IX CAPITULO PROVINCIAL DE MÉXICO OCCIDENTAL

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IX CAPITULO PROVINCIAL DE MÉXICO OCCIDENTAL
HERMANOS MARISTAS RELIGIOSOS LAICOS
Diciembre de 1992.
INDICE
PRESENTACION
0.- PREVIOS
1.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
2 - DECLARACION
2.1.- Nuestro carisma fundacional
2.2.- Carisma encarnado en nuestra Provincia
2.3.- Identidad
2.3.1.- qué somos
2.3.2.- cómo vivimos
2.3.3.- qué hacemos
2.4.- Incidencias
2.4.1.- Pastoral vocacional
2.4.2.- Formación
2.4.3.- Escuela
2.4.4.- Familia cristiana
2.4.5.- Iglesia local
2.4.6.- Pastoral juvenil
2.4.7.- Misiones
3.- ORIENTACIONES
3.1.- Hacia el interior
3.2.- Hacia el exterior
PRESENTACION
Queridos Hermanos:
Después de reflexionar orar y compartir entre los miembros de la comisión capitular hemos
experimentado la alegría de sentirnos especialmente amados por Dios depositarios de la
inspiración de Marcelino la que hoy evidenciamos de gran actualidad y constatamos como parte
del movimiento histórico de nuestra patria junto con la cual construimos nuestra identidad de
cara al futuro.
Nuestra condición de vida como religiosos laicos señala de manera inequívoca que para
nosotros Hermanos Maristas, el amor a Dios pasa por encima de todas las cosas. Por eso
respondemos al don de la consagración que Dios en su bondad ha hecho de nosotros pues nos
ha separado de nuestros ambientes originales para aumentar en nosotros la experiencia de
este amor personal para luego enviarnos a la misión de proclamar con nuestra vidas y por
medio de la educación, que realizar el plan de Dios plenifica nuestro ser y nos da la fuerza
transformadora de su Espíritu para contribuir eficazmente en la transformación de nuestra
sociedad El amar a Dios en todas las cosas es la meta de nuestra sociedad. El amar a Dios por
encima de todas las cosas es lo específico de nuestra vocación y la razón de nuestro testimonio
como laicos consagrados1.
En esta declaración queremos compartir el fruto de nuestra reflexión y oración para que entre
todos podamos manifestar con mayor sencillez y claridad:
quiénes somos
cómo vivimos
qué hacemos
Esperamos que esta reflexión nos lleve a un mayor aprecio de nuestra vocación, anime el celo
en nuestra actividad apostólica y atraiga a muchos jóvenes a seguir las huellas de Marcelino.
O PREVIOS
0 l - Creemos que la única vida cristiana, esto es la animada por el Espíritu de Cristo el Señor,
se puede vivir de múltiples maneras todas ellas válidas y conducentes a nuestra plenitud.
Aunque ciertamente el grado de santidad a que lleguemos provendrá de la intensidad del amor
con que estemos viviendo, sin embargo esas diversas maneras estructuralmente son santas
pues provienen de la voluntad de Dios En efectos la economía divina distribuye sus dones de
suerte que se den todas las formas de vida cristiana; entre ellas se establece una relación que
las convierte en complementarias
0 2 - Nuestro ser "religioso" no es algo añadido a nuestro ser "cristiano": es nuestra única
manera de ser cristianos por voluntad del Padre. La forma de vida que nosotros Hermanos
Maristas, religiosos laicos, llevamos en el seno del Pueblo de Dios es un don del Espíritu Santo
a su Iglesia. No procede de una decisión nuestra: es algo dado. La existencia de los Institutos
1
Cf. Charles Howard, S. G., “Espiritualidad Apostólica Marista”, Circular del 25 de marzo de 1992
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de vida religiosa laical2 procede del querer de Dios. Dicho DON tratamos de explicarlo, en
primer lugar a nosotros mismos y luego a los demás. Pero siempre nos quedamos cortos en lo
uno y en lo otro Es por ello que lo vamos a vivir en medio de tensiones pues hay muchos
estereotipos que van a distorsionar una mirada sana sobre las cosas de Dios3.
0.3.- La vida religiosa laical representa de una manera muy diáfana lo definitivo en el Pueblo de
Dios: la filiación perfecta y la fraternidad universal y todo esto en, desde y con Jesucristo. De
esta forma "la vida de los religiosos laicos profetiza la condición última a la que está llamado el
Pueblo de Dios."4
1.- PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
1.1.- Es posible que para muchos y aún para nosotros mismos, no se considere la vida del
"Hermano" como una vocación específica. En la práctica es vista como una aproximación al
sacerdocio y como la dedicación a obras de suplencia (escuelas hospitales). También suele ser
corriente apreciar al Hermano sobre todo por lo que hace y no por lo que es. A veces incluso
sólo se le valora en cuanto servidor de la figura sacerdotal5.
1.2.- Esta falta de comprensión y sobre todo de estima puede engendrar un cierto malestar en
nosotros: una sensación de no tener lugar preciso en la Iglesia. La consecuencia puede ser el
deslizamiento paulatino hacia cualquiera de los extremos en búsqueda de una identidad
precisa: o encontrar un lugar en la estructura clerical ("somos como los sacerdotes pero no
confesamos ni celebramos"), o derivarnos hacia lo seglar ("somos como los demás cristianos,
pero tenemos votos y vivimos en comunidad").
1.3.- Motivos históricos y situaciones diversas se unen a 1a crisis vocacional que ha afectado a
la vida religiosa en general en muchos países.
1.4.- En la concepción jerárquica de la Iglesia hay dificultad para situar a la vida consagrada
laica. En un esquema de la Iglesia como Pueblo de Dios en el que existen diferentes misiones
2
LAICIDAD y SECULARIDAD no son sinónimos. El primero habla de la condición de pueblo de Dios La segunda habla de
encarnación en las realidades terrenas. SEGLAR es un laico que vive inmerso en la SECULARIDAD, y ésta no se confunde con
el SECULARISMO (ateísmo que absolutiza la autonomía de las realidades terrenas), sino que toma todo su dinamismo de una
sana SECULARIZACIÓN, esto es, una autonomía relativa de la realidad creada. El LAICISMO es una corriente ideológica que
hace abstracción de la dimensión religiosa en la gerencia de los asuntos públicos (gobierno laico, escuela laica)
ASEGLARAMIENTO es el proceso mediante el cual un religioso empieza a vivir a la manera seglar.
”La vida religiosa nació con una configuración típicamente laical Surgió del deseo de algunos fieles cristianos de recoger más
abundantes frutos de la gracia bautismal, y - mediante la profesión de los consejos evangélicos - liberarse de los impedimentos
que pudieran apartarles del fervor de 1a caridad y de 1a perfección del culto divino.” (JUAN PAULO 11, A LA CRIS, ENERO
1986)
3
4
HERMANOS EN LOS INSTITUTOS RELIGIOSOS LAICALES, U.S.G. , Roma, 1991, p 34
“La vida religiosa masculina con demasiada frecuencia se identifica y no sólo por los simples fieles, de forma exclusiva o al
menos preferentemente, con los religiosos sacerdotes. Y no se sabe, o se olvida, que la vida religiosa en cuanto tal prescinde del
sacerdocio ministerial, como lo demuestra la forma objetivamente más numerosa de vida religiosa que es 1a femenina: las monjas
contemplativas o las hermanas de vida activa no son menos religiosas que los benedictinos, o los franciscanos, o los jesuitas. La
opinión corriente olvida el hecho histórico de que los monjes de los primeros siglos eran casi todos laicos, y que desde hace siglos
existen congregaciones religiosas solamente para laicos” (Mario Albertini Subsecretario de la CRIS, ENERO 1986
5
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de servicio no hay dificultad en encontrar nuestro lugar y se facilita la comprensión de nuestra
identidad6.
1.5.- La crisis del modernismo afecta nuestra misión en la medida en que no reflexionamos y
nos definimos a nosotros mismos.
1.6.- El consumismo hedonista en el que vivimos inmersos como sociedad va desgastando el
sentido profético. Sin la suficiente oración ni estudio religioso vamos cediendo a nuestras
individualidades cada vez mas egoístas anulando nuestro testimonio de fraternidad.
1.7.- En un mundo y un Iglesia que buscan el poder que domina las personas, las conciencias
las instituciones, los medios de comunicación... la vida religiosa laical parece no tener espacio
de acción dada su misma naturaleza, básicamente igualitaria.
2.- DECLARACIÓN
2.1.- Nuestro carisma fundacional
2.1.1.- La persona y la obra de Marcelino Champagnat constituyen un don del Espíritu para sus
Hermanos y para la Iglesia. Al ingresar en el Instituto nos hacemos partícipes de ese don esto
es beneficiarios y responsables. El Padre Champagnat nos fundó como Instituto religioso laical
(C.1), de ahí que para poder iniciar el noviciado hemos de ser de condición laical (EST 112.01).
2.1.2.- ¿Cómo explicar que un sacerdote tan celoso del sacerdocio haya impedido a los
Hermanos el acceso al sacerdocio? 7. Marcelino sólo se atrevió a ello porque se sentía
impulsado por el Espíritu Santo. Esto es algo que debemos meditar todos en la Iglesia. ¿Cuál
será el mensaje de Dios encerrado en este hecho?
6
Cf. Circular del 25 de marzo de 1992, Parte II
“Les raisons qui nous ont fait inserer dans notre réglement l'article qui interdit a nos Frères toute fonction ecclesiastique viennet
de se faire sentir de nouveau par la désertion de deux ou trois de nos Frères qui malgré leur engagement entreprennent leurs
études ecclésiastiques “ (216, 02-10, PARROCO, METTON JORGE, 1838-10-31); “Nous avons si blen reconnu le danger et
l'abus qu'il y a pour nos Frères dans ces fonctions [ecclésiastiques] étrangères à leur vocation que nous ne le permettons plus nulle
part.” (307, 05-10, PARROCO, METTON JORGE, 1839-12-04)
7
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2.2.- Carisma encarnado en nuestra Provincia
2.2.1.- Nuestros primeros Hermanos bebieron de las fuentes originales el carisma de Marcelino
Champagnat lo transmitieron a sus sucesores y lo hicieron llegar a quienes Dios escogió y
envío para que fuesen los fundadores de nuestra Provincia: Pierre Damien, Filogonio y
Anselmo.
2.2.2.- El ambiente de fin de siglo en nuestro país tenia un fuerte sabor jacobino: leyes de
reforma, laicidad, separación Iglesia-Estado. El carisma marista caía en una tierra desafiante:
en parte hostil y en parte favorable.
2.2.3.- El anticlericalismo de nuestro Estado mexicano hizo que viviésemos distanciados
externamente de todo contexto clerical. Acentuamos entonces nuestro carácter laical que nos
permitía gran libertad de acción. Sin negar nuestra identidad auténticamente religiosa la gente
que nos frecuentaba nos llegó apreciar mucho desde nuestros valores de secularidad
(humanismo, ciencias habilidad,...). Por otra parte la clericalización en México niveló la
condición de religioso en la categoría de sacerdote religioso donde se privilegiaba lo sacerdotal.
Dada la dificultad de la gente para entender lo que era un Hermano que no era sacerdote los
Hermanos, por facilidad, se dejaban tratar "como si fueran padrecitos" (besamanos, trato de
Monseñor, padrecito...). Uno u otra situación pudieron haber desviado a algunos Hermanos. Sin
embargo para la mayoría fueron benéficas... Nos han permitido avanzar en la comprensión de
nuestra dimensión laical.
2.3 Identidad
2.3.1 Qué somos
2.3.1.1.- Por el bautismo todos cristianos somos llamados a seguir a Cristo y a continuar su
misión (C.79). La imitación de Cristo es la ley suprema de la consagración bautismal y la
condición de nuestro desarrollo pleno en el amor trinitario (C.12). Como bautizados nos
esforzamos en llegar a ser adultos a la medida de Cristo (C.110).
2.3.1.2.- Por nuestra entrega total y sin reservas vivimos radicalmente nuestro bautismo nos
sabemos cristianos entregados totalmente a Dios para amarlo sobre todas las cosas. Por esto
nuestra presencia en la sociedad es significativa; damos testimonio de lo que es absoluto.
Vivimos la condición del futuro, hoy. A1 mismo tiempo tenemos toda la disponibilidad para
entregarnos para la construcción del Reino a través de la educación en la cual atendemos con
especial predilección a los mas desatendidos.
2.3.2.- Cómo vivimos
2.3.2.1.- A1 entregar toda nuestra persona a Dios por medio de los votos, renunciamos a todo
aquello que no va en función de lo que es definitivo. Damos así testimonio del poder de la
gracia que nos posibilita realizar semejante autodonación. (C.16)
2.3.2.2 Nuestra vida fraterna en comunidad nace y se desarrolla desde los sacramentos.
Nuestro estilo de vida fraterno es el modo de aplicación mas cercano del amor universal al que
nos hemos comprometido (C.23). Formamos comunidad en torno a María nuestra buena Madre,
como miembros que somos de su familia. En nuestro mundo en que campea el individualismo y
el uso egoísta de las personas nuestro estilo de vida es testimonio sencillo y a la vez claro de
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los valores de la familia que la sociedad necesita redescubrir y fortalecer. Nos esforzamos por
permanecer fieles al Espíritu de Jesús resucitado que nos concede como a los creyentes de la
primitiva Iglesia, la gracia de vivir con un solo corazón y una sola alma (C.9).
2.3.2 3 - Nuestra fuerza es Cristo de cuya vida participamos diariamente especialmente por
medio de los sacramentos. Este amor humano y divino planificado con nuestra vida en Cristo
nos lanza sin reticencias ni mezquindades a salir al encuentro de nuestros Hermanos y de todas
las personas que el Señor envía a nuestra vida. Junto con todos ellos construimos
constantemente la gran familia marista y las diferentes comunidades educativas que son el
campo concreto y ordinario de nuestros desvelos pastorales8
2 3.3.- Qué hacemos
2.3.3.1 El Padre quiere que todos los hombres formen una sola familia y que se amen como
hermanos. Jesús estableció una comunidad apostólica. Además rogó para que fuéramos uno
como él y su Padre (C 47). Nuestro ser para los demás se cristaliza en nuestra preocupación
por los jóvenes a los que Dios nos envía. Por eso salimos de nuestras comunidades a buscarlos
a manifestarles cuánto son amados por Cristo, y junto con ellos buscamos la construcción de
una sociedad más justa y fraternal. (C 164)
2.3.3.2 - Nuestro carácter de “Hermano”, esto es, lo típico de nuestra dimensión laical, es una
llamada especifica a vivir la fraternidad de Cristo con todos, en especial con los jóvenes,
amándolos desinteresadamente (C 3).Como consagrados amamos como a hermanos y
hermanas en el Señor a aquellos con quienes nos encontramos (C 24)9.
2.3.3.3.- Nuestra comunidad a pesar de sus deficiencias, desempeña una misión profética:
denuncia el egoísmo social y anuncia humildemente la posibilidad de la vida igualitaria y
fraterna
8
Cf. C13,Cl4,C25,C54,C69,C72
9
Cf. Circular del 25 de marzo de 1992, pp 455 y 456
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2.4 - Incidencias
2 4 1 Pastoral vocacional
2 4.1.1 - Necesitamos aclararnos mejor nuestra propia identidad para manifestar con seguridad
el valor que Dios nos ha regalado. La consecuencia es el despertar de un mayor aprecio por
nuestra vocación.
2 4.1.2.- Una mejor concepción eclesiológica a partir del Vaticano II puede hacernos mas nítido
nuestro perfil en la Iglesia. Los documentos recientes sobre el religioso laico y la última circular
del Hermano Superior General son de gran utilidad: "IDENTIDAD DEL RELIGIOSO LAICO EN
LA IGLESIA” Santiago, 1989; "HERMANO EN LOS INSTITUTOS RELIGIOSOS LAICALES",
Roma, 1991; "ESPIRITUALIDAD APOSTÓLICA MARISTA", Roma 1992.
2 4 1.3.- Los sacramentos del matrimonio y del Orden son gracias de Dios para mantener,
mientras dure la historia, la existencia humana como realidad natural y las condiciones para la
transmisión e implementación de la vida divina en el Pueblo de Dios. Lo único permanente del
Pueblo de Dios es su condición de filiación divina. La vida religiosa laical se mueve en esta
línea apuntando a lo definitivo.
2.4.1.4 - Es necesario que exista la vida religiosa laical. Es todo un profetismo del valor del
bautismo. No puede ser sacrificado por razones pragmáticas y circunstanciales. Hemos de
seguir buscando los jóvenes a quienes Dios ha dispensado ese don10
2.4.1.5.- Todo lo que podemos y debemos decir de bello (no meramente útil) de la vida religiosa
femenina lo podemos afirmar también de la vida religiosa laical masculina. Estos dos tipos de
vida son el mas claro exponente de lo que es “ser religioso, sin mas. “
2.4 1.6.- Empezando por nosotros mismos hemos de tener una alta estima de nuestra vocación
tal como es y dar testimonio estimulante de ello. La juventud inquieta por la vida religiosa laical
necesita confrontarse con una referencia clara y global de lo que como religiosos laicos somos
en el mundo. Solo podremos tener una adecuada pastoral vocacional como fruto de una
conciencia provincial muy densa acerca de nuestra identidad propia
2 4 1.7 - Siendo congruentes con nuestra "ida institucional a los mas desatendidos" y dado
nuestro origen histórico como Instituto, hemos de preocuparnos también de la pastoral
vocacional entre los pobres11
“La vida religiosa laical, tanto masculina como femenina, constituye un estado en si completo de la profesión de los consejos
evangélicos. La vida religiosa laical en la Iglesia, como expresión de una total consagración por el reino, es una manifestación de
la santidad de la Esposa de Cristo y contribuye, de una manera eficaz y original, al desarrollo de la misión de la Iglesia en la
evangelización y en los diversos ministerios del apostolado. En la Iglesia no se puede pensar en la vida religiosa sin la presencia
de esta especial vocación laical, abierta también hoy a tantos cristianos que puedan consagrarse en ella al seguimiento de Cristo y
al servicio de la humanidad.” (VATICANO 11, PC. 10a)
10
11
¿Qué Hermano no ha buscado (y encontrado) algún tipo de promoción, de cualquier índole, en su generosa entrega y
consagración al Señor, en el servicio de sus hermanos? Cristo se sirvió para extender su Evangelio de un puñado de hombres
“ambiciosos”, habitados de un gran deseo de “promoción personal” que los llevaba hasta discutir quien sería el primero de entre
ellos. Y con estos, ahora llamados “Columnas de la Iglesia”, Cristo logró su objetivo. ¿No podría hoy este Señor de la Historia,
junto con María y Marcelino, hacer de un “pobre” con deseos de autopromoción un buen Hermano Marista?
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2.4.2 Formación
2.4.2.1.- Nuestro llamado, el que sentimos, es el de la pertenencia total a Dios en comunidad
para la Misión, desde y dentro de la condición laical. Intuimos la grandeza del don que llevamos
en vasos de barro Encontramos gozosos nuestro puesto dentro del concierto de las demás
vocaciones eclesiales sin menospreciar los otros dones que Dios ha derramado en su Iglesia.
2.4.2.2.- La formación trata de desarrollar en nosotros dicho don, mediante un proceso sólido y
sistemático a fin de poder asumirlo y aceptarlo en plenitud.
2.4.2.3.- Hemos de contagiar a nuestros formandos nuestro entusiasmo por nuestra
espiritualidad, carisma y misión de religiosos laicos.
2.4.3.- Escuela
2.4.3.1.- Testigos del evangelio en el medio escolar contribuimos a la construcción de la
sociedad y del Reino de Dios (C.89). Con los alumnos nos comportamos como hermanos y
como educadores (C.88). Con toda sencillez aportamos una presencia fraternal que anima y se
abre a todos sin distinción, aunque con preferencia hacia quienes son mas desatendidos.
2.4.3.2.- Nuestra educación tiende a la formación integral del hombre, suscita en los jóvenes el
sentido crítico de la vida, quebranta los individualismos e impulsa a la persona al diálogo y a la
acción en la comunidad humana, y salva de la debilidad y del pecado mediante la acción de
Jesucristo.
2.4.3.3.- Nos regocijamos de que Marcelino Champagnat nos haya confiado la apasionante
tarea de la educación. Comprometidos en instituciones educativas garantizamos su valor
asegurando su calidad evangélica y profesional.
2.4.3.4.- La autoconciencia de ser religiosos laicos y el acierto en saber expresarlo
vivencialmente de cara a los padres de familia, a los maestros seglares, a los capellanes...
posibilita el que ellos, a su vez se sitúen en la CEM de acuerdo con su propia identidad y vivan
con dinamismo su propio estado de vida.
2 4.4.- Familia Marista
2.4.4.1.- Nuestro carisma marista tiene la dinámica propia de todo don de Dios; no es tanto un
patrimonio que hay que conservar celosamente sino una riqueza que es menester desarrollar y
comunicar al mundo actual. Nos sentimos impulsados a compartir nuestra espiritualidad con
otros miembros del Pueblo de Dios con miras a construir todos juntos la FAMILIA MARISTA.
(C.164.4)
2.4.5.- Iglesia local
2.4.5.1.- Nuestro compromiso público de vivir siguiendo a Jesús casto pobre y obediente para
ayudar en la construcción del Reino de Dios nos convierte en testigos (C.3). Siguiendo la
consigna de Nuestro Fundador nos ponemos al servicio de todas las diócesis del mundo,
ofreciendo nuestra colaboración en la pastoral desde nuestro carisma. Trabajamos con
entusiasmo junto con los demás agentes de educación, tanto religiosos como seglares .
2.4.6.- Pastoral juvenil
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2.4.6.1 En un mundo en que las aspiraciones profundas del hombre son frecuentemente
ignoradas, la bondad sencilla y acogedora, la comprensión de la persona humana, ¿carecerán
hoy de atractivo y de sentido? La presencia y el mensaje de Marcelino conservan hoy su plena
vigencia. A nuestra fidelidad incumbe el hacerlos mas dinámicos y mas significativos .
2.4.6.2.- Atención preferencial nos merecen las agrupaciones de jóvenes que buscan la
superación en todas sus dimensiones. En la medida en que seamos una presencia cualificada
en esos medios lograremos canalizar un gran potencial de creatividad y de posibilidad de
cambio.
2.4.7.- Misiones
2.4.7.1.- Cuando practicamos el respeto a las personas, la pureza de vida y el amor
misericordioso con quienes la sociedad menosprecia, atestiguamos valores evangélicos (C.27).
Esto lo realizamos en concreto cuando nos dedicamos a servir a grupos poco atendidos fuera y
dentro del país. Nos toca santificar testimoniando lo que existencialmente produce la recepción
de los sacramentos de la iniciación cristiana.
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3.- ORIENTACIONES12
3.1.- Hacia el interior
3.1.1 Redescubrir la figura del Padre Champagnat para encarnar su espiritualidad con nuevo
impulso. Se trata de conocer mejor sus intenciones y de asumir sus actitudes para llevar
aquellas a la realidad .
3.l.2.- Una formación permanente seria que abarque todas las dimensiones de nuestro ser y
actuar.
3.l.3.- Hermanos con estudios teológicos sólidos sobre vida religiosa.
3.1.4.- Nuestra preparación profesional dada la dimensión secular de nuestro campo de acción
ha de ser muy concienzuda: de ahí la importancia de la adquisición de títulos.
3.2.- Hacia el exterior
3.2.1.- Trabajar en la búsqueda de mayor y mejor contacto con la Jerarquía para que con
paciencia y seriedad logremos establecer canales de comunicación, diálogo y colaboración,
más allá de nuestros puntos de vista doctrinales y llegar así a una mayor comprensión mutua.
3.2.2 - Que el H. Provincial ofrezca a los Obispos el que los Hermanos den pláticas a los
teólogos de los seminarios mayores sobre nuestro género de vida.
3.2.3.- Escribir artículos sobre el tema en nuestra revista de familia y aún en otras que nos son
cercanas: EDUCADOR MARISTA, MAESTRO MARISTA, ONIR...
3.2.4.- Escribir para difusión amplia, de una manera atractiva, biografías de Hermanos; no solo
de la Provincia, aunque dando preferencia a los que trabajaron en México.
3.2.5.- Nuestro ministerio es el del testimonio y el de la palabra. Al no actuar desde estructuras
“ex opere operato” toda la eficiencia de nuestro quehacer apostólico descansa sobre la
autenticidad de nuestra vida y el testimonio de nuestra pertenencia a Dios. Estas son las únicas
credenciales que nos harán creíbles.
3.2.6.- Colaborar con la pastoral juvenil parroquial o diocesana y encauzar a nuestros
exalumnos, y alumnos, hacia los diferentes grupos organizados por las parroquias o las diócesis
.
“Ante la belleza de esta vocación de los hermanos en la Iglesia, la plenitud de su identidad religiosa y las renovadas
posibilidades de presencia, no me queda otra cosa que expresar un doble deseo. El primero, que todos los Pastores de la Iglesia
sepan promover esta específica vocación de consagración religiosa, sin la cual faltaría algo a la vitalidad de las Iglesias
particulares, especialmente de las más jóvenes. El segundo deseo es una adecuada formación teológica que vaya a la par con los
conocimientos profesionales y técnicos, de los cuales hoy los hermanos tienen necesidad para cumplir adecuadamente su tarea
apostólica.” (Juan Paulo II, Discurso del Papa a los miembros de la asamblea plenaria de la CRIS, 24/01/1986)
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