LA IMPORTANCIA DE LA EUROREGION GALICIA-NORTE DE PORTUGAL

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LA IMPORTANCIA DE LA EUROREGION GALICIA-NORTE DE PORTUGAL
Guillermo de la Dehesa
Presidente del CEPR (Centre for Economic
Policy Research. London.
A pesar de las estrechas afinidades de ambas regiones,
durante muchos años han permanecido aisladas una de la otra,
mirándose con desconfianza, desarrollando estrategias de
crecimiento y de especialización productiva totalmente diferentes
y con total ausencia de proyectos comunes que pudiesen aprovechar
las oportunidades de una cooperación económica y comercial entre
ambas.
Por fin, este sin sentido, en una Europa crecientemente
unida, ha terminado y las autoridades de ambas regiones han tenido
la vision de desarrollar un proyecto de Euroregión, comenzando ya
en 1991 con la creación de una Comunidad de Trabajo Galicia-Norte
de Portugal que ha ido coordinando la realización de proyectos
comunes, transformando la realidad del área transfronteriza con
una
mejora
de
las
comunicaciones
terrestres,
las
telecomunicaciones, el saneamiento, la protección del medio
natural, el turismo y la promoción económica, empresarial,
educativa y cultural.
Actualmente, existe ya una autopista continua que conecta
Lisboa con Ferrol, estableciendo un eje de comunicaciones de todas
las ciudades de la zona costera. Todo ello se ha realizado con
apoyo del programa comunitario de fondos Interreg del que se han
logrado un conjunto de ayudas de unos 35.000 millones de pesetas.
Esta es sin duda una decisión muy acertada ya que ambas
regiones tienen un elevado grado de complementariedad, lo que les
va a permitir superar sus desventajas iniciales de estar situadas
en la periferia y ser los "finisterres" de Europa.
En el caso de Galicia, dichas desventajas iniciales son
de sobra conocidas: un bajísimo crecimiento demográfico y creciente
envejecimiento de la población, una elevada dispersión de los
núcleos de población, una baja tasa de urbanización y una
atomización productiva. Todas ellas generan unos mayores costes
de producción y distribución y una menor competitividad.
Ninguna otra región vecina le ofrece a Galicia una mayor
complementariedad que el Norte de portugal para superar dichos
problemas. Asturias cuenta con una mayor densidad de población pero
tiene aún problemas de especialización industrial y minera que le
han convertido, temporalmente, en una región en declive. Castilla
León tiene los mismos problemas que Galicia: densidad aún muy
inferior, reducida urbanización y dispersión poblacional.
El Norte de Portugal posee casi el doble de densidad de
la población que Galicia, una tasa de natalidad mucho más elevada,
una población más joven y menos rural y una tasa de crecimiento
económico más elevada.
El conjunto de las dos regiones alcanza 6,7 millones de
habitantes y 51.000 kilómetros cuadrados. Es decir, una población
superior a la de Dinamarca, Irlanda o Finlandia y una superficie
mayor que la de Bélgica, Holanda o Dinamarca. El conjunto de la
"Euroregión" tiene una densidad cercana a la media europea, una
población activa de más de tres millones de personas y un mayor
peso relativo de la industria y los servicios.
Con dicha Euroregión se crea un mercado regional de mayor
tamaño, más concentrado en el litoral, mejor comunicado, con gastos
más homogéneos y con cultura muy similar. Es decir, se crea una
masa crítica para poder ser competitivo en una Europa Unida.
Además
del
tamaño
crítico
es
importante
la
complementariedad de ambas regiones. Veíamos como en Galicia la
evolución de la población gallega está estancada y además tiene
desequilibrios crecientes en su asentamiento en el territorio. La
población tiende a concentrarse en la franja litoral occidental,
mientras que el interior de Lugo y Orense se encuentran
crecientemente despoblados. Por el contrario, en la región Norte
de Portugal el dinamismo demográfico es muy elevado, con tasas de
natalidad varios puntos por encima de las de Galicia.
El mercado laboral gallego es también menos dinámico que
el del Norte de Portugal. La tasa de actividad en esta última región
supera a la gallega en casi diez puntos, explicada por la mayor
tasa de actividad femenina. La estructura sectorial del empleo es
también muy diferente. En Galicia tiene aún un peso excesivo el
empleo en la agricultura y en la pesca aunque está descendiendo,
mientras que en el Norte de Portugal predomina en mayor medida el
empleo industrial. La tasa de paro en Galicia es más del doble de
la de la región vecina: 17% frente a 6% en 1998.
La estructura sectorial del empleo y las tasas de
ocupación y paro muestran la diferente especialización productiva
seguida por ambas regiones.
La región Norte de Portugal ha seguido un patrón de
especialización basado en unos sectores productivos intensivos en
mano de obra, fruto de una menor crecimiento de la productividad
pero, lógicamente, de unos costes laborales mas reducidos. Esto
ha permitido que el sector industrial y de servicios pudiesen
absorber, más fácilmente, los excedentes de la población empleada
en la agricultura, ganadería y pesca, al tiempo que daba mayores
probabilidades de inserción laboral y de participación femenina
en el mercado de trabajo.
La especialización productiva gallega ha sido mucho más
intensiva en capital que en mano de obra, con costes laborales más
elevados, pero, al mismo tiempo, la especialización industrial en
una serie de sectores como la siderurgia, metal mecánica, minería,
construcción naval ha sido negativa ya que son los sectores que
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se han visto sometidos, en mayor medida, a una fuerte
reestructuración por no haber sido capaces, salvo pocas
excepciones, de competir con los nuevos países industriales
asiáticos e iberoamericanos. Ello ha hecho que la industria y los
servicios hayan tenido mayores dificultades en absorber los
excedentes laborales del sector primario y que la tasa de paro
gallego sea más elevada.
En este sentido ambas economías son, de nuevo,
complementarias ya que Galicia tiene una especialización productiva
más intensa en capital y tecnología con mayor productividad y costes
más elevados, y el Norte de Portugal más intensiva en mano de obra.
El comercio de Galicia con Portugal ha experimentado un crecimiento
muy elevado en estos últimos cinco años. La importación y la
exportación gallegas se han multiplicado por dos, y, aunque no se
disponen de cifras recientes, el comercio entre ambas regiones
también ha sufrido un patrón similar.
En el comercio vuelve a resaltar la diferente
especialización de cada región. Las exportaciones del Norte de
Portugal su especialización en textil, calzado y maquinaria ligera,
fundamentalmente muy intensivas en mano de obra. Las exportaciones
gallegas se concentran en material de transporte (automóviles y
barcos), pescado y crustáceos, manufacturas metálicas (aluminio
y metales no férricos) y rocas ornamentales.
El hecho de que el comercio interregional sea cada vez
mayor indica que ambos tipos de especialización son complementarios
con claras ventajas comparativas desde cada lado.
Ahora bien, hay una diferencia muy importante y es que
Galicia es una economía menos abierta al exterior que la del Norte
de Portugal. La especialización portuguesa le ha permitido estar
más presente en los mercados internacionales que la de Galicia.
El comercio representa cerca del 70% del PIB de la región portuguesa
y sólo el 35% del PIB gallego. Sin embargo, el comercio del Norte
de Portugal es más vulnerable ya que sus exportaciones están muy
especializados en manufacturas en las que el peso de la mano de
obra es tan importante que la competencia de los países emergentes
de Asia, Africa y de Iberoamérica, con costes de la mano de obras
mucho menores, pueden desplazar a Portugal de terceros mercados.
Por contra, el comercio de Galicia es más de tipo intraindustrial
o intrafirma, derivado de la explotación de economías de escala
y de diferenciación de productos, y, por tanto, menos vulnerable
a que aparezcan otros competidores. La vulnerabilidad de Galicia
viene por su especialización productiva en el sector primario
especialmente en dos sectores en los que la incertidumbre es elevada
ya que están sometidos a una regulación y control cada vez más
estrecho. De un lado la pesca, sujeta a problemas de subvenciones,
de territorialidad y de cuotas y de otro la producción láctea sujeta
a cuotas.
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En el primer caso, las cuotas van a tender a disminuir
o desaparecer a largo plazo conforme se van esquilmando los mares
no sujetos a restricciones y se van reduciendo las subvenciones
a países terceros como Marruecos, Namibia, etc. En el segundo, los
excedentes lácteos son muy importantes y las cuotas también tenderán
a ser estables o menores en el futuro.
En todo caso, las exportaciones gallegas a Portugal son
más del doble que sus importaciones de Portugal, aunque estas
últimas están creciendo a un fuerte ritmo. Lo lógico es que en los
próximos años crezcan aún más rápido con una ligera tendencia hacia
un mayor equilibrio a muy largo plazo. Portugal es ya el segundo
cliente y el segundo suministrador de Galicia, después de Francia,
aunque el peso de este último país está muy determinado por la
factoría Citroën de Vigo y, en cambio, el portugués está mucho más
diversificado, lo cual es enormemente positivo para el futuro de
la Euroregión. Galicia ya representa el 13% de los intercambios
comerciales entre España y Portugal y la tendencia es a aumentar
claramente dicha cuota de mercado.
Dadas estas complementariedades, se acaba de dar un paso
aun mayor en la conformación de la Euroregión con el "Programa de
Acción Conjunta Galicia-Norte de Portugal" que incluye cerca de
300 proyectos e iniciativas para desarrollar en ambos territorios
durante el período 2000-2006.
Estas iniciativas intentan consolidar dicho espacio
económico, darle una mayor proyección exterior para potenciar su
competitividad y su desarrollo económico. Para ello se van a
desarrollar cuatro objetivos operativos: articular dicho espacio,
vertebrar la zona transfronteriza, valorizar la proyección externa
del espacio conjunto y difundir y animar los procesos de cooperación
empresarial.
Para dinamizar este programa se vana a movilizar recursos
comunitarios a través de Interreg 3 y se va a intentar integrar
dentro de los Planes de Desarrollo Regional de Portugal y España.
Es decir, se le va a dar un fuerte impulso por parte de
los poderes públicos y se va a sensibilizar al máximo al sector
privado. Este último se ha movilizado ya y existen numerosas
empresas de uno y otro lado que han tomado posiciones y se han
instalado en ambas regiones buscando sinergías y considerando que
la Euroregión es un hecho y que se debe de considerar como un sólo
mercado regional.
Ambas regiones saben que en esta lógica de su cooperación
está su futuro dentro de la Unión Europea y tanto el sector público
como el privado se han aplicado a ello. Se han superado las viejas
diferencias y se está trabajando conjuntamente para conseguir que
la Euroregión sea un éxito.
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Naturalmente, conseguir un tamaño crítico, un mercado
regional más amplio y una aglomeración y urbanización de la
población es una condición necesaria para superar el periferismo.
Pero no suficiente. También es fundamental hacer un gran esfuerzo
en concentrar los recursos financieros y presupuestarios, siempre
escasos, en tres área claves: La educación y formación, la
importación de tecnologías, las inversiones en I + D y la atracción
de inversión extranjera.
El caso de Irlanda es el que se suele poner siempre de
ejemplo para esta nueva Euroregión. Es verdad que Irlanda tiene
dos ventajas competitivas que no son fáciles de replicar en la nueva
Euroregión, que son el idioma inglés y un sistema fiscal para la
inversión extranjera muy atractivo. Pero sí se puede imitar el
importante logro que dicho país ha conseguido elevando el nivel
de educación y formación profesional de los irlandeses, lo que ha
sido otro factor fundamental en la atracción de inversión directa
extranjera no sólo en la industria sino también en los servicios.
El desarrollo de los "call centers" que es una de las fortalezas
del sector servicios en Irlanda podría ser desarrollado en esta
Euroregión. Es un actividad intensiva en mano de obra pero, al mismo
tiempo, deja un valor añadido importante.
Esta iniciativa transfronteriza va a generar una nueva
forma de superar las desconfianzas tradicionales que han imperado
en las relaciones entre ambos países, y debería de servir de ejemplo
a otras posibles entre los dos países, ya que tienen sentido, no
sólo desde el punto de vista económico, sino también desde el punto
de vista político, social y cultural. En una Europa económica unida
como en la que vivimos, las fronteras no existen y hay que volver
a diseñar el mapa económico que más favorezca al desarrollo
competitivo de las regiones, especialmente si se encuentran en una
situación de desventaja de partida, como es la de ser dos de los
finisterres europeos.
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