ee 07 peligrosa ignorancia

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editorial
Peligrosa ignorancia
L
a ignorancia está en el origen del auge de las pseudotrata de un texto comprometido con el libreciencias; pero hay otra ignorancia también preocupensamiento, la justicia social y la toleranpante. Recientemente, hemos presenciado en algunos
cia, y por eso ha recibido ya numerosas adheforos de Internet como autodenominados escépticos se jacsiones tanto en su versión anglosajona como
taban de su sabiduría al tiempo que demostraban un proen la española. El hecho de que esta revista
fundo desconocimiento acerca de lo que hablaban, confunpublique por primera vez en castellano íntediendo, por ejemplo, a los cultivadores de la astroarqueologramente este documento hay que atribuirlo
gía -pseudociencia bajo cuyo paraguas se cobijan los defena Alberto Hidalgo Tuñón, filósofo y miemsores de visitas extraterrestres en la antigüedad- con los esbro de ARP, quien impulsa en nuestro país la
tudiosos de la arqueoastronomía, disciplina científica sobre
recogida de firmas de apoyo.
la que este número de EL ESCÉPTICO incluye un intere“Somos los únicos responsables de nuessante artículo. No es algo nuevo. Siempre ha habido quietro destino colectivo. Para resolver nuestros
nes, escudándose en una presunta racionalidad, han creído
problemas, necesitaremos de la cooperación
que criticar algo exime de conocerlo, que basta con acusar
y la sabiduría de todos los miembros de la coairadamente para tener razón. Es más, quienes llevamos años
munidad mundial. Está dentro de las capacien el escepticismo organizado hemos comprobado para
dades de cada ser humano marcar una difenuestro pasmo cómo, en ocasiones contadas, supuestos esrencia. La comunidad planetaria es nuestra
cépticos han recurrido a argumentos falsos en intercambios
propia comunidad y cada uno de nosotros
de opinión con creyentes o divulpuede ayudar a hacer
gadores pseudocientíficos. Y eso
que florezca. El fun La primera obligación de todo
es inadmisible.
turo está abierto.
escéptico no es pronunciarse
Si de algo tiene que hacer
Está en nuestras magala quien dice defender la racionos elegir. Juntos popúblicamente sobre tal o cual
nalidad, es de honradez. Recurrir
demos llevar acabo
asunto; es conocerlo
a la mentira, a la falsedad, a la
los más nobles fines
fuente inventada, al estudio ine ideales de la Huexistente, no sólo resulta indigno, sino que coloca a quien
manidad”, dicen las últimas líneas de un malo hace a la misma altura moral que aquéllos a los que dice
nifiesto que hunde sus raíces no en la tan tracombatir, los charlatanes que tergiversan la realidad. El fin
ída y llevada globalización económica o meno justifica los medios. Difícilmente podrá un escéptico
diática, sino en la convicción de que los
mantener su credibilidad si hace trampas como las apunta6.000 millones de humanos navegamos en
das o si ni siquiera se molesta en conocer aquello acerca de
un mismo barco y de que si éste hace aguas
lo que va a pronunciarse. Este tipo de actitudes no son hanos afectará a todos y cada uno de nosotros;
bituales. Sin embargo, aun cuando se trata de casos aislados,
aunque la vía se abra a miles de kilómetros de
nos alarman, ya que reflejan ignorancia y desprecio hacia el
nuestras casas.
público. La opinión ha de estar cimentada en el conociAl igual que la ciencia no tiene fronteras,
miento y, si no, es mejor callarse. De opinión basada en la
el sentimiento humanista tampoco. De ahí
ignorancia están las revistas y los programas esotéricos lleque, desde estas páginas, animemos a suscrinos. La primera obligación de todo escéptico no es pronunbir el llamamiento en favor de un humaciarse públicamente sobre tal o cual asunto; es conocerlo.
nismo planetario a todos aquéllos que asuLo contrario, emitir juicios a priori sin haber examinado los
man como propios los racionales argumentos
hechos o afirmaciones y haber reflexionado sobre ellos, está
expuestos en un Manifiesto en el que la reien las antípodas del escepticismo cientítico.
vindicación de la ciencia y del pensamiento
El conocimiento y la racionalidad están, por el contracrítico frente a la superstición ocupa un lugar
rio, en los cimientos del texto central de este número de EL
destacado. Quienes estén de acuerdo con los
ESCÉPTICO. Gestado desde el humanismo secular -una
principios generales de este documento recorriente de pensamiento con la que el escepticismo tiene
dactado originalmente por el filósofo norteaindudables puntos en común-, el Manifiesto humanista
mericano Paul Kurtz, pueden dejar constan2000 se basa en algo que siempre hemos defendido en esta
cia expresa de ello dirigiéndose a ARP, bien
revista y en ARP: los Derechos Humanos como punto de
sea a la dirección postal o a la de correo elecpartida hacia un mundo mejor. Pero no se queda ahí. Se
trónico
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el escéptico
(Invierno 2000)
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