Jacqueline Lee “Jackie” Bouvier junto a su esposo John Fitzgerald Kennedy el 35º. Presidente de los Estados Unidos. Ambas figuras son emblemáticas por distintas razones pero indudablemente son, como todo “buen” matrimonio, intrínsecamente complementarias. Joseph Kennedy, padre del futuro presidente reconoció desde los inicios de la carrera política de su hijo qué papel vendría a jugar Jackie. Edward Klein en su biografía de esta pareja escribe cómo su suegro vio en Jackie la compañera estratégicamente idónea, con la cual Jack podría llegar muy alto. E indudablemente ella vio en él un compañero carismático, de una aristocracia nueva pero indudablemente adinerada y con una trayectoria muy prometedora. Es para otro espacio estudiar la naturaleza de la relación o bien la dinámica de esta pareja que pasó a ser la encarnación de la nueva pareja de jóvenes americanos de la década de los sesenta. En otro espacio se puede hablar de su vida en la campaña, de su vida en la Casa Blanca, de Marilyn y las otras mujeres en la vida de Jack o bien de la crisis hemisférica que constituyo la Crisis de los Misiles esos 14 días de Octubre de 1962. Aquí exploraremos lo que esta pareja representaba para su pueblo, pues es indudable éste el que continua inmortalizándoles en el subconsciente nacional. La realidad es que