en el Magreb. - Reconstrucción interior: Acabar con la sublevación del gobernador de Zaragoza y controlar a los jefes muladÃ−es independientes. En 929 Abderramán III, cumplido su objetivo, se autoproclamó califa, logrando la independencia polÃ−tica y religiosa de Al Andalus. En esta época la riqueza se asentó en tres pilares: ♦ Recaudación de tributos de los súbditos. ♦ Cobro de parias a los reinos cristianos. ♦ Control de caravanas de oro del Sahara. A la muerte de Abderramán III, el poder paso a su hijo Alhakam II( época de máximo esplendor del emirato). A la muerte de éste, Almanzor tomó el poder y controló dictatorialmente el Estado. Cuando muere, muere con él su régimen. La crisis del siglo XI: Los reinos de Taifas (1031-1090) 6 En 1031, los 25 reinos de taifas sustituyeron al califato de Córdoba. Los más poderosos estaban gobernados por árabes y muladÃ−es, otros por eslavos y algunos por beréberes. Los reyes cristianos aprovecharon la debilidad de las taifas y mediante la exigencia del pago de parias y la amenaza guerrera, fueron controlándolas. Por ello, los gobernantes de las taifas tuvieron que cobrar nuevos tributos, lo que creó el descontento de la población. à sta época fue de un gran esplendor cultural. • La crisis del siglo XI: Los imperios norteafricanos El imperio almorávide (1090-1147): Tras la caÃ−da del reino taifa de Toledo (1085) en manos de Alfonso VI, los musulmanes pidieron ayuda a los almorávides, que habÃ−an creado un poder polÃ−tico con capital en Marrakesh y constituÃ−an un movimiento de renovación rigorista del Islam. à stos eliminaron los reinos e taifas y revitalizaron la economÃ−a, pero su éxito fue efÃ−mero debido a una serie de problemas: - El movimiento almohade, que combatió a los almorávides en el norte de Ôfrica. - Las conquistas de Alfonso I el Batallador en parte del valle del Ebro. - Las rebeliones de los andalusÃ−es contra las restricciones culturales que les habÃ−an impuesto los almorávides. Por ello en 1145 el Al Andalus almorávide se desintegró en nuevos reinos de taifas. Los almohades (1147-1212): Los almohades reunificaron las taifas y durante su gobierno Al Andalus se recuperó culturalmente (Torre del Oro, Giralda; filósofos Averroes y Maimónides) pero su dominio duró poco. Tras su derrota en las Navas de Tolosa (1212) perdieron Extremadura y el valle del Guadalquivir y se volvió a dividir el terreno en nuevas taifas. El reino nazarÃ− (1246-1492): En 1246 los vasallos nazarÃ−es o nasrÃ−es construyeron el reino de Granada. Esta dinastÃ−a de NasrÃ−es permaneció dos siglos y medio gracias a: ♦ El relieve montañoso. ♦ El desinterés de los cristianos por conquistar la PenÃ−nsula entera. ♦ La elevada población, ya que muchos mudéjares vuelven a Granada, y, debido a esta gran densidad de población, tuvieron que explotar al máximo sus recursos económicos.. En el s. XV se producen guerras internas en el reino de Granada y, en 1482 comienza la guerra de Granada, que acabará el 2-I-1492 cuando Boabdil, último rey de Granada, es derrotado. • Al-Ôndalus: La organización económica y social Agricultura: 7 La obsesión de los musulmanes por el agua y los jardines se tradujo en un incremento de la agricultura de regadÃ−o. Se utilizaron circuitos de acequias y norias que trajeron un aumento en la productividad. El aumento en el cultivo del olivo y de la vid vino acompañado de la introducción de nuevos cultivos: alcachofa, algodón, algarrobo, arroz, azúcar, naranja, ... EconomÃ−a urbana y mercantil: Los excedentes agrÃ−colas permitieron alimentar a una población cada vez mayor, que se fue reuniendo en las ciudades. Las viejas ciudades se ampliaron y otras ciudades nacieron por impulso de los emires y califas (Tudela, AlmerÃ−a, Calatayud). Estas nuevas ciudades crecÃ−an de forma anárquica, a falta de una organización municipal. En estas ciudades abundaban los artesanos y tenderos. Sociedad: HabÃ−a tres grupos sociales: - Los conquistadores (árabes y beréberes) formaban grupos de fuerte cohesión tribal. - Los hispanogodos, entre los cuales dominaban una minorÃ−a privilegiada. - Los judÃ−os que, tras haber sido perseguidos por los visigodos, facilitaron la entrada de los musulmanes. Desde el punto de vista religioso, se distinguÃ−an tres grupos: cristianos (incluidos los mozárabes), musulmanes (árabes, beréberes, mudéjares y muladÃ−es) y judÃ−os. A su vez, se produjo una diversificación en la sociedad: - En la ciudad, el enriquecimiento de la sociedad estimuló la aparición de multitud de oficios. - En el campo, la difusión del regadÃ−o estimuló la aparición de multitud de pequeños y medianos propietarios. Los cambios también afectaron a la aristocracia: se sustituyó la nobleza de sangre por la de servicio, gracias a los califas, que desconfiaban en la nobleza de sangre árabe, que se les oponÃ−a. • Al-Ôndalus: El pensamiento y las letras Las manifestaciones culturales alcanzaron su cota más alta durante el califato de Alhakam II, el Sabio, que fue mecenas de todo tipo de actividades intelectuales. Durante la “dictadura” de Almanzor se limitaron las actividades intelectuales pero, tras su muerte, los reinos de taifas se disputaron los mejores poetas, filósofos y juristas. Principales producciones intelectuales: - Reflexión teológica y jurÃ−dica: El Corán constituÃ−a un libro de doctrina y de propuesta de prácticas sociales. Los alfaquÃ−es se encargaban de interpretarlo. 8 - El pensamiento filosófico: Destacaron Averroes y el judÃ−o Maimónides. - BiografÃ−a e historia: Nació para explicar la aparición del Profeta y el contenido de sus predicaciones. - La literatura geográfica y de viajes: Debida a la expansión árabe y la obligación de la peregrinación a la Meca. - La poesÃ−a, con temas como: elogios a los mecenas, temas amorosos y hazañas guerreras. - La medicina y la ciencia, especialmente la astronomÃ−a y la botánica. • La arquitectura musulmana en España: palacios y mezquitas El arte de Al-Andalus fue un arte palatino. Tuvo dos tipos constructivos propios: - La ciudad-palacio (Medina al-Zahara, palacio de la AljaferÃ−a, Alhambra). - La mezquita (mezquita de Córdoba). 3. La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: Los reinos cristianos. • Los primeros núcleos de resistencia cristiana Los núcleos cantábricos: Cuando los conquistadores árabes y beréberes entraron en la PenÃ−nsula una minorÃ−a de nobles y eclesiásticos huyó a los valles del norte. En el 718, un grupo de refugiados aceptó a Pelayo, un noble visigodo de Asturias, como jefe y consiguieron el primer triunfo de la reconquista en Covadonga (722). Los núcleos pirenaicos: Combinaron dos fuerzas: la de las aristocracias autóctonas y la del imperio carolingio, interesado en crear una buena frontera de los Pirineos al Ebro. El fracaso de la expedición de Carlomagno a Zaragoza y su derrota en Roncesvalles (778) le empujaron a centrarse en el área catalana, que quedó dividida en condados que fueron incorporados al imperio carolingio. Más tarde estos condados o Marca Hispánica fueron ganando autonomÃ−a y se independizaron. • Principales etapas de la reconquista Es el proceso de ocupación militar del territorio musulmán en la penÃ−nsula protagonizado por los cristianos entre los siglos XIII y XV. Se apoya en dos premisas: ♦ La idea de la monarquÃ−a visigoda, de la cual los reyes astures se sentÃ−an herederos ♦ El espÃ−ritu de cruzada contra los infieles, reforzado con el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago. Primera fase: 9 Fuera del control musulmán quedaron los territorios situados al norte del Sistema Central y del valle del Duero. La cuenca del Duero, situada entre el Sistema Central y el núcleo de resistencia asturiana, era una “tierra de nadie” desde el año 741, cuando la abandonan los beréberes y los cristiano de la zona se dirigieron a Asturias durante la campaña de Alfonso I. Prescindiendo del triunfalismo de la batalla de Covadonga, la verdad es que los avances cristianos durante los siglos VIII, IX y X se limitaron a la ocupación de territorio casi despoblado como la cuenca del Duero. Por otra parte, la superioridad de Al Andalus en el S. X, etapa de esplendor del califato y de las campañas de Almanzor, era incuestionable. Segunda fase: El s. XI marca el verdadero comienzo de la reconquista, en él se produce un cambio radical en la correlación de fuerzas entre cristianos y musulmanes. El califato entró en una crisis polÃ−tica y se desmembró en reinos de taifas, mientras que los cristianos del norte se recuperaban y tomaban la iniciativa militar. Entre 1050 y 1150 se produce un avance en la reconquista. Los hechos más significativos son: ♦ En 1.085 Alfonso VI de Castilla y León reconquista la ciudad de Toledo, de gran valor estratégico y simbólico pues era la capital del reino visigodo. ♦ Los almorávides cortan el avance cristiano y vencen a Alfonso VI en Zalaca, Consuegra y Uclés, empañando su prestigio militar. ♦ Los reinos de Aragón se extendieron hasta el valle medio del Ebro (Huesca y Zaragoza). ♦ A mediados del s. XII, coincidiendo con la decadencia almorávide, comenzó la gran ofensiva, que culminó con la conquista del valle del Tajo en el sector occidental y del Ebro en el sector oriental. ♦ El Cid Campeador, que combatió unas veces con Alfonso VI y otras por su cuenta, dependiendo de la circunstancia polÃ−tica y de sus relaciones con el rey, conquista Valencia, pero tras su muerte vuelve a caer en manos de los árabes Tercera fase S. XII, marcada por el auge del poder almohade y sus disputas con los reinos cristianos, que frenan el avance conquistador. Destacan dos hechos: ♦ La creación y protagonismo de las ordenes militares. Las primeras especÃ−ficamente hispanas fueron las de Calatrava, Santiago y Alcántara ♦ La firme de tratados entre los poderes cristiano (Castilla y León y Aragón), delimitando los territorios correspondientes a cada uno en las futuras conquistas. En el tratado de Turdillén , 1151, Castilla reconoce a Aragón el derecho a la conquista de Valencia, Denia y Murcia ♦ Modelos de repoblación y organización social de los reinos cristianos La repoblación siguió 5 modelos: ♦ El Duero y el Sistema Central . En 1.085, a partir de la caÃ−da de Toledo, el territorio fue dividido en grandes circunscripciones constituidas por una ciudad o villa y un alfoz formado por numerosas 10 poblaciones. Son las comunidades de villa y tierra como Salamanca, Segovia, Ôvila y Sepúlveda ♦ La zona del Tajo. ExistÃ−a una abundante población musulmana, que no tardó en ser expulsada y otra mozárabe, que se quiso asimilar. El modelo de repoblación se basó en grandes comunidades de villa y tierra como Talavera y Madrid. ♦ El valle del Ebro. Los cristianos se instalaron mediante un sistema de repartimiento. Se repartieron las casas y obligaron a los musulmanes a instalarse en arrabales o a exiliarse. Las poblaciones aragonesas se originaron siguiendo las pautas de los fueros. ♦ La Mancha y los macizos montañosos de Teruel. Eran tierras poco pobladas, por lo que su repoblación fue lentÃ−sima y se dejo en manos de ordenes militares, lo que favoreció la aparición de latifundios dedicados a la ganaderÃ−a. ♦ Baleares, Valencia, Murcia y el valle del Guadalquivir. La fórmula empleada fue el repartimiento mediante una comisión de oficiales reales, que hacÃ−an lotes y los repartÃ−an a los guerreros en proporción a su rango. Pero poco después la escasez de colonizadores lo dejó en manos de grandes terratenientes Años más tarde, en el tratado de Cazorla, Murcia pasa a ser zona de conquista castellana. En el s.XIII, ante el creciente poder almohade, los cristianos unen sus fuerzas frente al enemigo. Ante el espÃ−ritu de Guerra Santa de los almohades, los cristianos respondieron con la cruzada concedida por Inocencio III cuyo resultado fue la formación de un ejército dirigido por los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, junto con órdenes militares de soldados extranjeros y particulares cristianos. La batalla tuvo lugar en Las Navas de Tolosa en 1.212, donde la victoria cristiana fue rotunda, comenzando, asÃ−, el declive almohade y despejando el camino hacia el valle del Guadalquivir. El desarrollo de la Reconquista a partir de 1.212 fue: ◊ Portugal concluye su particular reconquista. Entre 1.230 y 1249 alcanza el valle bajo de Guadiana, quedando como último reducto musulmán el extremo sudoccidental. ◊ La corona de Aragón avanzó rápidamente al mando de Jaime I “el Conquistador”, quien anexionó Mallorca e Ibiza. Entre 1.232 y 1.246 fue conquistado el reino de Valencia hasta los lÃ−mites cristianos. ◊ Durante el reinado de Fernando III “el Santo” se unifican definitivamente Castilla y León. Se mantuvo un avance continuo hacia el sur, incorporando primero Extremadura y después el valle del Guadalquivir (Córdoba y Sevilla). En 1.260, con Alfonso X, hijo de Fernando III, se culmina la conquista de AndalucÃ−a (Cádiz y el Reino de Niebla) y en 1.266 se incorporó Murcia. A finales del s. XIII toda la penÃ−nsula y las Islas Baleares estaban bajo dominio cristiano, exceptuando el Reino Nazarita de Granada, cuya frontera no varió en dos siglos. 11 ♦ Una cultura plural (cristianos, musulmanes y judÃ−os) La cultura de la mayorÃ−a: La población de los reinos cristianos era en su mayor parte analfabeta. Los idiomas peninsulares: Desde el s.VIII el latÃ−n fue siendo reemplazado por el gallego, leonés, castellano, aragonés y catalán. El vascuence se mantuvo. Entre los s. XI y XIII surgieron las primeras formas escritas de los nuevos idiomas: las Glosas Emilianenses y Silenses. Durante el s.XIII aparecieron las primeras manifestaciones literarias de las lenguas romances: ⋅ En castellano: Poema del MÃ−o Cid, obras de Gonzalo de Berceo y de Alfonso X el Sabio. ⋅ En catalán: escritos de Ramón Llull y crónicas de Jaime I y Bernat Desclot. ⋅ En gallego: Cantigas de Alfonso X. La cultura de la minorÃ−a: La minorÃ−a de la población hispana que sabÃ−a leer y escribir se formaba en las escuelas y universidades. Las escuelas: Los centros culturales desde el siglo X eran los monasterios. Los grupos de traductores se dedicaban a traducir del árabe al latÃ−n textos de filosofÃ−a, medicina, astronomÃ−a o matemáticas de los autores griegos. - En los centros monásticos se crearon escuelas monacales, orientadas a la preparación intelectual de los monjes. - Las escuelas catedralicias incluÃ−an el estudio de las materias del trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y del quadrivium (Aritmética, AstronomÃ−a, GeometrÃ−a y Música). - En las escuelas municipales se impartÃ−an conocimientos básicos, como las cuatro operaciones aritméticas y nociones de contabilidad. Las universidades: En el siglo XIII la cultura se fue apartando del clero y se crearon las universidades (Palencia, Salamanca, Valladolid, …), para el estudio de filosofÃ−a, artes, derecho y medicina. ♦ Manifestaciones artÃ−sticas en la Edad Media española: Alta Edad Media (s. VIII, IX y X): Como una evolución del arte visigodo se desarrolló en Asturias el arte asturiano o ramirense (también llamado prerrománico). Sus caracterÃ−sticas: arco de medio punto, bóveda de cañón y arcos fajones compensados con contrafuertes. El arte mozárabe fue una traslación a la España cristiana de las técnicas constructivas musulmanas. Destaca por las ilustraciones de los beatos. Plena Edad Media (s. XI, XII y primera mitad del XIII): ⋅ Arquitectura: Los monjes cluniacenses con elementos tomados del arte 12 romano, del lombardo, del asturiano y del visigodo crearon y difundieron el arte románico. Se construyeron monasterios, catedrales, iglesias, castillos puentes, murallas, … con este estilo. Ejemplos: s.XI: San Salvador de Leyre, catedral de Jaca, San MartÃ−n de Frómista, San Isidoro de León, parte de la catedral de Santiago. s.XII: catedral de Zamora, San Millán de Segovia, San Vicente de Ôvila, Sant Cugat del Vallés. ⋅ Artes plásticas: La escultura y la pintura sirvieron para instruir a la gente y se buscó el valor didáctico. Influidas por el neoplatonismo de San AgustÃ−n, las artes plásticas del románico tienden a la abstracción y al simbolismo. ⋅ Escultura: s.XI: Puerta de PlaterÃ−as (cat. Santiago), claustro de Silos. s.XII: Pórtico de la Gloria (cat. Santiago). ⋅ Pintura: Se pintan frescos, con valor didáctico. Ej: San Clemente de Taüll, San Pedro de Urgel. Baja Edad Media (s. XIII, XIV y XV): Los monjes cistercienses introdujeron el arte gótico, consecuencia de una serie de innovaciones técnicas (sustitución de arco de medio punto por arco ojival, contrafuertes por arbotantes, bóveda de cañón por bóveda de crucerÃ−a) que permitieron hacer muros más ligeros e instalar vidrieras. ⋅ Arquitectura: El gótico gozó del apoyo de los reyes. Ej: s.XIII: Las Huelgas (Burgos), catedrales de Burgos, Toledo y León. s.XIV: se construyen numerosos edificios civiles: lonja de Valencia; Palacio Real, Ayuntamiento, palacio de la Generalitat y Ataranzas de Barcelona. Junto al románico y al gótico se desarrolló el arte mudéjar: edificios románicos o góticos pero con técnicas constructivas y elementos árabes (monasterio de Guadalupe, Alcázar de Sevilla). ⋅ Artes plásticas: La filosofÃ−a aristotélica influyó en el arte, de modo que se refleja el mundo tal cual es: predomina el realismo y el naturalismo. ⋅ Escultura: Influenciada por tendencias extranjeras. Ej: Virgen Blanca de León, CoronarÃ−a de la catedral de Burgos. Pintura: También se nota influencia internacional. Se sustituye la pintura al fresco por la pintura sobre tabla. 4. La Baja Edad Media: La crisis de los siglos XIV y XV ♦ Organización polÃ−tica e instituciones: El reino de Castilla Los núcleos cristianos, a la vez que van reconquistando y repoblando los distintos territorios de la penÃ−nsula, van creando una organización polÃ−tica. Instituciones: ⋅ La monarquÃ−a: El monarca era el defensor del territorio, protector de la Iglesia. En un principio tenÃ−a un carácter electivo sin embargo, pronto se estableció una monarquÃ−a hereditaria con carácter patrimonial con el fin de evitar problemas. En Castilla el rey era un monarca absoluto, sin embargo, los señores iban adquiriendo cada vez más poder. 13 ⋅ Las Cortes: Los representantes del gobierno eran convocados por el monarca. Sus funciones eran: decidir problemas importantes, establecer impuestos, proclamar al heredero y realizar la toma de juramento del nuevo rey. Las cortes estaban divididas en tres estamentos: nobleza, clero y ciudadanos, representados por procuradores de las principales ciudades (alta burguesÃ−a). Estas cortes se reunÃ−an cada vez en un lugar: eran transhumantes. ⋅ Consejo Real: Tiene su origen en la curia regia. Formado por nobles, eclesiásticos y legistas que ayudaban al rey en la administración del reino. Incorporaban los altos tribunales o chancillerÃ−as. ⋅ Municipios: Las principales ciudades tenÃ−an mucho poder e independencia. TenÃ−an varias aldeas bajo su poder, administraban justicia, contaban con sus propios ejércitos y dictaban ordenanzas. En Castilla los nobles dominaban en las ciudades. ♦ Organización polÃ−tica e instituciones: La corona de Aragón Instituciones: ⋅ La monarquÃ−a: Influido por el imperio carolingio, el monarca tenÃ−a los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. Además era el jefe militar. Los tres estados (Cataluña, Valencia y Aragón) estaban bajo la autoridad de un mismo rey, que tenÃ−a las mismas obligaciones que en Castilla. En 1412 se firmó el compromiso de Caspe por el cuál se consolida la doctrina polÃ−tica del pactismo que defendÃ−a que la autoridad del rey se basaba en un pacto entre el monarca y sus súbditos. ⋅ Las Cortes: Las convocaba el rey. Además de decidir problemas importantes y conceder impuestos, las cortes tenÃ−an más poderes que en Castilla, ya que compartÃ−an el poder legislativo con el rey. Las cortes estaban divididas en tres estamentos: nobleza, clero y ciudadanos. Cada estado tenÃ−a sus propias cortes y éstas se reunÃ−an siempre en un sitio establecido. ⋅ Diputación general o Generalitat: Formada por tres grupos (nobles, clero, ciudadanos). Funcionaba en los intervalos entre las reuniones de las Cortes. Sus funciones eran: organizar la recaudación de impuestos y vigilar el cumplimiento de acuerdos establecidos en las Cortes. ⋅ Justicia Mayor: Era un juez encargado de que los derechos de los procesados fuesen preservados (semejante al actual defensor del pueblo). ⋅ Municipios: Las principales ciudades aragonesas eran tan poderosas e independientes como las castellanas. En Aragón las clases mercantiles y artesanas dominaban en las ciudades. ♦ Crisis demográfica, económica y polÃ−tica Crisis demográfica: Dos circunstancias propiciaron esta crisis: - La roturación(cultivo) de nuevas tierras se paralizó por la voluntad de los señores de buscar producciones fácilmente comercializables antes que cultivos necesarios para la subsistencia, por lo que la agricultura era incapaz de alimentar a más población. 14 - El empeoramiento de las condiciones climáticas. Debido a la carestÃ−a y al hambre, la Peste Negra hizo estragos entre la débil población, sobre todo en Cataluña. Además, la guerra y los distintos enfrentamientos acentuaron esta crisis. La crisis demográfica se cerró con tres consecuencias: - La detención del crecimiento. - La preponderancia de Castilla por la precocidad de su recuperación. - La redistribución de la población. Se redujo el número de núcleos habitados. Crisis económica: ⋅ Depresión agraria: Se evidenció en los siguientes rasgos: • El aumento de núcleos despoblados. • El retroceso de los cultivos. • El desequilibrio entre los precios y los salarios. Los señores tuvieron que pagar salarios más altos para retener a la población pero, como la población era menor, la demanda bajó y los precios bajaron. • La caÃ−da de las rentas señoriales. Los señores recaudaban menos por derechos jurisdiccionales. La despoblación de los campos dejó en manos de los señores abundantes espacios de los cuales la mayorÃ−a se arrendaron. En el Sur, los poderosos constituyeron grandes latifundios en los que comenzaron a aparecer los jornaleros. ⋅ El triunfo de la ganaderÃ−a y la vid: La reconstrucción agraria del s.XV estuvo marcada por: • La puesta en explotación de tierras abandonadas en los años malos. • La mejora de las condiciones ofrecidas a los nuevos cultivadores. • La adaptación de las producciones rurales a las necesidades de las ciudades y del comercio internacional. La ganaderÃ−a tuvo un importante crecimiento, como demuestra la constitución del Concejo de la Mesta (1273) y de las cañadas. • La crisis demográfica redujo los espacios cultivados, que pasaron a dedicarse a pastos. • La demanda de los talleres de Flandes, que usaban la lana castellana como materia prima. • La calidad de las lanas castellanas, producto de la oveja merina. La especialización de los cultivos tuvo como objetivo su fácil comercialización. Esto produjo la expansión del viñedo, los arrozales y la caña de azúcar. ⋅ El comercio: Estuvo marcado por tres hechos: • El aumento de las producciones de lana castellana, tejidos catalanes, hierro vasco y pescado andaluz. • La inserción de la PenÃ−nsula en los itinerarios internacionales. • Los comienzos de una economÃ−a-mundo en la que la Europa 15 meridional servÃ−a de aprovisionadora a la Europa septentrional. Hubo dos instrumentos mercantiles que favorecieron el comercio: • La creación de lugares de intercambio en la Corona de Castilla favoreció la aparición de nuevas ferias anuales. En la Corona de Aragón estos lugares de intercambio se situaron en las lonjas, con carácter más permanente. • La multiplicación de las sociedades mercantiles y de los medios de pago, lo que exigió la aparición de las casas de cambio y de la letra de cambio. El comercio exterior continuó la actividad en tres polos: • El de Barcelona quedó sumido en una crisis. • El área de Burgos al litoral cantábrico bullÃ−a de actividad comercial orientada al Atlántico norte, sobre todo de lana y de hierro. • Sevilla, en contacto con Granada y con Italia. Crisis polÃ−tica en Aragón: ⋅ Enfrentamiento entre autoritarios y pactistas: Pedro IV abolió el Privilegio General de los aragoneses con ayuda de los catalanes, a los que permitió crear la Generalitat. ⋅ El compromiso de Caspe (1412): Fernando I de Antequera, de la dinastÃ−a Trastámara de Castilla, pasa a gobernar la corona de Aragón. ⋅ Guerra civil catalana (1460-1472): Debido a las tirantes relaciones entre Juan II, rey de Navarra y de Aragón, y su hijo Carlos, lugarteniente de Cataluña. Crisis polÃ−tica en Castilla: ⋅ Autoritarismo y pactismo: En 1282 se sublevan la nobleza y las ciudades del reino. La sublevación la encabezó Sancho, hijo de Alfonso X. ⋅ El asesinato de Pedro I el Cruel por parte de su hermanastro Enrique II de Trastámara, defensor de la nobleza y valedor de la alianza francesa. ⋅ La intervención de Castilla en el Cisma de Occidente: Francia y Castilla se inclinaron por los papas de Avignon, frente a los de Roma. ⋅ El intento de incorporación de Portugal: Juan I intentó en 1383 la incorporación de este reino, pero la oposición de las ciudades portuguesas y de un sector de la nobleza, proclives a la alianza inglesa lo impidieron. ⋅ El problema sucesorio: Enrique IV eligió como sucesor a su hermanastra Isabel, la cual se casó con Fernando de Aragón, que aportaba la alianza con Inglaterra, por lo que Enrique IV trató de impedir el matrimonio y, a su muerte, dejó al reino a las puertas de una guerra civil. ♦ La expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo La Corona de Aragón inició su expansión mediterránea en 1229 con la conquista de Baleares. Sicilia: Cuando Sicilia se alzó contra Carlos de Anjou en 1282, los sicilianos pidieron ayuda a Pedro III de Aragón y, tras años de lucha, los monarcas aragoneses consiguieron en 1302 incorporar la isla a la Corona de Aragón. 16 Cerdeña y Córcega: Para obtener su control, los reyes de Aragón compitieron con Francia y con las ciudades-república italianas. En 1420 Alfonso V el Magnánimo consiguió instalarse en Cerdeña. Ducados de Atenas y Neopatria: Las compañÃ−as de almogávares, al mando de Roger de Flor marcharon al imperio bizantino para combatir a los turcos, los cuales asesinaron a Roger y diezmaron sus compañÃ−as. à stos, en represalia, emprendieron la “venganza catalana” y crearon los ducados de Atenas y Neopatria. Reino de Nápoles: Con el debilitamiento del dominio aragonés en el Mediterráneo, Alfonso V el Magnánimo renunció a Córcega para poder controlar Cerdeña y conquistó el reino de Nápoles (1443). ♦ Las rutas atlánticas: Castellanos y portugueses durante la Baja Edad Media. Las Islas Canarias Los reinos de León y Castilla se interesaron por la fachada costera y la navegación marÃ−tima en el siglo XII. Por entonces, los dos polos mercantiles eran Burgos y Sevilla. El estrecho de Gibraltar: Los castellanos lograron la apertura del estrecho a la libre navegación cristiana, tras la toma de Tarifa y la victoria en 1340 ante los benimerines. La guerra de los Cien Años: Tanto Francia como Inglaterra querÃ−an contar con el apoyo de la fuerza naval castellana. Finalmente los castellanos apoyaron a Francia, que alcanzó la victoria y mantuvo su alianza durante un siglo. Además, los comerciantes de Castilla se aseguraron el éxito económico repartiéndose las áreas de influencia del Atlántico con la Hansa germánica. La conquista de las islas Canarias: El interés castellano por el Atlántico y las excelentes relaciones con Francia fueron determinantes en la conquista de las Canarias. Las islas pequeñas quedaron en manos de señores andaluces y las mayores las ocuparon los Reyes Católicos. 5. Los Reyes Católicos: La construcción del Estado moderno ♦ La unión dinástica La muerte de Enrique IV situó en el trono de Castilla a su hermanastra Isabel, casada con Fernando, heredero de la corona de Aragón. Esta unión produjo una división de opiniones entre la nobleza: la mayor parte de las ciudades optaron por Isabel pero un sector se mostró partidario de Juana, hija de Enrique IV, y buscó el apoyo de Portugal y Francia. Después de una serie de conflictos entre ambos sectores, como el de Fuenteovejuna, Isabel alcanzó la victoria. En este tiempo se fijaron ciertos aspectos en polÃ−tica: - En polÃ−tica interior, Isabel y Fernando mostraron su intención de pacificar los territorios y de restaurar la autoridad real. Para ello se creó la Santa Hermandad, una especie de policÃ−a rural y la Inquisición, para controlar a los conversos que judaizaban. 17 - En polÃ−tica exterior los Reyes Católicos trataron de asegurarse la amistad de Portugal, lo que garantizó la vinculación de las islas Canarias a Castilla. También se estableció una paz con Francia. El centro de la monarquÃ−a basculó hacia Castilla debido a su mayor extensión y a que sus territorios se hallaban más unificados y mostraban menos oposición a los reyes. ♦ La conquista del Reino NazarÃ− El reino de Granada vivió desde 1246 como vasallo de Castilla, hasta que los RRCC decidieron poner fin a este reino. La guerra civil granadina entre abencerrajes y zegrÃ−es facilitó la conquista, que se produjo el 2 de enero de 1492, con las Capitulaciones de Santa Fe con el último rey nazarÃ−, Boabdil. Con este tratado los granadinos conservaban su libertad y sus propiedades y derechos pero esta situación de tolerancia se acabó cuando el cardenal Cisneros implantó la Inquisición. Los musulmanes se sublevaron y fueron objeto de una dura represión, viéndose obligados a elegir entre el exilio o la conversión. Estos conversos fueron los llamados moriscos. ♦ La integración de las Canarias y la aproximación a Portugal Durante la guerra civil castellana (1474-1479), los nobles andaluces llegaron hasta el golfo de Guinea. Sin embargo, el acuerdo que puso fin a la contienda y la voluntad de los RRCC de asegurar la amistad con Portugal supusieron la renuncia de Castilla a toda la expansión por el Ôfrica occidental con la excepción de las islas Canarias. Los RRCC organizaron conquista y colonización de las islas sobre dos bases: - La confirmación de los señorÃ−os particulares en las islas menores. - La conquista de las islas de La Palma, Gran Canaria y Tenerife. Los recursos económicos y humanos los aportaron los particulares. Los emigrantes a las islas fueron, sobre todo, andaluces y mercaderes genoveses. ♦ La organización del Estado: Instituciones de gobierno Durante la monarquÃ−a de los RRCC se pasa de un estado semi-feudal a una monarquÃ−a autoritaria. Para ello hubo que tomar una serie de medidas: - La nobleza queda sometida a la corona. - Consiguen del Papa el derecho de patronato regio, por el cual el rey tiene poder para nombrar los altos cargos de la Iglesia (sistema de regalismo). - En los municipios de Castilla el rey elige a los corregidores, que representan y defienden los intereses de la corona. - Los maestrazgos son incorporados a la Corona. Entre las instituciones que se establecen: 18 - Las Cortes: Las de Castilla van perdiendo poderes, al contrario de las de Aragón, que van adquiriendo potestad debido a que en ellas estaban representados los tres estamentos. Sin embargo, los reyes fueron dominando las Cortes y estas fueron desapareciendo hasta casi suspenderse su actividad. -Los Consejos: TenÃ−an un carácter consultivo, por lo cual fueron quitando importancia a las Cortes y al final las sustituyeron. Los principales eran: el de Castilla, el de Aragón, el de Navarra, el de las órdenes militares y el de la Inquisición). El Tribunal de la Inquisición se reorganizó para luchar contra los conversos que continuaban con sus prácticas judÃ−as. Uno de los efectos fue la expulsión de los judÃ−os (la diáspora sefardÃ−) de 1492 que trajo graves consecuencias en el ámbito económico. - Hacienda: Fue reorganizada y con ello se incrementaron los ingresos de la Corona, sin embargo, no se crearon nuevos impuestos y siguieron pagando los mismos: los pecheros. La hacienda real era deficitaria debido a los gastos en guerras. - Administración de Justicia: En Aragón siguió igual y en Castilla se produjeron algunos cambios: la audiencia de Valladolid se dividió en cuatro: civil, criminal, de hijosdalgos y de Vizcaya. En las leyes de Toro (1505) se estableció el principio de primogenitura y la no-enajenación de los bienes patrimoniales. ♦ La proyección exterior: PolÃ−tica italiana y norteafricana La hegemonÃ−a en Italia: En el s.XV Italia era un conglomerado de pequeños principados y ciudades libres en el que las grandes potencias intervenÃ−an constantemente. En 1495 Carlos VIII de Francia ocupa Nápoles y se inicia una rivalidad hispano-francesa que durará varios siglos. Ese año se crea la Liga de Venecia, formada por: Fernando el Católico, el emperador germano Maximiliano, Inglaterra, Génova, Milán y Venecia. Este grupo presionó a Carlos VIII, que tuvo que renunciar a su conquista. Su sucesor, Luis XII, ocupó en 1500 el Milanesado e intenta invadir Nápoles. Los RRCC, que temen perder Sicilia, llegan a un acuerdo con Francia (tratado de Granada, 1500) por el cual la parte Norte de Nápoles pasa a poder de los franceses y la parte Sur continúa bajo dominio castellano. Sin embargo, surgen problemas fronterizos y el conflicto acaba en guerra hispano-francesa, en la que el ejército español al mando del capitán González Fernández de Córdoba vence a los franceses y esto obliga a Luis XII a renunciar a Nápoles. En 1511 se forma la Liga Santa, con: Fernando el Católico, el emperador germano Maximiliano, Enrique VIII de Inglaterra y el Papa. En 1512 vencen a Francia, que tiene que abandonar el Milanesado hasta 1515, cuando Francisco I de Francia lo recupera, aunque finalmente Carlos I de España y V de Alemania le derrota en la batalla de PavÃ−a y España consigue la hegemonÃ−a en Italia. El control del norte de Ôfrica: Los objetivos de España eran: ⋅ Prolongar el espÃ−ritu de cruzada. ⋅ Evitar nuevas invasiones, ya que muchos musulmanes del reino de Granada habÃ−an emigrado a Ôfrica y los sentimientos anticristianos se habÃ−an agudizado. 19 ⋅ Disminuir la actividad de los piratas berberiscos. ⋅ Razones económicas: se querÃ−a crear una zona comercial en la que Cádiz fuera la capital. Desde 1415 los portugueses estaban en Ceuta y los españoles consiguen una serie de ciudades: Melilla, Orán, BujÃ−a, TrÃ−poli; pero el deficiente potencial demográfico y el alto costo de su mantenimiento no les permite ampliar estos enclaves. ♦ El Descubrimiento de América En el año 1479, Portugal y Castilla firman el tratado de alcaçovas en el que se repartÃ−an las áreas de influencia en el continente Africano. Los portugueses comenzaron a buscar el camino que, contorneando la costa africana, les permitiera llegar a las riquezas de las Indias, pero rechazaron la iniciativa de Colón. Colón presentó su plan a los Reyes Católicos, que se resistieron a aceptarla por la lucha de Granada, por el déficit de la hacienda y por las desmesuradas exigencias de Colón. Una vez terminó la conquista de Granada, los Reyes Católicos firman en Abril de 1492 las capitulaciones de Santa Fe con Colón, aceptando las condiciones de éste, que sacaba de beneficio una décima parte de lo obtenido en las tierras que descubriese. En Agosto de 1492 parte del puerto de Palos de la Frontera y el 12 de octubre llega a GuanahanÃ− (San Salvador) En el curso de nuevos viajes se amplió el conocimiento de las tierras descubiertas: ⋅ En primer lugar, las islas del mar Caribe. ⋅ En segundo, las costas orientales de Sudamérica. ⋅ En tercer lugar, la Florida. ⋅ Finalmente, el istmo de Panamá. El descubrimiento aumentó la rivalidad entre Portugal y España lo que provocó la intervención del Papa y la posterior firma en el año 1494 del tratado de Tordesillas con el que los portugueses consiguieron desplazar hacia el oeste la lÃ−nea de demarcación fijada por el Papa para la expansión atlántica, lo que les permitió instalarse en Brasil. La colonización resultó difÃ−cil por las caracterÃ−sticas climáticas y por la rareza de los cultivos para los españoles, por lo que se impulsó la entrada de ganado. La búsqueda de oro fue el principal estÃ−mulo en la empresa americana. Las encomiendas: Los indios de Antillas murieron a millares, lo que dejó a los españoles sin mano de obra. Para compensar esta escasez se llevó a cabo el procedimiento de las encomiendas: los indios se repartieron entre los colonos, que se comprometieron a instruirlos aunque en la mayorÃ−a de los casos los indios se convirtieron en esclavos de los colonos. Las Leyes de Burgos (1512) trataron de corregir estos excesos. La Casa de Contratación: La administración americana se organizó a través de la Casa de Contratación, con sede en Sevilla. AllÃ− se centralizaron las relaciones comerciales con América, se controlaron las llegadas de metales preciosos, se elaboraron mapas y se fabricaron objetos para facilitar la navegación. 20 6. La España del siglo XVI ♦ El imperio de Carlos V: conflictos internos En 1517 Carlos I, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, llegó a España. En 1519 fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con el nombre de Carlos V. El monarca sólo veÃ−a en los dominios hispanos una fuente de aprovisionamiento de dinero. Las Comunidades: La sublevación de las Comunidades comenzó en Castilla en 1520 (se consideró la 1ª revolución burguesa), encabezada por Padilla, Bravo y Maldonado. . La gente de las ciudades proponÃ−a una serie de medidas: ⋅ Residencia permanente del rey en Castilla. Que abandone Europa y se centre en el gobierno de España. ⋅ Mayor participación de la comunidad en las Cortes. ⋅ Prohibición de la salida de oro, plata y lana hacia Europa. ⋅ Menor número de consejeros flamencos en el gobierno. ⋅ Defensa del patrimonio de la Corona frente a las pretensiones de la nobleza. El movimiento comunero estuvo conformado por nobles de segunda categorÃ−a, comerciantes y clérigos. Del lado del monarca se situó la alta nobleza. La derrota de los comuneros en Villalar (1521) supuso el final del movimiento y el triunfo del autoritarismo regio. Este movimiento afianzó las relaciones entre la nobleza y la monarquÃ−a. Las GermanÃ−as: (germanÃ−a = hermandad) La sublevación de las GermanÃ−as comenzó en Aragón en 1520, fue una lucha de clases. Contó con la participación de los artesanos, los campesinos y el bajo clero. Aspiraban a desembarazarse de sus señores(nobles) y a reformar la Iglesia. Los agermanados fueron derrotados por los señores y las tropas del rey, y fueron duramente castigados. Como ocurriera en Castilla, este movimiento afianzó las relaciones entre la nobleza y la monarquÃ−a. La polÃ−tica exterior de Carlos V se centró en 3 frentes: ⋅ Guerra con Francia por la hegemonÃ−a de Europa. ⋅ Guerra contra la reforma protestante iniciada por Lutero. Finalmente, Alemania quedó dividida en una parte cristiana y otra protestante. ⋅ Defensa de la cristiandad contra los turcos, por la amenaza de la expansión del Islam. ♦ La monarquÃ−a hispánica de Felipe II Carlos V abdica : - La corona de Castilla en su hijo Felipe II, 21 - El Imperio Germánico en su hermano Fernando, y con él los conflictos religiosos de Alemania Felipe II reinó entre 1556 y 1598. Fijó su corte en Madrid. Tuvo un carácter menos beligerante que su padre, trató de controlar la administración, se puso al frente de la Contrarreforma e incluso fue mecenas de las artes y las letras. PolÃ−tica interior: (basada en la intolerancia religiosa) En 1568: ⋅ Comenzaron los disturbios en Flandes. ⋅ Comenzó el conflicto morisco en el reino de Granada. ⋅ Entraron en vigor las disposiciones del Concilio de Trento. El conflicto morisco: Surgió en las Alpujarras de Granada. La comunidad morisca se levantó contra el trato vejatorio de las autoridades y de los cristianos viejos, que no aceptaban que los conversos mantuvieran sus señas de identidad cultural. El levantamiento se produjo en el ámbito rural y dio lugar a una guerra bastante cruel que acabó en 1570 con la intervención de don Juan de Austria y la muerte, cautividad o expulsión de los moriscos, tras lo cual se intentó repoblar la zona con cristianos del norte. Las alteraciones de Aragón: Tuvieron lugar en 1591, debido a dos motivos: ⋅ La crisis económica, que habÃ−a fortalecido el bandolerismo. ⋅ El descontento polÃ−tico de una facción de la nobleza que se oponÃ−a al intervensionismo regio. Además, rechazaban algunas instituciones, como la Inquisición. La solución del rey al caso de Antonio Pérez, a quién detuvo mediante la Inquisición, fue considerada como un contrafuero y esto desprestigió al rey. PolÃ−tica exterior: Estuvo marcada por tres criterios: ⋅ El enfrentamiento con Inglaterra. ⋅ La guerra de Flandes. ⋅ La pugna con el Islam. La guerra con Inglaterra: La alianza que Carlos I habÃ−a mantenido con Inglaterra se rompió por dos motivos: ⋅ La ocupación del trono de una reina protestante: Isabel I. ⋅ Los corsarios ingleses empezaron a obstaculizar el comercio entre España y América. En 1588, para asegurar su posición en Flandes, el monarca español envió la Armada Invencible, que acabó en desastre, debido a una tempestad y a que la armada inglesa era mucho mejor y mas rápida. La guerra de Flandes (paÃ−ses bajos) : Mezcló tres cuestiones: ⋅ Una cuestión polÃ−tica: la resistencia de la población a las tendencias autoritarias de un monarca que pretendÃ−a gobernarles en la distancia. 22 ⋅ Una cuestión religiosa: Las provincias del sur se mantuvieron en la ortodoxia católica mientras que las del norte aceptaron el calvinismo. ⋅ Una cuestión económica: La imposibilidad de generar recursos suficientes para mantener un ejército. La polÃ−tica inflexible de los gobernadores enviados por Felipe II fomentaron un estado de conflicto permanente y la división entre el norte calvinista y el sur católico. La lucha contra el Islam: La amenaza turca en el Mediterráneo inquietó a los paÃ−ses occidentales, que crearon la Liga Santa la cual, con las fuerzas navales de Venecia y España y bajo la jefatura de don Juan de Austria derrotó a los turcos en la batalla de Lepanto (1571). ♦ La unidad Ibérica El mayor éxito polÃ−tico y diplomático del reinado de Felipe II fue la unión de las dos coronas peninsulares, lo que se produjo gracias a la polÃ−tica matrimonial del reinado de los Reyes Católicos. A la muerte del cardenal infante don Enrique, habÃ−a dos candidatos para ocupar el trono: Felipe II, que era el que tenÃ−a más derechos al ser hijo de la emperatriz Isabel de Portugal; y Don Antonio, prior del monasterio de Cresto, nieto de don Manuel el Afortunado. Las clases populares portuguesas estaban a favor de don Antonio, sin embargo las clases altas preferÃ−an a Felipe II el cual, para zanjar la cuestión, Interviene con un ejército por tierra y otro por mar y derrota a los seguidores de don Antonio, proclamándose rey de Portugal en 1580 y consiguiendo la unidad Ibérica, aunque se convertirá más bien en una dominación española y el rey será muy impopular por las guerras en las que metió al paÃ−s. ♦ El modelo polÃ−tico de los Austrias Los Austrias se propusieron crear una estructura de poder que les permitiera imponer su autoridad y gobernar sus dominios. Para ello crearon nuevos órganos de gobierno y justicia, un ejército permanente, un cuerpo de funcionarios profesionales y una Hacienda. Nuevos órganos de gobierno: Se fijaron los principales órganos de gobierno en la Corte. Con la llegada al trono de Felipe II, Madrid se convirtió en la capital de la monarquÃ−a española. Para la gestión de los asuntos de Estado se confió en una elite de poder en la que destacaban los secretarios generales, que servÃ−an de enlace entre el monarca y sus Consejos (gobierno polisinodial). HabÃ−a tres tipos de Consejos: ⋅ Consejo de Estado. Intentaba unificar el imperio. Formado por personalidades de los distintos reinos. Tratan las relaciones exteriores: declarar la guerra o firmar la paz ⋅ Consejos territoriales. Trataban asuntos especÃ−ficos de cada Reino o Estado. El más importante fue el de Castilla, también habÃ−a de Aragón, de Indias, de Italia, de Flandes y de Portugal. 23 ⋅ Consejos temáticos. Tratan asuntos especÃ−ficos como elevar informes al monarca y resolver asuntos de jurisdicción. Entre los funcionarios reales destacaban los corregidores, que se encargaban de controlar a las autoridades locales de los municipios y servir de canal de transmisión de las decisiones de la Corte. Se aumentó el número de funcionarios que trabajaban para la monarquÃ−a. Los cargos más influyentes recayeron en miembros de la alta nobleza o del clero. La nueva administración multiplicó el número de cargos burocráticos, que en ocasiones fueron objeto de venta. Administración territorial: -Virreyes. Figura surgida en Aragón, hacÃ−an las veces del monarca en territorios no castellanos. - Cortes. Votaban, principalmente, impuestos. En Aragón eran mucho más reivindicativas que en Castilla. - Audiencias. Encargadas de administrar justicia. La Hacienda: HabÃ−a multiplicidad de impuestos que surtÃ−an las arcas reales. ExistÃ−an impuestos directos, que el contribuyente pagaba directamente a hacienda e indirectos, que gravaban la compra-venta, como la alcabala (10% de la venta). Durante todo el siglo la Hacienda trató de equilibrar los ingresos y los gastos. Los gastos de la polÃ−tica imperial y las costosas y numerosas guerras no se compensaban con los ingresos, lo que generaba un endeudamiento permanente del Estado, que tenÃ−a que recurrir continuamente a declararse en bancarrota. Felipe II estableció un impuesto sobre artÃ−culos de primera necesidad, que suscitó malestar en el pueblo En esta época fue importante la figura de los asentistas, que llevaban dinero de los reyes a lugares y en fechas determinados, a cambio se llevaban una parte de la recaudación. ♦ El Renacimiento en España La problemática religioso-cultural. El triunfo de la ortodoxia: Hacia 1520 estalló en los reinos hispánicos un problema de carácter religioso debido al enfrentamiento entre la ortodoxia católica y el erasmismo. La actuación de la Inquisición fue definitiva para la condena y abandono del erasmismo. Durante el reinado de Felipe II se prohibió la importación de libros extranjeros y la salida de estudiantes fuera del paÃ−s, con lo que se frenaron las corrientes protestantes de Europa. España se convirtió en uno de los más sólidos baluartes de la Contrarreforma. Las letras y las artes del Renacimiento: Durante la época de los RRCC se mezclaron las técnicas góticas con las mudéjares y 24 los primeros elementos renacentistas, que acabaron dominando y dieron lugar al estilo plateresco. Entre el siglo XV y el XVI el castellano adquirió una expresión literaria de gran perfección. Antonio de Nebrija fue el autor de la primera Gramática castellana. La influencia del renacimiento italiano penetró a través de Juan Boscán y llegó a su esplendor con la poesÃ−a de Garcilaso de la Vega. Apareció también la novela picaresca. Tránsito del Renacimiento al Barroco: El cierre de España a las corrientes europeÃ−stas produjo una nacionalización de las formas. La arquitectura renacentista evolucionó hacia un estilo muy sobrio cuyo ejemplo más representativo es el monasterio de San Lorenzo del Escorial, terminado por Juan de Herrera, quien dio nombre al estilo herreriano. También destaca la obra del Greco, que se convirtió en sÃ−mbolo de la espiritualidad castellana del siglo XVI. En literatura se advierte un tránsito entre el idealismo renacentista (poesÃ−a mÃ−stica) y el realismo del Barroco (novela picaresca). En la obra de Miguel de Cervantes se advierte este tránsito. 7. La España del Barroco ♦ Los validos Felipe III inauguró la costumbre de delegar el ejercicio del poder en un valido, en este caso al duque de Lerma, que ocupó los principales cargos del Estado e influyó sobre el rey para trasladar temporalmente la capital del reino de Madrid a Valladolid. La aparición de la figura del valido se debe: ⋅ Al desinterés por el poder y la debilidad de carácter de los sucesores de Felipe II. ⋅ A la creciente complejidad de las tareas de gobierno. ⋅ A la complicada maquinaria administrativa que hacÃ−a imposible que el monarca se ocupara personalmente de todos los asuntos. Los validos pertenecÃ−an a la aristocracia y disfrutaban de cargos en la corte. Eran los protectores del poder real y los mediadores entre el rey y los reinos. Su aparición supuso también la sustitución de los consejos tradicionales por las juntas, que resultaban más ágiles en la toma de decisiones. ♦ Los conflictos internos A lo largo del siglo XVII se producen diferentes problemas internos, algunos heredados del s.XVI y otros nuevos debidos a la decadencia y la crisis económica. La expulsión de los moriscos: En 1609 se decretó la expulsión de los moriscos de los reinos de Aragón, Valencia y 25 Castilla. Se acusaba a los moriscos de seguir practicando la religión musulmana a pesar de su forzada conversión. Además se les suponÃ−a colaboradores de la piraterÃ−a turca y beréber. Su expulsión suscitó resistencias y rebeliones en todas las zonas afectadas. La nobleza señorial fue indemnizada con la reversión a sus patrimonios de las tierras abandonadas por los expulsados. La conflictividad social: Los conflictos sociales del siglo XVII se producen por la expansión de la pobreza entre las clases populares y por el aumento de la presión fiscal de los señores sobre los vasallos para hacer frente a la crisis. Una de las expresiones de esta conflictividad fue el bandolerismo, que creció debido a los problemas económicos, agravados por el endurecimiento del sistema feudal y las crisis agrarias. Otros problemas de violencia fueron las revueltas antifiscales, las antiseñoriales y las protestas por la escasez de alimento. Entre los principales conflictos: ⋅ Las protestas en ciudades andaluzas (1652). ⋅ Los conflictos en las zonas de Cataluña (1683). ⋅ Las segundas germanÃ−as en Valencia en las que los campesinos se niegan a pagar las rentas a los señores (1690). ♦ La crisis de 1640 El conde duque de Olivares, valido de Felipe IV, estaba en contra de las exenciones forales de Navarra, Aragón y Portugal ya que la mayor parte del esfuerzo para solucionar los problemas de la Corona recaÃ−a sobre Castilla por lo que piensa que todos lo reinos han de tener un régimen similar al de Castilla. Uno de los problemas que encuentra es el ejército: pretende crear un ejército común para toda la Corona en el que obligatoriamente participen todos los territorios: la Unión de Armas. El proyecto fracasó al no tenerse en cuenta la realidad demográfica de cada uno de los territorios. La rebelión de Cataluña: Estalló durante la guerra contra Francia. Causas: ⋅ Reclutamientos forzosos de hombres para la guerra. ⋅ Comportamiento indisciplinado de las tropas castellanas e italianas en la frontera. ⋅ Paralización del comercio a causa de la guerra. Los desórdenes culminaron en el Corpus de sangre de Barcelona de 1640, en el que fue asesinado el virrey Santa Coloma. En 1641 los catalanes reconocieron como conde de Barcelona al rey francés Luis XIII. 26 En 1642 Cataluña es recuperada para España debido a los excesos de las tropas francesas y por el intento de dominio de Francia. La independencia de Portugal: Causas: ⋅ Aplicación de la Unión de Armas. ⋅ La introducción de nuevos impuestos. ⋅ La incapacidad de las tropas para defender el comercio del azúcar portugués frente a los holandeses. ⋅ La polÃ−tica centralista del conde duque de Olivares. El descontento de los portugueses se manifestó primero en los tumultos de à vora de 1637, que fueron reprimidos por el valido, y más tarde en la revuelta de Lisboa de 1640, que fue provocada por la exigencia de que los soldados portugueses lucharan en la frontera de Cataluña, y tras la cual el duque de Braganza fue declarado rey de Portugal como Juan IV. La decisión de la monarquÃ−a hispana de concentrar el esfuerzo bélico en Cataluña facilitó la independencia portuguesa. Las rebeliones en Nápoles y Sicilia: Se iniciaron en 1647, sin tintes secesionistas. La causa de los levantamientos se hallaba en el contexto bélico y la creciente presión fiscal. Dos motivos provocaron el estallido del descontento: ⋅ Una serie de malas cosechas. ⋅ La aplicación de la Unión de Armas. Francia intentó aprovechar la situación para ocupar algunos puertos de la zona. Para calmar los ánimos, el conde duque de Olivares suspendió los nuevos impuestos y ofreció un indulto a los revolucionarios. Esto surtió efecto en Sicilia, pero en Nápoles, la revuelta liderada por Masaniello tuvo que ser sofocada militarmente por don Juan José de Austria. ♦ PolÃ−tica exterior: el ocaso de la hegemonÃ−a de los Habsburgo Se puede dividir en dos etapas separadas por la Paz de Westfalia (1648) que acabó con el ideal de una Europa cristiana tutelada por los Austrias y dejó a España en una posición de segunda fila en la nueva Europa. Reinado de Felipe III (1598-1621): à poca pacifista: Durante el reinado de Felipe III destacó la voluntad del rey por resolver conflictos pendientes: ⋅ Se liquidó la guerra con Inglaterra en el Tratado de Londres (1604) tras el fracaso del desembarco de tropas españolas en la católica Irlanda y la muerte de Isabel I. ⋅ Llegó la paz en la guerra de Flandes con la firma de la Tregua de los Doce Años con Holanda (Paz de Amberes, 1609). ⋅ El asesinato de Enrique IV de Francia supuso la desaparición de un enemigo potencial, ya que su viuda MarÃ−a de Médicis se mostró partidaria de la 27 amistad española. Sin embargo se plantearon diversos conflictos por el control de los territorios italianos. Reinado de Felipe IV (1621-1665): La guerra de los Treinta Años y la Paz de los Pirineos: Las causas de la guerra fueron polÃ−ticas, religiosas y económicas. Tres elementos caracterizan el conflicto: ⋅ La rivalidad religiosa en Alemania. ⋅ Las pretensiones de la Casa de Austria de restaurar la autoridad imperial. ⋅ La polÃ−tica exterior francesa dirigida a acabar con la hegemonÃ−a de los Austrias. El comienzo de la guerra (1618) y la reanudación de las hostilidades en Flandes (1621) supusieron el final de la etapa pacifista. La entrada de Francia en la guerra obligó a la monarquÃ−a española a un sobreesfuerzo para mantener el dominio sobre las posesiones europeas del norte. La guerra se fue inclinando del bando de Francia ya que las dificultades para financiar el aparato militar y los graves problemas internos de descomposición territorial a partir de 1640 hicieron que el potencial bélico español decayera. Con el final de la guerra llegó la Paz de Westfalia (1648) y la corona reconoció a los PaÃ−ses Bajos como Estado independiente pero los conflictos con Francia continuaron. La Paz de los Pirineos (1659) puso fin al conflicto entre las dos coronas: España reconoció la superioridad de Francia y entregó una serie de territorios de los PaÃ−ses Bajos y del norte de Cataluña (Cerdaña, Rosellón). Reinado de Carlos II (1665-1700): El final de la dinastÃ−a de los Austrias: Firmada la paz con Francia, los esfuerzos de Felipe IV en los últimos años de reinado se centraron en recuperar Portugal, pero, la ausencia de combates trascendentes permitió a la corte de Lisboa organizar la administración del Estado y consolidar la alianza con Inglaterra. Desde 1661 a 1665 se produjeron enfrentamientos entre los ejércitos anglo-portugueses y los españoles, hasta que se firmó el Tratado de Lisboa (1668) donde se reconocÃ−a la independencia de Portugal. Los enfrentamientos bélicos con Francia se prolongaron durante el reinado de Carlos II, con la consecuente pérdida de algunos territorios en el sur de los PaÃ−ses Bajos y el Franco Condado. Sin embargo, en el último enfrentamiento del siglo con Francia, España intervino formando parte de la Liga de Augsburgo, que tenÃ−a como objetivo frenar el imperialismo francés. En la Paz de Rijswijk Luis XIV devolvió a España todas las posesiones que tenÃ−a en Flandes, pues su interés se centraba en asegurar la sucesión de su nieto Felipe de Anjou a la corona española. La muerte de Carlos II (1700) sin descendencia supuso el final de la casa de los Austria. ♦ Evolución económica y social en el siglo XVII Evolución económica: 28 La España imperial era un paÃ−s pobre a pesar de la llegada masiva de plata de las Indias, que se dedicaba a fines bélicos. Esta riqueza fácilmente conseguida acostumbró a los españoles a no producir, por lo que era necesario importar la mayor parte de los artÃ−culos de consumo. Tampoco se creó una organización bancaria y mercantil y los banqueros y comerciantes extranjeros se quedaban con el dinero. Cuando en la década de 1630 comenzó a llegar menos plata hubo un bajón en los precios y en la producción. A partir de entonces se produjeron las grandes bancarrotas. A partir de 1680 se produjo el hundimiento definitivo de Castilla debido a la catástrofe que supuso la escasa llegada de plata americana y una gran inflación pero se produjo una recuperación de la periferia: la Corona de Aragón se salvó de la crisis; en la cornisa cantábrica se reactivó la siderurgia; en Valencia se pusieron en plena explotación las tierras; en AndalucÃ−a se dio una orientación vitivinÃ−cola a la agricultura; y en Cataluña se modernizó la industria textil. Tras la crisis, los últimos años del reinado de Carlos II fueron de recuperación económica. Situación de la economÃ−a en el siglo XVII Sector primario Sector secundario La agricultura descendió notablemente debido a: ⋅ Escasez y consecuente carestÃ−a de mano de obra por descenso de población ⋅ Mal uso del suelo ⋅ Pésimo sistema de propiedad (predomina latifundismo) ⋅ Carencia de una eficaz red de comercialización de productos agrarios debido a excesivos impuestos y tasas ⋅ Falta de preparación técnica de los agricultores ⋅ Falta de estÃ−mulos para los productores: se favorecÃ−an las importaciones Los campesinos y trabajadores no tenÃ−an dinero para comprar manufacturas o alimentos asÃ− que no habÃ−a un mercado eficaz ni tampoco inversiones. La polÃ−tica aduanera favorable a las importaciones producÃ−a el retraso y decadencia del artesanado. Sector terciario Era escaso y deficiente. La balanza comercial tenÃ−a un déficit crónico y el proteccionismo que se implantó favoreció el contrabando. Para compensar este déficit se tuvieron que conceder ventajas comerciales a los antiguos enemigos: holandeses, franceses e ingleses. Evolución social: A principios y a finales del siglo XVII la población era la misma. Se produjeron grandes descensos de población debido a: ⋅ La expulsión de los moriscos. ⋅ Las guerras. ⋅ La emigración a América. ⋅ El excesivo número de clérigos. 29 ⋅ Las grandes epidemias de peste. La población de Castilla descendió mientras que la de la periferia aumentó. La población rural comenzó a disminuir proporcionalmente respecto a la urbana. Los estamentos: La alta nobleza aumentó en número y poder, mientras la baja nobleza se arruinó. La jerarquÃ−a eclesiástica siguió gozando de gran riqueza e influencia. La escasa burguesÃ−a tendÃ−a a emparentar con la nobleza, mediante matrimonio o mediante compra de tÃ−tulos. Los campesinos y artesanos, agobiados por los impuestos, se marchaban a las ciudades y pasaban a formar parte de los vagabundos, pÃ−caros o mendigos. ♦ Mentalidad y cultura en el Siglo de Oro Mentalidad: - La ideologÃ−a: Dios es el Creador y el Ordenador; la Iglesia es la única intérprete autorizada de la palabra de Dios; el rey es el representante de Dios en la tierra; los estamentos son parte de la ordenación del mundo de Dios. La sociedad asÃ− entendida era inmutable y cualquier intento de cambio era considerado un pecado de fe. La religiosidad lo abarcaba todo. Era una religiosidad de masas en la que importaba más la apariencia que la esencia. Para evitar las herejÃ−as y los elementos judaizantes se impuso el estatuto de la limpieza de sangre: la investigación de que entre los antepasados no habÃ−a nadie de origen judÃ−o o sospechoso de herejÃ−a. Quienes podÃ−an demostrar ambas condiciones podÃ−an presumir de ser cristianos viejos. El honor y la honra preocupaban mucho a la gente de la época. - La percepción de España: La idea de España que se tenÃ−a durante el reinado de los Reyes Católicos se sustituyó por la idea de MonarquÃ−a durante el imperio de Carlos I, por el sentimiento de pertenencia a unos territorios unidos únicamente por la persona del monarca y la fe católica. Cuando la MonarquÃ−a entró en crisis por la secesión de territorios, la idea de España también pasó a ser puesta en duda. Cultura: - Primera mitad del XVII: Continuó la brillante producción literaria, con autores como Cervantes, Tirso de Molina, Góngora, Lope de Vega o Quevedo, todos ellos pertenecientes al mundo barroco que busca nuevas formas (culteranismo) o nuevos conceptos (conceptismo). - Segunda mitad del XVII: Calderón de la Barca es la excepción en una literatura decadente. La novela picaresca y de caballerÃ−as desaparecieron pero aumentó la literatura de tipo polÃ−tico. 30 ♦ El arte en el Siglo de Oro Es el siglo del Barroco, un arte que intenta liberarse de toda norma que ponga freno a la libertad creadora. El Barroco, al contrario del Renacimiento, aboga por la desmedida, la falta de norma, la llamada a la masa popular y a los sentidos: importa más la apariencia que la esencia. Arquitectura: Los edificios barrocos están hechos con materiales pobres (ladrillo, adobe), debido a la crisis económica, pero tienen una exuberante decoración por el predominio de la apariencia sobre la esencia. Arquitectos importantes de esta época son: Crescenzi, Carbonell, Gómez de Mora, Francisco Bautista, Pedro Sánchez y Alonso Cano. El barroco alcanzará su máximo desarrollo con las obras de la familia Churriguera. Pintura: Fue esencialmente realista y se centró en torno a dos escuelas: la valenciana (Ribalta, Ribera) y la andaluza (Zurbarán, Velázquez, Murillo, Claudio Coello). Escultura: Se empleó la madera policromada y con incrustaciones de vidrio. Busca la atención de los sentidos. Hubo dos escuelas: la castellana (Gregorio Fernández) y la andaluza (Alonso Cano, Pedro de Mena). 8. El siglo XVIII: Los primeros Borbones ♦ La Guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht Carlos II murió en 1700 sin sucesión. Los candidatos a su sucesión eran Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, frente al archiduque Carlos de Habsburgo (Hijo del emperador Leopoldo I) y José Fernando. Todos ellos emparentados con Carlos II. Luis XIV y Leopoldo I firman un tratado para repartirse el territorio español. Al enterarse Carlos II nombra heredero a José Fernando, pero la muerte de éste hace que sea Felipe de Anjou el asignado para sucederle. A la muerte de Carlos II, subirá al trono con el nombre de Felipe V. La guerra europea Leopoldo I no reconoce a Felipe V como rey de España. Formó la “Gran alianza de la Haya” integrada por Inglaterra, Holanda, Habsburgo, Portugal y Saboya, que se enfrentó a los Borbones de Francia y España. Se debatÃ−an: ⋅ La hegemonÃ−a dinástica que enfrentaba a las casas de Borbón y Habsburgo ⋅ El dominio marÃ−timo y colonial 31 Detrás de este conflicto estaban: ⋅ Los deseos expansionistas de Luis XIV ⋅ El interés de los británicos por mantener una posición privilegiada con España, base del comercio con América ⋅ Las expectativas imperiales de los Habsburgo sobre los PaÃ−ses Bajos e Italia. Los tratados de paz de Utrech y Rastadt (1713-1714) ratificaron la victoria de Felipe V en España y de Carlos de Austria en el resto de Europa. En estos tratados: ⋅ Felipe V fue reconocido como rey de España y de las Indias, renunciando al trono de Francia. ⋅ El emperador Carlos recibió Flandes, Milán, Nápoles y Cedeña ⋅ Inglaterra se quedó con Gibraltar y Menorca, AdquirÃ−o el derecho de “asiento de negros” y enviar un navÃ−o al año para comerciar con la América Española. ⋅ El duque de Saboya recibió Sicilia ⋅ Holanda obtuvo numerosas ventajas comerciales con las colonias españolas ⋅ Portugal: fijó sus fronteras y cedió la corona de Sacramento ⋅ Luis XIV mantuvo intactas sus fronteras con el imperio y logró situar a su hijo en el trono de España, el único paÃ−s que habÃ−a perdido. La guerra civil: La guerra de Sucesión dividió a España en dos bandos: ⋅ Los territorios de la Corona de Castilla se inclinaron por Felipe de Borbón, debido a las dificultades de la población durante los años de crisis del reinado de Carlos II. ⋅ Los territorios de la Corona de Aragón se inclinaron por el archiduque Carlos de Austria debido a la fuerte competencia comercial con Francia y al recelo hacia el absolutismo francés. En Valencia, el conflicto adquirió un carácter social al presentarse el archiduque Carlos como defensor de los campesinos y por ello la nobleza valenciana se inclinó por Felipe V. La guerra acaba en 1715, una vez vencida Cataluña. ♦ El cambio dinástico del siglo XVIII: Las reformas internas Con la instauración de los Borbones (Felipe V) se inició la construcción de un nuevo modelo de Estado centralizador, con el objetivo de reforzar el poder real. Para ello se impulsó el absolutismo monárquico: el monarca se consideraba dotado de poderes ilimitados sobre sus súbditos. Los Decretos de Nueva Planta: Representaron el fin del ordenamiento jurÃ−dico e institucional histórico de los reinos de la Corona de Aragón. ConsistÃ−an en: ⋅ La supresión de los fueros, la autonomÃ−a municipal y las Cortes de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca. ⋅ La sustitución de los antiguos virreinatos por provincias, al frente de las cuales se puso a un capitán general, con competencias militares y civiles. ⋅ La introducción de un nuevo sistema impositivo que equiparaba a los 32 territorios de Aragón con los de Castilla. ⋅ El nombramiento de funcionarios castellanos y militares al frente de las nuevas instituciones. ⋅ Creación de Cortes únicas y desaparición del consejo de Aragón. La completa homogeneización institucional no se logró porque los territorios vascos y navarros, leales a Felipe V durante la guerra, conservaron sus fueros, aunque éstos se consideraban ahora concesiones regias y estaba en manos del rey su mantenimiento o derogación (quitar). La administración (reformas administrativas): Se crearon las SecretarÃ−as de Estado, el antecedente de los ministerios, lo que suponÃ−a convertir al rey en el motor de la polÃ−tica del Estado. Los secretarios tuvieron mucho poder polÃ−tico, especialmente algunos como Patiño. Los consejos (excepto el de Castilla) perdieron influencia o desaparecieron. Los municipios fueron perdiendo atribuciones. Las Cortes eran únicas y prácticamente no se reunÃ−an. Se crearon los intendentes (1711) como nexo entre el poder central y las provincias. à stos atendÃ−an la recaudación de impuestos, el equipamiento militar y otros aspectos relativos a urbanismo, sanidad y obras públicas. La polÃ−tica regalista: Se denomina regalismo al control que sobre la Iglesia ejerció la monarquÃ−a. Su objetivo era construir una iglesia nacional bajo su dependencia. El control de la Iglesia se ejerció a traves de: ⋅ el derecho del monarca a nombrar cargos eclesiásticos ⋅ la percepción de rentas ⋅ la propuesta de reformas Consecuencias de esta polÃ−tica: ⋅ Concordato Iglesia-Estado: el Papa reconoce un patronato universal a la monarquÃ−a en la Iglesia española. ⋅ La expulsión de los jesuitas (1767), considerados como instigadores del motÃ−n de Esquilache (1766). ⋅ Los recortes del poder de la Inquisición, que continuó con su capacidad de control social, por ser un instrumento útil para los objetivos de la Corona y aumentó su poder durante la revolución francesa. El Ejército y la Marina: Los Borbones se propusieron sacar al ejército de la decadencia que habÃ−a experimentado con los últimos austrias. AsÃ−, se emprendieron algunas reformas: ⋅ Se sustituyeron los tercios por regimientos. ⋅ Se creó un moderno sistema de mando. ⋅ Se estableció un ejército permanente. ⋅ 33 Los Borbones creÃ−an que el poder naval era necesario, por lo que llevaron a cabo una reforma en el sector naval: Patiño creó arsenales, puso en marcha un programa de construcción naval y promocionó las industrias de apoyo. En esta época se creo la primera academia naval española. 3. La práctica del despotismo ilustrado: Carlos III TeorÃ−a polÃ−tica dominante en Europa en el S. XVIII basada en dos principios: ⋅ El poder absoluto de la monarquÃ−a, sin que esto supusiera la ruptura con la tradición polÃ−tica anterior ⋅ El ideal del rey filósofo, al que consideraban el único que, apoyado por la minorÃ−a ilustrada del paÃ−s, sabÃ−a lo que convenÃ−a a sus súbditos. Desde el poder se impulsaron las reformas necesarias para el progreso de la socioedad: reformas educativas, economicas (aumento de producción y riqueza) y eclesiásticas. ⋅ Su lema era “Todo para el pueblo pero sin el pueblo” Carlos III fue el tercer hijo de Felipe V y, después de morir sus dos hermanos (Luis I y Fernando VI) accedió al trono. Para entonces tenÃ−a 44 años y habÃ−a sido rey en Nápoles durante más de veinte años. Por ello su reinado es el mejor del siglo XVIII, gracias a la acertada elección de sus colaboradores (entre los que destacan elConde de Aranda, el Conde de Florida blanca, Campomanes) y a su firmeza para dominar los problemas. Es considerado el más grande representante del despotismo ilustrado. Comenzó con la reforma de Madrid, una de las capitales más sucias y pobres de Europa: se empedraron sus calles, se instalaron farolas de aceite, se construyeron paseos monumentales (el del Prado), se reguló el sistema de alcantarillado…, por esto está considerado el mejor alcalde de Madrid. Potenció una polÃ−tica económica encaminada a la mejora de la producción y el comercio. Entre los proyectos ilustrados destaca el asentamiento de 2.500 familias en zonas deshabitadas de Sierra Morena, para lo que se trajeron inmigrantes centroeuropeos con el fin de fomentar la agricultura y la industria y acabar con el bandolerismo, de esta forma se creaba un modelo ideal de sociedad, compuesta por pequeños propietarios y trabajadores. También se emprendieron reformas en la administración de justicia y en el ejercito, que adquiere un carácter profesional y al servicio del Estado Otras reformas fueron la creación del Banco de San Carlos, la construcción de obras públicas (Canal Imperial de Aragón) y un plan de caminos reales de carácter radial. Pero donde mejor se muestra el espÃ−ritu ilustrado de Carlos III es en el afán de extender el deseo de modernización y reforma a toda la sociedad española. Para cambiar la mentalidad social eran imprescindible difundir las nuevas ideas. ♦ La evolución de la polÃ−tica exterior española en Europa durante el siglo XVIII Se divide en la polÃ−tica de Felipe V, con el que se firman el primer y segundo pacto de familia; Fernando VI, quien ejerció una polÃ−tica de neutralidad y firmó el Concordato de 1753 y Carlos III que firmo el tercer pacto de familia. A raÃ−z de la guerra de Sucesión, España se convierte en una potencia de segundo orden, 34 que intenta: - Recuperar los territorios perdidos - Defender el imperio de ultramar. Como España no podÃ−a realizar sola estos objetivos buscó apoyo internacional, principalmente con Francia con la que firmó tres pactos de familia. Las relaciones con el emperador En la primera mitad del s. XVIII, la revisión del Tratado de Utrecht se mezcló con las ambiciones que la esposa de Felipe V (Isabel de Farnesio) tenÃ−a para sus hijos. La defensa del acceso al trono de Nápoles, Toscana y Parma para Carlos III condujo a conflictos militares con Austria. La toma de Cerdeña y las operaciones contra Sicilia, provocaron enfrentamientos con la Cuádruple Alianza (Francia, Inglaterra, Saboya-Piamonte y el emperador) por incumplimiento del tratado de Utrech, que terminaron con el tratado de Cambrai, por el que España tuvo que devolver las posesiones Las relaciones con Francia España buscó la alianza con Francia debido a los lazos familiares y al poderÃ−o francés, por lo que se firmaron los pactos de familia de 1733 y 1743 ⋅ En 1733, España concedió su apoyo a Francia contra Austria y Rusia en el conflicto de sucesión polaco y le favoreció en el comercio, a cambio, Carlos III fue nombrado rey de las dos Sicilias y Francia se comprometió a apoyar a España en caso de ser atacada por Gran Bretaña. ⋅ En 1743, se firma el segundo pacto de familia relacionado con la guerra de sucesión austriaca. A cambio del apoyo español, Luis XV de Francia se comprometió a obtener para España: Milán, Parma y Piacenza, Las dos Sicilias y apoyar la recuperación de Gibraltar y Menorca, además de liberar a Felipe V de las cláusulas del tratado de Utrech. A pesar de los pactos de familia (el tercero se firmó en 1761) España se alió, en determinados momentos con Gran Bretaña. Las relaciones con Gran Bretaña y Portugal Las relaciones entre Gran Bretaña y España en el s.XVIII fueron tensas. Se centraron en tres puntos; 1.- Gibraltar y Menorca, que suponÃ−an para los ingleses importantes puntos de su poder naval 2.- Las colonias americanas, que España querÃ−a mantener como monopolios, pero que suponÃ−an para Gran Bretaña la oportunidad de expandirse. Los enfrentamientos con Gran Bretaña se desarrollaron en Gibraltar y El Caribe. Estas tensiones impulsaron la intervención de España a favor de la independencia de Estados Unidos. 35 Las relaciones con Portugal fueron, igualmente, difÃ−ciles. Aunque el matrimonio ente Fernando VI y Bárbara de Braganza calmó las tensiones, las ansias expansionistas de Portugal en el continente americano provocaron enfrentamientos como la guerra guaranÃ−, que finalizó en 1761 con el regreso de los jesuitas y de los indios a sus misiones. ♦ La Ilustración en España Ilustración: fenómeno cultural intelectual que define las formas de pensamiento del siglo XVIII. Basada en el culto a la razón. La Ilustración española: La Ilustración española fue más bien moderada en su alcance. La estructura social y la influencia del clero en la enseñanza condicionaron la actividad de la minorÃ−a ilustrada española. Los ilustrados expresaron en sus escritos sus preocupaciones reformistas y sus crÃ−ticas a distintas cuestiones: ⋅ Las supersticiones de la cultura popular. ⋅ El desprestigio de las actividades artesanales y mercantiles. ⋅ La debilidad de la agricultura. ⋅ El desinterés por la ciencia y la técnica. ⋅ Los abusivos privilegios de la Iglesia y de la nobleza. Los ilustrados pensaban que sólo la educación y las reformas podÃ−an corregir esos males. Sin embargo las reformas fueron tÃ−midas y abocadas al fracaso. En el pensamiento ilustrada, la racionalidad y la utilidad eran las bases que debÃ−an sustentar la prosperidad del reino. Los ilustrados españoles se interesaron por las humanidades y por las matemáticas y las ciencias de la naturaleza. Los literatos más destacados del s.XVIII son: José Cadalso, Leandro Fdez. de MoratÃ−n, el padre Feijoo y Meléndez Valdés. En el aspecto artÃ−stico se puede dividir en dos perÃ−odos: - Primera mitad del XVIII: final del Barroco. Destacan: Churriguera y Ribera. - Segunda mitad: Neoclasicismo. Sabatini, Juvara, Sachetti, Villanueva. También destaca en esta época el genial pintor Francisco de Goya y Lucientes. Las vÃ−as de difusión: ⋅ Las Academias: Principalmente las Reales Academias de Madrid (de la Lengua, de la Historia, de las Bellas Artes). ⋅ Las Sociedades Económicas de Amigos del PaÃ−s: Reuniones de pequeños grupos de ilustrados que buscaban el progreso técnico y la reflexión económica. ⋅ La prensa, surgida en el s.XVIII, que mostraba la opinión pública. 36 ⋅ Las tertulias y salones. 9. La crisis del Antiguo Régimen ♦ La crisis de 1808: guerra de independencia y revolución polÃ−tica ♦ El final del reinado de Carlos IV: Manuel Godoy ejerce el poder como primer ministro durante el reinado de Carlos IV. Se fue ganando una fuerte oposición debido a: ⋅ se le responsabilizaba de las guerras de finales y principios de siglo. ⋅ el poder absoluto que tenÃ−a y la confianza que el rey ponÃ−a en él. ⋅ las escandalosas relaciones con la familia real. ⋅ las intrigas que en la corte habÃ−a iniciado el prÃ−ncipe Fernando( Hijo de Carlos IV, futuro Fernando VII). Ante ello se produjo una crisis en el gobierno de Carlos IV y esa oposición iba a ser aprovechada por el prÃ−ncipe Fernando. Fernando y Godoy habÃ−an buscado la amistad de Napoleón en el momento en que éste iniciaba el bloqueo continental con el fin de asfixiar la economÃ−a inglesa. Como Portugal se habÃ−a negado a ese bloqueo, Napoleón va a intentar dominar este paÃ−s a través del territorio español y además se va a aprovechar de la crisis de la monarquÃ−a española. El 27-X-1807 se firma el tratado de Fontainebleau entre Godoy y Napoleón por el cual las tropas francesas entrarÃ−an por España para dominar Portugal y ésta se repartirÃ−a en tres partes( una de ellas para Godoy). Al mismo tiempo se fue formando un partido apoyado por el prÃ−ncipe Fernando cuyo objetivo era acabar con la influencia de Godoy. El rey descubre la trama pero el pueblo no le apoya. Mientras tanto, los ejércitos francesas van entrando en España y toman Lisboa, pero muchas de sus tropas se van quedando en la retaguardia, en territorio español. Entonces Godoy se percata de las intenciones de Napoleón y decide trasladar la corte de Madrid a Sevilla, pero en Aranjuez, el 17-III-1808 se produce el motÃ−n de Aranjuez, el pueblo asalta el Palacio Real, Godoy es arrestado y el rey se ve obligado a abdicar. Al acceder al trono, Fernando VII recurre a Napoleón para que retire sus tropas y éste convoca a la familia real a Bayona. Se producen los sucesos de Bayona, en los que Napoleón quiere la corona de España, pero que se la entreguen los reyes españoles de forma legitima. ⋅ Catrlos IV pide ayuda a Napoleón contra su hijo Fernando VII. ⋅ Napoleón convoca a los dos en Bayona ⋅ Como prisioneros suyos les obliga a abdicar en él. Convoca unas cortes en Bayona y otorga a España la primera constitución de su historia (Todos los españoles son iguales ante la ley….) ⋅ Concede la corona de España a su hermano José I (Pepe botella) 1.2. La Guerra de la Independencia (1808-1814): La creciente hostilidad contra las tropas francesas desembocó una cadena de levantamientos a partir 2-V-1808, cuando la población civil trató de evitar la salida hacia Francia de los últimos miembros de la familia real. 37 El ejército y las instituciones de gobierno no hicieron nada ante la represión de la que eran objeto los sublevados, se creó una situación de vacìo de poder, los sublevados se dotaron de nuevos instrumentos polÃ−ticos: las Juntas locales y regionales, que desde septiembre se reunieron en la Junta Suprema Central Gubernativa del Reino. Asumieron toda la autoridad en nombre del pueblo; negaron la legitimidad de las abdicaciones de Bayona y asumieron un poder sin limitaciones. à stas no tenÃ−an un carácter popular ya que estaban formadas por nobles, oligarquÃ−as locales y grupos mercantiles; tanto liberales como partidarios del Antiguo Régimen, unidos por la oposición a los franceses y la defensa de la independencia de España y de la monarquÃ−a de Fernando VII. La guerra de la Independencia supuso: ⋅ Un conflicto interno entre los afrancesados (partidarios de José I) y los patriotas. ⋅ Un conflicto internacional entre las dos grandes potencias; Francia y Gran Bretaña, aliada de España. Los acontecimientos militares se sucedieron en tres fases: ⋅ 1ª etapa: Ocupación por las tropas francesas de los lugares estratégicos (1808-1809): Tras del tratado de Fontainebleau, las tropas francesas que atravesaban el territorio español como aliadas contra Portugal, se transforman en enemigas a partir de los sucesos del 2 de mayo de 1808. En esta etapa se destacan: • La batalla de Bailén (14-VII-1808), en la que las tropas del general Castaños derrotaron a las del general Dupont. Esta batalla tuvo importantes consecuencias: José I abandonó Madrid, los ejércitos franceses se replegaron detrás de la lÃ−nea del Ebro y Napoleón se vio obligado a intervenir con la Grande Armée entrando en Madrid y restableciendo en el trono a José I. • Los sitios de Zaragoza y de Gerona, defendidas por los generales Palafox y Ôlvarez de Castro. • El desembarco de los ingleses en Portugal, al mando de Wellington, que obligaron a los franceses a evacuar Portugal. ⋅ 2ª etapa: Predominio francés (1809-1812): Los franceses se reorganizan y actúan con todo su potencial bélico. Se rompe la lÃ−nea de resistencia española del Ebro, se produce la derrota en Uclés, las rendiciones de Zaragoza y Gerona, la ocupación del territorio Andaluz (excepto Cádiz) y de importantes plazas en Levante. Los españoles inician la guerra de “guerrillas”. ⋅ 3ª etapa: Ofensiva hispano-inglesa y derrota francesa (1812-1813): La derrota francesa coincidió con el fracaso de la campaña napoleónica en Rusia. Los acontecimientos más importantes: ofensiva hispano-inglesa en Portugal, victorias en Ciudad Rodrigo y en los Arapiles, la retirada de José I y de los ejércitos franceses hacia Valencia, la conquista de Madrid por Wellington, el repliegue de José I hasta Vitoria y la derrota final de los franceses en Vitoria y San Marcial. Por último, en 1814 los franceses evacuaron diversas plazas de Cataluña. 1.3. El proyecto reformista de José I: La permanencia de José I como rey de España dependÃ−a de la victoria militar y de encontrar apoyos sociales mediante un proyecto de cambio de la vieja monarquÃ−a absoluta, lo que se intentó con la Constitución de Bayona de 1808. 38 ⋅ Constitución de Bayona: Fue una carta otorgada (constitución que no surge de unas cortes, sino que la otorga un rey al pueblo), ya que fue elaborada por el entorno de Napoleón. Sus caracterÃ−sticas son: ⋅ EstablecÃ−a una monarquÃ−a autoritaria. ⋅ Fijaba un poder legislativo dividido en dos cámaras: Senado y Cortes. Nobleza, clero y “pueblo” elegÃ−an a sus representantes mediante un sufragio muy restrictivo. ⋅ Formulaba una serie de reformas socioeconómicas: supresión de privilegios, prohibición de nuevas amortizaciones, venta limitada de tierras de la Iglesia, libertad de industria y comercio, igualdad impositiva y declaración de ciertos derechos individuales. Este proyecto reformista pretendÃ−a desmantelar el Antiguo Régimen. Era de carácter conservador, aunque tenÃ−a reflejos de las ideas liberales. ⋅ Los afrancesados: El régimen de José I dependÃ−a de la colaboración de las elites del Antiguo Régimen, pero sólo le apoyaron los afrancesados, una minorÃ−a del sector polÃ−tico social y culturalmente dirigente. Sus motivos eran principalmente ideológicos: consideraron que el cambio dinástico permitirÃ−a abordar las transformaciones polÃ−ticas, sociales y culturales que la sociedad española necesitaba. Con la derrota napoleónica, en 1814, los afrancesados que se quedaron en España fueron duramente reprimidos y otros optaron por el exilio (Goya) . ♦ Las Cortes de Cádiz y la constitución de 1812 En 1809 la Junta Suprema Central decidió convocar las Cortes Generales y Extraordinarias en Cádiz, como única salida al vacÃ−o de poder. à stas se atribuyen la representación de toda España y crean un nuevo orden polÃ−tico y jurÃ−dico, el liberal, y lo hacen proclamando el principio de la soberanÃ−a nacional (la única fuente de autoridad y legitimidad es la nación, y no el rey). Su objetivo era modernizar España y suplantar el Antiguo Régimen. Reforma polÃ−tica: La Constitución de 1812: La cumbre de la obra reformadora de las cortes fue “la Pepa”, la Constitución de Cádiz aprobada el 19-III-1812. Es un texto muy radical que recoge las ideas liberales y establece: ⋅ La soberanÃ−a nacional, que supone el final de la monarquÃ−a absoluta. ⋅ La limitación extrema del poder de la monarquÃ−a. ⋅ El reconocimiento de la igualdad jurÃ−dica y fiscal de los ciudadanos varones, con la desaparición de los privilegios. ⋅ Una monarquÃ−a constitucional, fundada en la división de poderes, con un poder legislativo de cámara única. ⋅ El reconocimiento de un sistema participativo basado en el sufragio indirecto universal masculino para elegir ayuntamientos, diputaciones provinciales y Cortes. ⋅ ReconocÃ−a los derechos de los ciudadanos. ⋅ El final de los privilegios territoriales como los fueros vascos y navarro. 39 Reforma social: Las Cortes destruyen los privilegios del Antiguo Régimen y proclaman los Derechos y Libertades que caracterizan un estado liberal: libertad, igualdad ante la ley, derecho de propiedad y la libertad de expresión. Reforma económica: Se establece la libertad de comercio y de oficios, el fin del feudalismo y la supresión de los gremios. ♦ Fernando VII: Absolutismo y liberalismo. La emancipación de la América hispana Etapas del reinado (1814-1833): ⋅ Sexenio absolutista (1814-1820): Cuando Fernando VII entra en España, la nación entera le aclama como “el Deseado”. Volvió el Antiguo Régimen, sin Cortes ni Constitución. Fernando VII se da cuenta de que nadie respalda la Constitución y tanto el ejército (mediante el general Elio) como la nobleza (mediante el manifiesto de los Persas) se pronuncian a favor de una monarquÃ−a absolutista. Por tanto, el rey firma un decreto derogando toda la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, incluyendo la Constitución (4-V-1814). El Antiguo Régimen vuelve a España. La situación de España tras la guerra era dramática y no habÃ−a medios para una reconstrucción rápida. Además, los gobiernos de Fernando VII no eran nada brillantes. La polÃ−tica absolutista en este perÃ−odo se caracterizó por los siguientes rasgos: ⋅ La recuperación de jurisdicciones señoriales. ⋅ La crisis agraria y económica y la quiebra de la Hacienda se agudizaron. ⋅ La represión contra los liberales, que conspiraron contra el rey mediante pronunciamientos y sociedades secretas masónicas. Ante esta situación, el 1-I-1820 el teniente coronel Riego se pronuncia a favor de la Constitución de 1812. ⋅ El trienio liberal (1820-1823): Riego se pronuncia en Sevilla con un ejército que estaba preparado para embarcar hacia América para sofocar los movimientos independizadores. En un principio el pronunciamiento no tiene éxito y Riego se queda aislado. Un mes más tarde, el pronunciamiento surte efecto y otros cuarteles se unen por toda España. Ante ello el 3-III el rey jura la Constitución. Los liberales han derrotado a los absolutistas y se dividieron en dos bandos: - los moderados o doceañistas (por haber participado en la Constitución de 1812), más veteranos y conservadores. - los exaltados o veinteañistas, protagonistas del pronunciamiento de Riego, más jóvenes y partidarios de cambios más rápidos y radicales. Los moderados gobernaron de 1820 a 1822. Llevan a cabo la polÃ−tica del pactismo por la 40 cual querÃ−an llegar a un pacto con los grupos dominantes del Antiguo Régimen, sin embargo, el rey sólo pensaba en restaurar el absolutismo y, además, estos liberales se buscaron la enemistad de la Iglesia por una serie de leyes como la expulsión de los jesuitas, la sustitución del diezmo. También se ganaron la enemistad de los campesinos ya que tomaron medidas en contra de sus intereses como pagar los impuestos en metálico. Mientras tanto se va formando el partido realista, favorable al absolutismo que, en el verano de 1822 se levanta en zonas de Cataluña, toma la ciudad de Seo de Urgel y proclaman la Regencia de Urgel con el fin de sustituir al rey mientras éste se hallara privado de su libertad de acción. Esta rebelión fue sofocada pero entre los liberales aparecieron tensiones internas y radicalización por lo que en 1822 suben al poder los exaltados. Los exaltados gobernaron un año dirigidos por Evaristo San Miguel y toman medidas más progresistas: intentan abolir los estamentos, suprimir la Inquisición, Con ello buscan el apoyo del pueblo, sin conseguirlo. Los partidarios del absolutismo buscaron el apoyo de la Santa Alianza, que se reunió en 1822 en Verona, donde se decide intervenir en España para reponer a Fernando VII como rey absolutista y en abril de 1823 los Cien Mil Hijos de San Luis capitaneados por el duque de Angulema entran en España. No encuentran resistencia alguna y, ante esa situación, Fernando VII es restaurado como rey absoluto. - La década absolutista u ominosa (1823-1833): En esta última etapa de su reinado, Fernando VII busca el apoyo tanto de liberales como de absolutistas, sin conseguir contentar a ninguno de los bandos. Se trata de evitar el inmovilismo del absolutismo que habÃ−a llevado a la revolución y el radicalismo del trienio que habÃ−a fracasado también. Por tanto, se inician lentas reformas económicas y administrativas sin alterar los fundamentos del Estado. Esta práctica provocó la resistencia de los ultrarrealistas y la oposición fue creciendo, con el apoyo del infante don Carlos, hermano del rey, hasta provocar el enfrentamiento en dos momentos: ⋅ La guerra dels Malcontents o revuelta de los agraviados en 1827 en Cataluña, una sublevación armada de campesinos y artesanos rurales, apoyada por los sectores ultrarrealistas y por el clero. ⋅ La cuestión dinástica: Con la Pragmática Sanción de 1830 se derogaba la Ley Sálica que impedÃ−a a las mujeres la sucesión del trono. Con ello, Isabel, hija de Fernando VII, accederÃ−a al trono, en lugar de don Carlos. Con la muerte de Fernando VII en septiembre de 1833 Carlos Mª Isidro declara usurpadora a su sobrina, la ahora reina menor de edad Isabel II. Se proclama rey con el nombre de Carlos V y entra en España. Comienza el enfrentamiento entre absolutistas y liberales: la I Guerra Carlista. La emancipación de las colonias americanas (se inicia en 1808): - Causas: - Reformas fiscales y admnistrativas de la segunda mitad del s. XVIII para recuperar el control sobre las colonias- Malestar de las clases dirigentes criollas (descendientes de españoles, pero ya nacidos en América), que carecÃ−an de poder polÃ−tico, reservado a españoles y amenazadas en 41 algunas zonas por clases no blancas: negros, indios y mestizos.. - Crisis de 1808 en España, que abrió el debate sobre las relaciones con la metrópoli. - Influencia de las independencias de Estados unidos, HaitÃ− y de la Revolución francesa (ideas ilustradas). - El proceso de independencia: Una vez llegado el vacÃ−o de poder en España provocado por la invasión napoleónica, los criollos gestionaron su autogobierno a través de cabildos y juntas, que se declararon independientes, pero estos gobiernos cayeron rápidamente por falta de apoyo. A partir de 1814 los lÃ−deres independentistas, Simón BolÃ−var y José San MartÃ−n, consiguieron tomar los focos principales de actividad pro-española, situados en el Perú y liberar la América del Sur española definitivamente. A lo largo del siglo XIX, el imperio español fue quedando reducido a Cuba, Puerto Rico y Filipinas (que consiguieron su independencia en 1898). 10. La construcción del estado liberal ♦ La oposición al sistema liberal: las guerras carlistas: la cuestión foral Fernando VII abdicó en su hija Isabel. Tras la muerte del monarca, Isabel II accede al trono con su madre como regente. Es entonces cuando Carlos MarÃ−a Isidro se subleva. La regente Mª Cristina se encuentra desde el principio con la oposición de los partidarios de don Carlos, lo que la arroja necesariamente en manos del otro bando, el de los liberales. D. Carlos aglutina a las fuerzas que ser resisten al nacimiento de una nueva sociedad: campesinos afectados por la venta de bienes comunales, una minorÃ−a de obispos, nobles y funcionarios y una masa popular influida por el clero a la defensa de las viejas tradiciones forales. Sin embargo, el aparato militar del Estado permanece fiel a la reina MarÃ−a Cristina Identidad ideológica del carlismo: La IdeologÃ−a carlista se resume en la frase “Dios, Patria, Rey y Fueros”. ⋅ Dios: Son partidarios de una teocracia católica, donde la polÃ−tica se subordine a las necesidades y disposiciones de la Iglesia verdadera. Esto les vale el apoyo de algunos obispos. ⋅ Patria: Exaltación nacionalista de España. ⋅ Rey: SoberanÃ−a real de origen divino. Esto les pone en conflicto con los partidarios de un régimen representativo. ⋅ Fueros: Defensa de los privilegios tradicionales de las regiones y los gremios frente a la igualdad ante la ley del liberalismo. La foralidad representaba para algunos territorios un gobierno basado en las Juntas Generales. Fases de la guerra ⋅ carlista: ⋅ Primera fase: Inicio y consolidación del bando carlista (octubre 1833-junio 1835): Se producen los primeros alzamientos para proclamar rey a D. Carlos, que son sofocados en su mayorÃ−a. Los carlistas han de 42 combatir en guerrillas hasta que, en las provincias vascongadas, Zumalacárregui consigue articular un disciplinado ejército que consigue imponerse a los liberales en esta zona, sin embargo, durante el inútil asedio a Bilbao muere Zumalacárregui, perdiendo asÃ− el lÃ−der que el ejército carlista necesitaba. ⋅ Segunda fase: Fase de las expediciones (junio 1835-octubre 1837): Se extienden las operaciones militares a todo el territorio nacional, con las expediciones de los carlistas Miguel Gómez y Ramón Cabrera, el Tigre del Maestrazgo. La expedición más importante y decisiva es la Expedición Real de 1837, en la que el propio D. Carlos toma el mando para llegar a Madrid y negociar con Mª Cristina el fin de la guerra pero ésta no acepta y se produce el repliegue de las tropas carlistas hasta la zona del Ebro. ⋅ Tercera fase: Traslado del peso de la guerra al Maestrazgo y fin de la guerra (octubre 1837-junio1840): Tras el fracaso de la Expedición Real, el ejército del norte queda desmoralizado y pierde la iniciativa. Por contra, los carlistas se hacen fuertes en el Maestrazgo, amenazando la zona centro y este de la PenÃ−nsula. Pero es entonces cuando el general Maroto firma con Espartero, héroe y caudillo de los liberales, una paz honrosa: el Convenio de Vergara (31-VII-1939) con la que se ofrece la posibilidad de retiro para los militares carlistas o su integración en el ejército liberal. Consecuencias de las guerras carlistas: ⋅ Inestabilidad polÃ−tica: Los gobiernos liberales se ven debilitados por los reveses de la guerra que además les coarta su iniciativa polÃ−tica. ⋅ El Ejército se convierte en protagonista polÃ−tico: Los gobiernos liberales dependen de su apoyo y eficacia. Pronto los generales se sentirán imprescindibles para el futuro del paÃ−s, convirtiéndose en protagonistas de la polÃ−tica. ⋅ Ruina de la Hacienda Pública: Los gastos económicos obligan a la Hacienda a intentar medidas especiales como la Desamortización o la ampliación de la Deuda Pública ♦ Isabel II: La organización del régimen liberal La regencia de Maria Cristina (1833-1840): - Ciclo moderado (34-35) Al asumir la regencia, MarÃ−a Cristina de Borbón sólo cuenta con el apoyo de los colaboradores de Fernando VII. El primer gobierno estuvo encabezado por el lÃ−der de éstos: Francisco Cea Bermúdez. En este gobierno destaca Javier de Burgos, que realiza la división administrativa de España en provincias (49), la existente en la actualidad. Sin embargo, el inicio de la guerra carlista obligó a Mª Cristina a llamar al gobierno a los liberales. En enero de 1834 llega al poder Francisco MartÃ−nez de la Rosa, que representaba al sector más conservador del liberalismo. Sin embargo, para que hubiera un Estado liberal, era necesario que existiera un Constitución, que se concretó en el Estatuto Real, una Carta otorgada muy conservadora que no hacÃ−a referencia a la soberanÃ−a nacional ni a los derechos fundamentales. EstablecÃ−a unas Cortes formadas por dos cámaras: Cámara alta o Estamento de Próceres, formada por nobles, clero y alta burguesÃ−a; y Cámara baja o Estamento de 43 Procuradores, elegida por un sufragio muy restringido. - Ciclo exaltado (35-37): La guerra carlista llevó a la regente a un acercamiento hacia los progresistas. En 1835 nombró jefe del gobierno a Juan Ôlvarez Mendizábal, que desarrolló un amplio programa desamortizador, amplió el sufragio, creó las Diputaciones Provinciales y reorganizó la milicia. La sustitución de Mendizábal por el moderado Istúriz en mayo de 1836 provocó la “Sargentada” de la Granja, un golpe de estado en el que un grupo de suboficiales secuestra a la reina y la obliga a proclamar la constitución de 1812.. Tras esto, los progresistas elaboran la Constitución de 1837 en la que se reconoce la soberanÃ−a nacional, la limitación de poderes del Monarca y el establecimiento de una declaración de derechos. Las Cortes fueron bicamerales: el Congreso de los Diputados, elegido por sufragio censitario, y el Senado, nombrado por el Rey. Además establece cierta libertad religiosa. - Ciclo conservador (37-40): Una vez aprobada la constitución los liberales se fueron alternando en el poder. Ambos partidos recurrieron a altos mandos militares recabando apoyos contra las conspiraciones del contrario. Al partido moderado se adscribió Narváez y al progresista, Espartero. Este último se enfrentó con la Regente, la cual lo nombró presidente del Gobierno. Pero Espartero reclamó compartir la regencia y Mª Cristina se negó y renunció a sus funciones en octubre de 1840. La regencia de Espartero (1840-1843): Baldomero Espartero se hace con el poder, aclamado por el pueblo, y se convierte en Regente. Espartero impuso un sentido autoritario a su gestión, lo que provocó la ruptura con su partido. La aplicación de una polÃ−tica librecambista provocó una protesta generalizada en Barcelona, que acabó en un motÃ−n en la capital catalana. Para sofocarlo, Espartero bombardeó a la población. Este episodio desacreditó al Regente y provocó un pronunciamiento de moderados y progresistas disidentes, dirigido por el general Narváez, cuyas tropas se enfrentan a las tropa de Espartero en Torrejón de Ardoz. Narváez le derrota y Espartero ha de emprender la huida a Londres, abandonado incluso por su propio partido. El reinado de Isabel II (1843-1868): ⋅ La Década moderada (1844-1854): • Etapa constituyente (44-45): En noviembre de 1843 Isabel II fue proclamada mayor de edad. Meses más tarde el general Narváez, jefe del partido moderado, fue designado presidente del Gobierno e inició el llamado gobierno de los capaces, formado por polÃ−ticos moderados, que se aplicó a consolidar el Estado liberal dentro de los principios del liberalismo doctrinario. 44 Para asentar el Estado liberal, los moderados redactan la Constitución de 1845, en la que se planteó el carácter compartido de la soberanÃ−a entre el Rey y la Nación. La Reina tenÃ−a poder para nombrar o destituir ministros, sancionar las leyes y disolver las Cortes. à stas quedaron integradas por dos cámaras: el Senado, con miembros de designación real, y el Congreso de los Diputados, elegidos mediante sufragio censitario. Además, se reconoció el catolicismo como religión de la Nación española. • Etapa puritana (46-47): Los moderados tuvieron que hacer frente a una complicada cuestión: el matrimonio de la reina. Entre los pretendientes se eligió al más débil de carácter: Francisco de AsÃ−s, primo de la reina. El partido moderado se fue escindiendo interiormente y surgió una facción en su seno: los puritanos, partidarios de una alternancia en el poder con los progresistas. En 1846 se inició la segunda guerra carlista, un conflicto que se prolongó hasta 1849, sin graves consecuencias. • Etapa revolucionaria (48-50): Para hacer frente a la amenaza revolucionaria que viene de Europa, Narvéz se hace atribuir poderes extraordinarios (gobierna por decreto) y consigue abortar cualquier intento revolucionario, e incluso envÃ−a tropas a Roma para ayudar al Papa a sofocar la revolución, ganando el apoyo de la Iglesia Católica, confirmado con el Concordato de 1851. • Intento reformista de Bravo Murillo (50-52): Juan Bravo Murillo intenta revitalizar el modelo polÃ−tico moderado. Para ello dio más importancia a la administración que a la polÃ−tica, reforzando el poder ejecutivo a costa de una aún menor participación polÃ−tica de los ciudadanos. Para ello intentó un cambio constitucional, pero sus pretensiones asustaron a su propio partido, que lo sustituyó al frente del gobierno. • Corrupción y declive (52-54): Los escándalos sexuales de la reina y los crecientes escándalos de corrupción del gobierno irritan a la opinión pública. La oposición de los moderados prepara conspiraciones y golpes de estado, que finalmente se producirán en el verano de 1854. • Reforma fiscal: La reforma de la Hacienda introdujo un nuevo sistema impositivo con el establecimiento de dos impuestos fundamentales: la contribución territorial, aplicada a cada uno de acuerdo con su propiedad, y el impuesto indirecto de consumos, que gravaba los productos de uso diario. • La racionalización del Estado: centralización: La polÃ−tica centralista se plasmó en la reforma de leyes fundamentales y en la reestructuración de la Administración central. Entre las reformas legales, la Ley Municipal dispuso la designación gubernamental de los alcaldes de las ciudades, y la labor codificadora permitió el establecimiento del Código Penal. La reestructuración de la Administración central intentó convertirla en la base del Estado con la constitución de: ⋅ Los gobernadores civiles como representantes del Gobierno en la provincia y con funciones electorales, fiscales y económicas (una especie de 45 intendentes). ⋅ La Guardia Civil, cuerpo estatal dedicado a mantener el orden público, con fines civiles pero con estructura militar. ⋅ El Banco de San Fernando, que recibió el monopolio de emisión de moneda ⋅ La unificación de pesos y medidas. El Bienio progresista (1854-1856): En 1854, la acción conjunta de progresistas, moderados avanzados y demócratas -grupo republicano partidario del sufragio universal masculino- consiguió un cambio en la orientación polÃ−tica del gobierno de España. Los factores que influyeron fueron: ⋅ El Manifiesto del Manzanares (julio 54), elaborado por Cánovas del Castillo. En él, los moderados puritanos pidieron el cese de la camarilla que rodeaba a la Reina, la rebaja de impuestos y nuevas leyes electorales y de imprenta. ⋅ Las Jornadas de julio, en las que se constituyeron Juntas en algunas ciudades y se alzaron barricadas en Madrid. ⋅ La vicalvarada, fracasado pronunciamiento del general O'Donnell en Vicálvaro. Isabel II, asumiendo que los moderados han perdido el control de la situación, llama a Espartero al gobierno. Su gobierno amplió las libertades polÃ−ticas y la participación electoral y promovió el desarrollo económico con la Ley General de Ferrocarriles, la desamortización de Madoz y la aprobación de la Ley de Sociedades Anónimas de Crédito, que permitió la ampliación de los negocios. Las fuerzas progresistas aprobaron una nueva Constitución, la non nata de 1856, que no llegó a entrar en vigor. Sin embargo, los progresistas empezaron a sufrir las revueltas y protestas obreras, que debilitaron al gobierno. Entonces, la reina sustituye a Espartero por O'Donnell, que frena las reformas e intenta constituir una vÃ−a intermedia entre moderados y progresistas, reinstaurando la Constitución de 1845 pero con una ampliación del derecho al voto y otras libertades. No obstante, a la reina no le convence esta propuesta y opta por volver a confiar en los moderados, sustituyendo a O'Donnell por Narváez en 1856. La última fase del reinado de Isabel II (1856-1868): ⋅ Bienio moderado (56-58): Con el regreso de Narváez al Gobierno la legislación se modificó en un sentido más conservador y los gobiernos moderados se limitan a contemporizar y restablecer en su totalidad la Constitución de 1845. Viendo que la situación no mejoraba, Isabel II prueba a llamar otra vez a O'Donnell. ⋅ La Década de la Unión Liberal (58-68): O'Donnell crea un nuevo partido polÃ−tico: La Unión Liberal, un punte de unión entre progresistas moderados y moderados puritanos. Era un partido de consenso, centrista, pero basado en la dependencia del liderazgo de O'Donnell, el oportunismo de muchos de sus militantes y la heterogeneidad de los mismos. Esta perÃ−odo se caracterizó por un fuerte desarrollo económico: crecimiento de los bancos, inauguración de vÃ−as férreas, inversión de capital extranjero y especulación inmobiliaria. 46 La oposición se fortaleció y el gobierno intentó su represión. (Protestas de estudiantes, levantamiento militares, sublevaciones agrarias, …) En esta época se realizó una activa polÃ−tica exterior, a la búsqueda de prestigio en el concierto internacional, con intervenciones en Conchinchina, Marruecos, Santo Domingo y el PacÃ−fico. - Alternancia entre Unionistas y Moderados. La crisis final: Tras cuatro años en el gobierno, O'Donnell dimite. Se sucederán a partir de entonces gabinetes de moderados y unionistas, caracterizados por su debilidad y por iniciar la decadencia del régimen isabelino, debido a: ⋅ La excesiva intervención de la reina en la formación de gobiernos. La reina está obsesionada por evitar la vuelta de los progresistas. ⋅ La ruptura de los progresistas con el régimen isabelino: Viendo que nunca más volverÃ−an al gobierno mientras Isabell II estuviera en el trono, los progresistas se decidieron a unirse a la oposición de la monarquÃ−a. ⋅ La muerte de los lÃ−deres de unionistas y moderados. ⋅ Los escándalos continuos, de corrupción o de conducta de la reina. ⋅ Factores económicos: la crisis europea de 1866 afectó a España con la quiebra de bancos, empresas de ferrocarriles, industrias siderúrgicas y de textiles. Por todo ello, la oposición constituyó en 1866 el denominado Pacto de Ostende, suscrito por progresistas (con Prim), demócratas (con Castelar) y unionistas (con Serrano). En él se comprometieron a derribar el régimen isabelino y a convocar una asamblea constituyente elegida por sufragio universal masculino. Sólo los moderados se mantuvieron fieles a la reina. La situación se agrava en 1868. La corrupción, la crisis económica y los escándalos de la reina provocan la insurrección: el 17 de septiembre de 1868, el almirante Topete se pronuncia en Cádiz, iniciando la revolución Gloriosa. ♦ Sexenio democrático (1868-1874): El reinado de Amadeo I y la Primera República La “Gloriosa” revolución: Las causas de la revolución fueron: ⋅ Deterioro polÃ−tico del régimen, abandonado por todos los partidos excepto el moderado. ⋅ Crisis financiera y agraria. ⋅ La penetración del ideario democrático. La revolución se inició en Cádiz. Un grupo de generales, encabezados por Serrano y Prim, se alzó en septiembre de 1868. La generalización de la insurrección militar y la derrota en Alcolea de las tropas leales a Isabel II provocaron la huida de la reina a Francia. Se formó un Gobierno Provisional al frente del cuál se situó el general Serrano. Las medidas de este Gobierno Provisional fueron: ⋅ La instauración de las libertades básicas, como la libertad religiosa. ⋅ Promulgación de medidas económicas de carácter librecambista. 47 ⋅ Se decantó por un régimen monárquico, lo que provocó la escisión de los demócratas en monárquicos y republicanos. El Gobierno Provisional convocó elecciones constituyentes mediante sufragio universal masculino. Un régimen democrático: Las elecciones celebradas en enero de 1869 dieron lugar a unas Cortes Constituyentes que elaboraron una nueva Constitución.. à sta contenÃ−a tres novedades básicas: ⋅ Un catálogo de derechos y libertades del ciudadano (de enseñanza, de culto, de expresión, …) ⋅ La proclamación de la soberanÃ−a nacional y la división de poderes. Se limitaron los poderes de la Corona. ⋅ La adopción de la monarquÃ−a democrática como forma de gobierno (el rey reina pero no gobierna) Hasta que se eligiera un rey que sustituyera a Isabel II se constituyó una regencia, que fue ocupada por el general Serrano. Durante la regencia, entre 1869 y enero de 1871, el gobierno, presidido por Prim, intentó acometer reformas institucionales y elegir un monarca pero, el asesinato de Prim dificultó ambos objetivos. ⋅ La polÃ−tica reformista: Se reformaron las leyes electorales y los poderes locales y provinciales, y se llevó a cabo la separación de la Iglesia y el Estado. Se intentó implantar un programa de liberalismo económico mediante la Ley de Bases Arancelarias. Además se estableció la peseta como unidad monetaria y la Ley de Bases de la MinerÃ−a. ⋅ La elección de un rey: Entre los candidatos se encontraban Alfonso (XII), hijo de Isabel II, Fernando de Coburgo (portugués), Espartero y el duque de Aosta, hijo del rey de Italia Victor Manuel. Fue este último el elegido, que accedió al trono como Amadeo I. El reinado de Amadeo ⋅ I (1871-1873): Su reinado fue un intento fracasado de construir un régimen monárquico democrático. El rey trató de adecuarse a la Constitución pero tuvo que enfrentarse a la inestabilidad polÃ−tica y a la fuerte oposición social. Durante su corto reinado se sucedieron seis gobiernos, comenzó la tercera guerra carlista y se recrudeció el conflicto cubano. - Ruptura de la coalición gobernante: En 1871 la coalición gubernamental se dividió en: ⋅ El Partido Constitucionalista, dirigido por Sagasta, con una polÃ−tica moderada. ⋅ El Partido Radical, dirigido por Ruiz Zorrilla, representante de la Constitución de 1869. ⋅ El Partido Unionista, dirigido por Serrano, con una polÃ−tica centrista. ⋅ Oposición al régimen: El régimen democrático e Amadeo I sufrió la oposición de diversos grupos, entre ellos: elites tradicionales que repudiaban al monarca extranjero, republicanos, seguidores del movimiento obrero español, la Iglesia (molesta por la diversidad de cultos establecida), monárquicos alfonsinos y carlistas. 48 La I República: En febrero de 1873 el rey Amadeo abdicó y las Cortes proclamaron la I República. El primer presidente de la República fue Figueras, un republicano unitario que estableció la constitución del 69 y llevó a cabo medidas reformistas (amplia amnistÃ−a, suprime quintas, abolió esclavitud en Puerto Rico) pero, tras dos intentos de golpe de Estado, los republicanos federales pasaron al poder. El segundo presidente fue Pi i Margall, principal teórico del federalismo: defendÃ−a la separación entre Iglesia y Estado y la organización territorial de España en 17 estados. Sin embargo, el deseo de crear una república federal desde abajo llevó a un grupo de diputados intransigentes a crear cantones, que fueron disueltos militarmente por los generales PavÃ−a y MartÃ−nez Campos. Durante este perÃ−odo se elaboró la Constitución del 73, de carácter federal, nonata. El tercer presidente fue Salmerón, unitario. Reprimió el cantonalismo, frenó el avance carlista y a los obreros internacionalistas. El último presidente republicano, Castelar, republicano conservador, suspendió las garantÃ−as constitucionales. En enero de 1874 el general PavÃ−a da un golpe de Estado, disolviendo el Parlamento y dando paso a un gobierno provisional, encabezado por el general Serrano. Entonces muchos sectores fueron apoyando la solución alfonsina, es decir, la restauración de la monarquÃ−a borbónica en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso XII. El principal artÃ−fice de esta restauración fue Cánovas del Castillo. Cánovas creÃ−a que el rey deberÃ−a regresar por un movimiento de opinión pública a su favor, sin embargo, el general MartÃ−nez Campos, desobedeciendo a Cánovas, se manifestó en Sagunto a favor de Alfonso XII, que fue instaurado en el trono. Conflictos: En esta época se suceden dos guerras: ⋅ La guerra larga de Cuba que comenzó con el Grito de Yara (1868) y terminó con la Paz de Zanjón (1878). Los insurrectos rechazaban su condición de colonia, denunciaban la opresión económica y pedÃ−an la participación en el gobierno de la isla. ⋅ La tercera guerra carlista se desencadenó en 1872. Los seguidores de Carlos VII lucharon en defensa de la religión católica y de la legislación foral. El conflicto concluyó en 1876 con la abolición de los fueros. En 1878 se estableció el concierto económico, según el cual el gobierno central y las diputaciones vascas fijaban el cupo con el que los territorios vascos fijaban el cupo con el que los territorios vascos debÃ−an contribuir a las arcas del Estado. ♦ Evolución económica y cambio social. El arranque del movimiento obrero (1833-1875) La población y la sociedad: 49 La población española experimentó un notable crecimiento durante el siglo XIX (de 10,5 millones de habitantes en 1797 a 16 millones en 1877). La población continuó con su desplazamiento progresivo del centro a la periferia y la población urbana se incrementó. La instauración del régimen liberal en España significó el final de la sociedad estamental y el establecimiento de la sociedad de clases. La nobleza perdió sus derechos jurisdiccionales pero mantuvo o incrementó sus bienes. El clero disminuyó debido a las exclaustraciones y el descenso de las vocaciones religiosas por la nueva mentalidad del siglo. La burguesÃ−a se convirtió en el grupo más influyente de la España liberal. Las elites burguesas se enriquecieron con las desamortizaciones civiles y eclesiásticas y con el desarrollo de la nueva industrialización. Las elites burguesas y la antigua aristocracia dominaban al resto de la población por su derecho al voto y por su poder económico. Entre las clases populares predominó el campesinado frente al proletariado industrial y a los trabajadores del sector terciario. Las transformaciones económicas: ⋅ Las desamortizaciones: A través de las desamortizaciones el Estado convirtió el patrimonio amortizado de la Iglesia y Ayuntamientos en bienes nacionales. Con una intención recaudatoria, se pretendió el saneamiento de la Hacienda y la erradicación de la Deuda Pública. La desamortización impulsada por Mendizábal en 1836 se centró en las propiedades de la Iglesia. Las comunidades religiosas fueron disueltas y el Estado confiscó sus bienes y los sacó a subasta pública. La desamortización de Madoz de 1855 afectó al resto de las comunidades religiosas, al clero secular, a las propiedades del Estado y de los Ayuntamientos. Los ingresos obtenidos fueron muy superiores a los de la desamortización de Mendizábal, se favoreció el desarrollo de la agricultura, se incrementaron las superficies cultivables y los campesinos se convirtieron, en su mayorÃ−a, en jornaleros. ⋅ Los comienzos de la industrialización: El incipiente desarrollo de la industria manufacturera del siglo XVIII se interrumpió en el reinado de Fernando VII a causa de las destrucciones de la guerra de la Independencia, la carencia de capitales y de espÃ−ritu de empresa y por la inestabilidad polÃ−tica. El verdadero despegue de la moderna industrialización se produjo durante la Década Moderada gracias a la presencia de tecnologÃ−a y capitales extranjeros y al incremento de la población. La construcción de la red ferroviaria española favoreció la llegada de capital y manufacturas extranjeras pero frenó la producción nacional. Los sectores siderúrgico y textil fueron los que más se desarrollaron. La industrial textil de Barcelona se desarrolló ampliamente; su escasa competitividad motivó su resistencia al librecambismo. La industria siderúrgica se localizó en la cornisa cantábrica y se desarrolló con bastante retraso respecto a la europea. 50 Los inicios del movimiento obrero: La formación de organizaciones obreras en España se produjo en fechas muy tardÃ−as en comparación con el resto de Europa. Las primeras protestas acontecieron en 1835. El asocialismo obrero fue ilegal durante el reinado de Isabel II aunque ello no impidió la llegada de las influencias del socialismo utópico. La Gloriosa permitió nuevas libertades en España, entre ellas la de asociación. Las organizaciones clandestinas fueron legalizadas y surgieron otras nuevas. Durante esta época se difundieron el anarquismo y el marxismo por medio de Fanelli y Lafargue. En enero de 1872 el gobierno ordenó la represión de internacionalismo, lo que debilitó el incipiente movimiento obrero. La proclamación de la primera República revitalizó el internacionalismo español. Pero el general Serrano lo declaró ilegal a los pocos dÃ−as del golpe de Estado de PavÃ−a. 11. El régimen de la Restauración ♦ El sistema de la Restauración: Partidos polÃ−ticos y oposición La Restauración supuso el desarrollo de la monarquÃ−a borbónica y el desarrollo de un régimen liberal-conservador no democrático. Se trataba de crear un sistema polÃ−tico compartido por todos los sectores burgueses, de forma que no hubiera pronunciamientos, y de asegurar la exclusión de las clases bajas de la vida polÃ−tica, consideradas las protagonistas del desorden del Sexenio Democrático. El programa polÃ−tico: Se plasmó en el Manifiesto de Sandhurst redactado por Cánovas en 1874, en el que recogÃ−a los siguientes aspectos: ⋅ DefendÃ−a la legitimidad histórica del principio monárquico. ⋅ DefendÃ−a una monarquÃ−a constitucional. ⋅ Proclamaba un sentimiento patriótico, católico y liberal. Se buscaba un orden liberal estable, el fin del deterioro polÃ−tico, de la guerra carlista y de la insurrección cubana. Además se realizó un nuevo texto constitucionalista: la Constitución de 1876, en la que: ⋅ El poder el compartido por el monarca y el Parlamento, que representa al pueblo. El rey se convertÃ−a en árbitro de la situación: podÃ−a convocar y suspender Cortes, nombrar o destituir ministros y disponÃ−a de mando supremo de las Fuerzas Armadas. ⋅ Se establecÃ−an unas Cortes bicamerales, compuestas por un Congreso, elegido, y un Senado, formado por miembros elegidos y senadores vitalicios. ⋅ Se acordó la tolerancia religiosa: la religión del Estado era el catolicismo, pero se permitÃ−an otros cultos en el ámbito privado. El sufragio, censitario en principio, pasó a ser universal masculino en 1890. Los partidos polÃ−ticos: 51 La estabilidad polÃ−tica de la Restauración se basaba en la alternancia en el poder entre dos fuerzas polÃ−ticas, conservadores y liberales, considerados partidos dinásticos. La alternancia se basaba en el exclusivismo polÃ−tico caracterÃ−stico de la etapa isabelina y en la supresión del recurso al pronunciamiento militar o a la insurrección. Los dos grupos que se turnaban en el poder fueron: el Partido Liberal-Conservador y el Partido Liberal-Fusionista. - Partido Liberal-Conservador: Liderado por Cánovas hasta su asesinato en 1897. Los conservadores se formaron a partir de la integración de los antiguos moderados, los unionistas, algunos progresistas y un sector católico. Entre sus bases sociales predominaban los grandes propietarios agrarios y la alta burguesÃ−a. - Partido Liberal-Fusionista: Liderado por Sagasta. Formado por progresistas, algún unionista y polÃ−ticos descontentos con Cánovas, además de republicanos. Sus bases sociales se hallaban entre el alto funcionariado y entre las clases medias. En el Pacto del Pardo (1885) conservadores y liberales establecieron un sistema de rotación en el poder: cuando el partido en el poder se veÃ−a sometido a fuertes presiones internas, el rey llamaba a gobernar al otro partido. Para conseguir el respaldo de las Cortes, se preparaban nuevas elecciones, que eran manipuladas para que el resultado satisficiera al nuevo gobierno. El falseamiento electoral se realizaba a través del encasillado, un acuerdo previo a las elecciones sobre el reparto de los diputados o del pucherazo, un fraude electoral para la manipulación de votos. Este falseamiento electoral fue posible gracias al alto Ã−ndice de analfabetismo de la población, además de su desinterés, y por la dependencia que los campesinos tenÃ−an de sus terratenientes. La oposición al régimen: ⋅ El carlismo: Tras su derrota militar en 1876, el carlismo despareció momentáneamente. Muchos de sus efectivos permanecieron en el exilio y, hasta 1888 hubo una gran desorganización y divisiones internas. A partir de 1888 una facción de los carlistas, los neocatólicos, comenzaron a participar en la vida polÃ−tica mediante el partido Unión Católica. ⋅ El republicanismo: Después del fracaso de la I República, el republicanismo español tardó en rehabilitarse. En cambio, el ideario republicano, basado en una posición anticlerical, en la fe en el progreso y en la defensa de polÃ−ticas reformistas, se mantuvo vivo. Los republicanos se fragmentaron en los partidos Federal, Progresista, Histórico y Centralista. La reunificación republicana se produjo con la aparición de la Unión Republicana en 1903. El movimiento obrero: Durante la Restauración las libertades de asociación, expresión y reunión estaban limitadas, por lo que las posibilidades de acción del movimiento obrero estuvieron limitadas. Además, el movimiento obrero presentaba una fuerte división en dos corrientes: una anarquista y otra socialista. ⋅ El anarquismo: Se organizó a través de la Federación de Trabajadores de la Región Española, con gran implantación en 52 AndalucÃ−a y Cataluña. Su acción polÃ−tica se centró en tres tipos de acciones: la acción violenta, con atentados en Barcelona o el asesinato de Cánovas; la acción sindical, a través de la huelga general; y la producción cultural. ⋅ El socialismo: En 1879 se fundó el Partido Socialista Obrero Español, cuyo primer lÃ−der fue Pablo Iglesias. En 1888 se creó el sindicato socialista Unión General de Trabajadores. Regionalismos y nacionalismos: A finales del siglo XIX se produjo la eclosión de los nacionalismos periféricos en Cataluña, PaÃ−s Vasco, Galicia y Comunidad Valenciana. ⋅ Catalanismo: Surgió en la década de 1880 con manifiestos como el Memorial de Greuges, que defendÃ−a el proteccionismo industrial y el derecho de Cataluña frente a la uniformización del derecho español, y partidos como la Unió Catalanista, que promulgó las Bases de Manresa, el primer programa del catalanismo. ⋅ Nacionalismo vasco: Adquirió naturaleza polÃ−tica con la fundación en 1895 del Partido Nacionalista Vasco por Sabino Arana, que defendió e independentismo vasco basado en la defensa de la integridad plural y étnica del pueblo vasco. ⋅ Regionalismo gallego: Estuvo apoyado por los propietarios agrarios y los comerciantes. Integró una tendencia tradicionalista, con planteamientos antiliberales; y una tendencia liberal-democrática, responsable de la defensa en clave racial de Galicia como ente nacional. ⋅ Regionalismo valenciano: Fue tardÃ−o y minoritario. Comenzó con el renacimiento cultural (la renaixença) de los años setenta, que impulsó la creación de la sociedad Lo Rat Penat, núcleo del valencianismo cultural. ♦ La liquidación del Imperio colonial: La crisis de 1898 La polÃ−tica exterior española durante la Restauración se basó en la polÃ−tica del recogimiento, que consistÃ−a en mantenerse al margen de las grandes alianzas diplomáticas internacionales, adoptando una posición de neutralidad frente a las potencias germanas y anglosajonas. Respecto a la polÃ−tica colonial, se pensaba que habÃ−a que mantener la soberanÃ−a española sobre los territorios de ultramar. Ôfrica y Micronesia: Los derechos del norte de Ôfrica fueron mantenidos y reconocidos en la Conferencia Internacional de Madrid sobre Marruecos de 1880. Sin embargo, en Micronesia las pretensiones españolas chocaron con la expansión de Gran Bretaña y Alemania, dando lugar a conflictos como el de las Carolinas en 1885, pero España logró mantener sus posesiones. La independencia de Cuba: A finales del s. XIX, Cuba, Filipinas y Puerto Rico eran los restos del antiguo imperio colonial español. 53 El deseo de independencia de los lÃ−deres nacionalistas cubanos se habÃ−a comprobado en la guerra que estalló en 1868 y que acabó con la paz de Zanjón de 1878. Este tratado prometÃ−a unas nuevas condiciones polÃ−ticas y administrativas, el fin de la esclavitud y una amnistÃ−a. Sin embargo estos cambios llegaron demasiado tarde. Además, los cÃ−rculos independentistas cubanos lograron el apoyo de Estados Unidos, que tenÃ−a intereses económicos en la isla. Nuevamente se encendió la guerra en 1895, con el grito de Baire, y el gobierno español respondió enviando un numeroso ejército, al mando primero de MartÃ−nez Campos y luego de Weyler, que inició una dura represión contra la población civil, pero no pudo derrotar a los independentistas cubanos. La guerra de 1895 coincidió con una polÃ−tica colonialista norteamericana. Los americanos habÃ−an intentado varias veces la compra de la isla, pero el gobierno español no cedÃ−a. La explosión fortuita del acorazado norteamericano Maine, el 15 de febrero de 1898, en el puerto de la Habana, fue esgrimida por el gobierno de Washington como pretexto para la declaración de guerra. El 18 de abril de 1898 se declaró la guerra. La escuadra americana bloqueó la isla; el 1 de mayo derrotó a una flota española en Filipinas y el 3 de julio hundÃ−a al grueso de la armada española en Santiago de Cuba. El 10-XII-1898, en ParÃ−s, se firmaba la paz. España perdÃ−a Cuba, que pasaba a ser independiente pero bajo influencia norteamericana, y Puerto Rico y Filipinas, convertidas en colonias norteamericanas. La guerra de Filipinas: En 1896 se produjo la insurrección de Filipinas, donde la presencia española estaba estrechamente vinculada a la Iglesia católica. La respuesta de la metrópoli fue tremendamente represora: el lÃ−der del movimiento fue fusilado. El curso posterior de la guerra fue favorable a España, pero el rumbo de los acontecimiento cambió en 1898 con la entrada de Estados Unidos en el conflicto. Las consecuencias del Desastre: La pérdida del imperio de ultramar fue considerada un desastre tanto militar como diplomático, sin embargo, la crisis del 98 fue más bien de Ã−ndole intelectual que propiamente polÃ−tica. La pérdida del imperio ultramarino y la crisis nacional subsiguiente provocaron la formación de la corriente regeneracionista en España. Las consecuencias del desastre a medio plazo fueron relevantes: ⋅ La vieja presencia en ultramar se trató de sustituir con una mayor atención al norte de Ôfrica: El africanismo sustituyó al colonialismo ultramarino y al recogimiento diplomático. ⋅ Se abrió un gran debate sobre los defectos que padecÃ−a la nación española y las medidas que habÃ−a que adoptar para remediarlos. à ste era el mensaje del regeneracionismo. ⋅ La coyuntura finisecular favoreció el viraje hacia el proteccionismo 54 económico: la defensa del mercado interior y la aplicación de medidas propias de un nacionalismo económico; medidas que se mantuvieron hasta 1859. La sociedad de la Restauración. La educación Las clases favorables al régimen: La sociedad española tendió a concentrarse en las ciudades. Dominaban el grupo de los grandes propietarios agrÃ−colas, constituidos por la aristocracia y por la alta burguesÃ−a; y una oligarquÃ−a industrial y financiera. Además existÃ−a una clase media, integrada por medios y pequeños empleados o funcionarios, de mentalidad conservadora. También apoyaban al régimen los pequeños propietarios, dueños de minifundios, y con un estilo de vida conservador. El mundo obrero: Al margen de estos grupos se encontraba el proletariado: ⋅ El proletariado industrial, que se consolidó en torno a los centros industriales, viviendo en pésimas condiciones. ⋅ El proletariado rural, con aún peores condiciones de vida. El absentismo de los grandes propietarios dejaba la explotación de los campos en manos de unos arrendatarios que se limitaban a obtener los máximos rendimientos a costa de disminuir la contratación de mano de obra estable y de recortar los jornales. Entre el proletariado rural se distinguÃ−an: los trabajadores que laboraban pequeñas parcelas de acuerdo con el dueño; los acomodados que vivÃ−an en los cortijos y percibÃ−an sueldos fijos durante todo el año; y los jornaleros que sólo trabajaban cuando habÃ−a faenas. La educación: Los primeros intentos de reglamentación educativa nacieron en las Cortes de Cádiz, de donde surgió el Informe Quintana, que defendÃ−a una educación pública, gratuita, universal y libre. Durante el absolutismo de Fernando VII se frenaron estas iniciativas. Durante la época isabelina se volvió a estas ideas, con la Ley Moyano de 1857, que establecÃ−a la obligatoriedad de la enseñanza pero no reconocÃ−a con carácter general su gratuidad. Durante el Sexenio se propusieron reformas para mejorar y extender la educación a toda la sociedad. La Restauración supuso un freno a esas propuestas, pero empezaron a surgir diferentes corrientes que pretendÃ−an una renovación pedagógica: ⋅ El krausismo, que creÃ−a en la capacidad de perfección del hombre y en el progreso a través del conocimiento racional pero para alcanzar estos objetivos era preciso potenciar una labor educativa. 55 ⋅ La Institución Libre de Enseñanza, creada en 1876 por Giner de RÃ−os. PerseguÃ−a una educación integral activa, e integraba nuevas materias y actividades, todo ello en un ambiente de tolerancia y de libertad de expresión. Sin embargo, no pasó de ser una institución minoritaria. ⋅ El pedagogo anarquista Ferrer i Guardia, que creó en 1901 la Escuela Moderna, un medio para atraer a las clases bajas hacia el anarquismo. 12. Alfonso XIII: La crisis de la Restauración 1. Regeneracionismo y revisionismo polÃ−tico. La crisis de 1909 y 1917. La guerra colonial en Marruecos. El desastre de Annual REGENERACIONISMO Y REVISIONISMO POLà TICO: El regeneracionismo es un movimiento impulsado por intelectuales y polÃ−ticos que surge en España a finales del s. XIX-comienzos del XX, como consecuencia directa de la crisis de 1898 (pérdida de las últimas colonias españolas). Los regeneracionistas son conscientes de la situación española, pensaban que el sistema polÃ−tico de los partidos dinámicos habÃ−a fracasado y era necesario hacer reformas para contar con toda la sociedad y dar un nuevo impulso al sistema. El regeneracionismo influyó en todas las capas sociales. ◊ Primeras respuestas regeneracionistas: - El regeneracionismo de la Unión Nacional, representado por JoaquÃ−n costa fue el más ambicioso polÃ−ticamente. Aspiraba a superar el retraso de España causado por la “vieja polÃ−tica”, basándose en organizaciones corporativas (como las Cámaras de Comercio). Estas propuestas hallaron eco entre la prensa, pero el movimiento encabezado por Costa no logró imponerse como una “tercera fuerza” polÃ−tica y acabó por disolverse. Posteriormente el movimiento se centro en el análisis intelectual del sistema de gobierno, como refleja el informe de JoaquÃ−n Costa “oligarquÃ−a y caciquismo”. - Dentro del sistema polÃ−tico de la Restauración la primera respuesta regeneracionista fue la representada por el gobierno de Francisco Silvela (1899-1901) que incorporó polÃ−ticos reformistas como Raimundo Fdez de Villaverde y figuras polÃ−ticas apoyadas por la burguesÃ−a catalana como Polavieja, pero como gobierno tuvo una ejecutoria bastante pobre. ◊ Acceso al trono de Alfonso XIII Subió al trono en mayo de 1902. Destacan dos grandes rasgos en su actuación polÃ−tica: ⋅ Intervencionismo constante en la vida polÃ−tica ordinaria y en las luchas internas de los partidos dinásticos: La alternancia polÃ−tica se producÃ−a por la voluntad del rey, lo que llegó a provocar crisis de liderazgo. ⋅ Alfonso XIII aprovechó su condición de jefe del ejército para establecer una relación directa entre la corona y los mandos militares, lo que dejó en segundo plano al poder civil. ◊ El regeneracionismo de los partidos dinásticos Durante los 10 primeros años del reinado de Alfonso XIII hubo intentos de hacer reformas regeneracionistas, las propuestas mas sólidas fueron las de Maura(conservador) y Canalejas(liberal). 56 ANTONIO MAURA. Captó la necesidad de llevar a cabo cambios en el sistema de gobierno de la Restauración. Pretendió hacer una “revolución desde arriba” incorporando nuevas capas sociales a la acción polÃ−tica. Su objetivo era una socialización polÃ−tica de orientación conservadora, hecha desde el poder. Su principal obra se llevo a cabo entre 1907-1909(conocida como el gobierno largo de Maura) y afectó principalmente a la participación electoral y a la organización del poder local y regional: ⋅ “ Moralizacion de las elecciones”, que estaban corrompidas por el caciquismo. Maura promulgó en 1907 una Ley Electoral (sufragio obligatorio, traslado al Tribunal Supremo de las actas “graves” o “sucias”) cuyo objetivo era lograr el “ descuaje del caciquismo” y fomentar la movilización ciudadana, pero el resultado fue decepcionante. ⋅ Modernización del poder local. Promulgó en 1907 la Ley de Administración Local. CreÃ−a necesaria la autonomÃ−a municipal para evitar la excesiva centralización del modelo administrativo liberal. Esta ley permitió la agrupación de las diputaciones provinciales en mancomunidades, aunque sus efectos polÃ−ticos fueron escasos. La obra de Maura acabó en 1909; tras la Semana Trágica de Barcelona y la represión de los inculpados, dentro y fuera de España se desató una campaña contra Maura. JOSà CANALEJAS: Fue Presidente del gobierno de 1910 a 1912. Representaba la tendencia más izquierdista de los partidos dinásticos. Su polÃ−tica se centró en incorporar al sistema polÃ−tico liberal dos variables que formaban parte de la polÃ−tica liberal europea de la época: ⋅ Un papel activo intervencionista del Estado en materia social y laboral. Sobre todo en materia social con temas como la duración de la jornada laboral, el trabajo de mujeres y niños, la seguridad social por parte del Estado, que posteriormente fueron parcialmente retomados por el conservador Eduardo Dato. ⋅ Una secularización de la vida polÃ−tica, mediante la separación efectiva entre Iglesia y Estado. Logró aprobar la Ley del Candado, para limitar la presencia de órdenes religiosas en España, pero con escaso resultado. Fue asesinado en 1912, con lo que se truncó el proyecto de regeneracionismo polÃ−tico del sistema de la Restauración, que inició un proceso de fragmentación polÃ−tica que condujo al golpe de Estado de Primo de Rivera. ◊ La polÃ−tica fuera del turno.(LOS PARTIDOS DINÔSTICOS O DE TURNO ERAN: LIBERALES Y CONSERVADORES El reformismo republicano El republicanismo español entró en el s. XX dividido en varias facciones polÃ−ticas acaudilladas por los lÃ−deres históricos procedentes del Sexenio Democrático. La actividad polÃ−tica de los republicanos fue reducida durante el reinado de Alfonso XIII; sin embargo, se hizo más patente en los gobiernos locales de algunas ciudades importantes como Valencia, donde arraigó el Blasquismo (dirigido por el escritor Vicente Blasco Ibáñez). Dos partidos centraron el protagonismo republicano en estos años: ◊ El Partido Radical , fundado por Alejandro Lerroux en 1908, de carácter populista 57 y con sesgo anticlerical. ◊ El Partido Reformista, fundado por Melquiades Ôlvarez y Gumersindo Azcárate. Representaba un republicanismo más moderado, llegó a colaborar con la monarquÃ−a. Solo tuvo arraigo electoral en Asturias. Además de estos esfuerzos de renovación polÃ−tica, los republicanos formalizaron alianzas con el PSOE (para atraerse a la masa obrera militante), formando la Conjunción Republicano-Socialista, que permitió que el PSOE obtuviera en 1910 su primer diputado: Pablo Iglesias. Las prácticas caciquiles y la aplicación de la Ley electoral de 1907 impidieron que republicanos y socialistas accediesen de forma significativa al Parlamento y provocaron la pérdida de respaldo social de las instituciones polÃ−ticas. Los nacionalismos vasco y gallego Concentraron sus esfuerzos en el ámbito cultural. -Vasco. Se plantea la lucha por la recuperación de la comunidad, que estaba en crisis por la rápida industrialización. Logró una notable expansión a partir de 1903. - Gallego. Buscaba dignificar una cultura de raÃ−z campesina. No logró presencia significativa en las instituciones durante la Restauración. El nacionalismo catalán Tuvo una presencia activa en la vida parlamentaria y logró entrar en varis gobiernos monárquicos. ProponÃ−a una modernización de la polÃ−tica. Estuvo dirigido por la burguesÃ−a industrial y comercial de Cataluña y liderado por Cambó, quien fundó la Liga Regionalista que se apoyaba en: ◊ La reivindicación de la autonomÃ−a para Cataluña y ◊ En la reforma conservadora y elitista, pero eficaz, de la administración del Estado. La Liga Regionalista acabó con la hegemonÃ−a de los partidos dinásticos en Cataluña y provocó que liberales y conservadores aceptaran reivindicaciones catalanistas. LA GUERRA DE MARRUECOS Tuvo efectos muy directos sobre uno de los problemas de la época: el excesivo protagonismo del ejército en la polÃ−tica. Además, mantener un imperio colonial en Ôfrica se habÃ−a visto como una solución a la pérdida de importancia internacional de España que supuso la pérdida de las colonias en 1898. En 1912 se establece el protectorado español en Marruecos. Se trata en realidad de una cesión a España por parte de Francia de la administración colonial de una franja del norte del paÃ−s, pero era Francia la que ostentaba la máxima responsabilidad. El territorio español comprendÃ−a una zona pobre y pequeña, formada por terreno montañoso, con escasez de vÃ−as de comunicación, cuya riqueza económica se limitaba a la minerÃ−a del Rif. La población rifeña era muy belicosa y no estaba dispuesta a renunciar a su independencia, lo que hizo de la zona un foco de guerra permanente entre 1909 y 1927. El territorio español estaba dividido en 2 comandancias militares: Ceuta y Melilla, separadas por la bahÃ−a de Alhucemas. El principal objetivo era dominar dicha bahÃ−a, 58 donde se alternaban fases de intervención militar con otras de paralización. A ello se añadÃ−a la división del ejercito entre africanistas (beneficiado por los ascensos de la guerra,) y juristas (que rechazaba el sistema de promoción de la guerra). El desastre de Annual: Desde Melilla, el general Silvestre emprendió una campaña para alcanzar Alhucemas y someter a la más peligrosa tribu rifeña, pero su imprudencia y errores tácticos condujeron a la derrota de Annual ante el dirigente rifeño Abd-el-Krim en 1921, que supuso un grave desastre militar y llegó a poner en peligro la plaza de Melilla e hizo que España perdiera todo lo que habÃ−a conquistado los dos años anteriores. El desastre de Annual provocó un amplio debate público y tuvo importantes consecuencias polÃ−ticas, ya que socialistas y liberales pidieron responsabilidades polÃ−ticas, apuntando directamente al monarca como culpable. El gobierno acordó instruir el expediente Picasso en el que se acusaba a de negligencia a varios generales, como Dámaso Berenguer (alto comisario en Marruecos), pero fue interrumpido por la llegada de la dictadura de Primo de Rivera. El desembarco de Alhucemas La cuestión marroquÃ− dividió ala sociedad entre africanista (que defendÃ−a la presencia española en Ôfrica) y abandonista (querÃ−a abandonar Marruecos por la impopularidad y el coste de la guerra). El propio Primo de Rivera fue abandonista hasta 1924, en que asumió el papel de alto comisario en Marruecos. Abd-el-Krim habÃ−a avanzado mucho en el territorio rifeño y llegó a atacar a Francia, lo que llevó a una alianza militar hispano-francesa (en la que Francia se llevó los honores y España el trabajo y las pérdidas) que posibilitó el desembarco de Alhucemas en 1925 y la derrota de Abd-el-Krim. Hubo algunas escaramuzas militares hasta 1927, año en que definitivamente concluyó la guerra de Marruecos, que dio gran popularidad a Primo de Rivera, pero también provocó divisiones en el ejército entre militares africanistas y peninsulares. LA CRISIS DE 1909: LA SEMANA TRÔGICA DE BARCELONA La cuestión de Marruecos provocó el descontento militar por una guerra que solo interesaba a dos sectores minoritarios: ◊ Un sector del ejército que pretendÃ−a recuperar el prestigio militar tras el desastre del 98 y veÃ−a un posible ascenso de protagonismo polÃ−tico. ◊ Los capitalistas, interesados en las minas del Rif. Hasta el establecimiento del servicio militar obligatorio (1912), las clases populares eran las que sufrÃ−an los estragos de la guerra, pues los ricos quedaban exentos si pagaban un canon. Esto explica el antimilitarismo popular. El 9 de julio de 1909 los rifeños atacaron las cercanÃ−as de Melilla, por lo que Maura decidió reforzar militarmente la zona. El Ministro de guerra envió a reservistas, agravando la situación. Cuando se las tropas iban a partir de Barcelona se produjeron tumultos. La situación se agravó y se declaró la huelga general (convocada por socialistas y anarquistas). El gobierno respondió deteniendo a los cabecillas socialistas y prohibiendo su prensa. Las huelgas comenzaron en Barcelona. El gobierno declaró el estado de guerra provocando una oleada de violencia callejera que duró una semana. La población levantó barricadas e incendió iglesias y conventos. El 31 de julio se emprendió una dura 59 represión. Ejecuciones como la de Ferrer Guardia (anarquista y fundador de la Escuela Moderna) levantaron una ola de protestas internacional que provocó la dimisión del Presidente del Gobierno, el conservador Maura. La Semana Trágica fue la explosión de unas masas descontentas de sus condiciones de vida y de ser manejadas por los poderosos. Los abundantes ataques contra edificaciones religiosas se explican por la vulnerabilidad de estos y porque se asociaba a la Iglesia con la represión ideológica. Por otra parte, la Semana Trágica demostró a los anarquistas la conveniencia de una organización sindical propia y por eso forman la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores). LA CRISIS DE 1917 En 1917 estalló la mayor crisis del reinado al confluir varias circunstancias: - El inminente final de la Guerra Mundial agudizó las dificultades económicas y sociales. ◊ Los problemas del ejército, surgidos por el enfrentamiento entre los militares “africanos” y los de la PenÃ−nsula. Mientras los primeros gozaban de privilegios, los segundos malvivÃ−an en cuarteles, por lo que decidieron crear Juntas Militares de Defensa. A esto se une una medida que pretendÃ−a hacer pruebas de aptitud para ascender. El movimiento juntista se extendió por todo el ejército y el paÃ−s, desencadenándose el conflicto. El 1 de abril el liberal Romanones dimitió como Presidente del Gobierno ante la incapacidad de disolver las Juntas. En mayo el Capital General de Cataluña arrestó a los cabecillas. En junio se inició la rebelión militar presentando el “Manifiesto de Juntas” que contenÃ−a todo un repertorio de quejas que iban más allá de lo profesional. Al mismo tiempo amenazaban con liberar a los cabecillas detenidos. El apoyo de Alfonso XIII a estas pretensiones provocó que el gobierno conservador de Dato las reconociera. En esta rebelión debemos destacas dos hechos: ⋅ La actitud del monarca a favor de los militares ⋅ La revitalización del protagonismo militar en la vida polÃ−tica con prácticas como el pronunciamiento. - La primacÃ−a de poder polÃ−tico (éxito polÃ−tico de la Restauración) ya no era tan clara. La crisis de los representantes polÃ−ticos marginados La crisis del sistema bipartidista favorecÃ−a el aumento de la oposición polÃ−tica. La Liga Regionalista, dirigida por Cambó, reunió a los Parlamentarios catalanes en una asamblea ilegal en Barcelona. En ella se acordó solicitar al Gobierno la convocatoria de Cortes Constituyentes con un doble cometido: acabar con el caduco sistema del turno y con el caciquismo, y definir una nueva organización del Estado que reconociera la autonomÃ−a de Cataluña. Al mismo tiempo, se invitaba a todos los parlamentarios a una nueva reunión el 1 de julio que se conoce como “Asamblea de Parlamentarios”. Se ratifican los acuerdos de la reunión anterior en una moción firmada por catalanistas, republicanos y socialistas. El movimiento se desarticuló por tres circunstancias: 60 ◊ Negativa de las Juntas de Defensa a colaborar con republicanos, catalanistas y socialistas. ◊ Divergencias entre los propios asambleÃ−stas ◊ Mientras los catalanes aspiraban a la autonomÃ−a, republicanos y socialistas buscaban conseguir repercusiones de mayor calado social que se manifestaron en la participación de los catalanistas de Cambó en el nuevo gobierno de coalición. A partir ◊ de entonces, la Asamblea quedó reducida a la expresión del radicalismo republicano y socialista, lo que supuso su extinción. La crisis social En 1917 se declara la huelga general. En los primeros meses las organizaciones sindicales UGT (Unión General de Trabajadores) y CNT habÃ−an mantenido contactos para preparar la huelga general contra el régimen polÃ−tico y el deterioro del nivel de vida de los trabajadores y también para apoyar el conflicto del sector ferroviario de Valencia ante la intransigencia de la patronal. En el mes de julio, tras la Asamblea de Parlamentarios, se formó en Madrid un comité de huelga con representantes de UGT y del PSOE, mientras el de Barcelona estaba integrado exclusivamente por anarquistas. La huelga general tuvo una durÃ−sima represión. La crisis del sistema Este periodo está marcado por dos lÃ−neas de fractura: ◊ La fractura entre el liberalismo oligárquico y el democrático ◊ La fractura entre una concepción centralista de la administración pública y la que abogaba por una organización territorial que tuviera en cuenta la diversidad regional. La estrategia seguida por los polÃ−ticos fue la de evitar cambios. A partir de 1913, la polÃ−tica se caracterizó por la contradicción entre la dinámica económica, social y cultural y la incapacidad de las élites polÃ−ticas del sistema para actuar en este escenario conflictivo y plural. La situación se complicó por dos razones: ◊ el impacto que tuvo la Gran Guerra, con rápidos efectos sobre la economÃ−a y división entre los españoles que simpatizaban con los aliados (aliadófilos) y los que lo hacÃ−an con los alemanes (germanófilos.) ◊ La progresiva fragmentación de los partidos dinásticos, lo que acentuó la constante intervención del monarca, debilitó el liderazgo de los partidos y los incapacitó como interlocutores polÃ−ticos. Dado que el resto de las fuerzas polÃ−ticas tampoco fueron capaces de modificar el sistema, se produjo una situación de bloqueo. LA QUIEBRA DEL BIPARTIDISMO. En este proceso se entrecruzan dos problemas que contribuyen a reforzar la posición del monarca: ⋅ la crisis de liderazgo que vivieron ambos partidos, permitiendo la aparición de fracciones en su seno. ⋅ La inadaptación de estos partidos a una sociedad de masas. La crisis de liderazgo estalló a la muerte de Canalejas, al mantener el gobierno en manos liberales, lo que era inaceptable para los conservadores. Maura deseaba volver al poder, pero 61 el Partido Liberal se niega si no rectifica su actitud (no reconocÃ−a al partido Liberal legitimidad para la alternancia polÃ−tica por su alianza con las izquierdas en 1909). El Partido Conservador confió su jefatura a Eduardo Dato, Maura solo volvió al poder en situaciones de emergencia. (OJO: TANTO MAURA COMO DATO ERAN DEL PARTIDO CONSERVADOR) Por su parte, el Partido Liberal, no fue capaz de organizar la sucesión de Canalejas: Romanones y Manuel GarcÃ−a Prieto (AMBOS LIBERALES) ocuparon alternativamente la jefatura de los gobiernos y del partido, pero la fragmentacion de los liberales fue cada vez más intensa, apareciendo otros lÃ−deres como Santiago Alba o Niceto Alcalá-Zamora. Conseguir la mayorÃ−a parlamentaria en las elecciones era cada vez más difÃ−cil para loa partidos dinástico, dada la existencia de minorÃ−as y disidencias que se aseguraban sus feudos electorales. Esto propiciaba una inestabilidad en el poder y las elecciones eran muy frecuentes. Los gobiernos presionaban a los electores para asegurarse sus mayorÃ−as parlamentarias. En suma, los paridos dinásticos no pasaron de ser oligarquÃ−as a partidos de masas. Las dos premisas básicas del sistema de la restauración se hacÃ−an inviables porque: ◊ Era difÃ−cil mantener la alternancia en el gobierno, lo que desembocó en gobiernos de concentración como el de Maura en 1918. ◊ El reparto del pastel electoral tenÃ−a cada vez más convidados a la mesa (HabÃ−a más partidos y todos querÃ−an participar en el poder). 2.La dictadura de Primo de Rivera. De la monarquÃ−a alfonsina a la II República Hacia la dictadura: La etapa entre 1917 y 1923 fue la más conflictiva e inestable del reinado de Alfonso XIII, por razones internacionales e internas: ⋅ En el contexto europeo fueron años de gran conmoción social y polÃ−tica: I Guerra Mundial, revoluciones en Rusia, Alemania y HungrÃ−a, descomposición de imperios y aparición de nuevos Estados. ⋅ En España, la resaca de la guerra coincidió con el agravamiento de la guerra en Marruecos. La evolución de la vida polÃ−tica estuvo caracterizada por tres rasgos principales: ⋅ La inestabilidad de los gobiernos: En esta etapa hubo trece crisis de gobierno. Roto el bipartidismo, los gobiernos adolecÃ−an de una fuerte debilidad. • Desde 1917, el rey formó gobiernos de concentración y nacionales (con Maura), integrados por todos los prohombres polÃ−ticos de la Restauración. Estos gobiernos acabaron presos de rencillas personales entre sus miembros. • A partir de 1919, se fueron alternando gobiernos de fracción con gobiernos de coalición en los que predominaban los conservadores. Destacan los gobiernos de Romanones, Maura, Dato y GarcÃ−a Prieto. El rey y el ejército van interviniendo cada vez más en los 62 asuntos del gobierno. ⋅ El intento de restaurar el turnismo: La formación de los gobiernos de concentración apuntaba hacia una recuperación de un nuevo turnismo, sostenido por conjuntos de fracciones o grupos escindidos del tronco de los dos grandes partidos dinásticos. Esto parecÃ−a posible por la debilidad de las fuerzas antidinásticas y la parcial integración en el sistema de los catalanistas y los reformistas. ⋅ La cuestión catalana: La presencia del ejército en la vida polÃ−tica se acentuó con el recrudecimiento de la cuestión catalana, en la que confluyeron dos problemas: • La reivindicación de la autonomÃ−a polÃ−tica, que propició una oleada de anticatalanismo en gran parte de España. • La conflictividad social en Barcelona, con movimientos huelguÃ−sticos, enfrentamientos entre sindicalistas de la CNT y sindicatos libres, cierres de patronales y fenómenos de pistolerismo. La represión que llevó a cabo el ejército sobre los anarquistas a través de medidas como la Ley de Fugas, estrechó su alianza con la burguesÃ−a catalana. El 12 de septiembre de 1923, tras un pronunciamiento militar iniciado en Barcelona, aceptado por el gobierno, por el rey y por la opinión pública, Miguel Primo de Rivera llega al poder. Las causas que favorecieron el golpe fueron: la descomposición del sistema polÃ−tico de la Restauración, por la inestabilidad y debilidad de los gobiernos de la época; la cuestión de Marruecos, por la gran impopularidad de la costosa guerra; y la falta de orden público, debida al terrorismo y al pistolerismo. El golpe fue apoyado por la burguesÃ−a catalana, los terratenientes, el clero y el PSOE. Se opusieron el Partido Comunista (PCE), la CNT y los grupos de intelectuales. El Directorio Militar: Primo de Rivera accedió al poder, asistido por un Directorio Militar. La voluntad regeneracionista de Primo de Rivera se manifestó en dos aspectos: ⋅ La polÃ−tica anticaciquil y de orden público: • Los gobernadores civiles fueron sustituidos por personal militar, con el fin de mantener el orden público y controlar a las personas vinculadas al viejo régimen. • Se disolvieron las diputaciones y ayuntamientos y se crearon las Juntas municipales, con el fin de acabar con el caciquismo. • Calvo Sotelo elaboró el Estatuto municipal y el Estatuto provincial, en los que se dotaba de mayor autonomÃ−a a los entes locales. Para la solución de los problemas de orden público, el Directorio mantuvo durante varios meses la declaración del estado de guerra, adoptó medidas represivas contra organizaciones obreras (CNT,...) y promovió la extensión a toda España del somatén catalán. ⋅ El nacionalismo de Estado: Se fomentó un nacionalismo de Estado, de carácter unitario, que entró en contradicción con los nacionalismos periféricos. El régimen adoptó una polÃ−tica restrictiva en el empleo de las lenguas propias y en el uso de sÃ−mbolos de identidad. 63 Con estas medidas, el inicial apoyo de algunos sectores nacionalistas se convirtió pronto en oposición frontal: muchos nacionalistas se adhirieron al republicanismo. ⋅ Fin de la guerra de Marruecos: el desembarco de Alhucemas: Tras la derrota militar en Annual, la cuestión marroquÃ− generó un amplio debate: la mayor parte de la sociedad española, incluyendo a Primo de Rivera, era partidaria de las tesis abandonistas: abandonar un territorio que drenaba constantemente los recursos españoles, humanos y económicos; por otro lado, los africanistas defendÃ−an la presencia de España en Ôfrica. En 1924 el Dictador asumió el papel de alto comisario en Marruecos. Es entonces cuando Abd-el-Krim, el lÃ−der rifeño, pretende extender su influencia en el resto de Marruecos, ocupando territorios del Protectorado francés. Esto provocó la alianza militar de España y Francia, que posibilitó la operación militar del desembarco de Alhucemas (8-IX-1925), con la que se logró dividir la zona rifeña en dos partes y derrotar a Abd-el-Krim. En 1927 habÃ−a concluido la guerra, lo que proporcionó gran popularidad al régimen de Primo de Rivera quién, a partir de entonces, cree que verdaderamente la Dictadura puede solucionar los problemas del paÃ−s, disponiéndose a cambiar la provisionalidad con la que se habÃ−a funcionado hasta entonces por una institucionalización del régimen. El Directorio Civil: En 1925 Primo de Rivera constituye un Directorio Civil para institucionalizar el régimen y desarrollar una polÃ−tica de carácter corporativo. ⋅ Las bases polÃ−ticas del régimen: La dictadura trató de fundar el nuevo régimen sobre unas bases polÃ−ticas: • La constitución de un partido único, la Unión Patriótica, cuyo fin era traspasar el gobierno a los civiles y servir de enlace entre la sociedad y la Dictadura. Sin embargo, su funcionamiento estuvo desde el principio lastrado por su total dependencia del gobierno, que la dirigÃ−a a través de los gobernadores civiles. • La Asamblea Nacional Consultiva, una cámara de representación polÃ−tica, también dependiente del gobierno, formada por representantes de las instituciones locales, de la administración central o de distintas actividades profesionales, cuya principal obra fue el proyecto de Constitución, que no llegó a ser promulgada. • La renovación de la elite polÃ−tica. Adquirieron protagonismo los militares, los miembros de la burocracia administrativa del Estado, los jóvenes mauristas y los católicos sociales. Se incorporaron los sectores mesocráticos (agrarios o industriales). ⋅ La polÃ−tica económica: Fue especialmente intervencionista y proteccionista, con el fin de favorecer a las empresas nacionales reservándolas el mercado español. Para ello se creó el Consejo de EconomÃ−a Nacional y se aprobó el decreto de Protección de la Industria Nacional. Especialmente favorecidas fueron las compañÃ−as de transporte, tanto las ferroviarias como las navieras. Destacan también la concesión de monopolios, especialmente la creación de la CAMPSA y de la CompañÃ−a Telefónica. Además, se llevó a cabo una ambiciosa polÃ−tica de obras públicas que pretendÃ−a lograr una reactivación de la economÃ−a española. Destacan: la red de ferrocarriles 64 (concesiones a las compañÃ−as ferroviarias), la renovación de la red de carreteras (a través del Circuito Nacional de Firmes Especiales), las obras hidráulicas (creación de las Confederaciones Hidrográficas) y la constitución del tendido eléctrico. - La polÃ−tica social corporativa: El Estado trabajó como árbitro de un sistema en el que trabajadores y empresarios se reunÃ−an en comités paritarios para resolver los conflictos. El éxito de la polÃ−tica social del gobierno, la represión de los movimientos revolucionarios y el arbitraje del gobierno en estos comités contribuyó a un notable descenso del número de huelgas y a la integración de los sectores del movimiento obrero, a la cabeza de los cuales estaba la UGT. La caÃ−da de la Dictadura: A partir de 1928, la fortaleza del régimen se resquebrajó por el escaso apoyo logrado por la Asamblea Consultiva y su incapacidad para dar una salida constitucional al régimen. Las relaciones entre el dictador y el rey se enfriaron y los sectores sociales que apoyaban la dictadura comenzaron a distanciarse. - La oposición a la dictadura: Se manifestó a partir de 1928. • Los intelectuales, con Unamuno a la cabeza, que fueron duramente reprimidos. • Los republicanos, con Vicente Blasco Ibáñez como impulsor de una campaña que pretendÃ−a vincular a la dictadura con Alfonso XIII, para poder acabar con ambos. • Los militares, enfrentados entre africanistas y peninsulares por los criterios de promoción. • Los polÃ−ticos monárquicos, que reaccionaron cuando quedó claro que la Dictadura no iba a ser una solución transitoria sino que aspiraba a perpetuarse en el tiempo. • Los estudiantes, que en marzo de 1929 comienzan una serie de protestas contra el intento del gobierno de reconocer los tÃ−tulos de las universidades de Deusto y El Escorial. - La caÃ−da de Primo de Rivera: Cuando se presenta el proyecto de Constitución ante la Asamblea Nacional Consultiva, las crÃ−ticas son unánimes. A fin de salvar el proyecto, Primo intenta atraer a parte de la oposición invitando a la Asamblea a polÃ−ticos monárquicos, intelectuales y socialistas, La oferta es rechazada por casi todos. La crisis económica internacional agrava la situación, que se torna crÃ−tica cuando los universitarios retoman las protestas. Primo de Rivera, abandonado incluso por el ejército, decide presentar su dimisión al rey en enero de 1930. - La caÃ−da de la monarquÃ−a: Después de la dimisión de Primo de Rivera, el rey, falto de apoyos por su identificación con la dictadura, intenta retornar al sistema de la Restauración, con los gobiernos de Berenguer, que restaura la constitución de 1876, y Aznar, que, en abril de 1931 convoca elecciones municipales. Se constituyeron nuevos partidos polÃ−ticos de militancia republicana (Derecha Republicana, Ezquerra Republicana, ORGA) y se celebraron actos unitarios de los partidos antimonárquicos, como el Pacto de San Sebastián. En las elecciones municipales de abril triunfan las candidaturas republicano-socialistas. Entonces, el rey Alfonso XIII renuncia a la Corona, abandona España, y el 14-IV-1931 se proclama la Segunda República, acogida con grandes muestras 65 de júbilo popular. ♦ Evolución económica. La sociedad (1902-1931) La economÃ−a: Durante esta época la economÃ−a española experimentó una importante transformación: ⋅ La población agraria descendió, superada por la población industrial y la de servicios, asÃ− como el analfabetismo, aunque éste siguió siendo notable. ⋅ Cataluña y el PaÃ−s Vasco se confirmaron como los centros industriales y económicos más importantes. ⋅ La electricidad permitió un relanzamiento y una amplia diversificación de las industrias. ⋅ España entró en los grandes circuitos del capital internacional que invirtieron en las nuevas industrias. Etapas del desarrollo económico: ♦ A principios de siglo: Etapa de crisis por la pérdida de los restos del imperio colonial. Las exportaciones de productos industriales, textiles o alimentarios descendieron mucho. La economÃ−a española quedó reducida a su propio y escasamente desarrollado mercado. ♦ Etapa de la Primera Guerra Mundial: La I WW permitió cuatro años de un gran desarrollo económico. Dos nuevos mercados se abrieron: el de los paÃ−ses beligerantes, que habÃ−an dedicado sus industrias al armamento, y el de los paÃ−ses subdesarrollados, que los paÃ−ses industrializados en guerra habÃ−an abandonado provisionalmente. Fueron años de grandes beneficios en los que la relación exportación/importación fue favorable para España. ♦ Tras el final de la guerra: Se produjo una segunda etapa de crisis. La industria española fue incapaz de mantener la competencia con los paÃ−ses industrializados, que recuperaron los mercados abandonados. ♦ Los felices años veinte: Entre 1923 y 1929 se vivió una etapa de gran desarrollo económico. Se llevó a cabo una polÃ−tica proteccionista, de grandes monopolios y de importantes obras públicas. ♦ Los terribles años treinta: La crisis de la bolsa de Nueva Cork desencadenó una fuerte recesión en Estados Unidos que arrastró a Europa. En España se produjo una reducción de las exportaciones y la interrupción de las inversiones de capitales extranjeros. Los cambios en la agricultura: Se mantuvo la producción de los cultivos tradicionales (vid, olivo, trigo) y se introdujeron mejoras técnicas (se aumentó la importación de maquinaria agrÃ−cola y el uso de abonos y se iniciaron planes de regadÃ−o) y nuevos cultivos (remolacha, naranja). El impulso industrial: A finales del siglo XIX se desarrollaron dos nuevas fuentes de energÃ−a: la electricidad y el petróleo. La electricidad comienza a sustituir al carbón; se emplea en iluminación y para sistemas de transporte (tranvÃ−a, metro). La construcción de largas lÃ−neas de alta tensión permiten su transporte. - Centros industriales más importantes: 66 - Cataluña, donde las nuevas industrias superaron a las industrias textiles tradicionales. Destacaron: las quÃ−micas (abonos, medicamentos, explosivos); las siderometalúrgicas en las que los nuevos hornos eléctricos permitieron la fundición y uso de aceros especiales (Altos Hornos), lo que permitió el desarrollo de empresas de motores y automóviles (Hispano Suiza); y la Construcción, promovida por las grandes obras públicas y el crecimiento de Barcelona. - El PaÃ−s Vasco y la rÃ−a de Bilbao se convirtieron en el más importante centro siderometalúrgico, alrededor del cuál surgieron muchas industrias metalúrgicas, especialmente en el sector naval. - Madrid y Bilbao, centros bancarios: La banca se convirtió en el eje del desarrollo económico: fábricas, minas, transportes, … dependÃ−an de los bancos. La fusión del capital industrial y del capital bancario produjo el capital financiero, que dirigÃ−a el desarrollo económico del paÃ−s. La sociedad: La sociedad española avanzó hacia una sociedad de clases. Se caracterizó por: ⋅ La decadencia del mundo rural. ⋅ La decadencia de la aristocracia nobiliaria. ⋅ La consolidación del mundo urbano: • El predominio de la burguesÃ−a y el proletariado, y su duro enfrentamiento. • El crecimiento de las clases medias, que dominaban una sociedad cada vez más profesional. • La pervivencia de un gran porcentaje de servicio doméstico. La situación en el campo: La injusta distribución de la propiedad de las tierras era una de las causas del atraso del paÃ−s. Casi la mitad de los campesinos eran jornaleros, sin tierra, al lÃ−mite de la miseria, condenados a salarios bajos y a largas etapas de paro. La situación de los pequeños propietarios era también difÃ−cil: condenados a una agricultura de subsistencia por la reducida extensión de sus tierras de cultivo (minifundios). El 1% de los grandes propietarios (latifundistas) acaparaba el 50% de las rentas del campo. VivÃ−an lejos de sus tierras, desinteresándose de los cultivos (absentismo). La burguesÃ−a y el proletariado urbanos: ⋅ La burguesÃ−a: Formada por la alta burguesÃ−a: las familias de grandes industriales, banqueros o comerciantes, que se habÃ−a ido formando en el siglo XIX o se habÃ−a enriquecido durante la Primera Guerra Mundial; y la pequeña y mediana burguesÃ−a, formada por pequeños fabricantes o artesanos, comerciantes, o personas dedicadas a actividades liberales (médicos, abogados, …). 67 ⋅ El proletariado: A causa del desarrollo económico, a principios de siglo aparecieron importantes masas de obreros que se concentraron en las zonas industriales periféricas. Sus condiciones de vida eran muy duras: un trabajo abusivo (de hasta 12 horas) con salarios muy bajos y una falta absoluta de escolarización. En esta época se desarrollaron los dos grandes sindicatos: la UGT, marxista-socialista, y la CNT, bakuninista-anarquista, que, en el Congreso de Sants, se reestructuró en sindicatos únicos, lo que le dio mayor fuerza. La CNT tenÃ−a su centro en Cataluña y se extendió por Levante hasta AndalucÃ−a. El empeoramiento drástico de la situación obrera, ocasionado por las consecuencias económicas de la I WW y su crisis posterior provocó enfrentamientos muy duros (huelga de la Canadiense, 1919; trienio bolchevique, 1918-1920). Ante ello, se creó el Instituto de Reformas Sociales y el Instituto Nacional de Previsión, que estableció las primeras pensiones de vejez. En 1909 se legalizó la huelga y en 1919 se estableció la jornada laboral de 8 horas. 13. La II República ♦ La constitución de 1931 y el bienio reformista. El bienio radical-cedista. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular La II República española se proclamó el 14 de abril de 1931 en Eibar; luego en Barcelona y, finalmente, en Madrid, donde el Comité Revolucionario se hizo cargo del poder. El Gobierno Provisional: primeras reformas: El Comité Revolucionario se convirtió en Gobierno Provisional tras la salida del monarca. El nuevo gobierno dirigió la toma del poder por parte de comités republicanos en todas las instituciones locales y provinciales y dictó las primeras medidas de carácter polÃ−tico. Era un gobierno de concentración integrado por polÃ−ticos como: Alcalá-Zamora, Miguel Maura (monárquicos); Lerroux (radical); Azaña (Acción Republicana); Casares Quiroga (republicano gallego); Indalecio Prieto, Fernando de los RÃ−os, Largo Caballero (PSOE); … La polÃ−tica social: El ministro de Trabajo Largo Caballero aprobó: ⋅ El Decreto de Términos Municipales que prohibió la contratación de jornaleros de fuera del municipio. ⋅ La jornada laboral de ocho horas. ⋅ La Ley de Jurados Mixtos, para favorecer a jornaleros y pequeños arrendatarios rurales. ⋅ El Decreto de laboreo forzoso, por la que las tierras no productivas podÃ−an ser cedidas a los campesinos. La reforma del ejército: El ejército estaba atrasado e hipertrofiado por el exceso de mandos en relación con la tropa. Por ello, el ministro de Guerra Azaña: 68 ⋅ Aprobó la Ley de Retiro (Abandonaron el ejército unos 7.500 oficiales). ⋅ Suprimió la Academia General de Zaragoza. ⋅ Derogó la Ley de Jurisdicciones. ⋅ Redujo el número de capitanÃ−as generales. Con ello pretendÃ−a modernizar el ejército y adecuarlo al nuevo poder civil, lo que no se consiguió totalmente por la oposición de muchos mandos de origen africanista y por las limitaciones presupuestarias. Además, a pesar de la creación de los guardias de asalto, el ejército tuvo que seguir interviniendo en la represión de conflictos sociales y huelgas. La cuestión autonómica: En Cataluña, donde Francesc Maciá habÃ−a proclamado el Estado catalán el 14 de abril, se consiguió legalizar esta situación mediante la constitución de un gobierno provisional (la Generalitat). Los conflictos: ⋅ Estallaron conflictos religiosos, como la quema de conventos en Madrid y alentaron la hostilidad de la Iglesia hacia el nuevo régimen. ⋅ Las primeras grandes huelgas, convocadas por la CNT en Madrid y Sevilla, que se saldaron con una fuerte represión. La Constitución de 1931: Las Cortes Constituyentes: En las elecciones a Cortes Constituyentes la conjunción republicana y socialista del gobierno tuvo una victoria aplastante. La representación de partidos conservadores o antisistema fue muy escasa y las nuevas clases medias urbanas fueron incorporadas a la vida polÃ−tica. El texto constitucional: En la constitución aprobada el 9-XII-1931: ⋅ Se definió España como una república laica, descentralizada, igualitaria y democrática de trabajadores. ⋅ Se reconoció el derecho al voto de la mujer. ⋅ Se declaraban los derechos y libertades del ciudadano. ⋅ Se regulaban medidas de protección social y cultural de los ciudadanos, concediendo prioridad a los derechos del Estado sobre los individuales. ⋅ Las Cortes constaban de una sola cámara, con capacidad legislativa. ⋅ Los gobiernos debÃ−an lograr la confianza del Parlamento. ⋅ Los conflictos entre poderes se confiaban a un Tribunal de GarantÃ−as Constitucionales. ⋅ Se establecÃ−a la figura del presidente de la República, de elección indirecta, con capacidad de veto en la elección de los candidatos a presidentes del ejecutivo. ⋅ Se aprobó la libertad de cultos y el matrimonio civil. ⋅ Se prohibió ejercer la enseñanza a las congregaciones religiosas. 69 ⋅ Se suprimió la CompañÃ−a de Jesús. ⋅ Se abrió la posibilidad de elaborar estatutos de autonomÃ−a y constituir regiones autonómicas, como en Cataluña con el Estatuto de Nuria. En el PaÃ−s Vasco y Galicia también se iniciaron proyectos de estatutos. El Bienio Reformista: Con Alcalá Zamora en la presidencia de la República se suceden varios gabinetes encabezados por Manuel Azaña. En esta fase la República comienza a aplicar su plan de reformas. El problema fue que este programa reformista se desarrolló en un momento de fuerte radicalización social. La coalición azañista: Azaña accedió a la presidencia en X-1931. Una de sus primeras acciones fue la aprobación de la Ley de Defensa de la República, una medida preventiva frente a cualquier posible ataque al régimen republicano. El gobierno de Azaña era una alianza entre los republicanos de izquierda y los socialistas, con lo que se dejó fuera del a los radicales de Lerroux. Entre los ministerios destacaron: ⋅ Obras públicas, con Indalecio Prieto. Se llevan a cabo obras hidráulicas y ferroviarias. ⋅ Instrucción pública, con Fernando de los RÃ−os. Se duplican el número de escuelas primarias, se crean misiones pedagógicas y se apoya la expansión universitaria. ⋅ Hacienda, con Jaume Carner, con una amplia labor de equilibrio del presupuesto y de saneamiento económico. ⋅ Trabajo, con Largo Caballero. Prosiguió la legislación social, con decretos sobre intensificación de cultivos o la Ley de Contrato de Trabajo. La reforma agraria: La polÃ−tica republicana aspiraba a llevar a cabo una reforma técnica que lograse una mayor productividad de las explotaciones agrarias y una reforma social que combinase productividad con una mejor distribución de la tierra. La reforma agraria se centró en las regiones latifundistas por su desigual distribución de la propiedad de la tierra. Las bases de la reforma se concretaron en la Ley de Reforma Agraria, de IX-1932. ConsistÃ−a en una polÃ−tica de expropiación mediante la indemnización de fincas de labranza no explotadas directamente por sus propietarios y el asentamiento de labradores en las mismas en régimen de arriendo. De su aplicación se encargó el Instituto de Reforma Agraria (IRA), apoyado por el Banco Nacional Agrario, dotado de escasos recursos. Los resultados fueron reducidos por la complejidad del proceso, la fuerte oposición social, la lentitud burocrática del IRA y las contradicciones de la dirección polÃ−tica de la reforma. Esto provocó decepción entre los campesinos sin tierras y conflictividad social en el 70 campo. Estado integral y autonomÃ−as: La solución de la República a la organización territorial del Estado se recogió en la Constitución de 1931, en la que se reconocÃ−a la posibilidad de que algunas regiones pudieran elaborar sus estatutos de autonomÃ−a dentro de un Estado integral. La aplicación fue llevada a cabo en: ⋅ Cataluña: La autonomÃ−a fue liderada por Esquerra Republicana, que integraba dos corrientes: el nacionalismo radical de Francesc Maciá, y el republicanismo de izquierdas de LluÃ−s Companys. La organización de la autonomÃ−a comenzó con la elaboración del estatuto de autonomÃ−a, redactado en Nuria y aprobado por una gran mayorÃ−a del censo. La aprobación del estatuto por las cortes se realizó tras la sanjurjada (sublevación militar de Sanjurjo, que fracasó) de septiembre de 1932. Maciá fue proclamado presidente de la Generalitat y Companys presidente del Parlament. ⋅ PaÃ−s Vasco: El estatuto de autonomÃ−a no logró ser aprobado en todas las provincias, por la oposición de la coalición azañista y por su rechazo en Navarra. ⋅ Galicia: La autonomÃ−a no llegó a concretarse hasta junio de 1936, pero el estallido de la guerra impidió su puesta en vigor La oposición al gobierno de Azaña: Desde finales de 1932 la coalición azañista empezó a sufrir la oposición del Partido Radical, al que se fueron agregando otras fuerzas de derecha, monárquicas o católicas. Pero la principal oposición procedÃ−a de los conflictos obreros y campesinos promovidos por la CNT; de las clases medias y acomodadas urbanas, organizadas por la Iglesia; y del ejército. ⋅ La oposición polÃ−tica: Correspondió a las organizaciones agrarias y católicas, lideradas por Gil Robles, que constituyeron la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), un partido de masas, defensor de la religión y la propiedad, accidentalista (ni monárquico ni republicano). Su objetivo era modificar la Constitución republicana. Entre sus bases sociales destacaban los propietarios agrarios y las clases medias y profesionales urbanas. ⋅ La oposición social: ProcedÃ−a de las organizaciones patronales industriales o agrarias y del movimiento obrero y campesino. La lÃ−nea revolucionaria se impuso sobre la sindicalista, promoviendo huelgas generales y movimientos de carácter insurreccional, como los ocurridos en Casas Viejas en 1933 (Matanza de campesinos por guardias civiles, que desencadenó una campaña de desprestigio del Gobierno por los anarquistas). En septiembre de 1933, la conflictividad social, la creciente organización polÃ−tica de la derecha y la falta de confianza del presidente de la República (Alcalá-Zamora) hicieron que éste otorgara la presidencia del gobierno a los radicales. El Bienio Radical-Cedista: Este perÃ−odo se caracterizó por una situación de bloqueo, debida a: 71 ⋅ La carencia de estabilidad polÃ−tica y parlamentaria de los gobiernos. ⋅ Los gobiernos revelan más una voluntad de revisar las reformas azañistas que de construir un régimen republicano de base conservadora. ⋅ La radicalización social y polÃ−tica del paÃ−s aumentó. Un nuevo mapa polÃ−tico: Tras las elecciones de 1933: El PSOE y ERC (Ezquerra Republicana de Cataluña) disminuyeron sus escaños; los partidos próximos a Azaña apenas lograron representación parlamentaria; los radicales de Lerroux aumentaron sus escaños y los grandes triunfadores fueron los partidos de derecha, con la CEDA. Los radicales en el gobierno: El gobierno fue ocupado por los radicales, con Lerroux como presidente, con el apoyo parlamentario de la CEDA, de Gil Robles. Su programa polÃ−tico consistió en rectificar o suspender algunas de las reformas del perÃ−odo de Azaña: ⋅ Se modificó la polÃ−tica religiosa, logrando un acercamiento al Vaticano. ⋅ Se devolvieron tierras a la nobleza. ⋅ Se concedió amistÃ−a a los condenados por la sanjurjada. ⋅ Se comenzaron enfrentamientos con las autonomÃ−as catalana y vasca. Al mismo tiempo, comenzaron las tensiones: ⋅ Dentro del gobierno: una parte del partido estimaba que Lerroux violaba los principios republicanos. Por el contrario, la CEDA consideraba demasiado moderada la rectificación de las reformas azañistas. ⋅ La conflictividad social aumentó notablemente por el deterioro de las condiciones laborales y la arrogancia de los patronos. Se produjeron huelgas, como la de campesinos de junio de 1934 en AndalucÃ−a y Extremadura. Ante la dependencia que el gobierno tenÃ−a de la CEDA, los socialistas radicalizaron sus posiciones, anunciando un movimiento revolucionario si la CEDA era llamada al gobierno. Los sucesos de Octubre de 1934: En octubre del 34, Lerroux confió tres ministerios a miembros de la CEDA. Esto condujo a los sucesos de octubre, que pusieron de relieve la extrema polarización de la polÃ−tica española y la disociación entre el mantenimiento de la república y de la democracia polÃ−tica. La convocatoria de la insurrección tuvo una desigual acogida en toda España: En Madrid, PaÃ−s Vasco y AndalucÃ−a, la incidencia de la huelga fue escasa, sin embargo, en Asturias y Cataluña los conflictos fueron notables. ⋅ La revolución de Asturias: El objetivo era la toma del poder por parte del PSOE para desplazar al fascismo del gobierno y poder aplicar un programa de carácter revolucionario. Los revolucionarios controlaron las zonas mineras y las principales ciudades, pero las unidades de elite del ejército efectuaron una brutal represión sobre ellos. ⋅ La sublevación catalana: 72 El origen de esta sublevación estaba en el conflicto que mantuvo la Generalitat con el gobierno central por la Ley de Contratos de Cultivo, que favorecÃ−a la posición de los arrendatarios de las comarcas vitÃ−colas. Los propietarios boicotearon la ley para que no fuera aprobada. Ante ello, Companys proclamó el Estado catalán de la República Federal Española. Esta rebelión fue abortada por el ejército y los principales dirigentes polÃ−ticos fueron detenidos. La Ley de Cultivos no entró en vigor. El final del bienio: Los sucesos de octubre y los escándalos en que se vio envuelto el Partido Radical, como el del estraperlo y el de Nombela, provocaron el reforzamiento del papel de la CEDA. Los partidos republicanos de izquierda se agruparon en los partidos Izquierda Republicana, con Azaña, y Unión Republicana, con MartÃ−nez Barrio. Estos dos partidos, a su vez, se aliaron con los socialistas, formando el Frente Popular. El partido radical-cedista va llevando a cabo parte de su programa: suspende el Estatuto de Cataluña y promulga una contrarreforma de la Ley Agraria, dando mayor libertad de acción a los patronos. Con esto, el gobierno se gana la enemistad de los trabajadores. Lerroux tiene que dejar el gobierno y Alcalá-Zamora nombra como presidente del gobierno primero a Chapaprieta y luego a Valladares, dejando fuera a Gil Robles, que llama al general Franco para dar un golpe de Estado, pero éste decide postergarlo. Gil Robles dimite como ministro. El Frente Popular: Las elecciones de Febrero: En estas elecciones se presentaron dos grandes agrupaciones polÃ−ticas: - El frente de la contrarrevolución, nucleado en torno a la CEDA. Su programa consistÃ−a en una reforma de la Constitución. - El Frente Popular, con partidos republicanos de izquierda (Unión Republicana, Izquierda Republicana), regionalistas (ERC, ORGA) y socialistas y comunistas (PSOE, PCE, POUM). Su programa consistÃ−a en recuperar las lÃ−neas de actuación del bienio azañista y en una amnistÃ−a para los represaliados de las revoluciones del 34. En medio, las candidaturas de carácter centrista, con Portela Valladares. El Frente Popular obtuvo una estrecha victoria sobre las derechas, obteniendo la mayorÃ−a en el Parlamento, ya que la ley primaba las mayorÃ−as. La formación del gobierno: Militares y polÃ−ticos propusieron a Portela Valladares que encabezase un golpe militar, pero éste abandonó el gobierno, del que se hizo cargo Azaña. Azaña trató de restaurar la polÃ−tica del primer bienio. Sus medidas fueron: liberación 73 de presos, restablecimiento de las instituciones autonómicas catalanas y recuperación de la polÃ−tica de reforma agraria. Es entonces cuando las Cortes destituyen a Alcalá Zamora en la presidencia de la República y Azaña es elegido para sustituirle. El cargo de presidente del gobierno es ocupado por Casares Quiroga, de la ORGA. Hacia la guerra civil: Las posiciones más radicales fueron ganando terreno en sus propuestas polÃ−ticas y en la calle. ⋅ Los sindicatos UGT y CNT actuaron muy unidos, lo que propició una importante movilización obrera y numerosas huelgas. Todos los sectores económicos se vieron afectados. Los polÃ−ticos de izquierdas no eran capaces de establecer una estrategia común con la clase obrera, que preferÃ−a preparar la revolución social. ⋅ Los grupos extremistas de derecha (Falange Española, fundada por J.A. Primo de Rivera en 1933), Bloque Nacional, …) confiaban cada vez menos en la CEDA de Gil Robles. La lucha callejera se convirtió desde entonces en el escenario de una intensa violencia polÃ−tica. A ello se añadió la división interna del ejército. Parte de sus mandos, encabezados por el general Mola, participaban en la conspiración contra el gobierno. Los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo aceleraron la sublevación militar. ♦ La cultura española desde inicios de la Edad de Plata hasta 1936 En el primer tercio del siglo XX la cultura española vivió una etapa de esplendor: la Edad de Plata. A partir de 1898 los intelectuales adquirieron protagonismo e intervinieron en la vida polÃ−tica y social. Sus temas de interés fueron la apertura al exterior y la preocupación por los problemas nacionales. Tres generaciones de intelectuales: Durante esta época los intelectuales constituyeron tres generaciones en la cultura española: La generación del 98: Destacaron escritores y periodistas (Unamuno, AzorÃ−n, Baroja, Valle-Inclán, Machado), filólogos e historiadores (Menéndez Pidal), pintores (Rusiñol) y arquitectos modernistas. Renovaron la sensibilidad artÃ−stica y literaria de España con su adscripción al Modernismo. Fueron muy crÃ−ticos con los vicios del sistema polÃ−tico de la Restauración, pero apenas elaboraron propuestas polÃ−ticas alternativas La generación del 14: 74 Destacaron pensadores y ensayistas (Ortega y Gasset, Azaña, Eugenio d'Ors), cientÃ−ficos (Marañón), escritores (Gómez de la Serna) y pintores. Afrontaron la defensa de una nueva polÃ−tica y se preocuparon por la apertura a las corrientes intelectuales y cientÃ−ficas de Europa. La generación del 27: Integrada por un conjunto de poetas unidos por: la admiración por la obra de Juan Ramón Jiménez, la búsqueda de la riqueza en el lenguaje a partir de los clásicos españoles y de la lÃ−rica popular, el desprecio por la RAE y el contacto con el surrealismo europeo. Destacaron: escritores (Federico GarcÃ−a Lorca, Dámaso Alonso, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Gerardo Diego), pintores (Salvador DalÃ−) y cineastas (Luis Buñuel). Europeización e hispanoamericanismo: Una de las caracterÃ−sticas del clima intelectual de España de esta época fue la pasión por establecer conexiones con el extranjero: con Europa e Iberoamérica. La europeización fue posible gracias a la acción de instituciones como la Junta de Ampliación de Estudios, que fomentó las pensiones de estudio y viaje a diversos paÃ−ses europeos. El hispanoamericanismo defendÃ−a la identidad cultural de los paÃ−ses de habla hispana. Esta mentalizó cristalizó en hechos como la adopción del 12 de octubre como DÃ−a de la Raza y la celebración de exposiciones iberoamericanas. Intelectuales y nacionalismo: Entre los problemas que preocuparon a los intelectuales predominó la construcción de la nación española. La derrota del 98 habÃ−a sido consecuencia de la debilidad de España como nación pero, al mismo tiempo, fue el punto de partida de proyectos alternativos de carácter nacionalista. Se defendió una concepción diferente de la articulación territorial de España, con el objetivo de reforzar el Estado y refundar la nación. 14. La Guerra Civil ♦ La sublevación militar. El desarrollo de la guerra civil. Evolución polÃ−tica en las dos zonas durante la guerra civil ♦ La sublevación militar La Guerra Civil fue consecuencia directa de una sublevación militar fracasada en una sociedad profundamente dividida. La Conspiración antirrepublicana En 1936, un amplio sector des ejército sentÃ−a amenazados sus intereses corporativos, sus 75 intereses de clase y su concepción tradicional de España y del orden social. Tras las elecciones de 1936. algunos lÃ−deres de la derecha (Gil Rob/e$. Calvo Sote/o...) y altos mandos militares pretendieron impedir el traspaso de poderes a las fuerzas del Frente Popular. Fracasadas estas gestiones algunos militares de alta graduación decidieron derribar al nuevo gobierno frentepopulista. El pronunciamiento lo dirigirÃ−a una Junta Militar presidida por Sanjurjo y de la que formaban parte varios generales como Franco y Mola. Los gobiernos de Azaña y Casares Quiroga, aunque enterados, no prestaron demasiada atención a la preparación de la sublevación. Con todo, tomaron algunas medidas para contrarrrestarla: . Pusieron bajo vigilancia a algunos mili1ares sospechosos. . Colocaron en puestos clave del ejército a mandos a los que se suponÃ−a Identificados con el régimen republicano. . Desplazaron a destinos considerados poco peligrosos a los generales de cuya lealtad se dudaba (Mola a Pamplona, Franco a Canarias y Goded a Baleares). EI ejército se impuso como la columna vertebral de la insurrección. Las fuerzas polÃ−ticas contrarias a la República quedaron subordinadas a él. ¿Cómo comenzó la Guerra civil El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio por guardias de asalto, como respuesta al de un teniente del mismo cuerpo cometido horas antes por la extrema derecha acabó con las últimas vacilaciones. El Golpe de estado EI 17 de julio de 1936 se inició la rebelión militar en Melilla, Ceuta y Marruecos. El alzamiento militar se produjo en la PenÃ−nsula el dÃ−a 18, pero no triunfó en amplias zonas del territorio nacional debido, sobre todo a que muchos militares y las fuerzas de orden público permanecieron leales a la República. El dÃ−a 19 Franco se puso al frente de las tropas africanas que eran las más disciplinadas y las mejor preparadas del ejército español. . Los sublevados dominaban el norte de Marruecos, Canarias, Baleares(salvo Menorca).Galicia, Oviedo, Ôlava, Navarra. la parte occidental de Aragón con sus tres capitales, Castilla la Vieja-León, Extremadura noroccidental y determinados núcleos dispersos de AndalucÃ−a occidental (las ciudades de Sevilla, Cádiz, Córdoba y Granada. . El golpe de Estado fracasó en Asturias, Santander, Vizcaya, Guipúzcoa. Cataluña, Levante, Extremadura suroriental y la mayor parte de Castilla la Nueva y AndalucÃ−a. España se dividió en dos zonas Irreconciliables. Se combatió por imponer una dictadura militar o defender la república, pero la guerra se manifestó también como lucha de clases, contienda religiosa, choque entre nacionalismos y enfrentamiento entre fascismo y 76 comunismo. ♦ El desarrollo de la guerra civil la zona republicana La sublevación militar produjo la quiebra del Estado, aunque algunas instituciones continuaran formalmente funcionando. El dÃ−a 19 se formó un gobierno débil del que participaban sólo los partidos republicanos. Las organizaciones obreras, armadas, decidÃ−an y actuaban con enorme autonomÃ−a a través de una serie de juntas y consejos recién constituidos. Aunque del lado de la República habÃ−an permanecido muchos oficiales y soldados del ejército, la mayor parte de la Aviación y casi toda la Marina, la organización militar quedó desmantelada. Su poder fue reemplazado por el de las milicias populares, creadas por los partidos de izquierda y los sindicatos. En la zona republicana se localizaban un buen número de las grandes ciudades del paÃ−s y las regiones más industriales y mineras. Además, el gobierno controlaba los recursos financieros, su situación agrÃ−cola era, en cambio, más deficitaria. La zona «nacional» En la España «nacional »inmediatamente después del golpe, cada general ejerció su autoridad con plena autonomÃ−a en el espacio en el que operaba. Se produjo, pues, una pluralidad de centros de poder militar. Tras la muerte de Sanjurjo el 20 de julio en un accidente aéreo, se constituyó en Burgos la Junta de Defensa Nacional, para coordinar y unificar la acción de los insurrectos. La zona «nacional» apenas disponÃ−a del 20 % de la producción industrial del paÃ−s, pero contaba con el 70 % de la agrÃ−cola. La implicación internacional La Guerra Civil Española provocó una honda división en la opinión pública internacional. Los dos bandos recibieron ayuda de paÃ−ses extranjeros-fundamentalmente en armamento y soldados. La destinada a los sublevados fue, sin embargo, más regular y algo más cuantiosa. Francia y Gran Bretaña impulsaron una polÃ−tica de neutralidad y no injerencia, que perjudicó a la República. El Comité de No Intervención, creado en Londres en septiembre de 1936, fue completamente inoperante. * De los Estados aliados de la República, sólo México y la URSS acudieron en su auxilio. La ayuda de la URSS fue la más importante y el gobierno la pagó con oro del Banco de España, Francia suministró (casi siempre de forma clandestina) armas para combatir. Además, unos 60.000 voluntarios extranjeros lucharon en las Brigadas Internacionales. (Muchos de ellos eran comunistas). * El bando rebelde recibió apoyo incondicional de Alemania, Italia y Portugal. Las dos primeras realizaron un aporte ingente, sin que los «nacionales » se vieran obligados a 77 pagarlo de forma inmediata. Igual ocurrió con el abundante petróleo abastecido por la TEXACO o con los camiones vendidos por la Ford y la General Motors (americanas). En el extranjero, particularmente comprometidos se mostraron los intelectuales, que defendieron, en su mayorÃ−a, la causa republicana. Las operaciones militares 1. la lucha por Madrid (julio de 1936-marzo de 1937) El objetivo prioritario de los sublevados fue tomar Madrid. Los ataques contra la capital debÃ−an llevarse a cabo de forma simultánea por el ejército del norte (Mola) y el del sur (Franco). El ejército de Mola se estancó en los puertos de montaña del Sistema Central. El avance hacia Madrid desde el sur también se demoró. Simultáneamente, se produjeron cambios dentro de cada bando: ◊ Bando republicano: El gobierno de Giral dio paso en septiembre al del socialista Largo Caballero. ◊ Bando “Nacional”: Franco concentró el poder polÃ−tico y militar por acuerdo de la Junta de defensa Nacional y más tarde estableció su cuartel general en Burgos. El gran asalto franquista a Madrid se produjo en noviembre, pero fracasó. Azaña (que ya era Presidente de la República) se instaló en Barcelona y el gobierno de Largo Caballero en Valencia. Un posterior intento de Franco por tomar la ciudad con un ataque sobre el Jarama en febrero de 1937 y una operación sobre Guadalajara en marzo también fracasaron. Pero los “nacionales» conquistaron Málaga. ♦ El frente Norte (abril-octubre de 1937) En vista de las dificultades que ofrecÃ−a la entrada en Madrid, Franco se propuso liquidar el frente norte, cabe resaltas el bombardeo de Guernica por parte de la Legión Cóndor, alemana. Los “nacionales” , esta vez sÃ− triunfaron en el norte, por lo que la relación de fuerzas entre los bandos se alteró: la República perdió un área con abundantes recursos industriales y mineros, redujo su espacio a un tercio del territorio nacional y su población disminuyó a la mitad de la total. El gobierno de NegrÃ−n, que en mayo habÃ−a sustituido al de Largo Caballero, intentó superar la situación. ♦ El frente Este (octubre 1937-abril 1939) La idea de atacar Madrid volvió a estar presente en la estrategia militar de Franco, pero el ejército republicano se adelantó y a finales de 1937 se apoderó de Teruel. Los «nacionales» recuperaron la ciudad en febrero de 1938. Lo más destacado fue la batalla del Ebro, la más cruenta de la guerra, de la que el ejército de la República salió muy derrotado. Franco tomó Barcelona el 26 de enero de 1939. El 28 de marzo se rindió Madrid. EI 1 de abril de 1939, la guerra habÃ−a terminado. 1.3. Evolución polÃ−tica de las dos zonas durante la guerra civil La España republicana 78 El golpe militar provocó en los territorios leales a la República un proceso de revolución social sin dirección centralizada. Poco a poco los gobiernos republicanos lograron incrementar su debilitado poder con el objetivo de ganar la contienda, por lo que chocaron con las fuerzas revolucionarias. La represión popular En la zona republicana, el Estado se desarticuló y emergieron múltiples y dispersos poderes revolucionarios, que pusieron en marcha una dura represión que pronto degeneró en terror. Grupos de milicianos persiguieron brutalmente a sus enemigos reales o supuestos (aristócratas, burgueses, militares, afiliados a partidos de derechas y religiosos). La Iglesia española sufrió la mayor persecución de su historia. Especialmente graves resultaron los asesinatos en Paracuellos del Jarama y en Torrejón de Ardoz. El número total de vÃ−ctimas se calcula en torno a las 50.000. Hubo, a su vez, muchos encarcelados y bastantes depurados. La colectivización Nada más producirse el golpe de Estado, las dos grandes centrales sindicales -CNT y UGTbuscaron acabar con el capitalismo y, donde tuvieron fuerza, desarrollaron un proceso de colectivización. Dicho proceso supuso la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la implantación de la propiedad colectiva, pero no obedeció a un proyecto planificado. La dinámica colectivizadora respetó, en general, la pequeña propiedad. La revolución en el campo se extendió por buena parte del territorio republicano. Participaron en ella en torno a 3.000.000 de campesinos, se expropiaron cerca de 5.500.000 hectáreas y se crearon unas 1.600 colectividades. En La Mancha, Aragón, Murcia, AndalucÃ−a y Extremadura tuvo mucha importancia. Los sindicatos constituyeron también colectividades en las grandes empresas industriales y comerciales y ejercieron el control obrero en las pequeñas. Estas colectividades proliferaron sobre todo en Cataluña. Los sindicatos gestionaron también numerosas empresas de servicios públicos, ferrocarriles y transportes urbanos. La reconstrucción del estado La situación de fragmentación del Estado tardó en corregirse porque tropezó con graves disensiones entre las fuerzas polÃ−ticas y sindicales. La centralización del poder El gobierno de Giral, era impotente ante la revolución proletaria y las milicias populares no podÃ−an combatir con eficacia al ejército sublevado, constituido por militares profesionales. El gobierno de Largo Caballero, intentó recuperar la fuerza del Estado . Decretó la disolución de las juntas y de los comités. . Reguló los consejos que regÃ−an los ayuntamientos y las diputaciones. 79 . Potenció los tribunales populares creados por el gobierno anterior. . Impuso un fuerte control sobre el Banco de España. . Militarizó las milicias. La centralización, sin embargo, avanzaba muy lentamente. Tras la caÃ−da de Málaga, en febrero de 1937, los partidos polÃ−ticos intentaron afianzar la autoridad estatal. El PCE planteó la estrategia más clara: para ganar la guerra era necesario congelar la revolución social pero su postura chocó con los sindicatos, y en particular con la CNT. En mayo de 1937, Largo Caballero perdió el apoyo de los comunistas, de algún sector del propio PSOE y de algunos republicanos. El gobierno de NegrÃ−n (comunista) supuso la pérdida de poder de los sindicatos mientras que los partidos polÃ−ticos recuperaban su predominio, en especial el PCE. Este gobierno representó el triunfo de la centralización y de la polÃ−tica frentepopulista: . Se impuso sobre los comités. . Recuperó poder en Cataluña. . Liquidó las colectividades y el Consejo de Aragón. . Dedicó sus mayores esfuerzos a las tareas bélicas. Desde que en abril de 1938 las tropas «nacionales» llegaron al Mediterráneo, en el bando republicano se planteó el dilema de entablar negociaciones con Franco o proseguir la guerra. Sólo NegrÃ−n y los comunistas defendieron hasta el final esta última opción, con la esperanza de que la tensa situación internacional evolucionara en favor de la República. El ejército popular El gobierno de Giral pretendió integrar en el ejército a los milicianos mediante la creación de batallones de voluntarios. Su frustrado intento dejó pendiente el asunto hasta que el gobierno de Largo Caballero comenzó a articular una estructura militar más operativa: se creó el ejército popular, pilar fundamental en la reconstrucción del Estado republicano. El 28 de septiembre de 1936 se decretó la militarización de las milicias: . El ejército se organizó en torno a las brigadas mixtas (unos 4.000 combatientes) . En las unidades militares se estableció un comisario polÃ−tico, que obligaba a las milicias a guardar una mayor disciplina. .Se sustituyeron las estrellas como distintivos de mando por los galones y se adoptó el saludo con el puño en alto. El gobierno de Negrin intentó una mayor profesionalización y una menor politización del ejército. Educación y cultura El ministerio de Instrucción Pública potenció la expansión de la educación, aunque con 80 un alto componente de adoctrinamiento polÃ−tico. .Se construyeron cerca de 5.500 nuevas escuelas (+ 2.100 que levantó la Generalitat en Cataluña). . Se aprobó el Plan de Estudios de la Escuela Primaria; se intentó que el bachillerato perdiera su carácter elitista y se preparó una modalidad abreviada del mismo para obreros. . La universidad apenas funcionó. En el campo de la difusión cultural, especial relevancia adquirió la labor de alfabetización y educación polÃ−tica llevada a cabo entre los soldados por las Milicias de la Cultura (organizaciones de voluntarios promovidas por las autoridades ministeriales). La mayorÃ−a de los intelectuales españoles se movilizó en favor de la República. La España «nacional» En ella se constituyó un férreo poder dictatorial orientado a ganar la guerra e impulsar la contrarrevolución. Factores que hicieron posible que el bando franquista lograra la unidad: . El sentimiento católico y antirrevolucionario . El papel hegemónico que desempeñó el ejército también en el terreno polÃ−tico. A nivel internacional, Alemania e Italia reconocieron a Franco en 1936. Francia e Inglaterra lo hicieron a comienzos de 1939. El nuevo estado Los insurrectos carecÃ−an de un proyecto de régimen polÃ−tico alternativo a la República, aunque consideraban inevitable algún tipo de dictadura. La concentración del poder A principios del otoño de 1936, la Junta de Defensa Nacional nombró a Franco jefe de todos los ejércitos con el tÃ−tulo de GeneralÃ−simo y jefe del gobierno del Estado -transformado en seguida en jefe del Estado-, al tiempo que le otorgó plenos poderes. Franco creó el 30 de enero de 1938, el gobierno de la nación. El jefe del Estado asumÃ−a el poder legislativo y era también el presidente del Consejo de Ministros. Con anterioridad, se habÃ−a llevado a cabo un proceso de concentración de las fuerzas polÃ−ticas que unificó a falangistas y carlistas en un único partido o Movimiento -FE de las JONS-, del que Franco pasó a ser su jefe nacional y supremo caudillo. La postura de la Iglesia 81 La Iglesia no habÃ−a participado en los preparativos de la insurrección militar. Sin embargo, pronto dio su beneplácito al bando insurgente, cuando éste justificó la sublevación en la defensa del orden y de la unidad de la patria, y como respuesta a una posible revolución comunista. La Iglesia definió la guerra como una «cruzada». La hegemonÃ−a del ejército El ejército fue el pilar fundamental sobre el que se edificó el nuevo Estado dictatorial de Franco. La declaración del estado de guerra por parte de la Junta de Defensa Nacional supuso la atribución al ejército de una serie de funciones de las que no pudo gozar el del bando enemigo, en el que la declaración del estado de guerra se produjo en la fase final. Pero el ejército no era muy numeroso. La ampliación posterior del ejército se hizo sobre la base de la organización que ya existÃ−a. No se emprendieron reformas de gran calado, pero para hacer frente al déficit de mandos intermedios se habilitaron los alféreces provisionales, que resultaron muy disciplinados. Las milicias civiles que formaron los requetés carlistas y los grupos armados de Falange se vieron obligados a integrarse en el ejército y a las órdenes de los mandos militares. La represión de los sublevados Los militares rebeldes y los partidos polÃ−ticos que apoyaron el golpe de Estado (falangistas, monárquicos, carlistas...) practicaron desde el principio de la guerra una implacable y sistemática represión, dirigida fundamentalmente contra las organizaciones vinculadas al Frente Popular. Los primeros que se vieron afectados por las medidas represivas fueron los miembros del ejército y de las fuerzas de seguridad que se negaron a sumarse a la insurrección. Abundaron las ejecuciones masivas. Se actuaba sin contemplaciones para aniquilar cualquier forma de resistencia que pudiera entorpecer la construcción del Nuevo Estado. El terror sirvió como método para cimentar la dictadura. A partir de octubre de 1936, la represión disminuyó algo, pero no cesó. Las vÃ−ctimas de la represión probablemente sobrepasaron las 85.000. A lo largo de la guerra, las cifras de encarcelados y depurados llegaron a ser muy altas. La contrarrevolución El poder que se instauró en la zona «nacional» impulsó una contrarrevolución social, que se basaba en los principios de la propiedad, la religión y el orden. Las nuevas autoridades emprendieron pronto una serie de cambios: . Tomaron medidas para que los antiguos propietarios recuperaran las tierras y las fábricas que les habÃ−an sido incautadas o expropiadas. . Suprimieron los partidos y los sindicatos. 82 . Controlaron la educación y la cultura. Prohibieron la libertad de expresión y depuraron los cuerpos de enseñantes y funcionarios. . Anularon la legislación laica de la República y resacralizaron la vida social. Apoyaron al bando “nacional”:La oligarquÃ−a terrateniente y la burguesÃ−a financiera, numerosos pequeños y medianos campesinos católicos, sectores diversos de las clases medias urbanas. Educación y cultura El bando franquista se propuso como objetivo prioritario desmontar la obra renovadora que en materia educativa se habÃ−a llevado a cabo durante la Segunda República. La educación que se impuso en la España «nacional» obedeció a dos principios básicos: confesionalidad y politización. Los contenidos católicos y patrióticos impregnaron el conjunto de la enseñanza y la Iglesia desempeñó un papel central en su desarrollo. La España «nacional” contó con la colaboración de algunos intelectuales como Eugenio d'Ors., AgustÃ−n de Foxá o Torrente Ballester . El escritor Miguel de Unamuno, que al principio fue partidario de la sublevación, acabó decepcionado con ésta Los estragos/consecuencias de la guerra Las consecuencias demográficas El número de muertos es difÃ−cil de calcular, aunque según varios autores se acerca a 1.000.000 de personas. Se marcharon bastantes de los mejores intelectuales y cientÃ−ficos del paÃ−s (Ortega y Gasset, Falla, Marañón...), con lo que el panorama cultural quedó muy empobrecido.. . Hubo 400.000 españoles heridos en las operaciones militares y los 300.000 prisioneros de guerra en las cárceles franquistas hasta 1945 (tu bisabuelo Gregorio). Esta sangrÃ−a demográfica influyó más tarde en la caÃ−da de la natalidad. La difÃ−cil reconciliación La Guerra Civil habÃ−a finalizado el 1 de abril de 1939, pero la paz no terminó de llegar. Durante los casi cuarenta años del franquismo, la Guerra Civil continuó estando muy presente en la memoria colectiva de los españoles. Sólo la aprobación de una Constitución democrática en 1978, una vez muerto Franco, cerró de forma definitiva el capÃ−tulo de la Guerra Civil. Los efectos económicos . España perdió más de medio millón de hombres y mujeres laboralmente activos. . Se destruyeron total o parcialmente unas 500.000 viviendas. 83 . Quedaron inservibles algo más de un tercio de la marina mercante, en torno al 60 % de las locomotoras y vagones de los trenes, y una parte considerable del tendido ferroviario y de la red de carreteras. . Dos terceras partes de la ganaderÃ−a desaparecieron. . La agricultura y la industria, redujeron su producción en aproximadamente el 25 %. . La Hacienda pública estaba arruinada: habÃ−a que pagar las deudas de Franco con Alemania e Italia y gran parte del oro del Banco de España se habÃ−a utilizado para pagar la ayuda que la URSS habÃ−a enviado a la República. España, una excepción en Europa occidental España retrocedió en su nivel de desarrollo. Franco permaneció en el poder durante casi 40 años. España siguió un camino completamente apartado de la orientación democrática que habrÃ−an de tomar los paÃ−ses europeos después de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, España quedó inhabilitada durante mucho tiempo para desarrollar una polÃ−tica exterior plenamente normal. Sus aspiraciones a formar parte de la Comunidad Europea y de otras organizaciones y foros de carácter internacional no se vieron colmadas a corto plazo. HISTORIA DE ESPAà A (MINITEMAS) ♦ El proceso de hominización de la PenÃ−nsula Ibérica: nuevos hallazgos El hombre es fruto de una evolución que comenzó hace 5 millones de años con la aparición del Homo Ergaster probablemente en Ôfrica y que culminó con el Homo Sapiens, surgido hace 40.000. De Ôfrica pasó a Oriente Próximo y Asia convertido ya en Homo Erectus, alcanzando las zonas meridionales de Europa hace 1 millón de años. Sin embargo, los restos más antiguos (encontrados en Atapuerca) pertenecen al Homo Antecesor, que vivió hace 800.000 años y se caracterizaba por el canibalismo, la fortaleza fÃ−sica y el pequeño cerebro. En este mismo lugar se encuentra uno de los mayores yacimientos de restos arqueológicos del mundo, pertenecientes al Homo Heidelbergensis, que habitó hace 300.000. Con posteridad, entre el 80.000 y el 50.000 a.C. apareció el Homo Neanderthalensis que construÃ−a instrumentos de piedra, hacÃ−a fuego y enterraba a sus muertos. Es, pues, muy similar a nosotros aunque no sea antecedente directo. Cuando el Homo Sapiens apareció (hace 40.000), convivió con el Neandertal y alcanzó el nivel similar de evolución y sin embargo, fue el que perduró, y del cual desciende el hombre actual. ♦ Los Pueblo Prerromanos (tartesos, celtas, Ã−beros) Son los que habitan la PenÃ−nsula en el milenio I a.C. El más importante es Tartesos pues es el primer estado, situado entre Huelva y Cartagena. Al no haber restos arqueológicos, lo único que sabemos es que los griegos la consideraron una civilización adelantada, cuya riqueza provenÃ−a del campo, la minerÃ−a y sobre todo el comercio. Si desconocido es su origen, más lo son las causas de su desaparición en el s. V a.C. Simultánea a su esplendor es la llegada de pueblos indoeuropeos en oleadas provocadas por la presión demográfica en la estepa eurasiática. Los primeros, del siglo VIII a.C. han pasado ala historia como los 84 “celtas” y se sitúan en la Meseta y el norte de la PenÃ−nsula. Poco apoco irán llegando otros pueblo “Ã−beros” más evolucionados y que se asentarán en el litoral mediterráneo. ♦ Las colonizaciones históricas: Fenicios, Griegos y Cartaginenses A lo largo del primer milenio a.C., fenicios, griegos y cartagineses fundas enclaves comerciales en la PenÃ−nsula, atraÃ−dos por el oro, la plata y el cobre. Los fenicios fueron los primeros en asentarse, fundando la colonia más antigua Gañir, la actual Cádiz, en torno al 800ª.C. Con posteridad la siguieron Malaka (Málaga) y Sexi (Almuñécar). Los griegos conocen la penÃ−nsula tras fundar la colonia se Massalia (Marsella). Sin embargo, su interés se centra en el noreste peninsular, donde fundaron las actuales Rosas y Ampurias hacia el año 600 a.C. Tanto griegos como fenicios se establecieron con intención de comerciar con los nativos y por tanto, de un modo pacÃ−fico. Pero cuando se produce la caÃ−da de Tiro (última ciudad fenicia independiente) en el siglo VI a.C., Cartago toma el relevo del control del comercio Mediterráneo Occidental y por tanto loas colonias fenicias. Como consecuencia de la Primera Guerra Púnica con Roma, Cartago acomete una polÃ−tica más hostil que condujo a la ocupación militar del sur y sudeste peninsular, fundando sus colonias Cartago Nova y Akra Leuke (Cartagena y Alicante) ♦ La evolución de la conquista romana en la PenÃ−nsula Entre los años 218 y 19 a.C. Roma acomete un largo proceso de conquista de la PenÃ−nsula Ibérica. El interés romano nace del enfrentamiento que mantiene con Cartago que se materializa en dos grandes guerras. El ataque de Cartago a Sagunto (218 a.C.) sirve de excusa para iniciar la II Guerra Púnica y con ella el inicio de la conquista que se hace de un modo discontinuo, por etapas. La primera abarca toda la guerra y supone la ocupación del sur y el levante entre el 218 y 197 a.C. Tras esto, se hace necesario un periodo de consolidación y afianzamiento de los territorios ocupados que se verá alterado con las guerras celtibero-lusitanas (154-133 a.C.) en las cuales se conquistaron los pueblos de centro y oeste, destacando como mitos de la resistencia, el jefe lusitano Viriato y el asedio de Numancia. Desde el 133 y hasta el 29 a.C. resultó una etapa de estabilización con escasa incorporación de territorios. Las guerras cantabro-astures, dirigidas por el emperador Augusto, culminaron la conquista de la PenÃ−nsula ene. Año 19 a.C. ♦ El proceso de la romanización: el legado cultural A lo largo de los siglos que abarca la dominación romana de la PenÃ−nsula (s. I al V d.C.), los pueblos indÃ−genas fueron asimilando su cultura y sus formas de vida. Si bien, el grado de romanización dependió del desarrollo previo de los pueblos, el método seguido en todos los casos fue el mismo: la extensión del a vida urbana, que rompÃ−a las primitivas formas de organización económica, polÃ−tica y social. En el área ibérica, muy urbanizada, fue muy fácil la inserción de la vida romana y se impuso el latÃ−n a las lenguas vernáculas. La Bética, de donde eran originarios el estoico Séneca, el poeta Lucano, Colmuela, autor de un importante tratado de agronomÃ−a y el geógrafo mela; y el Valle del Ebro, cuna del retórico Quintiliano y del poeta satÃ−rico Marcial son las dos regiones que mejor representan la integración peninsular en la cultura roma. En contraste con esta zona, los pueblos del oeste y el norte de la PenÃ−nsula, los menos romanizados, mantuvieron por más tiempo sus costumbres y sus lenguas, de las que aún hoy perviven importantes ejemplos. ♦ El proceso de la romanización: las obras públicas 85 A lo largo de los siglos que abarca la dominación romana de la PenÃ−nsula (s. I al V), los pueblos indÃ−genas fueron asimilando su cultura y sus formas de vida. Si bien, el grado de romanización dependió del desarrollo previo de los pueblos, el método seguido en todos los casos fue el mismo: la extensión del a vida urbana, que rompÃ−a las primitivas formas de organización económica, polÃ−tica y social. Una vez conseguido este objetivo, aparecieron en Hispania las formas propiamente romanas, siendo más significativas las arquitectónicas, que son las que han perdurado hasta hoy. La arquitectura romana proseguÃ−a dos objetivos fundamentales: la perfección técnica y la utilidad; de ahÃ− que no nos hayan legado ningún templo y sÃ− teatros como el de Mérida y anfiteatros como los de Itálica, Tarragona o Mérida. Si importantes son los edificios, no lo son menos el resto de las obras públicas entre las que podemos destacar puentes como el de Alcántara, acueductos como los de Segovia, Tarragona o toda la red de calzadas que recorren aún hoy toda la PenÃ−nsula. ♦ La monarquÃ−a visigoda y las instituciones Los visigodos son un pueblo procedente de la zona del Danubio y que debido a un pacto firmado con Roma controlan tierras en el sur de Francia y la PenÃ−nsula a cambio de expulsar a los vándalos, suevos y alanos. En el 476 (caÃ−da de Roma), tras la muerte del último emperador romano, asumen el poder polÃ−tico de la PenÃ−nsula. Debido a su escasez de efectivos se establecieron en zonas poco habitadas como la meseta central y septentrional. Tras vencer a suevos en Galicia, vascones y bizantinos en el sur, la monarquÃ−a visigoda se convirtió en el primer estado independiente que integraba a oda la penÃ−nsula. Su monarquÃ−a era electiva por parte de los magnates y aunque las funciones del rey eran amplias, para la labor del gobierno se servÃ−a del Aula Regia y del Officium Palatinum. Territorialmente, al frente de cada provincia se designó a un duque, con funciones civiles y militares de quien dependÃ−a a su vez, varios condes. La fusión entre lo visigodo y lo romano se materializó en varias medidas como la conversión al catolicismo de Recaredo en el III Concilio de Toledo (589) y el Liber Ludiciorum, realizado por Recesvinto en el año 654 2.1 La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: la conquista musulmana y los pueblos invasores La Edad Media en España abarca desde la llegada de los musulmanes en el siglo VIII, hasta su expulsión en el siglo XV. La conquista tuvo dos causas principales: la expansión del islam y la crisis interna de la monarquÃ−a visigoda, causada por la revuelta de los nobles encabezada por Rodrigo, que consiguió finalmente el trono. Como consecuencia, el rey Witiza solicitó la ayuda de los musulmanes que enviaron una expedición, dirigida por Tariq, cuyo enfrentamiento decisivo fue la “batalla de Guadalete” (711).la conquista de la PenÃ−nsula fue rápida debido a la escasa resistencia militar y a la tolerancia musulmana frente a las diferentes culturas. La ocupación de los territorios dependÃ−a de la actitud de rendición pactada o incondicional que presentaban los pobladores. Los musulmanes pertenecÃ−an a diferentes etnias, pero sobre todo los árabes que se asentaron en tierras fértiles y los beréberes que reinstalaron en las tierras más altas. Como causa del es igual reparto de territorios se produjo la rebelión de los beréberes (741). Para sofocarla entraron en la penÃ−nsula tropas sirias, formándole tercer grupo étnico significativo. 2.2 La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: El Emirato y el Califato de Córdoba Entre los años 714 y 1031, Al-Ôndalus vive las etapas de máximo esplendor. En un 86 principio, se trataba de un Valiato o Emirato dependiente (741-756), una provincia del califato de Damasco, gobernada por un emir. Esta etapa estuvo marcada por la inestabilidad polÃ−tica y las derrotas (“Covadonga 722” y “Poitiers 732”) que acabaron con la expansión del islam. En el año 750 los abasidas ocuparon el califato, matando a casi todos los omeyas. Abderramán (756-188), superviviente omeya, se hizo con el poder de la PenÃ−nsula y se proclamó emir independiente. Fue una etapa de consolidación y reorganización del poder musulmán. La culminación vino con Abderramán III (912-951) que se proclamó califa en el 929 iniciando el Califato de Córdoba. También en el terreno cultural y artÃ−stico se viven los mejores momentos durante el reinado de Alhakan II. Almanzor, sin embargo, ejerció el poder efectivo de Hisham II (976-1009), convirtiéndose enana dictadura militar caracterizada por las numerosas razzias. A la muerte de Almanzor (1002), el califato entró en crisis y se acabó dividiendo en numerosos reinos de Taifas en 1031. 2.3 La crisis del siglo XI: los reinos de taifas Etapa de la historia de Al-Ôndalus caracterizada por la existencia de pequeños reinos independientes y que se da entre 1031 y 1090. Desde comienzos del siglo XI ayuna crisis que culminará con la deposición del último califa Hisham III en el 1031 y que conllevará la división del califato de Córdoba en taifas. Esta división, a veces en territorios realmente minúsculos, propició la existencia de continuas disputas entre reinos, lo que acabó reduciendo el número de los mismos a favor de las taifas fuertes como Badajoz, Toledo, Zaragoza, Murcia, Valencia o Sevilla, que logró anexionarse Algeciras, Carmona, Córdoba y Huelva. Sin embargo, la división también supuso debilidad frente a los reinos cristianos al os que innumerables ocasiones debieron pagar parias a cambio de protección. Su debilidad polÃ−tica no se tradujo en crisis económica ni en decadencia cultural. A finales del siglo XI, ante el avance imparable de los reinos cristianos, los reinos de taifas comprendieron la necesidad deponerse de acuerdo y solicitaron ayuda a los almorávides que acabaron anexionándose cada una de las taifas, reunificando Al-Ôndalus. 2.4 La crisis del siglo XI: los imperios norteafricanos A finales del siglo XI, ante el avance imparable de los reinos cristianos, los reinos de taifas comprendieron la necesidad deponerse de acuerdo y solicitaron ayuda a los almorávides que acabaron anexionándose cada una de las taifas, reunificando Al-Ôndalus entre 1090 y 1145. se máximo dirigente, Yusuf ibn Tashfin, venció a las tropas de Alfonso VI en la “batalla de Zallaqah” en 1086 y en apenas cinco años, todos los reinos de taifas hispanos fueron cayendo en su poder. Pero la unificación de Al-Ôndalus bajo sumando duró poco tiempo debido al desprestigio militar tras su fracaso en Toledo y Zaragoza, a su fanatismo e intolerancia religiosa y a la aparición de un nuevo imperio norteafricano, los almohades. En 1145 se habÃ−a retornado alas antiguas taifas, sin embargo, los almohades tomaron la penÃ−nsula como objetivo militar consiguiendo la reunificación completa de Al-Ôndalus en1172 y situando la capital de este imperio en Sevilla. Nunca consiguieron el apoyo de la población hispana, por eso tras la derrota de 1212 en la “batalla de las Navas de Tolosa”, su descomposición fue rápida, desapareciendo definitivamente en 1232. 2.5 Al-Ôndalus: organización económica y social Entre los años 711 y 1492 en la PenÃ−nsula Ibérica hay territorios dominados por los musulmanes y aunque polÃ−ticamente hay muchas etapas, la organización económica y social de Al-Ôndalus será según los conocimientos y cultura musulmana. Introducirán mejoras en la agricultura como la técnica del regadÃ−o y los nuevos cultivos de arroz o algodón. Se revitalizarán las ciudades teniendo como núcleo el comercio y la religión 87 con la mezquita y el zoco como centros principales. En la artesanÃ−a destacará el sector textil, aunque también serán importantes los trabajos en pieles, cuero, cerámica y vidrio y la introducción del papel. Además los árabes fomentarán la circulación monetaria con el comercio exterior, exportando aceite. Con respecto a la estructura social, Al-Ôndalus estará dividida en musulmanes y no musulmanes; entre los primeros se encuentran la aristocracia de origen árabe, los beréberes o neomusulmanes y los muladÃ−es (cristianos convertidos al islam), y entre los segundo los judÃ−os, cristianos y mozárabes (musulmanes convertidos al catolicismo). En la base se encontraban los esclavos, que a diferencia del mundo antiguo, no sostenÃ−an todo el peso económico. 2.6 Al-Ôndalus: El pensamiento y las letras A lo largo de la Edad Media (siglos VIII-XV), Al-Ôndalus es uno de los principales focos cientÃ−ficos y culturales de toda Europa. Sin embargo al principio reimpuso la doctrina malequÃ−, con una rÃ−gida interpretación del Corán que limitaba el pensamiento. Con el Califato (s IX-X) la ciencia y el pensamiento andalusÃ− alcanzan sus más altas cotas gracias al patronazgo de los califas Abderramán III y Alhakam II. Se desarrollan las ciencias y la literatura y reintroducen innovaciones cientÃ−ficas, tanto griegas como hindúes, como el sistema de numeración indio. A la caÃ−da del califato, los reinos de taifas compitieron por el mecenazgo de las artes, apareciendo un gran número de poetas, astrónomos y cientÃ−ficos. Aunque los almorávides y almohades imponen una limitación del pensamiento, en el siglo XII surgieron tres grandes pensadores: los musulmanes Abentofail y Averroes (quien difundió por Europa los pensamientos de Aristóteles), y el judÃ−o Maimónides con sus tratados sobre medicina. Por último, el reino nazarÃ− de Granada tuvo una gran actividad cultural tanto cientÃ−fica como literaria. 2.7 La arquitectura musulmana en España: palacios y mezquitas A lo largo de la Edad Media (siglos VIII-XV), Al-Ôndalus es uno de los principales focos culturales de Europa. Sus inquietudes artÃ−sticas estuvieron marcadas por la religión, y se manifestaron principalmente mediante la arquitectura, convirtiéndose en una influencia permanente del arte español. Se caracteriza por el empleo de materiales pobres, la abundante decoración y por un mayor interés por el interior del edificio que por su fachada. El arte de los Omeyas (s VII-X) se plasma en la Mezquita de Córdoba que presenta las partes esenciales de toda mezquita mayor. Otras obras importantes son el palacio de Medina Azahara y la mezquita de Bab al-Mardum. El arte de los reinos de taifas (s XI), con excesiva decoración tiene su máximo exponente en el palacio de AljaferÃ−a de Zaragoza. Después, tanto almorávides como almohades rechazan el excesivo decorativismo con la Torre del Oro y la Giralda. Por último, durante la época nazarÃ− se levanta en Granada (s XIV-XV) el impresionante palacio de la Alambra, que representa la concepción espacial tÃ−pica de los palacios islámicos. 3.1 La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: los primeros núcleos de resistencia cristiana En el siglo VIII la franja cantábrica y los Pirineos eran las zonas más atrasadas, y su pobreza en recursos, su clima y las dificultadas de acceso resultaban poco atractivos para los musulmanes, por lo que se convierten en los primeros focos de resistencia cristiana. Surgieron asÃ− los embriones de las cuatro grandes entidades polÃ−ticas cristianas: el reino asturiano, el pamplonés, el aragonés y los condados catalanes. El asturleonés surgió con don Pelayo en 718. Destacan como monarcas Alfonso I y Alfonso II, quien consiguió la independencia. Con Alfonso III y con las razzias de Almanzor apareció el reino de León 88 pero la crisis del siglo X supuso la aparición del condado de Castilla. El reino de Pamplona se constituyó en el s. IX, se extendió por la rioja y formuló una polÃ−tica de matrimonios que le permitió incorporar Aragón y ejercer la primacÃ−a sobre León. El condado de Aragón con “capital” en Jaca, se cree que apareció sobre el siglo IX y entre los condados catalanes destaca Barcelona, con Wilfredo “el velloso” que gobierna con plena autonomÃ−a y Borrell II que consigue independizarse de los franceses. 3.2 Principales etapas de la Reconquista Proceso de ocupación de los territorios musulmanes de la PenÃ−nsula protagonizado por los cristianos entre lo siglos VIII y XV. Esta Reconquista se basa en dos premisas: la idea de restauración de la monarquÃ−a visigoda y el espÃ−ritu de cruzada contra los infieles. Entre los siglos VIII y X, tras la “batalla de Covadonga (722)”, los cristianos ocuparon territorios vacÃ−os como la cuenca del Duero. Del siglo XI a la mitad del XII se marca el comienzo de la Reconquista, el califato entra en crisis polÃ−tica y se desmiembra en reinos de taifas. En esta etapa se produce la incorporación de Toledo por parte de Alfonso VI en 1085 y la intervención de los almorávides que frenó el avance de Castilla. Ya en el siglo XIII a derrotas como la de “Alarcos (1195)” los cristianos responderán con la bula papal de cruzada y la formación de un ejército dirigido por los reyes de Castilla, Aragón y Navarra que vencerá en las “Navas de Tolosa (1212)”. De aquÃ− a 1266 la reconquista será casi definitiva, con la culminación del proceso en Portugal y la corona de Aragón. Solo el reino de Granada pervive, siendo vasallo de Castilla hasta su desaparición en 1492. 3.3 La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: Modelos de repoblación y de organización social Para poder afianzar las conquistas que se producen en la PenÃ−nsula a partir del S. VIII los cristianos ven necesario repoblar ciertas tierras. Este proceso da lugar a una estructura de propiedad de la tierra que se ha mantenido hasta nuestros dÃ−as y a una estructura social concreta, con muchos pequeños propietarios al norte y pocos pero muy poderosos al sur. Los sistemas que se aplicaron fueron diferentes según la zona. Por presura en el norte del Duero y bajo Pirineo, tuvo como causa la expansión demográfica de los núcleos cristianos y como consecuencia la pequeña y mediana propiedad. Concejil (S. XI-XII) entre el Duero y los Montes de Toledo y en el valle del Ebro; el territorio se dividió en concejos, a los que el rey entregaba un fuero o carta puebla. A las à rdenes Militares se les concedieron encomiendas a principios del S. XIII; zonas extensas y poco pobladas en el valle del Guadalquivir y en Aragón, lo que originaron grandes latifundios. También hubo repartimientos de latifundios entre la nobleza y la Iglesia en las zonas del Levante y del valle del Guadalquivir durante la segunda mitad del siglo XIII. 3.4 La PenÃ−nsula Ibérica en la Edad Media: una cultura plural (cristianos, musulmanes y judÃ−os) El panorama cultural de la PenÃ−nsula en la edad media era plural por la existencia de mudéjares en territorios cristianos, mozárabes en los musulmanes y judÃ−os en ambos, lo que propició el contacto frecuente y el intercambio de conocimientos entre las tres culturas. Tras la caÃ−da del imperio romano, la iglesia era transmisora de la cultura y los centros de instrucción era, al principio, escuelas monacales y más tarde escuelas catedralicias y superiores. En el S. XIII aparecen las universidades, siendo la primera la de Palencia. Sin embargo, la mejor muestra de colaboración entre las tres culturas fueron los centros de traducción de árabe como los de Tudela, Tarazona o el impulsado por el arzobispo Raimundo en Toledo. Esta ciudad cobró prestigio traduciendo obras cientÃ−ficas, 89 filosóficas y literarias al latÃ−n, tarea apoyada por Alfonso X “el Sabio”. Otro foco cultural fundamental es el camino de Santiago, peregrinación hasta la iglesia de Alfonso II “el Casto”, ordenó construir sobre el sepulcro del apóstol Santiago Matamoros. Por aquÃ− entraban todas las ideas que se manejaban en ese momento en Europa. 3.5 Manifestaciones artÃ−sticas en la PenÃ−nsula durante la Edad Media: el Románico A lo largo de la Edad Media (S. VIII al XV) se dan en la PenÃ−nsula distinto estilos artÃ−sticos, entre los que se encuentra el asturiano, el mozárabe, el gótico y el mudéjar. El más caracterÃ−stico de los siglo XI y XII es el románico, primer gran estilo tras la caÃ−da de Roma, introducido seguramente a través del camino de Santiago. Su manifestación más importante es la arquitectura religiosa a la que se supeditaban escultura y pintura. Con la idea de construir edificios duraderos, sustituyeron las cubierta de madera por bóvedas de cañón y de arista, reforzadas por arcos fajones. Esto implicaba necesariamente gruesos muros y escasez de vanos. La obra más importante del románico español es la Catedral de Santiago. La escultura, sobre todo el relieves de portada o capiteles ajustados al marco arquitectónico transmiten una idea esencial de las cosas. El ejemplo más representativo es el Pórtico de la Gloria, aunque se encuentre en transición al gótico. Por último la pintura que se encuentra en los muros de las iglesias es simple y con colores uniformes, teniendo hermosÃ−simos ejemplos San Isidoro de León. 3.6 Manifestaciones artÃ−sticas en la PenÃ−nsula durante la Edad Media: el gótico A lo largo de la Edad Media (S. VIII al XV) se dan en la PenÃ−nsula distinto estilos artÃ−sticos, entre los que se encuentra el asturiano, el mozárabe, el románico y el mudéjar. El más caracterÃ−stico entre los siglos XIII y XVI es el gótico. Se trata de un movimiento artÃ−stico eminentemente urbano, producto de la evolución de la sociedad medieval y asociado a una nueva forma de pensamiento más optimista, con un creciente interés por la naturaleza y el hombre. En la arquitectura aparece el arco apuntado, lo que permite elevar la altura del edificio, de él surge la bóveda de crucerÃ−a que dirige la presión a puntos concretos, sustituyendo los muros por grandes vidrieras y rosetones. Ente los ejemplos más bellos encontrados la Catedral de Burgos, la de Toledo o la de León. En la escultura las figuras pierden rigidez y adquieren expresividad, como la Virgen Blanca de la catedral de León. Por último, la pintura se hace más realista, busca la expresivita y desarrolla el paisaje. Sus principales formas son el retablo y la vidriera, sobresaliendo la de la Catedral de León por su colorido e imaginación. 4.1 La organización polÃ−tica e instituciones en la Baja Edad media: el reino de Castilla La baja edad media peninsular (S. XIV y XV) se caracteriza por la crisis agraria del sigo XIV, la crisis demográfica provocada por la peste, los enfrentamientos entre la nobleza y el rey, las tensiones sociales y las guerras civiles. En Castilla esto implicó el cambio a la dinastÃ−a trastámara, la extensión del régimen señorial, la expansión hacia el Atlántico y la recuperación demográfica y económica a lo largo del siglo XV. Desde el punto de vista polÃ−tico, el aspecto más destacado es el fortalecimiento de la autoridad monárquica con la difusión de teorÃ−as del origen divino del poder real, lo que implicó el desarrollo de nuevas instituciones y mayor centralización. Por ello, se fundieron definitivamente las cortes de Castilla y de León y se creó un Consejo real (1385) de carácter técnico e integrado por legistas y audiencia o chancillerÃ−a (1371) como órgano supremo de justicia. En el ámbito local, aumentó el control mediante el establecimiento de regimientos con regidores 90 nombrados por el rey y con la parición del corregidor cuya labor era la resolución de problemas graves, abusos o corrupciones. 4.2 La organización polÃ−tica e instituciones en la Baja Edad media: la corona de Aragón La estructura polÃ−tica de la corona de Aragón en los siglo XIII al XV se caracteriza por ser la de una confederación de territorios, cada uno con leyes e instituciones propias, y porque la relación entre el gobernante y sus gobernados se mantiene dentro del concepto feudal de pactos, entre las instituciones más importantes que surge en la baja Edad media destacan los virreinatos, al frente de los cuales se sitúa un virrey que asume la autoridad real cuando no está presente el monarca. Otra institución importante son las Cortes, que defendÃ−a los intereses de la nobleza, el clero y la alta burguesÃ−a. Con el tiempo las Cortes se transformaron en diputaciones permanentes de los distintos reinos y servÃ−a para organizar y controlar la recaudación; asÃ− aparecieron la Generalitat, la Diputación del reino de Aragón y la Diputación del reino de Valencia. Cabe mencionar la Justicia de Aragón que interpreta y defiende los fueron propios de Aragón. Por último, el Gobierno Municipal estaba formado por un delegado, cinco consellers con funciones ejecutivas y una asamblea o Consell de Cent. 4.3 La baja Edad Media: crisis demográfica, económica y polÃ−tica. Se denomina Baja edad Media a los dos últimos siglos (XIII-XV) del medievo europeo caracterizados por un perÃ−odo de crisis general provocada por el hambre, la peste, las guerras y los conflictos sociales. Las malas cosechas y la dificultad en la importación del grano trajeron a España una crisis de subsistencia agravada por las malas condiciones climáticas, la escasez de trigo y una población debilitada por el hambre. La llegada de la Peste Negra en 1348 empeoró aún más la situación. A pesar de las medidas preventivas que fueron tomadas sus efectos fueron desoladores; entre estos sobresalen el éxodo rural y el despoblamiento d en numerosos lugares, lo que acabó generando la subida de los precios y los salarios. En el ámbito polÃ−tico el fortalecimiento del poder real chocó con los intereses de la nobleza y el clero que a su vez intentaron incrementar su poder a costa de los campesinos, quienes protagonizaron varias rebeliones antiseñoriales (Sepúlveda, 1394). Por último, se debe hacer mención a las guerras civiles que asolaron Castilla (1366-1369 y 1474), Navarra (1451-1461) y Cataluña (1462-1472). 4.4 La Baja Edad Media: la expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo Se denomina Baja edad Media a los dos últimos siglos (XIII-XV) del medievo europeo caracterizados por un perÃ−odo de crisis general provocada por el hambre, la peste, las guerras y los conflictos sociales. Aunque los factores de las crisis órnalos mismo que en Castilla, esta crisis se vio superada en Aragón por la expansión por el Mediterráneo, desde el siglo XIII, hasta mediados del siglo XV. Cataluña, Valencia y Mallorca se orientan al Mediterráneo, lo que determina en gran medida su ámbito prioritario de actuación, asÃ−, a la Corona de Aragón se incorporaron Sicilia (1282), Cerdeña (1324) y Nápoles (1433). También pertenecieron Atenas y Neopatria, conquistados a los almogáraves. Al amparo de esta expansión polÃ−tica se desarrolló un activo comercio internacional que ayudó al crecimiento del puerto de Barcelona que exportaba hierro y tejido e importaba cereales, pieles y cuero de otros territorios (Cerdeña, Sicilia, Siria, Egipto…). La etapa de máximo esplendor se dio en el siglo XIV, pero la gran crisis del siglo XV hizo sustituir a Barcelona por valencia como principal puerto mercantil de la Corona de Aragón. 91 4.5 Las rutas atlánticas: castellanos y portugueses durante la Baja Edad Media. Las islas Canarias La explotación y conquista de la zona del Estrecho y las islas Canarias por parte de Castilla se produjo en la Baja Edad Media (S. XIII-XV). El objetivo prioritario era tomar la zona del estrecho, vÃ−a de penetración musulmana, lo que se intentó desde 1292, culminándose en 1462, cuando Enrique VI conquistó Gibraltar. Simultáneamente se llevó a cabo la conquista de Canarias gracias, sobre todo, a los avances técnicos y cientÃ−ficos de navegación y al uso de la carabela. Si bien durante el siglo XIV los explotadores de las Canarias fueron genoveses, mallorquines y catalanes; en el siglo XV el protagonismo corresponderá a Castilla. La conquista se dividió en dos fases: la primera, de 1402 a 1472, cuando Lanzarote, El Hierro, Fuerteventura y La Gomera fueron conquistadas por Jean de Béthencourt y ofrecidas después a Enrique III. La segunda de 1472 a 1496, ya con los Reyes Católicos, que conquistaron Gran Canaria, La Palma, y Tenerife, asumiéndolas como tierras de realengo. El archipiélago estaba en la zona de interés portugués, asÃ− que las tensiones fueron inevitables y necesitaron de los tratados de Alcaçovas-Toledo de 1479 5.1 Los Reyes Católicos: La Unión Dinástica El reinado de los Reyes Católicos (1479-1504/16) ha sido considerado como punto de partida de la Edad Moderna en España, ya que en algunos aspectos fundamentales marcó el comienzo de una nueva época. En matrimonio en 1469 de Fernando II, rey de Aragón e Isabel I, reina de Castilla, fue el origen de una estructura monárquica de la que formaban parte los diferentes reinos peninsulares e insulares. Sin embargo, no será hasta 1479 y tras muchos conflictos internos, que ambos logren reinar en sus territorios, quedando asÃ− configurada la Unión Dinástica. Con la Concordia de Segovia ambos decidieron gobernar conjuntamente, aunque manteniendo en cada territorio su ordenamiento jurÃ−dico, instituciones y costumbres, incluso tras el descubrimiento de América o las anexiones de Granada (Capitulaciones de Santa Fe) en 1492 y de Navarra en 1512 (Fuero de Navarra). A la muerte de Isabel en 154 Juana hereda el trono de Castilla, aunque con su padre Fernando como regente. Finalmente es Carlos, nieto de los Reyes Católicos, quien hereda en 1516 ambos tronos y se convierte en el nexo de unión definitivo entre Castilla y Aragón. 5.2 Los Reyes Católicos: La conquista del reino nazarÃ− El reinado de los Reyes Católicos (1479-1504/16) ha sido considerado como punto de partida de la Edad Moderna en España, ya que en algunos aspectos fundamentales marcó el comienzo de una nueva época. Uno de ellos es el final de la reconquista, entre los años 1498 y 1492 y que supone la adhesión de Granada al reino de Castilla. El conflicto se inicia con al toma de Zahara por parte de Granada en 1481, aprovechando uno de los conflictos que se daban en la frontera. Para poder ser ayudados con tropas y dinero por la nobleza cristiana y la Santa Hermandad, los reyes revitalizan en espÃ−ritu de la Reconquista. Sin embargo, la victoria final se debió, en gran medida, a las luchas internas entre las familias nobles musulmanas. La guerra se basó en el asedio y la rendición pactada de cada plaza. El último duró casi un año y supuso la conquista de Granada gracias a unas generosas recapitulaciones y a la rendición del emir granadito Boabdil que percibÃ−a a cambio el señorÃ−o de las Alpujarras, al que renunciará posteriormente. El 2 de enero de 1492 los Reyes Católicos toman posesión de la Alambra y finaliza asÃ− la Reconquista. 5.3 Los Reyes Católicos: La integración de las Canarias y la aproximación a Portugal 92 Durante el siglo XV Portugal fue el principal competidor de Castilla en la exploración del Atlántico con dos objetivos: encontrar metales preciosos y descubrir nuevas rutas comerciales con Oriente. De hecho, se hace necesario el “Tratado de Alcaçovas (1479)” por el que Alfonso V reconoce a Isabel como reina y sus derechos sobre Canarias, a cambio de renunciar a la costa africana o los demás archipiélagos atlánticos. De 1480 a 1496 castilla termina de conquistar las Islas Canarias mediante el sistema de capitulaciones o permaneciendo en tierras de realengo. Una vez culminada, las islas fueron adquiriendo importancia debido a su situación en la ruta hacia América cuyo descubrimiento reanuda la rivalidad con Portugal. Para frenarla se publican las bulas Inter Caetera y posteriormente se firma el “Tratado de Tordesillas” en 1494 poniendo paz y permitiendo la aparición de Brasil. Para consolidar la amistad con Portugal y disponer los medios de una futura unificación, se concertaron sucesivos matrimonios que habrÃ−an conseguido el objetivo de no ser por la muerte del prÃ−ncipe Miguel, heredero de todas las coronas. 5.4 La organización del Estado bajo los reyes Católicos: Instituciones de Gobierno El reinado de los Reyes Católicos (1479-1504/16) ha sido considerado como punto de partida de la Edad Moderna en España, ya que en algunos aspectos fundamentales marcó el comienzo de una nueva época. Uno de los más importantes es el de las instituciones que transformaron una monarquÃ−a feudal en otra moderna y autoritaria. Crearon la Santa Hermandad, auténtica fuerza policial contra la delincuencia rural; consiguiendo reducir el poder polÃ−tico de la nobleza a cambio de reforzar su posición económica y social; y lograron el control de las à rdenes Militares mediante la elección del rey como su gran maestre. En polÃ−tica municipal, enviaron corregidores (que supervisaban el buen gobierno) a las villas que carecÃ−an de ellos. Evitaron la convocatoria de las Cortes en la Corona de Aragón, pero las de Castilla sirvieron para fortalecer su poder y solicitar subsidios extraordinarios. El Consejo Real se convirtió en el órgano de gobierno más importante, y aparecieron los Consejos especializados. La justicia fue organizada territorialmente en ChancillerÃ−as y Audiencias, menos en Navarra y su Tribunal de la Corte Mayor. 5.5 La proyección exterior bajo los Reyes Católicos. PolÃ−tica italiana y norteafricana Desde el siglo XIII, tanto la Corona de Aragón como la de Castilla habÃ−an mostrado interés por extender su dominio sobre el Mediterráneo. Por eso, los territorios italianos y norteafricanos fueron objetivo prioritario de la polÃ−tica exterior española durante el reinado de los Reyes Católicos entre 1945 y 1503. La consecuencia directa fue el aumento de la rivalidad con Francia, lo que dio lugar a las “guerras de Italia”, que se desarrollaron en dos fases, 1495-1496 y 1502-1503. Los protagonistas fueron los reyes de Francia, Fernando el Católico y el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. El objetivo era el control del reinote Nápoles y su resultado fue una rotunda victoria de Fernando el Católico, con lo que la corona de Aragón recuperó los condados catalanes del Rosellón y Cerdaña (1493) y el propio reino de Nápoles (1523). Además, tras la conquista de Granada, la expansión hacia el Magreb se convirtió en la solución para contener la piraterÃ−a y los posibles ataques de turcos y berberiscos. Sin embargo, la ocupación española del norte de Ôfrica se redujo a algunas plazas fuertes como Melilla, Orán, BugÃ−a y TrÃ−poli. 5.6 El descubrimiento de América El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón llega a la isla de San Salvador culminando el descubrimiento de América. Colón, convencido de la esfericidad de la Tierra, pretendió llegar a las Indias a través de una ruta inexplorada. En 1482, expuso su proyecto a Portugal pero fue rechazado, y se dirigió a España buscando el apoyo de los Reyes Católicos, que 93 decidieron apostar por él firmando en 1493 las Capitulaciones de la Santa Fe. En ellas se le reconocÃ−a el tÃ−tulo de almirante, virrey y gobernador general, asÃ− como el beneficio de una décima parte de lo obtenido en las tierras que descubriese. El 3 de agosto de 1492 partió del puerto de Palos y en diciembre ya habÃ−a descubierto las Antillas, Cuba y La Española. En 1493 regresó a España y hasta 1504 hizo tres viajes más, llamados menores, en los que participó Américo Vespuccio. El descubrimiento aumentó la rivalidad entre España y Portugal lo que provocó la intervención del Papa con las bulas Inter Caetera y la posterior firma del “Tratado de Tordesillas (1494)”, que sitúa la frontera a 370 leguas al oeste de Cabo Verde permitiendo la aparición de Brasil. 6.1 El imperio de Carlos V: Conflictos internos: Comunidades y GermanÃ−as Carlos I de España y V de Alemania reina entre 1516 y 1556, tras heredar inmensos territorios de cada uno de sus abuelos. Sin embargo su imperio tuvo conflictos internos tanto en Castilla como en Aragón. En 1520 se sublevan las principales ciudades castellanas sustituyendo el poder municipal por comunas. PedÃ−an la vuelta del rey a España, la exclusión de los extranjeros de los altos cargos, mayor poder para las Cortes y el control de la exportación de la lana. La revuelta, apoyada por artesanos, comerciantes y el bajo clero se radicalizó al incorporar a campesinos y se convirtió en una rebelión antiseñorial, por ello, la nobleza se unió al rey, derrotando a los comuneros y ejecutando a sus lÃ−deres (Juan Bravo, Padilla y Maldonado) en “Villamar” en 1521. Al mismo tiempo en Valencia, y más tarde en Murcia y Mallorca se produjo la sublevación de las GermanÃ−as; milicias de artesanos contra los ataques de piratas. Tras reunirse en Junta, pidieron la reducción de los privilegios de la nobleza derivando en un conflicto de clases entre burguesÃ−a y nobleza, que se saldó, al igual que en Castilla, con la alianza entre ésta última y el rey. 6.2 La MonarquÃ−a hispánica de Felipe II Felipe II, hijo de Carlos I e Isabel de Portugal, reina de España entre 1556 y 1598, heredó todos los territorios de sus padres (excepto los alemanes), lo que supone la máxima expansión del imperio. Fija la capital en Madrid y su polÃ−tica interior se basa en la centralización, el absolutismo y la intolerancia religiosa (con el apoyo de la Inquisición). Esta polÃ−tica provoca la rebelión de los moriscos en las Alpujarras, reprimidos duramente y dispersados por Castilla en 1570. Intenta fortalecer la autoridad sobre Aragón, que ve amenazados sus fueros y que con Antonio Pérez al frente se rebela. Sofocada la revuelta en 1592, permite al rey asumir el derecho a designar la “Justicia de Aragón”. La polÃ−tica exterior se centra en mantener la hegemonÃ−a en Europa, produciéndose un triple enfrentamiento: contra los protestantes de los PaÃ−ses Bajos, frente a los turcos en Lepanto por la defensa del Mediterráneo y contra Inglaterra, que apoya a los rebeldes holandeses y que derrota a la Gran Armada en 1588. Por otro lado, se explora el PacÃ−fico conquistándose las Filipinas, fuente de productos muy valiosos como seda, porcelana… 6.3 La España del siglo XVI: La Unidad Ibérica Entre 1580 y 1668 todos los reinos peninsulares se encuentran bajo la soberanÃ−a de los mismos monarcas, Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II. Esto fue posible gracias a la herencia que se reúne en Felipe II: Castilla, Navarra y la Corona de Aragón de su padre y el reino de Portugal, de su madre. Cuando Carlos I abandona el trono en 1556 hereda todo su imperio, del que se exceptúan los territorios de Austria y por tanto, las opciones al tÃ−tulo imperial que son asumidas por su hermano. La adquisición de la corona portuguesa por parte de Felipe II se debió a la muerte sin descendencia del monarca portugués en 1580, lo que le convertÃ−a en el candidato con más derechos al tratarse del hijo de Isabel de Portugal, 94 hermana del monarca. Estableció la capital en Madrid, acabando con el carácter itinerante de la Corte y su gobierno fue un ejemplo de centralización y absolutismo, en el periodo de máxima extensión de la monarquÃ−a hispánica que incluÃ−a, además de toda la penÃ−nsula, territorios en los cinco continentes (PaÃ−ses Bajos, Milán, Nápoles, Java, Las Filipinas, Angola, Mozambique, Guinea, Ceuta, Melilla, toda iberoamérica…) 6.4 La España del siglo XVI: el modelo polÃ−tico de los Austrias La España del siglo XVI se divide en el reinado de Carlos I (1516-1556) y Felipe II (1556-1598). Ambos reinaban en diferentes territorios con sus propias leyes e instituciones. AsÃ− el modelo polÃ−tico era una monarquÃ−a multinacional y descentralizada bajo la primacÃ−a de la Corona de Castilla. Su sistema de gobierno estaba formado por Consejos desarrollados con Carlos I ante la necesidad de organizar el gobierno. La estructura del sistema constaba de Consejo de Estado, Consejos territoriales como los de Indias y Consejos técnicos como en de Guerra. Sus funciones eran elevar consultas al monarca y resolver los asuntos de su jurisdicción. También estaban los secretarios que actuaban como puente entre en monarca y el Consejo al que pertenecÃ−an. En cuanto a la administración territorial, se dividÃ−a en virreyes que suplieron al monarca, las Cortes, con las mismas funciones que en la Edad Media y las Audiencias con la función de tribunales de justicia. Por último, os municipios castellanos perdieron aspectos democráticos pero aumentaron su autonomÃ−a con los privilegios de villazgo. 6.5 La España del siglo XVI: El gobierno y la administración de América En el siglo XVI, los asunto americanos se llevaban desde España a través de la Casa de Contratación de Sevilla, que organizaba y controlaba todo el comercio y la navegación con América, y el Consejo de Indias, que tenÃ−a jurisdicción sobre todos los territorios y organismos americanos. Dichos territorios fueron incorporados a la Corona de Castilla, pero las instituciones de su administración adquirieron ciertos rasgos propios. Por las Capitulaciones de Santa Fe, el tÃ−tulo de virrey correspondÃ−a a Colón y a sus herederos, pero su nieto renunció a él y se crearon dos virreinatos: el de Nueva España y el de Perú. Además, estaban las gobernaciones, que eran circunscripciones equivalentes a provincias, regidas por gobernadores (en las provincias fronterizas estaban a cargo de un capitán general). Los corregimientos eran similares a las gobernaciones en cuanto a funciones y estaban a cargo de un corregidor. Por último, las audiencias eran tribunales superiores de justicia con importantes funciones gubernativas al servicio de los virreyes. Sin embargo, la unidad administrativa básica la constituÃ−an los ayuntamientos o cabildos. 6.6 El Renacimiento en España El renacimiento es un movimiento artÃ−stico y literario iniciado en Italia en el s. XV desde donde se difundió por Europa. Se caracteriza por la recuperación de la cultura y de los modelos clásicos y por el interés por el hombre como medida de todas las cosas. En la arquitectura del renacimiento español se pueden distinguir tres perÃ−odos: Plateresco (primer cuarto del siglo XVI), Clasicismo (1525-1560) y por último Herreriano o Escurialense (último tercio del siglo XVI), caracterizado por el dominio de elementos constructivos y proporciones geométricas. La escultura estaba influenciada por la italiana, predominando el tema religioso y el empleo de la madera policromada, destaca Alonso Berruguete. La pintura carece de originalidad, su temática es religiosa. Los pintores más destacados son Juan de Juanes, Luis de Morales y sobre todo El Greco, cuya obra se caracteriza por los colores frÃ−os, la luz irreal y la influencia bizantina. Entre sus obras destaca “El entierro del Conde Orgaz”. En literatura es importante destacar a gracilazo y a 95 Fray Luis de León, y la novela picaresca que termina con “El lazarillo de Tormes”. 7.1 La España de los Austrias Menores: Los validos La privanza es la delegación de las cuestiones de gobierno en un hombre de confianza (valida, favorito o privado) que se da en España y en toda Europa a lo largo del siglo VIII. Durante el reinado de Felipe III (1598-1621) se inició esta práctica en la figura del duque de Lerma, quien carecerÃ−a de cargo oficial pero actuaba como un auténtico primer ministro y mantenÃ−a con el rey una estrecha relación de amistad. PolÃ−tico mediocre y ambicioso, colocó en todos los cargos relevantes a sus parientes y amigos. Llegó incluso a trasladar la corte a Valladolid para apartar al rey de posibles influencias, pero seis años después, ésta retornó a Madrid. En 1621 le sucedió Felipe IV, quien nombró como valido al conde duque de Olivares. Sin embargo, Felipe IV era un monarca culto y con mayor interés por las tareas de gobierno y Olivares tenÃ−a una sincera voluntad de reforma, aunque sus grandes proyectos no pudieron realizarse. Durante el reinado de Carlos II los validos se sucedieron (Nithard, Valenzuela, don Juan José de Austria, el duque de Medinaceli, el conde de Oropesa…) en un clima de creciente inestabilidad. 7.2 La España de los Austrias Menores: Los conflictos internos Los conflictos internos de los Austrias Menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) fueron motivados por la tendencia centralizadora y absolutista del siglo XVII. El primero de ellos viene con la expulsión de los moriscos en 1609. Felipe III quiere demostrar su poder y acabar con un grupo que provocaba fuerte rechazo, pero lo que consigue es la pérdida de mano de obra muy necesaria para Valencia, Aragón y Castilla. El otro gran conflicto del siglo vendrá durante el reinado de Felipe IV con la polÃ−tica del valido Olivares y sus grandes proyectos (Banco estatal, unificación jurÃ−dica e institucional, Unión de Armas). El rechazo a estar propuestas unido al descontento social estalló en 1640, con rebeliones que continuaron a pesar de que en 1643 el rey retira su confianza al conde duque. En Cataluña (1640-1652) nombran a Luis XIII conde de Barcelona, peor la crisis económica y la opresión francesa, provoca la rendición en 1652. En Portugal (1640-1668) condujo a la proclamación de un rey portugués (con el apoyo de Francia e Inglaterra), lo que obligó a España a reconocer su independencia en 1668, ya en el reinado de Carlos II. 7.3 La crisis de 1640 Crisis producida en España en torno a 1640 y que supone rebeliones en Vizcaya, Cataluña, Portugal, AndalucÃ−a, Nápoles y Sicilia. Tras la “Guerra de los Treinta Años” las necesidades financieras aumentaron las medidas de urgencia, lo que agravó aún más la crisis social y económica. A esto hay que añadir el rechazo por parte de los reinos periféricos de las pretensiones utilitarias y centralistas de Olivares, el malestar de la alta nobleza por el escaso protagonismo que les concedÃ−a el autoritarismo del valido y el agotamiento de las clases populares ante una insoportable presión fiscal. Las rebeliones se inician en 1632, y provocan el cese de Olivares en 1643 y terminan en 1668, pero su momento culminante tiene lugar en 1640 con las más importantes, las de Cataluña y Portugal. En Cataluña (1640-1652) nombran a Luis XIII conde de Barcelona, peor la crisis económica y la opresión francesa, provoca la rendición en 1652. En Portugal (1640-1668) condujo a la proclamación de un rey portugués (con el apoyo de Francia e Inglaterra), lo que obligó a España a reconocer su independencia en 1668, ya en el reinado de Carlos II. 7.4 La España de los Austrias Menores: La polÃ−tica exterior. El ocaso de la hegemonÃ−a de los Habsburgo. 96 Durante el S. XVII reinan en España Felipe III, Felipe IV y Carlos II, de la dinastÃ−a de los Habsburgo y conocidos como los Austrias Menores. El reinado de Felipe III (1598-1621) representó un periodo de paz provocado por la muerte de Isabel I de Inglaterra, lo que posibilitó la firma de la paz con este paÃ−s; y por la ruina financiera de la corona, lo que obligó a firmar la Tregua de los Doce Años. Con el reinado de Felipe IV (1621-1665) se reiniciaron hostilidades hispano-holandesas, enana guerra generalizada en toda Europa por le mantenimiento de la hegemonÃ−a. Este conflicto conocido como la “Guerra de los Treinta Años” acabó con la Paz de Westfalia (1684) en la que se reconoce la independencia de Holanda, y Francia se erige como la nueva potencia europea. España siguió enfrentándose con Francia hasta la Paz de los Pirineos que supuso la cesión de Rosellón y Cerdaña, entre otros. Con la llegada de Carlos II se reconoce la independencia de Portugal y se entabla una polÃ−tica hostil contra Francia en la que España pierde Lille (Paz de Aquisgrán), el Franco Condado (Paz de Nimega) y otras plazas flamencas. 7.5 La evolución económica y social en el siglo XVII El siglo XVII es un siglo de crisis caracterizado por el descenso de población y el agotamiento económico. La crisis demográfica vino por las tres grandes epidemias (1597,1647 y 1676), la expulsión de los moriscos, la emigración y las guerras constantes. En el ámbito económico, se sucedieron seis bancarrotas del estado a lo largo del siglo, lo que llevó a Olivares a intentar reformas profundas y buscar nuevos ingresos en la alteración de acuñación de moneda, la creación de nuevos impuestos y la venta de cargos públicos. La recesión económica se debió a la disminución de la producción agraria y la cabaña bovina, la crisis de la industrial textil catalana y los problemas de comercio con América. La crisis terminó en 1680 al aumentar la natalidad, recuperarse el comercio y devaluarse la moneda, lo que redujo la inflación y estabilizó la situación. La crisis afectó a todas las capas sociales, la nobleza aumentó por la venta de tÃ−tulos aunque también se endeudó, creció notablemente le número de religiosos, pero fue el campesinado 8sobre todo en Castilla) el más afectado por la crisis y la voracidad de la Corona, lo que le hizo emigrar. 7.6 Mentalidad y Cultura en el Siglo de Oro A pesar de la decadencia generalizada del siglo XVII español, en la cultura se habla de Siglo de Oro por el extraordinario nivel alcanzado en campos como la literatura, la pintura o el pensamiento polÃ−tico. En este último, la decadencia fue percibida por los arbitrios (Sancho de Moncada y MartÃ−nez de la Mata), quienes elaboraban informes económicos y polÃ−ticos para el rey, analizando los problemas del paÃ−s y surgiendo asÃ− la figura satÃ−rica del arbitrista. En cultura de habla del Barroco, estilo propagandÃ−stico y fiel al poder, conservador y dirigido a las masas, lo que precisa de mensajes sencillos pero aparatosas formas. De la literatura, destaca “El Quijote” de Miguel de Cervantes, obra con la que nace la novela moderna. También es importante la poesÃ−a de autores de la talla de Góngora, Quevedo o Lope de Vega. Este último es también creador de la comedia nacional, desarrollada después por Calderón de la Barca y Tirso de Molina. La novela picaresca de Quevedo y Mateo Alemán alcanza su máximo esplendor. 7.7 El arte del Siglo de Oro El Barroco es le movimiento artÃ−stico desarrollado en España en el S. XVII y está basado en el espÃ−ritu de la Contrarreforma. La arquitectura evolucionó desde la sobriedad decorativa de arquitectos como Juan Gómez de Nora (Plaza Mayor), hacia un exceso de elementos decorativos y formas curvas denominado Churrigueresco. La crisis económica 97 impidió las grandes obras y exigió materiales pobres. En la escultura se siguieron las reglas artÃ−sticas del Concilio de Trento, basadas en el predominio de las tallas religiosas de gran realismo, en madera policromada y decoradas con otros materiales como marfil o cristal. Sobresale la escuela castellana, que acentúa el dramatismo de las imágenes (Gregorio Fernández); y la andaluza que muestra una belleza más amable y serena (Alonso Cano). La pintura, también muy religiosa y realista, se caracterizó por le movimiento y el claroscuro que acentuaba el tenebrismo. Destacan Ribera, Zurbarán, Murillo, como pintor de la delicadeza femenina e infantil (“El buen pastor”) y Velásquez, cuya pintura evolucionó hacia el naturalismo, la luz matizada y la pincelada suelta (“Las Meninas”, “Las Hilanderas”…) 8.1 La Guerra de Sucesión y el sistema de Utrecht En 1700 muere Carlos II, agotando la dinastÃ−a de los Habsburgo en la corona española. El rey firma testamentos a favor de Carlos de Austria (Habsburgo) y de Felipe de Anjou (Borbón) lo que provoca una contienda por el trono español y por la hegemonÃ−a europea. Carlos recibe el apoyo de Aragón, Austria y la Gran Alianza de la Haya (Inglaterra, Holanda, Portugal y Saboya) que teme la unió de las coronas francesa y española; mientras que Felipe cuenta con Castilla, Navarra y Francia. AsÃ− pues, se trata de una guerra civil y a la vez un conflicto europeo, que tendrá un giro definitivo en 1711 con el nombramiento de Carlos como emperador austriaco. Ante esto. Inglaterra presiona para la firma del “Tratado de Utrecht” (1713) que reconoce a Felipe V como rey de España a cambio de renunciar a la corona francesa. El tratado supone la cesión de muchos territorios (Gibraltar y Menorca para Inglaterra, Sicilia para Saboya, PaÃ−ses bajos, Nápoles, Milán y Cerdeña para el Imperio austriaco y los territorios sudamericanos para Portugal), pero también la cesión de derechos comerciales como el NavÃ−o de Permiso o el Asiento de Negros. 8.2 El cambio dinástico del siglo XVII: Las reformas internas En 1713 se firma el “Tratado de Utrecht” determinando el cambio dinástico en España a favor de Felipe V de Borbón. Esta dinastÃ−a tiene un nuevo concepto de administración y emprende un conjunto de reformas encaminadas a ampliar un modelo más racional. La modificación más importante viene de los Decretos de Nueva Planta (1707-1716), aplicados sobre la corona de Aragón, rebelde durante la Guerra de Sucesión. Suponen la unificación jurÃ−dica e institucional, castellanizando su modelo municipal y estableciendo este idioma como oficial. Los Consejos (excepto el de Castilla) se sustituyen por secretarÃ−as y se crean las intendencias, futuras provincias. Solo navarros y vascos se libraron del proceso mantenido por sus fueros. Por otro lado, se intenta reformar la Hacienda con el ahorro derivado de un periodo de paz y la contribución (catastro, equivalente) aplicada a los reinos. El Marqués de la Ensenada elabora el primer censo de Castilla con la idea de aplicar el catastro, aunque finalmente no lo consigue. Al final, Carlos III recurre a viejos métodos como la emisión de vales reales. 8.3 La práctica del Despotismo Ilustrado: Carlos III Carlos III reina entre 1759 y 1788 y es considerado como el modelo español de rey filósofo, representante por tanto del Despotismo Ilustrado, teorÃ−a polÃ−tica del S. XVIII, que considera que el monarca debe guiar al pueblo mediante la razón y las luces. Según esta teorÃ−a, la razón es la llave de todo conocimiento y el progreso el camino hacia la felicidad. Las fuentes de dicho progreso hay que buscarlas en la educación de la sociedad y en las reformas económicas, mientras que es necesario apartar a la Iglesia de todo aquello que no tenga relación con lo espiritual. Para poder alcanzar estos ideales se acometen 98 reformas que acaban con las trabas legales que limitan el desarrollo recortando privilegios a los gremios, liberalizando el comercio del grano (1766) o reglamentando el libre comercio con América (1788). En administración hay un aumento de la tendencia a la centralización con la creación de la Junta del Estado (1783) y la Reforma Municipal de Campomanes (1766). Respecto a la Iglesia el Rey se hace con el control de la Inquisición y se expulsa a los Jesuitas, culpados de instigadores del MotÃ−n de Esquilache de 1766. 8.4 La evolución de la polÃ−tica exterior española en Europa durante el siglo XVIII El Tratado de Utrecht de 1713 ponÃ−a fin a la Guerra de Sucesión española, cambiada la dinastÃ−a reinante a favor de los borbones pero sobre todo ponÃ−a de manifiesto que España pasaba a ser una potencia menor y aliada permanente de Francia. Felipe V pretende recuperar territorios para sus hijos mediante dos Pactos de Familia con Francia en el marco de las Guerras de Sucesión polaca (1733) y austriaca (1743), consiguiéndoles Nápoles, Sicilia y Parma. Fernando VI mantuvo un periodo de neutralidad en el que reconstruyó la flota y firmó en 1753 el Contrato con la Santa Sede. Carlos III recupera el Pacto de Familia en 1761, con Francia y Austria, en la Guerra de los siete años donde España cede Florida y recibe Luisiana. Sin embargo, tras la Guerra de la Independencia de EE.UU. y el Tratado de Versalles (1783) recuperamos Menorca y Florida. El fin del siglo está condicionado por la Revolución francesa que estalla en 1789 y lleva al cierre hermético de la frontera y a la guerra con Francia que acabará la Paz de Basilea, el Tratado de San Ildefonso, el desastre de Trafalgar y en 1807, el Tratado de Fontainebleau. 8.5 La polÃ−tica borbónica en América durante el siglo XVIII En 1713 se confirma a Felipe V como rey de España iniciándose una nueva dinastÃ−a. Los borbones traen consigo un nuevo concepto de administración y emprenden un conjunto de reformas encaminadas, en las colonias americanas, a obtener un mayor rendimiento económico y fiscal. Para ello, el Consejo de Indias pierde competencias a favor de las secretarÃ−as. La Casa de Contratación desaparece en 1790 y se crean dos nuevos virreinatos, RÃ−o de la Plata y Nueva Granada. Más importante es la creación del primer ejército regular americano y el establecimiento de intendencias iguales a las peninsulares. Las colonias también despiertan interés comercial y por ellos se crean compañÃ−as comerciales privilegiadas y monopolÃ−sticas. Sin embargo, estas no son capaces de cubrir la demanda y se apuesta por medidas liberalizadoras como la supresión en 1735 del sistema de las flotas y la aprobación definitiva del libre comercio entre 1765 y 1778. Los intercambios aumentaron mucho durante este siglo pero se trataba de un mercado excesivo para la capacidad productiva de la PenÃ−nsula y por tanto, más importante fue el contrabando con otros paÃ−ses. 8.6 La Ilustración en España La Ilustración es el fenómeno cultural del siglo XVIII. Considera que la razón puede explicar las leyes de la naturaleza, a la sociedad al hombre, de ahÃ− que progreso y felicidad popular sean las dos grandes consignas. Sin embargo, se trata de un fenómeno exclusivo de los sectores cultos de la sociedad. Llega a España con retraso pudiéndose considerar los reinados de Felipe V Y Fernando VI como preparatorios, con “proyectistas” y “novadores”. Se desarrolla plenamente con Carlos III, modelo de “Rey filósofo” que, asistido por una minorÃ−a ilustrada (Conde de Aranda, Floridablanca, Campomanes…) quiere llevar a cabo reformas en la educación, la economÃ−a, la Iglesia, etc. Para que esto cambios calen, son fundamentales los vehÃ−culos de propagación ideológica. La educación se planteó desde la utilidad, diferenciada según la posición (grupos superiores que aprender a dirigir 99 la sociedad y clases bajas con lo básico y técnico). Se crean las Sociedades Económicas de Amigos del PaÃ−s encaminadas a difundir las nuevas teorÃ−as económicas y técnicas, y por último, la prensa periódica especializada dedicada a una minorÃ−a culta. Instituciones legislativas forales que permiten a los territorios forales ejercer su autogobierno. Con el único cambio de la división de la provincia de Canarias en las de Tenerife y Gran Canaria. - 89 - 100