Estrategias de Prevención y Control de Mastitis Stephen C. Nickerson Hill Farm Research Station Louisiana Agricultural Experimental Station Louisiana State University of Agricultural Center Homer, La 71040 Telephone: (318) 927-9654 Fax: (318) 927-4139 E-mail: snickerson@agctr.lsu.edu Introducción Las bacterias causantes de mastitis se originan del medio ambiente de las vacas y de las ubres de vacas infectadas. Durante la lactancia, los pezones son expuestos a bacterias causantes de mastitis durante el intervalo entre ordeños como así también en el momento del ordeño. Por ello, los métodos de control de mastitis deben aplicarse en ambos períodos en orden de prevenir nuevas infecciones y disminuir la incidencia de mastitis. Además, reducir la exposición a los patógenos de mastitis es crítico durante las primeras semanas después del secado y cerca del parto debido a que las glándulas mamarias de las vacas están altamente susceptibles a las nuevas infecciones intramamarias (IMI) en estos momentos. En algunos rodeos, el control debe aplicarse también a las vaquillonas en edad de servicio. Disminución de la Exposición Entre Ordeños Las bacterias transmitidas del medio ambiente a las superficies de la ubre y pezones entre ordeños son comúnmente referidas como organismos ambientales e incluyen algunos Streptococcus (Streptococcus uberis, Streptococcus dysgalactiae) y los coliformes (Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Enterobacter aerogenes). La prevalencia de mastitis en vacas infectadas con estas bacterias, particularmente las Gram-negativas, son habitualmente menos del 5%; por ello, la mastitis ambiental a menudo tiene muy poco efecto en el conteo de células somáticas de leche de tanque (SCC). Estos microorganismos son abundantes en los alrededores en los cuales vive la vaca; las fuentes incluyen la bosta, suelo, cama, alimentos, agua, y material de planta. Donde existe una pobre higiene, las vacas estabuladas están ante un gran riesgo de infección por los microorganismos ambientales con respecto a las vacas en pastoreo. La prevalencia de casos clínicos se incrementa con el confinamiento, especialmente durante los meses de invierno. La prevalencia de mastitis causada por las bacterias ambientales aparece incrementada en algunos rodeos. La reducción en la mastitis causada por las bacterias contagiosas, y la tendencia hacia el uso de la estabulación puede ser responsable por este incremento. Debido a que las bacterias están ampliamente diseminadas en el medio ambiente de la vaca, la erradicación no es factible, y el control se logra mejor a través de la disminución de la exposición de la ubre y los pezones. Esto involucra el mantenimiento de las vacas en un medio ambiente tan limpio y seco como sea posible, especialmente los lotes de vacas secas y áreas de parto. Las condiciones ambientales que pueden incrementar la exposición a estos microorganismos incluyen sobrecarga animal, pobre ventilación, inadecuada remoción de la bosta, pobre mantenimiento de los freestalls, acceso a lagunas del tambo, áreas de parición sucias, y falta general de limpieza y sanitización del tambo. El máximo movimiento de aire en la estabulación, alimentación, e instalaciones de parto deben proveerse para reducir el número bacteriano, especialmente el flujo de aire sobre los materiales de cama, pisos, y pasillos. La humedad de cualquier tipo, tales como lluvia, orina, agua de bebida, e incluso lavado de la ubre, favorecen el crecimiento de microorganismos ambientales y debe minimizarse. Materiales recomendados para cama: Los materiales para cama son una fuente principal de exposición de la punta del pezón a los microorganismos ambientales entre ordeños, y reducir el número de bacterias en la cama resulta generalmente en un descenso en la mastitis causada por estas bacterias. Materiales inorgánicos con baja humedad tales como arena lavada, lima triturada, y arcilla son preferibles a los materiales orgánicos finamente picados debido a que contienen pocos nutrientes para ser utilizados por las bacterias y están asociados por ello con un bajo número de microorganismos. De estos, la arena lavada es a menudo recomendada debido a su gran facilidad de manejo y porque es menos común que se endurezca en el estabulado si el material se humedece. Sin embargo, algunos sistemas de manejo de la bosta no funcionan bien con la cama de arena. Materiales de cama orgánicos finamente picados tales como aserrín, viruta, bosta reciclada, mazorca de maíz peleteada, cáscara de maní, y paja picada contienen frecuentemente muy alto número de coliformes y estreptococos ambientales. Con paja limpia y larga, el número de coliformes es generalmente bajo, pero el número de estreptococos puede ser elevado. Los coliformes se encuentran en gran número con respecto a los estreptococos en el aserrín y la bosta reciclada. La aplicación de desinfectantes químicos o cal para mantener bajo el número de coliformes puede ser impráctico debido a que se requiere una frecuente aplicación par lograr resultados adecuados. La clave del éxito es que el uso de cualquiera de los materiales sea reemplazado diariamente de la cama húmeda y sucia del tercio posterior de los establos, e independientemente del material utilizado, esta práctica ha demostrado reducir las cuentas bacterianas. Una alternativa es la cama de papel de diario reciclada, pero se gana poca ventaja en disminuir las cuentas bacterianas en la cama o piel del pezón al usar este material en lugar de otros materiales orgánicos. Las cuentas bacterianas en papel de diario reciclado son similares a aquellas en paja picada, pero el papel de diario se encontró tener cuentas más bajas de Klebsiella spp. con respecto al aserrín durante el clima cálido. La disponibilidad de papel de diario puede hacerlo una alternativa económica. Todos los materiales de cama deben almacenarse en áreas secas para prevenir la saturación por la lluvia y humedad del suelo. Apropiados materiales orgánicos de estiércol, ej., bosta reciclada, pueden reducir las cuentas bacterianas, pero la población de patógenos se incrementa a menudo en 10.000 veces dentro de unas pocas horas cuando se usa como cama. Los establos deben rastrillarse al menos dos veces al día cuando los animales son llevados a ordeñarse para asegurar un uso máximo del establo y confort de la vaca. Las áreas para maternidad y vacas secas también deben manejarse similarmente a las vacas lactantes estabuladas. Las áreas para vacas secas deben estar bien drenadas y libres de exceso de bosta. Estos animales se manejan a menudo mejor en pasturas limpias cuando las condiciones climáticas lo permiten. Se recomienda que las parideras sean limpiadas regularmente después de cada parto. La bosta empaquetada debe evitarse a las vacas secas debido a que generalmente contienen un número extremadamente alto de patógenos que son peligrosos para la vaca y su ternero. Prevención por Buenos Procedimientos de Ordeño Preparación de la ubre: La preparación de los pezones y la ubre para el ordeño tiene un doble propósito, denominado, para estimular la bajada de la leche y reducir el número de bacterias en la piel del pezón. Una apropiada preparación de la ubre y el pezón reducirá la contaminación microbiana de la leche, disminuye los escurridos, incrementa la producción de leche, reduce el tiempo de ordeño, y la diseminación de patógenos, ej., Staphylococcus aureus y Streptococcus agalactiae, como así también algunos de los microorganismos ambientales. Sin embargo, el lavado sin secado puede incrementar el número de bacterias en los pezones, lo cual incrementa los conteos bacterianos en la leche y puede incrementar también la tasa de nueva infección. Debe utilizarse poca agua o sanitizante cuando se preparan las ubres para el ordeño, y los pezones deben secarse completamente con toallas de papel individual antes que las unidades de ordeño sean aplicadas. Las esponjas y trapos utilizados para lavar o secar más de una vaca pueden diseminar la bacteria de vaca a vaca y no deben utilizarse. Toallas de papel de uso individual o de tela que son utilizadas en una vaca solamente, y lavadas y secadas entre ordeños se recomiendan para el lavado y secado de los pezones. El predipping de los pezones en un desinfectante efectivo previo al ordeño, y permitiendo que el germicida permanezca en los pezones por al menos 30 segundos reduce las nuevas IMI causadas por patógenos ambientales. Los estudios a campo han demostrado que el predipping reduce la incidencia de mastitis clínica en hasta un 50%, en rodeos con bajos niveles de mastitis contagiosa. El predipping puede también reducir la incidencia de mastitis causada por Staphylococcus aureus. Aunque esta práctica es potencialmente un procedimiento de higiene de ordeño muy valioso, extremado cuidado se debe tener para asegurar que los pezones sean completamente secados de desinfectante antes que la unidad de ordeño sea colocada para prevenir la contaminación de la leche. Desinfección de la pezonera y retrolavado: Después del ordeño, las pezoneras están a menudo altamente contaminadas con microorganismos causantes de mastitis como resultado del ordeño de vacas infectadas. Tales pezoneras contaminadas pueden servir para diseminar bacterias entre cuartos de una vaca o de una vaca a otra. Un método común para desinfectar las pezoneras entre vacas es sumergirlas en una solución desinfectante por unos pocos segundos. El procedimiento preferido es sumergir dos pezoneras a la vez, permitiendo con ello que la solución desinfectante tome contacto con el largo total de las pezoneras. La solución desinfectante debe cambiarse cuando se torna oscura, y es preferible que las pezoneras sean sumergidas primero en un balde con agua limpia para remover el residuo de leche y luego en el sanitizante seguido por un enjuague con agua. A menos que este procedimiento se realice apropiadamente, puede servir más para diseminar organismos de mastitis que para reducirlos, y puede llevar a un incremento en la incidencia de deslizamientos de pezoneras si no se permite drenar el exceso de agua. Un procedimiento alternativo utilizado, particularmente en salas de ordeño, es el retrolavado automático. Muchos sistemas de retrolavado incorporan cinco estadíos. El primero enjuaga el residuo de leche de la superficie interna de las pezoneras, colector, y manguera de leche. Esto es seguido por un enjuague desinfectante, con un tiempo de 30 a 60 segundos para destruir los microorganismos, otro enjuague con agua para remover el desinfectante, y finalmente un golpe de aire para remover el agua residual. El retrolavado es efectivo para reducir la diseminación de microorganismos contagiosos de mastitis; sin embargo, los beneficios del retrolavado son mínimos si un desinfectante post-ordeño efectivo es utilizado. Inmersión/aspersión del pezón: La desinfección de los pezones inmediatamente después del ordeño con un antiséptico seguro y efectivo es el factor más importante para reducir la tasa de nuevas IMI. El objetivo debe ser sumergir el pezón entero en orden de contactar el máximo número de bacterias. Este procedimiento mata casi todos los organismos en la película de leche que es dejada en la piel del pezón después del ordeño, y algunos productos pueden proveer un residuo germicida en los pezones entre ordeños. Además, la desinfección de los pezones reduce las colonizaciones del canal del pezón y ayuda a curar las lesiones de la punta del pezón. Muchos antisépticos disponibles comercialmente reducirán las nuevas IMI por al menos un 50%. Existen muy poco número de instancias en las cuales el antiséptico para pezones se contamina y causa brotes de mastitis en el rodeo. El contenedor original debe mantenerse bien cerrado y los aplicadores deben vaciarse y lavarse regularmente. Más importantemente, los contenidos de las copas de inmersión nunca deben retornarse al contenedor original. Además, los antisépticos de pezones no deben permitirse que se congelen debido a que esto puede causar una separación de los ingredientes con algunos productos. Existen muchos antisépticos para pezones excelentes en el mercado. Los productores deben requerir evidencia de que el producto que va a utilizarse es efectivo. Sólo los productos que demuestren por investigación ser seguros y efectivos deben usarse. El rótulo para tales productos proveerá información de cada ingrediente activo, instrucciones para su uso, el fabricante, un número de lote de producción, y una fecha de expiración. La responsabilidad para generar evidencia conclusiva de la efectividad pertenece al fabricante. El método convencional para la aplicación es la inmersión de los pezones usando algún tipo de copa de inmersión que contiene el producto germicida. En más y más salas de ordeño, particularmente en grandes rodeos, el producto es aplicado por aspersión usando mangueras aspersoras localizadas estratégicamente. Este procedimiento es satisfactorio si se toma cuidado para asegurar que la piel del pezón es cubierta completamente con el producto. Desafortunadamente, muchos operadores solo asperjan hacia los pezones, y porciones significativas de las superficies del pezón no son cubiertas. Se recomienda que la superficie entera del pezón sea cubierta, independientemente que el producto se aplique por inmersión o aspersión. Los estudios han demostrado que si se realiza apropiadamente, cualquier método es efectivo. Máquinas de Ordeñar y Mastitis Mucha controversia existe en como juega el rol de las máquinas de ordeñar en el desarrollo de mastitis. Básicamente, si el equipo está funcionando de acuerdo a las recomendaciones del fabricante, y su capacidad no es excedida, la máquina por sí misma contribuye muy poco al problema de mastitis. Sin embargo, el sistema de ordeño puede influenciar el desarrollo de mastitis de varias formas. Si las pezoneras no son sanitizadas entre vacas, pueden transportar bacterias de mastitis de una vaca a la próxima. El uso inapropiado, tal como el retiro de la unidad de ordeño sin cortar previamente el vacío, puede injuriar el orificio del pezón e incrementar la susceptibilidad a la infección. Fluctuaciones irregulares en el vacío de ordeño pueden causar que microgotas de leche cargadas con bacterias impacten contra la punta del pezón, propulsando bacterias causantes de mastitis a través del orificio del pezón a la ubre. Esas fluctuaciones de vacío pueden ser causadas por deslizamientos de pezoneras y remoción abrupta de la unidad de ordeño. Por ello, es importante secar los pezones antes del ordeño, posicionar la unidad de ordeño apropiadamente en la ubre, seleccionar pezoneras adecuadas, evitar excesivo escurrido de la máquina, y minimizar las repentinas pérdidas de aire cuando las unidades son retiradas. La renovación de las pezoneras cada 1.000 a 1.200 ordeños ó cada 60 días, cualquiera que se cumpla primero, reducirá el riesgo de nuevas infecciones. Terapia Durante la Lactancia y Refugo A pesar del uso de excelentes métodos preventivos, algunas nuevas IMI todavía ocurrirán. Muchas vacas pueden curarse espontáneamente, mientras otras requerirán terapia de droga o descarte. El tratamiento de la mastitis subclínica durante la lactancia está indicado sólo cuando el productor está en peligro de perder su mercado debido a un alto porcentaje de vacas infectadas. El organismo que puede tratarse más rápidamente durante la lactancia con jeringas de infusión antibiótica disponibles comercialmente es Streptococcus agalactiae; las tasas de curación son del 90 al 100%. Muchos casos de mastitis clínica son de forma subaguda, y la terapia antibiótica como así también otras formas de tratamiento son útiles para reducir la severidad de la enfermedad como así también para eliminar la IMI. La infusión intramamaria con un antibiótico aprobado acompañado por ordeño del cuarto afectado frecuentemente con el uso de oxitocina es a menudo de ayuda. La terapia antibiótica es de valor cuestionable en IMI recurrentes o persistentes. Sin embargo, la investigación ha demostrado que el tratamiento de IMI crónicas por Staphylococcus aureus se mejora si la terapia intramamaria es combinada con la inyección intramuscular de antibióticos o si la terapia intramamaria es extendida durante un largo período de tiempo para matar todas las bacterias infectantes. El tambero debe asegurar que una relación válida veterinario/cliente/paciente sea establecida antes de usar drogas en una manera extrarótulo, y siguiendo todas las recomendaciones prácticas de tratamiento y tiempos de retirada para evitar residuos de droga. El descarte es a menudo la única herramienta práctica para eliminar las IMI crónicas de un rodeo. Un gran porcentaje de casos clínicos y leche descartada son contabilizados por sólo un pequeño porcentaje de vacas. Por ello, se debe dar consideración al descarte de aquellas vacas repetidoras cuya continua presencia en el rodeo constituye un reservorio de bacterias que pueden diseminarse a sus pares sanas del rodeo. Terapia al Secado La infusión intramamaria de antibióticos después del último ordeño de la lactancia es uno de los mejores métodos de control de mastitis. El uso de la terapia al secado reduce la prevalencia de mastitis al parto por mejoramiento de la tasa de curación bacteriológica de IMI presentes al secado, y es también beneficiosa en reducir la incidencia de nuevas IMI durante el principio del período seco. El rol primario de la terapia al secado para controlar los patógenos contagiosos de mastitis es mejorar la curación bacteriológica de IMI presentes durante el final de la lactancia y al secado. Además, la terapia al secado ayuda a controlar las nuevas IMI por estreptococos ambientales durante el principio del período seco; sin embargo, está práctica no controla los nuevos casos de mastitis previo al parto cuando las ubres están altamente susceptibles a la nueva infección. Desafortunadamente, las IMI por coliformes no son controladas por la terapia al secado. La efectividad de la terapia al secado es mejorada por el uso de productos de liberación lenta que mantienen niveles terapéuticos de antibióticos por varias semanas dentro de la glándula mamaria seca. Los antibióticos corrientemente disponibles para el uso de la terapia al secado no persisten el período seco entero. Por consiguiente, la terapia antibiótica al secado es inefectiva en prevenir nuevas IMI que ocurren cerca del parto, y tratamientos múltiples con antibióticos para vacas secas durante el período seco no mejoran su efectividad. El tratamiento de todos los cuartos de todas las vacas después del último ordeño de la lactancia se recomienda en lugar del tratamiento selectivo debido a que el primero tiene la ventaja de alcanzar todos los cuartos, siendo más efectivo en prevenir nuevas IMI, y no requiere de procedimientos de laboratorio o screening para decidir cuales cuartos no requiere de procedimientos de laboratorio o screening para decidir cuales cuartos deben tratarse. Se debe tener cuidado durante el uso del tratamiento intramamario, y el método de inserción parcial desarrollado en el Hill Farm Research Station de aplicación de la cánula de la jeringa en el canal del pezón debe seguirse. A menos que se realice apropiadamente, la infusión de antibióticos en la glándula mamaria puede introducir organismos más peligrosos que aquellos que están presentes. Segregación Una recomendación frecuente es que las vacas infectadas sean ordeñadas al final o que sean enteramente segregadas. Sin embargo, debido a que las vacas infectadas pueden identificarse sólo por cultivo de todas las vacas, y la segregación de las vacas infectadas es un incoveniente en muchas situaciones de estabulación, esta recomendación es a menudo impráctica. Con el uso de efectivos procedimientos de higiene, la segregación de las vacas se convierte en menos importante. No obstante, cuando el control de infecciones causados por ciertos patógenos contagiosos tales como Mycoplasma spp. o Staphylococcus aureus es necesario, el cultivo y subsiguiente segregación de las vacas infectadas puede ser una parte importante de un programa de control. La reposición comprada, especialmente vacas que han sido ordeñadas en otros rodeos, debe considerarse como una fuente potencial de patógenos contagiosos y se las debe segregar del rodeo hasta que su estado sanitario haya sido determinado. Si la reposición debe comprarse, las vaquillonas que aún no han parido son una fuente de infección menos común con respecto a las vacas en ordeño. Sólo a las vacas y vaquillonas libres de mastitis contagiosa se les debe permitir unirse al rodeo. Nutrición Las deficiencias vitamínicas y minerales pueden incrementar la susceptibilidad de las vacas lecheras a la mastitis. Por ejemplo, la vitamina A, beta-caroteno, vitamina E, cobre (Cu), y selenio (Se) son micronutrientes esenciales que han demostrado influenciar la resistencia a la mastitis, y deficiencias marginales son comunes en muchos rodeos. Por ello, se debe tener cuidado para asegurar que las vacas como así también las vaquillonas sean provistas de concentraciones adecuadas de esos micronutrientes los períodos de secado y periparto. La suplementación en la dieta de Se y Cu se basa en la disponibilidad de esos elementos en los alimentos. Los suelos en muchas partes del mundo son deficientes en Se; por ello, los alimentos que crecen en esos suelos también serán deficientes. La recomendación corriente en la dieta de Se es de 0,3 ppm para vacas secas y lactantes. recomendación corriente en la dieta de Se es de 0,3 ppm para vacas secas y lactantes. Los requerimientos de Cu en la dieta son afectados por un número de factores, pero el más crítico es el contenido de molibdeno del alimento, el cual interfiere con el metabolismo del Cu. La ingestión en la dieta de 10 a 20 ppm de Cu es adecuada para mantener una apropiada función inmune en las vacas lecheras y mantener los mecanismos de defensa del huésped. Las fuentes principales de vitamina A y E y beta-caroteno son los forrajes, pero las concentraciones de esos nutrientes en los forrajes desciende cuando los alimentos son procesados y almacenados. El confinamiento total de los animales incrementa la alimentación con forrajes almacenados, los cuales pueden resultar en deficiencias de esos importantes micronutrientes. Para las vacas alimentadas con forrajes almacenados, la vitamina E puede requerir una suplementación de 1.000 UI/día para las vacas secas y de 500 UI/día para vacas lactantes, dependiendo de la calidad del forraje y la ingesta de materia seca. La ingesta en la dieta de 70.000 a 100.000 UI/día de vitamina A aparecen como óptimas para el mantenimiento de un apropiado estado inmunitario. Aunque la suplementación rutinaria de beta-caroteno no se recomienda corrientemente, suplementando 300 a 600 mg/día de beta-caroteno por varias semanas previas al parto puede ser beneficioso para las vacas que son alimentadas con forrajes almacenados. Otras prácticas de alimentación pueden también afectar la susceptibilidad a la resistencia de mastitis. Por ejemplo, las vacas son especialmente susceptibles a las nuevas IMI inmediatamente después del secado pero se convierten en más resistentes cuando sus ubres están totalmente involucionadas. El proceso de involución puede acelerarse por reducción de la ingesta de nutrientes durante la última semana de la lactancia eliminando el heno de leguminosas, silo, y grano de la dieta, y alimentando con heno o pasto de baja calidad. Una nutrición inapropiada durante el período seco puede resultar también en un incremento de la incidencia de enfermedades metabólicas tales como fiebre de leche en el principio de la lactancia. Las vacas con esas enfermedades pueden caerse, lo cual hace imposible un apropiado ordeño y sanitización de los pezones, incrementando por ello la probabilidad de mastitis. Los métodos de alimentación pueden también influenciar la mastitis. El canal del pezón permanece relajado por un tiempo después del ordeño y puede permitir la entrada de la bacteria. Si se provee de alimento fresco después del ordeño se estimula a las vacas a permanecer paradas y se reduce por ello la exposición de la punta del pezón a los patógenos ambientales en este momento. Control de Mastitis en Vaquillonas El gran desarrollo del tejido productor de leche en las vaquillonas ocurre durante la El gran desarrollo del tejido productor de leche en las vaquillonas ocurre durante la primera preñez, y los tejidos de la ubre deben estar protegidos de los efectos dañinos de las bacterias causantes de mastitis para asegurar la máxima producción de leche. La prevalencia de mastitis en vaquillonas en edad de servicio y preñadas puede ser tan alta como del 95%, y Staphylococcus aureus es a menudo el principal patógeno aislado. Staphylococcus aureus es de particular interés en estos animales lecheros jóvenes debido a su naturaleza contagiosa, efecto dañino en los tejidos de la ubre, y posible efecto perjudicial en la futura producción de leche. La terapia antibiótica por infusión de preparaciones para vaca seca durante la preñez ha sido exitosa en reducir el nivel de mastitis en vaquillonas, como así también el SCC al parto. Más comúnmente, formulaciones para vaca seca basadas en combinación de penicilina/estreptomicina o cefalosporinas han sido utilizadas para tratar cuartos infectados. La terapia debe administrarse a no menos de 45 días a la fecha esperada del parto para evitar residuos de antibiótico en la leche después del parto, y es más comúnmente dada a las 8 a 12 semanas preparto. Una apropiada desinfección de la punta del pezón y uso de la técnica de inserción parcial para la infusión de drogas debe seguirse. La terapia es del 90 al 100% exitosa en eliminar las infecciones por Staphylococcus aureus, el riesgo de residuos antibióticos al parto es mínimo, y la producción de leche se incrementa en aproximadamente un 10% comparada con sus pares no tratadas con mastitis crónica por Staphylococcus aureus. Para prevenir las nuevas infecciones en vaquillonas, las prácticas de manejo tales como el control de moscas, uso de jaulas individuales para prevenir el amamantamiento, segregación de vaquillonas preñadas de las vacas secas, uso de vacunas contra mastitis, y el mantenimiento de las vaquillonas en un medio ambiente limpio y seco puede ser también útil. Vacunación El propósito de la vacunación es estimular la producción de anticuerpos contra los microorganismos causantes de la enfermedad, la cual puede prevenir las nuevas IMI, curar IMI existentes, o reducir la severidad de la mastitis. La inmunización resulta en una mejora de la inmunidad contra un patógeno específico o grupos de patógenos; sin embargo, muchas bacterias que causan mastitis incluyen varias cepas inmunológicamente diferentes. Algunos de los obstáculos para vacunar contra la mastitis coliforme han sido sobrellevados por la inmunización con mutantes rugosos. Escherichia coli J5 es una cepa bacteriana naturalmente mutante modificada estructuralmente, que tiene propiedades antigénicas únicas que mejoran la inmunidad para otras cepas de bacterias Gram-negativas. La vacunación de las vacas contra Escherichia coli J5 durante el Gram-negativas. La vacunación de las vacas contra Escherichia coli J5 durante el período seco y al parto han demostrado reducir la incidencia y severidad de la mastitis clínica coliforme durante la subsiguiente lactancia. Recientes investigaciones en el uso de vacunas experimentales contra Staphylococcus aureus sugieren que la inmunización puede convertirse en una herramienta para el control de la mastitis por Staphylococcus aureus en rodeos problema, especialmente cuando se administran a vaquillonas lecheras. Resumen Para reducir la incidencia de nuevas IMI, la exposición a bacterias causantes de mastitis debe ser minimizada durante el momento del ordeño y el período entre ordeños. El control de organismos contagiosos puede llevarse a cabo mejor por la sanitización y secado de los pezones previo al ordeño, sanitización de los grupos de ordeño entre ordeños, desinfección de las manos de los ordeñadores entre vacas, y es muy importante, la desinfección de los pezones post-ordeño. El control de los organismos ambientales entre ordeños es efectuado proveyendo alrededores limpios y secos, ej., uso de materiales de cama inorgánicos, reemplazo diario de la cama en el tercio posterior de los establos, y mantenimiento de áreas limpias y secas para parición y vacas secas. Una vez que la infección intramamaria se establece, la terapia de los casos clínicos con jeringas de infusión antibiótica, con o sin administración de oxitocina y ordeño frecuente, es a menudo útil para reducir el nivel de infección durante la lactancia. El uso continuo de la terapia al secado al final de la lactancia, y su uso en vaquillonas servidas, ayudará a reducir el nivel de mastitis por Staphylococcus aureus al parto. Además, los progresos en los programas de nutrición y el uso de vacunas efectivas han ayudado a mejorar el estado inmune de las vacas lecheras y prevenir el desarrollo de nuevas IMI. Referencias 1. Blowey, R., and P. Edmondson. 1995. Mastitis Control in Dairy Herds. Farming Press, Ipswich, United Kingdom. 196 pages. 2. Bramley, A.J., J.S. Cullor, R.J. Erskine, L.K. Fox, R.J. Harmon, J.S. Hogan, S.C. Nickerson, S.P. Oliver, K.L. Smith, and L.M. Sordillo. 1996. Current Concepts of Bovine Mastitis. Fourth Edition. National Mastitis Council. Madison, WI. 64 pages. 3. Philpot, W.N., and S.C. Nickerson. 1992. Mastitis: Counter Attack. Babso Bros. Co., Naperville, IL. 150 pages. 4. Sandholm, M., T. Honkanen-Buzalski, L. Kaartinen, and S. Pyorala. 1995. The Bovine Udder and Mastitis. 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