INTERVENCIÓN DE LA SRA. MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO “FILOSOFÍA CRÍTICA DE LAS CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES”, DE NICANOR URSÚA, IGNACIO AYESTARÁN Y JUAN DE DIOS GONZÁLEZ IBARRA, EL 14 DE ENERO DE 2005, EN EL SALÓN “RECTORES” DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MORELOS, EN LA CIUDAD DE CUERNAVACA, MÉXICO. COMPRENDER, EXPLICAR Y TRANSFORMAR EL MUNDO. “Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama.” San Agustín. La frase de San Agustín es lapidaria en el caso de Juan de Dios González Ibarra. Es excelente profesor universitario, padre de familia, abogado, administrador, doctor en ciencia política y amigo; pero sobre todo, es filósofo. Y si nos remontamos al origen etimológico sabiduría) de y la a la palabra frase (amor antes a la citada, deducimos que si ama la filosofía, ama la sabiduría y, por tanto, podremos concluir que, sin haberlo interrogado, como dice el Santo, sobre lo que ama, pero conociendo bien su obra escrita (que es reflejo de su vida) y también su vida no escrita: Juan de Dios González Ibarra es un sabio. Es uno de esos hombres que van por el mundo al más puro estilo Orteguiano: insatisfecho siempre, valioso por ese simple hecho, creador, utopista, hacedor. Filósofo, en el mejor sentido de la palabra, no en el que malentiende a la filosofía como profesión, sino en el que la asume como misión, como forma de entender el mundo y más aún, como forma de explicarlo. 2 Un muy popular dicho hace depender la esencia de los hombres de lo que en esencia son sus compañeros de viaje por la vida. En ese sentido, asumo que los doctores Ursua y Ayestarán, a quienes no conozco siquiera personalmente; pero de quienes he podido deducir, por la complicidad en la autoría de este libro, el mismo amor que Juan de Dios, son, en consecuencia, filósofos y sabios. Y, por tanto, quienes decidan abordar la lectura de este libro, encontrarán en él la maravillosa conjunción de tres visiones del mundo que comparten el mismo amor, desde muy diferentes perspectivas y lugares espacio-temporales. Un mismo amor desde las dos orillas del Atlántico; el mismo amor desde tres diferentes instituciones académicas, lejanas 3 territorialmente, pero hermanadas por el lenguaje y la pasión común de la filosofía y la docencia. Tres visiones enlazadas por el objetivo común de no enseñar filosofía, sino de enseñar a filosofar. Este libro es una joya de pluralidad y ejemplo de lo que puede hacerse cuando se conjugan ingenios. Es, por tanto, un libro en el que el lector encontrará no solo herramientas de utilidad para formarse un criterio propio sobre el pensamiento humano, sobre la forma de conocer, sobre la inhumanidad que nos amenaza y sobre la globalización; sino también un libro en el que, mediante el método socrático de la mayéutica (al que ellos más bien llaman reflexión crítica) y la comprensión de los autores más importantes en epistemología y 4 filosofía, se pretende formar lectores, pero no cualquier tipo de lectores. La obra que reseñamos tiene el ambicioso –pero maravilloso– proyecto de formar lectores críticos. Lectores provistos de criterio firme, de ese criterio que nace de la convicción del conocimiento racional. Lectores críticos que encuentren en la filosofía de las ciencias humanas y sociales una fuerza para defender nuestra calidad de seres humanos, ejerciendo la más elemental, pero quizá la más escasa de las cualidades humanas: la capacidad de pensar. El libro de los doctores Ursua, Ayestaran y González Ibarra, además, es de los pocos que en los días que corren –llenos de egoísmo y vanidad– ofrece, a modo de orientación y ayuda, una serie de preguntas 5 para facilitar la comprensión de los autores y sus textos. Es un libro que propone evaluar cognitivamente, antes de iniciar un diálogo con los autores, clásicos y contemporáneos, con quienes nos pone en contacto directo a través de lecturas extraídas de diversos textos. Es un libro, en fin, que quiere provocar “más que respuestas, inquietudes, críticas y reflexiones” que muevan a cada uno hacia “la comprensión fundamental y profunda de sí mismo”, de la sociedad en que vivimos y del mundo que deseamos, en perspectiva de futuro. Quienes tomen la sabia decisión de leer este libro podrán, desde el principio, encontrar una lista de recomendaciones para la mejor comprensión y reflexión de los 6 textos, pues, como reconocen los autores, estos son generalmente densos. Habrán de tener en el libro que hoy tengo el gusto y el honor de presentar, una herramienta para formarse como lectores eficientes, críticos, reflexivos y profundos. Pues como bien lo indican los autores se trata de textos para criticar, sin prisas superficiales, aprovechando triplemente la lectura: desde la memoria, la razón y la reflexión epistemológica. Quienes lean “Filosofía crítica de las ciencias humanas y sociales” encontrarán un texto que sale de lo conocido en nuestro medio. No se trata de una historia de la filosofía, al estilo que conocimos en el libro clásico del maestro Ramón Xirau, ni tampoco de una historia irreverente (como él 7 mismo le llama) de la filosofía, al estilo de Matthew Stewart; no son tampoco recetas para la vida ni terapias filosóficas, como en “Más Platón Marinoff, y por menos citar Prozac” algunos de Lou ejemplos antagónicos. Esta obra será, para muchos –ha sido mi caso– una buena desconocidos, iniciación como Serge a autores Moscovici y Manuel Castells; pero también una muy buena referencia de autores que quizá pudieran resultarnos conocidos, pero no del todo comprendidos. El esfuerzo de los autores por acercarnos a los grandes filósofos, psicólogos y sociólogos de la ciencia de manera amigable, les lleva a realizar excelentes biografías de los autores, profundas y bien trabajadas, 8 con datos útiles sobre su vida y obra; pero también a incluir en cada tema, en cada autor, una serie de preguntas a las que llaman actividades reflexivas, que nos permitan, previo al diálogo con cada autor, hallar las respuestas a las cuestiones que éste aborda, aclarar nuestras interrogantes y descubrir el problema y la solución planteada. Los autores nos ofrecen, además de una breve introducción al tema, una serie de recomendaciones para analizar de forma lógica y lingüística los textos que después habrán de sugerirnos leer… y criticar. Amén de lo anterior, el estudio que se contiene en la parte inicial del libro sobre los procesos de adquisición y construcción del conocimiento y del conocimiento mismo; 9 sobre su concepción tradicional, sus componentes (formales, de contenido y de validez) y sobre el conocimiento/saber, es una excelente introducción a los problemas que habrán de tratarse posteriormente. Pero no solo eso, sino que en ella exponen su particular punto de vista sobre cuál debe ser la postura del epistemólogo respecto a la nueva situación del conocimiento/saber, sobre el qué hacer con respecto a sus posibles consecuencias: las subversiones del valor saber, la inversión en la marcha de su elaboración, etc. Tomar posición respecto de asuntos tan trascendentes en la actualidad, es más que loable. Desde un punto de vista epistemológico, dan cuenta de la elaboración de una 10 multiplicidad de formas y tipos de saberes, ofrecen una sistematización de los mismos y apuntan una teoría diferenciada del saber que abarque finalmente, todas perfilar racionalidad no sus una formas. teoría Para, de la fundamentalista/no justificacionista, pero con criterios. En dicha teoría, luego de enunciar una resumida lista de los diversos tipos de racionalidad, a efecto de demostrar que no se trata de un concepto único y absoluto, proponen dar el paso filosófico de la fundamentación/justificación, a la crítica de todo. Cabe decir, finalmente, que el método empleado por los doctores Ayestarán, Ursua y González Ibarra, a mi modo de ver, resulta muy útil no solamente para quienes se 11 adentren en el estudio de los autores que se incluyen en el libro, sino para cualquier otro texto u opinión. Las herramientas que proporcionan, las preguntas que formulan para el análisis lógico lingüístico, para la crítica de un autor, para la lectura de autores y temas, resultarán para quien quiera aplicarlo en otros campos, de suma utilidad para comprender, evaluar y analizar un texto o cualquier otra opinión. No puedo, por tanto, sino agradecer a Juan de Dios González Ibarra, a Nicanor Ursua y a Ignacio Ayestarán, la oportunidad, invaluable, de haberme puesto en contacto con los grandes, el haber sido mis guías en esta incursión por el enorme mundo de la filosofía de la ciencia y el haberme dado la oportunidad de dirigirles, hoy, en esta 12 preciosa ciudad, en esta casa de estudios, que también es mi casa pues me ha acogido entre sus hijas privilegiadas, estas palabras tan sencillas para una obra tan grande e invaluable. Una obra que no me cansaré de recomendar, no interesados, sino solo a a todos los profesores aquellos que quieran comprender un poco más de si mismos y del mundo, que quieran, como he dicho desde un inicio, hacer realidad el tan largamente acariciado sueño de comprender, explicar y transformar su humanidad, para así comprender, explicar y transformar el mundo. Muchas Gracias. 13