Nº de Expediente 7921-D-2014 Fecha de 08/10/2014 Publicación STOLBIZER, MARGARITA ROSA - PERALTA, FABIAN FRANCISCO - LINARES, MARIA Firmantes VIRGINIA - DUCLOS, OMAR ARNALDO. Giro a Comisiones LEY PARA SALDAR DEUDA ACUMULADA CON EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA DEL PAÍS Artículo 1.- Amplíase en un monto equivalente al 0,72% del PIB el presupuesto de la Administración Pública Nacional destinado a Educación, Ciencia y Tecnología para los ejercicios 2015, 2016 y 2017, respectivamente, con el objeto de saldar la deuda acumulada por la Administración Pública Nacional durante los ejercicios 2006-2013 que alcanza al 2,16% del PIB. Artículo 2.- El monto establecido en el artículo 1, se individualizará en una partida especial denominada “Deuda Acumulada del Gobierno Nacional con la Educación, la Ciencia y la Tecnología del país”. En la asignación de estos fondos se priorizarán destinos y programas que tengan por objeto principal el cumplimiento de los objetivos establecidos en el artículo 2° de la ley 26075, en particular, los incisos a) y b). DISPOSICIÓN TRANSITORIA. Artículo 3.- A los efectos de dar cumplimiento a lo establecido precedentemente y de no contemplarse la presente deuda en el presupuesto de la Administración Pública Nacional correspondiente al ejercicio 2015, dispóngase una partida presupuestaria especial ampliatoria con destino a Educación, Ciencia y Tecnología por un total de $29.838.000.000 (veintinueve mil ochocientos treinta y ocho millones de pesos), equivalente a un 0,72% de la estimación oficial del PIB corriente ejercicio 2014, bajo la denominación prevista en el artículo 2°. Artículo 4.- Comuníquese al Poder Ejecutivo. FUNDAMENTOS Sr. Presidente: La educación argentina ha sufrido un deterioro profundo como resultado de la aplicación de políticas educativas neoliberales que han ido vaciando la capacidad de la escuela de producir aprendizajes significativos y vínculos sociales que le den sentido. Paralelamente, la reforma del estado y la aplicación de las políticas económicas de los años 90 produjeron el aumento de las desigualdades y la pobreza dando lugar a un proceso de exclusión social sin precedentes. Estos factores se combinaron de tal manera que reconfiguraron el dispositivo escolar, de tal modo que la escuela se convirtió en una institución de contención social a costa de perder su sentido pedagógico. El progresivo deterioro en el sistema educativo público perjudica en forma directa a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. La igualdad de oportunidades para el acceso a la educación y el conocimiento debe dejar de ser una consigna reivindicativa para convertirse en una realidad concreta. Para ello es imprescindible invertir en el sostenimiento de un sistema educativo más equitativo. La Ley de Educación Nacional, Ley N° 26.206, ha establecido que la educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social garantizados por el Estado, constituyéndose en política de Estado para construir una sociedad justa, reafirmar la soberanía e identidad nacional, profundizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, respetar los derechos humanos y libertades fundamentales y fortalecer el desarrollo económico-social de la Nación. En igual sentido, la Ley de Financiamiento Educativo (Ley 26.075), entre sus fines, se propuso, mediante un incremento de la inversión en educación y una mejora en la eficiencia en el uso de los recursos, garantizar la igualdad de oportunidades de aprendizaje, mejorar la calidad de enseñanza y afianzar el rol estratégico que tiene la educación en el desarrollo económico y socio-cultural del país. Todo ello, con el propósito de recuperar un sistema educativo profundamente deteriorado como consecuencia de las políticas neoliberales que lo devastaron durante una década. Dicho sistema normativo se basa en objetivos tales como: inclusión y permanencia escolar, alfabetización universal, garantía de calidad y equidad del sistema educativo nacional, fortalecimiento institucional, mejora en las condiciones laborales y salariales de los docentes de todos los niveles del sistema educativo, jerarquización de la carrera docente y perfeccionamiento en la formación docente inicial y continua, entre otros. Cabe aclarar que la fijación de una meta presupuestaria de modo de incrementar los recursos destinados a Educación, Ciencia y Tecnología, que en el 2005 rondaba el 4,3% del PBI y pretendía llevar la participación del presupuesto educativo al 6% del PBI en el año 2010, aumentando progresivamente la inversión de Nación y provincias, fue un aporte fundamental pero no suficiente por diversas razones. Una de ellas, la más inmediata, es que hoy estamos en condiciones de afirmar que dicha meta no se ha cumplido efectivamente. Otras razones, mucho más profundas y de carácter estructural, indican que no alcanzan las respuestas basadas exclusivamente en aspectos de financiamiento para dar solución a la acuciante problemática educativa, sin un verdadero abordaje integral de la cuestión. Para adentrarnos en el análisis estrictamente económico sobre la meta presupuestaria establecida, debemos atender, por un lado a los dispositivos legales específicos; por otro, a los datos de la realidad, o al menos a los indicadores oficiales. Así, vemos que la ley 26075 establece en su artículo 3: “El presupuesto consolidado del Gobierno Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado a la educación, la ciencia y la tecnología se incrementará progresivamente hasta alcanzar, en el año 2010, una participación del SEIS POR CIENTO (6%) en el Producto Interno Bruto (PIB).” La ley 26075 establece además, en sus artículos 4 y 5, que el Gobierno Nacional y las Provincias y la CABA tendrán una participación del 40% y el 60% respectivamente en el esfuerzo adicional necesario para alcanzar la meta. Por su parte, la ley 26206 establece, en su artículo 9, “El Estado garantiza el financiamiento del Sistema Educativo Nacional conforme a las previsiones de la presente ley. Cumplidas las metas de financiamiento establecidas en la Ley Nº 26.075, el presupuesto consolidado del Estado nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado exclusivamente a educación, no será inferior al SEIS POR CIENTO (6%) del Producto Interno Bruto (PIB).” En el artículo 4° de la ley 26075, se establece un mecanismo para el cálculo del incremento que debe observar el gasto consolidado en educación, ciencia y tecnología del Gobierno Nacional durante cada ejercicio. En el artículo 5° se establece un mecanismo similar para las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este mecanismo establece que el incremento depende del gasto consolidado durante el ejercicio 2005, del porcentaje de aumento del Gobierno Nacional y las provincias y la CABA, de la meta a alcanzar cada año hasta alcanzar el 6% del PIB en el 2010 y de la estimación del aumento del PIB a precios corrientes del ejercicio siguiente respecto del ejercicio en curso. Ahora bien, a partir de la publicación de la serie del PIB con base en el año 2004 se conocieron nuevos valores de la serie del PIB 2004-2012 tanto nominales como reales. Al cambiar el año base por uno más cercano estos nuevos datos debieran ser más representativos que los anteriores basados en el año base 1993. Entonces, la revisión del cumplimiento de la meta establecida en la ley 26.075 y 26.206 en función de estos nuevos valores muestra que durante el período 2006-2012 la inversión en Educación, Ciencia y Tecnología del país nunca logró alcanzar la meta establecida en la ley de financiamiento educativo. Tal como anticipábamos, queda claro que los objetivos deseados distan mucho de alcanzarse aún si se arribara a la meta presupuestaria. La meta del 6% del PIB no es un punto de llegada; al contrario, es un punto de partida, un piso mínimo a partir del cual debiéramos poder construir un sendero que nos permita alcanzar una educación universal de calidad. También está claro que si disponemos de nueva información respecto del no cumplimiento de este piso mínimo, debemos hacernos cargo de esta cuestión y asumirla como una deuda del conjunto de la sociedad, una deuda que debemos saldar para lograr un presente y sobre todo, un futuro mejor. Calculamos para el período 2006-2012 una deuda acumulada por el Gobierno Nacional, las provincias y la CABA equivalente a un 4,35% del PIB. Durante estos seis años, la inversión promedio en Educación, Ciencia y Tecnología fue de 4,89% del PBI por año. Es decir, la deuda acumulada en seis años es equivalente a casi un año de inversión promedio. A valores de la estimación oficial del PIB 2014, la falta de inversión en Educación, Ciencia y Tecnología desde el 2006 y hasta el 2012 respecto de las metas establecidas en la Ley de Financiamiento Educativo equivale a $180.270 millones de pesos. Para cumplir con las metas, el Gobierno Nacional debía aumentar su inversión desde un 1,02% del PIB en 2005 a un 1,91% a partir del 2010 y las provincias y CABA desde un 2,75% en 2005 a un 4,09 a partir de 2010. Si desagregamos los datos, la deuda acumulada por el Gobierno Nacional fue del 2,08% del PIB y del 2,27% del PIB de las provincias y CABA. Si observamos el cumplimiento anual, las provincias y la CABA lograron acercarse a la meta en los años 2009 y 2012 mientras que el Gobierno Nacional en ninguno. Debe recordarse que durante el período 2004-2012 el Presupuesto de la Administración Nacional aumentó en más de diez puntos del PIB. Cumplir con la meta significaba destinar menos del 10% de este aumento a la Educación, Ciencia y Tecnología del país. A la fecha, disponemos de datos del ejercicio 2013 de la ejecución de presupuesto de la Administración Pública Nacional. En este proyecto, proponemos que se salde la deuda acumulada con la Educación, la Ciencia y la Tecnología durante el período 2006-2013, equivalente a 2,16% del PIB. Para saldar la deuda de la Administración Pública Nacional proponemos un período de tres años y proponemos se salde en montos equivalentes a 0,72% del PIB cada año a partir del 2015. Para el año 2015, el 0,72% del PIB lo calculamos en función de la proyección del PIB 2014 contenida en el mensaje del proyecto de presupuesto 2015. Informe evaluación del cumplimiento de las leyes 26075 y 26206. 1) Cumplimiento de la leyes 26075 y 26206 durante el período 2006-2012. El 6% que nunca fue. El Gasto Consolidado en Educación, Ciencia y Tecnología (GEC) que se utilizó como año base para establecer metas presupuestarias para el Gobierno Nacional, CABA y las Provincias con el objetivo de alcanzar en 2010 un 6% del PIB, fue el correspondiente al año 2005. A partir de este año, el incremento en el total del GEC debía ser equivalente al total del aumento en el pib y un adicional que permita cumplir las metas anuales hasta alcanzar un 6% del pib. Este adicional se debía repartir un 40% correspondiente al Gobierno Nacional y un 60% las provincias y CABA. En el año 2005, el Gasto en Educación, Ciencia y Tecnología del Gobierno Nacional (GEN) equivalía a un 1,02% del pib ($6573 millones) y el Gasto en Educación, Ciencia y Tecnología de las Provincias y la CABA (GEP) equivalía a un 2,75% del pib ($17825 millones). Ese año, en total, el GEC alcanzaba la cifra de 3,77% del pib. A partir de ese año, se establecieron metas que permitieran alcanzar el 6% del PIB. Estas metas establecían que durante los años 2006 a 2010, el GEN debía aumentar hasta alcanzar un monto equivalente a un 1,912% del PIB y el GEP aumentar hasta ser equivalente a un 4,088% del PIB. Sumados se lograba alcanzar el 6% para el GEC. En el cuadro 1, observamos la evolución del GEC, GEN y GEP, durante el período 2005-2012 respecto de los datos del PIB base año 2004. Vemos que durante el período 2006-2012 nunca se logró alcanzar la meta del 6% del PIB para el Gasto en Educación, Ciencia y Tecnología Consolidado. En el año 2012, se alcanza el valor más alto de la serie, con un 5,64% del PIB. Este año el GEN alcanza un 1,63% y el GEP un 4%. En el cuadro 2, se presentan las metas establecidas por las ley 26075 y 26206 para el GEC y las metas que debían alcanzar el Gobierno Nacional (GEN) y las Provincias y la CABA (GEP) respectivamente. Se observa que el Gobierno Nacional mantuvo un déficit de inversión en Educación y Ciencia constante de alrededor de 0,25% del PIB mientras que las Provincias y CABA tuvieron un comportamiento más dispar con un mínimo durante los años 2009 y 2012 de apenas un 0,09% del PIB. Durante el período 2006-2012, el Gobierno Nacional tuvo un déficit de inversión mayor en términos proporcionales que las Provincias y la CABA en relación a las metas establecidas por la ley. Esto ocurrió en un contexto de fuerte aumento en la relación Gasto Público Adm. Nacional / PIB y una significativa disminución porcentual de los recursos coparticipados en relación al total de los recursos de la Administración Nacional. 2) Cumplimiento de las leyes 26075 y 26206 durante los años 2013, 2014 y 2015. Meta del Gobierno Nacional. No disponemos de datos oficiales sobre el Gasto en Educación, Ciencia y Tecnología de las Provincias y la CABA (GEP) para los ejercicios 2013 y 2014. Tampoco disponemos de una estimación para el ejercicio 2015. Por esta razón, solo nos concentramos en el Gasto en Educación, Ciencia y Tecnología del Gobierno Nacional (GEN). Disponemos de datos realizados para el ejercicio 2013, estimados para el 2014 y una propuesta de presupuesto para el ejercicio 2015. En el cuadro 3, se presentan los datos según el Mensaje del Presupuesto 2015. Los datos correspondientes al ejercicio 2013, significan una inversión del Gobierno Nacional en Educación, Ciencia y Tecnología (GEN) con relación al PIB del 1,83%. Es decir, un valor, aunque mayor al del año 2012, aún por debajo de la meta establecida en la ley de financiamiento educativo para el Gobierno Nacional. Ahora bien, ¿Cuánto representa en porcentaje del PIB los datos presupuestados para el ejercicio 2014 y 2015? ¿Se alcanza la meta del 1,91% del PIB del GEN? La respuesta a esta cuestión va a depender de la estimación del PIB nominal que se realice y sobre todo del supuesto de inflación que se use para realizar esta estimación. En el mensaje del Proyecto de Presupuesto 2015, el Gobierno Nacional estima el PIB nominal 2014 en $4.144.247 millones de pesos. Para esta estimación supone un crecimiento real del 0,5% y una estimación del IPI (índice de precios implícitos) del 23,4%.Por otro lado, estima el PIB nominal 2015 en $4.962.709 millones de pesos con un supuesto de un crecimiento del 2,8% y un IPI del 16,4%. Si se cumplieran estos supuestos, el GEN durante el 2014 sería equivalente al 2,04% del PIB y durante el 2015, al 2,18% del PIB. Es decir, durante los ejercicios 2014 y 2015 se cumpliría la meta establecida para el Gobierno Nacional. Ahora bien, si realizamos una estimación del PIB para el ejercicio 2014 y 2015 con supuestos diferentes por ejemplo suponiendo para el 2014 una variación del IPI del 37% y una caída del pib del 1% y para el ejercicio 2015 un IPI del 36% y un crecimiento nulo, el GEN 2014 equivaldría a un 1,86% del PIB, un valor cercano a la meta aunque levemente inferior y el GEN presupuestado para el 2015 equivaldría a un 1,75% del PIB. Es decir, durante el 2015, no se cumpliría con la meta establecida por las leyes 26075 y 26206. En síntesis, durante el ejercicio 2013, el GEN no alcanza la meta establecida por la ley de financiamiento educativo, y la evaluación, a priori, del cumplimiento de la meta del GEN durante los ejercicios 2014 y 2015 va a depender de la inflación y el crecimiento realizados, evaluación que se va a poder realizar a posteriori. A través del presente proyecto pretendemos compensar los desfasajes señalados. Sabemos que se trata sólo de un paliativo frente a un modelo educativo en crisis que debemos reformular, partiendo del reconocimiento del deterioro en la calidad y de los desequilibrios regionales y estructurales que atraviesan a nuestro país y al propio sistema educativo. Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que acompañen esta iniciativa.