CARLOS CRUZ-DIEZ. LAS SERIES A Color aditivo B Fisicromía Amarillo aditivo, 1959-1984 Fisicromía 578, 1972 Estas obras presentan y aíslan un fenómeno en particular: la mezcla óptica de dos o más colores y su resolución –variando con la luz y la distancia– en nuevas gamas de color. Son unas obras que, como todas las de Cruz-Diez, relativizan nuestra concepción del mundo. Lo que en ellas sucede, lo que en ellas se da, no existe ni en la obra ni en el ojo, sino entre ambos, en su indispensable interrelación. Este fenómeno simple, elemental, toma cuerpo en la obra de Cruz-Diez hacia el año 1959 y representa el punto de partida, la revelación de un mundo que constituye la base fundamental de su trabajo y un fi n inalcanzable en su pureza: la total liberación del color. No existe tal vez una mejor defi nición de estas obras que la que nos da el propio arista: “las Fisicromías son una trampa de luz; un espacio donde entran en interacción una serie de tramas de color para transformarse las unas a las otras, para generar nuevas gamas de color y para invadir el espacio circunscrito entre las láminas verticales que cubren toda la obra. En ellas, además, el desplazamiento del espectador o de la fuente luminosa crea una serie de variaciones cromáticas que, como las que se producen en el espacio real del paisaje, se repiten incansablemente con cada revolución del sol, sin llegar a ser exactamente las mismas, ya que nunca será igual la intensidad y la naturaleza de la luz que las baña. De allí el nombre de Fisicromías, por el hecho de poner en juego al color luz, el color físico”. C Inducción Cromática D Cromointerferencia Inducción Cromática azul + negro = amarillo, 1963 Si las Fisicromías contienen una gama compleja de efectos ópticos, las Inducciones logran aislar uno de los fenómenos más interesantes de la estrecha relación que existe entre el ojo y el color: la creación óptica del color complementario y su inducción sobre superficies “receptivas”, como el fondo blanco del papel. Como siempre, al colocarnos en una situación de lectura difícil por la yuxtaposición de una trama azul y una negra sobre el fondo blanco, el ojo genera sobre este fondo el color complementario del color que se opone al negro. Lo interesante, aquí, es que las Inducciones logran estabilizar y hacer visible un fenómeno que sólo podemos captar fugitivamente y en circunstancias muy especiales. Ese amarillo que aparece está y no está, tiene una existencia virtual, pero tan real como los pigmentos utilizados. Cromointerferencia mecánica, 1973 La superposición de módulos de acontecimiento cromático que cubren el plano engendran una coloración que se transforma con la distancia del espectador. Superponiendo una serie de módulos móviles, sea por medios mecánicos o sea por la acción del espectador, se realiza entonces una segunda transformación, revelando colores que no parecían estar contenidos en ese plano. Los movimientos ondulatorios diferentes al desplazamiento real de los módulos desarrollan una luminosidad superior a la que tendrían esos mismos colores aisladamente, pasando de un estado bidimensional al de un volumen aparente. E Transcromía F Cromosaturación Son obras basadas en el comportamiento del color por sustracción. Superponiendo una estructura de láminas de colores transparentes a diferentes distancias y determinado orden, se producen combinaciones sustractivas que se modifican por el desplazamiento del espectador, por la intensidad de la luz y por el color ambiente. El hecho de la transparencia permite observar la naturaleza a través de estas láminas, pero modificada por el fenómeno de la sustracción cromática que crea situaciones visuales ambiguas. Las Cromosaturaciones son obras ligadas a la idea de que toda “cultura” siempre ha tenido como punto de partida un “acontecimiento primario”: una situación simple que luego se transforma y desata todo un sistema de pensamiento, actúa sobre la sensibilidad y crea mitos. Como durante siglos no hemos modificado nuestras convenciones culturales de la noción cromática, es posible que cambiando de soporte –coloreando el espacio y no la forma– se pueda detectar que el color es una situación evolutiva en el tiempo y el espacio y no necesariamente la anécdota coloreada de una forma. La perturbación que produce vivir la experiencia de una situación monocroma actúa en la retina del espectador como un detonador que despierta la noción de que el color es una situación física que evoluciona en el espacio, sin ayuda de la forma, incluso sin soporte alguno. Transcromía, 1965-2007 Cromosaturación y Ambientación cromática, 2009 G Color al espacio Color al espacio. Serie Ligia A 1, p.a., 1993-2008 Escribe Carlos Cruz-Diez: “con el propósito de hacer más evidente la experiencia vital del color haciéndose y deshaciéndose en el espacio, aislé en forma de varilla, una de las líneas del módulo de acontecimiento cromático y la separé del plano. De esa manera, el espectador puede crear un espectro de colores que no está en el soporte del fondo. Ese espectro evoluciona, en función de nuestro desplazamiento y de la luz del medio ambiente”.La primera obra del color en el espacio data de 1993