37_11 de mayo de 2013 - Armando Mendoza.pdf

Anuncio
Publicado: Diario La Primera
Fecha: 13 de mayo de 2013
Escribe: Armando Mendoza
Javier
Hoy se cumple una semana de la partida de Javier Diez Canseco. Una
semana desde que se fue, y ya se le extraña. Se ha ido Javier, y la
sensación de pérdida trasciende lo personal, porque al Perú le va a
hacer mucha falta de aquí en adelante, porque la política ahora va a ser más mezquina y más
pequeña sin su presencia; porque habrá un vacío difícil de llenar en tantas causas justas que
encabezó y apoyó. Se ha ido a destiempo, cuando más se le necesitaba, cuando tenía tantas
tareas pendientes y tantos desafíos por enfrentar.
Se ha ido, pero al menos dejo su ejemplo (y no es poca cosa), porque Javier fue la prueba de
que en la política aún hay lugar para la decencia; que es posible soñar y mantener los pies en la
tierra; que se puede apostar por las utopías sin reñir con el sentido crítico; que la firmeza y la
disciplina son compatibles con la generosidad; que hay lugar para la solidaridad incluso en
estas épocas egocentristas; que las convicciones no son negociables, porque sólo con ellas se
vive de veras; que las amenazas y las calumnias (y hubieron tantas) se enfrentan con coraje, y
que la mejor respuesta ante la adversidad es darle para adelante.
Dicen que los indispensables son aquellos que luchan toda su vida, y Javier era de los
indispensables, porque antes que nada era un luchador. Y por ello conoció victorias, y también
derrotas; pues ninguna empresa que valga la pena está exenta de errores y fracasos, y ninguna
derrota es definitiva mientras haya coraje para seguir en la brega. Y a Javier, coraje siempre le
sobró.
Se ha ido; pero mejor pensar que su historia no término aún y que no se fue del todo.
Preferible imaginarle en algún lugar; cuestionando a fondo, como hizo toda tu vida; buscando
incansable las respuestas; construyendo las soluciones, aunque no fueran fáciles; y siempre,
siempre, dando la pelea tercamente por aquello en lo que creía. Ese ejemplo de lucha y
convicción que fue su vida, es lo mejor de su legado. Con algo de constancia y esfuerzo, ese
legado algún día dará frutos.
Hasta entonces, pues, querido Javier.
Ver en: http://www.laprimeraperu.pe/online/columnistas-ycolaboradores/javier_138682.html
Descargar