LÍNEAS PARA LA RENOVACIÓN METODOLÓGICA Y TECNOLÓGICA DE LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA: ANÁLISIS DE LAS EXPERIENCIAS DE EDUCACIÓN A DISTANCIA DE LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA. Informe de la Consultoría realizada entre los días 5 y 13 de agosto de 2002. Dr. Eustaquio Martín Rodríguez, UNED (España). Introducción La Universidad de la República viene desarrollando, desde el año 1998, un conjunto de proyectos educativos diversos al objeto de experimentar la viabilidad de la educación a distancia como una de la modalidades que pueden integrarse en sus desarrollos académico e institucional. Dicha modalidad se ha asumido en las diferentes propuestas, tanto desde las perspectivas que ofrece para descentralizar la organización de sus enseñanzas, como por las posibilidades de proyección que la educación a distancia tiene en cuanto a las nuevas soluciones metodológicas y tecnológicas sobre las que se articulan los procesos de enseñanza y aprendizaje. En el transcurso de los últimos años han ido tomando cuerpo distintas experiencias de educación a distancia, de un modo especial en el Programa de Educación Permanente y, en menor medida, en las “Enseñanzas de Grado” de varias Facultades. El nivel de desarrollo y consolidación de cada una de ellas es, sin duda, muy diferente. Todas, sin embargo, cuentan con una valoración positiva por parte de los responsables y equipos docentes implicados, aunque no ignoran las dificultades y esfuerzos que conlleva la implantación de la educación a distancia en una institución que, como la Universidad de la República, siempre ha impartido sus enseñanzas de modo presencial. En estos momentos, los responsables y los docentes comprometidos con la educación a distancia se plantean la necesidad de que se proceda a una toma de decisiones sobre la continuidad o no de los proyectos y de que se defina, en el caso de que se opte por seguir avanzando por este camino, el grado de institucionalización de los mismos. En definitiva, lo que se solicita es que, una vez que la fase de experimentación de los proyectos está prácticamente concluida, se valore la conveniencia de adoptar o no la 2 educación a distancia. El problema, no obstante, dada la distinta posición de los actores universitarios no se circunscribe a estos términos sino que, además, una cuestión tan relevante como la anterior es el peso que se va a conceder a la modalidad a distancia con respecto a la presencial en el desarrollo de las enseñanzas universitarias. Dado este estado de cosas, las páginas subsiguientes pretenden abordar un análisis del problema planteado transcendiendo los dilemas que generan la confrontación entre modalidades educativas, educación a distancia versus educación presencial. Para ello consideraremos, primero, algunos de los puntos más significativos del debate internacional sobre la metodología de enseñanza de la institución universitaria; recogeremos, después, algunos de los elementos de los proyectos actuales de educación a distancia de la Universidad de la República; y finalizaremos con la exposición de un conjunto de sugerencias y recomendaciones para afrontar la renovación metodológica y tecnológica de la enseñanza desde una perspectiva abierta y flexible a la integración de las distintas modalidades. Este Informe es antes que nada una aproximación tentativa al problema de la incorporación de nuevos recursos y soluciones tecnológicas para la renovación metodológica y mejora de la calidad de la enseñanza universitaria. Dado su carácter provisional necesita, por una parte, ser sustantivado desde el contexto cultural que singulariza a la universidad uruguaya y, por otra, requiere que sea analizado, discutido y reelaborado con las aportaciones de los equipos de profesores con los que hemos venido trabajando en la Consultoría. Dimensiones del debate universitario sobre la renovación metodológica y tecnológica de la enseñanza. Como ya hemos documentado en otro momento, Martín Rodríguez (1999), las instituciones de educación superior se encuentran inmersas en un amplio e importante debate sobre las posibles configuraciones que puede adoptar la universidad del siglo XXI. Desde distintas instancias, sociales, académicas, políticas y en contextos tanto nacionales como internacionales se plantea ahora, de manera generalizada, la necesidad de acometer la 3 transformación de las instituciones universitarias. De algún modo, se ha tomado conciencia de que la universidad no puede permanecer al margen de los profundos cambios que vertiginosamente se suceden en las distintas esferas de la existencia humana. En los últimos años se han dado a conocer, en los países de la Unión Europea, estudios como los llevados a cabo por la “Comisión Attali” en Francia (Attali, 1998), el “Informe Dearing” del Reino Unido (Dearing, 1997) y el realizado a iniciativa de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), “Universidad 2000”, en los que se dedican capítulos al tema de la renovación metodológica y tecnológica de la enseñanza universitaria. La presencia e incorporación de las nuevas tecnologías a los procesos de enseñanza-aprendizaje es un hecho incontestable. Probablemente, en estos momentos, están siendo uno de los elementos de convergencia entre las modalidades de enseñanza presencial y a distancia.. Tal y como señalan los componentes de la Asociación para la Reflexión sobre la Enseñanza Superior y la Investigación1, (ARESER.1997: 73), las viejas metodologías basadas en la relación “cara a cara” entre profesores y estudiantes, con un fuerte arraigo aún en la universidad de finales del siglo XX, no representan sino la pervivencia de quehaceres profesionales e institucionales anclados en la añoranza y nostalgia de instituciones elitistas y de “maestros” carismáticos que, en absoluto, se corresponden con la situación de la universidad de hoy. El problema, sin embargo, es si estos nuevos aportes tecnológicos van a utilizarse para propiciar la experimentación de nuevas metodologías o por el contrario, quedándose en lo más epidérmico de sus potencialidades, refuercen una vez más la retórica del cambio para que todo permanezca igual: la supervivencia de una enseñanza transmisiva, memorística y, en muchos casos, acrítica. Las nuevas tecnologías de la información y comunicación son consideradas en estos informes y estudios como herramientas que permiten ampliar la disponibilidad de recursos y soluciones didácticas con los que abordar procesos de innovación educativa y 1 Esta Asociación francesa de profesores e investigadores se constituye como una plataforma crítica e independiente de la Administración para abordar el análisis de los problemas sociales, políticos, económicos, 4 renovación metodológica de la enseñanza. En la llamada sociedad de la información, las universidades tienen que diversificar y enriquecer sus modos y vehículos de comunicación. De un lado, la comunicación interactiva, de diálogo y encuentro entre profesores y estudiantes seguirá siendo un elemento imprescindible y un desafío de cualquier relación educativa. Pero, de otro, no es menos verdad que ciertas tareas de transmisión de la información pueden ser asumidas por soluciones tecnológicas que vienen demostrando su idoneidad para este tipo de cometidos. De esta manera, los profesores en sus contactos con los alumnos dispondrían de mayor tiempo para dedicarse a labores más importantes como las de transformar la información en conocimiento y compartir el proceso de construcción de los saberes. En este sentido, conviene no perder de vista las funciones que pueden desempeñar las nuevas tecnologías. Una de las más visibles es la de ser una nueva forma de codificación y difusión del saber. Gracias a los nuevos soportes, como en los casos por ejemplo del CDRom, el DVD o Internet, cada vez es más frecuente la edición de libros, documentos y producciones electrónicas que, en comparación con los de papel, tienen la ventaja de su gran capacidad de almacenamiento en relación con el mínimo espacio utilizado, así como de la integración de los códigos icónico, lingüístico y sonoro. En la actualidad, empieza a encontrarse en el mercado editorial y en la red de redes un volumen cada mayor de estas producciones –diccionarios, enciclopedias, actas de congresos, revistas, etc.- que, aunque en ciertos casos no estén concebidas para su uso específicamente educativo, pueden sernos de suma utilidad como material complementario de los que se emplean habitualmente en nuestras aulas e instituciones. Su utilización, en cualquiera de las modalidades y niveles del sistema educativo, sería un modo de ser congruentes con las nuevas formas de codificación en que se están difundiendo las más diversas manifestaciones de nuestra cultura. Permanecer anclados exclusivamente en la letra impresa, en los tiempos que corren, no significa ni más ni menos que vivir de espaldas a la realidad y dejar en manos de otras instancias de socialización el dominio de unos lenguajes que, en modo alguno, son inocuos2. universitarios, etc. del momento. Los trabajos de este estudio sobre la universidad han sido coordinados por los profesores P. Bourdieu (Collège de France), C. Charle (París-I) y B. Lacroix (París-X). 2 RoszaK (1990: 9 ) plantea una distinción fundamental entre el procesamiento de información que realizan los ordenadores y las operaciones que hace la mente cuando piensa, de cara a desmitificar y clarificar los roles de la informática y de la escuela. 5 Otra de las funciones de las nuevas tecnologías es la que asumen en su consideración de recursos o materiales didácticos ad hoc para los procesos de enseñanza-aprendizaje. Nos referimos, en esta ocasión, a las producciones específicas que gracias a la versatilidad de sus soportes permiten la comunicación multimedia, ampliando y complementando el repertorio de recursos didácticos disponibles. Cuando nos conectamos a Internet o abrimos un CD-Rom no es infrecuente que nos encontremos con producciones elaboradas con lenguajes, como el hipertexto o el multimedia, con una estructura narrativa y potencialidades comunicativas diferentes a las del texto impreso convencional. El hipertexto, por ejemplo, utiliza un tipo de narración en la que los vínculos que pueden establecerse entre los conceptos, resaltados a través de las denominadas “palabras calientes”, enriquecen enormemente la contextualización y profundización de la información sin que sea necesario acudir constantemente a la consulta de otras fuentes distintas a las que nos da acceso el documento que estamos trabajando. Los materiales multimedia, en los que es posible integrar ahora en un único soporte los códigos icónico, lingüístico y sonoro, ofrecen nuevas formas de expresividad, enriqueciendo perceptivamente la transmisión de los contenidos, permitiendo, de manera real o simulada, la presentación de situaciones o la formulación de problemas, y contemplando una relación activa y un cierto grado de interactividad en el trabajo con dichas producciones. Habría que destacar también, como otra de sus funciones, las posibilidades de comunicación inmediata o instantánea que las nuevas tecnologías permiten a través de las soluciones que contemplan el uso por separado o en combinación de la informática y de las telecomunicaciones. Esta función es, sobre todo en la variedad de relación interactiva en tiempo real, de una importancia considerable ya que representa una alternativa real al paradigma hegemónico de la educación a distancia. La comunicación en línea soportada por ordenador -chat, teleconferencia- o la videoconferencia que puede realizarse mediante RDSI ( Red Digital de Servicios Integrados) hacen posible no sólo una relación sincrónica y simultánea de los sujetos de la formación, sino también la creación de espacios y de dinámicas grupales que hasta ahora eran imposibles a no ser que se llevaran a cabo presencialmente. De manera análoga, aunque esta vez de modo diferido, los foros y los correos electrónicos facilitan la socialización de los debates y los diálogos interpersonales. 6 De otro lado, el impacto del desarrollo tecnológico en la educación superior transciende su importante proyección metodológica para incidir en las posibles configuraciones institucionales que las universidades pueden adoptar. La creación de campus y universidades virtuales emergen como alternativas a las megauniversidades abiertas y a distancia fundadas en los años 70 y 80. En la actualidad se ha recrudecido el debate y la lucha por la hegemonía de la educación a distancia entre estos dos tipos de conformación institucional de las universidades, ignorándose de hecho la viabilidad de las soluciones intermedias que desde hace años vienen desarrollándose simultáneamente. Las universidades virtuales aducen en su favor el inmovilismo y resistencia de las megauniversidades para transformar sus culturas institucionales y profesionales, sus modos de organización y sus formas de mediación tecnológica en consonancia con las dinámicas de los nuevos tiempos. Por el contrario, los defensores de estas últimas (Daniel, 1997) señalan que las universidades virtuales serán un auténtico fracaso si ignoran la importancia de contar con una cultura institucional que refuerce el sentido de pertenencia e identidad de todos los miembros de la comunidad universitaria, redes de apoyo tutorial que faciliten la existencia de espacios reales de socialización académica, y un compromiso compartido entre los alumnos y todo el personal que forma parte de la universidad. No obstante, la confrontación entre estas dos formas de entender la educación a distancia, en sus viejas y nuevas configuraciones institucionales, pasan por alto de una manera un tanto interesada la difuminación de las barreras que han separado las modalidades a distancia y presencial. En un futuro, que ya se está haciendo realidad actualmente, las universidades están avanzando desde perspectivas más flexibles en la integración de las distintas modalidades educativas en sus desarrollos académico e institucional. Los recursos y soluciones tecnológicas disponibles permiten encarar procesos de innovación educativa y de renovación metodológica en las enseñanzas universitarias sin que necesariamente haya que optar, como ha ocurrido hasta hace bien poco, por la adopción de una de las modalidades posibles como el elemento más importante de su identidad institucional. 7 Los nuevos caminos que las instituciones universitarias están emprendiendo cuentan con el aval de las trayectorias seguidas durante más de treinta años por las universidades abiertas y a distancia. Y desde las experiencias más consolidadas, se han ido clarificando, entre otros aspectos, que: la modalidad a distancia no es una solución institucional y metodológica de menor calidad que la enseñanza presencial; que la adopción de la misma no implica la sustitución o desaparición de elementos tan importantes como la existencia de espacios de encuentro, diálogo y socialización entre los distintos actores universitarios; y que los procesos de construcción y reconstrucción del saber, ya sea a distancia o presencialmente, tienen que abordarse necesariamente desde la comunicación e interacción de los sujetos comprometidos con la formación. Los proyectos de educación a distancia de la Universidad de la República. Entre los días 5 al 13 de Agosto hemos tenido la oportunidad de entrevistarnos con el Sr. Rector y con los representantes del orden estudiantil, así como de mantener reuniones de trabajo con los siguentes órganos de la UdelaR: - Comisión Sectorial de Educación Permanente (CSEP), - Subcomisión de Educación a Distancia (dependiente de la CSEP), - Comisión Sectorial de Enseñanza (CSE), - Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio (CSEAM), - Unidad Académica de la Comisión Sectorial de Enseñanza, y - Grupo de Articulación de la CSE y de la CSEP (encargado de realizar un Diagnóstico sobre la Educación a Distancia en la UdelaR). Asimismo, hemos tenido sesiones de trabajo con algunos grupos de educación a distancia, a saber: - Área de Salud, en el Instituto Nacional de Enfermería (asimilado a Facultad), - Área Científico-Tecnológica, en la Facultad de Ingeniería, - Facultad de Derecho (Carrera de Relaciones Laborales), - Escuela Universitaria de Música, y - Facultad de Química. 8 A través de las reuniones y sesiones de trabajo con los órganos colegiados de la UdelaR y las distintas instancias institucionales vinculadas, en diferente grado y forma, con la convocatoria, experimentación y evaluación de proyectos de educación a distancia, hemos podido comprobar su disposición favorable a las posibilidades que la integración de las distintas modalidades ofrecen para la incorporación de las nuevas herramientas tecnológicas a la renovación de las metodologías docentes. Es de resaltar, por una parte, una actitud de prudencia, de reflexión y análisis a la hora de valorar el desarrollo e impacto de dichas experiencias. Y, por otra, el acuerdo prácticamente unánime de que los proyectos no pueden desvincularse de procesos de evaluación e investigación educativas que nos permitan conocer con rigor cuáles son sus logros y deficiencias, sus posibilidades y limitaciones y, en suma, plantearse una mejora y optimización de los mismos abordando unitariamente actuaciones de enseñanza, formación e investigación. En general, se observa en la mayoría de los proyectos y experiencias un compromiso de sus responsables y equipos docentes que no podemos dejar de señalar, sobre todo por lo que significa de esfuerzos generosos, dedicación horaria, actitud abierta ante lo que se puede aprender de otras experiencias más consolidadas en el ámbito internacional, etc. Igualmente, existen iniciativas que conllevan una toma de posición clara y competente en el desarrollo de soluciones tecnológicas propias como es el caso de la plataforma virtual que se está experimentado en las Facultades de Derecho y Química que, en sí misma, supone un paso adelante de cierta magnitud, además de un valor añadido para la UdelaR, en relación con lo que se está realizando en otras instituciones de educación superior. Esto unido a los usos que se están haciendo de otras mediaciones tecnológicas como la videoconferencia en los cursos de Educación Permanente, los programas de radio en algunos de los cursos de Extensión Universitaria, la elaboración de materiales didácticos ad hoc, etc. ponen de manifiesto que, poco a poco, se hacen presentes los nuevos recursos y soluciones tecnológicas de las que venimos hablando. La posición de los representantes del orden estudiantil, con los que pudimos entrevistarnos, requiere ser analizada con prudencia. Pues, es verdad, que mantienen una actitud de recelo ante la posibilidad de que la experimentación de los proyectos de educación a distancia se constituya en un banco de pruebas para su posterior 9 generalización a la mayor parte de las enseñanzas de la UdelaR y que, por consiguiente, se proceda a una sustitución progresiva de la modalidad presencial por la de a distancia. Para ellos, esta posibilidad representa una alternativa de mucho menor calidad, sobre todo, porque se verían privados de la docencia directa en las aulas y no dispondrían de espacios reales de interlocución y socialización con los profesores y el resto de los estudiantes. Y ello a pesar de que, en los primeros cursos de las Facultades, la masificación actual limite considerablemente el despliegue de estos dos aspectos tan importantes para una enseñanza universitaria de calidad. No es menos cierto, también, que los representantes del orden estudiantil manifestaron una disposición favorable al diálogo e intercambio de información acerca de los puntos más sustantivos que centran el debate sobre la renovación metodológica y tecnológica de la enseñanza universitaria. En esta parte de la entrevista, hubo un cierto acuerdo en la necesidad de superar la confrontación entre modalidades, presencial y a distancia, y de profundizar, por el contrario, en la contribución y ventajas que las nuevas formas de mediación y comunicación pueden aportar a docentes y estudiantes, rescatando y potenciando los elementos más significativos de cada una de las modalidades. Este camino ha empezado, de hecho, a producir sus frutos si nos atenemos a las repercusiones positivas que los docentes de algunas Facultades han señalado al destacar que, su participación conjunta en experiencias de educación a distancia y presencial, les ha llevado a replantearse las metodologías didácticas que venían utilizando en las “Enseñanzas de Grado”, enriqueciendo y ampliando los recursos y soluciones tenológicas con las que han de hacer efectivo su compromiso docente. Es obvio que los tiempos de que hemos dispuesto para analizar las experiencias visitadas no nos permite tener un conocimiento suficiente de los procesos que se están viviendo en cada una de ellas. Por este motivo, no podemos tener un juicio informado de la calidad de sus desarrollos, de las estrategias y soluciones que van poniéndose en juego en su implementación. Este es un cometido que necesita articularse sin dilaciones procediendo a la evaluación de los proyectos, de sus producciones y recursos tecnológicos, de su impacto, etc. Tanto para la retroalimentación de las experiencias como 10 para la toma de decisiones y definición de las líneas políticas de la UdelaR, en lo que afecta a la organización de sus enseñanzas, es desde todo punto de vista imprescindible. En esta dirección la información que empieza a tenerse como consecuencia de la evaluación y seguimiento, emprendidas por la Unidad Académica de la Comisión Sectorial de Enseñanza, de los proyectos concursables seleccionados para el bienio 20012002, permite disponer de estudios descriptivos de los mismos a través de los que pueden entreverse las prioridades instituciones en el gasto de los fondos económicos disponibles, temáticas y problemáticas relevantes que se abordan, distribución de los proyectos por área y servicio, etc. En esta línea, se necesita seguir profundizando en la evaluación de los proyectos recogiendo información y valorando las distintas dimensiones –educativa, tecnológica y comunicativa-, que vertebran cada una de las experiencias, así como los elementos presentes en su diseño, desarrollo e impacto. La integración de las modalidades de educación y de los desarrollos tecnológico y metodológico tiene, también, como ya se señalaba en la Introducción una importancia considerable en las políticas de descentralización de la UdelaR. En este sentido parece razonable que, una vez conocidas las demandas de formación de las regiones del interior del país, los proyectos que en la actualidad están desarrollándose van a ir constituyendo un acervo patrimonial de sumo interés en la búsqueda de respuestas para afrontar este problema concreto directamente relacionado con la democratización y extensión de la educación superior, no sólo en las enseñanzas de grado sino también en lo que se refiere al Programa de Educación Permanente y a las actividades de Extensión Universitaria. De alguna manera, este es un tema que la UdelaR tendrá que afrontar antes o después si realmente quiere hacer efectiva la descentralización de sus enseñanzas. A este respecto, convendría tener muy presentes algunas otras dimensiones que son asimismo significativas en la Sede Central de la UdelaR. Los datos, según el Censo 20003, del perfil biográfico de los alumnos en lo que se refiere a la distribución de los que simultanean estudios y trabajo reflejan que casi dos tercios de los estudiantes, el 62,8%, se encuentra en esta situación. Y de ellos, el 42,6% tiene una jornada laboral de 40 horas o 11 más a la semana. Este hecho, junto a los estudios de Proyección de la Matrícula Universitaria 2000-2030 (2000: 17) en los que aparece claramente definida una tendencia de aumento progresivo de la matrícula universitaria, en cualquiera de los escenarios de Clima Educativo contemplados, son dimensiones que deben ser consideradas a la hora de decidir las políticas y apoyos institucionales sobre la integración de distintas modalidades de enseñanza. Sugerencias y recomendaciones para la integración de los desarrollos metodológico y tecnológico en la enseñanza universitaria. De acuerdo con los planteamientos que se han ido haciendo a lo largo de este Informe, nos reafirmamos en la necesidad de integración de las distintas modalidades educativas. No se trata de confrontar dilemáticamente la educación a distancia y la presencial, sino desde una perspectiva abierta a la innovación educativa y a la renovación metodológica ir experimentando y adaptando con flexibilidad los recursos y soluciones tecnológicas que van a permitir nuevas formas de mediación y comunicación entre los actores universitarios. En este compromiso, no cabe duda, que las tecnologías que han sido desarrolladas por la educación a distancia pueden ser de gran ayuda para potenciar la educación presencial, así como para acometer la integración de avances tecnológicos y modalidades educativas. Tomando como referencia este marco, los proyectos y experiencias de educación a distancia de la UdelaR deben seguir avanzando en su experimentación y, a corto plazo, plantearse su institucionalización. La toma de decisiones que debe definirse desde los diferentes niveles de responsabilidad institucional, –Enseñanza, Educación Permanente, Extensión-, tiene que concretarse en líneas políticas que aborden las condiciones y requerimientos desde los que se van a implementar la integración de las modalidades educativas, tanto en la organización de las enseñanzas como en la renovación metodológica de la docencia universitaria. 3 UdelaR (2000): CENSO 2000. Principales Características de los estudiantes de la Universidad de la República en 1999. UdelaR, Oficina del Censo, Documentos de Trabajo del Rectorado nº 7, pp.40 y ss. 12 A tal efecto, consideramos que una propuesta de esta naturaleza debería tener en cuenta los siguientes aspectos: • Contar con una instancia de Coordinación de los equipos que pueden crearse a nivel central con los equipos que están trabajando en los distintos servicios universitario. De esta manera podría lograrse una cierta coherencia de planteamientos, dentro del respeto a la diversidad de proyectos, que propiciara la creación de redes en el interior de la universidad para compartir, conocer y avanzar conjuntamente. • Reforzar los procesos de evaluación e investigación educativas de modo que no se actúe sólo en la selección de los proyectos y en los estudios descriptivos de los mismos, sino que también se proceda a un seguimiento de los procesos de desarrollo de las experiencias, a un análisis y valoración de sus producciones y a una evaluación de su impacto en el ámbito institucional y en los distintos actores involucrados en los procesos de formación. • Constitución de un grupo de trabajo interdisciplinario que acometa el diseño, desarrollo y experimentación de los recursos y soluciones tecnológicas que van a utilizarse para apoyar a los equipos docentes que trabajan en los proyectos y experiencias. Sus cometidos podrían incluir desde labores de coordinación y racionalización en la adquisición de software educativo hasta las de selección, diseño, desarrollo y experimentación de tecnologías educativas, pasando por las de difusión de los avances logrados y herramientas utilizadas por los equipos docentes. • Apuesta decidida para abordar la formación del profesorado y los equipos docentes comprometidos con los proyectos de cara a dar respuesta a sus necesidades de cualificación pedagógica. La integración de las modalidades educativas y de los desarrollos tecnológico y metodológico debe asentarse sobre organizaciones y actores capaces de aprender y de utilizar los aprendizajes institucionales y profesionales en pro de una mejora continua de la calidad de la enseñanza. 13 Referencias bibliográficas. ARESER (1997): Quelques diagnostics et remèdes urgents pour une université en péril. Paris, Liber-Raisons D’Agir. Attali, J. (1998): Pour un modèle europèen d’enseignement supérieur. Paris, Éditions Stock. Daniel, J.S. (1997): “The Mega-University : The Academy for The New Millennium”, Paper for the 18th ICDE World Conference, Pennsylvania State University, USA, Soporte CDRom. Dearing, R. (1997): Higher education in the learning society. Documento disponible en Internet. Martín Rodríguez, E. y Ahijado Quintillán, M (1999): La educación a distancia en tiempos de cambios: nuevas generaciones, viejos conflictos. Madrid, Ediciones de la Torre, 1ª edición. Martín Rodríguez, E. (2000): “Educación a distancia y nuevas tecnologías”, en AA.VV.: La informació, el coneixement i la saviesa a través de las noves tecnologies. Què guanyem? Què perdem?. Lleida, Universitat de Lleida (Escola Universitària Politècnica, Institut de Ciències de l’Educació y MRP Terres de Ponent), pp. 89-111. Roszak, T. (1990): El culto a la información. El folclore de los ordenadores y el verdadero arte de pensar. Barcelona, Grijalbo.