Tonificación y entrenamiento deportivo

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Tonificación y entrenamiento deportivo
El estímulo vibratorio sobre todo el organismo se ha propuesto recientemente como un
modo de ejercicio debido a su capacidad para producir un aumento de la fuerza en las
extremidades inferiores. Su popularidad se debe a un efecto combinado sobre los sistemas
neuromuscular y neuroendocrino. Las investigaciones realizadas hasta ahora sugieren la
utilización de estas vibraciones como tratamiento en algunas enfermedades como la
osteoporosis o el Parkinson y como un sistema eficaz para estimular la musculatura humana
(Cardinale y Wakeling, BJSM, 2005).
Los sistemas utilizados se caracterizan por proporcionar un
estímulo mecánico cuya intensidad depende de la frecuencia y
de la amplitud de la vibración. Estos aparatos vibran en un
rango de frecuencias entre 10 y 60 Hz (1Hz = 1 vibración por
segundo), proporcionan una amplitud entre 1 y 10 mm y, como
resultante de estas características, alcanzan aceleraciones que
superan unas 15 veces la fuerza de la gravedad terrestre. Las
plataformas más frecuentemente utilizadas ofrecen dos
sistemas de vibración, uno de ellos consiste en un elemento
basculante que ofrece la vibración alrededor de un eje
horizontal (GALILEO), el otro, se fundamenta en la oscilación
de toda la plataforma, de manera uniforme, hacia arriba y hacia
abajo (VIBRALASTER).
Hay que significar que existen diferencias en cuanto al efecto de un
tipo de plataforma u otra. A falta de estudios en profundidad, parece
que el efecto de ambos tipos de plataforma sobre las extremidades
inferiores puede tener un efecto similar, mientras que los efectos sobre
la pelvis y estructuras superiores es totalmente diferente. Al realizar
un balanceo en el caso de las plataformas tipo GALILEO, la pelvis
actua de bisagra de ese movimiento oscilante con lo que el
movimiento vertical que de forma alternante transmite la plataforma a
la extremidad inferior (caso de estar en una posición de pie sobre la
plataforma) se convierte en un balanceo de pelvis y de las estructuras
superiores, con lo que ya no tienen un movimiento vibratorio vertical.
Por tanto, muchos de los efectos generales generados por la
utilización de plataformas vibratorias pueden verse limitados en el
caso de utilizar plataformas oscilantes. Donde más clara parece la
limitación de sus efectos, es sobre la mejora de la masa ósea en pelvis,
columna vertebral,? ya que el aumento de la densidad ósea está
directamente relacionado con las aceleraciones verticales soportadas
por los elementos óseos en concreto, y la transmisión de la
aceleración vertical desde el pie hasta la columna lumbar se limita en
gran medida con la utilización de plataformas de movimiento
oscilante, en relación a las de movimiento vibratorio vertical, como la
VIBRALASTER.
Cuando un sujeto se sube a una plataforma vibratoria, el movimiento repetido ocasiona un
gran estímulo sobre las estructuras músculo-esqueléticas debido a los cambios en la rigidez
muscular producidos como respuesta a la vibración (Grantham, 2005). Este autor analiza
las posibles adaptaciones responsables de los cambios fisiológicos musculares entre las que
se encuentran:
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un aumento del estímulo neurológico de estructuras centrales y periféricas
una mayor predisposición para asimilar el estímulo de entrenamiento
un incremento de la sincronización de las unidades motoras
la estimulación de los órganos tendinosos de Golgi (pequeños receptores sensoriales
localizados en las uniones músculo-tendinosas que controlan la tensión)
un aumento de la liberación hormonal
la aparición de cambios en la concentración de ciertos neurotransmisores (dopamina,
serotonina,...)
el estímulo de receptores sensoriales, como los husos musculares (pequeños
receptores sensoriales musculares que informan del estiramiento muscular),
favoreciendo el ciclo estiramiento-acortamiento
Efectos de las vibraciones sobre la salud
La exposición aguda a las vibraciones produce importantes
efectos metabólicos, cardiovasculares y neuromusculares.
Cuando uno se pone de pie con una ligera flexión de
rodillas, sobre una plataforma vibratoria en marcha, se
produce un aumento del consumo de oxígeno y un
incremento del flujo sanguíneo en muslos y pantorrillas.
Esto último, medido con sistemas de ultrasonidos Doppler,
puede ser debido a que la vibración reduzca la viscosidad
sanguínea y aumente la velocidad de la sangre a través del
entramado arterial.
Los enfermos de Parkinson pueden verse favorecidos por este tipo de estímulo. La
realización de un entrenamiento con vibraciones basado en 3-5 series de 45-60 segundos de
estímulo, con pausas de 30-60 segundos, a una frecuencia de 4-7 Hz, proporciona una
mejoría de alguno o varios de los siguientes síntomas: temblor, rigidez, equilibrio y/o
estabilidad postural. Estas adaptaciones pueden observarse a los 10-60 minutos de finalizar
la sesión de entrenamiento y persistir durante 2 días.
Efectos de las vibraciones sobre la rehabilitación y
recuperación de lesiones
Un grupo de investigadores alemanes ha trabajado sobre los efectos de las vibraciones
mecánicas en deportistas que se encuentran entre la 6ª y 10ª
semana de rehabilitación tras una intervención quirúrgica
destinada a reparar una ruptura del ligamento cruzado
anterior de la rodilla. El entrenamiento consistió en 5 series
de 60 segundos de vibración. La valoración de la
propiocepción de las extremidades inferiores evidenció una
mejora significativa del equilibrio en la dirección anteroposterior.
Estudios con animales sugieren la utilización de las vibraciones para mejorar la masa ósea y
las propiedades mecánicas del hueso. Ultimamente se está
objetivando el mismo efecto en los humanos, es decir, un
aumento de la densidad ósea como respuesta al
entrenamiento mediante vibraciones mecánicas; para ello es
preciso alcanzar unos niveles mínimos de aceleración
vertical, que son diferentes en función de la localización de
la zona ósea en estudio (calcáneo, cadera, pelvis, columna
lumbar,...).
El entrenamiento mediante plataformas vibratorias se está
mostrando eficaz en la disminución del dolor (por cambios
en el umbral de dolor), así como en la mejora de los
problemas específicos de dolor lumbar. Así como con
anterioridad las vibraciones mecánicas se relacionaban con
la génesis de la lumbalgia, en este momento se están
utilizando para su curación.
Efectos de las vibraciones sobre el rendimiento físico
A principios de los años 90 se produjo la irrupción de las vibraciones mecánicas como
método rentable para la mejora del rendimiento físico. Varios estudios han mostrado
efectos positivos sobre la potencia muscular, la flexibilidad, la fuerza, la liberación
hormonal y el equilibrio.
Una reciente revisión de Issurin (2005), sugiere que los
deportistas bien entrenados tienden a responder
positivamente al entrenamiento con vibraciones y que la utilización continuada de este
estímulo puede provocar pérdidas significativas de la condición física. Este último aspecto
se basa en estudios que han observado, tras la inclusión del estímulo vibratorio, una
inmediata disminución de la capacidad de salto que puede responder a una fatiga local que
afectaría al rendimiento neuromuscular.
Roelants y colaboradores (2004), realizan un total de 72 sesiones de entrenamiento con
vibraciones mecánicas a lo largo de 24 semanas con mujeres post-menopáusicas.
Entrenaron un mínimo de 3 días por semana, dejando como mínimo un día de descanso tras
cada sesión de entrenamiento. El entrenamiento por vibraciones mecánicas consistió en la
realización de ejercicios estáticos y dinámicos, sin carga, sobre una plataforma vibratoria.
A lo largo de los 6 meses de entrenamiento se modificó la amplitud y la frecuencia de
vibración que pasaron de 2,5 a 5 mm y de 35 a 40 Hz, respectivamente.
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