Los ocho países más poderosos del planeta son dueños del 65 por ciento del PIB mundial http://www.portafolio.com.co/port_secc_online/porta_econ_online/2005-0707/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-2137364.html Hoy comienza, en medio de protestas, la cumbre en la que se tratará desde economía, pobreza y medio ambiente. Sólo el 22 por ciento del Producto Interno Bruto del Grupo de los Ocho (G8) es igual al que suman todos los países pobres y en vía de desarrollo del planeta. De ese tamaño son las diferencias de la economía mundial, que conducen a los países menos desarrollados a solicitar ayuda del club de los más poderosos. Con un PIB que llega hasta los 26,4 billones de dólares, el club de los siete países más industrializados más Rusia se convierte en centro de las miradas del resto del mundo que en algunas ocasiones los acusan de ser indolentes frente al resto del mundo. Según las cifras del Banco Mundial del PIB mundial estimado en 40,88 billones de dólares apenas 5,7 billones suman los países de América Latina, el Caribe, Oriente Medio, Africa y el sur de Asia. Mientras que sólo la economía más grande del planeta, Estados Unidos, suma 11,6 billones de dólares. El Grupo de los Ocho (G8), que arrancó su cumbre anual en Gleneagles (Escocia), ha sido criticado en los últimos años por defender los intereses de una élite de naciones, en detrimento de las necesidades de un mundo mucho más amplio. En el G-8 (Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Rusia) no están representados países clave con economías emergentes como China o India, ni tampoco hay ningún país de Africa o América Latina, lo que ha provocado las críticas de elitismo por parte de estos países y algunos sectores sociales. Para hacer frente a esas críticas, el G-8 ha invitado últimamente a algunos líderes de países en desarrollo, y así este año se sentarán un día a la misma mesa los presidentes de México, Brasil, la India, China y Suráfrica, grupo conocido como el G-5. Habitualmente y en representación de la Unión Europea (UE) asisten el Presidente de la Comisión Europea y el jefe de gobierno del país que preside en ese momento la UE, aunque no toman parte en las discusiones políticas. En este caso, en el Reino Unido coinciden la doble presidencia del grupo y de la Unión Europea, esta última desde el primero de julio. La presidencia del G-8 recae por turno rotatorio de un año en cada país miembro. El país que ostenta la presidencia es el responsable de albergar las reuniones y organizar la agenda anual. Durante muchos años, las cumbres anuales tenían lugar en las capitales o ciudades principales del país al cargo de la presidencia. Sin embargo, debido a los graves y sangrientos disturbios que se produjeron en Génova en 2001, en la actualidad la tendencia es a llevar las cumbres a lugares más alejados y dotarlas de grandes medidas de seguridad. El origen del Grupo se remonta a la crisis del petróleo y la recesión económica mundial de principios de los 70, que llevaron a Estados Unidos a formar en 1973 el llamado Grupo de la Biblioteca. Se trataba de una reunión informal de ministros de Finanzas de Europa, Japón y Estados Unidos que se reunían en la biblioteca de la Casa Blanca. En 1975, el presidente francés Valery Giscard D’Estaing invitó a los líderes de los países industrializados más ricos a reunirse en Rambouillet, cerca de París, para tratar problemas económicos. En aquella primera reunión estuvieron presentes los jefes de Estado y de gobierno de Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Alemania, Italia y Japón. Decidieron juntarse una vez al año y comenzaron a ser conocidos como el Grupo de los Seis o G-6, que se convertiría en el G-7 al unirse Canadá al año siguiente, y finalmente en el G-8 en 1998, cuando se invitó a la Rusia poscomunista a formar parte del grupo. Aunque en un principio los temas que se trataban eran económicos, a finales de los 70 la política fue ocupando su lugar con asuntos como la ayuda a los países en desarrollo, la seguridad mundial, la paz en Oriente Medio o la reconstrucción de Irak. Los miembros del G-8 pueden llegar a acuerdos y establecer objetivos comunes, pero el cumplimiento de éstos es voluntario. Así, se han llegado a acuerdos para crear un fondo mundial de lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria, establecer un plan de acción para el desarrollo en Africa, el desmantelamiento de instalaciones nucleares en Rusia, combatir el blanqueo de dinero y condonar deudas contraídas por los países más pobres. También hay desacuerdos entre los miembros, sobre todo en política medioambiental. Es conocido el rechazo de George W. Bush a los compromisos del Protocolo de Kioto respecto al calentamiento global, y también ha habido fuertes tensiones por la guerra de Irak. La próxima cumbre anual tendrá lugar en San Petersburgo en 2006, año en que Rusia ostentará la presidencia por primera vez. China aspira a ingresar al club Como séptima potencia económica del mundo, China participa por segunda vez en una cumbre del G8. Estados Unidos presiona a China para que revalúe su moneda, la fijación del yuan al dólar estadounidense abarata las exportaciones chinas e incrementa el déficit comercial de E.U. y cuesta puestos de trabajo. En cuanto al comercio, hay un fuerte incremento de exportaciones chinas de productos textiles tras la caída de las cuotas en el comercio mundial del sector. Punto álgido es la petición de China de una mayor presencia de los países en vías de desarrollo en la Organización de Naciones Unidas (ONU) y su rechazo a la solicitud de Alemania, Japón, India y Brasil de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. En cuanto a su relación con Taipei, en todo el mundo fue criticada la nueva ley china que plantea la guerra en caso de que Taiwán, considerada por Beijing una provincia secesionista, se separe o fracasen todos los esfuerzos de una reunificación. Por otra parte, las autoridades de China se muestran decepcionados con la Unión Europea, que ha aplazado el prometido levantamiento del embargo de venta de armas impuesto en 1989. En la lucha contra el calentamiento global, China juega un papel crucial como segundo mayor productor del perjudicial dióxido de carbono. Europa recortará subsidios agrícolas La Comisión Europea propuso aumentar hasta 1.000 millones de euros anuales la ayuda que la UE destina a elevar la capacidad exportadora de los países en desarrollo, y renovó su oferta de suprimir todos los subsidios a la exportación de productos agrícolas europeos. “La Unión Europea sigue dispuesta a suprimir todos los subsidios a la exportación de productos agrícolas, si nuestros socios hacen lo mismo”, afirmó el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, al comenzar la cumbre del G8 en Escocia. Esta será una de las principales iniciativas de la UE para esta reunión, consistente en dar “un significativo empujón” a la asistencia técnica al comercio que Europa destina a las naciones menos desarrolladas, que pasaría de 700 millones de euros anuales a 1.000 millones. La UE pondrá sobre la mesa del G8 otro compromiso, confirmado hace menos de un mes por los veinticinco líderes europeos, por el que duplicará en seis años su ayuda oficial al desarrollo, desde los 46.000 millones de euros en 2005 hasta más de 90.000 millones en 2015. Los países europeos habrán alcanzado en 2015 el objetivo fijado por la ONU de dedicar el 0,7 por ciento del PIB a la ayuda a los menos desarrollados. Efe Dirigentes de talla mundial Tony Blair. El primer ministro británico, de 52 años, es el anfitrión de la cumbre. Se trata de un promotor de la socialdemocracia con una fuerte dosis de economía de mercado y es considerado el artífice del renacimiento económico británico desde que llegó al poder, en 1997. Sin embargo, la reputación de Blair se ha visto afectada tanto a nivel nacional como internacional por su decisión de apoyar la invasión de Irak dirigida por Estados Unidos, en marzo de 2003. Paul Martin. El primer ministro de Canadá, de 66 años, enfrenta problemas políticos. Desde que llegó al poder, a fines de 2003, su gobierno minoritario se ha visto sacudido por un escándalo relativo a sobornos pagados a la anterior administración liberal. Gracias a su alianza con el izquierdista Nuevo Partido Democrático, el gobierno Liberal de Martin logró sobrevivir a un voto de confianza a fines de mayo, frustrando los esfuerzos de los conservadores y del Bloc Quebecois de forzar elecciones anticipadas. Jacques Chirac. El presidente de Francia, de 72 años, es el decano de los miembros del G8. Esta será su 11 cumbre desde que llegó al poder, en 1995. La popularidad de Chirac sufrió una fuerte caída en las últimas semanas, fundamentalmente porque no logró la ratificación del Tratado Constitucional Europeo en un referéndum realizado a fines de mayo. El mandatario francés es el principal crítico de la gestión de Blair. Ambos se enfrentaron recientemente debido al presupuesto de la Unión Europea. Gerhard Schroeder. El canciller alemán, de 61 años, obtuvo deliberadamente un voto de censura en el parlamento el viernes pasado, para convocar a elecciones anticipadas que podrían tener lugar en septiembre de este año. Schroeder fue electo en 1998 y resultó reelegido por escaso margen en el 2002. El canciller ha tratado de llevar a cabo varias reformas económicas en su país, que decepcionaron a buena parte de su electorado del Partido Social Demócrata. Silvio Berlusconi. El primer ministro de Italia, de 69 años, es un aliado de Blair. La semana pasada anunció que buscará la reelección como jefe del gobierno el año próximo. El respaldo a su gestión se ha visto afectado por la crisis económica y la impopular participación de Italia en la guerra contra Irak dirigida por Estados Unidos. Berlusconi, considerado uno de los hombres más ricos de Italia y dueño de un enorme imperio de medios de comunicación, comenzó su meteórica carrera política en 1994. Junichiro Koizumi. El primer ministro de Japón, de 63 años, llegó al poder en 2001 gracias a un programa de reformas económicas, pero tuvo que enfrentar una fuerte resistencia por parte de los conservadores de su partido. La economía nipona ha registrado mejoras cíclicas, pero sigue afectada por las deudas morosas y los problemas de ineficiencia. Su apoyo a la guerra contra Irak le costó numerosas críticas en su país. Las relaciones de Japón con China y Corea del Sur también se han visto deterioradas. Vladimir Putin. El presidente de Rusia, de 53 años, llegó al poder en el 2000. Putin alcanzó la cumbre después de celebrar el 60 aniversario de la victoria sobre la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial, el 9 de mayo en Moscú, un acontecimiento que atrajo a líderes de todo el mundo. No obstante, ha sido muy criticado por su política respecto a Chechenia y la supuesta falta de democracia en Rusia, país que debe asumir la presidencia del Grupo de los Ocho el año próximo. George W. Bush. El presidente de Estados Unidos celebró ayer su cumpleaños número 59, al tiempo que se inauguró la cumbre. Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 han marcado su presidencia, llevándolo a lanzar una “guerra contra el terrorismo” a nivel mundial. Esto lo llevó a invadir Afganistán e Irak, creando divisiones entre los países que lo apoyan y que se oponen a su política, fundamentalmente en Europa. A pesar de ser reelecto a fines de 2004, Bush ha perdido popularidad. AFP