Grupos sanguíneos Fabiola Edely Márquez Torres y Luci Cruz Wilson La sangre es un complejo constituido por células suspendidas en un líquido denominado plasma. Los elementos que la forman consisten en una mezcla de glóbulos rojos (eritrocitos o hematíes), de glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas. El plasma contiene múltiples proteínas, sustancias químicas, factores de coagulación y numerosos compuestos metabólicos. Las funciones de la sangre son: a) respiratoria, transporta el oxígeno desde los pulmones a los tejidos y el bióxido de carbono desde los tejidos hasta los pulmones; b) nutritiva, transporta a todas las células los productos absorbidos; c) excretora, lleva los residuos metabólicos desde las células hasta los órganos eliminadores. Cuando se observan los glóbulos rojos en el microscopio, estos tienen aspecto de discos bicóncavos con un diámetro de 7.2 micras. Existen alrededor de 4.5 a 5 millones de eritrocitos por milímetro cúbico de sangre. Los glóbulos rojos contienen hemoglobina y su función consiste sobre todo en llevar oxígeno a los tejidos. Su forma y la membrana plasmática flexible del eritrocito, le permite penetrar en los capilares más pequeños. Cuando se intentaron las primeras transfusiones de sangre de una persona a otra, éstas sólo resultaron satisfactorias en algunos casos. A menudo se producía aglutinación y hemólisis (destrucción de eritrocitos) inmediata o tardía con las típicas reacciones transfusionales que con frecuencia causaban la muerte. Pronto se descubrió que la sangre de las personas suele tener propiedades antigénicas e inmunitarias distintas, de forma que los anticuerpos del plasma de una sangre reacciona con los antígenos de la superficie de los glóbulos rojos de otra sangre. Karl Landsteiner, en 1900 descubrió y determinó las características de los grupos A, B y O. Poco después, en 1901, A. Decastello y A. Sturli descubrieron el grupo AB. En 1940 en colaboración con Alexander S. Winer descubrieron un nuevo sistema al que denominaron Rh. Los individuos son clasificados con Rh positivo o Rh negativo según la presencia o ausencia del antígeno D en la superficie de sus eritrocitos. El estudio de los grupos sanguíneos tiene particular interés entre los investigadores de múltiples disciplinas, y sus aplicaciones encuentran un amplio campo de aplicación en la biología y en la práctica médica. En la actualidad, los genes relacionados con la variación genética de los distintos grupos sanguíneos ha permitido conocer su ubicación en los cromosomas humanos, así como relacionar, diagnosticar y tratar un variado número de enfermedades con el empleo terapéutico de la sangre y sus componentes. Los antígenos hemáticos se encuentran en la membrana de los glóbulos rojos. Estos antígenos pueden identificarse como tales por medio de anticuerpos específicos. Algunos también se encuentran en las células de diferentes tejidos o distribuidos en los líquidos corporales, la leche, la saliva, la orina. La producción de los antígenos se encuentra regulada por factores hereditarios. Se han detectado más de 600 antígenos sobre la membrana eritrocitaria, para su identificación se han englobado en sistemas, series y colecciones. Actualmente, se conocen 26 sistemas de grupos sanguíneos eritrocitarios, se ha logrado identificar su ubicación cromosómica para la mayor parte de ellos. También se conoce su estructura bioquímica y algunas de sus funciones. El sistema ABO, se forma por transferencia de azúcares específicos mediante transferasas que actúan en diferentes zonas ubicadas en la superficie del eritrocito. A nivel genético el locus ABO es localizado en el brazo largo del cromosoma 9, se traduce en una proteína (transferasa) que es específica para cada uno de los grupos: A (N-acetil-glucosamin transferasa); B (D-galactosil transferasa) y O (fucosil transferasa). Los anticuerpos contra los antígenos ABO de los cuales carece el individuo (anticuerpos antitéticos) se encuentran en circulación lo cual queda enmarcado en la regla de Landsteiner ?Los antígenos y anticuerpos correspondientes no pueden fisiológicamente coexistir en el mismo individuo?. Los anticuerpos anti-AB son xenoanticuerpos porque su producción obedece al estímulo de estructuras bioquímicas de gran semejanza con los azúcares dominantes humanos con otros ampliamente distribuidos en la naturaleza como lo son los de las bacterias. (Rodríguez, 2004) El sistema de grupos sanguíneos ABO sigue siendo el primero a tener en cuenta al momento de realizar una transfusión de sangre, ya que una incompatibilidad causa algunas patologías. El sistema Rh representa un papel importante en obstetricia, las madres Rh negativas, al ser sensibilizadas por antígenos eritrocitarios de un producto Rh positivo, producirá anticuerpos Anti-Rh que al cruzar la barrera placentaria pueden hemolizar los eritrocitos fetales, causando la enfermedad hemolítica del recién nacido. En la actualidad para garantizar el éxito de la transfusión de los componentes de la sangre con el mínimo riesgo de inmunización, es necesario efectuar la caracterización fenotípica y genotípica del posible donante que permite identificar la posible presencia de anticuerpos irregulares en el suero o plasma, tanto del paciente, como del componente por transfundir. NOTA Se agradece la revisión del doctor Luis Juárez del Instituto Nacional de Salud Pública y del Biól. Etienne Rachenberg del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Referencias 1. Escamilla, G. G. 2002. Tópicos selectos de medicina transfusional. Prado. México. 2. Martínez-Murillo, C. 2002. Tópicos selectos de medicina transfusional. Prado. México. 3. Miroli, B.A., 1985. Hemoterapia. El Ateneo. México. 4. Peón-Hidalgo, L.. 2002. Frecuencias de Grupos Sanguíneos e Incompatibilidades ABO y RhD, en la Paz, Baja California Sur, México. Salud Pública de México. México.44(5) 5. Rodríguez, M. H., 2004. El banco de sangre y la medicina transfusional. Panamericana. México.