17. Nuevos Escenarios en la Metropolitana de Buenos Aires Periferia del Área Alvaro Daniel Arrese Resumen El orden económico global se manifestó en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) durante los 90 con considerables presiones sobre sus centros y periferias, combinando concentración económica y exclusión social. La exclusión social inherente al modelo argentino generó inseguridad sobre sectores urbanos consolidados, actuando como un acicate para desarrollos periféricos socialmente selectivos, de acceso restringido y alta especialización funcional. Grandes inversiones aprovecharon la falta de regulaciones en municipios recientemente anexados a la periferia, para multiplicar allí desarrollos apoyados en la movilidad de las nuevas autopistas, a las que se sumaron con velocidad apabullante. Nuevos conjuntos residenciales se amurallaron en zonas remotas, equipándose como entidades autosuficientes de acceso restringido por guardias de vigilancia. En su inmediatez, el shopping center desplazó a la insegura calle a cielo abierto para cobijar actividades comerciales, se alojaron oficinas parque de última tecnología así como centros de distribución, parques industriales, nuevos esparcimientos, conjuntos hoteleros y centros de salud, conformando una nueva periferia “rica”. La concentración económica condicionó la escala de estos desarrollos, que conformaron nuevas “centralidades de borde” de proporciones gigantescas. La exclusión dominante, por su parte, hizo que en vecindad a ellos se ubicaran también nuevos y gigantescos asentamientos residenciales informales, destinados a los desocupados por la industria que buscaban convertirse en modestos servidores no calificados de las nuevas áreas. La combinación de acciones y migraciones formales e informales provocaron transformaciones sobre la estructura metropolitana. La estructura general resultó seriamente afectada con centralidades consolidadas condenadas a la desaparición y nuevas centralidades periféricas dependientes de la movilidad automotriz. Un espacio urbano integrador por vocación estructural, cuya cuadrícula fundacional sugiere una trama abierta de relaciones sociales, ha devenido en una yuxtaposición de sectores socialmente diferenciados, aislados y fuertemente contrastados en sus equipamientos y servicios. En la presente situación del país, resulta necesario utilizar a la planificación y a los proyectos estratégicos como herramientas complementarias, ya que son tareas interrelacionadas reconstruir las ciudades y restablecer las condiciones de urbanidad y convivencia social. La asociación armoniosa de planes y proyectos resulta ineludible para aportar concreción a la formulación de nuevas políticas urbanas, provocando nuevas potencialidades y reparando los errores cometidos en la década del 90. En el marco actual los actores públicos y privados deben jugar nuevos roles, y correspondería a las autoridades encuadrar al poderoso accionar privado dentro de parámetros coincidentes con el bienestar general, cumpliendo con un objetivo ético fundacional del urbanismo. Transformaciones en el Area Metropolitana de Buenos Aires Buenos Aires fue primero modesta aldea fundacional (1581), devino mas tarde centro institucional y capital de un país promisorio, hasta que a fines del siglo XIX, se le anexó un nuevo puerto, que resultó el más importante del país “de los ganados y las mieses”. La ciudad creció desde entonces con fuerte impulso. Entre 1945 y 1975, fue centro de un corredor industrial y portuario de 450 kilómetros de extensión, que concentró la mayor actividad económica del país, y en la era de los mercados globales, es también punto de confluencia de dos corredores supranacionales que la vinculan con San Pablo y Valparaíso. La ciudad comprende hoy 28 jurisdicciones diferentes y 11.250.000 habitantes. Dentro de los límites jurisdiccionales (GCBA) se radican 3.000.000 de ellos, en una superficie de 200 kilómetros cuadrados, y en los 27 municipios que conforman su Área Metropolitana lo hacen 8.250.000 de habitantes sobre 3.880 kilómetros cuadrados de superficie. Con baricentro en su Casco Histórico, la estructura radio concéntrica metropolitana ocupa el territorio en la forma de un abanico desplegado. Los caminos y vías férreas confluyen al centro, y un corredor define el límite ribereño de la ciudad, vinculándola con el conjunto urbano-industrial del litoral ya descrito. Las autopistas norte, sur y oeste constituyen los ejes de nuevos desarrollos periféricos, y a dos coronas transversales de vinculación construidas debe sumarse una tercera en ejecución. Dentro de la enorme red conformada por trazas viales y ferroviarias, el Área Central define la centralidad más importante, que ha recibido considerable impulso en los últimos años y pugna por ensanchar su saturada superficie. Otras centralidades se ubican a lo largo de las vías radiales terrestres, automotoras y ferroviarias, definiendo concentraciones de servicios del centro a la periferia. La periferia se estructuró históricamente en tres cordones anulares, consolidados en su conformación física y social de manera decreciente según su distancia al centro. Durante los 90, el orden económico global ejerció considerables presiones sobre esta construcción histórica, combinando concentración económica, exclusión social y creciente desigualdad en la distribución de la riqueza. Como lo manifiestan tasas de desempleo superiores al 50% y diferencias superiores a cuarenta entre los ingresos de los más ricos y pobres (coeficientes de Gini). Economías formales de alto nivel de inversión e informales de mera subsistencia se manifestaron codo a codo en los nuevos desarrollos que acogió el AMBA. Yuxtapusieron, en un nuevo orden, a ricos y pobres dentro de su estructura semi-radio-concéntrica. Centros tradicionales entraron en decadencia, mientras áreas ribereñas centrales y nuevas centralidades periféricas fueron promovidas por la recuperación urbana de viejas infraestructuras portuarias y la movilidad y escala de las nuevas autopistas. Las autopistas norte, oeste y sudeste permitieron el crecimiento de la mancha urbana hasta alcanzar un radio aproximado a los 55 km, anexando viejos poblados por el noroeste como Pilar y aproximando por el sudeste a La Plata y a Luján por el oeste. Determinaron asimismo la ubicación de nuevos asentamientos residenciales y de servicios, enhebrados a su discurrir, que anexaron poblados existentes a la mancha urbana. Una Nueva Topografía Global El conjunto de desarrollos formales e informales, centrales y periféricos, ha configurado una nueva “topografía global”, que no resulta ajena a las consecuencias sociales del modelo aplicado en Argentina durante la década del noventa. En este período, algunos sectores medios y altos desplazaron su residencia hacia la periferia buscando un mayor contacto con la naturaleza, penosamente conseguido tras un largo tránsito diario de ida y vuelta por las autopistas (aproximadamente una hora de viaje para cada desplazamiento). El traslado de las áreas residenciales fue complementado con nuevos servicios educativos, de salud y comerciales, definiendo nuevas centralidades periféricas. Simultáneamente, millones de desocupados salieron a la búsqueda de fuentes alternativas de subsistencia frente al modelo de des-industrialización, encontradas en las calles centrales, en las vías estructurales de conexión y en inmediatez a los nuevos desarrollos. Las nuevas actividades de los perdedores del modelo económico instaurado adquirieron distintas manifestaciones. En áreas consolidadas de alta concentración, adoptaron las formas del comercio informal, cuidado de autos estacionados, exhibición de destrezas, recolección y clasificación de basuras, etc. Esta ocupación ambulante del espacio público provocó su saturación, convirtiendo al mismo en un ámbito carente de urbanidad, sucio e inseguro. La concentración de delitos contra la propiedad resultó coincidente con las áreas de alta congestión bancaria, comercial y de transportes, ubicadas en centralidades consolidadas. Esta concentración ha establecido como “zonas calientes” del delito a los cruces de grandes avenidas y sus áreas aledañas. Corrientes y Florida, nudo financiero ubicado en el centro histórico de la ciudad, constituye el más importante de ellos. Seguido muy cerca por el cruce de Cabildo y Juramento, baricentro del importante centro comercial de Belgrano y nudo de transferencia de transportes públicos a escala metropolitana, vecino a importantes sectores residenciales de sectores medio y medio altos. Y finalmente, Pueyrredón y Corrientes, cruce ubicado en inmediatez a la terminal de transportes Once y el importante centro comercial aledaño. Las “zonas calientes” concentran el 30% de los delitos contra la propiedad realizados dentro de los límites de la Capital Federal. Conviene reseñar de paso la estrecha relación existente entre estos delitos y el marco económico de la globalización. Si tomamos las mismas “áreas calientes”, podemos observar el crecimiento de estos delitos en la década de los 90, así como su baja cuando mejoran las tasas de empleo. El número de delitos pasó de 111.029 denunciados en el año 2002, epicentro de la crisis económica, a 97.617 denunciados en el 2003, año en el que comenzó el proceso de recuperación de la economía. Fuente Convenio Ministerio Público Fiscal FADU-UBA, El Mapa del Delito, 2005. El auge de inseguridad en las áreas consolidadas fue aprovechado por el marketing de los nuevos desarrollos residenciales, que encontró en este tema una de las banderas del mercado inmobiliario de los 90. De esta manera, se acentuaron las tendencias de abandono de las zonas residenciales aledañas a las “zonas calientes” por los sectores medios y medioaltos. En estas áreas, el delito se manifestaba en robos de automotores, hurtos domiciliarios, asaltos con tomas de rehenes, secuestros extorsivos, etc. Los nuevos desarrollos que acogerían a los migrantes fueron planteados en enclaves céntricos o periféricos de acceso restringido, resultando socialmente selectivos y de alta especialización funcional, ligados en general a la movilidad automotriz de las nuevas autopistas. Los ferrocarriles, que fueran soporte de la estructura urbana del AMBA, habían entrado en un proceso de decadencia progresiva durante los 80, que se agudizó tras su privatización en los 90. La falta de inversiones y controles, aunados a la mala calidad de los servicios, contribuyeron a que el delito y el vandalismo reinaran en sus viajes. La decadencia del servicio ferroviario arrastró a sus viejas estaciones, que constituían en el pasado el soporte básico de centralidades comerciales y de servicios de menor escala del Área Metropolitana. Estas centralidades entraron también en decadencia, constituyendo sus áreas deshabitadas lugar privilegiado de concentración de marginales. Finalmente, los nuevos asentamientos formales periféricos demandaron servicios, y esta demanda atrajo al sector informal, que buscando fuentes alternativas de trabajo se estableció sobre los bordes de las nuevas murallas protectoras del sector formal, ofreciendo servicios domésticos no calificados y atentando a largo plazo contra la seguridad de los nuevos enclaves, como lo demostró la crisis del 2001. Como se ve, un complejo proceso de re-localización espacial dentro de una estructura metropolitana en crecimiento, en el que actores formales e informales del circuito productivo actúan en algunas ocasiones como complementarios y asociados, y en otras como enfrentados contendientes. Las Nuevas Topologías Esta nueva topografía urbana acarreó la aparición de nuevas tipologías, determinadas por la nueva escala y localización de los usos, así como por nuevas condiciones de seguridad y movilidad automotriz. La concentración económica condicionó la escala de los desarrollos, que conformaron nuevas “centralidades de borde” de proporciones gigantescas. Un acicate adicional a los desarrollos periféricos lo constituyó el aprovechamiento especulativo de la falta de regulaciones urbanísticas en municipios recientemente anexados a la mancha urbana, permitiendo multiplicar en las nuevas periferias los beneficios de la inversión. Residencia Nuevos conjuntos residenciales se amurallaron en el centro o en zonas remotas, equipándose como entidades autosuficientes de acceso restringido por guardias de vigilancia. Ofertando a sus usuarios, según su escala y ubicación, una amplia gama de servicios, abarcando desde puertos deportivos sobre la ribera y universidades de uso exclusivo hasta modestos saunas y salas de video. En términos urbanos, debe balancearse el éxito de la incorporación de áreas ribereñas y su generoso espacio público al centro de la ciudad, por un lado, con la inequidad social impuesta por el otro. Habrá que esperar algunos años, por otra parte, para estudiar el comportamiento de las viviendas en la vitalidad del conjunto, ya que su incorporación va resultando paulatina y a menor ritmo del calculado inicialmente como consecuencia de la crisis del 2001. Las nuevas tipologías residenciales comprenden: - Torres exclusivas de emplazamiento urbano y gran altura (hasta 50 pisos), con vistas dominantes sobre escenarios privilegiados como la ribera, grandes parques, etc. Los exitosos desarrollos de viviendas y equipamientos exclusivos en el sector central este, producidos por la reincorporación a la ciudad de áreas correspondientes al viejo Puerto Madero, manifiestan la vigencia y prestigio de las áreas centrales para usos residenciales, combinados con los recreativos y administrativos. - Condominios de menor altura, destinados a sectores medios, con dotación interna de servicios y comodidades deportivas acordes a la escala del emprendimiento, dispuestos en áreas consolidadas centrales o periféricas. - Viviendas unifamiliares en “country clubs” con servicios especializados, que alcanzan hasta los cien mil habitantes, emplazados en áreas de contacto directo con una “naturaleza” trabajosamente construida, de características campestre ribereñas para las de mas alto nivel o solamente “campestre” para los sectores medios y medio altos. - Gigantescos asentamientos residenciales informales ubicados en vecindad a los nuevos desarrollos formales, destinados a los desocupados por la industria que buscaban convertirse en modestos servidores no calificados de las nuevas áreas residenciales y de servicios. Áreas Comerciales y Nuevos Centros de Esparcimiento La devenida insegura calle a cielo abierto fue desplazada por el shopping center para cobijar grandes concentraciones de actividades comerciales y otras atracciones complementarias. Ubicados en áreas centrales o periféricas, garantizan seguridad para los comerciantes y el público usuario de estas actividades. Los distintos locales son cuidadosamente distribuidos dentro del conjunto según pautas de zonificación que obedecen a estrategias de marketing, y los usos dominantes son complementados con áreas de estacionamiento, gastronómicas, cines y espectáculos ocasionales, supermercados, distintos eventos comerciales, horarios especiales, promociones ocasionales, etc. - Los más céntricos se localizan en viejos edificios de prestigio y valor patrimonial, como el Patio Bullrich, el Mercado de Abasto o las Galerías Pacífico, o en nuevos emprendimientos, donde complementan viviendas, hoteles u oficinas. El impacto de estos centros gigantescos pocas veces es asimilado con naturalidad por el entorno existente, provocando congestiones que deprecian las áreas aledañas. - Centros comerciales periféricos, que constituyen luminosos focos de atracción frente a las autopistas, caracterizados por la presencia de vallas perimetrales, grandes playas de estacionamiento y masas edificadas como contenedores, solo distinguibles entre sí por la gráfica de sus muros. En su interior, un paisaje autosuficiente de marcada artificialidad y anomia suple su ausencia de contactos urbanos o paisajísticos de algún interés. - Otros centros son destinados a sectores medio bajo, bajo la forma de grandes supermercados, centros out-let de segunda selección, etc. - Centros informales de comercialización, que adquieren proporciones gigantescas en puntos clave de contacto metropolitano, como Puente de la Noria, que concentran en kilómetros de desarrollo, bajo apariencias de feria franca, el mercado de las falsificaciones, desde la indumentaria a la electrónica mas sofisticada Áreas de Trabajo Nuevos escenarios céntricos y periféricos acogieron las demandas tipológicas, espaciales y ambientales requeridas hoy por las oficinas del mayor nivel en el centro. Simultáneamente, nuevos enclaves periféricos acogen sedes subsidiarias de las mismas corporaciones, mientras las industrias emplazan las áreas directivas en contacto directo con los centros de producción para reducir costos. - Sedes centrales para la conducción a escala global de las grandes corporaciones y sus servicios exclusivos, ubicadas en la nueva centralidad de Puerto Madero y sus áreas aledañas. Rascacielos de última generación o viejos depósitos portuarios constituyen los contenedores de estas actividades, complementadas por áreas gastronómicas y actividades comerciales de apoyo. El sector central este, delimitado por la costa y el corredor, ha resultado privilegiado para absorber estas demandas de crecimiento central. La disponibilidad espacial del sector permite cumplir acabadamente con estos requisitos, aunque el sector posee una capacidad moderada de desarrollo. - Oficinas parque de última tecnología de emplazamiento periférico, aprovechando tierras mas baratas para alojar en torres o edificios de baja altura y gran desarrollo los centros de cómputo y áreas administrativas de las grandes corporaciones, así como sedes administrativas de sedes industriales aledañas. Su accesibilidad, exclusivamente automotriz, determina desplazamientos de empleados y público con prescindencia de la red de transporte público. - Nuevos esparcimientos, conjuntos hoteleros y centros de salud, que conforman centralidades para la nueva periferia “formal” sobre el borde de las autopistas. - Centros concentradores de stock y distribución de mercaderías a escala regional, nacional y supranacional destinados a las nuevas concentraciones comerciales, ubicados estratégicamente en proximidad a las redes de autopistas. - Nuevos puertos de última generación, especializados en rubros: automotores, containers, etc Conclusiones Frente a este proceso de transformaciones, debemos analizar como reconstruir las condiciones de urbanidad. El nuevo orden económico genera creciente desigualdad social e inequidades en la apropiación de los espacios urbanos. Esta combinación atenta contra la vida urbana, aportando violencia e inseguridad marginal yuxtapuesta a sectores amurallados de selectividad exclusiva y bajísima vitalidad. Resultan tareas interrelacionadas, por lo tanto, reconstruir el espacio urbano y, simultáneamente, las condiciones democráticas de urbanidad. Este objetivo está íntimamente emparentado al compromiso ético del urbanismo, nacido "para contribuir a la felicidad de los hombres". Esta reconstrucción plantea los desafíos simultáneos de encontrar nuevas herramientas y sostén teórico, porque los instrumentos tradicionales han resultado incapaces para la nueva situación. En el marco actual los actores públicos y privados deben jugar nuevos roles, y correspondería a las autoridades encuadrar al poderoso accionar privado dentro de parámetros coincidentes con el bienestar general, cumpliendo con un objetivo ético fundacional del urbanismo. Un espacio urbano integrador por vocación estructural, cuya cuadrícula fundacional sugiere una trama abierta de relaciones sociales, ha devenido en una yuxtaposición de sectores socialmente diferenciados, aislados y fuertemente contrastados en sus equipamientos y servicios. Con la muerte de la calle y la entronización de la autopista, la continuidad urbana ha cedido paso a la mera contigüidad de fragmentos autosuficientes. La periferia se ha instalado en los centros, y nuevas centralidades aparecen en los bordes. Resulta necesario, entonces, la coordinación de la gestión del Área, y la resolución a escala metropolitana de problemas de infraestructura de transportes (puertos, aeropuertos), saneamiento y resguardo ambiental (Cuenca del Matanza-Riachuelo y Reconquista). En la presente situación, resulta necesario utilizar a la planificación y a los proyectos estratégicos como herramientas complementarias. La asociación armoniosa de planes y proyectos resulta ineludible para aportar concreción a la formulación de nuevas políticas urbanas, provocando nuevas potencialidades y reparando los errores cometidos en la década del 90. Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se han emprendido acciones en el área de incumbencia jurisdiccional tendientes a recuperar la urbanidad dentro del AMBA, preservando y mejorando sus componentes estructurales y espacios urbanos, desarrollando acciones tendientes a: - Reforzar las centralidades y sub-centralidades barriales existentes, reinstaurando la vida y seguridad de sus calles, mejorando su espacio público e instalando nuevos equipamientos barriales culturales y deportivos. Teatro 25 de Mayo en Villa Urquiza, Cine El Progreso en Mataderos, Centro Cultural del Sur, Centros Culturales Julián Centella y Carlos Gardel, Pro Danza en Caballito. - Recuperar como espacios públicos las avenidas que estructuran la ciudad y se prolongan hacia el Área Metropolitana, reconquistando competitividad para los usos alojados en sus bordes. Avenida de Mayo, Corrientes, 9 de Julio, Diagonales Norte y Sur, 27 de Febrero, Pedro de Mendoza. - Mejorar el impacto ambiental de infraestructuras instaladas de transporte público, como la ferroviaria, convirtiendo la depreciada barrera urbanística del Ferrocarril Oeste en un eje verde de integración metropolitana norte - sur entre Once y Liniers, que valorizará además los sectores ubicados en su entorno inmediato. - Utilizar la infraestructura de transportes instalada para el desarrollo de actividades culturales en áreas de exclusión social, utilizando a la cultura como un elemento de inclusión social y revitalizando, de paso, infraestructuras subutilizadas. Tren cultural para el área sur. - Extender y modernizar la red de subterráneos, llevando sus servicios en principio hacia la periferia “interna”, contemplando su ampliación hacia la periferia “externa” sur en el futuro. Ampliación de Subterráneos hacia Pompeya, Barrancas de Belgrano, Villa Urquiza y Flores. - Paliar inequidades instalando nuevos equipamientos de gran porte y efecto urbano multiplicador en sectores periféricos degradados, ubicados al sur, con fuertes potencialidades de desarrollo. Buenos Aires desde el Sur, Centro Metropolitano de - - - Diseño, Polo industrial farmacéutico, Hotel Industrial para radicar pequeñas y medianas empresas. Prolongar hacia el sur los espacios recreativos ribereños, vinculando por un paseo costero La Boca y Puerto Madero mediante la recuperación de la avenida costanera Pedro de Mendoza. Se emplazará sobre el circuito citado la Ciudad de la Música, destinada a alojar al futuro Auditorio de Buenos Aires en una vieja usina de considerable valor patrimonial. La obra, que constituirá un punto de atracción multitudinaria, apunta también a recuperar de la depreciación y decadencia al área ribereña de La Boca, incorporando nuevos usos y ofertas de seguro impacto en el histórico barrio. Finalmente, y contra lo previsible en una discusión sobre periferia, recuperar también el Centro Histórico. Porque la preservación de la vitalidad del centro histórico y de sus valores simbólicos y culturales son claves en la vigencia estructural de la ciudad, así como en la identidad y memoria de sus habitantes. El centro histórico cumple un rol estratégico en la recalificación de la Ciudad, por su potencial turístico, administrativo y residencial. Afrontar esta problemática como un conjunto inter-relacionado supone accionar líneas estratégicas con efectos urbanísticos, formulando políticas que preserven los valores urbanos existentes y desarrollen sus potencialidades, reactivando económicamente la ciudad y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. Bibliografia Arrese A. (2002) "Buenos Aires y la Ribera del Plata. Concepto de Diseño para Reestructurar el Centro de la Ciudad". DUP, Delft COPE (2004). Plan Estratégico Buenos Aires 2010. Versión Preliminar Convenio Ministerio Público Fiscal FADU-UBA, EL MAPA DEL DELITO, Buenos Aires, 2005. DG Infraestructura. Secretaría de Cultura. GCBA (2003).” Master Plan para la obras de restauración, renovación y puesta en valor del Teatro Colón” DG Infraestructura. Secretaría de Cultura. GCBA (2003).” Obras de la Secretaría de Cultura ” Gob. Bs. As. (2003) “Desarrollo Económico y Gestión del Patrimonio. El Casco Histórico de Buenos Aires, el Eje Cívico y su Área de Influencia.CEDEM Secretaria de Planeamiento Urbano y Medio Ambiente, Consejo del Plan Urbano Ambiental GCBA ( 2001) . Plan Urbano Ambiental del la Ciudad de Buenos Aires. Síntesis Secretaría de Cultura. GCBA (2003).” San Telmo y Montserrat. Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires” Secretaría de Cultura. GCBA (2004). “Circuito Lumínico Avenida de Mayo” Secretaría de Cultura. GCBA (2004). “Plan de Manejo del Casco Histórico de la Ciudad de Buenos Aires” Torres H. (1992). El Mapa Social de Buenos Aires 1940-90, Serie Difusión FADU UBA, Buenos Aires . En esta obra puede encontrarse un análisis pormenorizado del crecimiento poblacional del Área Metropolitana de Buenos Aires y del decrecimiento y empobrecimiento del Área Central