¿De qué hablamos, presupuestos participativos? Ideas y reflexiones para una introducción al tema El CAF ha incorporado en su programa el desarrollo de presupuestos participativos en el municipio, aunque –al igual que el PT en Portoalegre- el cómo no se tenía claro muy claro. El proceso de presupuestos participativos se va tomando más social en cuanto que va abandonando la idea de los presupuestos participativos como necesidad, configurándose como satisfactor de una necesidad: la participación. Debemos pasar de la metodología a la epistemología: ¿para qué participar? Y ¿Para quién la participación? Y no somos nosotros quienes tenemos que responder a estas preguntas sino los actores sociales: vecinos/as, políticos/as y técnicos/as. Para nosotros, los presupuestos participativos son una excusa para el desarrollo de un proceso de transformación social. La elaboración y aprobación del Presupuesto Municipal es, probablemente, el acto más importante que realiza el Ayuntamiento. En algunos municipios sus políticos han querido que la aprobación del presupuesto se abra a la participación -y a la decisión- de todas las personas que deseen opinar y proponer. Así, los ciudadanos y ciudadanas deciden si hay que construir una nueva escuela infantil, urbanizar determinadas calles o llevar a cabo un concreto programa de atención a personas mayores, población inmigrada, etc. Este proceso de implicación de las personas en las cuentas públicas lo llamamos “Presupuestos Participativos”. Los Presupuestos Participativos es un programa orientado a acercar la Administración Local a la ciudadanía, orientar la política hacia lo público y tratar de hacer al ciudadano y ciudadana más consciente de la ciudad que habita. No es la representación, sino la participación directa el núcleo y la forma de los Presupuestos Participativos, esto es, ciudadanía con capacidad y derechos para pensar, proponer, decidir y actuar. La dinámica de los Presupuestos Participativos, en este sentido, persigue implementar un proceso en el que la población perciba la dinámica de una ciudad, siempre a partir de su entorno más inmediato. La idea básica de este proceso es la manifestación de que además de individuos con nuestros propios deseos y creencias, vivimos junto a otras personas y, en consecuencia, nuestros barrios, como los entornos más inmediatos de nuestras vidas cotidianas, están entrelazados íntimamente con el resto de la ciudad, de la que se forma parte, como un componente más. Por ello, el principio de los Presupuestos Participativos será la democracia participativa, elemento central y pivotante del proceso que se abre; también será un proceso abierto, que se nutre de su propio desarrollo, de este modo se entiende que la participación no está cerrada a nadie, se trata de un proceso que pretende revitalizar la participación ciudadana desde y con la propia ciudadanía. Otro aspecto a destacar de este proyecto es el sentido que otorga al dinero público y a las demandas ciudadanas. Durante las Asambleas que se celebran, se acentúa el carácter colectivo de la Administración Municipal, relegando la individualidad de las reivindicaciones hechas por la vecindad a una red ciudadana (la de los Presupuestos Participativos), que será la que colectivamente esté inscrita en el proceso de elaboración de los presupuestos. No se trata de 'repartir' el dinero entre ciudadanos y ciudadanas, ni dar a cada distrito una cantidad proporcional de los presupuestos municipales. Se trata de un método basado en las preferencias y prioridades que la población tiene con relación al gasto público, el cual es siempre limitado. En definitiva, nadie va a decidir qué hacer con el dinero, sino en qué prefiere gastar el dinero disponible. No se trata, en cualquier caso, de decidir cuánto se va a gastar en cada inversión, si no en qué se prefiere gastar el dinero disponible partiendo, siempre, de que de los recursos hacendísticos son limitados. En este sistema de debate de las cuentas públicas, las asociaciones de la ciudad (vecinales, de jóvenes, o de personas mayores) tienen un papel destacado cual es impulsar la participación de sus asociados y convecinos animándoles a implicarse en asunto tan importante. El trabajo de elaboración de las cuentas públicas mediante el proceso de “Presupuestos Participativos” tiene la virtud de devolver la palabra y la decisión a las personas. Esto hace que la democracia en la ciudad sea mucho más que la elección de concejales cada cuatro años. “ Presupuestos Participativos” se trata de un proyecto orientado a acercar la administración local a la ciudadanía, devolver la política hacia lo público y tratar de hacer al ciudadano más consciente y corresponsable de la ciudad que habita. El proceso de elaboración de los presupuestos mediante la participación se asienta en sucesivas tandas de Asambleas de Barrio, que van determinando las prioridades, y en la constitución de una Mesa de Delegados de los vecinos y de las vecinas que una vez recogida la opinión de cada barrio consensua una propuesta de gasto (inversiones y programas) para toda la ciudad. En el futuro, y en la medida que vaya asentándose y acrecentándose la participación, el debate mediante “Presupuestos Participativos” deberá incluir, también, los capítulos de Ingresos. De forma tal que se cierre una propuesta completa de presupuesto. Los “Presupuestos Participativos” requieren un proceso de aprendizaje y de reflexión por parte de las personas que quieran participar, pues su opinión va a contar de verdad para determinar el gasto público y el futuro de la ciudad. Por último, los “Presupuestos Participativos” precisan de una información clara y transparente por parte de los políticos y de los técnicos municipales. Y, sobre todo, es imprescindible el compromiso de respetar las decisiones tomadas en las Asambleas y en la Mesa de Delegados y la continuidad del proceso en años sucesivos. Introducción La experiencia del presupuesto participativo (Orçamento participativo), surgió en Brasil a consecuencia de la victoria del Partido dos Trabalhadores en las elecciones municipales de la ciudad de Portoalegre en 1989. Desde entonces el fenómeno se ha ido extendiendo a otros municipios gobernados por el PT, e incluso en esta legislatura se está llevando a cabo a nivel de todo el Estado de Rio Grande do Sul. Sin embargo, el interés por esta propuesta no se circunscribe exclusivamente a las fronteras brasileñas, sino que se ha ido extendiendo (si no su puesta en práctica, sí su estudio) primero a las zonas argentinas más próximas, luego al resto de Latinoamérica, y poco a poco, ha acabado llegando a Europa. En los últimos años, el interés por el estudio de las experiencias brasileñas, empieza a devenir en intentos de puesta en práctica, aún embrionarios, pero que parecen señalar un salto cualitativo en el modelo de gobierno de los municipios. Las iniciativas existentes presentan diversas fórmulas, pero no obstante, cuentan con una serie de principios comunes, tanto políticos como organizativos. Principios políticos Se busca la creación de una esfera pública no estatal (no municipal en nuestro caso) de decisión: La distancia entre las instituciones y los ciudadanos se reduce al existir un marco de convergencia de ambos niveles. Se redefinen los conceptos de ciudadanía y democracia: No es sólo un aumento cuantitativo de las posibilidades de participación política, sino que es un salto cualitativo, que rompe con la rigidez del principio representativo. Se consigue una toma de conciencia de la ciudadanía (evolución política del sujeto): Los ciudadanos encuentran de pronto una mayor posibilidad de incidir en los asuntos colectivos. Se toma conciencia de la importancia de los problemas comunes. Se refuerza el tejido social: por dos vías: tanto creando un espacio de decisión colectiva (que rompe radicalmente con la tendencia al individualismo), como apoyándose en las redes sociales ya existentes para afianzar su funcionamiento. Hay un nuevo punto de partida para la legitimidad representativa: no se trata ya simplemente de que aquel que fue elegido por sufragio pueda actuar como le parezca oportuno en las instituciones (siguiendo más o menos el programa presentado), sino que la confianza otorgada se acompaña y se supedita a la voluntad popular manifestada de manera casi continua. Principios organizativos (que no dejan de pertenecer a “lo político”) Se conjugan participación y representación: Si bien la capacidad de decisión se circunscribe casi exclusivamente a la participación popular, se mantiene un cierto peso institucional en todo el proceso. Las organizaciones vecinales preexistentes, juegan un papel fundamental en la implantación de la propuesta: Tanto para coordinar, como para orientar el trabajo en el sentido más correcto por su experiencia anterior. Se basa en los principios de descentralización y sectorialización: Es, en primer lugar, un proceso de decisión que surge desde la base, desde las asambleas vecinales constituidas en base a un criterio territorial. A su vez, el trabajo parte en un principio de una delimitación de preferencias sectoriales (educación, infraestructuras, cultura...). De la coordinación entre un plano y otro acabará resultando un plan de inversiones concretas. El punto de partida es el trabajo asambleario (con más o menos ayudas técnicas o de asesoramiento): Es decir, no se limita a reuniones consultivas con vecinos, con sus representantes, etc. El punto de partida, son, como hemos dicho, las asambleas vecinales que elevan sus propuestas decididas de manera absolutamente autónoma. Son los propios ciudadanos los que determinan cómo debe ser el proceso: El Reglamento es revisado anualmente en las primeras reuniones, para ir superando las deficiencias con las que se encuentran en la práctica. Tienen esencial importancia los principios de programación y control: Los ciudadanos marcan en primer lugar sus preferencias, que acaban plasmándose en un programa presupuestario completo y se realiza una labor de seguimiento de la ejecución de dicho presupuesto. Hay un doble proceso: de lo general a lo concreto y de lo concreto a lo general: Se determinan cuáles son las principales inquietudes (infraestructuras, educación...), para luego definir qué inversiones concretas se quieren en la zona. Posteriormente se pasa ya a marcar las prioridades entre las inversiones propuestas en todas las zonas, y las grandes inversiones a nivel general. Son necesarias fórmulas de dinamización social: Hay que tener en cuenta que se parte de un trabajo entre muchas personas no habituadas a la toma de decisiones colectivas, y mucho menos a la elaboración propositiva en asambleas. La participación como satisfacción de una demanda. ¿Existe esa demanda?¿Es necesario que exista? Parece que, en principio, la ampliación de los cauces de participación en las decisiones políticas municipales deberían responder a una exigencia previa de la ciudadanía a los poderes públicos. Sin embargo, parece que hoy estamos bastante lejos de poder hablar de una fuerte demanda social en este sentido. La participación ciudadana parece hoy limitada a los colectivos organizados en la ciudad, y estos parecen limitar dicha participación a los asuntos de su más directa incumbencia. El deseo de participación en la toma de decisiones sobre determinadas inversiones municipales se suele limitar a conflictos puntuales (la construcción de tal o cual equipamiento en mi barrio sin que me consulten dónde, ni cuándo, ni cómo...) en los que, además, la fórmula del presupuesto participativo sería poco útil. Sin embargo la participación supone una ampliación para las posibilidades del ciudadano de intervenir en al vida pública. Al tiempo, se consigue que las decisiones del Ayuntamiento respondan realmente a los deseos de los ciudadanos, lo que genera por tanto, un mayor bienestar para la ciudad. Además, el modelo de presupuesto participativo se convierte con su aplicación en una escuela de ciudadanía; consigue un mayor conocimiento de las cuestiones municipales y por tanto, una mayor capacidad de intervención crítica. Resumiendo... 1. ¿Qué son los Presupuestos Participativos? Los Presupuestos Participativos es un programa orientado a acercar la Administración Local a la ciudadanía, orientar la política hacia lo público y tratar de hacer al ciudadano y ciudadana más consciente de la ciudad que habita. No es la representación, sino la participación directa el núcleo y la forma de los Presupuestos Participativos, esto es, ciudadanía con capacidad y derechos para pensar, proponer, decidir y actuar. El principio de los Presupuestos Participativos será la democracia participativa, elemento central y pivotante del proceso que se abre; también será un proceso abierto, que se nutre de su propio desarrollo, de este modo se entiende que la participación no está cerrada a nadie, se trata de un proceso que pretende revitalizar la participación ciudadana desde y con la propia ciudadanía. 2. ¿Quién participa? Los presupuestos participativos están abiertos a cualquier ciudadano/a sin discriminación alguna por razón ideológica, de raza, sexo...etc. Sólo hay que ser vecino o vecina de la ciudad. Dentro de cada barrio se podrá asistir a las asambleas que se organizan con el fin de proponer y votar lo que te gustaría hacer en el barrio, en el distrito, junto al resto de los vecinos y vecinas que asistan 3. ¿Cómo se participa? Participar en la elaboración de estos Presupuestos es muy fácil. Se hará por medio de ASAMBLEAS CIUDADANAS, en las que todas y todos podremos debatir y seleccionar las cosas que queremos que se hagan en nuestro barrio y distrito, en relación a la parte del presupuesto municipal que se esté incluyendo durante ese año. ¿Cómo imaginamos el presupuesto participativo? La existencia de experiencias anteriores nos facilita el trabajo, ya que podemos utilizar sus aciertos y aprender de sus errores. A grandes trazos, podríamos dibujar el siguiente esquema general: 1. En los primeros meses (enero-febrero), se realizarían unas primeras Asambleas de Zona o Distrito. En principio parece lógico tomar como referencia la distribución habitual en barrios de la ciudad, aunque algunos de los más pequeños podrían agruparse en esta primera fase. En esta fase se presentarían los presupuestos participativos y se informaría sobre el ejercicio anterior, así como se elegirían unos delegados por cada asamblea. Estos podrían contar con alguna especie de jornada de aprendizaje. 2. En los siguientes meses (de marzo a mayo) se constituirían Consejos entre los delegados de la Zona, los colectivos o asociaciones que quisieran colaborar, y uno o varios técnicos municipales que actuarían como asesores e informadores. Estos consejos serían los encargados de realizar Asambleas de Barrio (una delimitación inferior a la Zona o distrito), para recoger en ellas las necesidades del vecindario, en relación a la parte de presupuesto que se les asignara para ese año. 3. En una tercera fase (de junio a septiembre) se volverían a realizar Asambleas de Zona para informar de los resultados por barrios y la ordenación de las mismas por el Consejo, explicando los métodos seguidos, etc. 4. En esta misma fase, se elegirían delegados para la constitución de un Consejo de Coordinación del Presupuesto. Este, a partir de la ordenación de obras de cada Zona, consensuará una propuesta de obras para toda la ciudad, contando con asesoramiento técnico del gobierno municipal. Apuntes adicionales: Se podría constituir también un Consejo Asesor de Apoyo, que pudiera ir resolviendo cuestiones de procedimiento, así como aclarar dudas, y en general velar por el buen desarrollo del proceso. Contaría con representantes de la Federación de Asociaciones de Vecinos, técnicos municipales, algún representante del Ayuntamiento... Habría que dividir el presupuesto entre inversiones en barrios y grandes inversiones (que puedan afectar a la ciudad en conjunto), separando el debate sobre prioridades en ambas. El reglamento de funcionamiento sería revisado cada año por los propios vecinos. Sería el Consejo de Zona el que hiciera la propuesta de criterios a terne en cuenta, que serán ordenados por importancia en las Asambleas. Las Asambleas podrían añadir o quitar criterios. Posteriormente a las Asambleas de Barrio, el Consejo de Zona haría una propuesta de priorización para ser refrendada en la Asamblea de Zona.