1 Tema Nº 7 ORIGENES DEL CONSTITUCIONALISMO MODERNO. Evolución Histórica del Constitucionalismo. Aportaciones Españolas, Inglesas, Norteamericanas y Francesas al Constitucionalismo moderno. Declaración de los Derechos del Hombre (referencia a los artículos 2, 19, 22, 23, 27, 31, 271, 281 Ord. 1, 285 Ord. 1 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela). Evolución Histórica del Constitucionalismo. Antes de establecer la sociedad humana, el hombre vivía en libertad plena, no existía poder que pudieses controlarlo. Las instituciones nacieron cuando la necesidad que produjo el hombre, obligó al hombre a trabajar y darle un valor al producto de sus manos. Por ello, nació la primera institución: la esclavitud, la cual engendró la idea de la libertad. Esta es la visión que tenemos al momento en que el Estado teocrático absoluto se prepara para una evolución institucional; pero no podemos creer que el Estado carecía de una constitución, todo estado que se inicia de4 una forma u otra, sin destino sin estructura ni de su forma de gobierno, tiene un régimen constitucional por que él se rige por una constitución. Esta puede tener la forma de costumbre, de colección de leyes o de códigos. Es un error decir que un estado cualquiera, que no ha tenido constitución hasta que ésta se ha escrito y promulgado en forma de código o de ley, no ha tenido constitución. La formación de las constituciones es espontánea de todo pueblo al constituirse en estado, aun cuando no lleven este nombre. Gracias al proceso de evolución de los Estados y las necesidades de su población cada ve se ha hecho más evidente la subsistencia, las instituciones vitales has sido mas pesadas y se ha requerido el encuadramiento jurídico los de fenómenos políticos, entre los que encontramos: el del reconocimiento del hombre por el Hombre; el de la determinación de lo que es bueno para la sociedad y de las relaciones entre dirigentes o gobernantes y gobernado. Apoyándonos en la necesidad de determinar con justeza la realidad que ha de nutrir los conceptos aquí emitidos. El derecho nos dice que pose una forma y un fondo, y el equilibrio entre ambos no debe establecerse por el predominio final de la forma, sino antes bien por el de la materia. Muchos autores en los actuales momentos has llegado a la conclusión de porque la crisis de las ciencias morales no permite apreciar con claridad las bases morales a las que esta vinculado el sistema jurídico. Toda jurisprudencia madura realiza sin embargo un equilibrio de la forma y el fondo y la preocupación por el espíritu de la ley, que no es otro que su contenido de orden y justicia. 2 Ahora bien, esta percepción de los elementos materiales, de orden y justicia que informan el Derecho Positivo de un pueblo y le dan su estructura y su consistencia, son más favorablemente comprendidos en su formación y estructura histórica. La base de una constitución se encuentra en las instituciones y la Constitución den si misma no es sino una organización de instituciones. Aportaciones Españolas, Inglesas, Norteamericanas, Francesas al Constitucionalismo Moderno. y El Derecho Constitucional Liberal en España se produce en decisiva coyuntura histórica de la guerra de independencia nacional 18081812. Tanto en su adaptación como en su evolución a lo largo del siglo pasado, el Derecho Constitucional Clásico, la organización de los estados, tiene su génesis en la necesidad de reglamentar los diferente aspectos de la vida social. inclusive de la formación más primitiva de los estados, existían rasgos de regulación, de formación de las naciones, en esta necesidad se tenían regular de igual forma los aspectos religiosos, familiares, sociales, económicos y en ese momento histórico, no definido por el tiempo, atando se inician los primeros pasos a construir un conjunto global y general de preceptos, reglas y principios para delimitar los derechos e imponer los deberes a los ciudadanos. Los momentos que dieron origen al moderno Derecho Constitucional son dos: El Histórico proporcionado por la Constitución Inglesa del siglo XIII y el sistemático cambio debido al esquema racionalista. La unidad de ambos momentos está representado por Montesquieu en su obre el Espíritu de la Leyes donde hace agudas observaciones acerca de la decisión de poderes, base del parlamentarismo moderno. Del momento Histórico proporcionado o contribuido por Inglaterra a las instituciones Políticas, se remonta a la época en que fue conquistada por Guillermo Duque de Normandía (1066) después de haber vencido al Rey Haroldo, donde predominan las instituciones de gobierno local, produciéndose luego la espontánea unión de la nobleza y el pueblo en contra del poder monárquico. Posteriormente en 1215, Juan Sin Tierra se ve obligado a aceptar la Carta Magna de libertades inglesas, documento extenso que contenía la diversidad de materias correspondientes a las relaciones entre el Rey y los Señores Feudales. Paulatinamente se van sumando miembros de ambos bandos: Privilegiados Comunes y se crean las Cámaras del Parlamento quienes entre otras actividades generaron presión hasta logar un categórico reconocimiento de los principios de la Carta Magna y restringir claramente el poder real, en tiempos de Carlos I, creándose además tentativas de organización constitucional al gobierno de los ingleses. 3 Del Momento Sistemático, nos referimos a Montesquieu quien no trata de exponer el funcionamiento de una constitución históricamente concreta, sino que partiendo de ella trata de reducir a un todo el complejo de sus relaciones a otros cuantos principios de validez general. Aquí, el orden concreto es transformado en sistema. Los factores que contribuyeron de modo inmediato a la cristalización del Constitucionalismo fueron: Las Constituciones escritas, ya que en el orden jurídico total aparece una esfera clara y sistemáticamente diferenciada. A la simplicidad de la organización jurídico-política, del Estado absolutista le sucedió un complicado sistema de división de poderes y atribuciones de competencias. Jurídicamente el Fuero era un pacto o convenio solemne que se celebraba entre el Rey y los pobladores: el monarca concedía la villa o ciudad con estos términos, lugares, aldeas, castillos, tierras y montes, comprendidos en un área determinad y sus leyes por las cuales se regia la municipalidad. El rey y el señor debían observar religiosamente el pacto y hacer que este se cumpliera. Para asegurar su cumplimiento el rey, el señor y los pobladores prestaban juramento solemne, el quebrantamiento se consideraba como alevosía de lesa majestad, además del perjuicio correspondiente. Básicamente se reducía a los llamados “Fueros” consistían en pactos o convenios entre el Rey y los pobladores a través de los cuales convertían en municipalidades determinados territorios. Entre los Fueros mas importantes tenemos: El de León, concedido por Alfonso V en el año de 1020; el de Jaca 1064, el de Najera, concedido por Sancho el Mayor de Navarra y confirmado por Alfonso VI en 1076; el de Logroño por Alfonso VI en 1095 y el Ordenamiento de León o Fuero de las Cortes. El fuero de las Cortes de León, consagra algunas libertades, considerándose modelo de principios reconocidos en las Constituciones modernas y donde el rey es el primero en eliminar su poder al establecer que: “he jurado que ni yo ni nadie pueda entrar por la fuerza en casa de otro, que ni yo ni ningún otro de mi reino pueda destruir ni derribar la casa de ningún otro ciudadano, ni talar viñas, ni cortar los árboles de otros; el que tuviere enemistad con alguno que acuda a mi o al señor de la tierra o a las justicias puestas por mi, por el obispo o por el señor. si aquel de quien se reclama quisiese dar fiador o prendas como garantía de estar a derecho según su fuero no sufrirá daño alguno, y si a eso no quisiese prestarse, el señor de la tierra y la justicia le obligaran a ello como si fuese justo. Si el señor de la Tierra y la justicia se negasen a cumplir este mandato denúncienmelo al obispo y los hombres buenos, para que yo haga justicia al agraviado” 4 Dispone también que “mando que nadie se atreva a ocupar con violencia la casa o inmueble que otro posea, si lo hiciese, restitúyala con el doble al que sufrió la violencia” Mando a que nadie tome prenda de otro sino por medio de las justicias y alcalde puestos por mi. Estos y el Señor de la tierra en las ciudades y alfolces otorgaran fielmente derecho a los requirentes. El que de otro modo tome prenda, será castigado como agresor violento. Igualmente, determina que si alguna autoridad judicial denegase justicia a un reclamante, o la dilatase maliciosamente, o haciendo derecho en el termino de tres días, lo compruebe aquél por medio de testigos ante cualquiera de las autoridades judiciales inmediatas, de modo que conste la verdad; obligándose a la autoridad judicial maliciosa a pagar al agraviado el duplo de su demanda y el duplo de los gastos que hubiese causado con su maliciosa dilación. Los análisis referidos a los Decreta (decretos) atribuidos a 1188 reúnen la confirmación de decretos de carácter general como, por ejemplo, el no atentar contra la propiedad ajena, resolver las querellas ante la justicia o la promesa del Rey de no entrar en Guerra sin contar con todos los que le deben dar su consejo. Estos decretos, son cosas que son normales en los inicios del nuevo reinado de Alfonso VII, sin embargo se crearon "nuevos Decretos", entre los que se contaba la redacción de una Constitución fechada en julio de 1188, que trataba de la existencia de violencia y de intento por paliarla usando la Justicia. Este tema será desarrollado en unas "constituciones" para Galicia, en 1194, y a partir de este texto podemos explicar lo contenido en el texto atribuido a las Cortes de 1188; es decir que éste, tal y como lo conocemos en muchos de sus pasajes, se debe a la elaboración desarrollada a lo largo del reinado de Alfonso IX. La Carta Magna y los Orígenes del Parlamento. En este primer periodo puede arrancarse de los orígenes de la Monarquía sajona-normanda (1086) y cerrarse en la fecha del primer gran documento de la revolución, la llamada petición de derechos (1628). Igualmente hay que registrar dos acontecimientos en los que el pueblo ingles cifra el nacimiento de su régimen constitucional: uno, el otorgamiento de la Carta Magna del Rey Juan sin Tierra en 1215; otro la convocatoria la primer parlamento en que participaron los Comunes, por Simón de Monforort en 1264. 5 El periodo de la revolución inglesa se abre en 1628 con el documento denominado Petición de Derechos (Bill of Rights) presentado al Rey Carlos I por los Lores espirituales y temporales y los comunes reunidos en Parlamento. Dicho documento contiene en una extensa y respetuosa enumeración la libertades y derecho que el Parlamento considera violados y desea ver garantizados por el Rey, derechos entre los que inevitablemente figuran la aprobación de los tributos por el parlamento, Esta petición de Derechos se proclama para prevenir que su religión, su derecho y sus libertades no corran de nuevo peligro de ser subvertidos. Los trece puntos que contiene esta declaración de derechos ingles formulan los principios esenciales en que se han de basar la Constitución Británica hasta finales del siglo XIX y pueden distinguirse las fundones, derechos y privilegios del Parlamento a saber la legislación, aprobación de impuestos, libertad de expresión e inmunidad. La Constitución de los Estados Unidos de América. Si la Constitución inglesa ha sido el modelo de las instituciones parlamentarias europeas, La Constitución de los Estados Unidos ha ofrecido el patrón del constitucionalismo americano. Pero no os interesa tanto por este hecho, como por ser el engace histórico que realiza al recibir de Blackastone y Locke una imagen de las instituciones Británicas y devolverla a Europa condensada en principios y formulas, fundidas en el espíritu del siglo XVIII y de las tradiciones coloniales. Por mucho que quiera discutirse y escatimarse esta influencia histórica siempre será innegables el reflejo de la evolución constitucional europea de estos cuatro principios: La idea de un derecho constitucional escrito contenido en un código sistemático como plan de una organización del Estado que se protege con una garantía de una súper legalidad; la forma de gobierno republicana, que por primera vez se establecía como régimen en un país extenso, mostrando la viabilidad de un gobierno popular en contraste con la tradición monárquica europea; el federalismo como vinculo de varios pueblos en una entidad superior; y las declaraciones e derechos y la idea democrática de igualdad. Estos principios, a diferencia del otro gran principio que presidio la fundación constitucional americana, el de la división de poderes, no fueron consecuencia de premisas teóricas, como obra de tradiciones coloniales y de especificas circunstancias en que se desenvolvió la independencia Americana. Por eso, aunque la historia del orden constitucional norteamericano no pueda paragonarse en interés con la del orden constitucional ingles, por distintas características formales de ambas constituciones a saber el derecho escrito y el derecho consuetudinario, constitución rígida y flexible, revolucionaria 6 e histórica, codificada y no codificada, que casi las oponen en un contraste absoluto, ni por la reciente data del origen de la Unión Americana, si nos interesa para comprender la razón histórica de la fisonomía de aquel orden. La Constitución de la Republica Francesa. La actual constitución Francesa, fue promulgada el 3 de Junio de 1958, y ella expresa: “El pueblo francés proclama solemnemente su adhesión a los Derechos del Hombre y a los principios de soberanía nacional, tal como han sido definidos por la Declaración de 1789, conformada y completada por el preámbulo de la constitución de 1946”. Aunque el régimen Francés posterior a la Revolución gire en la orbita del sistema representativo liberal y parlamentario, cuyo patrón europeo es por el derecho propio de la Constitución inglesa, merece sin embargo una consideración separada por dos razones: De una parte, por circunstancias históricas y geográficas que no precisan ser recordadas, ha sido Francia quien ha irradiado los principios esenciales del régimen constitucional al resto de Europa habiéndose inspirado el constitucionalismo continental mas en ese modelo francés que en el primigenio anglosajón; de otra ha impuesto en aquel tipo de régimen la impronta de un espíritu universal abstracto, perfilando un hito de características germinativas. La Revolución Francesa que significa para Francia y en general para todo el continente, el hito en que se separan las instituciones del “antiguo régimen y las de nuevo régimen” hasta tal punto, que puede decirse que la consideración de este momento rebasa el interés limitado de la historia constitucional francesa y encaja más bien la historia de las instituciones políticas de todo el Occidente europeo. Declaración de los Derechos del Hombre de 1789. La Declaración establece los principios de la alegría que serán la base de la legitimidad de la nueva sociedad, acabando con los principios, las instituciones y las prácticas del Antiguo Régimen: "El principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación". La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano considera legítima la revuelta de los diputados en contra de la monarquía absoluta, al declarar como derecho imprescindible del hombre la "resistencia a la opresión". La Declaración tiene un alcance general y orientado hacia el futuro. Los Constituyentes enumeran los "derechos inherentes a la naturaleza humana", que no son derechos creados por los revolucionarios, sino que son derechos constatados. consecución de la filosofía del Siglo de las Luces. 7 Es la Los Artículos de La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano son los siguientes: I. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en cuanto a sus derechos. Las distinciones civiles sólo podrán fundarse en la utilidad pública. II. La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Esos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. III. La fuente de toda soberanía reside esencialmente en la Nación; ningún individuo ni ninguna corporación pueden ser revestidos de autoridad alguna que no emane directamente de ella. IV. La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio a los demás. El ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el disfrute de los mismos derechos. Estos límites sólo pueden ser determinados por la ley. V. La ley sólo puede prohibir las acciones que son perjudiciales a la sociedad. Lo que no está prohibido por la ley no puede ser impedido. Nadie puede verse obligado a aquello que la ley no ordena. VI. La ley es expresión de la voluntad de la comunidad. Todos los ciudadanos tienen derecho a colaborar en su formación, sea personalmente, sea por medio de sus representantes. Debe ser igual para todos, sea para proteger o para castigar. Siendo todos los ciudadanos iguales ante ella, todos son igualmente elegibles para todos los honores, colocaciones y empleos, conforme a sus distintas capacidades, sin ninguna otra distinción que la creada por sus virtudes y conocimientos. VII. Ningún hombre puede ser acusado, arrestado y mantenido en confinamiento, excepto en los casos determinados por la ley, y de acuerdo con las formas por ésta prescritas. Todo aquél que promueva, solicite, ejecute o haga que sean ejecutadas órdenes arbitrarias, debe ser castigado, y todo ciudadano requerido o aprehendido por virtud de la ley debe obedecer inmediatamente, y se hace culpable si ofrece resistencia. VIII. La ley no debe imponer otras penas que aquéllas que son estrictamente y evidentemente necesarias; y nadie puede ser 8 castigado sino en virtud de una ley promulgada con anterioridad a la ofensa y legalmente aplicada. IX. Todo hombre es considerado inocente hasta que ha sido declarado convicto. Si se estima que su arresto es indispensable, cualquier rigor mayor del indispensable para asegurar su persona ha de ser severamente reprimido por la ley. X. Ningún hombre debe ser molestado por razón de sus opiniones, ni aun por sus ideas religiosas, siempre que al manifestarlas no se causen trastornos del orden público establecido por la ley. XI. Puesto que la libre comunicación de los pensamientos y opiniones es uno de los más valiosos derechos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir y publicar libremente, excepto cuando tenga que responder del abuso de esta libertad en los casos determinados por la ley. XII. Siendo necesaria una fuerza pública para garantizar los derechos del hombre y del ciudadano, se constituirá esta fuerza en beneficio de la comunidad, y no para el provecho particular de las personas a las que ha sido confiada. XIII. Siendo necesaria, para sostener la fuerza pública y subvenir a los gastos de administración, una contribución común, ésta debe ser distribuida equitativamente entre los ciudadanos, de acuerdo con sus facultades. XIV. Todo ciudadano tiene derecho, ya por sí mismo o por su representante, a constatar la necesidad de la contribución pública, a consentirla libremente, a comprobar su adjudicación y a determinar su cuantía, su modo de amillaramiento, su recaudación y su duración. XV. La sociedad tiene derecho a pedir a todos sus agentes cuentas de su administración. XVI. Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de poderes definida, no tiene Constitución. XVII. Siendo inviolable y sagrado el derecho de propiedad, nadie podrá ser privado de él, excepto cuando la necesidad pública, legalmente comprobada, lo exige de manera evidente, y a la condición de una indemnización previa y justa. La Declaración de 1789 ha inspirado un gran número de textos similares en Europa y América Latina. 9 Con esta Declaración que encabeza la Constitución de 1791, se inicia la división de la constitución en dos partes, una la dogmática que no es otra cosa que el reconocimiento de os derechos de el hombre y otra orgánica o sea la que organiza la estructura general del Estado. Bibliografía FAJARDO A. Principios de Venezolano. Caracas 2008. Derecho Constitucional General y HERNANDEZ J. Summa Constitucional. Caracas 2004 LOAIZA C. Derecho Constitucional, General y Particular. Caracas 2000 MARCANO L. El Estado Y El Derecho Constitucional General Y Comparado. Móvil Libros Caracas 2007.