COMENTARIO Benditos “emilios” Joan Barril. RESUMEN. Los medios de comunicación escritos han variado con el paso del tiempo, sustituyendo unos a otros: el teléfono hizo que se perdieran las cartas y el ordenador ha devuelto el interés por el texto escrito, a través de los “e mail”, “emilios” para los castizos. Sin embargo, estos han dejado atrás al telegrama, también inmediato, pero llevando el mensaje más condensado, por lo que perdemos velocidad, aunque podemos ganar en profundidad y belleza. ESQUEMA. CARTAS De amor: sabores amargos. Bancarias, comerciales. Muerte del género epistolar: el teléfono. Carta – Teléfono = Radio – Vídeo. Superación de las cartas: TELÉFONO - el silencio: lenguaje. - el timbre: caricia. - colgar: un cachete doloroso. COMUNICACIÓN ESCRITA ORDENADORES: “EMILIOS” Acaban con TELEGRAMAS Castellanización castiza. Sentimientos escritos Sin sellos, sobres, buzones. Rápidos, concisos. Intensos. Peor escritos. Actualidad: GANAMOS PROFUNDIDAD, BELLEZA. Urgencia, velocidad, instantaneidad. Azul. Tira de palabras pegada. “Stop”. Malas noticias, ceses, movilizaciones. Otras muertes: sifón, botijo, peseta… Máxima condensación. Actualidad: PERDEMOS VELOCIDAD. COMENTARIO CRÍTICO. Tras leer un texto escrito, que discurre sobre el tema de los textos escritos, escribiremos sobre lo que el autor pretende transmitir, desde la descripción que nos da de los diferentes tipos de textos con los que poder comunicarnos entre las personas, hasta llegar a su idea de cuáles son las consecuencias que el paso del tiempo ha provocado en todas ellas. Su idea principal se centra en que con los avances en Intercomunicación se pierde el máximo de velocidad -que se había conseguido con los telegramas-; pero se gana en profundidad y belleza en el mensaje – a través de los “e mails”. Sus ideas secundarias, apoyan a ésta, puesto que va mostrando: cómo el teléfono acaba con las cartas y de qué manera el ordenador hace que pierda fuerza el teléfono. Es, la idea principal, la tesis que quiere que todos los lectores compartamos; para ello, busca argumentos en la comparación de estos instrumentos de comunicación con otros, que, también por el paso del tiempo, se han ido muriendo: botijo, sidecar, sifón y no quiere decir con ellos que hayan desaparecido del todo, sino que se encuentran solo en excepcionales ocasiones. En la ejemplificación, al comentarnos lo que se consigue con el teléfono: valorar los silencios, el sonido de un timbre o el de colgar un auricular (son signos acústicos que aportan un sentido que los signos escritos necesitarían muchas palabras, para expresarlo). También se sirve de la ejemplificación, cuando inicia el texto con enunciados como “con sabor amargo y con sabor a lágrimas”, “el vídeo mató a la estrella de la radio”, que corresponden a letras de canciones de aquellos tiempos en que las cartas, las palabras escritas eran el único medio accesible para casi todos los que querían decir algo si había distancia por medio. En los hechos que aporta al hacer el listado de medios de comunicación que han formado parte de la historia de varias generaciones: cartas, teléfono, telegrama y ordenador. Lo mismo que al referirse al telegrama, como un grito de urgencia pasado por el tamiz del Estado, puesto que era un texto que los funcionarios del Estado, desde Correos, podía controlar y conocer, con lo que no era el medio mejor si se pretendía ser rápido en comunicarse y, a la vez, discreto o clandestino. Ciertamente es un texto descriptivo de una época, pero a la vez transmite el escritor una colección de cualidades de cada uno de los instrumentos de comunicación que, además de hacernos entenderlos con un tono subjetivo, nos acerca a un texto de tipo argumentativo en el que muestra unas sensaciones fácilmente “compartibles” con las suyas. Al final nos damos cuenta de que es importante lo que ganamos con los nuevos métodos, pues la eficacia y la rapidez no tiene por qué estar reñida con la profundidad y la belleza: lo que representan los recursos comunicativos más próximos en su intención, pero diferentes por el paso del tiempo. La tecnología informática nos ha hecho cambiar nuestro punto de vista respecto a muchos aspectos de la vida. Ya no es que sea un tema de actualidad novedoso, sino que es importante por la utilidad que nos proporciona en el día a día. Ahora bien, como siempre se ha de buscar hacer las cosas bien, o proporcionarles la posibilidad de que sean mejores que las que se van quedando atrás, en este caso se pretende que un “e mail” además de comunicar lo haga rápido, de manera concisa, pero sin perder su capacidad para profundizar en aquello que transmitimos (por lo que nuestra capacidad de síntesis ha de llegar al máximo a favor de la esencia del mensaje) y, además, aportando una intención estética, intención que se puede conseguir desde el chiste, el sarcasmo o el más puro lirismo: la esencia del verso. El autor tiene claro que para expresar su opinión, debe darnos a conocer, previamente, cómo ve todos los medios de los que nos servimos para “hablarnos” por escrito. Uno a uno y de manera cronológica va presentándonoslos, un repaso a la historia de la comunicación, que solo se ve mezclada entre los dos que más tienen en común: telegrama y ordenador. De manera paralelística va estructurando su texto, para inducirnos a su opinión -resumida, concisa y con la intención de acercarse a una frase publicitaria, fácil de recordar, intencionada, estética-, en la última oración del texto: Puestos a perder velocidad, ganemos en profundidad y belleza. Por otro lado, resulta muy coherente el texto entrelazando el contenido con la forma, pues valora la brevedad, con sus párrafos de pocas líneas y sus oraciones breves, a la vez que emplea gran cantidad de recursos expresivos que nos acercan al texto literario, poético. Enlaza las ideas tomando de cada párrafo la palabra clave que va a diferenciar en el siguiente: carta, teléfono, e-mail, telegrama entre los cuatro primeros y deja los dos últimos para caracterizar con más detalle la última pérdida. Asimismo adquiere un tono continuo de dolorosa pérdida en el paso de uno a otro: se nos muere, se ha apalancado, ha dejado una víctima en su camino, Se nos acaba el tiempo, Puestos a perder. Repite palabras, pero son necesarias para continuar el hilo conductor del discurso. Por otro lado sus recursos expresivos toman tales repeticiones como un gesto anafórico por parte del autor: los medios tienen corresponden gramaticalmente con un nombre común, pero en este caso deberían aparecer con mayúscula, puesto que representan a todas sus posibles variedades dentro de la misma clase, actúan como propios. A veces llegan cartas con sabor amargo y con sabor a lágrimas, es un verso construido con un paralelismo, igual que convertir los silencios en lenguaje, timbre en caricia y el acto de colgar en un cachete doloroso son metáforas, igual que Un telegrama era el vestíbulo de la mala noticia; o someterse al misterio de la filatelia…y la búsqueda agónica de los buzones, son hipérboles aderezadas de sinestesias que hacen más exagerada la sensación que se busca compartir con el lector. Hace de las enumeraciones una técnica que contribuye al tipo de descripción que desea presentar: impresionista; no olvidemos que son sus sensaciones lo que nos describe, cuando nos habla de cada medio escrito, lo que de ellas le ha impresionado más al autor. La sintaxis, ya comentábamos más arriba, se compone de oraciones breves, en seguida encontramos el punto y seguido, baste con releer el primer párrafo para comprobarlo y, si se alargan algo más, en ocasiones es por el empleo de las enumeraciones (línea 6-7; 2728). La descripción, como es de esperar, nos lleva a la composición adjetiva relativa, con el fin de aportarnos más detalles sobre el concepto que está comentando (línea 6, 22, 30), a la sustantiva como complemento directo (línea 19) y como sujeto (línea 9,11, 25). Y puesto que constantemente establece analogías son varias las ocasiones en que aparecen las compuestas comparativas (línea 3, 25, 27) y también oraciones adversativas con las que contraponen unos medios a otros (línea 8,15). Es pues la forma y el contenido y su cohesión lo que hacen de este texto un buen texto, construido para servírselo a lectores de un periódico, en formato de columna, donde el valor del escritor supera al de periodista en esta ocasión. Un escritor habla de escribir, puramente endogámico, pero contagioso, o ¿no?