Cátedra de Sociología y Extensión Rurales Texto en preparación: Etapas de la intervención comunitaria Ing. Agr. María Ximena Arqueros Textos de base “Etapas de la intervención comunitaria” y “La planificación” Materiales de capacitación del Programa de Extensión Universitaria en Huertas Escolares y Comunitarias de la Facultad de Agronomía de la UBA (P.E.U.H.E.C). Lic. Marcela Abruzzese, Lic. Sergio Frencia, Lic. Valeria Vidal y Lic. Yamila Desse. Partimos de la pregunta ¿a qué nos referimos cuando decimos intervención?, “intervención” remite a acciones con una intencionalidad, cuando decimos intencionalidad nos referimos a aquellas acciones que apuntan a lograr una transformación o un cambio de una situación actual. Pero aquí agregamos un adjetivo a intervención y decimos “intervención comunitaria”, es así como llamamos “comunitaria” a una intervención que presenta las siguientes características: Participación de la comunidad en diferentes niveles: en la información, la opinión y la toma de decisiones. Relaciones cara a cara. Voluntad de participar. Los actores sociales que participan se identifican en términos de intereses. Los actores que participan, por lo tanto en una intervención comunitaria, son diversos y numerosos. En este caso analizaremos el rol del técnico como uno de los agentes que trabaja junto con la comunidad en estos procesos de cambio. Así, el profesional requiere de herramientas técnicas específicas para participar en un proceso de las características que mencionamos. Un enfoque metodológico para el trabajo de intervención comunitaria, consiste en transitar distintas etapas denominadas: Etapas del Cambio participativo planificado. Este marco teórico, que encuadra la dimensión “temporal” de una intervención y las herramientas que podemos necesitar para transitarla, es considerado desde el diseño de la intervención. Es decir que las etapas se tienen en cuenta en la planificación y pueden servir como marco de referencia para saber en qué momento estamos entre el comienzo y el logro de los objetivos, ya que es muy habitual perderse en medio de la acción. Estas etapas conforman un proceso no lineal, y pueden repetirse y/o superponerse. Etapas de la intervención comunitaria Mencionamos brevemente las etapas, considerando algunos aspectos fundamentales en cada una, considerando que se trabaja a nivel local con un grupo pequeño que puede pertenecer o no a una institución: 1 - Preparación del equipo de trabajo y establecimiento de la relación inicial En principio es indispensable conocer si vamos a trabajar con otros profesionales y de qué disciplinas para poder conformar el equipo técnico. En cuanto al grupo con el que vamos a trabajar tendremos en cuenta: ¿Cómo se establece el contacto con la institución, comunidad, etc? (nos llamaron? vamos con la propuesta a una institución? se estableció un contacto por un tercero?) Generalmente los técnicos van al encuentro de la otra parte (la institución, comunidad, grupo, etc) como representantes de un Programa (PSA, Cambio rural, PROINDER, etc) con objetivos y una metodología de trabajo, entre otras cosas, y también van con expectativas. Las expectativas pueden ser: - explícitas, que estarán relacionadas con los objetivos del Programa - implícitas, ligadas fundamentalmente a intereses personales o individuales. La institución o grupo también puede contar con todo esto: un proyecto, una metodología de trabajo, objetivos y expectativas o puede ser parte de nuestro trabajo facilitar que estas cuestiones se aclaren. Es fundamental tomarse un espacio para pensar es si ambas partes pueden llegar a un acuerdo para trabajar en conjunto antes de entrar en la “acción”. Para ello es necesario que cada parte ponga en conocimiento a la otra sus intereses. Hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta: Relevamiento de expectativas del grupo: ¿cuáles son sus necesidades e intereses?, ¿son compatibles los objetivos de ambas partes?, ¿cuál será el tipo y grado de esfuerzo que deberá realizar en su colaboración la institución o grupo? Delimitación de la zona de trabajo e Identificación de actores: ¿con qué población tendremos que trabajar?, ¿se conocen entre ellos?, ¿tienen una historia en común? ¿en qué espacio trabajaremos?, ¿qué recursos necesitamos?, ¿con qué recursos humanos, materiales y ecológicos contamos?, ¿de que tipo de institución se trata?, ¿dónde está ubicada?, ¿cuáles son sus características principales?, ¿qué grado de organización tiene?, Trataremos de identificar: personas claves, lideres, personas que pueden influir en forma favorable o no al proyecto, indiferentes (aliados, neutros, opositores) relacionados con el ámbito político, de organizaciones locales, comercial, productivo, educativo, religioso etc. Pensando desde el inicio en la futura autogestión del grupo, es importante poner atención permanentemente a los referentes, a los cuales se capacitará para asumir en un futuro la conducción de la actividad. En los primeros encuentros iremos respondiendo algunos de estos interrogantes. Luego de un período de negociación, de acuerdo básico, se determinará si es posible o no llevar adelante el proyecto, es decir, su viabilidad. Aquí responderíamos a la pregunta: “¿ Trabajamos juntos?”. Si decidimos trabajar juntos, puede ser que tengamos que comenzar convocando a más gente o el grupo ya esté establecido. 2 – Establecimiento de la relación de trabajo – Diagnóstico de situación En este momento el técnico se encuentra trabajando con el grupo. Lo registrado en la etapa anterior está más ligado a las primeras impresiones (pre-diagnóstico) que tenemos durante el inicio del proceso. El objetivo de esta segunda etapa es realizar un diagnóstico de situación, es decir, un reconocimiento global dirigido a comprender lo mejor posible el campo de intervención o de trabajo (sector de la realidad en el que vamos a intervenir), viéndolo en funcionamiento, en toda su dinámica. Hay muchas técnicas que se pueden usar para hacer el diagnóstico con una metodología participativa. Por el análisis - ligado a la acción - que se hace en esta etapa, algunas relaciones cobran sentido, ciertas preguntas que no tenían respuesta en la etapa anterior empiezan a poder ser respondidas, contamos con más elementos y datos como para formular nuevas preguntas, se pueden confirmar o refutar ciertas hipótesis, inclusive nuestras primeras impresiones pueden modificarse a partir de la visualización de la situación. Una vez que hemos construido con el grupo medianamente este cuadro de situación (escenario de la intervención, que nos servirá al momento de definir las fuentes de recursos, las alianzas que podemos hacer, otros actores que tienen nuestros mismos problemas...) podremos comenzar a idear medios alternativos de acción o estrategias de trabajo. Es el momento de planificar el proyecto conjunto y para esto también podremos contar con diversas técnicas participativas. Planificar supone una selección de caminos alternativos futuros para hacer cosas, en función de una evaluación continua. La planificación es un proceso que se desarrolla dentro de un contexto integrado por muchas variables (el lugar, características del grupo, las cosas que pasan cotidianamente, el conocimiento y experiencia que se tenga sobre el tema a trabajar, entre otros), y dentro de estas variables se debe incluir lo inesperado (relaciones entre las personas, cuestiones relacionadas con la producción, la comercialización, etc.) como algo esperable, es decir asumir que siempre sucederán cosas que no habremos planificado. Una planificación responde a la pregunta: Cómo vamos a realizar lo que fijemos como objetivos de la Intervención? y para organizarlo en forma participativa tenemos que pensar en una serie de reuniones y actividades con el grupo que nos permitan ir definiendo esta cuestión. Lo primero a precisar son los objetivos que surgen de los problemas a solucionar. Es importante que consideremos que habrá objetivos planteados a corto, mediano y largo plazo y que es posible que salgan a la luz múltiples problemas que tendremos que priorizar. Cada reunión puede ser más aprovechada si sigue un diseño (obviamente debe ser coherente con la planificación genera)l: objetivos, contenidos, recursos humanos, materiales, físicos, económicos, el tiempo y la estrategia que vamos a usar en esa oportunidad. Si nos guiamos con preguntas específicas y las vamos respondiendo puede ser más sencillo. También puede servir para modificar cosas sobre la marcha si tenemos en claro qué es lo que queremos. Suponiendo que pensamos un encuentro con el grupo podemos preguntarnos 1. Objetivos ( Para qué se quiere hacer ese encuentro?) 2. Contenidos (qué temas queremos trabajar ese día?) 3.Estrategias/Actividades (Cómo lo vamos a trabajar, por medio de qué actividades?) 4.Tiempo (Cuanto dura en total el encuentro y si lo vamos a dividir en momentos) 5. Recursos (qué necesitamos para realizar las actividades?) 6.Participantes ( con quiénes vamos a trabajar?) 7. Evaluación ( qué pasó?) 1. Objetivos Son enunciados que orientan la acción del técnico hacia los fines, los podemos clasificar como: Objetivos generales: son metas de carácter amplio, genérico, mediato ( a largo plazo) que orientan la programación. Objetivos específicos: metas de carácter más preciso e inmediato que orientan la acción. 2. Contenidos Son conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas (técnico-agronómicos, de gestión, organización, etc) considerados válidos por el contexto sociocultural y prefijados como niveles mínimos de competencia para todos, es decir que puedan ser entendidos por todos. En relación con los contenidos se debe tener en cuenta: identificación de contenidos que resulten significativos para el grupo Integrar aspectos socioculturales, afectivos y cognoscitivos en el diseño de contenidos. 3. Estrategias Las estrategias son el conjunto de procedimientos sistematizados para llegar a los objetivos, y así podemos desarrollar actividades. Las actividades se correlacionan con las estrategias. Por ejemplo: Podemos elegir un modo lúdico (juego) para desarrollar los contenidos o un modo gráfico, y para eso vamos a diseñar actividades, que son las unidades mínimas de la planificación de ese día, es decir que cada actividad en sí tiene pasos y responde también a las preguntas (qué, para qué, cómo , quiénes, con qué, cuanto tiempo). Para seleccionar una actividad tener en cuenta: tiempo suficiente para realizarla si nos posibilitará alcanzar los objetivos propuestos si contamos con los materiales o recursos adecuados si nos sentimos capacitados para realizarla si siento interés o motivación para la planificación y coordinación de la actividad. si esa actividad es la más indicada para el grupo por sus características (Son adultos o jóvenes? Mujeres, varones, mixto? Tienen confianza entre ellos? etc ) si la cantidad, el nivel y tipo de participantes son adecuados para aplicar esta actividad. (Todos pueden leer y escribir? Será factible que hagan un dibujo o dramaticen una situación? Pueden hacer cuentas?...) si el código de comunicación del técnico es acorde a los participantes (en aspectos socioculturales, edades) si tiene puntos de contacto con el contexto sociocultural y la comunidad. 4. Tiempo Cuanto dura en total el encuentro momentos. y si es necesario que lo dividamos en 5. Recursos Es el conjunto de elementos, equipo (también humano) y materiales que se usarán durante las actividades. Para seleccionarlos tener en cuenta que: deben facilitar el logro de objetivos, adecuarse a los contenidos, estrategias metodológicas, y actividades. Deben favorecer la participación activa, y adecuarse a los tiempos, ser estimulantes y significativos para los sujetos, y acordes al contexto sociocultural. 6.Participantes Vamos a trabajar con todo el grupo junto, nos vamos a dividir la coordinación?, trabajamos en subgrupos? Qué es mejor para este grupo en este encuentro? 7. Evaluación Es un proceso que posibilita emitir juicios de valor en función de criterios establecidos previamente. Se relaciona con los objetivos planteados y puede operar en diferentes momentos del proceso. Es bueno hacerlo entre todos al final del encuentro pués generalmente surgen los temas a tratar en la reunión siguiente. Una manera de evaluar es revisar los resultados esperados en relación con resultados logrados, los resultados logrados que no eran esperados y los aciertos-críticas y sugerencias. La evaluación es una actividad más dentro del encuentro y por lo tanto debemos destinarle un tiempo y se pueden utilizar técnicas para hacerla. 3 y 4 – Transformación de las intenciones en esfuerzos reales y Estabilización y generalización del cambio El éxito o fracaso de esta etapa está determinado por la posibilidad o no de transformar el proyecto, los planes o intenciones (que fuimos manteniendo desde el primer contacto y las que pudieron agregarse durante el desarrollo de la actividad) en logros reales (acciones concretas), es importante tener en cuenta el modo en que esto se produce. Si el diagnóstico y la planificación fueron realizados en forma participativa, es esperable que se haya generado un compromiso por parte de todos los participantes que sienten al proyecto como propio. De todos modos es una etapa difícil pues todos se encuentran con una interpretación cambiante y cada vez más amplia del problema, lo que puede generar ansiedad y en algunos casos que se reste la cooperación, inclusive del técnico. Es un momento de máxima tensión y es importante que estén muy claros cuales son los beneficios que traerán los esfuerzos e ir reflexionando sobre las pequeñas cosas se van logrando y valorar el proceso de aprendizaje conjunto que se va dando. Pueden surgir obstáculos para alcanzar el objetivo de esta etapa. Esto podría producir la interrupción de la intervención o que debamos remitirnos a etapas anteriores. 5 – Establecimiento de la relación final El cierre de la intervención es una etapa que debería darse si pensamos en un grupo que pretende la autogestión. Esta situación, que es diferente a un asesoramiento puntual, requiere que el técnico se asegure de facilitar la instalación de ciertas capacidades en la comunidad para que pueda continuar sin su presencia permanente. Uno de los problemas más habituales en esta etapa es el de la dependencia. El cierre puede producirse en diferentes momentos, las situaciones a enfrentar dependerán de la etapa en que se plantee el mismo. Sería deseable que pueda darse por concluida la intervención por un cierre “natural”, habiéndose cumplido los objetivos del proyecto y produciéndose una estabilización del cambio (apropiación por parte de los actores sociales comprometidos de las herramientas transferidas). También puede estar marcado por un hecho conflictivo que determine la necesidad de finalizar. Si bien la evaluación es permanente, acompañando todas las etapas de la intervención, en este momento se vuelve necesario hacer una evaluación final participativa de: lo logrado esperado, lo logrado no esperado y lo esperado no logrado. También hay muchas técnicas que se pueden utilizar para esta evaluación. Es importante destacar que la etapa de cierre no es un momento estático, sino que, se trata de un proceso que puede llevar varios meses. Se puede planificar en esta última etapa, que el técnico continúe vinculado al grupo a través de un monitoreo esporádico (por un tiempo delimitado), con el objetivo de facilitar el tránsito a la nueva situación (sin el técnico) pudiendo ser consultado ante imprevistos o por acceso a información técnica específica. Bibliografía: “Psicología Comunitaria. Bases Conceptuales y Operativas, Métodos de Intervención”. Cap . 8.: Sánchez Vidal, A. “Psicología Comunitaria en Argentina”, Caso B. Revista Contextos Grupales, publicación de la Fundación Contextos Grupales, 1991. Chinkes, Silvio; Lapalma, Antonio; Nicenboim, Eduardo “La dinámica del Cambio Planificado” . Lippitt, R, Watson, J., Westley, B.