Pantallas PANTALLAS Miércoles, 11 abril 2012 Cultura|s La Vanguardia 26 YourLostMemories es una nueva y feliz iniciativa que se dedica a rescatar películas familiares de Super8 abandonadas en mercadillos y tiendas de segunda mano, las publica en su web e intenta localizar a sus propietarios. Tras esta idea romántica y cinéfila se esconde un ambicioso proyecto artístico que da pistas sobre los nuevos caminos por los que transita el audiovisual La memoria del otro MORROSKO VILA-SAN-JUAN Cuando te acercas a la web de YourLostMemories (yourlostmemories.com), algo te hace pensar en una campaña viral tras la que se oculta una gran agencia y una potente productora. La idea es tan buena y sencilla que huele a engaño. Pero no, es todo mucho más espontáneo y menos premeditado de lo que pueda parecer a primera vista. Se trata de una idea brillante que surgió entre amigos cinéfilos, que giran en torno a la productora Boogaloo Films. Tanto Bernat Manzano como Miguel Ángel Blanca, cabezas visibles del proyecto, habían ido comprando y coleccionando películas huérfanas, carretes de Super8 encontrados en mercadillos y tiendas de segunda mano. Viajes, bodas, excursiones, chapuzones, atardeceres, panorámicas ligeramente temblorosas y be- sos robados ante la cámara, principalmente entre los años 70 y 80. Todo un catálogo de actitudes y estéticas, un retrato preciso de la transición y un gran archivo, en definitiva, de la memoria colectiva no oficial. Bocadillo de romanticismo Poco a poco, la gente de YLM empezó a atesorar cientos y cientos de metros de cine familiar. Fascinados por la mirada inocente que siempre tiene el cine amateur, “porque, a diferencia del cine profesional, la gente muchas veces graba lo que no tiene que grabar, por eso es tan perfecto”, finalmente se preguntaron por los legítimos propietarios, por los dueños de aquellas historias que, sin duda, en algún momento de su vida, habían extraviado sus películas. Así, decidieron montar YLM, con el fin de digitalizar aquellos carretes, colgarlos en la web e intentar devolver a la gente sus recuerdos. Un proyecto tan romántico que cuesta de creer. “Sí, me voy a hacer un bocadillo de romanticismo”, comenta irónico Miguel Ángel Blanca. Cuenta que, cuando enseña el proyecto aquí o allá en busca de financiación, el interlocutor carraspea y siempre acaba preguntando: “¿pero cuál es el modelo de negocio exactamente?”. YLM nació con una ayuda del Ministerio como proyecto transmedia. Además del Super8 como formato y como género, a Miguel Ángel y compañía les interesaba cualquier forma de contar historias en las que pudieran hacer participar a la gente desde su casa. Y en YLM no sólo se puede participar, sino que su funcionamiento es imposible sin la implicación del público, al que se pide que envíe películas y que ayuden a dar pistas sobre los protagonistas de las cintas que se van publicando en la web. Ahora van a buscar inversores privados que quieran apadrinar el proyecto. En su momento pensaron en Kodak, pero a las pocas semanas leyeron en los periódicos que la compañía estaba en bancarrota. Maldijeron su suerte y decidieron seguir buscando. Nuevo paradigma Los integrantes de YLM se formaron en la Escac y, teóricamente, se prepararon para integrase en la industria y trabajar de forma profesional. Y aunque en parte lo hacen, a través de su productora Boogaloo, parece que sus inquietudes van más enfocadas hacia el nuevo paradigma que presenta el panorama actual del audiovisual. Las nuevas maneras de explicar historias y de mostrarlas, frente a los jurásicos y anquilosados sistemas de producción del cine convencional, abren la ventana a otras formas de funcionar, mucho más baratas, sostenibles y, sobre todo, rápidas. Una de ellas, por ejemplo, es el cine o vídeo de apropiación (found footage o cine reciclado). No es un fenómeno nuevo. De hecho, forma parte de una larga tradición, en la que figura como una ramificación del cine experimental. Para los interesados en el tema hay dos obras de referencia: Usos, estilos y formatos contemporáneos del audiovisual de apropiación en España, de Gloria Vilches, un estudio (descargable, editable, abierto a comentarios y añadidos) que se puede consultar en la web Found Footage Hoy (www.foundfootagehoy.com) y el libro de Antonio Weinrichter Metraje encontrado, editado por el festival Punto de Vista de Pamplona. “Venimos de la ficción. Tenemos una productora y, después de comprobar lo complicado que está el tema de levantar una película, encontramos un filón en el hecho de trabajar con material encontrado. Hay familias que perdieron cajas y cajas… Hay mucho material para poder contar historias”, asegura Miguel Ángel. Con el Super8, paradójicamente, el pasado del cine alimenta su propio futuro. El hecho de poder volver a utilizar el cine de una manera artística y plástica le devuelve su esencia de espectáculo. También sirve para generar nuevos discursos. Como reza el lema promocional de la Mostra de Cinema Periférico (S8), de A Coruña, “en el cine, como en el cerdo, se puede aprovechar todo”. Así, en YLM, deciden poner sus archivos de metraje encontrado y adoptado al servicio de todos aquellos realizadores que quieran llevar a cabo su propia pieza de apropiación. Al principio, se supone que buscando visibilidad para el proyecto, se lo proponen a Isabel Coixet, quien firma junto a Carla Sospedra One Art, donde ilustra el poema homónimo de Elisabeth Bishop. Se trata de una certera reflexión acerca de la aceptación de la pérdida y la capacidad de superación con la Sin necesidad de rodar un solo plano, con material ajeno, se puede hacer algo completamente nuevo que nos sorprende la memoria. Una voz en off femenina recitando (casi leyendo) el poema, junto a las imágenes de viajes, panorámicas de pueblos y ciudades, puestas de sol y plano de flores de final, convierten la pieza en un producto inequívocamente Coixet. Se demuestra así que, sin necesidad de rodar un solo plano, con material ajeno debidamente seleccionado, y aplicando un discurso propio a la hora de montarlo y presentarlo, se puede hacer algo completamente nuevo y personal. Puentes y generaciones También contactaron con otros directores como Roser Aguilar, Kike Maíllo o Isaki Lacuesta. Este último les propone ampliar la oferta a todo tipo de realizadores afines. Y así es como empiezan a hacer piezas gente como Rafa de los Arcos (de Boogaloo), Kikol Grau (de Hamaca), un histórico de BTV “etapa Huerga” y también creador, junto a Arturo Bastón y Félix Pérez-Hita, del bizarro y por momentos desternillante Gabinete de Crisis, “un programa de televisión que nunca verá en televisión”. La nómina se amplia y entre los invitados a realizar montajes especiales figuran algunos nombres muy conocidos y respetados en circuitos de cine experimental, videocreación y documental de autor, como Dani Cuberta, Virginia García del Pino o Andrés Duque. La cercanía al proyecto de Ingrid Guardiola (estudiosa y profesora de audiovisual, además de potente agitadora cultural) hizo que la gente de YLM entrara en contacto con un amplio abanico de realizadores interesados en el cine de apropiación y el reciclaje audiovisual. Curiosamente, las inquietudes y afinidades de la gente que circula en torno a YLM, que rondan la treintena, conectan con otra generación de realizadores, ya entrados en los cuarenta, que son buena parte de los que pasaron por BTV (Barcelona Televisió) en la época en que la dirigió Manuel Huerga, entre 1997 y 2003. Estos son algunos de los ya mencionados, como Arturo Bastón, Kikol Grau o Félix Pérez-Hita (que prepara una serie de diálogos videológicos, bajo el epígrafe de Hilo Mental). También hay nombres como el de Roger Lapuente (realizador tan independiente como insobornable y autor de dos interesantes películas de docuficción, Waha y Fum Fum Fum, esta última prácticamente inédita). Otro viejo conocido del apropiacionismo es Benet Román (director de videoclips, piezas para el CCCB y productor en La Chula, junto a la también realizadora Alicia Reginato). Iván Domínguez (realiza- Recuerdos en forma de álbum familiar en movimiento. Bodas, vacaciones, una fiesta de disfraces, aquella escapada al campo o la casa de la playa… Las filmaciones en Super8 forman parte de un lenguaje que ya es universal y el que es muy fácil reconocerse dor de televisión y publicidad) también ha firmado diversas remezclas para clips y trabajos de creación, así como Lope Serrano y Luis Cerveró (dos de los tres creadores de la más que consolidada productora Canadá). Cerveró, de origen valenciano y formado en la Ecam, es un nombre de referencia en el panorama del videoclip. Lejos quedan sus primeros Super8 y sus trabajos de collage y reciclaje, como Orgasmo (1995), frenético montaje con fragmentos de viejas películas, en el que parece rendir homenaje a su admirado Iván Zulueta. Entre sus últimos, personalísimos y estilizados trabajos, se encuentra el clip del grupo musical Mishima L'última ressaca, cuyo líder, David Carabén, es precisamente otro realizador que formó parte de aquella época dorada de la televisión local de la ciudad. | PANTALLAS Miércoles, 11 abril 2012 Cultura|s La Vanguardia El Super8 es un material tan frágil como la propia memoria. La más leve entrada de luz en el lugar menos indicado puede velar varios fotogramas que nunca volveremos a recuperar. El S8 es frágil y, a la vez, casi milagroso. Es cine. Por pequeño que parezca tiene la magia y el encanto del cine, la textura y el grano que no se pueden conseguir mediante ningún otro procedimiento. Tal vez por eso causa tanta fascinación y ha sido usado en tantos y tantos clips, creaciones, ficciones y documentales. Pero, además, el S8 rodado en la época en la que se utilizaba popularmente (básicamente en los años setenta y ochenta) tiene otra virtud no menos importante: es la foto-fija de una época, el retrato exacto de usos y costumbres de varios años que conforman nuestra historia reciente. Así como el programa Cuéntame echa mano del extenso archivo de TVE para hacer referencia a momentos esenciales de nuestra memoria colectiva oficial, el S8 sirve para ilustrar la otra memoria, también colectiva: la no oficial. Funciona como una especie de making of de la historia. Resulta fácil reconocernos o sentirnos identificados con cualquier imagen familiar tomada en Super8 porque, más que un formato, es ya casi un código universal. M. V-S-J. 27 Por qué fascina