doctop gdeladehesa 13 Sep 2016 17:59 1/3 ALGUNAS IDEAS PARA LA REFORMA DEL SERVICIO EXTERIOR ESPAÑOL Primera. La Reforma tiene que hacerse para que el servicio exterior español sea mucho más eficiente que lo que es hoy y sirva mejor a los ciudadanos, empresas e instituciones españolas ya que es otro servicio público más del Estado Español. Hasta ahora ha habido varios intentos de reformar el servicio exterior pero siempre iniciadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero más con el ánimo de conseguir mayores recursos presupuestarios o mayor poder sobre otros Ministerios que también tienen representaciones en el extranjero que para que sea más eficiente. Eficiente significa que se puede hacer más, mejor y con un coste similar al actual. Es decir, hay que buscar una mejor organización del servicio, que se concentre en aquello que es hoy más importante. Esto supone que se abandonen muchas de las cosas que todavía se hacen y que no tienen ningún sentido, que no se duplique lo que se hace en los distintos servicios que lo componen y que no se haga nada de lo que ya hace de forma más eficiente y barata por los servicios del sector privado. Por ejemplo, una de las actividades tradicionales más importantes de las Embajadas Españolas en el exterior ha sido la de suministrar información sobre lo que ocurre en el país en el que están situadas, que consistía en leer los periódicos locales, hablar con alguna persona informada y redactar una nota que una vez cifrada, lo que llevaba varias horas de un Secretario o Consejero de la Embajada (porque las claves de la cifra eran secretas y sólo podían tener acceso a ellas dos o tres diplomáticos) enviarla al Ministerio en Madrid. Naturalmente, el 99 por ciento de esta información puede conseguirse hoy desde España por Internet a través de leer directamente los periódicos y revistas especializadas de cualquier país que contienen un mejor análisis de expertos privados, con lo que esa importante actividad ya es totalmente innecesaria, lo que supone que hay que reducir los recursos que se dedican a ella o dedicarlos a algo que sea realmente necesario y no esté ya disponible por otros medios. En definitiva, la primera acción de la Reforma debe consistir en un “aggiornamento” completo de lo que hacen las representaciones exteriores españolas que todavía están pensadas y organizadas sin tener en cuenta el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y comunicación y del desarrollo privado de muchos de los servicios que hoy prestan, lo que hacen obsoletos muchos de sus servicios actuales. Segunda. La repetida idea de la “unidad de acción exterior” tal como se ha intentado una y otra vez es una falacia. La unidad de acción en el exterior no debe corresponder al Ministerio de Asuntos Exteriores ni al Embajador, sino que corresponde al Consejo de Ministros y a su Presidente. Si algo va mal en un determinado servicio exterior, por ejemplo, un ataque terrorista a una empresa española o a unos ciudadanos españoles, será el Ministro de Interior el responsable y al que hay pedirle cuentas y no al Embajador que no olvidemos que representa “al Estado Español” y no sólo de su gobierno, que debe dedicarse exclusivamente a la coordinación local de los servicios de los distintos ministerios en aquel país donde esté ubicada la Embajada. Si por ejemplo, el Embajador Español ante la ONU vota o hace una declaración en un sentido que no se considera apropiado el inmediato responsable es el Ministro de Asuntos exteriores por no haberle dado las instrucciones adecuadas, a menos que se haya extralimitado en cuyo caso debe de ser cesado, por el Consejo de Ministros, a petición de su Ministro en el acto. De hecho, la coordinación real de todos los servicios exteriores se debe de llevar a cabo en Madrid y da la casualidad que los problemas que ha habido en la doctop gdeladehesa 13 Sep 2016 17:59 2/3 coordinación de la política exterior Española han tenido siempre su origen en por problemas de coordinación de las políticas sectoriales y no en problemas de coordinación y conflictos entre las dependencias de las Embajadas. Tercera. La organización del Servicio Exterior Español debe de tener como ejemplo a seguir la organización de las empresas multinacionales de servicios que se supone que son más eficientes ya que tienen que obtener un beneficio y satisfacer las expectativas de sus accionistas. La gran mayoría (por no decir la totalidad) de ellas están organizadas mediante divisiones en los servicios centrales que son las que tienen la competencia y son responsables del funcionamiento de cada división en todo el mundo. En cada país o región existe un “jefe de país o de region” que, paradójicamente suele ser una nativo de toda confianza de la misma región o país donde se ha ubicado la multinacional que conoce mejor que nadie el país y como hay que desenvolverse en él, que es el coordinador de los servicios de las distintas divisiones de la compañía multinacional o incluso el presidente, no ejecutivo, de la filial que hayan constituido localmente, pero dichos servicios reciben sus órdenes de los directores de división en la matriz ya que son sus responsables directos de que vayan bien. Cuarta. En un mundo cada vez más globalizado la especialización del Servicio Exterior tiene que ser cada vez mayor. Las negociaciones más importantes son todas de carácter muy técnico, ya sean económicas, políticas o sociales y no se llevan a cabo de forma bilateral sino en organismos internacionales o en Instituciones supranacionales de áreas o zonas integradas en las que hay que ser un verdadero experto en la materia para poder aconsejar a los distintos Ministros sobre que posturas hay que tomar en cada asunto. Es decir, no es tan importante conocer varios idiomas, como antaño, lo que en todo caso es conveniente, ya que existe traducción simultánea, sino conocer a fondo la materia de la que se está hablando y su propia jerga para no hacer el ridículo. Esto obliga desplazar a los expertos desde el país y ministerio de origen a dicha reunión que además de salir más barato que tener a varios funcionarios desplazados (salvo un representante permanente que se encargue de seguir de cerca los asuntos y mantener una buena relación con los ejecutivos de dichas organizaciones e instituciones y con los de los otros países miembros) es mucho más eficaz. Quinta. En este mismo sentido, los asuntos económicos, sociales y culturales son cada vez los más importantes que hay que dilucidar. Los asuntos políticos de mayor envergadura se suelen decidir directamente mediante visitas o conversaciones telefónicas del Ministro de Asuntos Exteriores o incluso del Presidente con sus homólogos, en la ONU, en la UE o en el G8. Lo económicos se preparan por expertos en los Organismos internacionales (FMI, Banco Mundial, Bancos regionales, OMC, etc.) o supranacionales (UE, NAFTA, CAFTA, MERCOSUR, Pacto Andino, APEC etc.) correspondientes y en última instancia por los Ministros económicos o el Presidente del Gobierno directamente. Los asuntos económicos mas micro son cada vez más importantes y consisten en ayudar a las empresas españolas, especialmente las medianas y pequeñas, ya que las grandes tienen mayores recursos para hacerlo, en su desarrollo comercial o inversor en otros países dado que la economía española es cada vez más abierta a todos los flujos económicos internacionales, es ahí donde hace falta dar un mayor impulso a nuestras representaciones exteriores. Lo mismo puede decirse de los asuntos culturales, la expansión del español y de la cultura española en el mundo es un asunto cada vez más estratégico para España, con connotaciones económicas cada vez más importantes. Finalmente, el siglo XXI va a ser el siglo de las grandes migraciones y aquí es de fundamental importancia la actividad Consular Española, a la también hay que reforzar para hacer frente a la avalancha de emigrantes de países en desarrollo. La política de inmigración va a ser decisiva para España, ya que es uno de los países cuya población se está envejeciendo más rápidamente y su fuerza laboral se esta reduciendo a pasos agigantados. Se ha calculado que doctop gdeladehesa 13 Sep 2016 17:59 3/3 para mantener la población laboral española constante en las próximas décadas hará falta un flujo de inmigrantes de aproximadamente 300.000 personas al año, lo que conlleva unos servicios rigurosos de selección, en su país de origen, de aquellas cualificaciones laborales más necesarias para el mejor funcionamiento de la economía española para lo que no están preparados nuestros consulados y nuestros servicios laborales y de inmigración y sí los de los países con tradición inmigratoria. Es decir, la Reforma tiene que hacer frente a estos retos dando prioridad absoluta a estas tres áreas específicas de actuación. Sexta. La Reforma va a exigir un cambio radical de toda la gestión de nuestras representaciones en el exterior. Los sistemas administrativos y de gestión de nuestro servicio exterior están obsoletos, carecen de flexibilidad y están soportados por normas anticuadas. Aunque cueste más, sería conveniente que se contratase a una empresa privada externa e independiente para que hiciese un análisis profundo de nuestras representaciones exteriores y que informase de sus problemas de eficiencia, administrativos, de gestión y de adaptación a las nuevas tecnologías y de cómo hacerles frente de una manera más eficiente. Séptima: la creciente especialización exige también un alto grado de cualificación. Por este motivo e preciso proceder a una reforma del sistema de remuneración del Servicio Exterior, que esté basado en la eficiencia y los retornos económico, político y social relativos de cada servicio, abandonando el actual sistema, ya anticuado, y aproximándolo a los practicados por otros servicios exteriores de los países más desarrollados, por las empresas multinacionales, que funcionan por objetivos, y por los organismos internacionales. También hay que mejorar la situación de los cónyuges, que en muchos países y por aplicación del Convenio de Viena, no pueden trabajar, salvo en aquellos países en los que existe un acuerdo bilateral y tener en cuenta también las condiciones familiares a la hora de fijar sus retribuciones.