PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 Información sobre el CICLO DE VIDA de los productos de uso diario en los hogares INTRODUCCIÓN El comportamiento medioambiental de los distintos productos en oferta reviste una importancia creciente para los fabricantes, comerciantes minoristas, consumidores bien informados, responsables políticos y el conjunto de la sociedad. En este contexto, es preciso tener en cuenta los impactos y los recursos utilizados durante el ciclo de vida completo del producto: la cadena de suministro, sus aplicaciones y el término de su vida útil. Es el denominado concepto del ciclo de vida. Se basa en métodos relacionados con el análisis del ciclo de vida (ACV). Estos análisis permiten identificar los principales impactos y los aspectos críticos de los productos, y desarrollar herramientas y criterios orientativos. Tales herramientas y criterios constituyen, a su vez, la base de los programa de etiquetado utilizados, por ejemplo, por los diseñadores de productos y por los consumidores para distinguir entre las distintas opciones de un producto. Sin embargo, todos los productos ejercen algún efecto sobre el medio ambiente. Puede ser muy complejo establecer la naturaleza de estos efectos, la fase del ciclo de vida del producto en que aparecen, su medición y las posibilidades de reducirlos. Sin embargo, resulta fundamental responder a estas cuestiones, desde el momento en que crecen las presiones sobre el medio ambiente causadas por nuestros hábitos de consumo y estilos de vida. El uso de las herramientas disponibles puede contribuir a identificar las medidas realmente efectivas y proporcionar beneficios, tanto ecológicos como económicos. ÁMBITO DE APLICACIÓN El objetivo del presente documento consiste en describir las medidas necesarias para impulsar la aceptación del enfoque del ciclo de vida en todos los productos. Esto requiere la disponibilidad y el intercambio de información fiable y apropiada a lo largo de toda la cadena de valor. Al considerar el ciclo de vida de un producto, la definición de los principales aspectos críticos es la condición previa para que los fabricantes, distribuidores y consumidores puedan entender y reducir su impacto sobre el medio ambiente, la economía y la sociedad a lo largo de la cadena de suministro de los productos, es decir, en las fases de fabricación, utilización y eliminación (final de la vida útil). El documento examina la información y los métodos aplicados en el análisis del ciclo de vida medioambiental desde la perspectiva de las relaciones entre empresas, lo cual incluye la evaluación de los ciclos de vida del producto y la definición de los criterios aplicables a sus aspectos críticos. La información sobre el ciclo de vida proporcionará asimismo los datos clave para el etiquetado. Un documento de próxima aparición relativo al etiquetado abordará el problema de la información sobre el ciclo de vida en el contexto de la relación entre empresas y consumidores. Aquí nos centraremos en los productos de uso diario en los hogares, tanto perecederos (por ejemplo, productos de limpieza) como duraderos (por ejemplo, lavadoras, televisores, etc.), así como en sus envases. Es importante gestionar todos los aspectos relevantes de los productos e informar sobre ellos. Si bien el método del ciclo de vida y de comparación entre las opciones de producto debería tener en cuenta los aspectos sociales, económicos y medioambientales de la sostenibilidad, este documento temático tratará exclusivamente de los aspectos medioambientales. Esto se ajusta a los objetivos del 1 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 Foro del comercio al por menor, centrados en los aspectos medioambientales de las cuestiones. Conviene señalar, no obstante, que existen métodos para calcular los costes a lo largo de todo el ciclo de vida. También están apareciendo planteamientos, que aún deben ser perfeccionados, sobre la forma de analizar los aspectos sociales relacionados con la cadena de suministro de los productos, en un contexto de ciclo de vida. DEFINICIONES Y HERRAMIENTAS Ciclo de vida: las fases sucesivas e interrelacionadas de un sistema de productos. Un ciclo de vida típico se compone de las fases siguientes: aprovisionamiento de materias primas; transformación de los componentes; fabricación del producto; envasado; transporte, distribución y almacenamiento; utilización por el consumidor; tratamiento de los residuos al final de su vida útil (reutilización, reciclado, valorización, eliminación). En cada fase se consumen materias primas y se liberan sustancias químicas en forma de emisiones, contribuyendo de este modo a los distintos impactos y problemas medioambientales, como es el caso de la escasez de recursos. Concepto del ciclo de vida: la consideración de los impactos medioambientales y de la utilización de recursos a lo largo del ciclo de vida de los productos (bienes o servicios). El concepto del ciclo de vida ayuda a identificar los aspectos críticos y los elementos de un producto susceptibles de mejora en forma de reducción de los efectos medioambientales negativos y del consumo de recursos a lo largo del ciclo de vida, y los posibles compromisos entre las distintas opciones de producto. Tales aspectos críticos pueden aparecer en cualquiera de las fases del ciclo de vida, desde la extracción y transformación de las materias primas, pasando por la fabricación y distribución, hasta la utilización o consumo. Concluye con la reutilización, el reciclado de los materiales, el aprovechamiento en forma de energía y la eliminación definitiva. El propósito principal del concepto del ciclo de vida consiste en ayudar a tomar decisiones y en poner de manifiesto los eventuales desplazamientos de las cargas. Esto significa que es preciso conseguir que la reducción de los impactos en una fase del ciclo de vida, en una región geográfica o en un aspecto determinado no contribuya a aumentarlos en otro lugar. Por ejemplo, ahorrar energía en la fase de utilización de un producto, sin aumentar la cantidad de materiales necesarios para obtenerlo ni los impactos asociados. Análisis del ciclo de vida (ACV): la metodología normalizada a nivel internacional que permite evaluar las contribuciones de los impactos medioambientales y del consumo de recursos 1 relacionados con los productos (bienes y servicios). El ACV consta de cuatro fases metodológicas : 1 identificación de los objetivos y alcance del estudio; recopilación de un inventario de las principales emisiones y recursos utilizados en relación con el producto o servicio; ISO 14040: Análisis del ciclo de vida – Principios y orientaciones. 2 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 evaluación del impacto mediante diferentes indicadores o facetas medioambientales (cambio climático, acidificación, salud humana, uso de energías no renovables, etc.); interpretación de los resultados del inventario y de las fases de los impactos en relación con los objetivos del estudio. El ACV se ha convertido en una herramienta de uso frecuente por parte de empresas y gobiernos. Un ACV puede servir para diversos fines, entre ellos la comparación del comportamiento medioambiental de diferentes productos y la búsqueda de posibles mejoras de un producto. Por otro lado, puede presentar también una gran complejidad y requerir expertos para su realización. Sin embargo, los resultados de los ACV sobre los aspectos críticos y los criterios y normas relacionados pueden servir de base para desarrollar herramientas más sencillas destinadas al diseño ecológico y para la difusión de información medioambiental, como las declaraciones de conformidad medioambiental o las informaciones de etiquetado basadas en un ACV estándar. Recientemente se han aplicado los ACV, en un contexto más restringido, como base para cuantificar los efectos del cambio climático en forma de huella de carbono asociados con determinados productos y organizaciones. Herramientas de comunicación: los distintos métodos utilizados para definir y comunicar los aspectos críticos y los criterios correspondientes de un producto o grupo de productos similares. Las más fiables se basan en los conocimientos proporcionados por los ACV de mayor alcance. Sin embargo, en todos los casos estos métodos, herramientas y criterios deben ser sólidos y globales, debiendo tener en cuenta todos los impactos medioambientales generados y todos los recursos consumidos. La información resultante del concepto del ciclo de vida y de los métodos asociados puede servir para desarrollar herramientas de comunicación y para transmitir mensajes fidedignos y de carácter práctico a los distintos grupos destinatarios. APOYOS Y POLÍTICAS INTERNACIONALES En Europa La información sobre el ciclo de vida se utiliza con frecuencia en los debates en torno a nuevas políticas, por ejemplo como respaldo de las medidas de aplicación, en las evaluaciones de impacto que acompañan a las propuestas legislativas, etc. Al nivel de la política comunitaria, el tema del ciclo de vida ocupó un lugar destacado en la 2 Comunicación de la Comisión de 2003 relativa a la política de productos integrada . Dicha Comunicación señalaba que el análisis del ciclo de vida se había revelado como el método más apropiado para evaluar los potenciales efectos medioambientales de los productos, pero que se necesitaban datos más consistentes y un mayor consenso en torno a las metodologías del ACV. Como resultado, la Comisión estableció en 2005 la Plataforma europea para la análisis del ciclo de vida, con el fin de promover la coherencia, el control de calidad y la disponibilidad de los datos sobre el ciclo de vida, y, en 2010, puso en marcha oficialmente el Sistema internacional de referencia para los datos sobre el ciclo de vida (ILCD), que, entre otros documentos, incluía un manual con recomendaciones metodológicas. La importancia del concepto del ciclo de vida y del análisis correspondiente ha recibido desde entonces nuevo impulso gracias al Plan de acción sobre consumo 3 y producción sostenibles (CPS) . 2 3 COM(2003) 302. COM(2008) 397. 3 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 La Directiva marco sobre el diseño ecológico fue uno de los primeros instrumentos legislativos dirigidos específicamente a reducir el impacto medioambiental de los productos desde una perspectiva de ciclo de vida, eliminando del mercado los productos que obtienen malos resultados y dedicando una especial atención a los productos que consumen energía, es decir, el consumo de energía en la fase de utilización. Esta Directiva ha sido ampliada recientemente para incluir los productos relacionados con la energía que condicionan el consumo energético. El objetivo consiste en que, a través del establecimiento de criterios mínimos de funcionamiento, desaparezcan del mercado los productos con peores resultados. Existe también la iniciativa voluntaria de la etiqueta ecológica de la UE y otras etiquetas nacionales, que pueden tomar en consideración el ciclo de vida completo de los productos. Esta etiqueta ecológica de la UE ha sido revisada recientemente para reforzar el papel otorgado al análisis minucioso del ciclo de vida, en el contexto de la definición de los criterios de etiquetado. Al mismo tiempo, países como Francia están estudiando la posibilidad de establecer un sistema que obligue a incluir en todos los productos información medioambiental relativa al ciclo de vida. En algunos casos, las asociaciones sectoriales están desarrollando programas basados en el ciclo de vida que contienen datos, herramientas específicas y criterios para las respectivas categorías de 4 productos . Son ellas las que pueden suministrar los datos e informaciones más relevantes acerca del ciclo de vida. En el mundo El marco de referencia para el análisis del ciclo de vida ha sido normalizado en la serie ISO 14040. Actualmente se están desarrollando las normas correspondientes en relación con la medición de la huella de carbono y los efectos sobre los recursos hídricos. Se prevé que en los próximos años también se publicarán otras normas ISO relativas a la eficiencia ecológica y al ACV en el ámbito social. También la iniciativa SETAC del PNUMA sobre el ciclo de vida promueve las interacciones complementarias a escala global, como por ejemplo la reciente publicación de directrices sobre el ACV de tipo social. OPORTUNIDADES Y OBSTÁCULOS La incorporación del concepto del ciclo de vida a la toma de decisiones representa un primer paso hacia la sostenibilidad medioambiental, y ya se dispone de herramientas de ayuda para las decisiones de diseño y adquisición, como son el ACV y los instrumentos y criterios basados en el mismo. En este sentido, conviene destacar la función esencial que corresponde a la «esperanza de vida» del producto: un análisis del ciclo de vida basado exclusivamente en la vida media esperada de un producto puede generar una percepción equivocada respecto a su impacto. También surgen incertidumbres derivadas de determinadas hipótesis de las que no es posible prescindir, y cuya influencia puede medirse a través de análisis de sensibilidad. Por otro lado, es preciso garantizar la total transparencia en relación con la metodología, las hipótesis subyacentes y los datos, siendo esencial aquí la calidad y la coherencia. La aparición de metodologías no plenamente comparables para calcular la huella de carbono de un producto constituye un ejemplo de que la diversidad de enfoques puede resultar contraproducente, dificultando su aplicabilidad y la consecución del objetivo para el que fueron diseñadas. 4 Por ejemplo, la Mesa redonda europea sobre el CPS de los alimentos es una muestra de un sector completo en el que la Comisión está colaborando con los representantes de las empresas de la cadena de suministro de alimentos y bebidas, y también con ONG. La Mesa ha definido una serie de principios a este respecto y está desarrollando actualmente un marco metodológico para el sector. 4 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 Oportunidades Lograr una mejor comprensión de los impactos medioambientales de los productos e identificar los compromisos necesarios entre las distintas opciones. Poder realizar una evaluación más completa que si se examinaran eslabones aislados de la cadena de suministro o temas medioambientales específicos. Conocer mejor la cadena de suministro, la utilización y la fase final de la vida de los productos. Detectar oportunidades para introducir mejoras medioambientales en los productos (por ejemplo, una mayor eficiencia de la cadena de suministro, con el ahorro de costes consiguiente). Medir y verificar los avances logrados en materia de perfeccionamiento o innovación de los productos. Contribuir a la toma de decisiones permitiendo la comparación entre productos y grupos de productos. Cuantificar los impactos medioambientales de los productos y difundirlos a lo largo de la cadena de suministro. Aumentar las cuotas de mercado y las ventas mediante el cumplimiento de los requisitos relacionados con la contratación pública. Disponer de un instrumento para comercializar «calidad», es decir, productos más respetuosos con el medio ambiente. Mejorar la reputación de la empresa y de la marca. Apoyar los argumentos o declaraciones de tipo medioambiental de las empresas, o las características medioambientales de los productos. Obstáculos Obtener la información pertinente sobre el ciclo de vida en una forma que resulte práctica (es posible que no existan criterios o herramientas sencillas para el análisis del ciclo de vida de determinados grupos de productos, o que no sean lo bastante sólidos). Obtener dicha información relevante y sólida sobre el ciclo de vida en un mundo cada vez más globalizado, donde es posible que el comportamiento medioambiental de las cadenas de suministro no se haya documentado debidamente. La realización inicial de ACV amplios y detallados con arreglo a las normas ISO/ILCD suele ser pesada y costosa, especialmente si se deben llevar a cabo respecto a una extensa gama de productos diferentes. La confusión que las diversas iniciativas pueden sembrar entre las personas inexpertas (incapaces de interpretar los ACV debido a su falta de conocimientos y experiencia), sobre todo respecto a las relaciones entre los distintos métodos, como el ACV y la huella de carbono. La carga de trabajo para los fabricantes y la imposibilidad de facilitar información a causa de las posibles incompatibilidades entre las distintas iniciativas (ACV, huella de carbono, etc.) cuando no se aplican estrictamente las normas ISO, ILCD, etc. La comparabilidad de los ACV es muy difícil de conseguir, por cuanto los objetivos, alcance, métodos y datos de los estudios difieren. La «calidad» y la fiabilidad de los ACV son muy variables. Los límites de determinadas herramientas. Los ACV no miden la exposición a los productos contaminantes relacionada con emisiones específicas en épocas y lugares concretos, por lo que no pueden utilizarse, por ejemplo, para imponer restricciones reglamentarias o en un contexto de seguridad. Dicho de otro modo, los ACV proporcionan información complementaria como apoyo a las decisiones (son una herramienta que ayuda a tomar decisiones con mayor conocimiento de causa, pero no una herramienta de toma decisiones). 5 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 El coste de realización de los ACV completos restringe su uso a algunos productos seleccionados, siendo necesario extrapolar sus resultados a otros productos mediante herramientas y criterios de tipo general. Esto se aplica a todas las empresas, pero especialmente a las PYME, lo que las obliga a concentrarse en algunos productos clave y a desarrollar criterios para otros grupos de productos a través de ACV representativos. Los responsables de las compras a lo largo de la cadena de suministro no están suficientemente sensibilizados ni familiarizados con el concepto del ciclo de vida y con los criterios o herramientas correspondientes, de forma que no se hallan en condiciones de comprender inmediatamente los resultados obtenidos. Es posible que los compradores carezcan de incentivos suficientes para detenerse a examinar el desempeño de los productos a lo largo de su ciclo de vida. Si el ACV se basa principalmente en datos genéricos sobre las diferentes fases del ciclo de vida y en supuestos de amplio alcance, como los relativos a las distancias de transporte o a la metodología, esto no será suficiente para poder comparar el producto A con el producto B. En ese caso, el ACV solo servirá para realizar comparaciones a nivel de grupo (por ejemplo, entre los detergentes líquidos y los detergentes en polvo, pero no entre las marcas A y B). Los ACV suelen estar orientados al comportamiento medioambiental, por lo que no tienen necesariamente en cuenta los impactos de tipo social y económico, como, por ejemplo, las normas sociales, etc. CONCLUSIONES El concepto del ciclo de vida es fundamental a la hora de analizar el comportamiento medioambiental de los productos. Puede complementarse con evaluaciones exhaustivas de un número limitado de productos o, con carácter más general, empleando herramientas y criterios basados en dichas evaluaciones y aplicándolos a grupos de productos más amplios. Por lo general, se considera que los análisis del ciclo de vida ofrecen las evaluaciones más sólidas y completas sobre el rendimiento de un producto en el aspecto medioambiental. Los conocimientos y perspectivas que proporcionan los ACV pueden ser aprovechados por todos los agentes de la cadena de suministro para introducir cambios que conduzcan a la mejora de las características medioambientales y a una mejor información a los clientes y consumidores. Es preciso seguir mejorando la base de conocimientos, el acceso del público a información relevante y útil, la armonización de los métodos de análisis y la coordinación de las distintas iniciativas. Para ello sería preferible partir del trabajo inicial de ISO o de otras iniciativas a nivel mundial o europeo. La Comisión Europea apoya este proceso a través de la plataforma europea para el ACV, el Manual ILCD y la red de datos correspondiente. Se debería estimular el intercambio de datos entre fabricantes y las iniciativas sectoriales ya existentes dirigidas a facilitar datos, herramientas y criterios. Retos clave Reducir el impacto global sobre en medio ambiente sin desplazar los problemas de una fase del ciclo de vida a otra, de una región geográfica a otra, de una generación a otra o de un ámbito medioambiental (aire, agua, suelo) a otro. Integrar y aplicar el concepto del ciclo de vida en las actividades cotidianas. Conseguir que el concepto del ciclo de vida y la información derivada del ACV sea accesible y comprensible para todos los agentes relevantes. 6 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 Lograr que las empresas y distribuidores entiendan los ACV, capten su importancia y promuevan su introducción. Formular los supuestos apropiados sobre el comportamiento de los consumidores respecto al uso y fase final del ciclo de vida de un producto. Identificar aquellos productos que poseen un mayor potencial de mejora o los impactos más negativos, cuando no sea posible evaluar todos los productos con arreglo a las normas ISO/ILCD y haya que conformarse con otros métodos recientes y de carácter limitado. Apoyar las iniciativas voluntarias, como la Mesa redonda europea sobre el CPS de los alimentos. Pasar del análisis de un pequeño número de productos a los criterios y herramientas para amplias categorías de productos en un proceso estructurado, con múltiples participantes y múltiples criterios. Establecer un proceso dirigido a desarrollar metodologías, criterios, límites de cada sistema, etc. por categorías de producto. Determinar la metodología más aceptable y equilibrada, ya que una elección inadecuada de los indicadores utilizados en el ACV podría disminuir el impacto medioambiental de una fase incrementándolo en otra. ¿Qué pueden hacer los comerciantes? Utilizar herramientas y criterios sencillos para identificar los productos con mejor comportamiento medioambiental. Promover la utilización del concepto del ciclo de vida, junto con herramientas y criterios con una base científica sólida, para desarrollar y diseñar productos de marca blanca. Interactuar con las asociaciones al objeto de ofrecer sólidas herramientas basadas en el ciclo de vida para los distintos grupos de productos. Familiarizar a los responsables de compras de las empresas con el concepto del ciclo de vida y con los criterios, herramientas e información relativos al ciclo de vida. Introducir incentivos para los responsables de compras dirigidos a promover los productos con mejor comportamiento medioambiental basado en el concepto del ciclo de vida y en las herramientas y criterios relacionados. Incluir la información con sólida base científica ya existente en el proceso de compras propias, especialmente la facilitada por las respectivas asociaciones empresariales. Apoyar los esfuerzos de las asociaciones de fabricantes mediante estudios, evaluaciones, criterios y herramientas para los diferentes productos y grupos de productos de interés para los distribuidores, colaborando mediante la puesta en común de los recursos. Promover el uso del concepto del ciclo de vida en los programas de responsabilidad corporativa y de aseguramiento de la calidad. ¿Qué pueden hacer los fabricantes? Colaborar mutuamente para suministrar datos, criterios y herramientas relacionados con el ciclo de vida para los diferentes productos y grupos de productos. Estimular el uso del concepto del ciclo de vida, así como de las herramientas y criterios relacionados, al desarrollar y diseñar los productos. Familiarizar a los responsables de compras (componentes, ingredientes, materias primas) y a los comerciales de las empresas con el concepto del ciclo de vida y con los criterios, herramientas e informaciones basados en el ciclo de vida. Proporcionar estudios, criterios y herramientas para los diferentes productos y grupos de productos de interés para los distribuidores, colaborando con otros fabricantes mediante la puesta en común de los recursos. Incluir la información ya existente en el proceso de compras propias, especialmente la facilitada por las respectivas asociaciones empresariales. 7 PROYECTO DE DOCUMENTO TEMÁTICO Nº 5 Noviembre de 2010 Poner los datos e información relativa al ciclo de vida a disposición de toda la cadena de suministro y de las bases de datos, directorios, etc. de carácter público (como, por ejemplo, la Red de datos ILCD y la Plataforma europea sobre directorios de ACV). Los fabricantes de electrodomésticos han propuesto desarrollar un sistema ampliado de conformidad de los productos, más estricto que los requisitos legales. El método aplicado permitiría facilitar a todas las partes interesadas información adicional, por ejemplo sobre la inversión en durabilidad, que sería de utilidad para el ACV. ¿Qué pueden hacer los responsables políticos? Crear un registro público centralizado con datos de alta calidad y coherencia relacionados con el ciclo de vida, que incluya los datos suministrados por los proveedores de todo el mundo. Este registro centralizado permitiría reforzar la aplicabilidad y fiabilidad de los planteamientos basados en el ciclo de vida, y reducir los costes correspondientes. Promover iniciativas voluntarias de colaboración de los organismos oficiales con los fabricantes para facilitar información coherente y de calidad garantizada acerca de los principales grupos de productos. Fomentar el desarrollo, la mejora, la disponibilidad y la utilización de las normas y recomendaciones relativas a la información sobre el ciclo de vida. Estimular unas políticas fiscales y de precios que reflejen el coste de los impactos medioambientales y del consumo de recursos desde una perspectiva de ciclo de vida (internalización de los costes externos). Mejorar y ampliar el alcance de la legislación en materia de diseño ecológico con el fin de eliminar del mercado los productos que presenten deficiencias desde el punto de vista medioambiental, así como de la etiqueta ecológica, e identificar los productos con mejores prestaciones medioambientales, teniendo en cuenta todos sus impactos medioambientales y no solo su eficiencia energética. Proporcionar ayudas, especialmente a las PYME, colaborando por ejemplo con las asociaciones empresariales mediante nuevos ACV, criterios y herramientas para grupos de productos, etc. Seguir desarrollando el sistema de ventanilla única a través de la Plataforma europea para el análisis del ciclo de vida, al objeto de facilitar a las empresas el acceso a una información sólida desde el punto de vista científico en relación con los productos. Promover y ampliar la contratación pública ecológica, con vistas a su obligatoriedad a medio plazo. Reforzar la coordinación y las sinergias entre los instrumentos basados en el análisis del ciclo de vida, como el diseño ecológico, la etiqueta ecológica, etc., definiendo criterios comunes aplicables, en la medida de lo posible, a los distintos instrumentos. 8