DE CERCA Texto y fotos: Josep-Maria Gili y David Díaz El coral rojo E l coral rojo del Mediterráneo ha sido objeto de la codicia humana desde la antigüedad clásica, que le atribuía propiedades curativas y afrodisíacas, amén de considerarlo talismán de buena fortuna. Su actual utilización más prosaica como empaste dentario o consolidación de huesos ha renovado el interés por la especie. Cierto es que nunca perdió su predicamento en joyería. Si en el siglo XX ornaba los tesoros de la realeza, hoy la elevada cotización que el coral alcanza en los mercados internacionales, recurso natural cada día más escaso por su excesiva explotación, atrae sustanciosas inversiones de los países ricos. Corallium rubrum es una gorgonia que se distingue por su eje calcáreo; en las demás es córneo. Sus ramas dendriformes se fijan fuertemente al substrato rocoso. De las ramas surgen los pólipos blanquecinos, que se extienden hasta medio centímetro de longitud. Se trata de una especie mediterránea, aunque se ha recolectado en algunas ocasiones en el Atlántico cerca del estrecho de Gibraltar. Acostumbra formar poblaciones densas, de más de 40 colonias por metro cuadrado, en lugares poco iluminados, desde 15 a unos 200 metros de profundidad. Crece poco a poco, a razón de uno a dos milímetros por año. Las colonias de 20 centímetros tienen, pues, un siglo de edad. 1. Fondos de coral rojo a más de 50 m de profundidad. Las colonias crecen hacia arriba, en sentido opuesto a las que se desarrollan en cuevas y grietas submarinas a menor profundidad. Evita siempre la excesiva sedimentación; por eso medra en fondos rocosos, alejados de los aportes sedimentarios de los ríos 42 INVESTIGACIÓN Y CIENCIA, agosto, 2001 2. Colonia de coral rojo con todos los pólipos abiertos y desplegados. Los pólipos se alimentan de partículas y organismos del plancton transportados por las corrientes. Es, pues, una especie carnívora, que crece allí donde las corrientes arrastran las presas hasta la cercanía de sus colonias 3. Población de coral rojo de una pequeña cavidad rocosa a unos 25 m de profundidad. En estas oquedades, muy frecuentes en el litoral mediterráneo, el coral crece hacia abajo evitando la excesiva iluminación y sedimentación 4. Visión de cerca de los pólipos de coral rojo. Cada pólipo produce de 3 a 6 huevos, que una vez fecundados dan lugar a una larva. Las colonias presentan sexos separados. Las larvas se asientan próximas a las colonias progenitoras, conformando los densos bancos que recuerdan los árboles de un bosque 43