Prehistoria Pintura

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Prehistoria
Pintura
El artista prehistórico nunca limitó su arte a un marco, ni lo colocó en un pedestal; en lugar de ello, lo incorporó a su medio ambiente.
Abundantes muestras de su trabajo perduran en unas 100 cuevas, aisladas del mundo exterior durante siglos en una oscuridad sepulcral. Muchas imágenes se encuentran como el día en que fueron creadas.
Unas de las más importantes son Lascaux en Francia y Altamira en España.
Lascaux es un complejo de cuevas en el suroeste de Francia, famoso por las pinturas rupestres que contiene. Las cuevas originales están situadas cerca de la aldea de Montignac, en el departamento de la Dordoña. Estas contienen parte del arte más antiguo conocido, datado entre 13.000 y 15.000 años a.C. o tan antiguo como 25.000 años a.C.
No fue hallada hasta 1940, por Ravidat y Marsal, pues era casi imposible dar con ella debido a su difícil acceso ya que la entrada estaba bloqueada por dos grandes piedras. Entre los diferentes espacios hallados, quizás los más significativos sean la Sala de los Toros en una de las primeras composiciones circulares; la galería axial, donde se puede contemplar el llamado 'caballito chino"; el camarín de los felinos; así como el "pozo", donde se halla una escena mágico­cinegética bien conocida, con la presencia de un chamán.
La cueva de Altamira está situada dentro del territorio de Santillana del Mar, Cantabria (España), cerca de la capital municipal. En ella se conserva uno de los ciclos pictóricos más importantes de la Prehistoria. Pertenece a los períodos Magdaleniense y Solutrense, dentro del Paleolítico Superior. Su estilo artístico constituye la denominada escuela franco­cantábrica, caracterizada por el realismo de las figuras representadas.
Las pinturas de Altamira, fueron descubiertas en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola. El realismo de sus escenas provocó, al principio, un debate en torno a su autenticidad. Su primer defensor fue su descubridor. A finales del siglo XIX, principalmente en Francia, se descubrieron pinturas rupestres innegablemente asociadas a las estatuillas, relieves y huesos grabados aparecidos en niveles arqueológicos paleolíticos, unidos a restos de animales desaparecidos (mamut, reno, bisonte, etc.). Fijada la autenticidad de las pinturas, se inicia el debate sobre la propia obra.
El método del carbono 14 llevó a los investigadores Laming y Leroi­Gurhan a proponer para las pinturas de Altamira una datación entre 15.000 y 12.000 años a.C. Pertenecían, por tanto, al período Magdaleniense III.
La pintura de Altamira está hecha con pigmentos minerales ocres, marrones, amarillentos y rojizos, mezclados con aglutinantes como la grasa animal. El contorno de líneas negras de las figuras se realizó con carbón vegetal. Se aplicaron con los dedos, con algún utensilio a modo de pincel y en ocasiones soplando la pintura a modo de aerógrafo.
Aprovechan el relieve natural de la roca y a veces la modelan interiormente para dar un efecto de volumen y movilidad. El relieve de la cueva y el raspado de ciertas zonas aportan a las imágenes gran movilidad y expresividad.
Las representaciones rupestres de Altamira podrían ser imágenes de significado religioso, ritos de fertilidad, ceremonias para propiciar la caza o puede interpretarse como la batalla entre dos clanes representados por la cierva y el bisonte.
Escultura
La Venus de Willendorf, es una estatuilla de una figura femenina descubierta en una excavación paleolítica cerca de Krems, Baja Austria, encontrado por Josef Szombathy en el año 1908.
La figura de esta mujer desnuda, de unos 11,1 centímetros de alto y 15 centímetros de ancho y regordeta, fue esculpida en piedra caliza monolítica, que no es local en la región, y pintada con ocre rojo.
Esta pequeña obra, de tan sólo 11,1 cm. de altura, ha llegado a ser posiblemente el modelo más difundido del grupo de las “Venus”. Se trata de una figurilla de bulto redondo, hecha de piedra caliza, y cuyo tratamiento formal se caracteriza por la exageración de los rasgos femeninos, como las caderas, muslos y pechos. La estructura anatómica, de diseño cerrado, sigue la ley de simetría, propia de los artes primitivos, y ha sido eliminado cualquier rasgo facial, lo que lleva al espectador a concentrarse en el resto del cuerpo. Si bien la pesantez de la masa escultórica es notoria, la estilización de las piernas le confiere una cierta y grácil sensación de inestabilidad.
Según la interpretación actual, posee un sentido mágico­religioso para provocar la fecundidad de la tribu. La exageración de los atributos femeninos y el anonimato de su rostro nos dan a entender que no se trata de una representación puramente naturalista de una mujer, sino de una estatua­símbolo que contiene el concepto abstracto de la fecundidad­maternidad.
Algunos autores tienen muchas reticencias en identificarla como la Madre Tierra de la cultura europea del Paleolítico Superior.
Otros sugieren que su corpulencia representa un elevado estatus social en una sociedad cazadora­recolectora y que, además de la obvia referencia a la fertilidad, la imagen podía ser también un símbolo de seguridad, de éxito y de bienestar.
Arquitectura
En la provincia de Cádiz existe una multitud de construcciones megalíticas, manifestaciones materiales de las sociedades prehistóricas. Se destacan los dólmenes, los menhires y los cromlechs. Un dolmen, que en bretón quiere decir mesa grande de piedra, es una construcción megalítica consistente en dos losas hincadas en la tierra en posición vertical y una losa de cubierta apoyada sobre ellas en posición horizontal; todo ello cubierto con tierra, formando un túmulo.
Estas estructuras se dan en Europa Occidental, sobre todo en la franja atlántica, y fueron construidas durante el Neolítico y el Calcolítico. Su función atribuida suele ser la de sepulcro colectivo, pero también se cree que puede ser una forma de reclamar un territorio, dada la poca entidad de los poblados neolíticos.
Un menhir es una construcción prehistórica consistente en una piedra alargada colocada verticalmente ocasionalmente antropomorfa; su principal función era rendir culto al Sol. Fue una de las primeras construcciones de la humanidad.
Son variedades y combinaciones de menhires que algunas veces se asocian a los dólmenes las siguientes:
• ringleras o alineaciones, filas de monolitos en línea recta.
• crómlech, conjunto de menhires formando líneas circulares o elípticas, dobles o triples.
• piedras oscilantes o bamboneables, monolitos situados sobre alguna roca, de tal manera que oscilen al menor empuje y que pueden ser sencillamente naturales.
• túmulos, montículos de tierra y piedras con alguna cavidad interior en la que suele hallarse alguna cista o caja rectangular de piedra que sirve de sepulcro.
La extensión geográfica de dichos monumentos es enorme pues abarca India, Siria, el Cáucaso, Crimea, el litoral septentrional del mar Negro, Bulgaria, norte de África, la península Ibérica, Francia, Gran Bretaña, la parte suroeste de Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica, el norte de Alemania y Argentina. En la cordillera Oriental de Colombia, en el territorio del pueblo U'wa, se pueden encontrar una serie de menhires, considerados sagrados, que simbolizan los pilares que soportan la "casa del mundo"
Un crómlech o crónlech es un monumento megalítico formado por piedras o menhires clavados en el suelo y que adoptan una forma circular o elíptica, cercando un terreno. Está difundido por Gran Bretaña y por la Bretaña francesa, así como en la Península Ibérica, Dinamarca y Suecia.
Cerámica
El carácter distintivo de la cerámica prehistórica en Europa está en su barro que, por lo común es una pasta de color gris, negruzco o rojo ennegrecido sembrada de pequeños fragmentos de mica y más aún en la factura de los cacharros que aparecen como hechos a mano, sin torno y que a menudo conservan huellas e imperfecciones de los dedos. Suelen llevar los productos de este tipo algunos dibujos, siempre de forma geométrica, unas veces pintados y otras, incisos con la uña o el punzón o impresos con molde sencillo.
La cochura, en todo caso imperfecta, se verificaba a fuego libre o se sustituía por el simple endurecimiento del barro al calor solar. Se atribuyen estos productos a la edad neolítica, los más antiguos y otros, de forma más regular, a la del bronce. Entre los primeros, los hay con dibujos (siempre lineales o geométricos), trazados por incisiones hechas en la pasta negruzca y rellenas con otra blanquecina.
Tal es la decoración que ostentan los famosos platos neolíticos de Ciempozuelos (Madrid) imitando a otros igualmente decorados en el Egipto prehistórico y en lo más primitivo de la civilización minoica o cretense, de donde acaso tomaran el modelo los primeros ceramistas hispanos. Las formas comunes son pequeños cuencos, copas caliciformes y vasos a modo de casquetes semiesféricos y cónicos.
Egipto
Arquitectura
Las más grandiosas y monumentales construcciones del mundo antiguo se hallan en Egipto. Entre ellas son dignos de mención las mastabas, las pirámides, los hipogeos y los templos.
La mastaba es la edificación funeraria del antiguo Egipto, con forma troncopiramidal, de base rectangular. Las más suntuosas, como la erigida por el faraón Shepseskaf, llegaron a tener casi veinte metros de altura. Las más antiguas se datan durante las primeras dinastías. Las mastabas se construyeron con adobes (ladrillos de barro), y posteriormente con piedras, generalizándose entre los egipcios más ricos.
Las pirámides de Egipto son, de todos los vestigios que nos legaron los egipcios de la Antigüedad, los más portentosos y emblemáticos monumentos de esta civilización, y en particular, las tres grandes pirámides de Giza, las tumbas o cenotafios de los reyes Keops, Kefrén y Micerino, cuya construcción se remonta, para la gran mayoría de estudiosos, al periodo denominado Imperio Antiguo de Egipto. La Gran Pirámide de Giza, construida por Keops (Jufu), es una de las siete Maravillas del Mundo. La función de la pirámide: contener la «esencia» del rey por toda la eternidad.
No se sabe con certeza cómo se construyeron las pirámides, pues no han perdurado documentos de su época que lo describan. Además, se utilizaron diversos materiales (piedra escuadrada, piedra si tallar, adobe) y variadas técnicas en la construcción de sus núcleos (apilamiento de bloques, muros resistentes conformando espacios rellenos de cascotes, etc.).
Se denomina hipogeo a la galería subterránea, o a los pasajes excavados en laderas rocosas, de carácter funerario. Los hipogeos se conocen ya en la época menfita y tuvieron un gran desarrollo durante el Imperio Nuevo de Egipto, cuando se construyeron tumbas reales en forma de suntuosas mansiones subterráneas, horadando la cordillera de la región de Tebas, en el enclave hoy denominado Valle de los Reyes.
El término templo designa un edificio sagrado. En su origen, designaba la zona del cielo que el augur utilizaba para contemplar qué aves la atravesaban y en qué sentido, estableciendo así los augurios. Muchas religiones, si no todas, tienen edificios que consideran sagrados. Algunos de ellos son clasificados como templos blancos.
Los primeros templos monumentales construidos en piedra fueron los de la civilización del Antiguo Egipto, durante el Imperio Antiguo (2700­2200 a. C.), destacando por su magnificencia el conjunto de templos del Imperio Nuevo en Luxor y Karnak.
En la religión egipcia el templo es la imagen terrestre de la morada celestial, y las estatuas que representaban a los dioses eran consideradas depositarias del Ka del dios, y su situación dentro del templo, la naos. Estos templos, más que lugares de culto, eran considerados moradas del espíritu de la divinidad y por este motivo, sólo el faraón y los sacerdotes podían entrar en las zonas «privadas» del recinto sagrado, permaneciendo la nobleza en los patios aledaños y el pueblo ante los pilonos.
En la época predinástica eran simples capillas de techo arqueado, construidas con elementos vegetales. Durante las primeras dinastías pudieron surgir los primeros templos de adobe.
Pintura
La pintura del Antiguo Egipto fue eminentemente simbólica. La técnica pictórica de los egipcios fue un precedente de la pintura al fresco o témpera, ya que aglutinaban pigmentos naturales, extraídos de tierras de diferentes colores, que mezclaban con clara de huevo y disolvían con agua para poder aplicarlo sobre los muros, revestidos con una capa de tendido "seco" de yeso. Sus procedimientos fueron el fresco, el temple, el encausto y a veces también el esmalte en joyas, amuletos, escarabeos, estatuillas de respondientes y azulejos de revestimiento en muros interiores.
Utilizan colores planos y tienen carácter decorativo, narrando asuntos más mundanos que el relieve como fiestas, cacerías o actuaciones musicales, complementando a la gran estatuaria para conformar un aspecto global de la vida egipcia.
El método para realizar los dibujos, se basaba en la ejecución de líneas guía o cuadrículas, representando la figura humana, según su regla de proporción, en la cual ésta ocupaba dieciocho cuadrículas si estaba de pie, y catorce si estaba sentada, sin contar la peluca o adornos de la cabeza. Durante la dinastía saíta, la proporción cambió, ocupando la figura humana veinticuatro cuadrículas y un cuarto.
La representación de la figura humana se caracterizó por la Ley de Torsión: cabeza, brazos y piernas de perfil; hombros, ojos, vientre y pies de frente. Se destaca la silueta de la figura. Se puede observar también la superposición de figuras y gran colorido, logrando diversos tipos de armonías. Sus pinturas representaban escenas de la vida real. Su carácter es decorativo, ya que es empleada en las paredes de templos, tumbas y palacios.
Escultura
Aunque el concepto de Arte es moderno, es perfectamente utilizable en la arquitectura, escultura, pintura y joyería egipcias, siendo muchas de sus realizaciones auténticas obras de arte y no simples trabajos de artesanía.
Una de las técnicas escultóricas más empleadas por los egipcios era el bajorrelieve, que consiste en confeccionar imágenes o inscripciones en los muros que se consigue remarcando los bordes del dibujo y rebajando el muro, tallando las figuras sobresaliendo ligeramente del "fondo", obteniéndose un efecto tridimensional.
Esta técnica, fue concebida y excesivamente utilizada con maestría en el Antiguo Egipto, donde una vez erigidos los muros y pilonos de los templos, un experto artista, buen conocedor del canon de perfil y las proporciones sacras, procedía a dibujar el perímetro de las figuras y los rasgos principales, incluso los jeroglíficos que describían la escena; una vez rebajado el contorno, y tallado el interior de las figuras, se pintaba todo el conjunto en vivos colores.
La escultura de busto se denomina también exenta. Es aquella que se puede contemplar desde cualquier punto de vista a su alrededor. Si se representa la figura humana se denomina estatua. Si la estatua representa a un personaje divino o está hecha para el culto religioso se llama imagen. En función de la parte del cuerpo representada, su posición u otras características las esculturas de bulto redondo se clasifican en: • Busto: Sólo representa la cabeza. • Torso: Le falta la cabeza, piernas, brazos. • Sedente: Sentada. • Yacente: Tumbada. • Orante: De rodillas. • Ecuestre: A caballo. • Grupo: Lo que su nombre indica. La escultura egipcia constituye un capítulo muy interesante en sus dos facetas: escultura de bulto y de relieve, y en ambas se darán prácticamente las mismas características. Mantienen un carácter de rigidez, hieratismo, son muy estáticas. Esto es una manera de transmitir la permanencia (quieren mantener o fijar la vida). Los materiales más normales son el granito, el basalto y la caliza. También se utilizaba la madera o, si son pequeñas, otros materiales nobles, como el marfil. Para el faraón se utilizarán los materiales más nobles. El tamaño es variable, hay algunas grandes, otras de tamaño natural y otras pequeñas, pero sí se busca una cierta proporción, nunca hay miembros que desentonen, incluso en las estatuas colosales.
Ley de la Frontalidad, o frontalismo, es la denominación del modo peculiar empleado por los antiguos egipcios en sus representaciones escultóricas de la figura humana. Esta Ley se mantuvo constante en las esculturas de reyes y dioses durante unos tres mil años.
Es una de las convenciones del arte del Antiguo Egipto consistente en esculpir la figura del faraón, o los dioses, para ser contemplados preferentemente de frente. Las figuras son muy simétricas, como si se hubieran esculpido respecto de un plano central vertical, siendo las dos partes muy semejantes.
Grecia
Canon o módulo
La Escultura del Clasicismo Griego ha sido considerada durante mucho tiempo como el punto más alto del desarrollo del arte escultórico en la Antigua Grecia. La Canon, un tratado sobre las proporciones del cuerpo humano escrito por Policleto alrededor del 450 a. C., suele tomarse como una primera etapa, y su final está marcado por la conquista macedónica sobre Grecia en el 338 a. C.
El concepto de «canon» hace alusión a las proporciones perfectas o ideales del cuerpo humano y se refiere a las relaciones armónicas entre las distintas partes de una figura. Policleto, en sus obras “Doríforo” y “Diadúmeno” estableció que la altura perfecta de una figura humana era 7 veces la altura de la cabeza. En el siglo siguiente Lisipo cambió el canon a 8 cabezas, con lo que las figuras aparecen más esbeltas, como podemos apreciar en su obra “Apoxyómenos”.
Arquitectura
Existen profundas relaciones entre el culto aqueo y cretense y esas formas de culto fueron la base que generó la religión griega. Existían dos formas de culto conocidas, el culto a la divinidad y el culto a los muertos.
El culto destinado a la divinidad tiene un paso intermedio derivado del culto a los muertos, el culto a los héroes, individuos intermedio, con toda probabilidad estaba vinculado con el mundo micénico, incluso el término hero se deriva de ese idioma. El culto a la divinidad es otra forma de veneración que cobra importancia y fuerza en los momentos que siguieron a la caída del mundo micénico y se enriquecen con nuevas manifestaciones tributadas a los dioses. A los dioses se les rindió culto en muchos lugares, que les fueron consagrados y donde se realizaban ceremonias dedicadas a ellos. Estos lugares fueron de distinto tipo: parajes naturales, algunos resguardados, como las cuevas, otros al aire libre, a veces señalados con muros. Naturalmente existieron edificios, en el ámbito doméstico, como en el palacio de Tirinto, donde había un altar, o en casas particulares.
La Arquitectura en la Antigua Grecia es aquella que se desarrolló en la Grecia de la antigüedad, desde el primer milenio antes de Cristo hasta el siglo II a. C. La arquitectura griega sienta las bases de lo que será la arquitectura del mundo occidental durante siglos. La codificación de la edad arcaica en tres órdenes estéticos conforme a los cuales construyeron los antiguos griegos (dórico, jónico y corintio) se convertiría con el helenismo en un lenguaje compartido por todo el mundo mediterráneo.
Orden dórico
El estilo dórico es el más rudo y se empleaba en exteriores, especialmente de los templos dedicados a los dioses varones.
Entre otros rasgos estilísticos, se caracteriza por un capitel de gran sencillez, formado por collarino, equino y ábaco cuadrado, así como por un friso en el que se alternan metopas y triglifos. Las columnas son esbeltas y carecen de basa. El estilo dórico era más formal y austero.
Se cree que tuvo su origen en las construcciones en madera, cuyas formas pasan a la piedra. Así, los triglifos responderían a las cabezas de las vigas transversales en las construcciones de madera.
El estilo dórico se usaba en la Grecia continental y de allí se difundió por las colonias griegas en Italia. La mayor parte de los templos que se conservan de época griega pertenecen a este estilo: el de Hera en Olimpia (600 a. C.), el de Apolo en Corinto (540 a. C.), los de Paestum (siglo VI a. C.), el de Apolo en Delfos (520­500 a. C.) y el Hefestión y los Propileos (437­432 a. C.) en Atenas. Se considera que el estilo culmina con el Partenón de Atenas (447­438 a. C.), templo octástilo y períptero. En su construcción participaron el arquitecto Ictino y su ayudante Calícrates. Destaca la decoración de sus frontones y del friso, obra de Fidias. Una explosión del año 1687 destruyó en parte este templo.
Orden jónico
El estilo jónico se empleaba en interiores o en exteriores de templos dedicados a divinidades femeninas. Resultaba elegante y refinado frente al dórico, por lo que se asociaba a con la gracia y delicadeza de lo femenino. Era más relajado y decorativo que el dórico.
Este segundo estilo clásico se relaciona con la otra raíz del arte griego, la jonia, en relación con Asia Menor. Se usó en las ciudades de Jonia (hoy costa occidental de Turquía) y algunas islas del Egeo.
El rasgo más representativo de este estilo es el capitel con dos volutas o espirales encuadrando el equino. Del entablamento destaca el hecho de que el arquitrabe, que se muestra usualmente descompuesto en tres fajas horizontales, llamadas platabandas y que el friso sea una banda continua, sin metopas ni triglifos. Las columnas son más esbeltas y ocasionalmente son sustituidas por estatuas de muchachas llamadas cariátides, como ocurre en el Erecteión.
Al orden jónico pertenecen dos templos construidos en la Acrópolis de Atenas: el de Atenea Niké (427­424 a. C.) y el Erecteión. El Erecteión es un triple templo, con las cariátides jónicas. Algunos de los edificios helenísticos mejor conservados, como la Biblioteca de Celso, pueden verse en Turquía, en ciudades como Éfeso (templo de Artemisa) y Pérgamo.
Orden corintio
Al igual que el estilo jónico, el corintio se empleaba en interiores o en exteriores de templos dedicados a divinidades femeninas. El estilo corintio, más ornamentado, fue un desarrollo tardío del jónico en el siglo V a. C.
Es el más ornamentado o recargado. Destaca como rasgo estilístico el capitel en forma de campana invertida o cesta, en cuya parte inferior hay una doble fila de hojas de acanto, de las cuales surgen unos caulículos o tallitos que se enroscan en las cuatro esquinas y en los centros.
Entre los templos de este orden, destaca el de Zeus Olímpico en Atenas (174 a. C.). También cabe mencionar la Linterna de Lisícrates en Atenas, monumento conmemorativo que fue encargado por el poeta Lisícrates para exponer el trofeo obtenido en un certamen de teatro
Escultura
Las primeras esculturas griegas (siglo IX a. C.) fueron pequeñas figuras humanas hechas en materiales muy maleables tales como la arcilla, el marfil o la cera. No fue hasta el período arcaico (siglos VII y VI a. C.) que los griegos comenzaron a trabajar la piedra. Los motivos más comunes de las primeras obras eran sencillas estatuas de muchachos y muchachas. De formas lisas y redondeadas, estas figuras plasmaban en la piedra una belleza ideal.
Las esculturas de bulto redondo compartieron la solidez y la característica posición frontal de los modelos orientales, pero, como podemos comprobar en la Dama de Auxerre y en el torso femenino encontrado en el santuario de Hera en Samos, sus formas son más dinámicas que las de la escultura egipcia. Las esculturas masculinas y femeninas, a partir aproximadamente del año 575 a.C., reflejan en sus rostros la denominada sonrisa arcaica. Aunque esta expresión no parece obedecer a razones específicas en las figuras o situaciones en las que aparece reproducida, quizás fue empleada por los griegos como un artificio que proporcionaba a las figuras un rasgo humano distintivo.
Los relieves, que se desarrollaron con posterioridad a la escultura exenta o de bulto redondo, representan por lo general figuras en movimiento.
El estilo arcaico está caracterizado por la representación de los jóvenes atletas vencedores en los juegos. Se trata de figuras rígidas que con el paso del tiempo alcanzan mayor dinamismo. Lo que prima en estas obras es la perfecta proporción basada en la simetría. El objetivo que se persigue es la perfección del cuerpo humano y la expresión del rostro. Estas esculturas siguen el principio de la llamada ley de la frontalidad, conservando los brazos pegados al cuerpo y rígidos, avanzando habitualmente la pierna izquierda.
En el estilo clásico, siglos V y IV a. C., la estatuaria griega fue tomando un carácter propio y abandonó definitivamente los primitivos patrones orientales. Gracias al estudio de las proporciones se pudo copiar fielmente la anatomía humana y los rostros ganaron definitivamente en expresividad y realismo. En este período se introdujo el concepto de contrapposto. Se trataba de una posición por la cual la escultura se apoyaba totalmente sobre una pierna, dejando la otra libre.
Con Fidias culminan los esfuerzos hacia la conquista de la belleza, consiguiendo las figuras más equilibradas y perfectas.
La escultura de la Antigua Grecia alcanzó el ideal de la belleza artística hasta donde pudo llegar por si solo el ingenio humano. Cultivó el arte de la Antigua Grecia todos los géneros de escultura, adoptando con predilección el mármol y el bronce como material escultórico y tomando como asuntos principales los mitológicos y los guerreros a los cuales añadió en su última época el retrato de personajes históricos.
Suele dividirse la escultura griega en cuatro periodos históricos bien delimitados a los cuales precede el protohistórico o minoico y micénico. Los cuatro períodos arqueológicos que tras un prolongado silencio artístico siguieron al micénico se distinguen del siguiente modo:
1. El período de formación, desde aproximadamente el 620 a. C. al 540 a. C.
2. El período arcaico, desde el 540 a. C. al 460 a. C.
3. El período de perfección o clásico, hasta finales del siglo IV a. C.
4. El período de difusión, que algunos llaman de decadencia, después de Alejandro Magno hasta la conquista de Grecia por roma, de 323 a. C. a 146 a. C.
Cerámica
La cerámica tuvo entre los griegos gran importancia. Fue muy rica y variada en sus formas y perfecta en sus acabados. Se caracterizó especialmente por la estilización y la expresión de las figuras. Durante el periodo arcaico se mostraba cerámica de figuras en negras sobre fondo rojo. En el periodo clásico predominan las figuras rojas sobre fondo negro brillante.
Estilo minoico
Poco después del 2000 a. C. aparece a lo largo de toda Grecia un estilo de cerámica sorprendente que se distingue por la superficie barnizada en un gris mate de alta calidad. Parece que la introdujeron los indoeuropeos durante su invasión.
Estilo micénico
Al principio de la época micénica, 1600 a. C., la cerámica que aparece está animada con nuevos motivos de elementos tomados de la naturaleza. Estaba influida fuertemente por los estilos de la Creta minoica. lo más destacado son las jarras de estilo de palacio, jarras de almacenamiento muy elegantes decoradas con llamativos motivos florales y marinos.
Estilo submicénico
Después del 1200 a. C. y de la caída de la civilización micénica, el estilo de la cerámica submicénica se empobreció, y se simplificó y estilizó el diseño naturalista. Se caracteriza por el uso de bandas de decoración en meandros o en zigzag. Posteriormente se introdujeron escenas altamente estilizadas que, de manera abstracta, retrataban figuras humanas.
Estilo protogeométrico
Los vasos del periodo protogeométrico (c. 1050 a. C.­900 a. C.) constituyen el testimonio artístico esencial del principio de la Edad Oscura. Los vasos eran decorados con motivos barnizados de color negro brillante, descendiente de la Edad del Bronce. A veces retoman motivos micénicos (líneas ondulantes trazadas a mano, pero los nuevos motivos (semicírculos, círculos concéntricos) eran diseñados con sumo cuidado, con compás o con peine. La decoración era simple y se adaptaba a la forma del vaso subrayando las formas con anchos trazos horizontales o con bandas negras.
Estilo geométrico
El arte geométrico floreció en los siglos IX y VIII a. C. Se caracteriza por nuevos motivos, rompiendo con la iconografía minoica y micénica: meandros, triángulos y otras figuras geométricas.
Estilo orientalizante
A finales del siglo VIII a. C. se desarrolló un estilo denominado orientalizante, resultado de la renovación de los contactos con Oriente y de la influencia de su arte. El estilo orientalizante se despliega principalmente en Corinto desde 725 a alrededor de 625 a. C.. Corinto se convirtió en un importante productor de cerámica fina y en la primera ciudad exportadora a todo lo largo del mundo griego.
Estilo de figuras negras El estilo de figuras negras fue inventado en Corinto en el siglo VII a. C. Los vasos áticos de figuras negras se fabricaron primero bajo la influencia corintia desde circa 620 a. C., y fue llevado a su apogeo por los atenienses entre el 570 y el 525 a. C., alcanzando su mayor grado de perfección.
Estilo de figuras rojas
El estilo de figuras rojas apareció en Atenas hacia 530­520 a. C. Se convirtió rápidamente en la «punta de lanza» de la producción ática, que le permitió imponerse como la única gran escuela del periodo clásico. consistía en una inversión de la figura negra: el fondo era pintado de negro y las figuras tenían el color de la arcilla. Los detalles eran pintados y nunca incisos.
Roma
Arquitectura
La arquitectura de la Antigua Roma es probablemente uno de los testimonios más significativos de la civilización romana. Se caracteriza por lo grandioso de las edificaciones, y su solidez que ha permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días.
La religiosidad romana, al igual que la griega, estaba basada en una compleja mitología jerarquizada, llena de divinidades (muchas de ellas provenientes del Olimpo griego) y de las sociedades orientales conquistadas. Este hecho favoreció el sincretismo religioso, rasgo distintivo de a civilización romana hasta la conversión del estado romano al cristianismo. Además era una religiosidad doméstica, con dioses familiares (manes, lares y penates) a los que se ofrecían gestos de respeto, dones y plegarias. El mismo emperador, como Pontifex Máximus, ejercía de intermediario entre el Estado y los dioses.
La arquitectura romana adaptó los tres órdenes griegos y el llamado etrusco modificándolos y añadiéndoles otra forma de capitel que se definió por los arquitectos renacentistas con el nombre de orden compuesto. De esta suerte, se cuentan cinco órdenes, a saber:
• el orden toscano o etrusco que permanece básicamente igual.
• el orden dórico romano que eleva su columna a dieciséis módulos, adorna su collarino o garganta, añade un talón al ábaco, tiene el astrágalo en forma de junquillo que rodea al fuste y debajo de la corona de la cornisa lleva dentículos o mútulos. Esta última diferencia le constituye respectivamente en las variantes de dórico denticular y dórico modillonar, según los arquitectos del renacimiento.
• el orden jónico romano, que adorna más su capitel que el griego, reduce la magnitud de sus volutas, suprime en ocasiones el astrágalo y eleva la altura del fuste.
• el orden corintio romano, se ostenta más florido aún que el griego y en él abunda, sobre todo, la hoja de acanto. De ésta, lleva dos o tres series el capitel, dobladas hacia adelante y además de los dentículos admite series de modillones adornados para sostener la cornisa.
• el orden compuesto, que llegó a ser el predilecto de los romanos no difiere del corintio sino en engarzarse más los adornos y en alguna modificación accidental del capitel: éste se constituye por hojas de acanto sin calículos y con cuatro volutas que salen por encima del cuarto de bocel de modo que parece compuesto de jónico y corintio.
Los romanos recibieron diferentes tipologías que modificaron o adaptaron a sus gustos o necesidades, desarrollando algunas gracias a nuevas técnicas. Entre estas podemos señalar la domus, el templo, el teatro y los monumentos funerarios. Además desarrollaron otras nuevas como:
• Basílicas. Eran palacios de justicia y también lonjas, las cuales tenían planta rectangular con su pronaos o pórtico, sus naves (centrales y laterales) para el público, su transeptum o chalcidicum para los abogados su absis o exedra par el tribunal, sus entradas principales y laterales y sus tribunas o galerías, sobre las naves laterales, con vistas a la central.
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Arcos triunfales. Se dedicaban a honra de algún vencedor glorioso y se derribaban luego de haber pasado él en triunfo haciéndose permanentes los construidos durante el Imperio. También se elevaban estos monumentos lo mismo que las columnas u obeliscos en conmemoración de otros hechos gloriosos.
Termas o edificios de baños para el servicio público.
Anfiteatros, no conocidos por los griegos. Eran de planta circular o elíptica.
Circos. Servían para las carreras de carros como los griegos hipódromos pero tenían una espina o muro coronado de estatuas a lo largo de la línea media.
Naumaquias. Eran anfiteatros cuyo fondo se llenaba de agua para representar combates navales.
Puentes y Acueductos.
Calzadas. Bien fundadas y sólidamente empedradas (ya con anchas losas, ya con menudos cantos) que partiendo de Roma llegaban hasta los extremos del Imperio con sus márgines o aceras algo elevadas, sus columnas miliarias para señalar las millas (los miles de pasos), sus puentes, etc.
Foros.
Teatro. Puede ser de grandes dimensiones, dividido en varias partes: la grada o cavea, la orchestra de forma circular donde el coro danza, la escena donde tienen lugar las representaciones y el fondo de escenario.
Escultura
La escultura en la Antigua Roma, lo mismo que la arquitectura, es original en el espíritu de su finalidad, pero en ella pesan mucho las aportaciones formales etruscas y griegas (helenísticas), siendo de hecho buena parte de la producción escultórica romana copia de originales griegos.
El relieve consistía en esculpir formas tridimensionales poco profundas sobre superficies planas. Se usaban en trabajos arquitectónicos como columnas, arcos y templos. Un ejemplo de este tipo de escultura sería el Ara Pacis (‘Altar de la Paz’), construido en torno a 13–9 a. C. El Ara Pacis era un monumento a la Pax Romana (‘Paz Romana’), 200 años de paz y prosperidad propiciados por el emperador Augusto.
En la estatuaria de bulto redondo utilizaron los mismos materiales pétreos, aunque se hicieron también gran cantidad de estatuas en bronce o incluso en oro y plata. Se conservan relativamente pocas estatuas en bronce y casi ninguna en oro o plata, ya que muchas de ellas se fundieron en la edad media y periodos posteriores.
También se realizaron estatuas de dioses, héroes y seres humanos en una amplia variedad de contextos. Cada templo tuvo su estatua de culto. Las imágenes en mármol y bronce de dioses y héroes, originales romanos o copias de las antiguas estatuas griegas, fueron comunes no sólo en los lugares públicos como las termas, sino en los atrios, jardines y estanques de viviendas privadas.
Pintura
Dentro de la Península italiana, en la región de Campania se situaban las ciudades romanas de Pompeya y Herculano que fueron destruidas por una erupción del Vesubio durante el reinado del emperador Tito.
Las pinturas murales de las ciudades resurrectas arqueológicamente, como Herculano y Pompeya, hablan de una técnica cuidadosa y de un gran refinamiento artístico, aunque parte de sus obras son simples reproducciones de cuadros famosos. También aplicaron en pintura la técnica del retrato; algunos de ellos ofrecen soluciones tan atrevidas que nos hacen pensar en los impresionistas modernos.
Los frescos de Pompeya y Herculano han sido los mejores documentos para estudiar la pintura romana. Gracias a ellos, se pudieron definir los diferentes estilos de cada periodo, que revelan la evolución de las técnicas pictóricas y la moda.
Mosaico
El mosaico era la decoración lograda por medio de pequeñas piezas de piedra, terracota o vidrio (las teselas), con las que se formaban decoraciones de motivos geométricos o figurados. Se utilizaban para la decoración de los suelos, aunque en algunos casos, en viviendas de extrema riqueza, aparece en las paredes.
Los motivos decorativos son muy variados. Suelen tener una greca en el borde que enmarca el motivo principal que suele estar en el centro, éste es el emblema. Encontramos varios tipos, dependiendo del tamaño de las teselas:
Opus Sectile
­ El más rudimentario, imita labores de mármoles o piedra mediante grandes piezas, fragmentos de distinto tamaño de mármol que se acoplan formando un dibujo de tema figurativo o composiciones geométricas (círculos, cuadrados, formando diferentes composiciones). Opus Tesellatum
­ Cuando el tamaño de las teselas es superior a 1 cm. Mediante estas pequeñas tesellas, se forman escenas, desarrollando verdaderas composiciones pictóricas.
Opus Vermiculatum
­ Cuando el tamaño de las teselas es inferior a 1 cm. El mosaico se concibe en este caso como una simple imitación de la pintura, buscándose un acercamiento a los efectos que consigue el pintor con su pincel. Para ello se utilizan cubos sumamente reducidos (de unos pocos milímetros de arista) y se buscan las máximas gradaciones de color.
El lugar de fabricación era un taller especial. Allí lo primero que se hacía era diseñar el cuadro. Después de haber diseñado el cuadro se hacía una división de acuerdo con el colorido. Se sacaba a continuación una plantilla en papiro o en tela de cada una de esas parcelas divididas y sobre dicha plantilla se iban colocando las teselas siguiendo el modelo escogido con anterioridad. Las teselas se colocaban invertidas, es decir la cara buena que luego se vería tenía que estar pegada a la plantilla. Cuando este trabajo estaba terminado, los expertos lo transportaban in situ para que el artista concluyera allí su obra.
Prehistoria
Escultura
Materiales
Temática
Proporciones
Venus de Willendorf
Piedra caliza
Hace referencia a la fertilidad
11,1 cm. de alto y 15 cm. de ancho
Egipto
Nefertiti
Piedra caliza cubierta por capas de estuco
Religiosa
Grecia
Roma
Nacimiento de Afrodita
Rómulo y Remo
Mármol griego
Bronce
Mitología griega
Mitología romana
1,02 mts. de alto y 1,44 mts. de ancho
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