ITALIANOS Y SUS DESCENDIENTES EN LA MASONERÍA CHILENA. Durante la colonia, no existía prácticamente inmigración extranjera a Chile, por cuanto lo prohibían las leyes españolas; solamente podían ingresar a suelo americano aquellos que venían contratados por el Real Gobierno o que pertenecían a determinadas instituciones como sucedía por ejemplo, con los sacerdotes de congregaciones. Los primeros inmigrantes que llamaremos " italianos ", porque procedían de la península Itálica, ya que Italia se constituyó oficialmente como nación solo en 1860, aparecen citados por Joaquín Santa Cruz en su obra " Los italianos en la conquista de Chile ". En 1541 Pascual Genovese y Juan Zurbano entre otros, proclaman gobernador a Pedro de Valdivia. Posteriormente, pilotos y navegantes genoveses hacen noticias en Chile, Juan Ambrosio Justiniano en 1543 a bordo de la nave Santiaguillo y Juan Bautista Pastene en 1544 en el barco San Pedro. Pastene realizó una gran actuación en las misiones de exploración de las costas australes, tomando posesión de algunas de ellas, por lo que recibió de Valdivia el nombramiento de Capitán General del Mar, lo que le valió mas tarde conseguir una encomienda y cargos políticos como regidor del Cabildo de Santiago y alcalde. Su descendencia se radicó en Chile y por sus meritos ostentaron al igual que su padre, altos cargos dentro de la administración colonial española. En 1808 el gobernador español García Carrasco mandó hacer una matrícula de extranjeros residentes, para saber quienes eran y para controlar sus desplazamientos a raíz del proceso independista.. En esta encuesta el total de extranjeros detectados no pasó de 80 y entre ellos dentro del Reino de Chile, se encontraban 19 " italianos ", la mayoría instalados en Santiago, 13 de ellos casados y de buena situación económica, la mayor parte de religión católica, con oficio de comerciantes y artesanos, de origen genovés. ( Juan Bautista Bousa, Santiago Bordossi, José y Carlos Laghi, Pedro María Torini, Nicolás Ambrosi, Francisco Tubino, Francisco Javier Iome, José Torchel, Bartolomé Gambeta, Santiago Graso, Francisco Lebrato, Benito Coros y Carlos Ceroni.) Chile, como país receptor de inmigrantes, ejerció en el siglo XlX una política selectiva, donde se prefería a colonizadores anglo-sajones y alemanes. Benjamín Vicuña Mackenna en su informe con relación a la inmigración extranjera, manifiesta que, "las mejores características de las etnias seleccionadas, influirá para contrarrestar la herencia española, proporcionando en el pueblo chileno la sobriedad, capacidad de trabajo e iniciativa." Se sugería que los colonos fuesen católicos, porque el país lo era mayoritariamente y que su elección debía hacerse mas por calidad que por cantidad. Por otra parte, Chile no estuvo nunca en el centro de un gran movimiento migratorio, debido a su ubicación geográfica, al aislamiento y a la poca cuantía de su población, lo que no lo hacía atractivo desde el punto de vista comercial. En 1845, con la ley de colonización, se produjo la inmigración dirigida. Vicente Pérez Rosales, comenzó a promoverla y fomentarla con colonos alemanes. La colonización se comenzó primero en Valdivia, para continuar luego a Llanquihue. No fue posible hacerlo en la Araucanía, porque esta zona todavía no estaba integrada al territorio nacional. Estos antecedentes explican el porqué, tan pocos italianos llegaron a nuestro país, cifra que aumenta significativamente a partir del censo de 1885, debido fundamentalmente a la llegada de muchos refugiados políticos. PARTICIPACIÓN DE ITALIANOS EN LA MASONERÍA CHILENA.Desde la fundación de la Gran Logia de Chile, ocurrida el 24 de Mayo de 1862, se crearon otras logias que al término del decenio de Juan de Dios Arlegui, funcionaban regularmente en el país. La tarea no era fácil ya que debían enfrentar al enemigo tradicional, la iglesia católica, que poseía grandes recursos económicos, que manejaba periódicos, que orientaba la educación y regía las costumbres. Dentro de este medio adverso, la selección iniciática debía hacerse con prudente discreción, eligiendo los hombres de entre aquellos que se destacaban por su cultura, por el amor al progreso, por su decidido afán de buscar caminos espirituales diferentes y, que pudieran apreciar y profundizar las enseñazas de la doctrina emancipadora de la Francmasonería. Fue así, como desfilaron por sus columnas los hombres mas esclarecidos de cada época, entre los que se puede mencionar a Francisco Bilbao, Manuel de Lima, Juan de Dios Arlegui, José Victorino Lastarria, Valentín Letelier, Eduardo de la Barra, Enrique Mac-Iver, José Francisco Vergara, Ramón Allende Padín y muchos otros. Si analizamos la historia de la masonería en Chile, e indagamos el origen de los masones que forman las logias anteriores a la fundación de la Gran Logia de Chile y de las que se crearon con posterioridad a 1862, se puede concluir, que son muy pocos los masones de origen italiano que contribuyen desde las columnas a fundar la Gran Logia de Chile, o que son iniciados con posterioridad. Según el masón Julio Sepúlveda Rondanelli en su obra " Fundadores de la Gran Logia de Chile e iniciados hasta 1875 ", cita solo a Pierre Cancianni, artista, nacido en Venecia en 1821, él que recibió su tercer grado en 1855 en la Logia Bethesda de Valparaíso, se radicó posteriormente en Concepción donde se afilio a Logia Estrella del Sur, luego a Aurora de Chile, para posteriormente ser fundador de Fraternidad Nº 2. Además figuran también los masones de Orden y Libertad Nº 3 de Copiapó Miguel Berisso, y Amadio Amadeo ( médico) y los farmacéuticos Carlos Curotti y Pedro Castagnola. El que será mas conocido posteriormente es Germán Tenderinni, nacido en Carrara Italia, se radicó joven en Chile, en su patria se destaca por su espíritu de filantropía prestando valiosos servicios contra el flagelo del cólera. En Chile se dedica a la industria del mármol, promovió la fundación de sociedades de obreros y de escuelas talleres para niños desvalidos, ingresó al Cuerpo de Bomberos ( 6 Compañía) y el 8 de Diciembre de 1870 murió trágicamente en el incendio del teatro Municipal. Iniciado en Nápoles, recibió el tercer grado en la Logia Justicia y Libertad Nº 5, en 1869. La escasa participación de italianos en la Masonería chilena en este periodo, se debe explicar por las siguientes razones: 1.- La inmigración italiana a Chile con anterioridad a 1800, fue prácticamente nula. No nos debemos olvidar que de acuerdo al censo ordenado por el gobernador García Carrasco en 1808, solo había 19 italianos en el reino de Chile. 2.- La política de inmigración, insinuada por Benjamín Vicuña Mackena y concretada en 1845 con la ley de colonización de Vicente Pérez Rosales, aumenta algo el número de italianos que llegan, y dentro de los requisitos, se les exige ser católicos. 3.- La gran mayoría de estos inmigrantes son jóvenes sin estudios ( obreros, artesanos, comerciantes y campesinos) que vienen a buscar nuevos horizontes y en una época, donde la masonería en Italia era prácticamente desconocida.En efecto, la masonería italiana, tremendamente hostigada por las medidas tomadas en su contra por el clero, por la inquisición y diversas otras instituciones, se logra desarrollar en la época que Napoleón I domina la península desde 1796 a 1814. Este, había utilizado a la masonería como vanguardia en sus conquistas y luego como apoyo de los gobernantes que regían las naciones que ocupó. Su caída debilita a la masonería y al mismo tiempo la deja a merced de las represalias de los monarcas que Napoleón había derrotado, entre ellos a los pontífices romanos. Desde 1814 a 1860 la francmasonería fué, por decirlo así, completamente desterrada de Italia, ya que en ella participaban todos aquellos hombres que luchaban por librar a su patria de la opresión del extranjero y de la tirana de los Borbones. Las Logias si existían tenían que trabajar en el más absoluto secreto. Perseguida por el clero, apaga sus luces, las que no volvieron a encenderse, hasta que se realiza la gran obra emancipadora de la unión de Italia , bajo el reinado de Víctor Manuel. En Italia se alza la figura de Guisseppe Mazzini, masón y republicano que lucha por la libertad y la democracia, apoyado por otro masón ilustre Guisseppe Garibaldi. Persecuciones políticas, determinan que muchos de sus discípulos lleguen a América, la gran mayoría a Argentina y otros a Chile. Por eso cuando el refugiado político italiano Domingo Coppola, de profesión comerciante, era iniciado en nuestras practicas y doctrinas por la Logia Justicia y Libertad Nº 5, en Mayo de 1890, se estaba cumpliendo un acto mas de la terrible lucha que en la península libraban contra los combatientes por la libertad, la democracia y la unidad de la República de Italia, las fuerzas conservadoras y la Iglesia de Roma. Poco tiempo después se inicia el pintor Catone Bernini y en 1895 el comerciante Emilio Sani. Serán estos tres italianos, iniciados en Chile, los que fundaran, con la ayuda de un selecto grupo de hermanos de Justicia y Libertad Nº 5, a la Logia Aurora de Italia Nº 24 en 1896, dando inicio a una fuerte y destacada participación de los italianos y sus descendientes en la Masonería chilena. En efecto, entre 1896 y 1902 de 44 iniciados, 37 tenían origen italiano. En 1900 llega contratado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, para la Cátedra de Zoología Médica el Profesor Juan Noé. En su actividad profana marca historia en la medicina chilena ya que es el principal responsable de la erradicación de la malaria en Chile. El Profesor Noé tiene una destacada participación en Masonería. En 1906 llega al país Luigi Stefano Giarda como profesor de música en el Conservatorio Nacional. DESCENDIENTES DE ITALIANOS EN MASONERÍA. La gran mayoría de los italianos que llegaron a Chile durante el siglo XlX, y a principios del XX, no se destacaron en actividades en que los chilenos si lo hicieron como historiadores, como guerreros o como hombres de letras, porque precisamente no llegaron desde Italia profesionales ni intelectuales salvo raras excepciones. Eran mayoritariamente artesanos, campesinos y comerciantes, que vinieron buscando nuevos horizontes y que insertados en las principales ciudades como Arica, Pisagua, Iquique, Taltal, Coquimbo, Valparaíso, Santiago y Concepción se dedicaron en su gran mayoría, al comercio en pequeños almacenes de barrio, de donde saldrá la acepción peyorativa de "Bolichero". Bachicha en dialecto genovés, significa " Bautista ", termino para referirse a los comerciantes al menudeo para un pueblo que pide crédito. Lo importante de estos inmigrantes, es que con su esfuerzo, dedicación y trabajo de sol a sol, sin domingos ni festivos, supieron educar a sus hijos y serán sus descendientes los que accederán a las denominadas profesiones liberales, a las artes y a la investigación científica, destacándose muchos de ellos en el que hacer nacional y en la masonería chilena. Como ejemplo, y con la certeza de cometer más de alguna injusticia, mencionaré a Víctor Manuel Chiappa Lay, a Alfredo Melossi, Héctor Boccardo Benvenuto, Aristóteles Berlendis Sturla y Alejandro Serani Burgos que llegaron a ocupar el cargo de Cran Maestro de la Gran Logia de Chile y Arturo Alessandri Palma, presidente de la República. El QH.: Víctor Manuel Chiappa Lay, nació en Lebu en 1870. Es iniciado en la Logia Honor y Lealtad Nº 13 de Los Angeles, el 5 de abril de 1909. En 1917 es miembro fundador y a la vez Delegado del Gran Maestro en la Instalación de la Logia Patria Chilena Nº 55 de Angol, siendo a esa fecha Venerable Maestro de la Logia Solidaridad Nº 45 de Traiguén. Por su labor profana se radica en Quellón en 1918 y gracias a su trabajo, al cabo de algunos años, una nueva ciudad surge pujante en la parte más austral de la isla. En 1919, el masón Chiappa, junto a otros hermanos de Castro, a pesar de que el desplazamiento desde Quellón a Castro, en esa época era muy dificultoso, dan a luz al Triángulo Galvarino Nº 18 de Castro, y asume la presidencia desde su fundación hasta 1926. Este triángulo posteriormente dará origen a la Logia Chiloé Nº 120. En 1927, en representación del Gran Maestro Héctor Boccardo Benvenuto, instala el Triangulo Ormúz Nº 26 de Ancud que posteriormente dará origen a la Logia Estrella Insular Nº 78. La vasta labor masónica del hermano Chiappa queda de manifiesto con su intenso trabajo, sembrando siempre la semilla de nuestra orden en todo el extremo sur de Chile, especialmente en Chiloé. El Ilustre Hermano Luigi Stefano Giarda nació en Cassolo Nuovo, el 9 de marzo de 1868, en una época en que surgían con inusitada violencia en Italia, los primeros síntomas republicanos en las voces fraternas de Mazzini y Garibaldi. Se inició en Nápoles, el 5 de diciembre de 1902. El huracán de la monarquía lo empujó hacia América, llegando a Chile como profesor de música en el Conservatorio Nacional donde impuso desde el primer momento, su talento de maestro y compositor. En 1907 se incorporó a la Logia Aurora de Italia Nº 24 , . Fue reelegido en el mas alto cargo en 1909, 1910 y 1911. En 1913, viajó a Europa para recibir un premio internacional como autor de composiciones de su especialidad de eximio violonchelista. Regresó a Chile en 1914, trayendo consigo el valioso piano de cola que alhaja nuestro Gran Templo y después de sostener varias reuniones con Logias Femeninas de Italia, siendo partidario de la participación de la mujer también en Chile. Su carácter altivo, voluntarioso y tenaz lo llevo a fundar, en 1915, la Logia "Giordano Bruno" N º 17, de habla italiana, cumplió así un sueño de toda su vida, al tener un trozo de patria lejana en el corazón de Chile, su patria adoptiva. El hermano Giarda era un hombre múltiple, un talento superior. Contribuyó a la redacción de los Manuales de Instrucción, Liturgias y fue el creador de una Caja de Previsión Masónica que equivale a nuestro Fondo de Solidaridad actual. En la vida profana era un músico excepcional, con gran espíritu docente, llegando a ser sub. Director del Conservatorio Nacional de Música de Chile. Trascendió con la ópera " Byron " que obtuvo el Primer Premio del concurso lírico del Centenario de Chile el año 1910. Su insobornable espíritu laico, democrático y republicano, concitó el respeto y la admiración de cuantos le conocieron. Además es impulsor de una ley de cremación obligatoria y de las " Escuelas recreativas dominicales ", las que se crearon junto con otros hermanos de la Logia Aurora de Italia en el barrio San Miguel, para niños y jóvenes de poblaciones de extrema pobreza, que no tenían medios para actividades recreativas, scoutivas, deportivas, musicales y culturales, recibiendo además alimentos durante su permanencia en estas actividades.