Capítulo VI Primera ley de la termodinámica 6.1. Definiciones y conceptos La termodinámica se caracteriza por el estudio de las propiedades de equilibrio de sistemas de gran escala, en los cuales la temperatura es una variable muy importante. Diferentes términos han sido utilizadas en la descripción anterior – equilibrio, sistema, temperatura, que deberán ser definidas rigurosamente más adelante, pero por el momento consideraremos como suficiente el concepto cotidiano que uno tiene de cada uno de ellos. La termodinámica tiene dos leyes básicas y cada una de estas puede ser establecida de forma tal que niega la posibilidad de que existan cierta clase de procesos. La primera ley niega la posibilidad de un proceso que permita a una máquina aislada realizar trabajo indefinidamente; esto es niega la posibilidad de la existencia de lo que se denomina una máquina de movimiento perpetuo de primera clase. La segunda ley no puede ser establecida con tanta exactitud como la primera ley sin una adecuada discusión preliminar. Recordando que aún nuestras definiciones no tienen una forma rigurosa (sólo hemos aceptado el concepto cotidiano de algunos términos) podemos decir que la segunda ley niega la posibilidad de un proceso que permita a una máquina extraer calor desde una única fuente y realizar un trabajo indefinidamente. La segunda ley niega la posibilidad de existencia de una máquina de movimiento perpetuo de segunda clase. Ninguna de estas dos formas de establecer las leyes de la termodinámica resulta muy útil, por lo que las mismas serán definidas más adelante en una forma rigurosa. Un problema característico de la termodinámica consiste en calcular un conjunto de propiedades de un sistema a partir de otras, como consecuencia de la posibilidad de existencia de movimientos perpetuos como los antes mencionados. Históricamente la termodinámica creció a partir de consideraciones que involucraban conceptos tales como calor y temperatura, que frecuentemente son confundidos. Estos conceptos en termodinámica son una abstracción del concepto cotidiano y su significado preciso puede diferir del que le asignamos en el uso diario. En consecuencia es necesario el introducir algunas definiciones y conceptos básicos Sistema Un sistema es una parte o porción determinada del universo observable, en la cual uno está interesado. Típicamente los sistemas termodinámicos son una cierta cantidad de gas, un líquido y sus vapores, la mezcla de dos líquidos, una solución o un sólido cristalino. Entorno Es todo el universo observable a excepción de nuestro sistema. En otras palabras todo aquello que rodeo a nuestro sistema. Límite Un límite separa al sistema del entorno. Idealmente los límites son superficies matemáticas las cuales dotamos con varias propiedades ideales, tales como rigidez e impermeabilidad. Los límites reales sólo aproximan las propiedades de los límites termodinámicos ideales. Un sistema encerrado por un límite impermeable al intercambio 197 de materia es llamado un sistema cerrado; mientras que uno encerrado por un límite permeable al intercambio de materia será denominado un sistema abierto. Variables termodinámicas Las variables termodinámicas son las cantidades que son necesarias o convenientes para especificar y describir un sistema. Muchas de estas variables son derivadas de otras ramas de la física, tales como la presión derivada de la mecánica y las fuerzas ejercidas por campos eléctricos y magnéticos del electromagnetismo. Estado de un sistema Cuando las variables necesarias para describir un sistema están especificadas (es decir sus valores son perfectamente conocidos), el estado del sistema se dice que está especificado. Equilibrio Uno de los conceptos más importante y fundamental en la termodinámica es el del equilibrio. Uno podría pensar que un sistema está en equilibrio si las variables que lo describen no cambian en el tiempo. Sin embargo esta idea no es suficiente para una efectiva definición de equilibrio en termodinámica, pues un sistema podría continuar en estado estacionario a expensas de producir cambios en el entorno (la temperatura podría seguir constante si enfriamos en sistema desde el exterior). Una definición más adecuad podría ser: Un sistema está en equilibrio sí y sólo sí se encuentra en un estado en el cual no posible realizar un cambio sin provocar cambios en el entorno. La termodinámica clásica trata sólo con sistemas en equilibrio. Es necesario hacer notar que un sistema puede estar en equilibrio con respecto a algunas variables, pero no con respecto a otras. Límites adiabáticos Un límite adiabático es aquel en el cual el estado de un sistema puede ser modificado sólo moviendo dicho límite o ubicando el sistema dentro de un campo de fuerzas (tal como un campo eléctrico, magnético o gravitatorio). Esta definición es crucial para nuestra posterior formulación de la primera ley de la termodinámica. Normalmente en los textos se interpreta a un límite adiabático como aquel que es impermeable al flujo de calor. Sin embargo, es extremadamente difícil dar a priori una definición de calor, y en general resulta mucho más sencillo que el concepto de calor surja como consecuencia de la definición de límite adiabático, como veremos más delante. Límite diatérmico Un límite diatérmico permite que el estado de un sistema pueda ser modificado sin necesidad de mover el límite. Usualmente en los textos se presenta un límite diatérmico como aquel que permite el flujo de calor a través de él, pero esta definición implica definir previamente el concepto de calor. Sistema homogéneo Un sistema cuyas variables termodinámicas son constantes a través del sistema (en ausencia de campos de fuerzas exteriores) se dice que es homogéneo. Si hay campos de fuerzas presentes, ésta definición puede atenuarse requiriendo que las variable únicamente cambien en forma continua, en lugar de requerir que se mantengan constantes. Una columna de gas en un campo gravitacional puede ser considerada como homogénea aún si su densidad varía con la altura. Sistema heterogéneo 198 Un sistema cuyas variables termodinámicas cambian en forma discontinua se dice que es heterogéneo. Un sistema consistente de hielo y agua en equilibrio, se dice que es heterogéneo. Fase Una fase es un subsistema homogéneo. No es necesario que todas las partes de una fase sean contiguas. Por ejemplo, el sistema de hielo y agua considerado con anterioridad, consta de dos fases, una la del hielo (que puede darse en forma de cubitos flotando en forma separada) y otra la del agua. Ecuación de estado Una relación entre las variable presión, volumen, temperatura y cantidad de sustancia en un sistema es denominada una ecuación de estado. Por ejemplo, para un sistema compuesto por un fluido de una sola fase se encuentra que de las tres variables –presión (p), volumen (V) y temperatura (t)- sólo dos de ellas pueden ser elegidas arbitrariamente. La tercera variable es determinada por la naturaleza, como es descrita por la ecuación de estado f ( p,V , t ) 0 . La ecuación de estado puede aproximarse por una expresión analítica, o no, pero debe surgir de experimentalmente o de la teoría; pero no puede considerarse que surge de la misma termodinámica. 6.2 Temperatura Aunque los conceptos de calor y temperatura históricamente se encuentran en los orígenes de la termodinámica, una presentación diferente será la que haremos aquí. En nuestro tratamiento, el calor tiene un papel subordinado como lógica consecuencia de las dificultades que involucran su definición a priori. Sin embargo la temperatura continuará jugando un papel primario. Algunos autores, no muchos, prefieren este camino porque resulta más elegante y lógicamente más simple; pero deberá pagarse un precio en forma de una mayor abstracción. Presuponemos que todo lector tiene una noción primitiva de temperatura, en el sentido de que un cuerpo está más caliente o más frío. El refinamiento y extensión de esta noción primitiva al punto tal en que diferentes números pueden ser adicionados, como una medida de la temperatura de los cuerpos, depende de distintos hechos experimentales. Sobre estos hechos experimentales está basada la operación de instrumentos, denominados termómetros, para asignarle valores numéricos a la temperatura. 6.2.1 Bases experimentales de la medición de la temperatura El primer hecho experimental es que algunas de las propiedades físicas de un cuerpo cambian con la temperatura. Los gases, líquidos y sólidos se expanden y contraen cuando la temperatura sube o baja, si la presión es mantenida constante. Cambios en la temperatura también producen cambios sobre la resistividad eléctrica de los materiales o fuerzas electromotrices entre distintos metales. Estas propiedades, entre otras, que son utilizadas para fabricar termómetros, se denominan propiedades termométricas. El segundo hecho experimental es que existe el equilibrio térmico. Podemos describir el equilibrio térmico diciendo que cuando dos sistemas son puestos en contacto térmico uno con el otro (es decir, separados únicamente por un límite diatérmico) e asilados del entorno por un límite adiabático, las variables termodinámicas de ambos sistemas pueden cambiar con el tiempo, pero eventualmente estos cambios se detendrán y cada sistema estará en equilibrio. Estos dos sistemas están entonces en equilibrio térmico uno con el 199 otro. Por ejemplo, cuando un termómetro de vidrio es puesto en un recipiente con agua caliente, el mercurio que contiene se expandirá rápidamente al principio, y luego más y más despacio hasta que la expansión se detiene. El termómetro y el agua han alcanzado un estado de equilibrio térmico, uno con otro. El tercer hecho experimental es que si dos sistemas están en equilibrio térmico uno con otro y el primer sistema está también en equilibrio con un tercero, entonces el segundo sistema también lo estará en equilibrio térmico con el tercero. Esta propiedad cíclica de la temperatura es necesaria para dar significado al número con que se medirá la misma. Si t a tb y tb t c entonces t a = t b . Este último hecho es algunas veces denominado ley cero de la termodinámica. Los tres hechos experimentales antes mencionados son suficientes para permitirnos construir una escala termométrica. A título ilustrativo repasemos la forma en que un termómetro de vidrio-mercurio es comúnmente calibrado en una clase de laboratorio. El termómetro es puesto inicialmente en un baño de hielo (agua y hielo en equilibrio ambas fases) y la lectura es tomada luego que se alcanza el equilibrio térmico. Entonces el termómetro es expuesto a vapor de agua y luego de alcanzar el equilibrio térmico se toma nuevamente una medición. Si la escala deseada es la centígrado, la temperatura tomada en el baño de hielo se toma como 0○ y la temperatura del vapor como 100○. Una interpolación lineal es utilizada a lo largo del termómetro para asignar las restantes temperaturas entre los dos puntos fijos. Esta escala puede denominarse como la escala de laboratorio elemental en centígrados para un termómetro de mercurio. Esta escala es denominada generalmente como Celsius o en Centígrados y su unidad se representa como 0 C . Notemos que los pasos y propiedades utilizadas para definir dicha escala son los siguientes: 1.- Elección de la propiedad termométrica. 2.- Elección del termómetro (o sistema termométrico, termómetro de vidrio-mercurio). 3.- Elección de los puntos fijos. 4.- Elección de los valores asignados a cada punto fijo. 5.- Elección de la regla de interpolación entre los puntos fijos. El punto que aquí debe ser tenido en cuenta es que todas las elecciones anteriores fueron completamente arbitrarias. Supongamos que construimos otra escala termométrica con una bobina de alambre como sistema termométrico, utilizando la propiedad termométrica de la variación de la resistencia con la temperatura. Si calibráramos el termómetro siguiendo los pasos descriptos anteriormente, determinaríamos los mismos puntos fijos y los valores de ambos termómetros coincidirían en dichos puntos. Sin embargo, ambos termómetros no necesariamente coincidirían en las temperaturas intermedias. La interpolación lineal no nos sería útil para el termómetro de resistencia eléctrica, pues la propiedad termométrica tiene un comportamiento diferente y no sigue una relación lineal. La segunda ley de la termodinámica permite la definición de temperatura sin hacer referencia a las propiedades termométricas de cualquier sustancia material; estos es, permite una definición absoluta de temperatura. Sin embargo, necesitamos el concepto de temperatura previamente a discutir la segunda ley, por lo que debemos partir de los procesos experimentales para definir escalas arbitrarias de temperaturas, según diferentes propiedades termométricas. 200 6.2.2 Gases ideales o perfectos y el Termómetro de gas La ecuación de estado de un sistema compuesto por una cierta cantidad de gas que ocupa un volumen V a una temperatura t y una presión p puede ser expresada por una ley analítica muy sencilla. Obtenemos la ecuación de estado de un gas en su forma más simple, pasando de la escala empírica de temperatura, t, usada hasta ahora, a una nueva escala de temperatura designada por la letra T. Experimentalmente se encuentra que todos los gases a baja presión y fuera de la región de condensación se comportan en la misma forma por efecto de la temperatura. Si el producto entre el volumen y la presión de una determinada masa de gas es utilizado como propiedad termométrica, se encuentra que sólo diferencias muy pequeñas aparecen en las temperaturas indicadas cuando se utilizan diferentes tipos de gases. En la práctica no se miden el producto Vp, volumen V por la presión p; en general se deja el volumen constante (V=cte.) y p es utilizada como propiedad termométrica (o viceversa). La temperatura T es denominada temperatura absoluta. Su unidad se elige de manera que la diferencia entre los puntos de ebullición y congelamiento de l agua a una atmósfera de presión sea igual a 100. El punto de congelamiento del agua corresponde a la temperatura absoluta Tref =273.16. La ecuación de estado de un sistema compuesto por m gramos de un gas cuyo peso molecular es M está dad aproximadamente por: m pV RT (6.1) M donde R es una constante universal (es decir tiene el mismo valor para todos los gases: R 8.314107 ergio/ grado o como veremos más adelante R 1.986caloría/ grado). La ecuación (6.1) es llamada ecuación de estado de un gas ideal o perfecto. En realidad, no existe ningún gas real que cumpla exactamente la ecuación (6.1). Una sustancia ideal que cumple exactamente dicha ecuación se denomina gas ideal o perfecto. Para una molécula gramo (o mol) de un gas (esto es, para un número de gramos de un gas numéricamente igual a su peso molecular) tendremos m M , de modo que (6.1) se reduce a: pV RT (6.2) De las expresiones (6.1) y (6.2) podemos obtener la densidad ( m / V ) del gas en función de la presión y la temperatura: m Mp (6.3) V RT Deberemos considerar con frecuencia transformación de un sistema desde un estado inicial a otro final, pasando por una sucesión continua de estados intermedios. En particular, para una transformación isotérmica de un gas ideal (transformación a temperatura constante), Tenemos: pV constante. En un termómetro de gas el producto pV de una masa fija de gas es utilizado como propiedad termométrica. En la práctica V es mantenido constante (termómetro de gas de volumen constante) y p es utilizado como propiedad termométrica o viceversa. El termómetro de gas no es de uso ordinario en trabajos científicos debido a que la determinación exacta de la temperatura con él es una tarea complicada y dificultosa. La 201 misma se lleva cabo en muy pocos laboratorios en el mundo. Los termómetros de gas son utilizados para medir las propiedades termométricas de otras clases de termómetros más convenientes y determinar la temperatura termodinámica de varios puntos, tales como el punto de fusión o de evaporación. Termómetros calibrados mediante tales puntos fijos son los que se utilizan normalmente en trabajos técnicos y científicos. Las fórmulas de interpolación son deducidas a partir de la medición de sus propiedades termométricas en contraste con el termómetro de gas. La escala de temperaturas, T, basada en el termómetro de gas ideal es medida en unidades Kelvin que se representará por 0 K .La relación entre ambas escalas (temperatura absoluta o en grados Kelvin y Celsius o en grados Centígrados) está dada por: (6.4) t ( 0C) T ( 0K ) 273.15 El cero en la escala Celsius (temperatura de congelamiento del agua) se fijo en 273.16 en la escala Kelvin. Notemos que de acuerdo a (6.4), una temperatura t 273.16 0C corresponde al cero en la escala Kelvin o absoluta, este valor es llamado el cero absoluto. Si el tipo particular de termómetro, es decir el diseño del instrumento, asociado a varios puntos fijos y a una particular fórmula de interpolación entre dichos puntos, están sujetos a estándares internacionales fijados en al año 1968, la escala así definida será una Escala Práctica Internacional de Temperaturas (IPTS-68). Esta escala se eligió en forma tal que las temperaturas medidas se encuentran muy próximas a la del gas ideal. La IPTS-68 se basa en valores asignados a la temperatura de varios estados de equilibrio reproducibles, que se denominan puntos fijos y en instrumentos estándares calibrados a dichas temperaturas. Los puntos fijos definidos se encuentran en estados específicos de equilibrio de fases de sustancias puras. La Tabla 6.1 da los valores de algunos puntos fijos en la IPTS-68. Estado de equilibrio T ( 0 K ) t ( 0C ) Equilibrio entre las fases sólida, líquida y vapor 13.81 -259.34 del hidrógeno (punto triple del hidrógeno) Equilibrio entre las fases líquida y vapor del 20.28 -252.87 hidrógeno (punto de ebullición del hidrógeno) Equilibrio entre las fases líquida y vapor del 27.102 -246.048 neón (punto de ebullición del neón) Equilibrio entre las fases sólida, líquida y vapor 54.361 -218.789 del oxígeno (punto triple del oxígeno) Equilibrio entre las fases líquida y vapor del 90.188 -182.962 oxígeno (punto de ebullición del oxígeno) Equilibrio entre las fases sólida, líquida y vapor 273.16 0.00 del agua (punto triple del agua) Tabla 6.1 Además de las escalas Kelvin y Celsius hay otras dos de uso muy común en USA, que están tendiendo a ser reemplazadas por las anteriores pero que persisten en su uso cotidiano. Las escalas Ranking ( 0 R ) y Fahrenheit ( 0 F ). La escala Ranking se relaciona directamente con la escala Kelvin por: T ( 0 R ) = 1.8 T ( 0 K ) (6.5) 202 La escala Fahrenheit se relaciona con la Ranking por una ecuación análoga a la que relaciona las escalas Celsius y Kelvin, a saber: t ( 0 F )= T ( 0 R )-459.67 (6.6) De esta forma el límite inferior de temperatura en la escala Fahrenheit es -459.67 ( 0 F ). La relación entre las escalas Fahrenheit y Celsius está dada por: t ( 0 F )= 1.8 t ( 0 C )+32 (6.7) La Figura 6.1 muestra gráficamente la relación entre las mencionadas escalas termométricas. Figura 6.1 Veamos a continuación algunos ejercicios simples EjercicioI: Un gas ideal ocupa un volumen de 100 cm3 a 20 0C y a una presión de 100Pa (Pascales). Determine el número de moles del gas en el recipiente. En primer lugar debemos llevar todas las unidades a un único sistema p 100Pa 100 N / m 2 103 dy / cm 2 V 100cm3 t 20 0 C (273.16 20) 0K 293.16 0K R 8.3136 107 erg / m ol.grado En consecuencia, utilizando la ecuación (6.1) ( pV m RT ), donde m / M representa el M número de moles, tenemos que: númerode moles n 103 dy cm2 102 cm3 m pV 4.103 106 mol M RT 8.314 107 erg(mol.0 K ) 1 293.16 0K 203 EjercicioII: Se calienta un gas desde una temperatura T0 a una temperatura final Tfinal mientras se lo mantiene a presión constante en un recipiente cuyo volumen aumenta. ¿En qué factor cambia el volumen? De (6.1) a presión constante obtenemos fácilmente la relación: T final V final T0 V0 El volumen aumenta en la misma proporción que la temperatura. 6.2.3 Transformaciones de sistemas y trabajo Hemos definido en el apartado anterior una transformación de un sistema como el cambio desde un estado inicial hasta otro final, pasando por una sucesión continua de estados intermedios. Si el estado del sistema puede representarse en un diagrama (V, p) el gráfico de la transformación será una curva que une los dos puntos representativos de los estados inicial y final (ver en Figura 6.2, los puntos A y B) Figura 6.2 Se dice que una transformación es reversible cuando los sucesivos estados de la transformación difieren de los estados de equilibrio en cantidades infinitesimales. Una transformación reversible se realiza en la práctica variando muy lentamente las condiciones externas para así permitir que el sistema se ajuste gradualmente a las nuevas condiciones. Por ejemplo, podemos producir una expansión reversible en un gas encerrándolo dentro de un cilindro con un émbolo móvil y desplazando éste hacia fuera muy lentamente (Figura 6.3). Si lo desplazáramos bruscamente se formarían corrientes en la masa gaseosa en expansión y los estados intermedios dejarían de ser estados de equilibrio. Si efectuáramos en un sistema una transformación reversible desde un estado inicial A hasta un estado final B (Figura 6.2), podremos llevarlo nuevamente, por medio de la transformación inversa, desde B hasta A, pasando por la misma sucesión de estados intermedios, pero esta vez en orden inverso. Para realizar esta transformación es necesario simplemente variar en forma muy lenta y en sentido opuesto al de la transformación original las condiciones del medio que rodea al sistema. Podríamos así, 204 por ejemplo de acuerdo a la Figura 6.3, comprimir el gas encerrado en el cilindro, desplazando el émbolo hacia adentro muy lentamente hasta llevar el gas a su volumen y estado inicial. La compresión se realiza entonces en forma reversible, y el gas pasa por la misma sucesión de estados intermedios del proceso de expansión. Figura 6.3 Durante una transformación, el trabajo externo que realiza el sistema puede ser positivo o negativo, es decir, el sistema puede efectuar trabajo sobre el medio que lo rodea o bien éste sobre el sistema. Como ejemplo consideremos un gas encerrado en un cilindro con un émbolo móvil de área S (Figura 6.3). Si p es la presión del cuerpo sobre las paredes del cilindro, la fuerza ejercida por el gas sobre el émbolo será entonces pS. Si se desplaza el émbolo una distancia infinitesimal dh, se efectuará un trabajo infinitesimal dW pS dh (6.8) dado que el desplazamiento es paralelo a la fuerza. Pero S dh es igual al incremento, dV, en el volumen del sistema. Por lo tanto podemos escribir la (6.8) en la forma: dW p dV (6.9) Para una transformación finita, el trabajo que realiza el sistema se obtiene integrando la ecuación (6.9) B W p dV (6.10) A tomando la integral sobre toda la transformación. Cuando el estado del sistema puede representarse sobre un diagrama (V, p), el trabajo realizado durante una transformación tiene una representación geométrica simple. Consideremos una transformación desde un estado inicial indicado por el punto A hasta un estado final indicado por el punto B (Figura 6.2). Esta transformación estará representada por una curva que une los puntos A y B, y cuya forma depende del tipo de transformación considerada. El trabajo realizado durante ésta transformación está dado por VA W p dV VB (6.11) siendo V A y VB los volúmenes correspondientes a los estados A y B. Esta integral, y por lo tanto el trabajo efectuado, puede representarse geométricamente por el área sombreada en la Figura 6.2. 205 Son especialmente importantes las transformaciones para las cuales los estados inicial y final son los mimos. Éstas son las llamadas transformaciones cíclicas o ciclos. Un ciclo, por lo tanto, es una transformación que lleva nuevamente el sistema a su estado inicial. Si el estado del sistema puede ser representado sobre un diagrama (V,p), un ciclo estará representado sobre este diagrama por una curva cerrada, como la ABCD de la Figura 6.4. El trabajo, W, efectuado por el sistema durante la transformación cíclica está dado geométricamente por el área encerrada por la curva que representa el ciclo. Figura 6.4 Sean A y C los punto de abscisas mínima y máxima de nuestro ciclo, y sean A’ y C’ sus proyecciones respectivas sobre el eje V. El trabajo realizado durante la parte ABC de la transformación es positivo e igual al área ABCC’A’A. El trabajo realizado durante el resto de la transformación, CDA, es negativo e igual en magnitud al área CC’A’ADC. La cantidad total de trabajo positivo realizado es igual a la diferencia entre estas dos áreas, y por lo tanto, igual al área delimitada por la curva representativa del ciclo. Es importante hacer notar que el trabajo total realizado es positivo porque recorremos el ciclo en el sentido de movimiento de las agujas del reloj. Si lo recorremos en el sentido contrario, el trabajo efectuado estará dado nuevamente por el área limitada por la curva representativa del ciclo, pero esta vez será negativo. Una transformación durante la cual el sistema no realiza trabajo externo se denomina transformación isocora. Si suponemos que el trabajo dW efectuado durante un elemento infinitesimal de la transformación está dado, de acuerdo con la ecuación (6.9)( dW p dV ), por p dV, para una transformación isocora deberá ser dV=0, o por integración, V= constante. Una transformación isocora es por lo tanto una transformación de volumen constante. Hay que tener en cuenta sin embargo, que el concepto de transformación isocora es más general, dado que requiere que dW 0 para la transformación dada, aún cuando el trabajo dW no pueda ser representado por la (6.9). Las transformaciones durante las cuales la presión o temperatura del sistema permanecen constantes se denominan transformaciones isobáricas e isotérmicas, respectivamente. Podemos calcular fácilmente el trabajo realizado por un gas durante una expansión isotérmica desde un volumen inicial V1 hasta el volumen final V2 . Este trabajo estará VA m RT ) por: dado utilizando las ecuaciones (6.11) ( W p dV ) y la (6.1)( pV VB M 206 V2 W p dV V1 V2 dV V m m RT RT ln 2 V1 V M M V1 (6.12) p1 m RT ln M p2 donde p1 y p2 son las presiones inicial y final, respectivamente. Para un mol de gas tendremos: V p (6.13) W RT log 2 RT ln 1 V1 p2 Una mezcla de varios gases se gobierna por leyes muy similares a aquellas que cumple un único gas. Llamaremos presión parcial de uno de los gases componentes de una mezcla de gases a la presión que dicho gas ejercería si ocupara él solo el volumen total concedido a la mezcla, hallándose a la misma temperatura que ésta. Podemos ahora expresar la ley de Dalton para las mezclas de gases en la siguiente forma: La presión ejercida por una mezcla de gases es igual a la suma de las presiones parciales de todos los componentes presentes en la mezcla. Los gases reales obedecen solo aproximadamente a esta ley, pero s supone que se cumple exactamente en el caso de gases ideales. Ejercicio III: Supongamos que 2 moles de un gas que es mantenido a una temperatura constante de 0 0 C son comprimidos desde un volumen de 4 litros hasta un volumen de 1 litro. ¿Cuál es el trabajo realizado? m 2 moles Entonces n M R 8.313107 erg / mol.grado T 276.16 0K Vinicial 4 litros (no vale la pena transformarlos a cm3 ) V final 1 litro (no vale la pena transformarlo a cm3 ) Utilizando la ecuación 6.12 V final Vfinall Vfinal dV m m W p dV RT RT ln Vinicial V inicial V M M Vinicial ergios W 2 m oles 8.313 107 273.16 0 K (1.386) 0 m ol. K = -6294.6 107 ergios= -6294.6 joules. El signo negativo indica que se ha realizado trabajo sobre el sistema (el gas). 6.3 Primera ley de la termodinámica La primera ley de la termodinámica es en esencia la formulación del principio de conservación de la energía para sistemas termodinámicos. Como tal, puede ser expresada dejando establecido que la variación de la energía de un sistema durante una transformación cualquiera es igual a la suma de energía que el sistema recibe del medio circundante. Para precisar más esta formulación, es necesario definir que se entiende por 207 energía interna del sistema y energía que el sistema recibe del medio circundante durante una transformación. En sistemas conservativos puramente mecánicos, la energía es igual a la suma de las energías cinética y potencial, y por lo tanto constituye una función de estado dinámico del sistema, porque conocer este estado dinámico es equivalente a conocer las posiciones y velocidades de todas las masas puntuales contenidas en el sistema. Si sobre el sistema no actúan fuerzas externas, la energía permanece constante. Por lo tanto si A y B son dos estados sucesivos de un sistema aislado, y E A y EB son las energías internas correspondientes, entonces: E A EB Cuando sobre el sistema actúan fuerzas externas, E A no necesariamente deberá ser igual E B . Si W es el trabajo realizado por las fuerzas externas (trabajo que desaparece del medio circundante) durante una transformación desde el estado inicial A hasta el estado final B (recodar que W es el trabajo realizado por el sistema sobre el medio, es decir trabajo que aparece sobre el medio), el principio dinámico de conservación de la energía toma entonces la forma: (6.14) EB E A W De esta ecuación surge que el trabajo, W, realizado durante la transformación depende sólo de los estados extremos A y B, y no de la manera particular en que se realiza la transformación entre A y B. Supongamos ahora que desconocemos las leyes de interacción entre las diferentes masas puntuales de nuestro sistema dinámico, en ese caso, no podemos calcular la energía del sistema cuando éste se halla en un estado dinámico dado. Utilizando la ecuación (6.14) podemos obtener, sin embargo, una definición empírica de la energía de nuestro sistema, en la forma siguiente: Consideremos en nuestro sistema un estado O elegido arbitrariamente y, por definición, tomaremos su energía interna como igual a cero: (6.15) EO 0 De aquí en más nos referiremos a este estado como el estado de referencia de nuestro sistema. Consideremos ahora cualquier oto estado A; el que se obtiene a partir del estado de referencia aplicando al sistema fuerzas externas adecuadas. Sea W A el trabajo que efectúa el sistema durante esta transformación ( W A es, como antes, el trabajo que realizan las fuerzas externas sobre el sistema). Aplicando (6.14) y esta transformación teniendo en cuenta el estado de referencia dado por (6.15) tendremos que: (6.16) E A WA Esta ecuación puede utilizarse como definición empírica de la energía interna E A de nuestro sistema en el estado A. Para que la definición (6.16) tenga significado es obvio que el trabajo W A debe depender necesariamente sólo de los estados O y A y no del camino particular entre O y A sobre el que e realiza la transformación. Ya hemos hecho notar que esta propiedad se deduce de (6.14). Si se demostrara experimentalmente que dicha propiedad no se cumple, ello significaría que, o bien la energía no se conserva en nuestro sistema, o que, además del trabajo mecánico, deben tenerse en cuenta otras formas de transferencia de energía. 208 Supongamos por el momento que el trabajo realizado durante cualquier transformación por nuestro sistema mecánico depende únicamente de los estados inicial y final de la transformación, de modo que podemos utilizar la (6.16) como definición de energía. La ecuación (6.14) puede obtenerse partir de la (6.16) de la forma siguiente. Una transformación entre dos estados cualesquiera A y B puede efectuarse siempre como dos transformaciones sucesivas: primero se realiza la transformación desde A hasta el estado de referencia O, y luego la transformación desde O a B. Dado que el sistema efectúa durante estas dos transformaciones la suma del trabajo W A más W B , el trabajo total realizado durante la transformación desde A hasta B (que es independiente del camino recorrido) es: W WA WB De (6.16) y la ecuación análoga E B WB obtenemos: W EB E A la cual es idéntica a (6.14). Finalmente debemos hacer notar que la definición de energía interna dada por (6.16) ( E A WA ) no es única, puesto que depende de la elección particular del estado de referencia O. Si en lugar de O hubiéramos elegido un estado de referencia diferente, como O’, habríamos obtenido un valor diferente, W A' , para la energía del estado A. Sin embargo, puede demostrarse que W A' y W A difieren sólo en una constante aditiva. La transformación entre los estados O’ y A puede efectuarse como suma de postransformaciones sucesivas, una desde O’ a O y la otra desde O hasta A. El trabajo W A' realizado por el sistema cuando éste pasa de O’ a A estará entonces dado por: W A' = WO'O WA donde WO 'O es el trabajo que realiza el sistema yendo desde O’ hasta O. Tenemos ahora: E A WA ; E A' WA' de modo que E A E A' WO ' O lo cual demuestra que los valores de la energía interna obtenidos basándonos en las dos definiciones difieren en una constante WO 'O . Esta constante aditiva indeterminada que aparece en la definición de la energía interna es, como se sabe, una característica esencial del concepto de energía. No obstante, dado que en la práctica solo se consideran diferencias de energía interna, la constante aditiva no aparecerá en los resultados finales. La única hipótesis implícita en la definición anterior de la energía interna consiste en suponer que el trabajo total efectuado por el sistema durante cualquier transformación depende solamente de los estados inicial y final de ésta. Si algún hecho experimental contradijera esta hipótesis, deberíamos admitir, para seguir sosteniendo la validez del principio de conservación de la energía, la existencia de métodos de intercambio de energía, distintos del trabajo mecánico, entre el sistema y el medio circundante. 209 Tomemos, por ejemplo, un sistema compuesto por una cantidad de agua. Consideremos dos estados A y B de este sistema a la presión atmosférica. Sean t A y t B las temperaturas del sistema en esos dos estados, respectivamente, con t A t B . Podemos llevar nuestro sistema desde A hasta B por dos caminos diferentes. Primer método: Calentamos el agua sobre una llama elevando su temperatura desde el valor inicial t A hasta el valor final t B . El trabajo externo efectuado por el sistema durante la transformación es prácticamente cero. Sería exactamente cero, si el cambio de temperatura no estuviera acompañado por un cambio en el volumen del agua. En realidad el cambio del volumen del agua durante la transformación es muy pequeño; por lo tanto, la cantidad de trabajo que se efectúa también es pequeña y no será tenida en cuenta en nuestras consideraciones. Segundo método: Elevamos la temperatura del agua desde t A a t B calentándola por fricción. Para ello sumergimos en el agua un conjunto de paletas adheridas a un eje central y haciéndolas girar agitamos el líquido (ver Figura 6.5). Observamos que mientras las paletas giran, la temperatura del agua aumenta continuamente. Dado que el agua ofrece resistencia al movimiento de las paletas, para mantenerlas en ese estado de movimiento hasta alcanzar la temperatura final t B debemos efectuar trabajo mecánico, como esquemáticamente se muestra en la Figura 6.5. A esta considerable suma de trabajo positivo realizado por las paletas sobre el agua, corresponde una suma igual de trabajo negativo efectuad por ésta en su resistencia al movimiento de las paletas. Vemos que el trabajo efectuado por el sistema cuando pasa de un estado A al estado B depende del camino elegido para realizar la transformación. Si suponemos que el principio de conservación de la energía se cumple para nuestro sistema, debemos admitir entonces que la energía transmitida al agua, en el segundo método (en forma de trabajo mecánico de las paletas en rotación), lo es en el primer método en una forma no mecánica que llamaremos calor. Llegamos así a la conclusión de que el calor y el trabajo mecánico son equivalentes; son dos aspectos diferentes del mismo fenómeno, la energía. En adelante nos referiremos eventualmente a otros tipos de trabajos como ser el eléctrico o el magnético, además del trabajo mecánico. Sin embargo los dos primeros tipos (trabajo eléctrico y magnético) se consideran rara vez en termodinámica. 210 Figura 6.5 Para expresar de un modo más preciso la equivalencia entre el calor y el trabajo, procederemos de la siguiente forma. Primero encerramos nuestro sistema en un recipiente adiabático para evitar el intercambio de calor con el entorno. Suponemos sin embargo que puede haber intercambio de trabajo entre el sistema (S) y su entorno (por ejemplo, encerrando el sistema en un cilindro con límites adiabáticos, pero provisto de un émbolo móvil en el extremo, ver Figura 6.6). El intercambio de energía entre el sistema (S) y el entorno puede producirse únicamente en forma de trabajo, y del principio de conservación de la energía se deduce que la cantidad de trabajo efectuado por el sistema durante cualquier transformación depende únicamente de los estados inicial y final de la transformación. Figura 6.6 Podemos utilizar ahora la definición empírica (6.16) ( E A WA ) de la energía interna y definir E como una función del estado del sistema únicamente. Si llamamos E E B E A a la variación de energía interna de nuestro sistema que tiene lugar durante una transformación desde un estado A a otro estado B, podemos escribir la ecuación (6.14) ( EB E A W ) aplicada a nuestro sistema, adiabáticamente aislado, en la forma: E W 0 (6.17) 211 Si nuestro sistema no está adiabáticamente aislado, el lado izquierdo de (6.17) será en general distinto de cero, pues en ese caso puede haber intercambio de energía en forma de calor. Por lo tanto, reemplazaremos la (6.17) por una ecuación más general de la forma: (6.18) E W Q donde Q es igual a cero para transformaciones adiabáticas y distinto de cero en los demás casos. Q puede interpretarse físicamente como la cantidad de energía que recibe el sistema en formas diferentes a la del trabajo. Esto puede deducirse directamente escribiendo la (6.18) en la forma: E W Q donde W es la energía recibida en forma de trabajo; por lo tanto Q representa toda otra forma de energía que recibe el sistema. Por definición, diremos que Q es la cantidad de calor recibido por el sistema durante la transformación. Para una transformación cíclica la (6.18) ( E W Q ) adopta una forma muy simple. Dado que el estado inicial y el final de un ciclo son los mismos, la variación de energía es cero ( E 0 ), entonces: W Q (6.19) De aquí surge que el trabajo efectuado por un sistema durante una transformación cíclica es igual al calor absorbido por el sistema. Habiendo llegado a este punto, resulta importante establecer la relación entre esta definición abstracta de calor y su definición calorimétrica tradicional. La unidad calorimétrica de calor, es la caloría, que se define como la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de un gramo de agua, a la presión atmosférica normal, desde 14 0 C a 15 0 C . Para elevar de 14 0 C a 15 0 C la temperatura de m gramos de agua, a la presión atmosférica normal, se requerirán por lo tanto, m calorías. Sea eC la variación de energía de un gramo de agua y wC el trabajo efectuado como resultado de su expansión cuando su temperatura se eleva de de 14 0 C a 15 0 C a la presión atmosférica normal. Para m gramos de agua, la variación de energía y el trabajo realizado serán: y WC m wC EC m eC Consideremos ahora un sistema S que experimenta una transformación (por ejemplo un gas con un estado ( pi , Vi )). Con el objeto de medir el calor intercambiado entre el sistema y los cuerpos que los rodean, lo ponemos dentro de un calorímetro (un recipiente adiabáticamente aislado) que contiene m gramos de agua, a una temperatura de 14 0 C (como muestra la Figura 6.6). Como un calorímetro ideal está perfectamente aislado adiabáticamente, el sistema compuesto por S y el agua del calorímetro está adiabáticamente aislado durante la transformación. Por lo tanto, podemos aplicarle a esta transformación la ecuación (6.17) ( E W 0 ). La variación de la energía total es la suma: E ES EC siendo ES la variación de la energía del sistema S, y EC la variación de la energía del agua del calorímetro. Análogamente, para el trabajo total realizado tenemos: W WS WC Por la (6.17) ( E W 0 ) 212 E S WS (EC WC ) m(eC wC ) Pero de acuerdo con la definición (6.18) ( E W Q ), ES WS es la cantidad de calor QS recibido por el sistema S. Entonces tenemos: (6.20) QS m(eC wC ) que nos indica que el calor es proporcional a m. Por ejemplo, si la temperatura de m gramos de agua de un calorímetro como el de la Figura 6.6 se ha elevado de 14 0 C a 15 0 C , significa que han sido transferidas del sistema S al calorímetro m calorías; es decir, que el sistema S ha perdido m calorías ( Qs m ). De acuerdo con (6.18) ( E W Q ), el calor se mide en unidades de energía (ergios). La relación entre ergios y calorías ha sido medida en muchas experiencias que han dado el siguiente resultado: (6.21) 1 caloría 4.185107 ergios En general es común expresar las medidas de calor en unidades de energía. La ecuación (6.18) ( E W Q ), es una formulación precisa de la equivalencia entre calor y trabajo, constituyendo la primera ley de la termodinámica. 6.4 Aplicación de la primera ley de la termodinámica Sea un sistema homogéneo, constituido por un fluido (gas o líquido), cuyo estado puede definirse en términos de dos cualquiera de las tres variables V, p, T. Cualquier función de estado del sistema, como por ejemplo, su energía, E, será una función de las dos variables elegidas para representar dicho estado. Sea ahora el caso de una transformación infinitesimal de nuestro sistema, es decir, una transformación para la cual las variables independientes sufren solo variaciones infinitesimales. Aplicamos a esta transformación la primera ley de la termodinámica como ha sido expresada en la ecuación (6.18) ( E W Q ). En lugar de E, W y Q debemos escribir dE, dW y dQ , para indicar la naturaleza infinitesimal de dichas cantidades. Obtenemos entonces: dE dW dQ (6.22) como en nuestro sistema dW está dado por (6.9) ( dW p dV ), tenemos: dE pdV dQ (6.23) Si elegimos T y V como variables independientes, E se convierte en una función de esas variables, de forma tal que: E E dE dT dV T V V T En consecuencia la (6.23) tomará la forma: E E (6.24) dT p dV dQ T V V V Del mismo modo, tomando T y p como variables independientes obtenemos para dE E E dE dT dp T p p T 213 mientras que para dV V V dp dV dT p T p T Sustituyendo en (6.23) obtenemos: E E V V p dp dQ p dT T p T p p T p T Finalmente, tomando V y p como variables independientes, tenemos: E E dp p dV dQ V p p V (6.25) (6.26) La capacidad térmica (o capacidad calórica) de un cuerpo es, por definición, la relación dQ/dT, entre la cantidad infinitesimal de calor dQ absorbida por el cuerpo y el incremento infinitesimal de temperatura dT producida por ese calor. En general la capacidad térmica (o calórica) de un cuerpo será distinta si éste se calienta a volumen constante o a presión constante. Sean CV y C p las capacidades térmicas a volumen constante y a presión constante respectivamente. E E De la (6.24)( dT p dV dQ ) podemos obtener una expresión simple T V V V para CV . Para una transformación infinitesimal a volumen constante, dV=0, tendremos: dQ E CV dT V T V (6.27) Análogamente: E E V V p dp dQ ), tenemos Utilizando la (6.25) ( p dT T p p T p T T p para C p la siguiente expresión: dQ E V (6.28) Cp p dT p T p T p El segundo término de la derecha de la (6.28) representa el efecto del trabajo efectuado durante la expansión, sobre la capacidad térmica. En la (6.27) no aparece ningún término análogo, porque en ese caso, como el volumen se mantiene constante, no hay expansión. Se llama calor específico de una sustancia a la capacidad térmica de un gramo de la misma. El calor molecular es la capacidad térmica de un mol. Las fórmulas (6.27) y (6.28) nos dan el calor específico y molecular a volumen constante y a presión constante, siempre que, en lugar de tomar una cantidad cualquiera de sustancia, tomemos un gramo (para el caso del calor específico) y un mol (para el caso del calor molecular). 6.5 Aplicación de la primera ley a los gases En el caso de un gas, podemos expresar en forma explícita la dependencia entre la energía y las variables de estado. Si elegimos como variables independientes a T y V, y 214 probamos en primer lugar, que la energía es sólo función de de la temperatura T y no depende del volumen V. Esta propiedad, como muchas otras propiedades e los gases, se cumple aproximadamente para los gases reales y se considera que se cumple exactamente para gases ideales. Más adelante cuando tratemos la segunda ley de la termodinámica (Capítulo VII) veremos que la energía de un sistema que satisface la ecuación de estado (6.2) ( E W Q ), de un gas ideal, debe ser independiente del volumen V. Sin embargo, a esta altura del curso, daremos una comprobación experimental de esta proposición para un gas. Se trata del experimento llamado de Joule (James Prescott Joule, 1818-1889). Dentro de un calorímetro Joule colocó un recipiente provisto de dos cámaras, A y B (Figura 6.7), comunicadas por un tubo. Llenó con un gas la cámara A e hizo vacío en B. Previamente colocó una llave de paso en el tubo de conexión para poder aislar entre sí las dos cámaras. Cuando el termómetro introducido en el calorímetro indicaba que e había alcanzado el equilibrio térmico, Joule abrió la llave para permitir el desplazamiento del gas desde A hacia B hasta que la presión en todo el recipiente fuera la misma. Figura 6.7 Observó entonces que solo se había producido un ligero cambio en la lectura del termómetro. Esto significaba que, prácticamente, no se había producido transferencia de calor del calorímetro la cámara y viceversa. Se considera que si este experimento pudiera efectuarse con un gas ideal, no habría ningún cambio de temperatura. Aplicaremos ahora la primera ley de la termodinámica a dicha transformación. Dado que Q 0 , tenemos por la ecuación (6.18) ( E W Q ), que para el sistema constituido por las dos cámaras y el gas encerrado en ellas: E W 0 donde W es el trabajo realizado por el sistema y E la variación de la energía interna del sistema. Como los volúmenes de las dos cámaras A y B que componen nuestro sistema no varían durante el experimento, el sistema no puede efectuar trabajo externo, es decir que W=0. Por lo tanto E 0 la energía interna del sistema y, en consecuencia, la energía del gas no varían. Consideremos ahora el proceso en su conjunto. Inicialmente el gas ocupaba el volumen 215 A, mientras que al final del proceso llenaba las dos cámaras A y B; es decir que durante la transformación se produjo un cambio de volumen del gas. El experimento demostró, sin embargo, que no se produjo ninguna variación de temperatura del gas. Como durante el proceso tampoco hubo variación de energía, llegamos a la conclusión de que una variación de volumen a temperatura constante no produce variación en la energía. En otras palabras, la energía de un gas ideal es solo función de la temperatura y no del volumen del gas. Para la energía de un gas ideal podemos escribir entonces: (6.29) E E (T ) Para determinar la forma de esta función haremos uso de la comprobación experimental de que el calor específico a volumen constante de un gas depende solo ligeramente de la temperatura; considerando que para un gas ideal el calor específico es una constante. Nos referiremos a un mol de gas; de manera tal que, C p y CV representan entonces los calores moleculares a presión y volumen constantes, respectivamente. Dado que E depende únicamente de T, no es necesario especificar que el volumen debe dQ E mantenerse constante en la derivada (6.27) ( CV ), y por lo tanto para dT V T V un gas ideal podemos escribir: dE CV (6.30) dT Como se considera a CV una constante, podemos integrar de inmediato la (6.30) y obtener: (6.31) E CV T W * en la que W * es una constante de integración que representa la energía existente en el gas a la temperatura del cero absoluto. Para los fines prácticos esta constante puede ser considerada como cero. Para un gas ideal la ecuación (6.23) ( dE pdV dQ ) que expresa la primera ley de la termodinámica para transformaciones infinitesimales, toma la forma: (6.32) CV dT p dV dQ Diferenciando la ecuación de estado (6.2) ( pV RT ) para un mol de un gas ideal, obtenemos: p dV V dp R dT (6.33) Sustituyendo (6.33) en (6.32), tenemos: (6.34) (CV R) dT V dp dQ Para una transformación a presión constante dp=0, entonces podemos obtener la relación: dQ (6.35) Cp CV R dT p Es decir que la diferencia entre los calores moleculares de un gas a presión constante y a volumen constante es igual a la constante R de los gases. 6.6 Transformaciones adiabáticas de un gas Se dice que una transformación de un sistema termodinámico es adiabática si es reversible y si el sistema está térmicamente aislado de modo tal que no puede haber 216 intercambio de calor entre él y el medio circundante mientras se realiza la transformación. Podemos comprimir y expandir adiabáticamente un gas encerrándolo en un cilindro con paredes no conductoras, provisto de un émbolo que desplazamos hacia adentro o hacia fuera muy lentamente. Cuando un gas se expande adiabáticamente realiza trabajo externo, de manera tal que W, en la ecuación (6.18) ( E W Q ) es en este caso positivo. Dado que el gas está térmicamente aislado, Q=0 y, por lo tanto, E debe ser negativa. Es decir que la energía interna de un gas disminuye durante una expansión adiabática. Como la energía interna está relacionada con la temperatura a través de la ecuación (6.31) ( E CV T W * ), una disminución en la energía significa también una disminución en la temperatura del gas. Con el objeto de obtener una relación cuantitativa entre la variación de temperatura y la de volumen resultantes de la expansión adiabática de un gas, observamos que, como dQ=0, la ecuación (6.32) ( CV dT p dV dQ ) se convierte en: CV dT p dV 0 Por medio de la ecuación de estado (6.2) ( pV RT ), podemos eliminar p de la anterior ecuación y obtener: RT CV dT dV 0 V o dT R dV 0 T CV V Integrando tendremos: R logT logV constante CV O lo que es igual: R CV (6.36) T V constante Esta ecuación nos dice cuantitativamente como una variación adiabática en el volumen de un gas ideal determina un cambio en su temperatura. Comparamos la (6.36) con la ecuación pV=constante (6.37) de un transformación isotérmica. En un diagrama (V, p), las isotermas (6.37) son una familia de hipérbolas equiláteras; mientras que las adiabáticas representadas por (6.36) son cualitativamente similares a hipérbolas, pero su pendiente es mas pronunciada, ya que R / CV 1 . La Figura 6.8 muestra esquemáticamente las curvas isotérmicas (líneas de puntos) y las adiabáticas (líneas continuas) de un gas perfecto para diferentes temperaturas. 217 Figura 6.8 218