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PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA
10 de julio de 2015
Contacto de prensa:
Sandra Moguel, abogada de AIDA, smoguel@aida-americas.org, +5216462102353
Defensores de derechos humanos afectados por hidroeléctrica Las Cruces son víctimas
de criminalización e intimidación
Los líderes del movimiento de defensa de los pueblos indígenas afectados por el proyecto en
Nayarit llevan detenidos dos meses sin derecho a fianza; denuncian abuso de autoridad. El
proyecto fue autorizado por SEMARNAT pese a que no se garantizó el derecho a la consulta
previa de las comunidades indígenas afectadas.
Nayarit, México. Los incidentes de intimidación contra los líderes indígenas del movimiento de
defensa del territorio que será afectado por el proyecto hidroeléctrico Las Cruces, han
aumentado en la primera mitad del año. El Secretario General de Gobierno, José Trinidad
Espinoza Vargas, acusó que las movilizaciones tienen el apoyo del crimen, lo cual es falso A
ello se suma la criminalización de la que son víctimas autoridades ejidales y tradicionales de los
territorios que serán afectados por la hidroeléctrica, ya que cinco de ellos denuncian abuso de
autoridad por estar detenidos de manera arbitraria hace dos meses sin derecho a fianza.
En el contexto de megaproyectos como la hidroeléctrica Las Cruces, el gobierno ha
conformado estrategias de intimidación y criminalización de defensores de derechos humanos
que se oponen a la explotación de su territorio; ése es el caso de los cinco presos políticos,
acusados de delitos sin pruebas. Los líderes han sido acusados del delito de asociación
delictuosa por la Procuraduría local derivado de la intención de crear un sistema de vigilancia
comunitaria. Lo anterior fue expresado a manera de opinión en sus reuniones comunitarias.
Ante ello, Lucía Chávez, Coordinadora de Investigación de la Comisión Mexicana de Defensa y
Promoción de los Derechos Humanos, expresó la necesidad de que el gobierno del Estado de
Nayarit, así como todas las dependencias involucradas en el proyecto, reconozcan la
legitimidad de las personas defensoras de derechos humanos.
En una conferencia de prensa realizada esta mañana, hizo notar que la labor de las y los
defensores de derechos humanos es fundamental en un Estado democrático, por lo que se
debe transmitir el mensaje de que las agresiones de criminalización hacia su labor están
totalmente fuera de lugar y los colocan en riesgo; por lo que deben parar las descalificaciones
hacia las personas y colectivos que se oponen al megaproyecto. Asimismo, hizo hincapié en la
responsabilidad del Estado mexicano de proteger y asistir a personas y grupos que corren el
riesgo de ser desplazados tanto por un megaproyecto, como por los actos de hostigamiento
derivados de la defensa de sus derechos.
La protección contra el desplazamiento interno es un mandato constitucional que se desprende
de las obligaciones de proteger, garantizar y defender los derechos humanos; así como de los
Principios Rectores de los Desplazamientos Internos. Al respecto, tanto el Convenio 169 de la
OIT (artículos 15 y 16) como la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los
pueblos indígenas (artículo 10) establecen que los pueblos indígenas no serán desplazados por
la fuerza de sus tierras o territorios, ni se procederá a ningún traslado sin el consentimiento
libre, previo e informado de los pueblos indígenas interesados, y sin la existencia de un
acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa, y siempre que sea posible la opción
del regreso.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) otorgó el permiso
ambiental al proyecto sin haber garantizado el derecho a la consulta previa de los pueblos
indígenas Náyeri, Wixárica, Mexicanero y Tepehuano. La SEMARNAT condicionó la
autorización a que la Secretaría de Energía compruebe la realización de una consulta a los
pueblos indígenas, lo cual debería haber ocurrido antes de emitir el permiso.
“Conforme a los estándares internacionales, la consulta previa y el consentimiento libre e
informado de los pueblos indígenas no sólo consiste en comunicarles el proyecto como lo
condiciona la SEMARNAT en la autorización de impacto ambiental de Las Cruces; en este
caso, la Comisión Federal de Electricidad, entidad a cargo del proyecto, debió de consultar de
manera, previa, libre, informada y de buena fe a estos pueblos desde el diseño del plan
hidroeléctrico, conforme a las instituciones indígenas, y a sus usos y costumbres para proteger
su integridad cultural, social y económica”, indicó Astrid Puentes, codirectora de la Asociación
Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), en la conferencia de prensa.
Por su parte, Manuel Rebolledo, presidente del Grupo Ecológico Manglar, mencionó la falta de
adecuación del proyecto con diversos estándares internacionales en materia de derechos
humanos como el Convenio 169 de la OIT en virtud de la falta de realización de una consulta
libre, previa e informada.
Raúl Nacía Coutiño, funcionario de la Comisión Federal de Electricidad informó que la
construcción de Las Cruces iniciará en enero de 2016. De construirse la hidroeléctrica, el
poblado de San Blasito y algunas tierras comunales cultivables quedarán bajo el agua. En
consecuencia, sus pobladores se verán obligados a desplazarse. Al represar el río San Pedro
Mezquital, se afectarán sitios sagrados que están sobre el caudal, dañando así la cultura,
religión y las fuentes de subsistencia de los pobladores de la zona.
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