Los Códigos Lingüísticos y el Desempeño Académico Margarito Hernández Olayo1 A principios del siglo XXI se han puesto de moda métodos que prometen garantizar la superación del desempeño académico de los estudiantes, principalmente de los niveles de educación media superior y superior, tales como habilidades del pensamiento, programación neurolingüística, aprendizaje acelerado, entre otros, cada uno prometiendo, en forma absoluta, el éxito académico. Sin negar las bondades que puedan ofrecer cada una de estas técnicas o herramientas en éste documento se plantean las siguientes interrogantes: a) ¿Hasta qué punto un alumno que carece de los elementos básicos de matemáticas y que además no se ejercita en esta disciplina puede, con sólo algunas de estas herramientas, lograr resolver situaciones de trigonometría o bien, explicar parte de la realidad con lógica matemática?. b) ¿Cómo puede un alumno comprender textos de las disciplinas de las ciencias sociales o de la educación, cuando en su socialización comunicativa se caracteriza por utilizar códigos lingüísticos restringidos?, tal vez porque en su comunidad de origen esos son los que se utilizan. El primer aspecto no se abordará en el presente documento, ya que se centrará en torno a la importancia de los usos de los códigos sociolingüísticos. Cabe mencionar que para darle una mayor fundamentación al discurso se recurrió a los textos de lingüística que, en los años ochenta, se dieron a conocer en el estado de Tlaxcala gracias a Raúl Ávila, investigador de El Colegio de México y, por otro lado, también se consideró el trabajo de Basil Bernstein que se publicó en la Revista Colombiana Educación, numero 15, y que fue posible consultarlo gracias a la antología: El debate social en torno a la educación, publicada por la Universidad Autónoma Metropolitana - ENEP Acatlán. Para Bernstein (1991: 286) el código sociolingüístico se refiere “a la estructuración social de los significados y a sus manifestaciones lingüísticas en contextos diferentes pero relacionados”. Para él, la cultura ejerce un efecto selectivo tanto a nivel de la estructura de 1 Universidad Pedagógica Nacional – Unidad 291, Tlaxcala. 203 la gramática como a nivel de la significación tal como lo veremos a lo largo del presente documento. En su texto también define el término capital cultural y que se refiere al conjunto de sistemas simbólicos que permiten al hombre extenderse y cambiar. Otros de los términos utilizados por el mismo autor es el de competencia, la cual designa al conocimiento tácito que tiene el niño de las reglas de su lengua, y el de actuación, que se refiere al uso, esencialmente social, al cual se coloca un sistema de reglas. Define como lengua al conjunto de reglas a las cuales deben someterse todos los códigos del habla, cuya manifestación es una función de acción cultural, a través de las relaciones sociales ligadas a contextos específicos. Otro de los conceptos utilizados por este sociolingüista ingles es el de la socialización, que la describe como el proceso mediante el cual un niño adquiere una identidad cultural y, al mismo tiempo, reacciona a dicha identidad. Dos de sus principales categorías teóricas que se utilizan en este trabajo son: los códigos elaborados, que se refieren a aquellos que orientan a sus usuarios hacia significados universalistas, mientras que los códigos restringidos orientan y sensibilizan a los usuarios en significados particularistas. Los primeros reposan sobre la racionalidad mientras que los segundos reposan sobre la metáfora. El autor, para su teoría tiene como objeto el habla y esta se organiza tanto a nivel de la gramática como a nivel léxico. Para Bernstein, como para el lingüista mexicano Raúl Ávila, el uso cotidiano en la comunicación de uno de los dos códigos influye en el éxito o fracaso académico de la mayoría de los estudiantes. Para tal efecto, comienza por cuestionar si algunas de las palabras enmarcadas en alguno de estos códigos son correctas o incorrectas y quién los juzga. Según Raúl Ávila, en la comunicación también existe una ideología sobre la corrección de la palabra y que esta es impuesta por la clase dominante representada por los que detentan el poder económico, político, los medios de comunicación, etc., Por lo tanto, el Código elaborado es el correcto, es decir, que esta clase social siempre va a intentar imponer su ideología y por lo tanto, para el tema que estamos tratando, se enuncia como el apropiado y el código lingüístico restringido como incorrecto o de mala educación. 204 Lógicamente esto es solo una ideología. Porque la corrección de las palabras lo legitima el contexto donde se realiza la comunicación. Para explicar lo anterior dice que las diferencias lingüísticas de un mismo idioma son influidas por las clases sociales y, al mismo tiempo, divide en sinestrático (en una sola clase social), diaestrático (en todas las clases sociales), los espacios geográficos que a su vez clasifica en sintópico (en un sólo espacio geográfico) y en diatópico (en todos los espacios sociales), y por el tiempo es divido en sincrónico (en un solo momento histórico) y en diacrónico (en todos o en varios momentos históricos). Para la primera categoría hay códigos lingüísticos que solo son utilizados en una sola clase social, sinestrático y otros que son utilizados en todas las clases sociales, diastrático. Aquí cabe mencionar que palabras como “haiga”, “me dejé bañado”, “dejé comido”, “ahoy”, son utilizadas en una sola clase social (sinestrático). Para la segunda categoría de códigos lingüístico, el sintópico significa, que existen palabras que son utilizadas en un sólo espacio geográfico, por ejemplo: “lo invito a cenar en su casa hoy a las ocho” (el oyente de otro país se entenderá que en su casa es la invitación), “merezca usted” o “tlecuitl” en lugar de fogón son categorías que no son utilizadas ni comprendidas en otros contextos, y diatópico significa que las palabras utilizadas tiene el mismo significado en todos los espacios geográficos donde se habla un idioma (México y Argentina por ejemplo). Por lo general las clases sociales altas utilizan códigos estándares en su comunicación cotidiana, es decir, que son comunes en todos los países donde se habla el idioma que utilizan. La tercera categoría corresponde a lo cronológico, en este ámbito existen palabras de un idioma que tiene el mismo significado en todos los tiempos históricos, diacrónico, y por otro lado hay palabras que son utilizadas con un mismo significado, por un sólo momento histórico. Como ejemplo de éste último hay palabras que hoy en día están en extinción (arcaísmos), pero que hace algunos años se utilizaban cotidianamente. Ejemplos de esta son: Para la frase: “ya recordó el niño” hoy decimos: “ya despertó el niño”; mientras que el “ansina” ahora lo expresamos como el “así”. Sobre la primera categoría los sociolingüistas mencionan que la clase social alta tiende a utilizar códigos lingüísticos elaborados o estandarizados, es decir, que utilizan más palabras para nombrar un objeto, un evento, una emoción, etc., y que además tienden a ser 205 compartidas las significaciones por las personas de otros países que pertenecen a la misma clase social alta. Es de suponerse que el código lingüístico ampliado y estándar es el que se utiliza en la comunicación escrita (libros, revistas, documentos), como también en la comunicación de maestros y alumnos, de tal forma que un libro escrito, por ejemplo en el idioma español, es comprendido en su significación tanto en España, como en Argentina o en México. En este sentido, cuando la niña le pregunta a la maestra cuál es la palabra correcta “pos” o pues, y ella contesta “pos pues” es de suponerse que “pos” es un código lingüístico restringido y que “pues” pertenece a los códigos lingüísticos elaborados y ampliados utilizados en todos los países de habla hispana. Los códigos lingüísticos elaborados pudieran tener variaciones de uno a otro país, pero por lo regular son estándar, por eso los libros en español se escriben para ser leídos en todos los contextos geográficos donde se habla ese idioma. Los códigos lingüísticos elaborados tienen más cambios por cuestiones históricas que por motivos geográficos, y eso es notorio cuando leemos un libro escrito en el siglo XVI, donde existen palabras que hoy llamaríamos arcaísmos porque ya no se utilizan en el lenguaje cotidiano ni en el académico. Si uno lee el libro El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha se notará que ahí se utilizaban palabras que hoy en día sólo en zonas rurales se emplean algunas de ellas. Bajo esta perspectiva, ¿qué importancia representa el manejo de estos códigos por parte de los estudiantes y su incidencia en el rendimiento escolar?. Es de suponerse que un estudiante que, en su cotidianidad comunicativa, utiliza el código lingüístico restringido tiene más problemas para comprender un libro que contenga palabras pertenecientes al código lingüístico elaborado y que para lograrlo tendrá que invertir más tiempo en consultar el diccionario; en cambio el estudiante que utiliza el código lingüístico elaborado tiene menos problemas para lograrlo, pues las palabras ahí escritas son en su mayoría de uso cotidiano en su comunicación. Pero, ¿qué pasa cuando una persona, que utiliza códigos lingüísticos elaborados, por necesidad tiene que comunicarse en un contexto donde se utiliza el código lingüístico restringido?. Es probable que esta persona tenga una adaptación, en poco tiempo, al contexto comunicativo, mientras que resulta más difícil que una persona que utiliza el 206 código lingüístico restringido se adapte al código lingüístico ampliado, y es ahí donde la escuela como espacio socializador debe proveer de estas herramientas adaptativas a los estudiantes proveyéndolos de códigos lingüísticos ampliados, por lo tanto es necesario que el profesorado los utilice en su cotidianidad y, además, que la lectura sea un hábito. Aquí el problema es que una gran parte de los alumnos no tienen el hábito por la lectura y los libros que llegan a leer son, además de los textos escolares, aquellos que le prometen cambios en sus vidas. Esto mismo también puede ocurrir con los comportamientos sociales de los individuos que pertenecen a diferentes clases sociales y que por tal motivo hace más de cien años el libro de Carreño era tan popular. Por ejemplo, en los comportamientos de mesa le es más fácil a una persona de clase social alta adaptarse a las costumbres de mesa de la clase baja, como el hecho de tomar agua en pocillo, que una de la clase baja se adapte al manejo de los cubiertos y utensilios propios de una mesa de la clase alta. En conclusión podemos decir que, para los que manejamos códigos lingüísticos restringidos, es importante encontrar las formas adecuadas para vencer las desventajas mencionadas a lo largo del presente trabajo, y para ello es necesario utilizar el diccionario y, sobre todo, buscar diccionarios especializados, cuando al leer un texto existan palabras que no conocemos. El problema es que muchos de nosotros no lo hacemos y damos como sobre entendido lo que ahí está escrito, originando con ello que la construcción del conocimiento tenga deficiencias que no sólo se manifiestan en las calificaciones, sino también en la práctica cotidiana propiciando la discriminación en los ámbitos laboral y social (Collins, 1996: 154). Otra forma de resarcir dichas desventajas es la de propiciar la socialización en ámbitos intelectuales, como son la asistencia a conferencias, talles académicos, congresos, etc., donde el participante irá adquiriendo nuevas herramientas y conocerá nuevas categorías lingüísticas para lograr su adaptación y éxito en la escuela, el empleo, es decir, en su nuevo entorno social. Sin embargo, está claro que no es tan fácil cambiar nuestros hábitos, ya que uno de los obstáculos está en algunos de nosotros (incluyendo a algunos los profesores de educación superior), puesto que odiamos leer y nos resistimos al uso de las nuevas tecnologías y, por lo tanto, carecemos de las herramientas básicas para socializar nuestros saberes en un mundo cada vez más competitivo por motivos de la globalización. 207 Lo anterior nos permite decir que los profesores que revisan la ortografía y redacción de los trabajos que piden a sus estudiantes están realmente apoyándolos para que asimilen los códigos lingüísticos elaborados, puesto que con ello estarán garantizando una mejor adaptación a la práctica profesional real, aún cuando ignoren que esta cultura es propia de la clase dominante… Pero, ¿existe otra opción que nos garantice el éxito profesional?... Bibliografía. Bernstein, Basil (1991). “La perspectiva sociolingüística y la transmisión cultural” en, El debate social en torno a la educación. Enfoques predominantes. Antología, UNAM/ENEP Acatlán, México. D. F. P.p. 285-295. Collins, Randall (1995). Cuatro tradiciones sociológicas. Universidad Autónoma Metropolitana. Edit. FCE. México, D. F. 332 pags. 208