Política Farmacéutica y Echinacea M. en C. Rachel Antonio Ocampo*, Dr. Alberto C. Frati Munari**, Dr. Everardo Martínez Valdés** Echinacea purpúrea La falta de información sistematizada sobre los productos herbolarios ha facilitado la confusión de la industria que produce o comercializa suplementos alimenticios, remedios y medicamentos herbolarios (ver Hacia una Política Farmacéutica Integral para México1, capítulo 4, y Consideraciones acerca de la Regulación Sanitaria de Productos Herbolarios y Vitamínicos en la Revista Red Sanitaria Vol. 1, No.3, octubre-diciembre 20052). Por esta razón, se ha considerado conveniente la elaboración de información escrita sistematizada acerca de la flora que se emplea en México para la fabricación de productos herbolarios, a fin de que sirva de guía a la industria y a la misma autoridad regulatoria. Para cumplir con uno de los objetivos de la política farmacéutica, se organizaron reuniones con un grupo de trabajo que incluyó a representantes de diversas áreas de la industria relacionada con los productos herbolarios. Ahí, se discutieron, con base en información bibliográfica, las distintas aplicaciones de algunas plantas, su concentración en diversos productos. Estas reuniones fueron conducidas por la M. en C. Rachel Antonio Ocampo y la participación del Comité Científico de la COFEPRIS. 1 El siguiente escrito nace de estas reuniones y sistematiza la información de una de las plantas discutidas: la Echinacea. Se espera que ésta no sea la primera de una serie de publicaciones con este propósito. La echinacea: tradición terapéutica o perspectiva alimenticia Hoy en día, no es fácil establecer la frontera entre un suplemento alimenticio y una alternativa terapéutica, sobre todo cuando se trata de productos herbolarios, por lo que es necesario reconocer las características que permitan evaluar un producto en función de su formulación, dirección de empleo e inocuidad. Los suplementos alimenticios pueden tener una presentación farmacéutica e incluir entre sus ingredientes sustancias y material botánico que no están presentes en la dieta habitual, pero que desempeñan una función en la nutrición o alimentación. En cambio, los remedios y medicamentos herbolarios tienen una clara intención terapéutica basada en la medicina tradicional o en la investigación clínica, respectivamente. Los suplementos alimenticios y los remedios herbolarios deben ser básicamente inocuos; mientras que en los medicamentos, el balance entre la eficacia terapéutica y los efectos adversos, favorecen a la primera. Es importante que en el análisis se establezca una metodología que ayude al conocimiento de las plantas empleadas en este tipo de productos. Muchas de éstas usadas no claramente en los alimentos y suplementos alimenticios, pero sí con una historia de empleo terapéutico por las medicinas tradicionales de diferentes grupos étnicos, la Echinacea es un ejemplo. Se realizó una investigación bibliográfica de esta planta y se sintetizó una breve exposición monográfica, en donde se incluye el análisis de los siguientes aspectos: descripción botánica, fotoquímica, usos, propiedades, toxicidad y concentraciones propuestas para su empleo seguro. Descripción botánica La Echinacea es un género de plantas de la familia Asteraceae, del cual se ha reportado el uso tradicional de tres especies: E. angustifolia, E. pallida y E. purpurea. Las descripciones botánicas datan del año 1794 (E. purpurea Moench); 1834 (E. pallida Nutnall); y 1836 (E. angustifolia D’ Candolle). El género incluye un grupo de plantas herbáceas perennes que poseen un tallo simple o ramificado, hueco, glauco, de aspecto céreo: hojas lisas o sésiles, con venas prominentes, ovaladas, lanceoladas o elípticas, de márgenes dentados o enteras; flores únicas, cónicas o hemisféricas de tonos rosa o púrpura; raíz alargada fusiforme y fibrosa 3, 4, 5. Fitoquímica 2 No es tarea fácil la determinación del material botánico empleado en las preparaciones comerciales de este grupo de plantas. Las monografías existentes hacen referencia a descripciones botánicas genéricas, y en algunos casos, de una o dos especies, sin que sea posible determinar con claridad las diferencias fenotípicas entre ellas. De ahí la necesidad de establecer otros parámetros de identidad como son: algunos de sus componentes químicos, que además permitan evaluar aspectos toxicológicos y proponer hipótesis respecto a la actividad farmacológica de la planta. A continuación, se mencionan los componentes que se han reportado en relación a la Echinacea: sucrosa, levulosa, pentosa, fructuosa; inulina y otros polisacáridos de diferentes pesos moleculares; compuestos fenólicos; derivados del ácido cafeico; echinacósidos; camfesterol, quercetina y rutósidos. También se han cuantificado el aluminio, calcio, cloro, hierro, magnesio, potasio y vitamina C 3, 4, 6, 7. Contiene trazas de alcaloides pirrolizidínicos (tussilagina 0.0006% e isotussilagina). Estas concentraciones son consideradas no tóxicas 5. En la tabla 1, se indican las especificaciones de algunos compuestos de las tres especies de mayor uso, tanto de la raíz como de la parte área. Tabla 1 Constituyentes fitoquímicos más distintivos de Echinacea Análisis de la raíz Compuesto Echinacósidos Caffeoiequinacósidos Ácido clorogénico Ácido isoclorogénico Cinarina Ácido cafeico Ácido isocloregénico (11) 2-Ácido cafoliárarico Ácido chicórico E. angustifolia + + + + - Análisis de las partes aéreas Compuesto E. angustifolia Echinacósidos + Verbascosido + Rutina + Ácido clorogénico + Ácido chicórico - E. pallida + + + + E. pallida + + + + - 7 E. purpurea + + + + E. purpurea + + + Usos 3 No existen reportes de su empleo en la alimentación, pero como cualquier otra planta, aporta nutrimentos (aluminio 129 mg, calcio 776 mg, cloro 76 mg, hierro 48 mg, magnesio 117 mg, potasio 314 mg, vitamina C 0.214%), carbohidratos y ácidos grasos en cantidades no precisadas 1. Las especies de Echinacea se han utilizado en la medicina tradicional del norte de los EUA y de Europa, principalmente en Alemania. En el primer caso, se emplean sobre todo la raíz y el rizoma; en el segundo, las partes áreas. En una recopilación de hierbas medicinales 4, se enlistan 29 propiedades atribuidas a estas plantas, entre las que destacan: las antiinflamatorias, las inmunoestimulantes, y las antimicrobianas (incluyendo virus, bacterias, hongos y protozoarios). También se mencionan la analgésica, la antitumoral y la vasodilatadora. Se ha informado que en experimentos in vitro y en animales han encontrado que una fracción de polisacáridos posee actividad antiinflamatoria (la mitad de potente que la indometacina). La propiedad modestamente antibacteriana (vs. Proteus y Staphylococcus) y de inmunoestimulación antiviral (herpes, influenza) parece deberse principalmente a las alquilamidas, ácido chicórico, echinacósidos, glicoproteínas y polisacáridos. Un polisacárido, el arabinogalactano, estimula a los macrófagos y su producción de citoquinas: interferón, IL-1, IL-6, IL-10, FNT-α y la formación de células T 4, 8. Se ha reportado además que la echinacina inhibe la formación de hialuronidasa bacteriana y que el ácido chicórico inhibe la integrasa viral 4, 9. Los cetoalkenos y cetoalkinos, abundantes en la raíz, poseen actividad fototóxica antimicrobial contra diversas levaduras del género Candida 10. También se ha mencionado su actividad de barredor de radicales libres 8. En la recopilación de Duke et al 4, se reúnen 97 indicaciones terapéuticas, pero la mayoría está relacionada con los efectos antiinflamatorios e inmunoestimulantes para combatir y prevenir infecciones, en la curación de heridas y úlceras de las piernas, quemaduras y abscesos. La comisión E alemana ha aprobado las preparaciones de Echinacea como auxiliar en las infecciones respiratorias y urinarias recurrentes. Existen pocos estudios clínicos controlados que evalúan las preparaciones de Echinacea en el tratamiento temprano del resfriado común 11, en la incidencia y severidad del resfriado común y de infecciones respiratorias altas 12 y en la infección experimental por rhinovirus del resfriado común13, que aún con algunos defectos metodológicos 14, 15 , demuestran que su actividad antiviral en este padecimiento es nula o al menos muy pobre. No se han encontrado estudios controlados en humanos acerca de otras infecciones u otros padecimientos. Hasta el momento, no hay investigaciones sólidas que apoyen la eficacia de preparados de Echinacea y que justifiquen su inclusión como medicamento. 4 Aunque la justificación de incluir esta planta en suplementos alimenticios es discutible, el hecho es que en México existen diversos suplementos que la contienen en bajas concentraciones. Toxicidad En preparaciones de la planta, se ha informado un contenido de 0.006 – 0.0065 % de alcaloides pirrolizidínicos (tussilaginae e isotussilagina). Éstos se encuentran más frecuentemente en las familias asteraceae, baraginaceae, leguminasae y apocynaceae y se han asociado con intoxicación de alimentos contaminados (leche y miel) o por consumo de plantas y semillas que lo contienen. La toxicidad de estos compuestos en ratas es de 12 a 20 mg/kg por vía oral. La DL50 para algunos es de 50 mg/kg y para otros es de 400 mg/kg16, 17. En ratas o ratones se han empleado dosis crecientes de Echinacea de hasta 15 g/Kg en preparación oral y 5 g/Kg por vía intravenosa, sin que se pudieran alcanzar las dosis letales en experimentos agudos. Se han administrado 8 g/kg por día y tan poco se han presentado signos de toxicidad. En humanos se han informado reacciones alérgicas poco frecuentes. Algunos informes de hepatitis, náuseas y exantemas no demostraron una relación causaefecto con el empleo de la planta18. En el estudio de Grimm y col 12, con 8 semanas de seguimiento, no se informaron efectos adversos. En Alemania no se recomienda su empleo en enfermedades con inmunosupresión, incluyendo VIH-SIDA, tuberculosis, asma, diabetes, ni mujeres embarazadas e infantes. La comisión E recomienda su empleo por no más de 8 semanas 4, 18. Las razones de estas limitaciones no son claras, ya que si hay alguna actividad, ésta es inmunoestimulante y las preparaciones parecen ser inocuas. Probablemente sean recomendaciones basadas más en la precaución que en las evidencias, pero sobre todo por la falta de estudios de toxicidad crónica. Modo de empleo En la terapéutica tradicional se emplean diferentes preparaciones y dosis, las más empleadas son: Raíz seca= 0.5 a 1 gramo tres veces al día Tintura (1:5)=1/2 a 1 cucharada tres veces al día Extracto seco estandarizado a 3.5% de echinacósidos equivalentes a 300 mg tres veces al día Planta seca en infusión 1g tres veces al día 3 Algunas han sugerido mantener la tintura en la boca o hacer gárgaras antes de deglutirlas 14 5 En otros reportes de uso como el jugo de la planta y extractos alcohólicos, únicamente se establece la dosis por día sin especificar la concentración de la planta. De las consideraciones anteriores se proponen las siguientes concentraciones y dosis diaria: como suplemento alimenticio hasta 1000 mg de raíz seca al día equivalente a 200 mg de extracto seco; como remedio herbolario de 1000-2500 mg de raíz seca al día equivalente a 3.5 de echinacósidos, con la leyenda precautoria “No usarse por más de 8 semanas”. Conclusiones La Echinacea puede emplearse como suplemento alimenticio por aportar algunos nutrientes, pero a dosis menor que la que supuestamente tiene alguna actividad terapéutica para así asegurar su inocuidad La Echinacea puede usarse como remedio herbolario apoyada en la medicina tradicional, pero en la dosis recomendada para así asegurar su inocuidad No existe evidencia científica que apoye su uso como medicamento herbolario. Para ello se requiere demostración de eficacia terapéutica o seguridad con investigaciones clínicas apropiadas Grupo técnico para la evaluación de empleo de especies botánicas en productos herbolarios. Por la Asociación Mexicana de Venta Directa (AMVD): Alma Oliva González, Lourdes Orozco y Gustavo Rodríguez Gómez. Por la Asociación Nacional de la Industria de Productos Naturales (ANIPRON): Sergio Becerril, Amelia Marín Ojeda, Andrea Olalde Nava, y Félix Strickland. Por Cofepris: Rachel Antonio Ocampo y Alberto C. Frati Munari. 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Ann Intern Med 2003; 139(7):599. 16 Shamma M. The isoquinoline alkaloids. Chemistry and pharmacology. Chapter 9. Effects of pyrrolizidine alkaloids in humans. Acad. Press New York-London 1972. pp. 250-302. 17 Brambilla G, Epifane ME, Fumeo L, Pontiggia R. Alcaloides. http://www.onlineub.com/revistas_digitales/Ciencias/A2Num6/articulos.htm 18 Blumenthal, Goldberg y Brinckmann editores. Herbal Medicine: Expanded commission E monographs. Editorial IntegrativMedicine 1999. Págs. 92-95. 7