Caso práctico Carmen Rodríguez Pérez es una trabajadora de un centro comercial que se ha enterado hace unas semanas de su embarazo. Dada su situación se plantea si puede seguir trabajando sin riesgos para el feto, puesto que su puesto de trabajo supone mover pesos y pasarse buena parte de la jornada de pie pasando productos por caja, así como entrar en cámaras frigoríficas a coger productos y colocarlos en las estanterías. Pregunta a su encargada y ésta le dice que lo que tiene que hacer es pedir la baja a su médico de cabecera, que bastante tiene la empresa con la crisis. Al comprobar su vida laboral a fin de anticipar las prestaciones que le corresponden por maternidad, se percata de que la empresa ha cotizado a media jornada, pese a que ella realiza jornada completa desde el comienzo de su relación laboral. La empresa le contesta que le ha variado el contrato de tiempo completo a tiempo parcial porque así lo permite la reforma laboral. Sabe, por otras trabajadoras en la misma situación, que cuando vuelven de la baja por maternidad, las trasladan de centro o le varían la jornada de manera que si la tenían continua se la cambian a jornada partida. Le pregunta a una compañera a dónde podría acudir, le han dicho que a la ITSS, pero que no es fiable porque los Inspectores anticipan su visita al empresario y además sólo pueden entrar a la oficina a pedir los contratos de trabajo, pero no las nóminas porque son confidenciales. En el bar de al lado, Juan ha empezado a trabajar hace una semana, le han hecho un contrato para la formación como camarero pese a que ya trabajó para el mismo empresario en otro bar que tiene abierto en el centro. Su compañero Mario no está dado de alta porque el empresario le dice que como sólo trabaja los fines de semana que su trabajo es marginal. Esa mañana reciben la visita de un Inspector de Trabajo y Seguridad Social que tras exhibir su credencial requiere a los trabajadores presentes se identifiquen y aporten sus datos profesionales. Mario y otro compañero de cocina, perceptor de prestaciones por desempleo, huyen de manera precipitada sin permitir que el funcionario tome sus nombres, respondiendo el empresario que son sus hermanos que están allí para echarle una mano. En el taller de carpintería, Antonio está utilizando una ingletadora para ajustar unos marcos. La ingletadora la compró el empresario de segunda mano y el manual de instrucciones está en polaco por lo que cuando se para y consulta el manual, no sabe qué hacer. Otro compañero le dice que lo habitual en esos casos es quitarle una solapa para que la cuchilla vaya con alegría y no se atasque. Dicho y hecho, al quitarle la solapa los dedos quedan desprotegidos y de resultas de lo anterior se amputa dos dedos de la mano derecha. El trabajador denuncia las circunstancias descritas a la ITSS y solicita el recargo de prestaciones. Además, solicita se revisen sus cotizaciones a la Seguridad Social porque el convenio prevé un complemento salarial que no se ha aplicado y porque a comienzos del año 2014 ha habido una revisión salarial de todos los conceptos. Dice que lo ha reclamado insistentemente a su empresario pero que el gestor le ha dicho que no tienen porqué aplicar el convenio, dado que el ejercicio corriente del año 2013 arroja pérdidas económicas. María trabaja como administrativo en una empresa de servicios. En la actualidad tales servicios los presta en un colegio privado compartiendo despacho con otros administrativos del centro que pertenecen a la plantilla del colegio. Su función concreta es la de poner al día las altas nuevas de niños en las etapas de infantil y primaria. María sufre constantes requiebros y salidas de tono de uno de los profesores del centro, hasta el punto de mandarle emails a su correo y mensajes de móvil. Está pensando en poner la denuncia ante la Inspección pero se pregunta hasta que punto puede utilizar como prueba los correos anteriores. Se recibe por el Inspector de guardia del teléfono de Urgencias 112 una llamada sobre un accidente que ha tenido lugar en el puerto de Algeciras cuando un trabajador de una empresa de electricidad de la zona se disponía a realizar una reparación en el motor de un barco de transporte de pabellón panameño. Por último, Ana Jiménez es graduado social y ha abierto recientemente su despacho profesional en Jerez. Uno de sus clientes le dice que su empresa ha recibido la visita de un Inspector de Trabajo el pasado día y que le dejado un papel donde le cita para la semana siguiente. En el papel de cita, que él se ha negado a firmar porque ya se sabe "que el que firma paga", le pide una serie de documentación que no es estrictamente laboral, como modelos fiscales de operaciones con terceros, contrato de arrendamiento o compraventa de locales y maquinaria, etc, y la comparecencia del sujeto responsable.