HISTORIA DEL ARTE Neoclasicismo

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HISTORIA DEL ARTE
1. Del Neoclasicismo al Romanticismo. La Academia. La figura de Goya.
El Neoclasicismo es una corriente artÃ−stica surgida en Europa a mediados del siglo XVIII como
representante del pensamiento ilustrado. Contrapuesta en muchos aspectos al hasta entonces vigente Rococó,
es una forma de hacer arte cuyo motor es la búsqueda de la belleza a través de la razón y la imitación
del arte clásico, a cuyos cánones los artistas profesarán su admiración frente a la, según ellos,
decadencia de las corrientes posteriores.
El Neoclasicismo es concebido como el primer arte puramente burgués. Si bien sus raÃ−ces se encuentran
en la nobleza ilustrada, en pocos años dependerá de las necesidades e inquietudes de la burguesÃ−a, lo
cual favorece la aparición de un concepto de artista donde prima el individualismo creador frente a los
principios religiosos y polÃ−ticos, lo que a su vez propicia la aparición de artistas tan independientes como
Goya y preludia la función del arte en nuestros dÃ−as.
En esta época surgen, con el fin de purificar el arte de su influencia barroca, las Academias de Bellas
Artes, como la de San Fernando en España. Estas instituciones contaron con los más prestigiosos artistas
del momento y cumplieron la función de los antiguos talleres de maestro, aunando la técnica con la
teorÃ−a.
Los artistas más representativos de este periodo son, en pintura, David (El juramento de los Horacios), en
arquitectura, Schinkel (Teatro Nacional de BerlÃ−n) y en escultura, Canova (Amor y psique en pie).
A principios del XIX, en Gran Bretaña y Alemania, surgirá el Romanticismo, corriente también de
carácter burgués que, no obstante, se inspirará en los modelos medievales y en el exotismo oriental para
dar pie a un arte fundamentado en la subjetividad y el sentimiento, que prescinde del carácter moralizante
neoclásico y busca el escapismo, la belleza más pasional y la rebeldÃ−a: al contrario que el Neoclasicismo,
no es un arte identificado con los principios del poder establecido.
Quizá el cuadro más representativo de este periodo sea La Libertad guiando al pueblo, de Delacroix.
A caballo entre los estilos mencionados, siempre con su toque distintivo, se encuentra la figura genial de
Francisco de Goya, pintor zaragozano que sintetiza la época convulsa que vivió España desde Carlos
III a Fernando VII. Inspirada en Velázquez y en Rembrandt, la pintura de Goya cultiva todos los géneros
y todos los temas aportando algo nuevo a cada uno de ellos. Es un pintor, al contrario que los neoclásicos,
naturalista: representa la realidad tal cual, sin idealizarla, y con una gran profundidad psicológica en el
retrato (La familia de Carlos IV).
En el terreno histórico, analiza, critica y muestra una visión pesimista de las atrocidades cometidas por el
hombre (Los desastres de la guerra, Los fusilamientos del 3 de mayo).
Su pintura, al principio colorista y vitalista (El quitasol), se va tornando sombrÃ−a y desesperanzada a
medida que se consolida en España el absolutismo fernandino con el que Goya, afrancesado, no comulgó
(Saturno devorando a sus hijos).
Goya será influencia indiscutible de los estilos pictóricos de los siglos XIX y XX. AsÃ−, La lechera de
Burdeos avanza el Impresionismo; Saturno devorando a sus hijos incoa el Expresionismo; en El sueño de la
razón produce monstruos se anticipa el Surrealismo; y en Los fusilamientos del 3 de mayo vemos al pueblo
como protagonista: un rasgo tÃ−picamente romántico.
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2. Del Realismo al Impresionismo. CaracterÃ−sticas generales. Evolución: Impresionismo y
Postimpresionismo.
A mediados del siglo XIX en Europa, como reacción al cada vez más agotado Romanticismo, surge un
nuevo movimiento artÃ−stico llamado Realismo, cuyo principal cometido es la representación objetiva de la
realidad. Ideológicamente, discurre parejo al socialismo: los temas trascendentales se cambian por escenas
de la vida cotidiana de las clases más bajas como forma de crÃ−tica social. Aun asÃ−, lo importante es la
forma en que se representa la imagen, no su argumento.
Sus principales representantes fueron Courbet (Un entierro en Ornans), Daumier (El vagón de tercera clase)
y Millet (El ángelus).
El Realismo se consolidó parejo al asentamiento definitivo de la Revolución Industrial, la cual fue
responsable de su fin, pues propugnó la aparición de una nueva forma de ver la vida y entender el arte que
buscaba romper, por primera vez, con el legado histórico representado en las Academias. Surgió asÃ−, a
finales de siglo, a medio camino entre lo figurativo y lo abstracto, el Impresionismo, que tuvo su origen en el
cuadro Impresión, amanece de Monet.
Las caracterÃ−sticas del Impresionismo son las siguientes:
1) La representación del paisaje es el tema principal. Se rechazan los temas históricos.
2) Utilizan colores puros, nunca el negro ni el blanco porque en la naturaleza no existen. Son partidarios de la
mezcla retinal.
3) La luz es la principal protagonista de sus cuadros. Pintan series de un mismo escenario en momentos
distintos del dÃ−a.
4) Es una pintura “del instante”: los pintores buscan captar un momento efÃ−mero, por lo que pintan muy
deprisa, con trazos rápidos.
5) Desaparece la lÃ−nea.
Los pintores impresionistas más importantes fueron Monet (Impresión, amanece), Renoir (El baile del
Moulin de la Galette) y Degas (El descanso).
Con el paso de los años, el Impresionismo experimentó una evolución. Surgieron dos corrientes:
1) Puntillismo. Consiste en la representación de escenarios utilizando puntos de diferentes colores que se
entremezclan formando sus figuras. Su máximo representante es Seurat (Una tarde de domingo en la isla de
la Grande Jatte).
2) Postimpresionismo. El Impresionismo, al romper las barreras que la tradición habÃ−a impuesto, abrió
las puertas a varios caminos de experimentación que significaron la revisión de sus presupuestos: el
Postimpresionismo, compuesto principalmente por Van Gogh y Gauguin (postimpresionistas del color), y
Toulouse-Lautrec y Cézanne (postimpresionistas de la lÃ−nea). La caracterÃ−stica que une a todos estos
pintores es su entendimiento de la pintura como un mundo aparte donde el artista cumple el papel de Dios,
construyéndolo desde sus cimientos sin imitación; para ello se vale del uso personal del color y del
abandono de lo superfluo en pro de lo primitivo.
3. Nuevos materiales y nueva concepción del espacio arquitectónico. Introducción. Racionalismo.
Organicismo.
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Introducción. Durante el siglo XIX los arquitectos tendrán que enfrentarse a nuevos desafÃ−os
constructivos para subsanar las nuevas necesidades de la Revolución Industrial, para las cuales no existÃ−an
precedentes históricos. La proliferación de nuevos materiales constructivos más versátiles como el hiero,
el acero y el hormigón, la generalización del uso del vidrio y el desarrollo del armazón, que permitÃ−a
una mayor altura, abrió un nuevo panorama en el que las posibilidades se ampliaron en gran medida, y
surgieron nuevas tipologÃ−as para puentes, vÃ−as de ferrocarril, invernaderos, salas de exposición, etc.
Al amparo de los nuevos tiempos surgieron movimientos como el Eclecticismo, que sintetizaba lo mejor de
todos los estilos arquitectónicos anteriores, siendo su máxima representante la Casa de la à pera de
Garnier, en ParÃ−s; la Escuela de Chicago, que tiene su seno en la reconstrucción de la ciudad de Chicago
y que busca la ruptura total con el pasado para realizar edificios más funcionales que estéticos,
construyendo los primeros rascacielos como los Almacenes Carson de L. Sullivan; y, por último, el
Modernismo, que, como reacción ante la frialdad industrial, aboga por edificios modernos a la par que
estéticos, con una decoración profusa, utilizando la naturaleza y la fantasÃ−a como fuente de
inspiración; en España destaca la figura de GaudÃ− y su Sagrada Familia.
Racionalismo. Ya entrado el siglo XX, reaccionando frente al decorativismo modernista y el historicismo,
aparece el Racionalismo, una corriente que se define en las siguientes caracterÃ−sticas:
1) Simplicidad de formas. LÃ−neas rectas y planta libre.
2) Uso del hormigón armado, el acero, el ladrillo y el vidrio.
3) El muro pierde su función de soporte, dejándosela al armazón de pilares de acero y hormigón, y se
llena de ventanas.
4) Interés por los asuntos urbanÃ−sticos: viviendas sociales.
Dentro de las ideas racionalistas, aparece en Alemania la Bauhaus, una escuela de arquitectura alemana que
defendió estos preceptos a la cual estuvieron ligados los más importantes arquitectos del siglo XX, entre
ellos Walter Gropius (Edificio de la Bauhaus en Dressau) y Mies van der Rohe (Pabellón de Alemania en la
Exposición Universal de Barcelona). La Bauhaus, además de la arquitectura, se encargaba del diseño de
todos los elementos del edificio incluidos los muebles.
También hay que destacar, en el Racionalismo, a la figura de Le Corbusier, arquitecto responsable de la
Villa Savoya, la cual define su arquitectura como sigue:
1) Empleo de pilotes para levantar el edificio del suelo.
2) Terraza-jardÃ−n.
3) Fachada libre.
4) Grandes ventanas horizontales.
5) Planta libre, que permite una gran funcionalidad.
6) Uso exclusivo del color blanco.
7) Inspiración mediterránea.
8) Uso de rampas interiores.
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Organicismo. En oposición a la arquitectura racionalista se desarrolló una arquitectura preocupada por la
imitación de las formas de la naturaleza para ponerlas al servicio del hombre. Frank Lloyd Wright es su
creador, y su obra más importante, La casa de la cascada, donde se recogen las caracterÃ−sticas de su
arquitectura:
1) LÃ−nea curva, en oposición al Racionalismo.
2) Uso de materiales naturales.
3) Continuidad entre interior y exterior.
4) Unidad con la naturaleza y las distintas partes del edificio.
4. Las vanguardias artÃ−sticas: introducción. Cubismo, Surrealismo, Expresionismo y Abstracción.
Introducción. Las vanguardias son movimientos artÃ−sticos breves pero intensos. Surgidos en Francia en
los años anteriores al estallido de la I Guerra Mundial, defendÃ−an la lucha contra el academicismo, la
ruptura total con el legado histórico, la libertad creadora y la experimentación subjetiva hasta extremos
cada vez más herméticos para el público.
Recogida en manifiestos, con las vanguardias comienza una visión del arte distinta, al margen de las
instituciones y del mercado. El arte es el producto personal del individuo que necesita expresarse, el cual
plasma en él su visión subjetiva del mundo, con sus propias leyes y alejada de todo contexto artÃ−stico
previo, aunque ello suponga, en algunos casos, la marginalización y el descontento del espectador. Por tanto,
el arte se hace más libre y amplÃ−a sus fronteras: es el comienzo del arte de nuestros dÃ−as.
No obstante, para entender las vanguardias es preciso fijarse en su contexto histórico, pues no están exentas
de carga polÃ−tica. Entre sus objetivos polÃ−ticos están afrontar la mentalidad burguesa de su tiempo y
promover la evolución de la sociedad ligándose Ã−ntimamente, al contrario que el arte anterior, a sus
vivencias y preocupaciones.
Entre las vanguardias, destacaremos las siguientes:
Cubismo. Comienza con dos pintores, Picasso (Las señoritas de Aviñón) y Braque, quienes fueron los
primeros en buscar formas nuevas de expresión alejadas del academicismo. Para ello se inspiraron en el arte
románico, el africano y Cézanne, entre otros. Las claves del cubismo son la modificación total de la
perspectiva: el cuadro abandona el estatismo renacentista (una sola imagen) para amalgamar toda una serie de
perspectivas distintas que el espectador debe descubrir recorriendo el cuadro; y, asimismo, la simplificación
de las formas hasta el motivo geométrico.
El cubismo atraviesa dos fases: analÃ−tica, caracterizada por el uso de múltiples planos geométricos que
descomponen los objetos en tonos ocres y grises, y sintética, que resumen los objetos en sus aspectos más
esenciales y que se vale del uso del collage.
Surrealismo. Trata de expresar el inconsciente y la imaginación del hombre sobrepasando la realidad y los
valores morales, culturales y cientÃ−ficos. Se vale, para ello, del mundo de los sueños a raÃ−z de las
interpretaciones de Freud, y hace defensa de la dimensión irracional del pensamiento. Se dividen en
figurativos (DalÃ−, con La persistencia de la memoria, y Magritte, con La condición humana) y abstractos
(Miró y su El carnaval del arlequÃ−n). Entre sus técnicas utilizadas, se encuentra la desorientación del
espectador, la ambigüedad de interpretación y la descontextualización de objetos.
Expresionismo. Surgido en Alemania, su objetivo principal es la representación subjetiva de los
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sentimientos del artista, de su angustia vital y su visión crÃ−tica del mundo moderno, que aliena a los
hombres. Es, por lo tanto, una inversión del Impresionismo: del estudio de la realidad externa se pasa al
estudio de la realidad interna.
Para potenciar su mensaje, hace uso de la distorsión y la exageración: formas retorcidas, perspectivas
asfixiantemente deformadas, colores puros y arbitrarios, composiciones agresivas, luces irreales… Siempre se
huye de la representación objetiva de la realidad.
Entre los pintores más importantes están Munch (El grito), Kirchner y Kandinsky.
Abstraccionismo. La caracterÃ−stica principal de esta corriente es la prescindencia de los elementos
figurativos del cuadro: ya no se interpreta la realidad, se destruye, y tras ella sólo quedan formas y colores
que desarrollan un lenguaje visual autónomo sin conexión con la naturaleza, los cuales expresan, de forma
parecida a como lo hace la música, los sentimientos del autor.
La primera corriente que hizo aparición fue la Abstracción LÃ−rica, de la mano de Kandinsky (Arco
negro), cuyo principal motor era la representación de las emociones sin preocuparse por racionalizarlas ni
darles un tema. Luego se pasó al Neoplasticismo de Mondrian (Composición 4), que defendÃ−a un arte
más esencial con el uso de la lÃ−nea recta y colores primarios para formar retÃ−culas en composiciones
asimétricas pero equilibradas.
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