CELEBRACIÓN COMUNITARIA DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA “Fiesta del perdón , de la amistad y de la alegría” CARTA AL HOMBRE EN ADVIENTO. Querido hombre: He escuchando tu grito de adviento. Está delante de mí. Tu grito, hombre, golpea continuamente a mi puerta. Hoy quisiera hablar contigo para que repienses tu llamada. Hoy, hombre, te quiero decir: ¿Por qué Dios preguntas? ¿A qué Dios esperas? ¿Qué has salido a buscar y a ver en el desierto? Escucha a tu Dios, hombre de adviento: “No llames a la puerta de un dios que no existe, de un dios que tú te imaginas… Si esperas… ábrete a la sorpresa del Dios que viene y no del dios que tú te haces… Tú, hombre, y todos los hombres, tenéis siempre la misma tentación: hacer un dios a vuestra imagen. Yo te lo digo, hombre, yo Dios de vivos, yo, Dios de Abraham y de Jacob, soy un Dios más allá de vuestras invenciones… Tú, hombre, y tantos otros, salís a ver dónde está Dios… Os dicen: “aquí está…” Pero no le veis, y os sentís desanimados. Sí, desanimados porque Dios no está donde os han dicho: Y Dios está vivo. Pero vosotros no tenéis mentalidad de reino: no descubrís a Dios en lo sencillo. Os parece que lo sencillo es demasiado poco para que allí esté Dios. Sabedlo: Yo, el Señor Dios, estoy en lo sencillo y pequeño… Hombre de hoy y de siempre: deja espacio a tu Dios dentro de tu corazón. Sólo puede nacer y crecer donde mi palabra es acogida. Qué tranquilo te quedas, hombre, haciendo “lo que hay que hacer” porque “haciendo cosas de siempre” evitas la novedad del evangelio. Pero yo te digo que tu corazón queda cerrado, y tus ojos incapaces de ver el camino por donde yo llego. No te defiendas, hombre, como haces siempre. No te escondas bajo ritos vacíos. Sal a ver al Bautista en el Jordán: Allí verás que los únicos no convertidos son siempre 1 los que se saben justificar y se tienen por hijos de Abraham. Hombre, si me esperas, deja de hacerme tú el camino y ponte en el camino que yo te señalo por boca de los profetas: Abre el corazón a mi palabra. Yo, tu Dios, te hablo. CANTO DE ENTRADA: “VAMOS A PREPARAR EL CAMINO AL SEÑOR” SALUDO DEL PRESIDENTE: En el nombre del Padre... Que Dios Padre que nos llama a caminar con su luz y nos pide que abramos nuestros corazones a su amor para vivir con alegría y esperanza, esté con todos vosotros. MONICIÓN Antes de celebrar la Navidad hemos de preparar convenientemente la cuna en que ha de nacer el Señor. Porque él no va a nacer en ningún belén y en ningún templo. El sólo puede nacer en el corazón de los creyentes. Pero esto no es una rutina mi un teatro ni una fiesta pasajera. Si Cristo realmente naciera en nuestro corazón, todo sería distinto. Si Cristo naciera en nuestro corazón, tendríamos que cambiar radicalmente. Es lo que llamamos Conversión. Esta celebración penitencial quiere ser una preparación esperanzada y diligente a la venida del Señor. ¿Cómo podemos recibir a Dios en nuestra casa si hay algo que ofenda su mirada? Dios quiere hacerse presente perdonado y liberando. Fiesta de reconciliación y libertad, triunfo de la misericordia y del amor. PRESIDENTE: Oremos al Señor. Sólo él puede renovar nuestro corazón y preparar nuestro espíritu a una sincera conversión Señor y Dios nuestro. Tú conoces mejor que nadie cuánto hemos de cambiar. Danos tu Luz para reconocer en lo que fallamos, sinceridad para iniciar animosos el camino que nos trazas. Por NSJ... LITURGIA DE LA PALABRA DINÁMICA Y REPRESENTACIÓN Previamente se ha repartido a la entrada de la celebración unos corazones pequeños y se han preparado a varias personas para que lleven en su pecho distintos tipos de corazones: arrugado, roto, de piedra, encadenado, sucio, pequeño... Con música de fondo una persona, vestido de Juan Bautista del s. XXI sale de entre la gente, hablando, gesticulando, anunciando un bautismo de Conversión. Al encontrar a las personas que tienen el corazón deteriorado, se para, pone cara triste, y saca a la persona y las va colocando delante. Una vez reunidos , “Juan Bautista” les va preguntado a cada uno por qué tiene el corazón destrozado. Y cada uno va respondiendo. Y una vez explicado el motivo de su corazón Juan Bautista a modo de examen de conciencia va haciendo algunas preguntas a los que se encuentra en la celebración. En la medida de lo posible los que portan los 2 corazones destrozados terminan con la misma pregunta ¿Qué debo hacer? Juan Bautista terminaría : “Dad frutos dignos de conversión”. Corazón de Piedra Juan Bautista: Las piedras son duras, frias, insensibles, resbaladizas, no son capaces de empapar. Tú corazón es duro y frío. ¿Por qué tienes el corazón como piedra? Corazón: Porque no soy sensible al grito del que está solo, enfermo, necesitado... Soy frio y calculador. Busco mi propio interés, e intento sacar provecho de las situaciones. Soy impenetrable e insensible ante distintas muestras de cariño y amor, tanto del hombre como de parte de Dios. Soy resbaladizo y duro sobre todo cuando Él me busca y me llama porque me quiere a su lado. Y no quiero escuchar su llamada. ¿Qué debo hacer? J. B.: (Dirigiendose a todos) ¿Nos interesa seguir con el corazón de piedra para que Dios no encuentre calor y no entre a fondo, ni nos comunique la vida, ni nos pida demasiado? (Pausa). (Dirigiéndose al corazón): “Debes dar futos dignos de conversión” Corazón pequeño J.B. : Oye, tú, sabes que lo que es diminuto tiene poca capacidad. Cuando algo está raquítico le falta vida. En un recipiente pequeño cabe poco, entran pocas cosas, .. ¿por qué tienes un corazón tan ridículo? Corazón: Porque sólo pienso en mí, porque en él no hay sitio más que para mí. Y, por supuesto, no cabe ni Dios ni los demás porque me estorban. Además, creo que vivo muy tranquilo, sin muchas preocupaciones. Me gustaría cambiar, pero tengo bastante con preocuparme de mí. ¿Qué debo hacer para cambiar? Dirigiéndose a J.B.). J.B.: Creo que la soledad es muy mala. Hace a la gente rara. Esto de ir por solitario, no tiene futuro. ¿Abriremos las puertas de nuestro corazón, ensancharemos su capacidad de acogida? Se dirige al corazón y le dice: “Debes empezar a dar frutos dignos de conversión” Corazón roto J.B.: Y, a tí ¿qué te ha pasado? Parece que te hayan dado una paliza. ¿Has sufrido mucho?. ¿Lo has pasado mal? Corazón: Sí, llevo mucho sufriendo. Soy demasiado sensible a cualquier palabra o acción violenta. Me duelen los desprecio. Soy quisquilloso. Me molesta todo. Mis amigos tienen que medir las palabras. Pero, mis heridas se hacen más grande, cuando el odio por la ofensa la mantengo viva y reverdecida. No quiero llevar mis cruces encima. No estoy dispuesto a aceptarlas. “Maestro, ¿qué tengo que hacer?” J.B.: Dirigiéndose a la asamblea:¿Está tu corazón herido? ¿No es hora de curar las heridas de nuestros corazones y recomponerlos? Dirigiéndose al corazón: Te recomiendo que empiezes a dar frutos dignos de conversión. Corazón arrugado J.B.: ¿Quieres que te diga una cosa? ¡No me gustas! 3 Pareces una pasa. ¿Por qué no planchas tu corazón? ¡No cuesta tanto! ¿Cómo te pones así? Corazón: Pues, es fácil. Cuando sólo me muevo por principios como “me apetece” (sexo, alcohol, juerga..); o “no me gusta” (estudiar, trabajar, orar, ir a misa...); o “me cae o no me cae bien” (el profesor, el vecino, el amigo, el cura...); principios como “es que no me apetece, no me va”. Se te pone un corazón arrugado cuando vives lleno de caprichos. Y sobre todo cuando vuelves la vista atrás, cuando caminas hacia atrás, cuando dejas aquello que un día fue tu horizonte de entrega, de compromiso y de fe y buscas cosas más fáciles. ¡Quiero cambiar! ¿Qué debo hacer? J.B.: (Volviéndose a la asamblea) ¡Con que facilidad se arruga nuestro corazón ante el compromiso y se rinde a nuestros caprichos! ¿De qué nos evadimos, por qué principios nos movemos? ¿Qué te achanta? ¿Por qué no tenemos un corazón fuerte para luchar? Volviéndose al corazón: Debes dar frutos degnos de conversión. Corazón encadenado J.B.: ¡Vaya, vaya! Yo tenía entendido que los hombres usabamos las cadenas para atar fuerte. Son signo de esclavitud. El que está encadenado tiene reducida la capacidad de movimiento y de apertura a otros horizontes de vida y felicidad. Así que, este corazón lo tiene muy mal. ¿Tú por qué estás encadenado? Corazón: Porque adoro a otros dioses y tengo muchos diosecillos menos exigentes. J.B.: ¿Cómo cuáles? Corazón: Mi comodidad, el sexo, el tener mucho y consumir más, el aparentar, ser primero, el mejor, el más importante, el qué dirán, mi imagen... Pero, no puedo más, quiero cambiar: ¿Qué puedo hacer? J.B.: Pero, todo el mundo sabe que estos dioses que te atan tienen la cualidad de dar una “felicidad” inmediata, pero que luego te dejan vacío, solo,..., y lo peor de todo esclavo. Debes mostrar los frutos de una sincera conversión. (Dirigiéndose a la asamblea). No es fácil ser libre en nuestro mundo; son muchos los señores que quieren apropiarse de nuestros corazones, ¡qué fácil resulta enredarse y adorar a otros dioses! Corazón manchado J.B.: Tú estas un poco guarrete. ¿Por qué estás tan sucio? Corazón: Esto sucio de mentiras, hipocresías, rencores, impurezas, borracheras, malas palabras, violencia , sucio por mis celos, mis envidias, las ambiciones que me ciegan. Estoy sucio porque no busco la unidad sino la división. Y todo esto, pues, mancha y ha echado a perder mi corazón. Y se me olvidaba, ¡que te digo de mi autosuficiencia! que me impide ser limpio de corazón para poder ver y experimentar a Dios con todo su amor. Yo también quiero bautizarme, ¿qué me aconsejas? J.B.: Por el tiempo que permanecemos con el corazón manchado tengo la impresión que no tenemos muchas ganas de limpiarlo. Lo malo del asunto es que el corazón, la conciencia manchada remuerde, 4 crea intranquilidad, nos priva de paz. Y ¿qué hacemos con esto? (Señala su corazón), ¿es qué no hay nada que hacer? ¿no hay remedio? ¿es qué está todo perdido? A modo de homilía Quisiera deciros algo que sabéis todos, pero hay cosas que son tan importantes que conviene repetirlas muchas veces y que nos entren por los sentidos, para que no se nos olviden. (Toma en su mano un corazón inmenso y lo muestra a todos). Es más grande que el vuestro. (Se acerca a uno) - N., quiero poner este corazón grande en ese tuyo. No el tuyo aquí, sino éste en el tuyo. (Espera la reacción de la persona interpelada y contesta, sin entrar en discusiones. Así se va acercando a varias personas). - Amigos es un empeño inútil querer aprisionar , en el corazón pequeño, el nuestro, un corazón tan grande como éste, el corazón de Dios... Dios es tan grande que no cabe en el corazón de nadie. Y es que lo esencial no es que Dios quepa dentro de nosotros. Lo esencial, lo grande, lo novedoso, lo que Dios nos comunica es que nosotros tenemos sitio en su corazón. Dios desde siempre ha reservado un sitio para ti y para mi... en su corazón. ¡Qué Dios tan inmenso! ¡Qué Dios tan detallista! Tengo un sitio en el corazón de Dios... Con nuestro corazón arrugado, encadenado, manchado o roto, empequeñecido por egoísmos, olvidos... podemos ir al corazón de Dios y entrar en él. Dios es capaz de borrar nuestros olvidos, de limpiar nuestras manchas, de quitar nuestras cadenas... Dios es capaz de dejarnos un sitio siempre. Y ahora tenemos esa oportunidad. Cuando nos metemos en el corazón de Dios, El sabe enderezar los nuestros. Nuestro Dios sabe curar los corazones. Nuestro Dios sabe sanar los corazones afligidos. Nuestro Dios sabe infundir vida en el corazón. Nuestro Dios sabe ablandar los corazones. Nuestro Dios es capaz de romper el corazón de piedra. Nuestro Dios es capaz de darnos un corazón de carne. Nuestro Dios sabe dar corazón de hijos. Nuestro Dios conoce mi corazón y el tuyo y hoy quiere llenarlos de gracia, como llenó de gracia el corazón de María. ¿Quieres entrar en el corazón de Dios? ¿Quieres que Dios sea dueño de tu corazón? TRABAJO EN GRUPOS ¿Qué es lo que Dios te pide en esta Navidad? PUESTA EN COMÚN 5 Según van poniendo en común sus respuestas, cada grupo pega sus corazones en el corazón de Dios.. OREMOS: Escucha, Señor, a tus hijas e hijos que se reconocen pecadores haz que liberados por tu Iglesia de toda culpa, merezcan darte gracias con un corazón renovado. Por JNS. CONFESIONES INDIVIDUALES Se ha de recordar que deben de ser breves. Mientras tanto cantamos “Ven Espíritu de Dios”, “Perdón Señor”, “Tierra estéril” y se invita a los demás, mientras esperan confesarse, a hacer oración personal. PRESIDENTE: Hermanos, como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que venga a nosotros su Reino de verdad, de amistad, alegría y perdón, para que cercanos, sintiéndonos de la familia de los hijos de Dios, podamos decir sinceramente (Cogidos de las manos, cantamos): “Padre nuestro... SALUDO DE LA PAZ Presidente: El amor se ha hecho realmente presente en nuestra comunidad. Hemos recibido su perdón, y la fuerza de su Espíritu ha renovado nuestro corazón. La amistad que Dios nos ha dado gratuitamente debe impulsarnos a buscar la reconciliación con todos. Así, pues, como signo externo de nuestra alegría por haber sido perdonados y con nuestros rostros limpios, os invito a daros la paz. Canto: “SIEMPRE” ACCIÓN DE GRACIAS Presidente: Y así, perdonado por Dios y hermanados entre nosotros, demos gracias al Señor que viene a reunirnos, a hacer de todos los hombres y mujeres de todas las razas y continentes una sola familia y que El mismo se hace hombre para ser el Dios-con-nosotros. Todos: Te entrego, Señor, mi vida, hazla fecunda.. Te entrego mi voluntad, hazla idéntica a la tuya.. Toma mis manos, hazlas acogedoras.. Toma mi corazón ,hazlo ardiente.. Toma mis pies, hazlos incansables.. Toma mis ojos, hazlos transparentes.. Toma mis horas grises, hazlas novedad.. Toma mi niñez, hazla sencilla.. Toma mis cansancios, hazlos tuyos.. Toma mis veredas, hazlas tus caminos.. Toma mis mentiras, hazlas verdad.. Toma mis muertes, hazlas vida.. Toma mi pobreza, hazla tu riqueza.. Toma mi obediencia, hazla tu gozo.. Toma mi nada, hazla lo que quieras.. Toma mi familia, hazla tuya.. Toma mis amigos, son tuyos.. Toma mis pecados Toma mis faltas de amor Mis eternas omisiones Mis permanentes desilusiones 6 Mis horas de amargura Transfórmalo todo Como la abeja, en dulce miel Toma mis cruces, y déjame volar Toma mis flores marchitas, y déjame ser libre.. Hazme nuevo en la donación Alegría en la entrega Gozo desbordante al dar la vida Al gastarme en tu servicio..AMEN OREMOS: Señor, Tú que por Juan Bautista nos has pedido que preparemos tu camino, te pedimos esperar tu venida con alegría y optimismo. Por JNS. BENDICIÓN FINAL * El Señor anime vuestra esperanza manteniendo vuestra conversión. Amén * Para que caminéis en fraterna comunión con los hermanos, esperando con alegría al Señor que viene con la salvación de sus Reino. Amén * Que derrame su gracias sobre vosotros, para que podáis actuar repartiendo amor y alegría. Amén * Y que os bendiga Dios topodopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén El Señor ha perdonado vuestros pecados. Podéis ir en paz. CANTO FINAL. GRACIAS QUIERO DARTE.. 7