COLOQUIO ANIS “DROGAS Y VOLANTE” Madrid, 22 de enero de 2008 Según las pruebas realizadas en 2007 por la DGT, la media nacional del consumo de drogas en conductores en España es un 3,8% EN EL 10-15% DE LOS FALLECIDOS AL VOLANTE SE ENCUENTRA ALGUNA DROGA CON EFECTOS NOCIVOS SOBRE LA CONDUCCIÓN Las drogas más consumidas al volante son la cocaína, el cannabis y los opiáceos – como la heroína-, cuyo uso provocan graves problemas en la capacidad de conducción. Estos riesgos también pueden estar presentes con el consumo de algunos tratamientos farmacológicos Según un estudio publicado en 2007 en la prestigiosa revista BMC Clinical Pharmacology, el tratamiento de sustitución de la heroína con buprenorfina más naloxona es más seguro al volante que metadona Madrid, 22 de enero de 2008.- Un total de 4.104 personas fallecieron en un accidente de tráfico durante 2006. Si, según datos de la Dirección General de Tráfico, se estima que hasta el 15% de los fallecidos al volante presenta alguna droga ilegal o medicamento con efectos nocivos sobre la conducción en la autopsia, se podría estimar que más de 600 personas pueden fallecer en un accidente de tráfico al año bajo la onfluencia del consumo de alguna de estas sustancias. Con el fin de analizar la situación del consumo de drogas en España en el marco de las últimas iniciativas de la Dirección General de Tráfico, así como de valorar nuevas opciones terapéuticas más seguras al volante para los pacientes adictos a la heroína que se encuentran con tratamiento de sustitución, la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), en colaboración con Schering-Plough, ha celebrado esta mañana el Coloquio ANIS “Drogas y volante”. Según el doctor Juan Carlos González Luque, asesor médico del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico y uno de los ponentes en el Coloquio, “al igual que ocurre en la población general, las drogas más consumidas al volante son la cocaína, el cannabis y los opiáceos, cuyo uso provocan graves problemas en la capacidad de conducción, como la presencia de comportamientos de riesgo, sobre todo desinhibición, lo que a su vez produce una mala gestión de la velocidad y que no se respete la señalización, o la alteración de las capacidades cognitivas necesarias para una conducción óptima: percepción visual, de la distancia y de la velocidad, lo que produce una disminución importante de la capacidad de reacción”. “Asimismo”, añade este experto, “las personas que consumen algún tipo de sustancia tóxica al volante, tienen menos capacidad de solucionar situaciones complicadas en la conducción, como trayectorias difíciles de realizar”. “No obstante”, explica el doctor Javier Álvarez, director del Instituto de Estudios de Alcohol y Drogas de la Facultad de Medicina de Valladolid, miembro de la Sociedad Española de Toxicomanías y también ponente en el Coloquio ANIS, “además del gran riesgo que supone el uso de drogas por los conductores, también hay un porcentaje importante de accidentes de tráfico ocasionados por efectos de algunos medicamentos y la frecuente asociación de consumo de medicamentos con consumo de alcohol. Se trata, sobre todo, de tranquilizantes y psicofármacos, que enlentecen los reflejos del conductor. Además, los pacientes, en general, suelen tener escasa información sobre la interacción con las capacidades para la conducción”. En el caso de los pacientes drogodependientes adictos a la heroína con tratamiento de sustitución, según este experto, “la metadona aumenta el tiempo de reacción y provoca un déficit de memoria verbal más pronunciado, así como en la función cognitiva y en la atención, lo que merma de forma importante la capacidad de conducción”. Sin embargo, próximamente, estos pacientes contarán con una nueva opción terapéutica, la terapia de buprenorfina más naloxona, que “según han puesto de manifiesto distintos estudios realizados es más segura que metadona desde el punto de vista de la conservación de las aptitudes necesarias para una conducción segura”. A este respecto, según un estudio publicado el año pasado en la prestigiosa revista BMC Clinical Pharmacology1, el tratamiento de sustitución de la heroína con buprenorfina más naloxona es más seguro al volante que metadona. Este estudio pone de manifiesto que los pacientes tratados con buprenorfina/ naloxona no tienen déficit de atención ni cognitivo y presentan una mayor capacidad de reacción ante cualquier situación al volante que aquellos que utilizan metadona. Éstos, por el contrario, tienen un déficit más pronunciado de memoria verbal. De esta forma, el estudio concluye que para preservar la función cognitiva en pacientes que empiezan el tratamiento de sustitución de opiáceos, el uso de buprenorfina/ naloxona puede ser preferible al de metadona. Esta terapia contiene dos ingredientes principales: buprenorfina, que ayuda a controlar el ansia asociada al síndrome de abstinencia a los opiáceos, y naloxona, que intenta combatir la mala utilización o desviación del producto. Su uso puede suprimir los síntomas del síndrome de abstinencia, disminuir el uso y las ansias de heroína y otros opiáceos, bloquear los efectos de otros opiáceos, reducir el uso incorrecto de los opiáceos, ayuda a los pacientes a centrarse en la recuperación, seguir el tratamiento y reducir el riesgo de infecciones y otros problemas médicos. Medidas de prevención: precaución al volante El consumo (terapéutico o no) de sustancias psicoactivas constituye uno de los principales factores de riesgo de accidentalidad por tráfico en la actualidad. La trascendencia que tiene no es suficientemente conocida, por lo que muchos países han venido desarrollando estudios encaminados a reconocer la magnitud local del problema, para así poder desarrollar intervenciones eficaces al respecto. 1 Methadone vs. Buprenorphine/naloxona during early opioid substitution treatment: a naturalistic comparison of cognitive performance relative to healthy controls. BMC CLINICAL PHARMACOLOGY, 12 june 2007 En España, la Dirección General de Tráfico desarrolla proyectos para detectar la presencia de drogas en los conductores. Así, durante el año pasado, la DGT realizó los primeros controles de drogas en Oviedo, Madrid, Badajoz y Zaragoza, con el fin de dar a conocer la necesidad de establecer medidas de prevención del consumo de sustancias tóxicas en los conductores españoles. Según el doctor González-Luque, “durante este año, el proyecto se trabajará para extender el proyecto a todo el territorio nacional”. Según las pruebas realizadas en 2007, la media nacional del consumo de drogas en conductores en España es un 3,8%. En Madrid, de los 325 conductores analizados el 16 de diciembre de 2007, un 2,1% dio positivo en el test para detectar el consumo de alguna droga, mientras que en Badajoz, la cifra de positivos en cannabis, cocaína, anfetaminas o pastillas es superior a la que suelen dar los controles de alcoholemia, que es en torno a un 3% del total de las pruebas practicadas. “Hemos conseguido concienciar a gran parte de la sociedad sobre la importancia de no consumir alcohol cuando se va a conducir, pero, no obstante, se debe trabajar para conseguir el mismo efecto sobre el consumo de drogas”, explica el doctor González-Luque. Este experto explica que, desde la DGT, se está trabajando al respecto desde tres grandes líneas: la disuasión, a través de los controles de detección de drogas en la carretera, la educación, mediante la información y la divulgación, y la rehabilitación de los pacientes drogodependientes. Según el doctor González-Luque, “el permiso de conducir por puntos aporta información muy valiosa para detectar pacientes con problemas de adicciones y debería servir para ayudar a conseguir solucionar los problemas de drogadicción más allá de la prevención de accidentes de tráfico”. Consumo de drogas por los conductores y la sociedad Como ocurre con las drogas más consumidas, el patrón de consumo y perfil de consumidores de drogas ilegales al volante son similares que los que se encuentran en la sociedad. En este sentido, el Informe Anual 2007 sobre el problema de las drogodependencias del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías, presentado recientemente, sitúa a España a la cabeza del consumo de cocaína (casi 9 de cada 100 jóvenes en nuestro país la consumen), droga que, según los expertos, cada vez más se consume -e incluso se vende- mezclada con heroína. Esta situación es común a Europa: en el Informe Anual 2007 sobre el problema de las drogodependencias del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías, presentado recientemente en Bruselas, se alerta de que “el aumento del número de jóvenes en tratamiento por adicción a la heroína pone de manifiesto que no se debe bajar la guardia frente al problema de salud pública que supone el consumo de esta droga”. De hecho, en este Informe Anual 2007 del Observatorio Europeo se destaca que “la mayoría de los pacientes (el 60%) en tratamientos sustitutivos afirma haber empezado a consumir heroína u otros opiáceos antes de los 20 años, de forma que son muy raros los casos de iniciación al consumo de este tipo de drogas después de los 25 años”. *Para más información: 91 787 03 00