Agosto de 2010 ES Escasez de agua y sequía en la Unión Europea AGUA El agua es vida, conserva los ecosistemas y regula el clima. Pero es también un recurso finito, y la cantidad de agua dulce a la que puede accederse para el uso directo de los seres humanos representa menos del 1 % de la que existe en el planeta. Europa tiene que aprender el valor de uno de sus más preciados, y sin embargo escasos, recursos. La competencia por el agua plantea un riesgo cada vez mayor para la economía, para las comunidades y para los ecosistemas de los que estas dependen. Si el cambio climático sigue elevando las temperaturas medias de Europa, cabe esperar que la escasez de agua se agudice todavía más en muchas de sus regiones. Es, pues, esencial encontrar soluciones que permitan proteger este recurso. Por sequía se entiende una disminución temporal de las disponibilidades de agua que tiene lugar, por ejemplo, cuando deja de llover durante un tiempo prolongado. La escasez de agua, por su parte, se produce cuando la demanda de este bien supera los recursos de los que puede disponerse de forma sostenible. Se trata de un problema que debemos aprender a prevenir. Teniendo en cuenta que uno de los requisitos indispensables para el progreso económico y social es poder contar con un suministro adecuado de agua de buena calidad, tenemos que hacer dos cosas: aprender a ahorrar agua y gestionar de forma más eficiente los recursos de los que disponemos. NUBES Y VAPOR DE AGUA INTERCAMBIO RADIACTIVO ALMACENAMIENTO DE AGUA EN EL HIELO Y LA NIEVE TRANSPORTE CONDENSACIÓN (CALENTAMIENTO LATENTE DE LA ATMÓSFERA) PRECIPITACIÓN INF EVAPOTRANSPIRACIÓN ESCORRENTÍA I LT RA GESTIÓN DEL AGUA CIÓ N PER CO HUM L AC E D IÓN AD D EL S U EVAPORACIÓN CAPA LÍMITE (E INTERCAMBIO CON LA ATMÓSFERA LIBRE) E LO © www.usgcrp.gov © iStockphoto CO R RI CAPA FREÁTICA OCÉANO CAU HETEROGENEIDAD DEL SUELO DA L ENT DE L A E DESCARGA FLUVIAL CAUDAL DE AGUA SUBTERRÁNEA LECHO ROCOSO Hecho nº 1: Europa está agotando sus recursos hídricos esenciales Aunque Europa no sea un continente árido, el suministro de agua preocupa ahora a casi la mitad de la población de la Unión Europea (UE). El gráfico que figura más abajo muestra la situación de cada Estado miembro. El índice de explotación del agua indica la proporción que la cantidad extraída cada año representa dentro del total de los recursos de agua dulce disponibles a largo plazo. Se trata de un indicador de la presión o del estrés que ejercemos sobre los recursos de agua dulce: cuando se sitúa por encima del 20 %, indica que el recurso hídrico está sometido a estrés, y, si su valor supera el 40 %, advierte de que el recurso sufre un grave estrés hídrico y un uso claramente insostenible. Bélgica, Bulgaria, Chipre, España, Italia y Malta están consumiendo anualmente el 20 % o más de sus suministros a largo plazo. En el caso de Chipre, que ha atravesado un episodio de fuerte sequía, se ha consumido ya sobradamente más del 40 % de sus suministros renovables. La geografía y el clima de Europa hacen que el reparto del agua sea desigual dentro de la UE, y esta situación no hace más que empeorar por causa de la actividad humana. En el sur de Europa, por ejemplo, el desarrollo del turismo ha aumentado la demanda de agua, y esto ha traído como resultado fenómenos de desertificación y de salinización de acuíferos localizados en zonas costeras de agua dulce. Pero, aunque la escasez de agua sea más preocupante en las regiones del sur, ello no significa en modo alguno que este problema se limite a ellas: la mayor parte de los Estados miembros ha sufrido episodios de sequía desde 1976, y muchos de ellos informan ahora de frecuentes problemas de escasez de agua y de acuíferos sobreexplotados. Principales episodios de sequía en Europa 0,8 Extracción total anual/ Recurso renovable a largo plazo 70 % 60 % 50 % Fuente: Etclusi (adaptación a partir de Tallaksen, 2007). Hecho nº 2: El problema se está agravando 40 % 30 % 20 % 10 % La escasez de agua es un fenómeno cada vez más frecuente y preocupante que afecta a no menos del 11 % de la población europea y al 17 % del territorio de la Unión. L os episodios de sequía en Europa han venido aumentando desde 1980 y su gravedad se ha intensificado también, con un coste estimado de 100 000 millones de euros en los últimos treinta años. Una de las peores sequías sufridas en el continente tuvo lugar en 2003, cuando se vieron afectados un tercio del territorio de la UE y más de 100 millones de ciudadanos. Entre 1976 y 2006, el número de personas y de zonas golpeadas por la sequía se elevó casi un 20 %, al tiempo que el coste medio anual se cuadruplicó. La demanda de agua sigue intensificándose en toda Europa, ejerciendo presión sobre nuestros recursos. S e calcula que entre un 20 y un 40 % del agua disponible en Europa se está malgastando (fugas en el sistema de distribución de agua, instalación insuficiente de tecnologías de ahorro de agua, exceso de actividades de riego innecesarias, goteo de grifos, etc.). De mantenerse sin cambios la tendencia actual, el consumo de agua de los ciudadanos, de la industria y de la agricultura habrá aumentado en 2030 un 16 %. Chipre Bulgaria España Bélg A.R.Y. d e Mace ica donia Inglaterr Italia a/Gales Malta Aleman ia Turquía Polonia Francia Ruman ía Chequia Grecia Países B ajos Lituania Estonia Hungrí a Suiza Austria Dinam Luxemb arca urgo Esloven ia Finland ia Irlanda Suecia Portug Eslovaq al uia Letonia Islandia Norueg a 0% E l cambio climático acentuará los problemas de escasez de agua y de sequía. Fuente: Agencia Europea de Medio Ambiente (2009). Hecho nº 3: La Unión Europea está tomando medidas Hoy día se están aplicando en la Unión Europea diversos enfoques para preservar las aguas de Europa. A ello pueden contribuir positivamente tanto el establecimiento de normas como la utilización de los instrumentos de mercado y la realización de actividades de seguimiento, de proyectos de investigación y de campañas de sensibilización. La Unión adoptó el año 2000 la Directiva marco sobre el agua, que es el acto normativo de la Unión más ambicioso y completo jamás aprobado en el ámbito de la política de aguas. Haciendo suyo un enfoque genuinamente europeo, la Directiva establece un sistema de gestión que se basa en las demarcaciones hidrográficas naturales más que en las fronteras regionales y nacionales. Se trata de reunir en el esfuerzo por un objetivo común a todos quienes gestionan el agua —desde los gobiernos hasta las comunidades locales—, así como a los ciudadanos y a la totalidad de los sectores afectados. El objetivo es salvaguardar las aguas subterráneas y de superficie y alcanzar así antes de que finalice 2015 un «buen estado ecológico». La Unión, además, publicó en 2007 una Comunicación titulada «Afrontar el desafío de la escasez de agua y la sequía en la Unión Europea». Esta Comunicación apuntaba siete iniciativas que debían emprenderse para que Europa pudiera avanzar hacia una economía caracterizada por la eficiencia hídrica y el ahorro de agua. Cada año se presenta un informe sobre los avances registrados en la aplicación de las orientaciones establecidas. La política de la Unión Europea en materia de escasez de agua y de sequía se basa en el principio de «jerarquización del agua». Esto significa que las infraestructuras adicionales de suministro de agua, tales como los trasvases o las plantas desalinizadoras, solo han de tomarse en consideración cuando hayan quedado agotadas todas las medidas que sean posibles del lado de la demanda, como, por ejemplo, el ahorro de agua, la tarificación de este bien o las mejoras de la eficiencia hídrica. En un documento de la Unión consagrado en 2009 al tema de la adaptación al cambio climático, se hace hincapié en la necesidad de adoptar nuevas medidas para aumentar la eficiencia hídrica y reforzar la resistencia a ese cambio. Se insiste también en la necesidad de coherencia entre las medidas de la UE y las medidas nacionales y se establecen las condiciones para una mayor acción europea. En su lucha contra la sequía y la escasez de agua, los Estados miembros tienen que centrarse en la prevención. La Unión, por su parte, necesita disponer de datos consolidados y de indicadores de sequía, y está prevista por ello la publicación en línea de información en tiempo real gracias a un prototipo de Observatorio Europeo de la Sequía que se consagrará a tareas de previsión y de seguimiento. La Comisión, además, está lanzando algunos proyectos conexos y varias iniciativas de investigación dentro del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo. La política de la Unión Europea en materia de escasez de agua y de sequía se revisará antes de que finalice 2012. Esta revisión, junto con otras realizaciones (la evaluación de los planes hidrológicos de los Estados miembros, que exige la Directiva marco sobre el agua, y la revisión a la que se someterá la vulnerabilidad de los recursos ambientales —como el agua, la biodiversidad o el suelo— a los cambios climáticos y a la presión de las actividades humanas), contribuirá a la elaboración del Programa de salvaguardia de las aguas de Europa, que está previsto para 2012. El programa impulsará las medidas de prevención y de preparación para garantizar un equilibrio sostenible entre la demanda y el suministro de agua limpia, teniendo en cuenta al mismo tiempo tanto las necesidades de las actividades humanas como las de los ecosistemas naturales. ¿Sabía usted que…? Se gastan alrededor de 16 000 litros de agua para producir 1 kg de carne de vacuno, 140 litros para una taza de café y 900 litros para 1 kg de maíz. Cada año se extraen unos 247 000 millones de metros cúbicos de agua de las fuentes subterráneas y de superficie de la Unión Europea (lagos, ríos y otras corrientes). No toda esa agua se consume. Así, por ejemplo, la casi totalidad de la que se extrae para fines de refrigeración en la producción de electricidad se devuelve, un poco más caliente que en su origen, a un río. Por el contrario, la mayor parte de la que se extrae para la agricultura se consume íntegramente, lo que significa que no revierte a un río, sino que, al utilizarse para el riego, se evapora o es absorbida por los cultivos. La mayor parte del agua extraída (44 %) se utiliza en el sector de la producción de energía para los procesos de refrigeración. También la agricultura y la producción de alimentos requieren una parte importante del agua extraída: por lo general, un 24 %, pero esta proporción puede llegar al 80 % en algunas regiones meridionales. Aunque el regadío consume grandes cantidades de agua, hay numerosas actividades agrarias de alto valor que solo requieren una pequeña superficie de tierra regada. En España, por ejemplo, más del 60 % del valor total de la producción agrícola del país proviene de las tierras de regadío, que solo representan el 14 % de la superficie agraria. El 17 % del agua extraída se utiliza para el suministro público (hogares, sector público y pequeñas empresas) y el 15 % para la industria. La mitad de este agua se destina al sector químico y a las refinerías de petróleo, y la mayor parte del resto se reparte entre las industrias metalúrgica, papelera y alimentaria. Es posible que los ciudadanos hayan advertido cambios en el sistema de tarificación del agua de su país. Es esta una de las muchas medidas que se están introduciendo para combatir la escasez de agua y fomentar un uso más sostenible de este bien. Entre ellas figuran las siguientes: La utilización de los instrumentos que ofrece el mercado para garantizar que el principio del usuario-pagador pase a convertirse en la norma. Dado que pueden aumentar la factura del agua de los ciudadanos, las tarifas se están aplicando gradualmente en la mayor parte de los países. Otras medidas alternativas para potenciar un uso eficiente del agua son las tarifas por bloques o franjas de consumo, las sanciones por consumo excesivo o los descuentos por ahorro de agua. © iStockphoto Hecho nº 4: Los Estados miembros están actuando S e puede ahorrar hasta el 40 % del agua que consumen los sectores agrario e industrial con la adopción de nuevas tecnologías, y si se mejora la gestión del riego, se siembran cultivos resistentes a la sequía y se recicla el agua en las fábricas. A lgunas ciudades pueden ahorrar el 50 % del agua eliminando las fugas que presentan sus redes públicas de suministro. E n los hogares, el uso de dispositivos de ahorro de agua y de electrodomésticos más eficientes puede lograr grandes resultados si va acompañado de una actitud más consciente de los consumidores. L a ampliación de la Directiva del diseño ecológico a los dispositivos de ahorro de agua domésticos puede reducir un 19,6 % el consumo público total de agua de la Unión. Hecho nº 5: También usted puede ayudar Son muchas las cosas que podemos hacer para ahorrar agua en casa o, como consumidores, para reducir nuestro consumo y ayudar a conservar los recursos. He aquí algunas de ellas: Alrededor de un tercio del agua de uso doméstico va literalmente al váter. Reduzca la capacidad de la cisterna de su inodoro o utilice, cuando este lo tenga y sea posible, el dispositivo de pequeñas descargas. Recoja el agua de lluvia para regar las plantas y lavar el coche. Si su casa tiene jardín, esta práctica puede hacerle ahorrar hasta el 50 % del agua doméstica. Dúchese, en lugar de bañarse, y no deje correr el agua mientras se lava los dientes o friega los platos. No llene el recipiente donde vaya a hervir agua; hierva únicamente la cantidad de agua que necesite. Controle que los grifos y tuberías no goteen ni tengan fugas; instale grifos pulverizadores que reduzcan el caudal de agua. No ponga la lavadora ni el lavaplatos hasta que estén llenos y utilice siempre el programa económico. Use un cubo en lugar de una manguera para limpiar las partes exteriores de su vivienda. Si tiene jardín, riegue únicamente las partes que lo necesiten, utilizando para ello una regadera o una manguera que esté provista de un gatillo en la boca. Beba poca agua embotellada; el agua de grifo en Europa es perfectamente potable. Estando de vacaciones en un hotel, utilice varias veces las toallas y las sábanas para reducir el consumo de agua de la lavandería. Información complementaria: Página de la Comisión Europea sobre la escasez de agua y las sequías: http://ec.europa.eu/environment/water/quantity/scarcity_en.htm Observatorio Europeo de la Sequía: http://edo.jrc.ec.europa.eu/php/index.php?action=view&id=2 Agencia Europea de Medio Ambiente: http://www.eea.europa.eu/themes/water Fuentes de la sección «¿Sabía usted que…?»: http://www.waterfootprint.org/?page=files/home http://www.eea.europa.eu/articles/the-water-we-eat http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:2010:0228:FIN:ES:PDF http://ec.europa.eu/environment/water/quantity/pdf/exec_summary.pdf © Unión Europea, 2011 Se permite la reproducción siempre que se cite la fuente. Impreso en papel reciclado que ha recibido la etiqueta ecológica de la UE para papel gráfico (www.ecolabel.eu) © iStockphoto E uropa puede recortar en un 40 %, aproximadamente, su consumo total de agua. Se malgastan grandes cantidades. KH-30-09-180-ES-D Recientes estudios indican que puede hacerse mucho más para reducir el consumo de agua en la Unión Europea El uso selectivo de los fondos para fomentar el ahorro de agua (por ejemplo, financiando una mejora de la ordenación territorial que evite nuevos actos o medidas de sobreexplotación de los recursos hídricos) y la promoción de una agricultura sostenible (por ejemplo, con cultivos que consuman menos agua, con un riego más eficiente, etc.). La mejora de la gestión de los riesgos de sequía por medio de planes globales que integren sistemas de cartografía y de alerta. El desarrollo de infraestructuras de suministro alternativas (como, por ejemplo, la ampliación de plantas desalinizadoras o la importación de agua dulce) para hacer frente a los problemas de escasez de agua de una cuenca. Esta solución ha tenido que ser adoptada por varios Estados miembros tras haber agotado todas las medidas de ahorro de agua posibles. El fomento de la investigación para crear tecnologías hídricamente eficientes que contribuyan a reducir el consumo de agua y su derroche. La promoción de una cultura de ahorro de agua mediante actividades de información, educación y formación que permitan sensibilizar tanto a las empresas como a los consumidores. El establecimiento de un equilibrio entre el desarrollo de un sector turístico competitivo y el respeto de las exigencias medioambientales. Ello requiere una mejor gestión ambiental por parte de las empresas del sector, así como una mayor concienciación de los propios turistas. La UE ofrece fondos para ayudar a la creación de redes de turismo verde y está estudiando la adopción de una serie de indicadores esenciales para medir el desarrollo de un turismo sostenible.