Frente a esta situación, se ha generado un rechazo de los pueblos de la región. En Ecuador, el 92% de la población rechaza la firma de un TLC en estas condiciones. En Colombia, 45% se ha manifestado en contra y sólo 38% a favor. En el Perú, en las encuestas la mayoría considera que el TLC tendría como principal ganador a los Estados Unidos. Las organizaciones sociales de los tres países, y de Bolivia, han venido manifestándose frente al TLC, bajo diversas formas de expresión y movilización social. Ni este gobierno ni este Parlamento tienen legitimidad para tomar esta decisión por el Perú. Toledo, PPK y Alfredo Ferrero responden a lobbies privados y extranjeros, y no tienen la confianza nacional. El pueblo debe decidir con un referéndum específico sobre lo que se debe hacer con el TLC con EEUU. N Por un comercio con Justicia Lima, 6 de Setiembre del 2005 22 de setiembre JORNADA NACIONAL TLC: ASÍ NO Adherentes de la Campaña TLC: Así, NO! - Foro de la Sociedad Civil en Salud - Foro Salud - Convención Nacional del Agro Peruano- CONVEAGRO - Coalición Peruana para la Diversidad Cultural - Confederación General de Trabajadores del Perú - CGTP - Confederación Campesina del Perú - CCP - Confederación Nacional Agraria - CNA - Central Unitaria de Trabajadores - CUT-Perú - Campaña Peruana Frente al TLC Campaña N Por un comercio con Justicia Infórmate: www.perufrentealtlc.com DECLARACIÓN Después de 11 rondas, hemos llegado a lo que según el gobierno es la fase final de las negociaciones del TLC Andino - EEUU y se mantienen los principales puntos de peligro para el país, dada la posición intransigente de EEUU y la limitación estructural de no aceptar otorgar compensaciones ante las pronunciadas asimetrías existentes. Según lo negociado, se eliminará la franja de precios agropecuaria mientras se mantienen los millonarios subsidios estadounidenses y no se acepta ningún mecanismo de protección frente a esta competencia desleal. Ningún subsidio al alcance del Estado peruano podrá remediar el daño producido por el ingreso de productos subsidiados que significarán la ruina de decenas de miles de agricultores y familias del Perú. Al mismo tiempo, siguen sin haberse asegurado que nuestras exportaciones del sector agroindustrial tengan facilidades para entrar al mercado estadounidense, debido a que las barreras arancelarias y fitosanitarias no se han levantado. Las exportaciones de confecciones aumentarán con algodón estadounidense, rompiendo la cadena productiva nacional y perjudicando a nuestros algodoneros. Al mismo tiempo, los bienes usados (que incluyen ropa usada) si entran pondrán en la ruina a las Pymes y productores nacionales. Los EEUU han conseguido una mayor protección del monopolio que tienen los nuevos inventos mediante los datos de prueba, lo cual duplicará los precios de los medicamentos favoreciendo a sus empresas transnacionales. Al mismo tiempo, se niegan a reconocer nuestros conocimientos tradicionales y biodiversidad, dejando abiertas las puertas para una bio-piratería a gran escala. Mientras los EE.UU. exigen trato nacional a sus empresas y se elimina todo mecanismo de transferencia de tecnología o de impulso a los sectores nacionales, limitan la posibilidad de políticas tributarias que afecten sus capitales con la amenaza de considerarlas "expropiaciones indirectas" y someternos a juicios internacionales, renunciando el Estado peruano a su soberanía. Todos los servicios que a los EE.UU. les interesan (telecomunicaciones, financieros, courier, etc.) han obtenido las ventajas solicitadas, persisten las limitaciones para los servicios profesionales y el ingreso aun cuando fuera temporal de peruanos a los EEUU para su ejercicio. Seguros y servicios educativos podrán ser brindados desde el exterior sin necesidad de establecerse en el país. El TLC no reducirá la restricción a la movilidad de personas: NO habrá más visas ni mejores condiciones a los migrantes peruanos. Los EEUU no aceptan mantener la Amplia Reserva en Materia Cultural y Educativa que preserve el derecho del Estado Peruano de mantener y adoptar a futuro medidas de protección y promoción a la creación cultural del país, afectando nuestra soberanía para definir políticas culturales al supeditadarlas a un acuerdo comercial internacional. Mientras nos exigen suscripción de todo tipo de tratados internacionales laborales y medioambientales, ellos no los suscriben. Esto refuerza la asimetría de estándares que ellos pueden exigir y nosotros no. Además, se contemplan millonarias multas que están como una espada de Damocles que aplicarán a su leal saber y entender, como eventuales armas proteccionistas. Mientras tanto, sus empresas depredarán el medio ambiente y la biodiversidad impunemente. Mientras ellos firman un Acuerdo internacional, nosotros firmamos un Tratado. Esto implica que nosotros deberemos modificar leyes y normativas que entre en conflicto con el TLC, los EEUU no. Además, no es cierto que se da estabilidad de largo plazo, porque si se viola real o supuestamente alguna de las condicionalidades que EEUU ha impuesto, pueden suspender las preferencias. El TLC, por el contrario, pasaría por alto obligaciones internacionales en materia de derechos humanos suscritas desde hace décadas por el Perú y por toda la comunidad internacional. Este TLC también colisiona con otros esfuerzos de integración o de inserción internacional de la región. Vulnera la normativa comunitaria andina y la pondrá en crisis extrema, y dinamita los esfuerzos de construcción de una Comunidad Sudamericana de Naciones. Diferentes son la negociación con Europa que no entra en conflicto con la integración regional y los esfuerzos de mayor relacionamiento con el Asia en la perspectiva de la construcción de un mundo multipolar. El TLC con EEUU, y el que se impulsa de espaldas al país con Chile, vulneran el interés nacional y nuestra soberanía. Lo que persigue EEUU son intereses estratégicos, más que comerciales: el control de la biodiversidad, reservas de agua, amazonía, energía, narcotráfico, seguridad, en función de sus intereses y de las transnacionales que representa. En esa medida, es una camisa de fuerza que impediría estrategias de desarrollo que beneficien a la mayoría de la población, ya que se perpetuarán las políticas del denominado consenso de Washington, que ya fracasaron en América Latina y son autocriticadas hasta por sus autores originales. Es una suerte de Nueva Constitución que no se podrá modificar (el TLC no tiene plazo de término), y constituye una hipoteca del futuro nacional. N Por un comercio con Justicia