A caballo de dos grandes unidades geológicas. Manuel Buil Trigo.

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A caballo de dos grandes unidades geológicas
MANUEL BUIL TRIGO
La comarca de La Litera es un territorio fronterizo por su
posición geográfica y por su historia. Curiosamente, también es tierra fronteriza en cuanto a su geología, ya que
está a caballo de dos de las tres grandes unidades geológicas que conforman Aragón: el Pirineo y la Depresión
del Ebro.
La zona presenta tres unidades naturales, caracterizadas
por litologías, antigüedades, características tectónicas y relieves claramente diferenciados, que se presentan como
bandas de orientación aproximada noroeste-sureste, teniendo incluso influencia en el tipo de vegetación y en
los usos que se ha dado al territorio por parte de sus pobladores.
Las Sierras Subpirenaicas
Ocupan el extremo norte de la comarca, apareciendo en los términos municipales de Alins, Calasanz, Gabasa, Baells, Nachá, Zurita, Camporrells, Baldellou y Castillonroy. La zona está caracterizada por una sucesión de sierras escarpadas con algunas cotas que superan los 1.000 metros como los picos de San Quílez y Buñero.
Estratigráficamente la zona se caracteriza por el afloramiento de rocas correspondientes al Mesozoico y Cenozoico inferior. Estas sierras se presentan como una sucesión de bloques levantados por cabalgamientos.
A lo largo del Mesozoico el actual Pirineo era un océano que comunicaba el Atlántico con el mar de Tethys y presentaba un régimen tectónico distensivo. Al final
de esta etapa la placa Ibérica se desplazó con respecto a Europa generando cuencas oceánicas profundas y originando los primeros episodios tectónicos compresivos, metamórficos y magmáticos, que desembocaron a finales del Cretácico en
la etapa de colisión, en la que la placa Ibérica cargó contra Europa en un desplazamiento que se prolongaría durante parte de la era cenozoica. De este modo, las
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Mapa geológico comarcal
Al norte, las últimas estribaciones prepirenaicas. (Autor: Manuel Buil)
enormes cantidades de sedimentos depositados en el mar pirenaico fueron comprimidas y elevadas. Se desarrollaron grandes cinturones de cabalgamientos que
hicieron emerger los primeros relieves del actual Pirineo, y entre las sierras levantadas, que fueron desplazadas más al sur, se encuentra la sierra de la Carrodilla que constituye el extremo septentrional de La Litera.
Las rocas de edad triásica están representadas por yesos del Keuper, que afloran
principalmente en los términos municipales de Camporrells y Calasanz. Acompañando a los yesos son frecuentes las arcillas y otros tipos de evaporitas como las
silvinas (potasas). También son frecuentes en estas rocas las intrusiones de ofitas
“negreny”, rocas magmáticas subvolcánicas que se pueden contemplar como amontonamientos oscuros de rocas muy alteradas y disgregadas.
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Comarca de La Litera
Corte geológico de La Litera oriental
Elaboración propia basada en el trabajo de Teixell, A., Cabra, P. y Barnolas, A. (Autor: Manuel Buil)
El Cretácico está representado por calizas y margas, en ocasiones con fósiles marinos de rudistas y gasterópodos, estando también presentes las facies Garum formadas por arcillas y areniscas de color rojizo que marcan el límite entre las eras
mesozoica y cenozoica, y que indican un periodo transitorio de retirada del mar.
La serie sedimentaria del lado “pirenaico” de La Litera concluye con rocas de edad
eocena en forma de grandes masas de calizas fosilíferas conocidas como “caliza
con alveolinas” que pueden ser contempladas en las proximidades de Gabasa, Camporrells, Castillonroy y Baldellou. Las alveolinas son organismos unicelulares marinos con conchas de tamaños milimétricos y formas elipsoidales. Acompañando
a estos microfósiles aparecen ejemplares de bivalvos y gasterópodos marinos. La
caliza con alveolinas constituye el último episodio marino de Huesca, en una época
(el Eoceno) en la que el Pirineo ya había emergido como una gran cordillera y al
sur, la zona del Ebro era también
tierra firme. Separando ambas unidades existió un brazo marino que
comunicaba el Cantábrico con el
Mediterráneo, pasando por la actual Litera Alta.
La naturaleza calcárea del norte y
este de La Litera, ha determinado
la existencia de morfologías kársticas como lo demuestra la existencia de cavernas en Gabasa o en
Baells. Las calizas cretácicas y eocenas han sido explotadas en diversas canteras, la más grande de
las cuales se encuentra en Baldellou.
Covachas en el escarpe calcáreo de Sobrefita,
Calasanz
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La Depresión del Ebro
Durante el Oligoceno tuvo lugar la elevación generalizada de la cordillera Pirenaica.
El mar se retiró definitivamente y los nuevos relieves comenzaron a ser desmantelados por la erosión. Los sedimentos generados a partir de entonces servirían para
rellenar las cuencas vecinas de Aquitania al norte y del Ebro al sur.
Las unidades geológicas pertenecientes a la Depresión del Ebro ocupan las zonas
centro y sur de la comarca. Durante el Oligoceno (mediados del Cenozoico) la orogenia alpina prácticamente había concluido y la península Ibérica comenzó a tener
su actual configuración. En el nordeste peninsular se habían levantado las cordilleras Pirenaica, Ibérica y la Cadena Costero Catalana, delimitando una cubeta triangular cerrada sin comunicación con el mar, y en la que se acumularían durante el
Oligoceno y Mioceno importantes espesores de sedimentos procedentes de la erosión de las jóvenes cordilleras: la Depresión del Ebro.
La Depresión del Ebro se comportó como una cubeta continental que se extendía
desde Lleida a Logroño, y desde Huesca y Pamplona hasta Alcañiz. En los bordes
de la cuenca los sedimentos fueron conducidos y depositados por ríos y abanicos
aluviales desde el Pirineo y la cordillera Ibérica, originando capas de arcillas y areniscas. Las zonas centrales de la Depresión del Ebro se vieron ocupadas por grandes lagunas someras donde se depositaban calizas y margas en los periodos más
húmedos, y yesos y sales en los periodos más áridos.
La continua sedimentación no acabó en una colmatación de la cuenca; al contrario, a la vez que se acumulaban sedimentos, el zócalo de la Depresión del Ebro
se fue hundiendo por subsidencia, de modo que en algunos puntos las rocas del
Mioceno alcanzan un espesor de dos mil metros.
Hacia el Plioceno, coincidiendo con un periodo de mayor humedad, la Depresión
del Ebro se abrió al Mediterráneo.
Cesó la sedimentación que había
permitido durante millones de
años el aislamiento endorreico y se
estructuró entonces una red de drenaje que comenzó a transportar los
sedimentos hacia el Mediterráneo.
Relieves en hog-back y cuesta en Albelda
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Comarca de La Litera
En La Litera afloran rocas tanto del
Oligoceno como del Mioceno, y
existen algunas diferencias interesantes entre ellas, tanto desde el
punto de vista tectónico como
desde el punto de vista de la evolución geomorfológica, y por tanto
del paisaje resultante.
El Oligoceno está representado
por arcillas, areniscas y yesos, y
aflora en las zonas de Peralta,
Azanuy, San Esteban, Tamarite,
Albelda y Alcampell, zonas en
las que las pendientes son suaves y las cotas oscilan entre los
400 y los 700 metros. Es importante recordar que durante el
Oligoceno los empujes tectónicos continuaban, por lo que los
sedimentos procedentes del Pirineo fueron comprimidos y
plegados, levantándose grandes
pliegues como el anticlinal BarCorte del núcleo de yesos del Anticlinal Barbastro-Balaguer
bastro-Balaguer que recorre la
o sierra de La Gesa, les Gesses.
zona. El núcleo del anticlinal está constituido por yesos fácilmente reconocibles porque forman una especie de muralla blanca de dirección noroeste-sureste, sobre la que se asientan localidades como
San Esteban, Tamarite, Alcampell, Albelda y Castillonroy y en la que abundan pliegues como los que pueden contemplarse en la carretera Tamarite-Alcampell. Esta pequeña cordillera de tonos grises y blancos es conocida como la sierra de las Gesas.
Sobre estos yesos oligocenos se han producido colapsos kársticos que pueden observarse en la plana de Alcampell, tales como dolinas o pequeñas depresiones circulares. Las rocas de las Gesas, son también responsables en parte del carácter salino de las aguas subterráneas de algunas zonas, hecho que se ha aprovechado
desde la antigüedad para explotar comercialmente esa sal mediante salinas, como
las de Peralta.
A ambos lados del anticlinal Barbastro-Balaguer, predominan las arcillas y las areniscas con fuertes buzamientos. El hecho de que la estratificación no sea horizontal,
y que las areniscas soporten mejor la erosión que las arcillas, origina peculiares relieves estructurales denominados cuestas y hog-backs, o pequeños montes asimétricos en el que una de las vertientes es la propia superficie del estrato. La localidad de Albelda se asienta en un paisaje con este tipo de relieves.
Este tipo de estratificación inclinada, unido a la escasa dureza de la roca, ha posibilitado desde hace cientos de años la construcción de depósitos para almacenar el agua de lluvia que resbala por la misma. Son los aljibes que pueden encontrarse en muchas localidades de La Litera como San Esteban, Tamarite y Albelda.
Por último, en la parte centro y sur de la zona se encuentran las rocas más recientes
de la Depresión del Ebro. Se trata de arcillas y areniscas de edad miocena y, al no
haber sufrido ningún episodio de compresión tectónica, se disponen en estratos
horizontales. Las cotas se sitúan por debajo de los 400 metros y ocupan la totali-
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dad de los términos municipales de Binéfar, Esplús, Altorricón, Algayón y Vencillón. Éstas son las tierras llanas sobre la que se asienta el regadío del Canal de Aragón y Cataluña y se presentan como una monótona sucesión de grandes parcelas
cultivadas y artificialmente aterrazadas.
Sin embargo, también existen algunos interesantes relieves de techo plano denominados planas o muelas, y los más pequeños, cerros testigo. Un ejemplo es la sierra de San Quílez de Binéfar, o el cerro de Pullagres de Esplús. Los relieves de techo
plano constituyen un recuerdo de la altura que tenía la zona a finales del Mioceno, cuando se colmató la Depresión del Ebro. Desde entonces, y coincidiendo con
la apertura de la red de drenaje hacia el Mediterráneo, los ríos y barrancos fueron
erosionando el terreno, encajándose varias decenas de metros, y haciendo retroceder a las porciones de meseta aisladas.
En estos cortados es posible encontrar estructuras de corriente fósiles con estratificación cruzada planar y en surco que dan idea de la dirección y tipo de corriente
que depositó aquellos sedimentos durante el Mioceno.
En las paredes verticales o fuertemente inclinadas de arenisca, además, es posible
encontrar otra curiosidad natural, son unas estructuras de meteorización y erosión
de rocas silíceas denominadas taffoni. Un taffoni es una depresión de forma semiesférica, un pequeño hueco de dimensiones centimétricas o decimétricas que
suelen estar agrupados en conjuntos. Los
más pequeños se denominan alveolos, y
suelen encontrarse muy próximos unos a
otros formando una estructura denominada “panal de abejas”.
Rizaduras producidas por el oleaje en la
playa del Oligoceno. Playa fósil de Peralta
de la Sal
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Comarca de La Litera
Se originan en superficies verticales de
areniscas desprovistas de vegetación y expuestas a un clima seco. Al no haber agua
en abundancia, la meteorización predominante es de tipo mecánico. Una vez disgregada una pequeña cantidad de material se forma una pequeña concavidad. En
ese lugar se concentrará y guardará el
agua de lluvia, y la meteorización será allí
más intensa, produciéndose, además procesos como la crioclastia por efecto de las
heladas. En algunas ocasiones, cuando
existen abundantes sales circulando entre
los poros de la roca, a medida que se
evapora el agua las sales precipitan en los
huecos o grietas de la superficie de la
roca. La cristalización de estas sales genera
presiones importantes que aceleran la disgregación de la roca, y por tanto el crecimiento del taffoni.
Por último, los sedimentos más recientes corresponden al Cuaternario. Tienen su
origen en los materiales aportados por los afluentes del Ebro y constituyen las terrazas de los ríos que surcan o han surcado en el pasado esta zona.
Aunque el Noguera Ribagorzana, fronterizo entre Huesca y Lleida, sea hoy poco
más que un enorme almacén hidroeléctrico, y el Cinca discurra a unos diez km del
límite occidental de la comarca, ambos han dejado una profunda huella sedimentaria
en La Litera.
Las planas del Sur de La Litera, por ejemplo, guardan sorpresas como el hecho de
que en el techo de todas ellas exista una gruesa capa de gravas más o menos cementadas. Estas capas más altas, de cantos rodados, son de edad pleistocena (un
millón de años, aproximadamente) y constituyen las terrazas superiores y por tanto
más antiguas del río Cinca.
El escalonamiento de las terrazas del Cinca indica que el río
ha sufrido un proceso “standard” de encajamiento y desplazamiento progresivo hacia el
oeste, de forma que el río ha
desarrollado un valle cada vez
más occidental y más encajado,
habiéndose desplazado unos
12 km desde finales del Terciario y hundido en el terreno
unos 190 metros.
Sin embargo, hacia el este, se
detecta una anomalía consisDepósitos de gravas cuaternarias relacionadas con el
antiguo cauce del río Noguera Ribagorzana entre Tamarite
tente en la existencia de varios
y San Esteban
niveles de terrazas antiguas depositadas por el río Noguera Ribagorzana, lo que significa que, a comienzos del Pleistoceno, el Noguera Ribagorzana divagaba por un amplio valle paralelo al Segre que desembocaba en el
Cinca, en las proximidades de donde hoy se sitúa Fraga. El curso del Noguera Ribagorzana en este periodo transcurría aproximadamente por el trazado del actual
barranco de La Clamor. Posteriormente al depósito de las terrazas antes citadas se
produjo la captura fluvial del Noguera Ribagorzana por el Segre, lo que generó en
el primero un giro de 90 grados con respecto a su posición anterior. La actividad
de la red fluvial secundaria, en especial de La Clamor de Almacellas, fue depositando otros niveles de gravas y arenas más modernas y a niveles inferiores.
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La Litera pues, es una comarca en la que los grandes ríos se han escapado (el Cinca
hacia el oeste y el Noguera Ribagorzana hacia el este); sin embargo existe un río
que todavía la surca: El Sosa, afluente del Cinca. Aunque con caudales modestos,
el Sosa ha generado cañones impresionantes como su nacimiento en el llamado
“barranc de Gabasa”, situado al lado mismo del pueblo y originado por la incisión
lineal y disolución de las calizas cretácicas. Los barrancos, cañones o congostos,
son ambientes restringidos y por lo general más frescos y húmedos que las zonas
limítrofes, de modo que en ellos se originan ecosistemas desconectados del exterior con especies propias de lugares de mayor altitud o más septentrionales.
Discordancia angular de los estratos inferiores del
Cretácico Superior y Eoceno con los superiores del
Oligoceno en la zona del congosto de Camporrells
El de Gabasa no es el único.
Más hacia el este, el congosto
de Camporrells corta un macizo
de calizas eocenas ricas en foraminíferos y otros fósiles, próximo además de una bonita discordancia angular entre estas
calizas y las molasas oligocenas.
Otro pequeño congosto es el
Estretet de Sorribas en Calasanz,
originado por un afluente del
Sosa sobre las calizas cretácicas.
Existen otros riachuelos en la
comarca como el Reguer de
Camporrells y el Reguer de Falagué, ambos tributarios del
Noguera Ribagorzana.
Bibliografía
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Comarca de La Litera
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