Ámate Primero a Ti Mismo por Gabriella Kortsch, Ph.D., CHT Dedicado a Ana, Anette, Annemie, Bob, Hanna, Ignacio, Ina K., Isa, Käthe, Maria Cristina, Marlies, Martha, May-Britt, Michael, Santi Este tema – él de amarte a ti mismo primero – está tan cargado de malentendidos y controversia, que aunque lo llevo tocando en varios artículos recientes, he decidido que merece un articulo propio para poder empezar a concretar en algunas de las razones por qué es tan fundamentalmente importante para nuesta salud, nuestro bienestar, y la cordura de nuestro yo psicológico, emotivo y espiritual, y para entender por qué somos tan renuentes a la hora de amarnos a nosotros mismos, y finalmente, por qué es tan difícil llegar a amarnos a nosotros mismos. Empecemos con unas premises (o, si prefieres, unas teorias hipotéticas): Amarse primero a uno mismo es un prerequisito para el crecimiento sano Amarse primero a uno mismo crea seguridad Amarse primero a uno mismo crea alegría Amarse primero a uno mismo crea generosidad Amarse primero a uno mismo crea la capacidad de crear, de prosperar, de crecer Amarse primero a uno mismo crea un auténtico afecto por los demás Amarse primero a uno mismo crea la capacidad de amar a otros de un modo verdadero Amarte a ti mismo te hace sentirte incómodo Examinando esto de cerca, encontramos que la mayoría nos sentimos algo (o muy) incómodos cuando pensamos en amarnos a nosotros mismos antes que a los demás, y aun más incomodos, si pensamos decir tal cosa, e igualmente incómodos cuando pensamos en ello, o nos referimos a cosas como que la necesidad de amarnos a nosotros mismos primero para poder estar sanos por dentro. Amarse a uno mismo es egoismo Mucho de esto tiene su origin en la interpretacion algo erronea o sesgada de la escritura biblica por los bastiones de las grandes religiones organizadas. Para ilustrar este punto, repetiré algo que ya publiqué en el pasado, pero que ilumina el tema. Viene de Erich Fromm, el autor de El Arte de Amar en su articulo Selfishness and Self-Love que se publicó en 1939: "La cultura moderna ha sido permeada por un tabu sobre el egoismo. Enseña que ser egoísta es un pecado y que amar a los demás es una virtud. En definitiva, tal doctrina no solamente se encuentra en flagrante oposicion a otra serie de doctrinas que da por hecho que el instinto más poderosos y legitimo en el hombre es el egoismo y que cada individuo, al seguir dicho instinto imperativo, también consigue el mayor bien para el bien común. La existencia de aquel tipo de ideologia no afecta el peso de las doctrinas que declaran que el egoismo es el epítome de la maldad y que el amor por los demás la mayor virtud. Egoismo, tal y como se usa en tales ideologias es más o menos sinónimo con amor hacia uno mismo. Las alternativas son de o bien amar a otros que se considera una virtud, o de amarse a uno mismo que es un pecado.” En otras palabras, Fromm dice que hemos sido socializados a creer que si profesamos amor hacia el yo, somos egoistas. ¡Nada podría distar más de la verdad! Para entender esto mejor, quizas conviene empezar por examinar algunas definiciones de egoismo: Excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás, ambición, egocentrismo, individualismo, ingratitud, voracidad, codicia. Amarse a si mismo no precluye tener afecto o interés por los demás. Sencillamente significa que te ocupas de ti mismo, para poder cuidar de los demás de un modo mejor que si no te hubieras ocupado primero de ti mismo. Un ejemplo que utilizo a menudo con mis clientes son las instrucciones dadas por la tripulación de un avion cuando demuestran el uso de las máscaras de oxigeno. En caso de necesidad dicen, si viaja con niños, colóquese su propia mascarilla primero. En otras palabras, cuidate primero de ti mismo. La mayor parte de las personas entienden esta analogia simplista a la primera y reconocen que no hay un ápice de egoismo en el acto de amarse primero a uno mismo – al contrario, vistgo así, es incluso una demostración de más amor a los demás, el amarse primero a uno mismo. Amarse a si mismo es pecado Fromm también hace referencia de Calvino quien indicó en sus escritos que “si el individuo encuentra algo en él “sobre la base de lo cual encuentra placer en si mismo,” muestra ese pecaminoso amor del yo. Esa afectuosidad por si mismo le hará juzgar a otros y despreciarlos. Por lo tanto, quererse a si mismo, gustarle cualquier cosa de si mismo, es uno de los pecados más grandes. Excluye el amor hacia los demás y es idéntico a egoismo.” No dudo de que podais entender al leer el parrafo anterior que generación tras generación de creyentes ha aprendido que el amarse a si mismo, de hecho, el gustarle cualquier cosa de si mismo, es uno de los pecados más grandes imaginables … identico con egoismo. Una vez más, nada podría ser más lejos de la verdad! Piensa en esto: imagina que tienes un hijo pequeño. Imagina que tomas la determinacion de convertir a ese niño en un adulto creyente, responsable y trabajador, y decides lograrlo siguiendo las afirmaciones arriba indicadas, no teniendo afecto por el niño y no amándolo. ¿Crees que el niño prosperaría? No digo que el niño moriría, pero si digo que partes de él se marchitarían y perecerían, o al menos, desaparecerían, porque el niño necesitaría ser amado. Y así nos pasa a todos – nos tenemos que amar a nosotros mismos para ser sanos a todos los niveles. Amarse a si mismo no es ético Fromm tambien se refiere a Kant: "Según Kant es una virtud desear la felicidad de otros, mientras que el querer la propia felicidad es eticamente “indiferente” dado que es algo que la naturaleza del hombre se esfuerza en obtener y un esforzarse natural no puede tener un sentido positivo ético. […] amor hacia uno mismo, esforzarse por la propia felicidad no puede ser nunca una virtud. Como principio ético, el esforzarse por la propia felicidad “es el más reprensible … “ ¿Empiezas a ver hacia donde nos ha llevado la civilización, siguiendo tales líneas directivas en la teología, la filosofiía y la ética? Nos dicen: no te ames a ti mismo. Si lo hacemos somos egoistas, pecamos, no somos virtuosos. No nos debe de asombrar entonces, que tantas generaciones han pasado sus vidas en la búsqueda de cosas externas tales como la fama, el dinero, la tortuna, el prestigio, el honor, la belleza, el poder, etc., o en agradar a otros en vanos intentos de acumular una emoción por dentro que sólo puedes conseguir de ti mismo, amándote, y que no puedes conseguir de cosas externas, por muy maravillosas que sean. ¡No Seas Egoista! Fromm se vuelca aún más desaprobante al continuar su asalto de las ‘buenas costumbres” de nuestra sociedad con respecto al amor a uno mismo diciendo: “La doctrina que el egoismo es, como ya dicho, el epítome de la maldad y que ha de ser evitado y que el amarse a uno mismo excluye amar a los demás bajo ningún no se limita solamente a la teología y la filosofía. Es una de las pautas más habituales en uso en nuestras casas, en el colegio, en las iglesias, en el cine, en la literatura y todos los demás instrumentos de sugestión social. ‘No seas egoísta’ es una frase que ha marcado a miles de millones de niños, generación tras generación. Es difícil definir exactamente lo que significa. A nivel consciente, la mayor parte de los padres lo conectan con el significado de no ser egoísta, inconsiderado, sin interés por los demás. A nivel real, generalmente significa más que eso. ‘No ser egoísta’ implica no hacer lo que uno desea, de someter a los propios deseos por los de aquellos que tienen autoridad, es decir, los padres, y luego las autoridades de la sociedad.” Os ruego que volvais a leer el parrafo anterior porque para aquellos de vosotros que no estabais de acuerdo con mis afirmaciones anteriores con respecto a la teología, la filosofiá y la ética, porque ya no vivimos en la Edad Media, o porque tu familia no iba a Misa, etc., probablemente ahora si os habéis encontrado en este último parrafo. No porque vuestros padres eran reprobables, sino porque no sabían lo que hacían, y de todos modos, ellos mismos probablemente eran fruto de la socialización anterior mencionada más arriba. Pero no importa de qué ángulo lo examinemos, estamos confrontados una vez más con el muro implacable que indica que somos egoistas si nos atrevemos a hacer lo que nos parece correcto, o lo que queremos … imaginate la herejía … hacer lo que queremos … incluso si es algo como querer estudiar arte en vez de derecho (que es lo que tu padre quiere). Hay un sinfín de ejemplos. Esto también es el origen de los límites no sanos en mucha gente … tener limites no sanos significa que la persona permite a que otros crucen umbrales que no se deberían de cruzar … todos aprendidos en la niñez al aprender no ser egoísta, o al aprender a agradar a otra persona. (Nota: tener limites no sanos también tiene otro tipo de origenes). Armas Ideológicas … En el último análisis, ¿no seas egoísta’ tiene la misma ambiguidad que hemos visto en el Calvinismo. Aparte de su implicación obvia, significa también ‘no te ames a ti mismo’, ‘no seas tu mismo’, sino ‘somete tu vida a algo más importante que tú’, sea un poder externo, o la internalización de aquel poder como ‘deber’. ‘No seas egoísta’ se convierte en una de las armas ideologicas más poderosas en suprimir la espontaneidad y el libre desarrollo de la personalidad. Bajo la presión de tal eslogan, se le pide a uno todo sacrificio y la sumision completa: sólo aquellas metas son ‘no egoistas’ que no sirven al individuo por si mismo, por su propia causa, sino por la causa de alguien o de algo ajeno a él.” Fromm también escribió: “Las personas egoistas son incapaces de amar a otros, pero tampoco son capaces de amarse a si mismas.” Y en Man For Himself escribió: “el egoismo y el amor hacia uno mismo, lejos de ser identicos, de hecho, son totalmente opuestos. La persona egoísta no se ama a si misma demasiado, sino demasiado poco, de hecho, se odia a si misma.” Entrando en el Proceso de Amar al Yo Es verdaderamente desgarrador cuando lo miras desde ese punto de vista. Las declaraciones de Fromm en el último parrafo son testimonio elocuente de la razón por la cual tanta gente en el mundo necesitan psicoterapeutas como yo, o por qué tanta gente en el mundo se encuentra tan desesperadamente infeliz. Piénsalo y date cuenta que tu reticencia, tu dificultad, tu renuencia, y tu sensacion de incomodidad cuando intentas empezar a amarte a ti mismo, puede tener sus raices en frases del tipo arriba indicadas. Entiende también que el proceso de empezar a amarte a ti mismo es exactamente eso: es un proceso a través del cual desaprenderás costumbres y pautas de pensar muy arraigadas, así como desaprender activadores emocionales calculados a hacer que te sientas culpable, e igual como desaprender cualquier otro hábito, tomará su tiempo, requerirá su disciplina, y puede que los resultados no se vean de inmediato (¿consigues tener tríceps firmes el primer día de empezar con pesas en el fitnes?) Pero los resultados llegarán sin duda, y cambiarán tu vida sin duda, y sin duda crearán una sensación de bienestar de tal manera que posiblemente sea la primera vez que hayas experimentado algo así. Gabriella Kortsch es doctora en psicología, se dedica al coaching integral, a la hipnoterapia clínica, al coaching de parejas, y es escritora y conferenciante profesional. Emite un programa semanal de radio (en inglés) desde 2003 en la Costa del Sol en España, que también se puede oír en el Internet o como clips de audio en su portal. Ella trabaja con clientes para llevarlos hacia un mayor éxito personal, profesional y de pareja utilizando un enfoque integral basado en el desenvolvimiento del potencial humano. También ofrece talleres en el campo del desarrollo personal en España e Inglaterra. Suscríbete y motívate con su boletín vanguardista, ahora disponible en español e inglés. También puedes leer y colgar tus comentarios en su blog (en inglés).