La batalla por el control de los jueces CJC de Valladolid :: 08/01/2005 LA BATALLA POR EL CONTROL DE LOS JUECES Se ha desatado una batalla encarnizada entre el PSOE y el PP por el control de los jueces. Puede parecer que esto no tiene la mayor importancia, sin embargo hay que preguntarse cómo es posible que los dos partidos mayoritarios se puedan pelear para controlar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano de dirección de los jueces, si, supuestamente, existe una separación de poderes que hace que el poder judicial sea, en teoría, independiente. Esto es posible porque, a pesar de que la separación de poderes es un pilar básico de cualquier sistema capitalista que se denomine democrático, ésta no existe en el Estado Español. El CGPJ es elegido por los partidos políticos, que colocan en él a jueces afines a su ideología con el fin de controlarlo. Existen dos ramas: el sector conservador (afín al PP) y el progresista (cercano al PSOE), luchando por el poder. Las "opiniones" del CGPJ no son vinculantes para el gobierno pero se puede decir que son tomadas muy en cuenta y rara vez un gobierno aprueba leyes que no cuenten con el beneplácito de los jueces. Es decir, implícitamente existe una ley no escrita que otorga un poder importante a los jueces a la hora de legislar y es por ello que los gobiernos quieren que el CGPJ tenga una orientación política que les sea favorables. Lo que ha ocurrido estas semanas es que el PSOE ha aprobado una ley que modifica las normas de elección de los miembros del CGPJ de manera que pueda cambiar la correlación de fuerzas debido a que actualmente el sector mayoritario es el conservador. Ante esto el PP se ha revelado y ha acusado al PSOE, no sin todo el cinismo del mundo, de intentar "politizar" la justicia (cuando es público y notorio que la justicia no puede estar más politizada de lo que lo está actualmente). El problema es que el PP teme perder el control de los jueces. En definitiva, una guerra fraticida para controlar el CGPJ. Eso que se llama "separación de poderes" es sólo papel mojado. En este contexto cabe preguntarse cómo es posible que en pleno Siglo XXI podamos estar hablando aún de asuntos tan básicos y supuestamente superados (también podemos hablar de la "no-separación" Estado-Iglesia, etc.) en nuestros "avanzados" sistemas "democráticos". La única conclusión que podemos sacar es que vivimos en una mentira de enormes proporciones y que con sólo rascar un poco podemos ver rápidamente que tras el barniz de la "democracia" no hay más que podredumbre y corruptelas. Sin la independencia de los tres poderes se abre la veda para la corrupción del poder ejecutivo, que escapa al control de la justicia. Y a partir de ahí, todo cae como un castillo de naipes. Sin separación de poderes es imposible hablar, en el contexto capitalista, de un "sistema realmente democrático". Y así, podríamos seguir enumerando hasta el infinito todas y cada una de las múltiples cuestiones que nos demuestran que cualquier parecido del sistema político-económico en el que vivimos con una verdadera democracia son pura demagogia. lahaine.org :: 1