Enfoques en la enseñanza de la lengua La lengua, bajo varios nombres, como retórica o gramática, era la disciplina por excelencia en las primeras etapas de la historia de la enseñanza y también de las primeras universidades europeas. En la Grecia clásica estudiar retórica, que no se diferenciaba demasiado de la filosofía o de la política, era estudiar técnicas para expresar y ejercitar el pensamiento, para hacer discursos eficaces y, en definitiva, para convencer. Más adelante, en los primeros libros de enseñanza lingüística, aprender lengua pasó a significar aprender lenguas clásicas, es decir, aprender un segundo idioma culto, modélico y literario. La primera lengua no se enseñaba como tal, de no ser en la escasa alfabetización o en el estudio de la gramática, basada, claro está, en los modelas clásicos de lenguas que ya no se hablaban. Los ejercicios más normales eran la traducción, el estudio gramatical de la oración y la lectura de modelos literarios. A mediados del siglo XIX, como resultado de una renovación en los estudios lingüísticos que empezaron a dar importancia a la lengua oral, y con la aportación posterior de los movimientos de renovación pedagógica (Montessori, Freinet), surge el Método directo. Se basaba sobre todo en la reflexión sobre el aprendizaje de la lengua que hacen los niños. Desautorizaba la utilidad didáctica de la traducción y daba prioridad al uso de la lengua oral en los primeros estadios de aprendizaje. Este método fue el principal motor generador de propuestas posteriores como el Oral-situacional o el Audiolingual de los años 50. Partían de los mismos postulados que el método directo, más sistematizados a partir de las descripciones de la gramática estructuralista. Se basan en el uso práctico de las estructuras en el aula, El método Audiolingual supone también un aprovechamiento de los recursos tecnológicos (grabaciones audio y vídeo), que culmina en la creación de los laboratorios de lenguas como espacio didáctico. Los enfoques comunicativos de los años 70 van todavía más allá en la importancia del uso de la lengua en situación. Son fruto de la influencia de la psicología cognitiva, del conductismo y del mentalismo chomskiano en cuanto a la teoría del aprendizaje de la lengua. Se fundamentan en la función comunicativa y social del lenguaje (Jakobson), las aportaciones de la pragmática (Austin, Searle) y de la sociología. Además, aportan descripciones lingüísticas nocionales funcionales muy exhaustivas y útiles para la definición de programas didácticos. También a partir de los años 70, y en el ámbito exclusivo de la enseñanza de segundas lenguas, nacen nuevas propuestas metodológicas, bastante innovadoras, más influidas por la psicología humanista que por estudios lingüísticos. Son los llamados enfoques humanistas: Respuesta física total, Vía silenciosa, Aprendizaje de lenguas en comunidad (CLL), Enfoque natural y Sugestopedia. Estos métodos no se han ido sucediendo y sustituyendo a lo largo de la historia. Algunos han tenido éxito en una época determinada y algunos han tenido seguidores que han quedado circunscritos en un área geográfica concreta. Otros no han ido más allá de ensayos anecdóticos o de una aplicación limitada. Además, a pesar de las continuas renovaciones, los métodos más gramaticales han pervivido hasta nuestros días de alguna forma (quizás no tanto en el uso de la traducción como en la sobrevaloración de la gramática y de lo escrito). Así pues, lo que ha sido objeto del estudio y la finalidad misma ha ido cambiando con el tiempo. Los avances de la ciencia, la tecnología, la psicología, la pedagogía, etc. han ido aportando nuevos elementos para los diversos enfoques del aprendizaje verbal. Los estudios lingüísticos también han ido determinando —en mayor o menor grado según las épocas— el objeto de estudio de la enseñanza de la lengua. Son dos historias paralelas: los descubrimientos en gramática determinan nuevos planteamientos didácticos y las necesidades de los hablantes determinan también nuevos enfoques de estudio del corpus lingüístico. Pero la relación no debe entenderse como directa; los objetivos de la lingüística teórica y los objetivos de la enseñanza son sustancialmente diferentes. La teoría lingüística tiene como objetivo describir el funcionamiento de las unidades lingüísticas, construir un corpus teórico. En cambio, la lingüística aplicada a la enseñanza se propone descubrir los métodos más eficaces para activar y mejorar el conocimiento y la capacidad verbales de los aprendices. Por lo tanto, no podemos hacer una aplicación directa de las teorías gramaticales en la enseñanza de lengua. Los diversos métodos o enfoques didácticos para el aprendizaje de lenguas dependen, sobre todo, de la concepción que se tenga de: - la naturaleza del lenguaje las teorías del aprendizaje las teorías del aprendizaje lingüístico la definición de objetivos los procedimientos didácticos. Aún hoy los enseñantes nos hemos de plantear qué y por qué enseñamos. Es decir, qué quiere decir saber lengua. Hasta hace muy poco, la respuesta tradicional era: saber gramática y conocer las reglas de ortografía. Pero las tendencias actuales apuntan hacia la funcionalidad y el uso social. El aprendizaje lingüístico no se puede basar sólo en el dominio del código escrito ni en las palabras, oraciones o textos aislados de su contexto. Para una información más exhaustiva sobre los distintos enfoques en la enseñanza de lenguas y su repercusión, ver Tió (1982), Puig (1982b), y Richards y Rodgers (1986). En castellano, Bestard y Pérez Martín (1982) ofrecen una pequeña introducción. Modelos gramaticales y enseñanza La enseñanza gramatical se planteaba el aprendizaje de la lengua de una manera teórica. Era necesario aprender las reglas de la normativa para conseguir una expresión oral y escrita modélica, de acuerdo con unos patrones poco flexibles que se suponían más cultos. Las gramáticas de las primeras épocas eran gramáticas preceptivas, herederas de las gramáticas griegas y latinas, y su estudio respondía a un afán de "pureza" idiomática. Estas gramáticas estaban llenas de expresiones como: hay que decir, debe escribirse, es incorrecto decir, es un uso desviado de, es una palabra extranjera... El modelo de lengua que intentaban transmitir y conservar esta enseñanza era poco real: ignoraba la diversidad, evitaba los cambios y las innovaciones, y rechazaba los usos lingüísticos y las particularidades do la gran mayoría de la sociedad. A menudo se sancionaban soluciones lingüísticas que con el tiempo serían aceptadas irremisiblemente a causa de ia extensión de su uso. En general también daba mucha importancia a la lengua escrita y la mostraba como modelo para ser imitado oralmente. El estructuralismo supuso un gran avance hacia puntos de vista más objetivos. Las gramáticas descriptivas se proponen explicar el funcionamiento del sistema de la lengua "tal como es y no tal como debería ser". El estructuralismo clásico intenta estudiar las constantes de la lengua para extraer principios generales. El objeto de estudio de la gramática es ahora la estructura verbal, los elementos que la componen y sus relaciones (sintagmas y paradigmas), pero no los criterios de corrección o la normativa. De esta manera se progresó en el nivel de calidad científica del análisis lingüístico, pero la enseñanza continuó siendo básicamente gramatical. Las gramáticas generativas, también llamadas predictivas, se inician con la obra de Noam Chomsky (Estructuras sintácticas, 1957) y actualmente todavía se encuentran en fase de desarrollo y discusión. A pesar de las innovaciones que introdujo (estructura profunda, reglas de reescritura, subcategorización, etc.), el generativismo no ha cuajado en ningún método didáctico nuevo. Quizá haya que buscar las causas en el hecho de que el aparato teórico y analítico que utiliza presenta unos grados de abstracción y de complejidad inasequibles para la mayoría de estudiantes (a no ser que en niveles superiores se quieran especializar en lingüística). Aun así, ciertos planteamientos teóricos de la nueva gramática han tenido repercusiones pedagógicas relevantes. Nos referimos a aspectos como la importancia de la recursividad de la lengua, de la creatividad verbal de los hablantes; la idea de que hay reglas gramaticales universales y generalizabas a todas las lenguas, la revalorización de la semántica para definir los conceptos de la gramaticalidad, etc. De todas estas aportaciones, seguramente la que ha tenido más transcendencia en el aprendizaje de lenguas es el llamado mentalismo o la hipótesis del LAD (Language Adquisition Device: mecanismo de adquisición del lenguaje), que vale la pena comentar con detalle. El mentalismo pone en duda la concepción conductista del aprendizaje, basada en la correlación de estímulo con respuesta. El argumento esencial es que un hablante ha recibido un número finito de inputs (o estímulos: frases y palabras que ha oído o leído), mientras que puede generar un número infinito de estructuras lingüísticas. Además, puede producir frases o palabras que no haya oído ni leído antes: puede inventarse frases y palabras nuevas a partir de las reglas sintácticas y morfolexicológicas. La producción verbal de un individuo no repite meramente las pautas que ha recibido como modelo. Según Chomsky, los humanos poseemos una capacidad innata para adquirir el lenguaje que nos permite deducir las reglas a partir de los modelos recibidos; es decir, deducimos la gramática, el sistema organizativo, de las muestras verbales que recibimos y la proyectamos para la elaboración de nuevos enunciados. Así, el aprendizaje lingüístico consiste en este "descubrimiento" creativo de reglas y no en la repetición monótona de un estímulo. La repercusión principal de esta concepción en la enseñanza es la revalorización del uso cuantitativo de la lengua, del contacto rico y variado con hablantes, en detrimento del estudio de reglas y estructuras gramaticales. La experiencia nos demuestra que los niños aprenden lengua sin teoría gramatical y que, desde pequeños, producen mensajes de acuerdo con las estructuras de la lengua que los rodean; se han configurado una representación mental de un sistema de reglas. Según se puede deducir, el aprendizaje de la lengua es posible sin la enseñanza de la gramática. La competencia lingüística se adquiere sobre todo con el contacto y el uso reales de la lengua. Otro punto en el que el generativismo ha modificado ideas y planteamientos es la concepción del error y de la corrección. Las faltas orales o escritas de los aprendices ya no son pecados irremisibles ni peligrosos que hay que erradicar urgentemente para que no creen hábito, sino que son síntomas del proceso de aprendizaje: el alumno todavía no ha alcanzado un punto gramatical concreto, que es lo que provoca el error, pero a medida que escuche y lea "soluciones" correctas, las irá rectificando automáticamente. GRAMÁTICA TRADICIONAL 1. Tipo de gramática 2. Concepto clave 3. Centro de análisis 4. Conceptos 5. Aplicación didáctica 6. Aportaciones a la didáctica LINGÜÍSTICA ESTRUCTURAL GRAMÁTICA GENERATIVA LINGÜÍSTICA TEXTUAL - normativa (descriptiva) - palabra -descriptiva -predictiva -descriptiva -signo/constituyente -oración -texto/discurso - partes de la oración - correcto/incorrecto, partes de la oración, oración simple y compuesta (hipotaxis y parataxis) - Gramática normativa (L1) Gramática traducción (L2 -funciones/paradigma -categoría/ proceso -gramatical/agramatical, compentencia/actuación, oración, transformaciones, reglas, principios -proceso comunicativo -descriptiva -Enfoque cognitivo (L2) Análisis de errores a interlengua (L2) - primera descripción de la lengua, análisis de la norma -descripción ling. Sistemática, atención a la lengua hablada -Enfoque comunicativo, método funcionalnocional (L2). Tipologías textuales (L1L2) -Enfoque globalizador: interdisciplinariedad, lengua en uso, atención al conjunto -sincronía lengua/habla, signo, sistema, estructura, oposición, valor, sintagma/paradigma, nivel. -Método audio-lingual (L2) Análisis contrastivo (L2) -inasistencia en el aspecto creativo, modelo coherente y completo de análisis, tratamiento innovador de los errores El esquema de la página anterior, extraído y resumido de Cuenca (1992), recoge las características principales de las tres gramáticas anteriores y de la lingüística del texto. La revolución de la lingüística del texto A partir de los años setenta, además de la importancia renovadora de los estudios de gramática generativa, aparece en Europa una nueva corriente lingüística que se presenta como alternativa a todas las anteriores y que merece un apartado especial. La lingüística del texto (LT en adelante; también llamada a veces gramática del discurso) toma como unidad de análisis lingüístico y comunicativo el texto, el mensaje completo del proceso comunicativo. Ni el estructuralismo ni el generativismo habían ido más allá del estudio de las oraciones aisladas. Era difícil aplicar criterios tan formales como los que utilizaban en unidades lingüísticas mayores. Pero teóricos procedentes de ambos enfoques empezaron a plantearse fenómenos sintácticos que no podían explicarse sin tener en cuenta el contexto, y empezaron a interesarse por aspectos que hasta entonces habían sido campo de trabajo de la estilística y de la semántica. Los primeros trabajos de LT son, pues, un intento de ampliar el alcance de los estudios gramaticales. Algunos de estos fenómenos que sólo se pueden explicar con una ampliación de la unidad de estudio eran, por ejemplo, la coordinación, la pronominalización o la concordancia verbal. Pero la LT implica mucho más que una ampliación de la unidad de estudio: es un punto de vista nuevo y más global del hecho lingüístico. Si la comunicación es un proceso de transmisión entre un emisor y un receptor en un contexto determinado, la LT quiere estudiar e¡ lenguaje como elemento primordial de esta comunicación, de manera íntegra, sin limitarse sólo a una parte como podría ser el código. Por eso, la.LT incluye todos los factores que influyen en la elaboración y descodificación del texto y al mismo tiempo entiende la comunicación en un sentido pragmático, o sea, como actividad verbal, una forma de actividad humana. Unidades lingüísticas menores como las palabras o las oraciones no tienen sentido si no es como parte del texto, y éste tampoco puedo entenderse si no se inserta en una determinada situación comunicativa. La LT es el resultado de una ampliación interdisciplinaria de los estudios lingüísticos. La excesiva compartimentación y especialización de las disciplinas limitaba la visión global del fenómeno de la comunicación. Con la aportación de la sociolingüística, la psico-lingüística, la lingüística aplicada, la didáctica o la filosofía del lenguaje, la LT ha podido enriquecer sus planteamientos, como también ha podido colaborar en el desarrollo de la investigación en las demás disciplinas específicas. Los estudios de la LT suponen una aportación reciente y valiosísima en la enseñanza de la lengua. Esta aportación se resume sustancialmente en la constatación de la insuficiencia de los conocimientos gramaticales referidos solamente a nombres y frases, y la necesidad de incorporar conocimientos sobre la globalidad del texto en la enseñanza. Con la LT, se estudian en clase de forma consciente la organización de los discursos, las formas de cohesión, los diversos tipos de texto, los mecanismos de comprensión y producción de mensajes, las convenciones sociales para cada comunicación, etc. La influencia de la LT también se nota en cuestiones más pequeñas o detalladas de la práctica didáctica cotidiana. Por ejemplo: los ítems gramaticales (nombres, frases, etc.) se estudian siempre insertos en un texto y en un contexto comunicativo; el interés y el trabajo sobre el proceso de generación de textos ha sustituido la dedicación casi exclusiva al producto final; los criterios de corrección han ensanchado los horizontes más allá de la obsesión por la ortografía, valorando aspectos más comunicativos. Otro fenómeno importante ha sido la renovación de los materiales de aprendizaje: ya no trabajamos en el aula con muestras lingüísticas fragmentarias y elaboradas por los maestros, sino con textos completos, reales, orales y escritos; (cartas, prospectos, carteles, conversaciones, grabaciones, etc.). Para más informarción, ver Cuenca (1992), Castellà (1992), Bernárdez (1987) y Fernández López (1987). Competencia gramatical En la página 85 se ha expuesto el concepto general de competencia comunicativa, que incluye otras competencias (sociolingüística, literaria, pragmática, etc.) entre las cuales se encontraría también la competencia gramatical. No consiste tanto en los conocimientos teóricos sobre las unidades lingüísticas y las reglas de funcionamiento, como en la aplicación práctica de estos conocimientos en las habilidades de comprensión y expresión. -La gramática no es solamente el conjunto de las reglas del juego lingüístico, sino también los trucos y la práctica para saber jugar. Canale 1983 define cuatro apartados dentro de la competencia comunicativa: la gramatical, la sociolingüística, la discursiva (o textual) y la estratégica (pragmática). Describe los componentes de la competencia gramatical siguiendo los planos lingüísticos. Hacemos un resumen: I. Fonología - Pronunciación de la cadena hablada: elisiones, velocidad, contrastes enfáticos y entonaciones. II. Ortografía - Grafías: convenciones ortográficas, segmentaciones, puntuación. III. Vocabulario - Vocabulario común y específico (según las necesidades de los aprendices), significado de los nombres en un contexto, generación de nombres y pronombres, funciones gramaticales de las palabras, etc. IV. Morfología (que incluiría sintaxis) a) Formación de palabras: Flexión en contexto de nombres (género y número), adjetivos (género y número), verbos (persona, número, tiempo, modo, aspecto). Relación en contexto de pronombres y nombres, adjetivos con nombres, nombres y pronombres con verbos, etc. Derivación de palabras nuevas (lentamente a partir de lento). b) Formación de oraciones: Frases habituales según las necesidades y los intereses de los aprendices. Forma y estructura de las frases en un contexto determinado. Significado de las frases en un contexto determinado. Lo más interesante de esta descripción es que no enumera un conjunto de conceptos teóricos de gramática, sino que se refiere a las habilidades o a los procedimientos que ha de dominar el aprendiz. Describe lo que se ha de saber hacer y no aquello que podría saberse teóricamente. Por eso, da un enfoque decididamente funcional a los contenidos gramaticales. En los subcapítulos siguientes de este apartado se tratarán cada uno de estos cuatro puntos, además del tema nuclear del texto.