editorial Peligrosa ignorancia L a ignorancia está en el origen del auge de las pseudotrata de un texto comprometido con el libreciencias; pero hay otra ignorancia también preocupensamiento, la justicia social y la toleranpante. Recientemente, hemos presenciado en algunos cia, y por eso ha recibido ya numerosas adheforos de Internet como autodenominados escépticos se jacsiones tanto en su versión anglosajona como taban de su sabiduría al tiempo que demostraban un proen la española. El hecho de que esta revista fundo desconocimiento acerca de lo que hablaban, confunpublique por primera vez en castellano íntediendo, por ejemplo, a los cultivadores de la astroarqueologramente este documento hay que atribuirlo gía -pseudociencia bajo cuyo paraguas se cobijan los defena Alberto Hidalgo Tuñón, filósofo y miemsores de visitas extraterrestres en la antigüedad- con los esbro de ARP, quien impulsa en nuestro país la tudiosos de la arqueoastronomía, disciplina científica sobre recogida de firmas de apoyo. la que este número de EL ESCÉPTICO incluye un intere“Somos los únicos responsables de nuessante artículo. No es algo nuevo. Siempre ha habido quietro destino colectivo. Para resolver nuestros nes, escudándose en una presunta racionalidad, han creído problemas, necesitaremos de la cooperación que criticar algo exime de conocerlo, que basta con acusar y la sabiduría de todos los miembros de la coairadamente para tener razón. Es más, quienes llevamos años munidad mundial. Está dentro de las capacien el escepticismo organizado hemos comprobado para dades de cada ser humano marcar una difenuestro pasmo cómo, en ocasiones contadas, supuestos esrencia. La comunidad planetaria es nuestra cépticos han recurrido a argumentos falsos en intercambios propia comunidad y cada uno de nosotros de opinión con creyentes o divulpuede ayudar a hacer gadores pseudocientíficos. Y eso que florezca. El fun La primera obligación de todo es inadmisible. turo está abierto. escéptico no es pronunciarse Si de algo tiene que hacer Está en nuestras magala quien dice defender la racionos elegir. Juntos popúblicamente sobre tal o cual nalidad, es de honradez. Recurrir demos llevar acabo asunto; es conocerlo a la mentira, a la falsedad, a la los más nobles fines fuente inventada, al estudio ine ideales de la Huexistente, no sólo resulta indigno, sino que coloca a quien manidad”, dicen las últimas líneas de un malo hace a la misma altura moral que aquéllos a los que dice nifiesto que hunde sus raíces no en la tan tracombatir, los charlatanes que tergiversan la realidad. El fin ída y llevada globalización económica o meno justifica los medios. Difícilmente podrá un escéptico diática, sino en la convicción de que los mantener su credibilidad si hace trampas como las apunta6.000 millones de humanos navegamos en das o si ni siquiera se molesta en conocer aquello acerca de un mismo barco y de que si éste hace aguas lo que va a pronunciarse. Este tipo de actitudes no son hanos afectará a todos y cada uno de nosotros; bituales. Sin embargo, aun cuando se trata de casos aislados, aunque la vía se abra a miles de kilómetros de nos alarman, ya que reflejan ignorancia y desprecio hacia el nuestras casas. público. La opinión ha de estar cimentada en el conociAl igual que la ciencia no tiene fronteras, miento y, si no, es mejor callarse. De opinión basada en la el sentimiento humanista tampoco. De ahí ignorancia están las revistas y los programas esotéricos lleque, desde estas páginas, animemos a suscrinos. La primera obligación de todo escéptico no es pronunbir el llamamiento en favor de un humaciarse públicamente sobre tal o cual asunto; es conocerlo. nismo planetario a todos aquéllos que asuLo contrario, emitir juicios a priori sin haber examinado los man como propios los racionales argumentos hechos o afirmaciones y haber reflexionado sobre ellos, está expuestos en un Manifiesto en el que la reien las antípodas del escepticismo cientítico. vindicación de la ciencia y del pensamiento El conocimiento y la racionalidad están, por el contracrítico frente a la superstición ocupa un lugar rio, en los cimientos del texto central de este número de EL destacado. Quienes estén de acuerdo con los ESCÉPTICO. Gestado desde el humanismo secular -una principios generales de este documento recorriente de pensamiento con la que el escepticismo tiene dactado originalmente por el filósofo norteaindudables puntos en común-, el Manifiesto humanista mericano Paul Kurtz, pueden dejar constan2000 se basa en algo que siempre hemos defendido en esta cia expresa de ello dirigiéndose a ARP, bien revista y en ARP: los Derechos Humanos como punto de sea a la dirección postal o a la de correo elecpartida hacia un mundo mejor. Pero no se queda ahí. Se trónico 4 el escéptico (Invierno 2000)