UN DIA EN EL SEÑOR - Ministerio Palabra de Inspiración

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UN DIA EN LA PRESENCIA DE EL SEÑOR
TEXTO: 2 Pedro 3: 8-14
PREDICADOR: Samuel David Mejía.
En 2 Pedro 3; 8 dice: “mas oh amados no ignoréis esto: que
para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un
día”. En el Salmo 84; 10 la Palabra de Dios dice: “porque mejor
es un día en tus atrios, que mil fuera de ellos.” Y hay
expresiones como estas en la Palabra, que nos hacen entender la
bendición tan grande que es el estar con el Señor, y también la
manera como el Señor ve las cosas tan diferentes a como
nosotros las vemos. Los seres humanos estamos mirando,
contando y haciendo nuestros propios presupuestos, mientras
que el Señor ya hace rato hizo los de Él, por eso en el libro de
Santiago dice que no digamos mañana iré y compraré, venderé,
volveré, comerciaré, sino que digamos mas bien, si el Señor
quiere mañana iré y comerciaré, haré este negocio y si el Señor
no quiere, pues no puedo hacer nada. Que quiere decir esto; que
en la presencia del Señor las cosas son muy diferentes a como las
consideramos nosotros y el Señor mira la historia que nosotros
los seres humanos ya hemos pasado y lo que enfrentamos
nosotros como futuro y lo que es nuestro presente está todo
bien claro y planificado en la presencia del Señor, que Él hizo
un arreglo, un plan, Él en otras palabras hizo un bosquejo de lo
que es nuestra vida aquí, diseñó todo perfectamente, así que
nada de lo que sucede es casualidad, sino que todo está
divinamente preparado con anticipación. Y lo vemos en este
capitulo es una enseñanza, una exhortación, a que abramos los
ojos para que podamos ver que el Señor es real en su promesa de
que el volverá y por eso nos hace aquella aclaración: “para con
el Señor un día es como mil años y mil años como un día”.
Nosotros contamos la historia con miles de años, la gente ya
esta poniendo en la radio, en los periódicos, en los noticieros, las
revistas y todas las cosas el número de días que faltan para el fin
de año. A veces uno pone las noticias en la radio o en la
televisión; ahí entonces dicen: «faltan tantos días para el fin de
año», al día siguiente: «faltan tantos días para el fin del año» y
al día siguiente vuelve y dicen: «faltan tantos días» y la gente
está en tanta expectativa porque se cuenta en miles de años y
vamos a cumplir miles de años, más de 2000 años después de
Cristo.
Como la historia se cuenta en miles de años y la gente ya esta
haciendo planes para el año 2010, 2020, 2030…etc. La gente ya
esta haciendo sus planes aunque suene raro. De todas maneras la
historia se mide de esa manera; con miles de años y cuando la
historia comienza a medirse en miles de años, comienza a entrar
en el corazón de las personas una cierta incredulidad, como
acomodarse a la forma filosófica del mundo de decir: «Bueno es
que han pasado miles de años y el Señor no ha venido y tal vez
nunca venga», así piensan algunos, «tal vez eso fue una utopía»,
otros dirán: «tal vez eso fue meramente una ilustración». Pero
sabe lo que Dios dice acerca de esto; en la Palabra que hemos
leído dice: “Yo quiero que tengáis memoria de las palabras que
antes han sido dichas por
los santos
profetas y del
mandamiento del Señor y Salvador, dado por nuestros
apóstoles”, y mire como trata a estas personas, dice: “sabiendo
primero esto que, en los postreros tiempos vendrán burladores,
andando según su propia concupiscencias y diciendo ¿donde
esta la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en
que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así
desde el principio de la creación.” Si uno se pone a razonar y a
filosofar se le tuerce la mente y se le va detrás de los
pensamientos humanistas, porque usted sabe que la gente no esta
pensando de acuerdo a lo que Dios piensa, en la mente humana
las cosas van muy lejos. El Señor dice en su Palabra: “Mis
pensamientos no son los de ustedes, como son mas altos los
cielos que la tierra así son mas altos mis pensamientos que sus
pensamiento, y mis caminos son más altos que sus caminos.”
La gente anda pensando de una forma filosófica y quiere
explicarlo todo con filosofía, pero el Señor nos dice que
huyamos de esas huecas sutilezas y vanas filosofías.
La Palabra nos habla que las personas que piensan así acerca de
la venida del Señor, realmente son burladoras y usted sabe que
esa parte se ha vuelto una gran lucha en el corazón de mucha
gente. El que no le sirve a Dios hoy con el corazón, sino solo
con una pequeña convicción, que no le sirve a Dios de verdad
hoy (aún dentro de la iglesia), esta comenzando a pensar de
una manera diferente y algunos hasta dicen: «bueno, yo creo
que, tal vez es que esa palabra tiene alguna interpretación
diferente, tal vez era que el Señor iba a venir al corazón de cada
uno de los que creyeran, pero no, parece que ya no va a venir».
Y algunos definitivamente dicen que el Señor no va a venir y
están en algunas iglesias, sus mente se le comienza a acomodar
a las cosas de acá y comienza a perder la visión de las cosas de
Dios y como dice la Palabra se le baja la vista de lo espiritual,
de lo eterno que esta allá arriba y comienza a ponerlo en las
cosas que están aquí abajo, y las cosas mirándolas desde aquí
abajo se ven muy diferentes, nosotros no podemos mirar desde
aquí abajo, nosotros tenemos que mirar desde allá arriba. ¿Cómo
dice la Palabra de Dios? “Puestos los ojos en Jesús”, no dice
puestos los ojos en las cosas de aquí, puestos los ojos en Jesús y
también dice puestos los ojos en las cosas de arriba y el Señor
dice que nos ha sentado en lugares celestiales, allá, juntamente
con Cristo. ¿Por qué? Porque para poder mirar las cosas de
acuerdo a como Dios quiere no podemos mirarlas desde el punto
de vista de las demás personas, la iglesia no puede mirar las
cosas desde el punto de vista de los demás, porque si uno
comienza a mirar desde el punto de vista de los demás se pierde
las bendiciones que el Señor tiene para uno, porque ya no
andaría por fe, ya no viviría por fe, ya estaría pensando, ya
estaría viviendo de acuerdo a su propio pensamiento y la
Palabra del Señor nos habla de una cosa muy diferente.
Lamentablemente muchas personas han perdido bendiciones
extraordinarias y hasta han flaqueado en la fe; cuando han
dejado de mirar las cosas de arriba y han comenzado a mirar las
cosas de aquí abajo y se comienzan a burlar de las cosas de Dios
sin darse cuenta y puede resultar una persona conocedora del
evangelio, burlándose del evangelio, puede pensar que el
evangelio es juego, pero lo que Dios nos invita es a tener una
entrega total.
Hoy en día nosotros a pesar de los adelantos, de la época
moderna tenemos que mirar que nuestra vida sea cada día más
acorde a lo que el Señor quiere, porque es así que nosotros
podemos ver las cosas de Dios como son.
Hoy en día me da un poquito de tristeza cuando oigo los
problemas que se levantan entre cristianos, sobre todo cristianos
que tiene bastante tiempo en las cosas del Señor; cristianos ya
añejos. A veces pasa que un cristiano le debe a otros 50000
pesos y él que los debe no tiene para pagar y al que le debe va y
le pone un denuncio y uno lo escucha diciendo: «mire yo
denuncio a ese pícaro que dice que es evangélico, yo también
soy, pero ese no y quiero decirle señor juez que lo traiga de la
lengua y lo haga pagar, le cobre todos los intereses que quiera y
que lo haga saber quien soy yo». A uno le da tristeza; primero le
da a uno tristeza que un creyente a veces no dependa de Dios y
tenga que estar pidiéndole prestado a otros y segundo le da a uno
tristeza que con el que prestó un poco de dinero, tenga la cara tan
limpia de ir a donde el juez a hundir a su hermano, y le dicen al
juez: «mire Señor juez yo se que el tiene un equipo de sonido
nuevo, remáteselo», y es supuestamente su hermano y hoy día
se oyen testimonios acerca de esas cuestiones, de problemas
entre hermanos por dinero y he estado escuchando y he estado
haciendo visitas y uno va donde la gente y le cuentan unas
historias, le dicen a uno unas cosas. Que triste, la gente así pierde
la visión, tiene la razón de no creer que el Señor vaya a venir,
porque si cree que el Señor va a venir, sabe que el Señor no le va
a aprobar lo que esta haciendo; si un hermano presta dinero pues
se supone que lo pague y que lo pague bien, que lo pague al día
y mejor aún que cuando da su palabra que cumpla lo que
prometió, pero si a alguien le fue concedido un préstamo y queda
como la viuda aquella y lo único que le queda son sus dos hijos,
como puede tener la otra persona el descaro de tomarle sus dos
hijos por esclavos para pagarse la deuda, si me entiende lo que
quiero decir de un ejemplo simbólico.
Yo oí de un caso que me quede pasmado; el hombre se me
acerca y me dice: «hermano no soy capaz de vivir más, no soy
capaz de pagar mis deudas, no soy capaz de pagar mis intereses,
no soy capaz de nada» y le dije: « ¿cual es su problema?»,
«hermano es que yo hice un préstamo, pero me están
ahorcando», y le dije: « ¿donde esta el prestamista?» Y me dijo:
«es una hermana de la iglesia», le dije: «esta bien hermano que
es lo que le pasa» «hermano que me presto un millón de pesos y
ella me cobra intereses», «pues págueselos», «no alcanzo a
pagarle los intereses», ¿cuanto le tiene que pagar? «Trescientos
mil pesos mensuales» yo le dije: « ¿Dónde esta la hermanita?,
búsquenla», «no esta aquí», y le digo: ¡Padre celestial! hagan una
comisión de pastores y compañeros que vayan y la busquen y le
hablen y le hagan entender que le esta sacando la lengua, los ojos
y todo lo de esa persona y que en el cielo, si todavía no se le ha
borrando el nombre, ya se le están borrando las primeras letras.
Es tan triste estas condiciones, y como hoy en día todo se mueve
sobre dinero, porque esta es la época del dinero en donde el que
no tiene dinero lo ve griego a menos de que tenga fe, el único
que no tenga dinero y le vaya bien es el que tenga fe, como el
profeta Elías no tenia dinero pero creía y Dios le mandaba el pan
y la carne, porque de resto olvídese, es difícil la situación.
Entonces, la gente se ve acosada y todo el mundo se le da por
andar en préstamos y el banco central hipotecario, y el banco
Santander, y el banco de Bogotá y el banco tal y el banco tal y
aquí este prestamito y allí el otro prestamito y esas persona vive
empeñada, porque dice la Palabra de Dios que el que toma
prestado es siervo del prestamista, quiera o no quiera le toca y si
el prestamista lo agarra y le dice: «venga para acá, págueme» y
no puede decir que no, porque sabe que si le prestaron y tiene
que pagar.
El problema es que muchos cristianos a veces nos dejamos
envolver por el medio en que vivimos y se empiezan a presentar
ciertos detalles
que van apocando la vida espiritual de la
persona, que van dañando la vida espiritual de la persona.
Si yo tengo un problema con mi hermana, que la hermana me
debe cincuenta mil pesos y yo veo que mi hermana tiene los
zapatos rotos, no me puede pagar los cincuenta mil pesos y yo
estoy gordo y tengo dos pares de zapatos, si ya vi que no pudo,
dejarla, que voy a hacer, son cincuenta mil pesos, a mi no me
metieron la mano al bolsillo, yo se los preste, son cincuenta mil
pesos y ella tiene los zapatos rotos, cómo le voy a quitar lo
último que le queda de la suelas. Yo no estoy diciendo que el que
debe no pague, estoy diciendo que frente a unas circunstancias
uno no debe ser una persona totalmente opuesta a lo que Dios
dice en su Palabra, porque lo que el Señor dice en su Palabra es
muy diferente de lo que muchas veces practicamos nosotros. Yo
a veces he hecho préstamos pequeños, porque uno no tiene gran
solvencia, a alguna persona; por hay diez mil pesos, veinte mil
pesos, treinta mil pesos, cosas que no valen la pena, uno se los
presta, si la persona tiene con que pagar es muy bueno que se lo
paguen a uno, pero a veces hay personas que han venido y me
han dicho: «que pena yo si le quiero pagar, pero usted sabe…», y
verdad uno sabe que están trabajando y quieren, pero si le
pagaran a uno los treinta mil pesos no pagarían el arriendo de
donde viven y yo le he dicho si algún día puede me los paga y
sino olvídese, tómelo como una ofrenda, porque de todas
maneras la persona ya uno la ve que no puede, que no es capaz
de pagar, para que le va a dejar la carga ahí encima. Pero si no le
quiere decir que lo tome como una ofrenda, póngale un año de
plazo, dígale le doy un año de plazo para que me pague los
treinta mil pesos, pero no lo manden al juez, no lo manden al
abogado, no le quiten los zapatos rotos que tiene, lo van a dejar
totalmente descalzo, la Palabra de Dios dice que estas cosas son
así, como no podemos nosotros vivir en una piadosa y santa
manera de vivir, sabiendo que el Señor ya viene, sabiendo que
ya está a la puerta, como no podemos vivir bien, como no
podemos vivir mejor, como no podemos ser mas conformes a la
voluntad del Señor para nosotros.
Lamentablemente la vida se va poniendo más difícil y el
creyente se va acomodando a la forma de pensar de los demás y
se va olvidando lo que Dios dice. Nosotros tenemos que
recapacitar en lo que nos dice aquí la Palabra de Dios: “pero los
cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la
misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y
de la perdición de los impíos”. La Palabra de Dios todavía sigue
diciendo que abra un momento de juicio y nosotros no debemos
estar en ese juicio y además dice: “El Señor no retarda su
promesa.” Porque algunos comenzamos a vivir mal pensando
que el Señor se va a demorar mucho y comenzamos a hacer y
deshacer. A uno de pastor si que le llegan historias tristes y eso
le hace a uno recapacitar para poder enseñar y decir: «hermanos
por favor, los hijos del Señor no debemos ser apegados a este
mundo, ni a las posesiones de este mundo».
Que triste, que hoy día los creyentes estén apegados a un pedazo
de ladrillo, a un poquito de papel que le llamamos dinero y por
eso somos capaces de hacer desastres y desviar nuestras vidas
del camino del Señor. La Palabra del Señor dice: “un árbol malo
no puede dar frutos buenos y un árbol bueno puede dar frutos
malos”. Si el árbol es malo no puede dar frutos buenos o sea,
que si no da frutos buenos es por que el árbol es malo. Cómo es
posible que uno vaya a decir que un árbol que da mísperos ya
podridos, con gusanos es un árbol bueno, que los mísperos son
los que son malos, el míspero, la fruta que ya salio con gusanos
es porque el árbol es malo, jamás producirá una fruta que este
buena, siempre saldrán con gusanos, porque el problema viene
desde el árbol.
Pero si nuestros frutos no son buenos el gusano lo llevamos por
dentro nosotros. Si nosotros queremos ser fieles a Dios,
seámoslo en verdad, y sepamos que de todas maneras que esta
tierra esta esperando un juicio, y que tenemos que ponernos al
día continuamente con el Señor, siempre estar al día, con
nuestros hermanos siempre estar al día, en todo siempre estar al
día. Esto no es una religión, es el camino del Señor santo, puro.
Otra cosa triste es que hayan cristianos que cuando tratan con
una persona inmadura, le arman un problema, empiezan a pelear,
uno de los dos debería ser lo suficientemente humilde para
llevar el agravio dice la Palabra, porque no lleváis el agravio dice
la Palabra. Se agarran como perros y gatos, y se dicen:
«agradezca que soy cristiano porque donde usted me hubiera
agarrado con este sonsonete cuando yo era inconverso, mire, le
aseguro que no quedaba ni para el desayuno» y le prometen
cincuenta mil cosas. Sabe lo que le esta queriendo decir, que
todavía le provoca hacerlo, si no le provocara hacerlo no se lo
decía, porque no sufrir el agravio, a veces es doloroso tener que
bajar la cabeza y sufrir el agravio, pero es mejor. El creyente
tiene que ser de verdad, el creyente no puede ser un creyente de
mentira. Es muy fácil predicar, pero hay que vivir lo que se
predica, es muy fácil decir nuestro comportamiento tiene que ir
acorde con lo que nosotros decimos, pero tenemos que
demostrarlo con hechos.
La palabra de Dios sigue diciendo aquí: “pero el día del Señor
vendrá como ladrón en la noche”, y de eso no nos podemos
olvidar, el día que más tranquilos estemos por ahí, contando más
billetes de veinte mil, con el estómago más lleno y estemos por
allá bien y cuente la plata y todo y olvidados del Señor, ese
momento puede llegar el Señor y tomarlo a uno, que cómo dijo
un predicador “Algunos entraremos raspando”, a algunos dijo
alguien “lo salvara la campana”. Y a algunos de nosotros si no
nos arreglamos nos pasara igual. Si no apreciamos lo que el
Señor nos ha dado, seguiremos viviendo sin una vida sin gracia,
pero nosotros debemos reconocer que le día del Señor vendrá
como ladrón en la noche y la iglesia debe estar pendiente de eso,
el hermano tiene que estar pendiente de eso, la hermana debe
estar pendiente de eso y todo los días hay que decirlo: Señor
gracias, si tu vienes ahora Señor, y hay que recordarlo. El día del
Señor vendrá como ladrón en la noche y a veces estamos tan
enredados con nosotros mismos y en nuestra propia vida y con
las cosas de esta mundo y a veces enredados haciendo algo mal
hecho y a veces cunado estamos haciendo lo malo, no caemos en
cuenta que en ese momento puede el Señor venir. Ahora que
estoy peleando con mi hermano y diciéndole sepulcro
blanqueado, en este momento podría venir el Señor, en ese
mismo momento cuando uno está diciendo: «hoy no voy a ir a la
iglesia estoy muy cansado, para que tanto fanatismo, eso hoy me
quedo, imagínese el domingo hubo culto en la mañana y en la
tarde, el lunes también, el miércoles también, el jueves hay
ayuno, el viernes también hay culto, el sábado reunión de
jóvenes, el domingo otra vez culto. Yo cuando voy a ir allá». Y
preciso a uno se le olvida en ese momento que uno esta hablando
esas tonterías, esas no son palabras sabias, son palabras torpes,
porque cuando usted se vaya con el Señor donde va a estar, en la
presencia del Señor y si no, no vaya. El Señor dijo: “para que
donde yo estoy vosotros estéis”. Si a usted no le gusta estar en la
presencia del Señor, ¿para que quiere ir al cielo? Ojo, que hay
gente que le aburren los cultos, hay gente que le aburre venir a la
Casa del Señor, pero cuando vaya a la presencia del Señor ¿para
donde va a coger?, si es que es salvo, si es que entra allá, ¿para
donde se va a ir? ¿Se va a ir para Marte? Va a hacer una cuartito
aparte para no estar en la presencia del Señor.
Tenemos que recapacitar, está bien, somos de carne y hueso, y
puede ser que arrodillarnos todo el día nos canse, pero si hoy
hubo culto y hoy me gocé y mañana hay otra vez que bendición
que mañana también me pueda gozar.
Entonces el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, no se
le olvide que para el Señor un día son como mil años y el tema
es “Un día el la presencia del Señor”, y que es lo que quiere
decir esto, que lo que a nosotros nos parece una eternidad, para
el Señor no lo es.
La Palabra de Dios sigue diciendo: “puesto que todas estas
cosas han de ser desechas, como no debéis vosotros andar en
santa y piadosa manera de vivir.” Sabia usted que esto que tanto
amamos un día va a desaparecer, sabía usted que la casa que a
veces queremos quedarnos cuidando para no ir al culto, un día va
a desaparecer, sabía usted que la mecedora donde nos quedamos
sentamos antes de venir a la casa del Señor también va a ser
desecha con fuego, y cuantos son conscientes de que la cuenta
bancaria que tanto nos inspira un día va a ser consumida con
fuego, dice que todas estas cosas están reservadas y han de ser
desechas, todo lo que usted más ama de las posesiones
materiales va a ser desecho, todo, a uno como que no le gusta
que le digan eso, ¿verdad que no? Las Señoras tienen un cuadrito
bien bonito allá en el comedor, otro cuadrito bonito en la sala,
uno le pone cincuenta mil adornos a la casa de uno para que se
vea bonita y para que uno pueda vivir mejor ahí, por que entre
mejor uno vea la casa, mejora el ambiente y se siente más
cómodo, pero a uno no se le ocurre que eso vaya a pasar a la
candela y que no va a quedar ni el rastro de las lámparas traídas
del Japón, de la China, no va a quedar nada de eso, de eso que
tanto se apega uno, de todo ese mundo de papeles que le
llamamos plata, que es pura mentira eso no es plata, eso es papel,
claro ese es el dinero que usamos y con eso comerciamos y con
eso pagamos, pero a veces uno se emociona tanto con lo que
tiene allá, y a uno no se le ocurre que eso también va a ser
desecho y durante el tiempo de la gran tribulación antes de que
sea desecho todo esto, la Palabra del Señor dice que los ricos
tiraran la plata en la calle y nadie va a querer recogerla, dice que
la gente tirará su oro y sus cosas a la calle y nadie querrá
recogerlos de amargura, de ver que realmente no sirve para nada
frente al poder del Señor y ante el juicio de Dios. Ya que ese
dinero fue adquirido de malas maneras; robándoles la plata a sus
jornaleros, cobrando de más, haciendo esto y aquello. Ese dinero
les picará en las manos el día del juicio, el día de la gran
tribulación. Usted vio como le pasó a Judas, vendió al Señor, le
dieron treinta monedas de plata y qué, ¿se sintió contento? No,
dice que vino desesperado al templo y se las tiró ahí, se las tiró a
los sacerdotes que se las habían dado y les dijo aquí tienen su
plata y fue amargado porque no pudo hacer nada y lo termino
haciendo fue ahorcarse.
En el verso 11 y 12 dice que debemos vivir en santa y piadosa
manera de vivir esperando y apresurándonos para la venida del
día Dios. Queremos mirar ese texto, a mi me parece rara esta
expresión donde dice en el verso 12; esperando y
apresurándoos. ¿Que es apresurarse? Es darse prisa, aligerar, o
sea, hacer las cosas rápido, acelerarse y dice aquí esperando, y
acelerándose para la venida del día de Dios. El creyente no debe
sólo estar esperando, sino que dice que debe apresurarse, debe
hacer que el encuentro con la venida del día de Dios sea rápido.
Porque en la presencia del Señor un día es como mil años, pero
mil años es como un día, y más rápido de lo que la gente espera
el Señor va a llegar y se va a llevar a su pueblo y la gente no esta
esperando que eso pase; usted sabe que la gente no lo espera y
muchos que dicen ser creyentes no lo esperan y algunos cuando
oyen una predicación como esta, dicen: «el pastor se volvió
loco» y yo me imagino como será cuando se vaya la iglesia, yo
me imagino como será, yo no sé, pero a mi me gusta pensar, yo
digo por ejemplo: si el Señor viniera ahora, en este momento y
nos llevara; hay unos noticieros importantes aquí y toda la gente
conoce la calidad de periodistas que tenemos, somos de la mejor
radio del mundo, se imagina usted si el Señor viniera ahora y se
llevara al pueblo, se imagina el estilo para relatar que se acaba de
perder un montón de gente loca, un montón de gente fanática, se
ha imaginado usted como relatarían los que tienen un estilo
tremendo, cómo amanecería si el Señor en este momento nos
llevara, cómo amanecería las noticias de ultima hora, porque
usted sabe que los noticieros eso es inmediato, cómo
comenzarían a hacer cadenas por todo el país preguntando en
todo, en Nariño, preguntando en Santander, aquí y allá, que si
sería un secuestro masivo y estarían preguntando por allá a los
astrónomos: «ustedes no vieron un ovni, que nos parecen que
relataron que ellos se los llevaron». Es algo real, no es mentira,
un día tendrán que ocuparse de esto; Internet volará por todos los
canales que tiene, de un lado para el otro del mundo, nosotros
somos los que debemos apresurarnos para la venida del día de
Dios, la gente no lo espera, pero nosotros sabemos que si el
Señor vendrá. Démosle gloria a Dios porque nos da su Palabra
para que mantengamos nuestros ojos abiertos.
Y la palabra del Señor dice en el verso 13 nos dice:”pero
nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra
nueva, en los cuales mora la justicia.” El Señor no retarda su
promesa y nosotros estamos esperando cielos nuevos y tierra
nueva, donde mora la justicia de Dios y aunque esa predicación
no sea de moda hay que predicarla. Ya están listos los cielos
nuevos y tierra nueva donde mora la justicia de Dios, si usted no
lo espera, si usted no espera al Señor y no espera lo que Dios
dice en su Palabra esta perdiendo su tiempo.
Y termina diciendo el verso 14: “por lo cual, oh amados,
estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser
hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.” Eso no se
predica mucho pero esta ahí, dice que procuremos ser hallados
por Él, sin mancha e irreprensibles, y hay una coma, en paz.
La Palabra del Señor dice que se apresure, que corra a
encontrarse con el día del Señor.
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