Ciudadanía: clases sociales La población de Roma se estructuraba en dos grandes bloques: hombres libres y esclavos, según la riqueza y los derechos legales. Se basaba en la desigualdad, la tensión entre las clases. Las clases que se distinguieron fueron cinco: patricios, plebeyos, esclavos, clientes y libertos. Los hombres libres pueden ser ciudadanos (cives) o extranjeros (peregrini). A los últimos se les permitía residir en Roma, pero tienen derechos políticos. Esta organización social no fue estática durante toda la historia de la antigua Roma. Hubo tensiones, cambios, evolución Los patricios: Los patricios eran los descendientes de los fundadores de Roma y se agrupaban en gentes, familias con un antepasado común. Formaban una clase privilegiada, ya que durante siglos eran los únicos ciudadanos con derechos políticos. Constituían la clase aristocrática y formaban el verdadero pueblo romano. Eran considerados superiores al resto de los habitantes, gozaban de todos los derechos, poseían tierras y eran los llamados a formar parte del ejército romano, la Legión Los plebeyos: eran ciudadanos que se establecieron en Roma tras su fundación, al principio, y únicamente poseían derechos civiles. Vivían de la artesanía y el comercio o pequeñas propiedades rurales. Formaban la mayoría. Dentro de los plebeyos habían diferentes niveles, muchos extranjeros eran, sin duda, ricos mercaderes y otros, los proletarii que no poseían nada. La tradición atribuye a Servio Tulio la inscripción de la plebe en registros públicos, organizándolos en los colegios profesionales de los flautistas, tintoreros, zapateros, joyeros, carpinteros, curtidores, alfareros, etc.; estas reformas de Servio Tulio, basadas en el censo, permitió que entraran a formar parte del ejército y de los comicios centuriados y, posteriormente, hasta en el mismo Senado. En el siglo IV adC. Los plebeyos reclaman sus derechos civiles. Los patricios romanos elaboran un sofisticado código legal, la ley de las doce tablas, son herederas nuestras actuales leyes, con el fin de acallar las protestas del pueblo. Además, los plebeyos consiguen tener representantes (tribunos de la plebe) con poderes para garantizar sus derechos frente a la clase dominante. Los esclavos: pertenecían a un señor o al Estado y carecían de derechos. El señor podía decir incluso sobre su vida. Habían llegado a esta situación por nacimiento, delitos o como prisioneros de guerra. Para los romanos, los esclavos tenían que servir a sus amos con entrega y fidelidad. Los esclavos formaba parte de la familia y, se les quería y se les castigaba. Los esclavos no tenían ningún derecho y estaban sometidos al poder de su amo. Hubo varios tipos de esclavos, los que se ocupaban de los asuntos administrativos del príncipe, que era su amo, los que tenían más bienes e influencia que otros hombres libres y otros que tenían profesiones como arquitecto, maestro de gramática, cantor, comediante. En el otro extremo, había que se dedicaban al trabajo rural (campesinos) o artesanal. Había esclavos que administraban el trabajo de otros esclavos. Entre las clases altas, cada familia tenía decenas de esclavos sirvientes y las familias de clase media contaban con dos o tres esclavos. Podían trabajar también en obras públicas, minas, canteras, explotaciones rurales, etc. Al lado de los servi privati estaban también los servi publici, propiedad del estado, que estaban empleados en los servicios públicos. El esclavo carece de bienes personales y no puede contraer matrimonio legal; podían elegir una compañera de esclavitud para celebrar con ella un matrimonio entre esclavos (contubernium). La mayoría de ellos provenían de la reproducción de otros esclavos, de niños abandonados en santuarios o basureros públicos y de la venta de niños u hombres libres como esclavos. Los hijos de una esclava, eran propiedad del amo y éste podía decidir si se quedaba o no el bebé. A muchos esclavos se les colocaban collares de bronce donde se indicaba a quién pertenecían. Aquellos ciudadanos que habían caído en estado de esclavitud por deudas pero que luego por decisión de su amo o por la intervención del estado se le otorgaba nuevamente la libertad y su calidad de ciudadano. Pasaba a ser un liberto Los esclavos también podían recuperar su libertad (manumisión), bien como recompensa a una buena conducta. Los clientes: ciudadanos libres que se ponían bajo la protección de una persona rica (patronus). En los primeros tiempos, había supuesto una relación íntima y casi sagrada entre patrón y cliente, pero se convirtió durante el imperio en una relación de alquiler: el cliente pasó a ser una figura decorativa, mal pagada y peor tratada por su señor. Las familias patricias se enorgullecían de tener grandes clientelas. Enfrentamientos entre patricios y plebeyos Durante la República los plebeyos formaron un grupo cada vez más numeroso y próspero que reclamó la igualdad de derechos frente a los patricios. Los patricios dieron reconocimiento progresivo de los derechos de los plebeyos: Creación de los tribunos de la plebe, (concilium plebis) nueva magistratura encargada de defender los derechos de los plebeyos. Creación de un Código de leyes escrito, la Ley de las Doce Tablas (Leges Duodecim tabularum) que impedía la manipulación de la ley por parte de los patricios. Autorización de los matrimonios mixtos entre patricios y plebeyos. Acceso al Senado y a todas las magistraturas incluso al título de Pontifex Maximus. En el siglo III a.C. los plebeyos habían conseguido la igualdad de derechos y patricios y plebeyos constituían el populus romanus. Desde entonces las únicas diferencias entre los ciudadanos fueron de riqueza o prestigio Grupos sociales Si en los primeros siglos la Roma republicana mantuvo una estructura social similar a la monárquica, con la expansión territorial y la igualdad de derechos entre patricios y plebeyos se producen importantes cambios sociales, siendo la riqueza el elemento diferenciador El grupo de mayores ingresos lo formaban: orden senatorial (optimates) : patricios y un sector de los plebeyos mas enriquecidos (nobilitas) por debajo el orden ecuestre (equites). Plebeyos dedicados a los negocios y que ocupaban cargos medios dentro de la administración El grupo sin privilegios estaba constituido por una ingente masa urbana empobrecida de antiguos campesinos arruinados trabajaban ocasionalmente como asalariados (proletarii) muchos de los cuales se contrataban como clientes al servicio de los privilegiados. El patrón estaba obligado a dar víveres y protección al cliente a cambio del apoyo político de éste durante las elecciones. Asimismo se multiplicó el número de esclavos que se dedicaban a todo tipo de profesiones, y de libertos. Derechos políticos: Ius suffragii: derecho de sufragio activo, es decir, derecho a emitir su voto en cuestiones relativas al Estado. Ius honorum: derecho a ser elegido para ocupar cargos públicos Ius provocationis ad populum: derecho de apelar, ante la asamblea del pueblo, contra la sentencia de azotes o muerte dictada por un magistrado Derechos civiles: Ius connubii: derecho a contraer matrimonio válido según las leyes romanas. Ius commercii: derecho a la propiedad y al comercio. Ius (legis) actionis: posibilidad de hacer valer sus derechos frente a la ley. Estos derechos pueden adquirirse por nacimiento, por ley o por concesión especial del Estado. Al equipararse políticamente patricios y plebeyos, la antigua nobleza pierde su importancia y deja paso a la nobleza de los cargos públicos (ordo senatorius –orden senatorial-) y a la nobleza del dinero (ordo equester –clase de los caballeros-). El ordo senatorius o nobilitas, creado por Augusto como categoría jurídica y carácter hereditario, está constituido tanto por patricios como por plebeyos, que sus antepasados habían desempeñado una magistratura del cursus honorum. La mayoría de la población de Roma puede ser del tercer estado (plebeyos pobres), y en ella predominaba el proletariado, cuya existencia giraba en torno al lema panem et circenses. Pero al lado de esta pobreza, había entre las gentes de humilde condición quienes disfrutaban de bienestar y de riqueza. El esclavo manumitido se denominaba liberto, que goza de derechos limitados y continúa debiendo a su antiguo dueño respeto y fidelidad. Las actividades comerciales, como también las artesanales, estaban en su mayor parte en manos de esclavos y libertos, porque los hombres libres, aunque fuesen pobres, consideraban estas profesiones como indignas de ellos. La situación de la mujer. En Roma, en los primeros tiempos, el pater familias tenía un control sobre su esposa y familia. No vivían recluidas en casa y comían con sus esposos; eran libres para abandonar la casa y visitar no sólo tiendas, sino también lugares públicos como teatros y juzgados. La mujer romana se casaba generalmente entre los trece y los diecisiete años. Una vez dentro de su casa, la mujer ocupaba una posición bastante independiente, cuando se consideró a la mujer como propietaria de los bienes que ella había aportado al matrimonio. Así era lógico que las mujeres empuñasen con frecuencia las riendas de la casa, mandando en ellas más que el marido e incluso sobre él.