19/08/2006 - Escuela Central

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ACTO DE FE Y AYUDA ESPIRITUAL
“VENERABLE MARÍA DE JERICO”.
MENSAJE DE LA REDENTORA
Sábado 19 de agosto de 2006, Escuela Central, Bs. As.
Previamente, antes de comenzar este encuentro, como tengo que traerlo…
quiero aclararles algo para que sepan entrar en el clima ideal que necesita
una práctica espiritual de esta naturaleza.
Como espíritus cuando fuimos creados: sentimos y no es este el término
que hubiese cabido, porque simplemente comenzamos a vibrar
comunicando las vibraciones unos con otros en un estado tal, de armonía,
que embargaba a todos los espíritus y los sentía algo inmaterial, que los
envolvía y que no sabían ubicar con exactitud ninguno, ni aquellos que no
conocimos el desvío, ¡ninguno conocíamos!, que era esa “totalidad”, esa
“riqueza de vibraciones” que nos contenían, que nos alentaban, que nos
dulcificaban… y todos estos apelativos los doy al entendimiento humano,
pero no tendrían palabras, ni explicación en el orden espiritual.
En determinado momento, algunos hermanos, ¡tan queridos todos!,
quisieron desenredar en una forma equivoca, eso, que todavía, no
estábamos en condiciones de ubicar con exactitud, “la esencia creadora”,
la esencia de la cuál habíamos partido, Dios, nuestro amado
Creador.
Y cuando algunos buscando realidades, que no eran existentes, se alejaron
mucho más, esperando encontrar la verdad, aquellos que quedamos junto
al amor, sentimos los primeros impulsos de acercamiento hacia toda otra
reacción que no fuera la conocida, pero que debíamos amparar. Nace en
nosotros la necesidad del amparo, el amparo a lo creado, el amparo que
contenga. Y la contención no es sacrílega, como muchos piensan, no es
impositiva; la contención es amorosa, porque no hay nada que contenga
más al espíritu que se desvía, que las vibraciones de amor, que lo alejan del
error.
Y así, así hubo un momento, en que necesitamos estar cerca de nuestros
hermanos, en una forma más directa y así nos contactamos y luego
supimos que también el amor humano trae felicidad.
La felicidad del encuentro, con aquel espíritu que sea afín a lo que se
siente; la felicidad de poder engendrar a seres que después posteriormente
habrá de educar; la felicidad de decir a muchos, ven conmigo hermano, no
todo en el mundo es maldad; la felicidad de sentir como arrullo de palomas
el pedido del hijo cuando quiere mamar; la felicidad de tenerlo en el vientre
y esperar el momento de poderlo encontrar materialmente, para saber:
¿Cómo es ese hijo?, para saber: ¿Qué le podemos dar? Y después, por
sobre todos los dolores, la felicidad del perdón de aquél que lo supo dar,
porque demuestra eso, que estamos constituidos todos los espíritus, por la
capacidad innata de obrar en el Bien, por el Bien, toda la eternidad.
Me quitaron en su momento —como una pausa—, las delicias de la
maternidad, me quitaron al amigo, me quitaron al compañero, me quitaron
al hermano, me quitaron a aquel que enseñaba en el mundo la verdad. Era
mi hijo, y aparentemente lo perdía, pero sin embargo, siempre cerca de mi
está. Y así, así supe también que aún después del dolor, puede llegarse a
una dulce realidad, la de seguir vibrando, como en un principio, todos
aquellos que aún negándolo, van a llegar.
Y estamos en esa tarea y es tan arduo hermanos, tan arduo el andar, que
cuesta transitar los pasos por caminos de piedra, pero está en ustedes el
saberlas quitar.
¡Quiten las piedras del camino hermanos!, liberando a seres que sufren, a
seres que no consiguen ver su autentica realidad; te ayudará a que vuelvan
a existir en los rostros, gestos de felicidad que aún parecen no encontrar.
No destruyan el mundo que los habita, no hagan de los hombres una batalla
sin igual, no les quiten a las madres la alegría de tener a sus hijos
acunándolos, no les quiten a los padres la posibilidad de dar, no se
despedacen hermanos.
Tengan fe, porque la han perdido, no aquí, no allá, sino en toda la
humanidad. Engañados por falsos ideales, sojuzgados en más de un
momento por iniquidad, no es así como se vive, no es así como se repara,
no es así como van a llegar.
Sintiéndose sencillamente humildes, permitiendo que lo bueno que hay en
cada uno aflore, aflore y llegue, más allá, más allá...
Cuando me acerqué hace unos instantes sentí como que iba en un camino
de nubes, para que puedan apreciar cual es esta verdad, esas nubes eran
las vibraciones de tantas madres que junto conmigo llegaron y están acá,
aquellas que hoy no tienes a tu lado, aquella que quizás no conociste
jamás, aquella que te la quitaron impunemente, aquella que desencarnó por
una enfermedad, aquella que quisieras hoy estrujarla con tus brazos, ¡hoy!
¡Vibratoriamente las tienes acá!, siente, siente profundamente…¡Esta es la
verdad!
No subí a los cielos vestida de sedas y joyas, subí como un alma, dispuesta
a esperar y los espero hoy como siempre, sin halagos, sin luces artificiales
que no ayudan a iluminar, porque se te ilumina el alma hermano cuando
eres noble y bueno, cuando amas por sobre todas las cosas y te has
olvidado de odiar, porque se te ilumina todo ese espíritu, que sabes que el
Maestro, tu Maestro, mi Maestro, y el de toda esa Redención, diariamente
en cada instante sin necesidad de aulas o con ellas, en este lugar o en
cualquier lugar te brinda las intuiciones necesarias que clarificará tu mente,
porque desgraciadamente muchas veces la oscureces, y la tapas a la
verdad.
¡No te engañes hermano!. Nada se consigue sino es humildemente, pero
trabajando; nada te va a regalar nada, que no consigas tú y eso es lo que
hace falta que entiendas, que empieces la tarea, porque no esperes para un
día que vendrá, ese es el momento, ese es el sufrimiento de una humanidad
doliente, y esta es la alegría de poderlo solucionar.
No quiero enredarte con muchas cosas extrañas que te confundan. Vamos a
ir sencillamente paso a paso. El fluido espiritual que voy a traerte obrará en
ti, no solamente hermano que estás presente sino en toda la humanidad,
como una transfusión vibratoria, una “energía transfusional” que inicio en
este momento, (comienza a impartir Fluido con Partículas Purificadas). Que
porque no es suficiente la que cercanamente ya estas recibiendo, muchas
veces, muchas veces y en tantas oportunidades más recibirás, ésta te la
traigo y lo he pedido al Padre desde muy lejos, desde la Eternidad. Es una
energía que tiene que recuperarte hermano, ¡levántate y anda!. ¡Esto si
es verdad!, no levantarás un en cuerpo que se descompone, pero sí un
espíritu que ha dejado de vibrar armónicamente. ¿Y dices que no puedes?,
¡Si podrás!
Esta energía recuperará en tu mente muchas cosas que has olvidado y que
puedes recuperar ¡sí! deja que se apoye, deja que todas estas madres que
me acompañan, te hagan sentir la calidez del amor. No te trabes. Es tanto,
tanto lo que hace falta que trabajen y trabajen los Discípulos de Jesús en
toda la humanidad, porque no es un lecho de rosas, porque aquí solamente
no se viene a querer recibir, sino a dar.
Todo lo que se da no es suficiente, siempre hay para dar un poco más.
¿Dónde sacas ese más? De lo profundo de tu espíritu.
Y dicen que los espíritus no existen… y dicen que esto es una falsedad, pero
cuando oras y en tus oraciones hacia lo alto te diriges, hacia nosotros llegan
esos pedidos de paz; ¡elévalos!, cualquiera fuera tu idea, no importa con
que rito, como quieras hacerlo, me es igual, lo que necesitamos todos los
espíritus, es que te comuniques con nosotros hermano, en cualquier lugar.
Dios Padre, Jesús amado Hijo, José mi compañero, estamos aquí los tres
para ayudar.
Parece difícil que se puedan sacar energías cuando se está sufriendo, sin
embargo hermanos, este espíritu te dice hoy. Cuando me desgarré por el
dolor, cuando creí que todo estaba perdido me di cuenta que comenzaba
recién la misión… sostener en el mundo que hoy estamos aquí en este
instante conviviendo, sostener la voluntad para llegar a la reparación.
(Suspende el Fluido con Partículas Purificadas)
Nunca quiero sacar una promesa en forma compulsiva, no es mi sentir, pero
necesito una promesa en estos momentos hermanos, de todos y
contéstenmelo con una palabra o con un grito, pero contéstenmelo con
amor y convicción:
¿Están dispuestos a dejar los prejuicios, están dispuestos a formarse como
reales Discípulos de Jesús? ¡Sí! (Contestan todos los presentes) Que así
sea hermanos. Los amamos, los amamos y los amaremos siempre. Hasta
todos los momentos.
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