FUENTES DEL DERECHO ROMANO 159 Pretor. Misión específica de los ediles era la de abastecer debidamente y en todo tiempo a la ciudad, cura annonae, la atención de las calles y lugares públicos (cura viarum), la de los edificios y construcciones públicas (cura aedium), y todo ello con un poder que se podía designar gráficamente de policía, así como el mantenimiento en forma adecuada de los juegos públicos (cura ludorum), a los que tenían que atender a sus propias costas para asegurarse así el favor del pueblo, sin perder de vista que de él dependía el poder de su cursus honorum. Esta magistratura fue creada en sí, para determinar cuáles plebeyos y en qué condiciones debían dedicar a la construcción de los edificios públicos; otra de sus funciones era la de amparar a los plebeyos contra las arbitrariedades que se cometían al alistarlos para la ejecución de dichas obras públicas. Si el veto de los ediles no se cumplía, los culpables eran condenados a muerte y la sentencia se ejecutaba precipitándolos de la Roca Tarpeya. Los ediles dirigieron las antiguas comunidades plebeyas del Aventino, en donde se encontraban los actos relativos a los derechos de la plebe. Posteriormente se extendieron sus funciones al cuidado y limpieza de calles, plazas, etc., y a la fiscalización de los mercados públicos. 6.10. LA DICTADURA O MAGISTER POPULI Entre las magistraturas extraordinarias está la dictadura y su ayudante el magister equitum o jefe de caballería. La dictadura se creó para atender situaciones de emergencia como guerra externa o civil, rebeliones, etc. Su nombramiento era hecho por el Senado, escogiendo por lo general para el cargo a uno de los cónsules, el cual duraba en sus funciones únicamente seis meses. Al entrar a ejercer el cargo cesaban todos los demás magistrados y nadie se le podía oponer excepto el tribuno. En cuanto al dictador, lo nombra el cónsul, sin intervención comicial. Originalmente llamado magister populi y posteriormente dictador, quizá porque dispone (dictat) sin consultar con ningún otro colega, en antítesis, por consiguiente, con el principio de colegialidad consular; fue un magistrado supremo, tal vez de carácter extraordinario desde los mismos principio de la constitución republicana, elegido por lo regular entre los consulares, incluso, entre los plebeyos, por lo menos, a partir del año 356 a. C.; designado, bien por acuerdo de ambos colegas o por sorteo, por uno de los cónsules, si bien mediante deliberación del Senado, que decit dictatorem, y observando cierto formalismo (in agro romano oriens, nocte, silentio), y de cargo electivo tan sólo a fines del Siglo III a. C., lo que coincide con el cambio de las normas