Para Asdrúbal Oliveros hacer una predicción de la situación económica de Venezuela para este año, es un reto, por lo que ofreció una visión entre muchas. Debido a que el entorno económico mundial afecta los mercados, en Venezuela se prevé una desaceleración de la economía. En 2009 la preocupación no será fiscal. Será un año de transición, en el que no se prevé una crisis económica profunda sino una desaceleración del crecimiento productivo de 4,9% a 1%, debido a que el país tiene un modelo de crecimiento que sólo se mantiene con precios petroleros altos. 2009 será un año de estanflación, durante el cual Cadivi se verá obligado a realizar acomodos. En consecuencia, tendremos una mayor escasez, incremento del desabastecimiento, mayor inflación que estima cerrará en 40% y una caída importante de las reservas. Con un crecimiento nulo será inevitable la disminución del poder adquisitivo de los trabajadores, con el consecuente declive del consumo y el incremento de la conflictividad social en el país. Aunque es muy difícil predecir los precios petroleros, Ecoanalítica, de manera conservadora, estima un precio promedio del barril de petróleo en $48. “Estos escenarios cambian, si cambia el precio del petróleo” aseguró Oliveros. “La determinación del mercado cambiario dependerá de la forma en que PDVSA maneje estos ingresos” Contrariamente a lo que se esperaba para este año, el Estado cuenta con fondos extraordinarios equivalentes a 45.000 millones de dólares, depositados en el sistema financiero. Esto le permitirá maniobrar antes de tomar medidas de ajuste para afrontar la crisis mundial. Oliveros prevé para 2010 un deterioro importante de la economía venezolana. La situación financiera del país obligará a aplicar medidas económicas significativas debido a que se acabarán los fondos disponibles. Considera que Cadivi no tendrá divisas suficientes y el gobierno se verá obligado a generar ingresos importantes a través del desmontaje o la flexibilización del control de cambio. “Tendrá que adoptar un programa para paliar la maxidevaluación de la moneda y la caída de la economía estimada en 5%. Deberá revisar el control de cambio después de seis años de su aplicación y establecer un gran acuerdo con el sector privado”. Oliveros considera que para aprovechar la holgura de este año “el Estado debe reducir el gasto público, que en 2008 alcanzó los 96 mil millones de dólares, pues no creemos que se reduzca el gasto social”, debido a que no es significativo. Para el economista la crisis de los precios del crudo es circunstancial. En la medida que la recesión mundial ceda, se modificarán los precios del petróleo. Considera a 2009 un año de oportunidad y recomienda a quienes tienen exceso de liquidez que es tiempo de hacer inversiones. Luis Xavier Grisanti, presidente de la Asociación Venezolana de Hidrocarburos (Avhi), considera 2009 y 2010 años de ajuste, debido a la incertidumbre generada por la recesión, consecuencia de la crisis del sistema financiero internacional. Aunque en 2010 puede iniciarse una expansión de la economía mundial, considera inconveniente hacer pronósticos sobre bases frágiles, debido a que la crisis puede extenderse más allá de esta fecha. Mientras en los últimos cinco años se cuadruplicaron los precios del petróleo y se impulsaron nuevas economías emergentes, con un incremento del 5% del crecimiento económico mundial, bajas tasas de interés y la generación de dinero fácil, en el quinquenio que comienza se estiman los precios del petróleo de estables a declinantes, una demanda moderada, con menor rentabilidad y mayores riesgos. El potencial de la Faja del Orinoco representa una ventaja para Venezuela aunque le exige un enorme esfuerzo. Recomienda mantener una visión optimista a mediano plazo, a pesar de que no se puede contar con precios altos siempre. Aseguró que la estabilidad del marco legal, el fortalecimiento del diálogo entre las empresas de la Asociación Venezolana de Hidrocarburos y los entes del estado (MPPEP, PDVSA, CVP), la buena voluntad de los socios y el mejoramiento del clima de inversión, son indispensables para ver el futuro con una visión convergente. “Las empresas petroleras están dispuestas a seguir invirtiendo en los proyectos de la industria, si se garantiza estabilidad del marco jurídico, fortalecimiento de la relación con Pdvsa y mejoramiento continuo de la capacidad de producción”, señaló Grisanti. El reto es lograr que este memorando de entendimiento se construya y se alcance, para lo cual se encuentran en la fase de intensificación del diálogo. Las empresas afiliadas a la Asociación Venezolana de Hidrocarburos estiman entre 40 a 50 mil millones de dólares de inversión, en los proyectos de tres mejoradores en la Faja Petrolífera del Orinoco, sin incluir el Mariscal Sucre, La Blanquilla y la Plataforma Deltana (los tres de licuefacción) donde se invertirán cerca de $21 mil millones. Cooperación es la visión compartida a futuro. Como consecuencia de la recesión económica internacional, se prevé un menor crecimiento de la demanda energética mundial, la elevación de costos y gastos operacionales, enormes necesidades de inversión y estabilidad, nuevas modalidades de asociación e incentivos. Es necesario concentrarse en el talento humano y la tecnología de punta, la formación de capital nacional, el desarrollo sustentable, la inversión social y los temas relacionados con higiene, seguridad y ambiente (SHA). José Javier García, representante de Espiñeira, Sheldon y Asociados, explicó que para las perspectivas fiscales basadas en la disminución de los ingresos de la nación por la caída de los precios del petróleo, eso se traduce en la aplicación o aumento de tributos como el Impuesto a las Transacciones Financieras, el Impuesto al Débito Bancario, limitar las exenciones y ajustar las alícuotas del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Señaló que probablemente la administración tributaria ejercerá mayor presión para crear disciplina fiscal sobre los contribuyentes y así aumentar la recaudación. García cree que los ingresos fiscales pueden representar entre 15 y 20% del presupuesto nacional. No obstante, advirtió que los costos serán trasladados al consumidor final, quien pagará precios más altos. Maryolga Giran, abogada laboral, plantea que la conflictividad se incrementará en las empresas, donde las luchas reivindicativas han sido sustituidas por las ideológicas o políticas, frente a lo cual hay pocas armas de negociación. “El papel de los sindicatos está siendo asumido por los diputados de la Asamblea Nacional, como ocurrió con Iris Varela en el caso de Coca Cola y de Carlos Escarrá en el conflicto de General Motors”. Giran indicó que es una buena oportunidad para que el sector privado aumente la inversión social dirigida a satisfacer las necesidades de los trabajadores propios o como atenuante en los conflictos. Mientras que el dirigente político Teodoro Petkoff fue tajante al señalar que no se debe seguir dando oportunidad a una administración que no está a la altura del desafío económico que se avecina, por cuanto no ha previsto un plan para combatir la crisis, sino que continúa gastando las reservas sin límites. “Nadie sabe qué hará el gobierno”.