UN DIA EN LA PRESENCIA DE EL SEÑOR TEXTO: 2 Pedro 3: 8-14 PREDICADOR: Samuel David Mejía. En 2 Pedro 3; 8 dice: “mas oh amados no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día”. En el Salmo 84; 10 la Palabra de Dios dice: “porque mejor es un día en tus atrios, que mil fuera de ellos.” Y hay expresiones como estas en la Palabra, que nos hacen entender la bendición tan grande que es el estar con el Señor, y también la manera como el Señor ve las cosas tan diferentes a como nosotros las vemos. Los seres humanos estamos mirando, contando y haciendo nuestros propios presupuestos, mientras que el Señor ya hace rato hizo los de Él, por eso en el libro de Santiago dice que no digamos mañana iré y compraré, venderé, volveré, comerciaré, sino que digamos mas bien, si el Señor quiere mañana iré y comerciaré, haré este negocio y si el Señor no quiere, pues no puedo hacer nada. Que quiere decir esto; que en la presencia del Señor las cosas son muy diferentes a como las consideramos nosotros y el Señor mira la historia que nosotros los seres humanos ya hemos pasado y lo que enfrentamos nosotros como futuro y lo que es nuestro presente está todo bien claro y planificado en la presencia del Señor, que Él hizo un arreglo, un plan, Él en otras palabras hizo un bosquejo de lo que es nuestra vida aquí, diseñó todo perfectamente, así que nada de lo que sucede es casualidad, sino que todo está divinamente preparado con anticipación. Y lo vemos en este capitulo es una enseñanza, una exhortación, a que abramos los ojos para que podamos ver que el Señor es real en su promesa de que el volverá y por eso nos hace aquella aclaración: “para con el Señor un día es como mil años y mil años como un día”. Nosotros contamos la historia con miles de años, la gente ya esta poniendo en la radio, en los periódicos, en los noticieros, las revistas y todas las cosas el número de días que faltan para el fin de año. A veces uno pone las noticias en la radio o en la televisión; ahí entonces dicen: «faltan tantos días para el fin de año», al día siguiente: «faltan tantos días para el fin del año» y al día siguiente vuelve y dicen: «faltan tantos días» y la gente está en tanta expectativa porque se cuenta en miles de años y vamos a cumplir miles de años, más de 2000 años después de Cristo. Como la historia se cuenta en miles de años y la gente ya esta haciendo planes para el año 2010, 2020, 2030…etc. La gente ya esta haciendo sus planes aunque suene raro. De todas maneras la historia se mide de esa manera; con miles de años y cuando la historia comienza a medirse en miles de años, comienza a entrar en el corazón de las personas una cierta incredulidad, como acomodarse a la forma filosófica del mundo de decir: «Bueno es que han pasado miles de años y el Señor no ha venido y tal vez nunca venga», así piensan algunos, «tal vez eso fue una utopía», otros dirán: «tal vez eso fue meramente una ilustración». Pero sabe lo que Dios dice acerca de esto; en la Palabra que hemos leído dice: “Yo quiero que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas y del mandamiento del Señor y Salvador, dado por nuestros apóstoles”, y mire como trata a estas personas, dice: “sabiendo primero esto que, en los postreros tiempos vendrán burladores, andando según su propia concupiscencias y diciendo ¿donde esta la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así desde el principio de la creación.” Si uno se pone a razonar y a filosofar se le tuerce la mente y se le va detrás de los pensamientos humanistas, porque usted sabe que la gente no esta pensando de acuerdo a lo que Dios piensa, en la mente humana las cosas van muy lejos. El Señor dice en su Palabra: “Mis pensamientos no son los de ustedes, como son mas altos los cielos que la tierra así son mas altos mis pensamientos que sus pensamiento, y mis caminos son más altos que sus caminos.” La gente anda pensando de una forma filosófica y quiere explicarlo todo con filosofía, pero el Señor nos dice que huyamos de esas huecas sutilezas y vanas filosofías. La Palabra nos habla que las personas que piensan así acerca de la venida del Señor, realmente son burladoras y usted sabe que esa parte se ha vuelto una gran lucha en el corazón de mucha gente. El que no le sirve a Dios hoy con el corazón, sino solo con una pequeña convicción, que no le sirve a Dios de verdad hoy (aún dentro de la iglesia), esta comenzando a pensar de una manera diferente y algunos hasta dicen: «bueno, yo creo que, tal vez es que esa palabra tiene alguna interpretación diferente, tal vez era que el Señor iba a venir al corazón de cada uno de los que creyeran, pero no, parece que ya no va a venir». Y algunos definitivamente dicen que el Señor no va a venir y están en algunas iglesias, sus mente se le comienza a acomodar a las cosas de acá y comienza a perder la visión de las cosas de Dios y como dice la Palabra se le baja la vista de lo espiritual, de lo eterno que esta allá arriba y comienza a ponerlo en las cosas que están aquí abajo, y las cosas mirándolas desde aquí abajo se ven muy diferentes, nosotros no podemos mirar desde aquí abajo, nosotros tenemos que mirar desde allá arriba. ¿Cómo dice la Palabra de Dios? “Puestos los ojos en Jesús”, no dice puestos los ojos en las cosas de aquí, puestos los ojos en Jesús y también dice puestos los ojos en las cosas de arriba y el Señor dice que nos ha sentado en lugares celestiales, allá, juntamente con Cristo. ¿Por qué? Porque para poder mirar las cosas de acuerdo a como Dios quiere no podemos mirarlas desde el punto de vista de las demás personas, la iglesia no puede mirar las cosas desde el punto de vista de los demás, porque si uno comienza a mirar desde el punto de vista de los demás se pierde las bendiciones que el Señor tiene para uno, porque ya no andaría por fe, ya no viviría por fe, ya estaría pensando, ya estaría viviendo de acuerdo a su propio pensamiento y la Palabra del Señor nos habla de una cosa muy diferente. Lamentablemente muchas personas han perdido bendiciones extraordinarias y hasta han flaqueado en la fe; cuando han dejado de mirar las cosas de arriba y han comenzado a mirar las cosas de aquí abajo y se comienzan a burlar de las cosas de Dios sin darse cuenta y puede resultar una persona conocedora del evangelio, burlándose del evangelio, puede pensar que el evangelio es juego, pero lo que Dios nos invita es a tener una entrega total. Hoy en día nosotros a pesar de los adelantos, de la época moderna tenemos que mirar que nuestra vida sea cada día más acorde a lo que el Señor quiere, porque es así que nosotros podemos ver las cosas de Dios como son. Hoy en día me da un poquito de tristeza cuando oigo los problemas que se levantan entre cristianos, sobre todo cristianos que tiene bastante tiempo en las cosas del Señor; cristianos ya añejos. A veces pasa que un cristiano le debe a otros 50000 pesos y él que los debe no tiene para pagar y al que le debe va y le pone un denuncio y uno lo escucha diciendo: «mire yo denuncio a ese pícaro que dice que es evangélico, yo también soy, pero ese no y quiero decirle señor juez que lo traiga de la lengua y lo haga pagar, le cobre todos los intereses que quiera y que lo haga saber quien soy yo». A uno le da tristeza; primero le da a uno tristeza que un creyente a veces no dependa de Dios y tenga que estar pidiéndole prestado a otros y segundo le da a uno tristeza que con el que prestó un poco de dinero, tenga la cara tan limpia de ir a donde el juez a hundir a su hermano, y le dicen al juez: «mire Señor juez yo se que el tiene un equipo de sonido nuevo, remáteselo», y es supuestamente su hermano y hoy día se oyen testimonios acerca de esas cuestiones, de problemas entre hermanos por dinero y he estado escuchando y he estado haciendo visitas y uno va donde la gente y le cuentan unas historias, le dicen a uno unas cosas. Que triste, la gente así pierde la visión, tiene la razón de no creer que el Señor vaya a venir, porque si cree que el Señor va a venir, sabe que el Señor no le va a aprobar lo que esta haciendo; si un hermano presta dinero pues se supone que lo pague y que lo pague bien, que lo pague al día y mejor aún que cuando da su palabra que cumpla lo que prometió, pero si a alguien le fue concedido un préstamo y queda como la viuda aquella y lo único que le queda son sus dos hijos, como puede tener la otra persona el descaro de tomarle sus dos hijos por esclavos para pagarse la deuda, si me entiende lo que quiero decir de un ejemplo simbólico. Yo oí de un caso que me quede pasmado; el hombre se me acerca y me dice: «hermano no soy capaz de vivir más, no soy capaz de pagar mis deudas, no soy capaz de pagar mis intereses, no soy capaz de nada» y le dije: « ¿cual es su problema?», «hermano es que yo hice un préstamo, pero me están ahorcando», y le dije: « ¿donde esta el prestamista?» Y me dijo: «es una hermana de la iglesia», le dije: «esta bien hermano que es lo que le pasa» «hermano que me presto un millón de pesos y ella me cobra intereses», «pues págueselos», «no alcanzo a pagarle los intereses», ¿cuanto le tiene que pagar? «Trescientos mil pesos mensuales» yo le dije: « ¿Dónde esta la hermanita?, búsquenla», «no esta aquí», y le digo: ¡Padre celestial! hagan una comisión de pastores y compañeros que vayan y la busquen y le hablen y le hagan entender que le esta sacando la lengua, los ojos y todo lo de esa persona y que en el cielo, si todavía no se le ha borrando el nombre, ya se le están borrando las primeras letras. Es tan triste estas condiciones, y como hoy en día todo se mueve sobre dinero, porque esta es la época del dinero en donde el que no tiene dinero lo ve griego a menos de que tenga fe, el único que no tenga dinero y le vaya bien es el que tenga fe, como el profeta Elías no tenia dinero pero creía y Dios le mandaba el pan y la carne, porque de resto olvídese, es difícil la situación. Entonces, la gente se ve acosada y todo el mundo se le da por andar en préstamos y el banco central hipotecario, y el banco Santander, y el banco de Bogotá y el banco tal y el banco tal y aquí este prestamito y allí el otro prestamito y esas persona vive empeñada, porque dice la Palabra de Dios que el que toma prestado es siervo del prestamista, quiera o no quiera le toca y si el prestamista lo agarra y le dice: «venga para acá, págueme» y no puede decir que no, porque sabe que si le prestaron y tiene que pagar. El problema es que muchos cristianos a veces nos dejamos envolver por el medio en que vivimos y se empiezan a presentar ciertos detalles que van apocando la vida espiritual de la persona, que van dañando la vida espiritual de la persona. Si yo tengo un problema con mi hermana, que la hermana me debe cincuenta mil pesos y yo veo que mi hermana tiene los zapatos rotos, no me puede pagar los cincuenta mil pesos y yo estoy gordo y tengo dos pares de zapatos, si ya vi que no pudo, dejarla, que voy a hacer, son cincuenta mil pesos, a mi no me metieron la mano al bolsillo, yo se los preste, son cincuenta mil pesos y ella tiene los zapatos rotos, cómo le voy a quitar lo último que le queda de la suelas. Yo no estoy diciendo que el que debe no pague, estoy diciendo que frente a unas circunstancias uno no debe ser una persona totalmente opuesta a lo que Dios dice en su Palabra, porque lo que el Señor dice en su Palabra es muy diferente de lo que muchas veces practicamos nosotros. Yo a veces he hecho préstamos pequeños, porque uno no tiene gran solvencia, a alguna persona; por hay diez mil pesos, veinte mil pesos, treinta mil pesos, cosas que no valen la pena, uno se los presta, si la persona tiene con que pagar es muy bueno que se lo paguen a uno, pero a veces hay personas que han venido y me han dicho: «que pena yo si le quiero pagar, pero usted sabe…», y verdad uno sabe que están trabajando y quieren, pero si le pagaran a uno los treinta mil pesos no pagarían el arriendo de donde viven y yo le he dicho si algún día puede me los paga y sino olvídese, tómelo como una ofrenda, porque de todas maneras la persona ya uno la ve que no puede, que no es capaz de pagar, para que le va a dejar la carga ahí encima. Pero si no le quiere decir que lo tome como una ofrenda, póngale un año de plazo, dígale le doy un año de plazo para que me pague los treinta mil pesos, pero no lo manden al juez, no lo manden al abogado, no le quiten los zapatos rotos que tiene, lo van a dejar totalmente descalzo, la Palabra de Dios dice que estas cosas son así, como no podemos nosotros vivir en una piadosa y santa manera de vivir, sabiendo que el Señor ya viene, sabiendo que ya está a la puerta, como no podemos vivir bien, como no podemos vivir mejor, como no podemos ser mas conformes a la voluntad del Señor para nosotros. Lamentablemente la vida se va poniendo más difícil y el creyente se va acomodando a la forma de pensar de los demás y se va olvidando lo que Dios dice. Nosotros tenemos que recapacitar en lo que nos dice aquí la Palabra de Dios: “pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los impíos”. La Palabra de Dios todavía sigue diciendo que abra un momento de juicio y nosotros no debemos estar en ese juicio y además dice: “El Señor no retarda su promesa.” Porque algunos comenzamos a vivir mal pensando que el Señor se va a demorar mucho y comenzamos a hacer y deshacer. A uno de pastor si que le llegan historias tristes y eso le hace a uno recapacitar para poder enseñar y decir: «hermanos por favor, los hijos del Señor no debemos ser apegados a este mundo, ni a las posesiones de este mundo». Que triste, que hoy día los creyentes estén apegados a un pedazo de ladrillo, a un poquito de papel que le llamamos dinero y por eso somos capaces de hacer desastres y desviar nuestras vidas del camino del Señor. La Palabra del Señor dice: “un árbol malo no puede dar frutos buenos y un árbol bueno puede dar frutos malos”. Si el árbol es malo no puede dar frutos buenos o sea, que si no da frutos buenos es por que el árbol es malo. Cómo es posible que uno vaya a decir que un árbol que da mísperos ya podridos, con gusanos es un árbol bueno, que los mísperos son los que son malos, el míspero, la fruta que ya salio con gusanos es porque el árbol es malo, jamás producirá una fruta que este buena, siempre saldrán con gusanos, porque el problema viene desde el árbol. Pero si nuestros frutos no son buenos el gusano lo llevamos por dentro nosotros. Si nosotros queremos ser fieles a Dios, seámoslo en verdad, y sepamos que de todas maneras que esta tierra esta esperando un juicio, y que tenemos que ponernos al día continuamente con el Señor, siempre estar al día, con nuestros hermanos siempre estar al día, en todo siempre estar al día. Esto no es una religión, es el camino del Señor santo, puro. Otra cosa triste es que hayan cristianos que cuando tratan con una persona inmadura, le arman un problema, empiezan a pelear, uno de los dos debería ser lo suficientemente humilde para llevar el agravio dice la Palabra, porque no lleváis el agravio dice la Palabra. Se agarran como perros y gatos, y se dicen: «agradezca que soy cristiano porque donde usted me hubiera agarrado con este sonsonete cuando yo era inconverso, mire, le aseguro que no quedaba ni para el desayuno» y le prometen cincuenta mil cosas. Sabe lo que le esta queriendo decir, que todavía le provoca hacerlo, si no le provocara hacerlo no se lo decía, porque no sufrir el agravio, a veces es doloroso tener que bajar la cabeza y sufrir el agravio, pero es mejor. El creyente tiene que ser de verdad, el creyente no puede ser un creyente de mentira. Es muy fácil predicar, pero hay que vivir lo que se predica, es muy fácil decir nuestro comportamiento tiene que ir acorde con lo que nosotros decimos, pero tenemos que demostrarlo con hechos. La palabra de Dios sigue diciendo aquí: “pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”, y de eso no nos podemos olvidar, el día que más tranquilos estemos por ahí, contando más billetes de veinte mil, con el estómago más lleno y estemos por allá bien y cuente la plata y todo y olvidados del Señor, ese momento puede llegar el Señor y tomarlo a uno, que cómo dijo un predicador “Algunos entraremos raspando”, a algunos dijo alguien “lo salvara la campana”. Y a algunos de nosotros si no nos arreglamos nos pasara igual. Si no apreciamos lo que el Señor nos ha dado, seguiremos viviendo sin una vida sin gracia, pero nosotros debemos reconocer que le día del Señor vendrá como ladrón en la noche y la iglesia debe estar pendiente de eso, el hermano tiene que estar pendiente de eso, la hermana debe estar pendiente de eso y todo los días hay que decirlo: Señor gracias, si tu vienes ahora Señor, y hay que recordarlo. El día del Señor vendrá como ladrón en la noche y a veces estamos tan enredados con nosotros mismos y en nuestra propia vida y con las cosas de esta mundo y a veces enredados haciendo algo mal hecho y a veces cunado estamos haciendo lo malo, no caemos en cuenta que en ese momento puede el Señor venir. Ahora que estoy peleando con mi hermano y diciéndole sepulcro blanqueado, en este momento podría venir el Señor, en ese mismo momento cuando uno está diciendo: «hoy no voy a ir a la iglesia estoy muy cansado, para que tanto fanatismo, eso hoy me quedo, imagínese el domingo hubo culto en la mañana y en la tarde, el lunes también, el miércoles también, el jueves hay ayuno, el viernes también hay culto, el sábado reunión de jóvenes, el domingo otra vez culto. Yo cuando voy a ir allá». Y preciso a uno se le olvida en ese momento que uno esta hablando esas tonterías, esas no son palabras sabias, son palabras torpes, porque cuando usted se vaya con el Señor donde va a estar, en la presencia del Señor y si no, no vaya. El Señor dijo: “para que donde yo estoy vosotros estéis”. Si a usted no le gusta estar en la presencia del Señor, ¿para que quiere ir al cielo? Ojo, que hay gente que le aburren los cultos, hay gente que le aburre venir a la Casa del Señor, pero cuando vaya a la presencia del Señor ¿para donde va a coger?, si es que es salvo, si es que entra allá, ¿para donde se va a ir? ¿Se va a ir para Marte? Va a hacer una cuartito aparte para no estar en la presencia del Señor. Tenemos que recapacitar, está bien, somos de carne y hueso, y puede ser que arrodillarnos todo el día nos canse, pero si hoy hubo culto y hoy me gocé y mañana hay otra vez que bendición que mañana también me pueda gozar. Entonces el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, no se le olvide que para el Señor un día son como mil años y el tema es “Un día el la presencia del Señor”, y que es lo que quiere decir esto, que lo que a nosotros nos parece una eternidad, para el Señor no lo es. La Palabra de Dios sigue diciendo: “puesto que todas estas cosas han de ser desechas, como no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir.” Sabia usted que esto que tanto amamos un día va a desaparecer, sabía usted que la casa que a veces queremos quedarnos cuidando para no ir al culto, un día va a desaparecer, sabía usted que la mecedora donde nos quedamos sentamos antes de venir a la casa del Señor también va a ser desecha con fuego, y cuantos son conscientes de que la cuenta bancaria que tanto nos inspira un día va a ser consumida con fuego, dice que todas estas cosas están reservadas y han de ser desechas, todo lo que usted más ama de las posesiones materiales va a ser desecho, todo, a uno como que no le gusta que le digan eso, ¿verdad que no? Las Señoras tienen un cuadrito bien bonito allá en el comedor, otro cuadrito bonito en la sala, uno le pone cincuenta mil adornos a la casa de uno para que se vea bonita y para que uno pueda vivir mejor ahí, por que entre mejor uno vea la casa, mejora el ambiente y se siente más cómodo, pero a uno no se le ocurre que eso vaya a pasar a la candela y que no va a quedar ni el rastro de las lámparas traídas del Japón, de la China, no va a quedar nada de eso, de eso que tanto se apega uno, de todo ese mundo de papeles que le llamamos plata, que es pura mentira eso no es plata, eso es papel, claro ese es el dinero que usamos y con eso comerciamos y con eso pagamos, pero a veces uno se emociona tanto con lo que tiene allá, y a uno no se le ocurre que eso también va a ser desecho y durante el tiempo de la gran tribulación antes de que sea desecho todo esto, la Palabra del Señor dice que los ricos tiraran la plata en la calle y nadie va a querer recogerla, dice que la gente tirará su oro y sus cosas a la calle y nadie querrá recogerlos de amargura, de ver que realmente no sirve para nada frente al poder del Señor y ante el juicio de Dios. Ya que ese dinero fue adquirido de malas maneras; robándoles la plata a sus jornaleros, cobrando de más, haciendo esto y aquello. Ese dinero les picará en las manos el día del juicio, el día de la gran tribulación. Usted vio como le pasó a Judas, vendió al Señor, le dieron treinta monedas de plata y qué, ¿se sintió contento? No, dice que vino desesperado al templo y se las tiró ahí, se las tiró a los sacerdotes que se las habían dado y les dijo aquí tienen su plata y fue amargado porque no pudo hacer nada y lo termino haciendo fue ahorcarse. En el verso 11 y 12 dice que debemos vivir en santa y piadosa manera de vivir esperando y apresurándonos para la venida del día Dios. Queremos mirar ese texto, a mi me parece rara esta expresión donde dice en el verso 12; esperando y apresurándoos. ¿Que es apresurarse? Es darse prisa, aligerar, o sea, hacer las cosas rápido, acelerarse y dice aquí esperando, y acelerándose para la venida del día de Dios. El creyente no debe sólo estar esperando, sino que dice que debe apresurarse, debe hacer que el encuentro con la venida del día de Dios sea rápido. Porque en la presencia del Señor un día es como mil años, pero mil años es como un día, y más rápido de lo que la gente espera el Señor va a llegar y se va a llevar a su pueblo y la gente no esta esperando que eso pase; usted sabe que la gente no lo espera y muchos que dicen ser creyentes no lo esperan y algunos cuando oyen una predicación como esta, dicen: «el pastor se volvió loco» y yo me imagino como será cuando se vaya la iglesia, yo me imagino como será, yo no sé, pero a mi me gusta pensar, yo digo por ejemplo: si el Señor viniera ahora, en este momento y nos llevara; hay unos noticieros importantes aquí y toda la gente conoce la calidad de periodistas que tenemos, somos de la mejor radio del mundo, se imagina usted si el Señor viniera ahora y se llevara al pueblo, se imagina el estilo para relatar que se acaba de perder un montón de gente loca, un montón de gente fanática, se ha imaginado usted como relatarían los que tienen un estilo tremendo, cómo amanecería si el Señor en este momento nos llevara, cómo amanecería las noticias de ultima hora, porque usted sabe que los noticieros eso es inmediato, cómo comenzarían a hacer cadenas por todo el país preguntando en todo, en Nariño, preguntando en Santander, aquí y allá, que si sería un secuestro masivo y estarían preguntando por allá a los astrónomos: «ustedes no vieron un ovni, que nos parecen que relataron que ellos se los llevaron». Es algo real, no es mentira, un día tendrán que ocuparse de esto; Internet volará por todos los canales que tiene, de un lado para el otro del mundo, nosotros somos los que debemos apresurarnos para la venida del día de Dios, la gente no lo espera, pero nosotros sabemos que si el Señor vendrá. Démosle gloria a Dios porque nos da su Palabra para que mantengamos nuestros ojos abiertos. Y la palabra del Señor dice en el verso 13 nos dice:”pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” El Señor no retarda su promesa y nosotros estamos esperando cielos nuevos y tierra nueva, donde mora la justicia de Dios y aunque esa predicación no sea de moda hay que predicarla. Ya están listos los cielos nuevos y tierra nueva donde mora la justicia de Dios, si usted no lo espera, si usted no espera al Señor y no espera lo que Dios dice en su Palabra esta perdiendo su tiempo. Y termina diciendo el verso 14: “por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.” Eso no se predica mucho pero esta ahí, dice que procuremos ser hallados por Él, sin mancha e irreprensibles, y hay una coma, en paz. La Palabra del Señor dice que se apresure, que corra a encontrarse con el día del Señor.