Poder Judicial de la Nación En Buenos Aires, el 4 de diciembre de dos mil siete, se reúnen los señores jueces de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial para pronunciarse en la causa “Stenfar S.A.I.C.I. y E. c/Di Nenno, Marta Filomena y otro s/ejecutivo” (Expediente N° 8765/00), donde fue concedido un recurso de inaplicabilidad de la ley, con el objeto de resolver la siguiente cuestión: “¿Corresponde aplicar el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032 inc. 1 del Código Civil al pedido de regulación USO OFICIAL de honorarios profesionales que se hallan a cargo de la parte contraria condenada en costas ?” I. Los señores jueces Gerardo G. Vassallo, María Elsa Uzal, Isabel Míguez, Alfredo Arturo Kölliker Frers, Miguel F. Bargalló, Ana I. Piaggi, María L. Gómez Alonso de Díaz Cordero, José Luis Monti, Juan Manuel Ojea Quintana, Bindo B. Caviglione Fraga, Pablo D. Heredia y Juan José Dieuzeide dicen: 1- Hemos sido convocados a esta reunión plenaria con el objeto de fijar doctrina legal respecto de la pertinencia de aplicar el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032, inc. 1° del Código Civil al pedido de regulación de honorarios profesionales que se hallan a cargo de la parte contraria condenada en costas. La cuestión aquí debatida ha dividido a la doctrina y a la jurisprudencia. Tanto una como otra postura fueron avaladas por prestigiosos autores y la controversia doctrinaria ha tenido un necesario impacto en las decisiones de otros tribunales y en las de las Salas de esta Cámara. 1 En rigor, el temario que suscita esta reunión del Tribunal en pleno, por los propios términos de su formulación y a poco que se examine la norma aplicable a la cuestión que nos ocupa, no parece admitir sino una respuesta afirmativa. Expondremos a continuación los motivos que sustentan nuestra posición. 2- A modo de introducción, cabe recordar que el art. 4032 del Código Civil establece que se prescribe por dos años la obligación de pagar: “… 1° A los jueces árbitros o conjueces, abogados, procuradores, y toda clase de empleados en la administración de justicia, sus honorarios o derechos. El tiempo para la prescripción corre desde que feneció el pleito, por sentencia o transacción, o desde la cesación de los poderes del procurador o desde que el abogado cesó en su ministerio. En cuanto al pleito no terminado y proseguido con el mismo abogado, el plazo será de cinco años, desde que se devengaron los honorarios o derechos, si no hay convenio entre las partes sobre el tiempo del pago… ”. Cabe advertir que la citada disposición legal, al aludir al término prescriptivo aplicable a los honorarios de abogados y procuradores, sólo distingue los supuestos en los cuales los honorarios se hubieren devengado en un juicio concluido -por sentencia o transacción- o hubiere cesado la intervención del profesional en el pleito (apartado segundo) de aquéllos en los cuales los honorarios se hubieren devengado en un pleito no terminado y proseguido por el mismo abogado (apartado tercero). Conforme a esa distinción, la norma establece dos plazos prescriptivos: el bienal para los supuestos referidos en el apartado segundo y el quinquenal para el aludido en el apartado tercero. 2 Poder Judicial de la Nación Sentado lo expuesto y de la sola lectura del texto legal surge que no distingue, en lo que respecta al plazo prescriptivo aplicable, según quién es el obligado al pago de los honorarios devengados ni según que éstos hubieren sido o no regulados judicialmente. En ese marco, sobre la base de considerar que el alcance de la norma está fijado en su texto, un prestigioso sector de la doctrina ha afirmado que los honorarios de abogados y procuradores prescriben a los dos años –o a los cinco, según el caso-, sin importar si están regulados o no USO OFICIAL (Colmo, Alfredo, “De las Obligaciones en General”, Buenos Aires, Jesús Menéndez, 1920, pág. 662, n° 961; De Gásperi, Luis, Tratado de Derecho Civil- De las Obligaciones, TEA, Buenos Aires, 1964, t. III, p. 488; Zavala de González, Matilde, “Prescripción de la acción por honorarios de abogados y procuradores”, ED 147- 777). 3- Sin embargo, la jurisprudencia de los tribunales ha venido imponiendo una exégesis más acotada del art. 4032, inc. 1° del Código Civil, circunscribiendo su aplicación únicamente a la acción tendiente a obtener la fijación judicial del honorario relativo a una labor profesional cumplida y no cuantificada, y dejando, por ende, dentro del radio aplicativo del plazo de prescripción general del art. 4023 –diez añosa las acciones tendientes a obtener el efectivo cobro de honorarios ya regulados judicialmente. Desde los tiempos de un antiguo plenario de las Cámaras Civiles de la Capital Federal (Cámaras Civiles en pleno, 29/5/1922, “Mezzano, Teresa (su sucesión)”, JA 8-523) 1, la jurisprudencia admite la distinción, en lo que respecta al plazo prescriptivo aplicable a estos 1 Con voto en minoría de Alfredo Colmo. 3 honorarios profesionales, entre las acciones tendientes a reclamar la cuantificación judicial del estipendio y las que procuran su efectiva percepción. Tal como señala la Corte Suprema de Justicia de la Nación “… En materia de prescripción de honorarios debe distinguirse entre el derecho a cobrarlos, cuando ya han sido regulados, y el derecho a que se regulen –haya o no condena en costas- dado que mientras en el primer supuesto se aplica la prescripción decenal, en el segundo rige la bienal ( arts. 4032, inc. 1° y 4023 del Código Civil, respectivamente)… ” (Fallos 270:91; 308:117; 314:1503, 319:2648; 322:2923). Tal línea interpretativa, que distingue entre “honorarios devengados” y “honorarios regulados”, ha sido sostenida en forma prácticamente unánime por la jurisprudencia de otros tribunales 2 y adoptada en sendos precedentes de las Salas de esta Cámara (CNCom, Sala A, 24/11/89, “Stukalsky, Luis c/Stukalsky, Aaron”; idem, Sala B, 17/10/88, Petracca e Hijos S.A. pedido de quiebra por Participar Cía Finaciera S.A., ED 138-221; idem,13/2/90, “Banco Comercial del Norte S.A. c/Ca nc e lli, Carlos s/ejec.”; idem, 18/5/90, “Banco Comercial del Norte S.A. c/Lacosta, Héctor s/ejec.”; idem, 16/4/93, “Cargill SACI c/Recria S.A. s/ord”; Sala C, 2 CCiv. 1ª. Cap. 25/10/40, “Rebollo Paz, León c/Bonfanti, Luis”, LL 20-704; CCiv 2ª. Cap, 1/6/38, “Cardero, Cayo c/ Municipalidad de la Capital”, LL 10-872; idem, 19/2/41, “Osilio, Santiago c/ Susemhi de Tanco, Elisa”, LL 21-668; CNCiv, Sala C, 17/2/98, “Curto, Alejandro, c/Cascio, Víctor s/daños y perjuicios”, idem, Sala D, 31/5/89, “Tallarico, Oscar Luis s/amparo”; idem, Sala F, 18/9/90, “Fernández Pico de Estrugamou c/Pacheco Alvear;”; idem, Sala G, 30/5/89, “López Bosende R. y Doval de López Bosende M. c/Edicom s/incidente de impugnación de avalúo; idem, Sala H, 18/7/97, “Lorenzo, Ramón, suc”, LL 1998-A224; idem, Sala I, 20/10/92 “Artes Gráficas c/Nebe SACIFIMA s/sumarísimo”; idem, Sala M, 16/5/94, “Berman c/Olmos s/daños y perjuicios”; Suprema Corte de Buenos Aires, 12/9/78, “Borrone, Roberto c/Moreno, Daniel”, ED 82-737; CNCont. Adm. Fed., Sala V, 12/11/01, “Federación de Obreros y Empleados Telefónicos Rep. Arg. c/Banco Hipotecario nacional y otro”; CNCiv. Y Com. Fed. 14/2/02, “Hoteles de Turismo S.A. c/Sindicato de Luz y Fuerza de la Capital Federal s/inc. honorarios perito tasador Andrés Bozzo”; CCivil, Com. y Contenciosoadministrativo, Río Cuarto, 25/6/93, “Ricci, José A. c/Serra, Raúl E. y otra”, LL Córdoba 1994-585; C 2ª. Civ. y Com. de Mercedes, 27.6.68, “Vidal, José M. y otros c/Vidal Collins, Ricardo”, LL 133-839; Suprema Corte de Mendoza, Sala 1ª., 11/12/02, “Priore Vitolo, Miguel y otro s/incidente de estimación de honorarios en Gaspar, Luis c/Banco de Previsión Social”, entre otros) 4 Poder Judicial de la Nación 27/6/80, “Hot Tur Cía de Hoteles de Turismo S.A. s/quiebra”, LL 1981-A167; idem, 8/6/89, “Hilario L. Canto s/conc. s/inc. rev. Bco. Río de La Plata”; idem, 8/8/90, “Taboada, Roberto c/Busch, Adolfo s/liq. Soc. ( ord)”; idem, Sala D, 2/7/90, “Banco del Buen Ayre S.A. c/Paradiso, Angel s/ejec”; idem, Sala E, 12/9/96, “Autolatina Argentina c/Luis Herrera y Cía y otros s/inc. de nulidad por Herrera, Jorgelina”). La doctrina mayoritaria se ha expedido en forma concordante (conf. Argañaraz, Manuel J., La prescripción extintiva, TEA, USO OFICIAL Buenos Aires, 1966, p. 212; Albarracín Godoy, Jorge, Honorarios de abogados y procuradores, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1948, ps. 254/257; Borda, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil ArgentinoObligaciones, Editorial Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1994, t. II, p. 74; Llambías, Jorge J., Tratado de Derecho Civil- Obligaciones, Editorial Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1987, t. III, pág. 419; Berizonce, Roberto y otro, Honorarios de abogados y procuradores. Ley 8904 y 21839, Editorial Platense, La Plata, 1979, p.297; Boffi Boggero, Luis M., Tratado de las Obligaciones, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1981, t. 5, p. 186; Spota, Alberto, Tratado de Derecho Civil- Parte General, Roque De Palma Editor, Buenos Aires, 1959, t. I, p.559; Cazeaux, Pedro N. - Trigo Represas, Félix A., Derecho de las Obligaciones, LEP, La Plata, 1980, t. 3, p. 640; Salvat, Raymundo-Galli, Enrique V., Tratado de Derecho Civil Argentino, TEA, Buenos Aires, 1956, t. 3, p. 644). Es que cuando en la sentencia no se regularon los honorarios, la petición de su fijación es el contenido de una acción distinta a la del cobro. En efecto, tratándose de honorarios no regulados, lo 5 prescriptible es la acción tendiente a su fijación; la acción por cobro recién prescribe desde la regulación judicial. Es claro entonces que, no habiendo regulación, el fenecimiento del pleito o la extinción del vínculo contractual entre abogado y cliente abren el curso de la prescripción corta de dos años que el art. 4032, inc. 1° del Código Civil prevé para el ejercicio del derecho a obtener la regulación, y será a partir del auto regulatorio que comenzará a correr un nuevo plazo de prescripción para el ejercicio del derecho al cobro del honorario profesional. Dentro de este esquema, la actividad judicial reguladora tiene por virtualidad extinguir, por consumación, la acción tendiente a establecer la cuantía de la retribución, engendrando así el título de la actio iudicati , es decir, la acción que dimana de la sentencia o –en nuestro casoel derecho a cobrar el honorario. Por cierto que, por un lado, la demanda regulatoria -como paso previo e insoslayable de la acción de cobro- interrumpe el plazo de prescripción 3 y, por el otro, una vez practicada la regulación judicial -ya sea en la sentencia o en un auto regulatorio previo o posterior a ella- se modifica la naturaleza de la acción y, por tanto, el plazo de prescripción aplicable. Sobre el particular, debe advertirse que esta Cámara ha sostenido desde siempre que el auto regulatorio de los honorarios constituye una verdadera sentencia (Cámara Comercial de la Capital, 14/7/1920, “Fernández c/ Fernández”, JA 4:513; idem , 17/2/1921, “Lobos y 3 Ver. CNCom, Sala C, 27/6/80, “Hot Tur Cía de Hoteles de Turismo, S.A. s/quiebra”, LL 1981-A-167; idem, 30/12/93, “Saavedra Zavaleta Sáenz Valiente, Cornelio s/intervención y convocatoria de Asamblea de Copropietarios”; CNCiv., Sala I, 10/10/02, “Geretto, Esteban Ricardo s/sucesión ab-intestato”. 6 Poder Judicial de la Nación otro c/ Natalizio”, JA 6:101; idem , 16/3/1927, “Mariani c/ Campiotti”, JA 24:279; idem , 10/9/1928, “Pereyra Iraola c/ Ratti”, JA 28:431) y tal ha sido también el criterio de la Corte Suprema de Justicia (Fallos 214:88; 218:202). Pues bien, en tanto el auto de regulación constituye una verdadera sentencia, una vez firme, se desvincula de la pretensión que la generó para dar lugar a la “actio judicati”, acción nueva y distinta, cuyo único título y fundamento es la propia decisión –nuevo título que sustituye USO OFICIAL al originario-; se produce la interversión del plazo y comienza a correr el término de diez años desde que queda ejecutoriada (conf. Llambías; Jorge Joaquín, Tratado de derecho civil – Obligaciones. Buenos Aires, 1973, t. III, p. 420, n° 2086). En síntesis, cuando el honorario ha sido regulado, la causa debendi no se halla ya en el servicio prestado sino en el auto de regulación; exactamente como en toda sentencia, lo que está sujeto a prescripción no es ya la acción originaria –extinguida a través de su propio ejercicio- sino una acción –nueva y distinta- que emana de la sentencia misma, y como no hay previsto término especial de prescripción para ella, corresponde aplicar el general del art. 4023 del Código Civil, que rige en defecto de una regla específica que establezca un plazo más corto. Producida con la regulación judicial del honorario la interversión del plazo de prescripción, comienza a correr desde entonces el nuevo término decenal, correspondiente a la actio iudicati, aun cuando la acción originaria –para obtener la regulación- se encontraba sometida a un plazo de prescripción más breve. 7 Aunque no hay en nuestro Código Civil, como no lo 4 había en otros códigos de su época respecto de la prescripción de la , un precepto expreso que legisle actio iudicati 5 , la doctrina y jurisprudencia dominantes han receptado ese parecer 6. Es que teniendo en cuenta que la pretensión que emana de una sentencia firme debe prescribir como todas las acciones que no hayan sido declaradas imprescriptibles por la ley (art. 4019 del Código Civil) y al no haberse previsto un plazo especial que las contemple, se encuentra justificada la aplicación, en razón de su carácter general, de la prescripción ordinaria del art. 4023. 4- Aceptado que es la regulación judicial del honorario el elemento con virtualidad para producir la interversión del plazo de prescripción aplicable, pendiente la aludida regulación no podría substraerse la acción del abogado o procurador del ámbito de aplicación del art. 4032, inc. 1° del Código Civil. No obsta a tal conclusión que mediara condenación en costas a la parte no asistida por el profesional. 4 Ver Argañaraz, Manuel J., “La prescripción extintiva”, TEA, Buenos Aires, , pág. 169; quien en nota advierte que sí hay preceptos expresos en códigos posteriores, como el Código alemán, cuyo art. 2118 establece que “un derecho que ha sido objeto de una decisión judicial, prescribe a los treinta años, aun cuando de otra manera hubiese estado sometido a una prescripción más corta”, o como el nuevo Código italiano al disponer en su art. 2953 que “los derechos para los cuales la ley establece una prescripción inferior a los diez años y respecto de los cuales ha recaído una sentencia de condena pasada en cosa juzgada, se prescriben por el transcurso de diez años”. 5 Argañaraz, en op. cit., pág. 170 y 171. Sólo se encuentra en nuestro Código Civil una disposición: el art. 4036 que, al aludir a ciertos casos de prescripción breve, declara que esta prescripción “deja de correr” cuando hubiese mediado demanda judicial que no haya sido extinguida, entendiendo el autor que al dejar de correr como prescripción breve para dar lugar a otra prescripción, sólo podría ser ésta la prescripción ordinaria del art. 4023. Idéntico criterio fue sostenido por Spota (ver Spota, Alberto G., “Tratado de Derecho Civil”, Parte General. Roque De Palma Editor, Buenos Aires, 1959, T.I, pág. 450). Alfredo Colmo en su voto in re “Mezzano, Teresa (su sucesión)” (Cámaras Civiles en pleno, 29.5.922, JA 8-523, ya citado) expresa que el art 539 del código de procedimiento (actual art. 506 del Código Procesal) contiene un texto que parece contemplarla: el inciso 2) que establece entre las excepciones oponibles a la ejecución de la sentencia a la prescripción “de la ejecutoria”. 6 ver las citas respectivas en Llambías, Jorge Joaquín, op cit, pág. 367, n° 2051, notas 148 y 149. 8 Poder Judicial de la Nación En efecto, tal como se destacó, la norma no distingue entre créditos reclamados al cliente o al vencido en costas. Al establecer el término prescriptivo aplicable, la disposición legal sólo distingue según se trate de pleitos terminados o con un profesional que cesó en su ministerio (dos años) o de pleitos no terminados y proseguidos por el mismo profesional (cinco años). Es que, respecto del plazo de prescripción de la acción para obtener la regulación del honorario, no hay razón alguna para USO OFICIAL distinguir según quién resultará el deudor; pendiente la regulación, rige el plazo bianual para obtenerla –o quinquenal, en su caso- tanto si posteriormente la acción tendiente al cobro se dirige a la contraparte condenada en costas, o al cliente, sea porque a él le fueron cargadas o con fundamento en el art. 49, in fine del Arancel de Abogados. En rigor, los términos de prescripción deben decidirse en función de la naturaleza misma de los derechos cuyas acciones prescriben 7, siendo irrelevante o secundario quién es el obligado al pago. Ciertamente, las razones de política legislativa que motivaron al legislador a consolidar más brevemente cierto tipo de créditos atendieron a su propia naturaleza, por lo que es inaceptable sostener que para acciones relativas a un derecho idéntico operen plazos de prescripción diferentes según quién sea el deudor. En este marco, la condena en costas -por sí sola y sin regulación- sólo produce el efecto de atribuir al titular del honorario acción directa contra la parte vencida que no es su cliente (Llambías, Jorge 7 Según expresión de Vazeilles, “Traité des prescriptions”, T.II, París, Videcoq, 1832, N° 684: si los créditos tienen la misma naturaleza, el plazo de prescripción debe ser el mismo (citado en fallo de la Suprema Corte de Mendoza, Sala 1ª. 9.4.91, in re “Giordano, Víctor y otros”, ED 150-640). 9 Joaquín, ob. cit. p.420, nota 278) y carece de virtualidad para producir la interversión del plazo de prescripción aplicable. Adviértase, por otro lado, que el propio art. 4032 del Código Civil incluye dentro de su ámbito acciones por honorarios de profesionales que no han tenido ningún tipo de vínculo convencional con el deudor (por ejemplo: los árbitros). 5- En cambio, respecto al momento a partir del cual corre el plazo de dos años para pedir la regulación de los honorarios, sí debe distinguirse según quién es el deudor: el cliente o el condenado en costas. A partir de la condena en costas nace el derecho del abogado o procurador a reclamar los honorarios al condenado que no es su cliente y, lógicamente, entonces nace la acción pertinente. Antes, el abogado o procurador nada podía reclamar a la otra parte, tornándose su acción expedita, precisamente, en virtud de la sentencia que impone las costas del proceso. En síntesis, con arreglo a tal criterio, si la condenada en costas es la contraparte, el plazo bienal de prescripción de la acción tendiente a obtener la regulación (art. 4032, inc. 1° del Código Civil) se computa a partir de la sentencia que constituyó en deudor al condenado; es que la imposición de las costas determinará el nacimiento de la acción pertinente, la que recién entonces se encontrará en condiciones de prescribir (actioni non natae non praescribitur). Por el contrario, encontrándose el abogado (o el procurador) unido a su cliente por vínculos contractuales, es razonable, entonces, que el plazo de prescripción bienal comience a computarse desde 10 Poder Judicial de la Nación que esa relación convencional ha cesado o, como dice la norma: “desde la cesación de los poderes del procurador o desde que el abogado cesó en su ministerio” (art. 4032, inc. 1°, segundo párrafo). La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha señalado al respecto que “… la acción de los profesionales de la actora respecto de la demandada condenada en costas sólo se encuentra expedita con la sentencia en virtud de la cual las costas del proceso fueron impuestas a la expropiada, evento que determinó de este modo el dies a quo de la USO OFICIAL prescripción al engendrar el nuevo vínculo jurídico ajeno al que, hasta el momento, relacionaba a los letrados con sus ex mandantes… ” (Fallos 308:1101). Expresó la Corte además que, en tanto la prescripción liberatoria no puede separarse de la pretensión jurídicamente demandable “… el plazo respectivo comienza a computarse a partir del momento en que ella puede ser ejercida… es decir coincide necesariamente con el momento del nacimiento de la acción… ” (Fallos 312: 2152; 318: 879; 319: 2648). Tal ha sido además la posición sostenida por otros tribunales (SC Mendoza, Sala 1ª, 9/4/91, “Giordano, Víctor y otros”, ED150-640; idem , 11/12/02, Priore Vitolo, Miguel y otro s/incidente de estimación de honorarios en Gaspar, Luis c. Banco de Previsión Social; CN Civil, Sala A, 21/5/85, “Fryd, Abraham y otro c/Impulso C.A.I.F.A.”, LL 1986-D-653, entre otros). En suma, si bien resulta pertinente distinguir según que la acción orientada a la fijación del honorario se dirija contra el cliente o contra el condenado en costas, a efectos de determinar el momento a partir del cual corre el plazo de dos años a que alude el art. 4032, inc. 1° del Código Civil, y aceptado que cuando la acción debe deducirse contra la 11 contraparte condenada en costas, el plazo comienza a computarse a partir de que ha pasado en autoridad de cosa juzgada la sentencia que las impuso, ello no permite concluir que deba aplicarse a este último supuesto el plazo prescriptivo decenal del art. 4023 del Código Civil. Casi innecesario es aclarar que una cosa es el dies a quo de la prescripción y otra el plazo prescriptivo aplicable. 6-Bastarían las consideraciones efectuadas para fundar la respuesta afirmativa a la cuestión planteada en este acuerdo plenario, pero encontramos aún otro argumento para sustentar la solución que propiciamos. Coincidimos con las conclusiones expuestas por la señora Fiscal General ante esta Cámara en el sentido que el propio texto del art. 4032 del Código Civil, al aludir a los supuestos en los cuales “feneció el pleito, por sentencia… ” (inc. 1°, segundo párrafo), contempla dentro de su marco de aplicabilidad a aquellos casos en los cuales hubiere mediado condenación en costas de la parte no asistida por el profesional (fs. 290). En efecto, desde que toda sentencia debe pronunciarse sobre las costas (art. 163, inc. 8 del Código Procesal), y una de las hipótesis posibles es la imposición de éstas a la contraparte, por resultar vencida en el litigio (art. 68 del Código Procesal), no parecería válido sostener que el art. 4032 inc. 1° del Código Civil no rige en estos supuestos las acciones de los profesionales tendientes a obtener la fijación judicial de sus honorarios, pues implicaría, en los hechos, dejar a la norma prácticamente vacía de contenido. 7- Resta, por último, destacar que la solución que propiciamos para la cuestión propuesta a este tribunal plenario se encuentra 12 Poder Judicial de la Nación corroborada en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia (Fallos 270:91; 308:117; 314:1503, 319:2648; 322:2923, ya citados) y cuenta con la adhesión de otros prestigiosos tribunales (SC Buenos Aires, 19/5/69, “Vidal, José M. y otros c/Vidal Collins, Ricardo”, LL 136-640; idem, 12/9/78, “Borrone, Roberto c/Moreno, Daniel”, ED 82-736; SC Mendoza, Sala 1ª. 9/4/91, “Pelloni, Leonardo R. (quiebra)”, JA 1992-I-326; idem, 9/4/91, “Giordano, Víctor y otros”, ED 150-640; idem, 21/6/95, “A., M. N. en J. 89213/1 A. de A., M. N. c/C. A. p/div. mutuo acuerdo”, ED 166-520; USO OFICIAL idem , 11/12/02, “Priore Vitolo, Miguel y otro s/inc. de estimación de honorarios en Gaspar, Luis c/Banco de Previsión Social”, entre otros). 8- En atención a los argumentos expuestos, damos respuesta afirmativa a la cuestión propuesta en esta convocatoria. II. Los señores jueces Rodolfo A. Ramírez, Ángel O. Sala y Martín Arecha dicen: A- La cuestión a resolver por el Tribunal en pleno, ha sido formulada en los siguientes términos: “¿Corresponde aplicar el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032 inc. 1 del Código Civil al pedido de regulación de honorarios profesionales que se hallan a cargo de la parte contraria condenada en costas ?” A fin de delimitar los alcances de la doctrina legal que aquí habrá de establecerse y con el objeto de facilitar una mejor comprensión del tema planteado, estimamos previo y necesario reseñar los extremos materiales del caso que motivó la convocatoria a este plenario. B- A fs. 134/137, el magistrado de primera instancia dictó sentencia de trance y remate mandando llevar adelante la ejecución y 13 difirió la regulación de honorarios para el momento en que quedaran concluidas las etapas arancelarias del juicio ejecutivo. A fs. 151, los demandados dedujeron recurso de apelación, el que fue concedido a fs. 152. A fs. 165/166, la Sala E –con integración parcialmente distinta- revocó la decisión apelada e impuso las costas a la actora. A fs. 174, la letrada patrocinante de los demandados solicitó la regulación de sus honorarios. A fs. 175, el juez de primera instancia ordenó se practicara la correspondiente liquidación, lo que fue cumplido a fs. 176. A fs. 178, la actora impugnó la liquidación practicada. A fs. 213/214, la letrada ejecutante efectuó nueva liquidación a los efectos de fijar la base regulatoria de sus honorarios. A fs. 217, la actora condenada en costas formuló impugnación a la nueva liquidación y opuso la prescripción al pedido de regulación de honorarios efectuado por la letrada de los demandados. Luego de sustanciada la presentación, la sentencia de primera instancia admitió la defensa de prescripción por considerar aplicable a la solicitud de regulación de honorarios el plazo de prescripción bienal del art. 4032, inc. 1° del Código Civil, el cual computó a partir de la notificación a la peticionaria del rechazo de un recurso extraordinario, el 19 de noviembre de 2001 ( fs. 229/230). A fs. 250/251, la Sala E –integrada por los aquí firmantes-revocó la decisión apelada en tanto interpretó que la existencia de condena en costas a la actora (fs. 165/166) tornaba aplicable a la solicitud de regulación de los honorarios profesionales efectuada por la letrada de los 14 Poder Judicial de la Nación demandados el régimen de la “actio iudicati”, sujeta al plazo decenal de prescripción previsto en el art. 4023 del Código Civil. Esa decisión fue impugnada por la actora mediante la interposición del recurso de inaplicabilidad de ley de fs. 257/261, el que fue admitido por la Sala A de esta Cámara. La resolución de fs. 273 estimó la existencia de contradicción entre la decisión pronunciada por la Sala E en el sub lite y un precedente de la Sala C de este Tribunal que, en un caso análogo, consideró USO OFICIAL aplicable a la acción tendiente a obtener la regulación de honorarios profesionales dirigida contra la parte contraria condenada en costas el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032, inc. 1° del Código Civil (Sala C, 15.7.96, “Banco de Galicia y Buenos Aires S.A. c/Offredi de Soldi, Stella Maris s/eje. s. inc. de eje. de honorarios”). Quedan así expuestos los términos de la contradicción jurisprudencial que motivó esta reunión plenaria. C- Adelantamos nuestra respuesta negativa a la cuestión planteada en esta convocatoria: el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032, inc. 1° del Código Civil no es aplicable al pedido de regulación de honorarios profesionales que se hallan a cargo de la parte contraria condenada en costas. Un nuevo y minucioso estudio del tema en debate nos ha determinado a mantener el criterio expuesto en la resolución que dio motivo al recurso de inaplicabilidad de ley ( fs. 250/251). En efecto, estimamos que la solución que propiciamos -que constituye reiteración de la doctrina sostenida en varios precedentes de la Sala E- brinda adecuada respuesta a la cuestión aquí propuesta. 15 D- En tal sentido, en ocasión de decidir respecto del plazo de prescripción aplicable a un pedido de regulación de honorarios que se encontraban a cargo de la contraparte condenada en costas, la Sala E expresó, el 12 de septiembre de 1996, en autos “Autolatina Argentina c/Luis Herrera y Cía y otros s/incidente de nulidad por Herrera, Jorgelina” que: “… no resulta de aplicación … el plazo bienal contemplado por el CCiv: 4032, 1, que rige la prescripción del crédito por honorarios pendientes de regulación entre el profesional y su cliente… ”, para agregar luego, con cita de dos precedentes de la Sala D de esta Cámara que “… cuando se persigue el cobro de aquél contra la parte contraria que fuera condenada en costas, opera el régimen de la “actio iudicati” sujeta al plazo decenal de prescripción… ”. Ya la Sala D, integrada por los doctores Felipe Cuartero y Martín Arecha, en la resolución del 25 de abril de 1986, recaída en autos “Maganor S.A s/concurso preventivo. Incidente de apelación: Bauni, Héctor A.”, había señalado que “… La prescripción bienal no puede ser invocada por el obligado en costas frente al letrado de la contraparte… ”, e llo e n tanto “… el supuesto del cciv 4032: 1 sólo es aplicable frente a las relaciones entre el profesional y su cliente… ”. Concluyó además que en tanto mediaba en el caso “… sentencia judicial… que condena(ba) a la demandada a soportar las costas causídicas; de tal manera opera(ba) el régimen especial de la actio judicati frente a la cual rige el plazo decenal de prescripción… ”. El mismo criterio fue reiterado por dicha Sala, con idéntica integración, en la sentencia 16 dictada el 30 de junio de 1989 en Poder Judicial de la Nación autos “Juan Ch. Sieburger S.A; s/quiebra incidente de verificación de crédito por Fisco Nacional”. Acótase que la solución apuntada no era novedosa en esta Cámara. En efecto, la Sala A del Tribunal había expresado, el 20 de julio de 1960, en autos “Boffi, L. c/Espi, José e Hijos” que “… La prescripción bienal del art. 4032 del Código Civil se refiere a las relaciones existentes entre los profesionales que el mismo enumera y sus clientes, y no a los honorarios que resultan de la condena en costas… ”. USO OFICIAL Además señaló que, en tanto “… La obligación de abonarlos no cabe, en este caso, de un contrato civil de prestación de servicios o de un mandato, sino de la propia sentencia que impone consecuencia, un origen procesal… ”, la su pago… teniendo, en prescripción aplicable a estos supuestos es, a falta de otra norma especial expresa, la decenal que establece el art. 4023 del Código Civil (LL 102-228). Ya con otra integración, la Sala A reiteró el mentado criterio en la sentencia dictada el 8 de febrero de 1973 en la causa “Montoto, José c/ Silenzi, Elio y otros” (ED 47-780). Tal línea interpretativa fue sostenida por la Corte Suprema al señalar, en el precedente de Fallos 92:285 (citado por Salvat, Raymundo M., Tratado de Derecho Civil Argentino. Obligaciones en General, Editorial La Ley, Buenos Aires, 1946, T. 2, p. 581, nota 383), que “… tratándose del cumplimiento de las condenaciones contenidas en la sentencia ya acordada, la excepción de prescripción fundada en el artículo cuatro mil treinta y dos del Código Civil es improcedente… ”. Más recientemente, el Alto Tribunal expresó in re C. 85. XXVII. “Cinturón Ecológico S.E. c/ Libertador S.A.”, sentencia del 4 17 de mayo de 1995 (Fallos 318:879) que en tanto “… la prescripción liberatoria no puede separarse de la pretensión jurídicamente demandable, y el plazo respectivo comienza a computarse a partir del momento en que ella puede ser ejercida… , es decir coincide necesariamente con el momento del nacimiento de la acción … ” , la imposición de las costas del proceso a la contraparte determina “… el dies a quo de la prescripción, al engendrar un nuevo vínculo jurídico ajeno al que –hasta ese momento- relacionaba a los letrados con sus ex mandantes… ”. Con respecto al plazo de prescripción aplicable, concluyó la Corte que la prescripción bienal prevista en el art. 4032, inc. 1° del Código Civil se limita precisamente a la acción del profesional contra su cliente, no siendo aplicable a aquellos supuestos en los cuales se persigue el cobro de los honorarios de la parte vencida en costas, “… ya que su imposición determina no sólo el nacimiento del crédito sino también la interversión del plazo, en tanto se impone el propio de la actio judicati… ”. Si bien no podemos dejar de advertir que, en el caso que motivó el mentado pronunciamiento de la Corte, la parte condenada en costas opuso la prescripción del derecho de los letrados de la contraria a obtener la regulación de sus honorarios cuando ya había mediado fijación judicial del emolumento (ver fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, 10/8/93, publicado en su sitio web oficial, fallo 46486), interpretamos que tal doctrina resulta igualmente aplicable a supuestos como el sub lite en el cual la regulación de los honorarios profesionales aún se encuentra pendiente (conf. voto en disidencia del Dr. Eduardo Moliné O´Connor en la sentencia del 5 de noviembre de 1996, in 18 Poder Judicial de la Nación re : F. 404 XX “Formosa, Provincia de c/Estado Nacional s/nulidad de convenios”, Fallos 319:2648). La interpretación que propiciamos ha sido también aceptada por otros tribunales. En tal sentido, la Cámara Civil 1ª. de la Capital decidió, el 18 de abril de 1945, en autos “Roque, Bienvenido c/Zorraquín, Federico J. (h)”, que el plazo de prescripción bienal previsto en el art. 4032 del Código Civil no era de aplicación a una solicitud de regulación de los USO OFICIAL honorarios comprendidos “… en la condenación en costas contenida en la sentencia… ”, por regir la citada disposición legal “… las relaciones de los contratos de locación, es decir, las que median entre abogado o procurador y su cliente… ” (JA 1945-II-412). Más recientemente, esta posición encontró recepción jurisprudencial en dos prestigiosas Salas de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Capital Federal. En efecto, en un caso en el cual se planteaba “… el problema de determinar el plazo de prescripción del crédito por honorarios de un abogado, devengados en juicio, cuando media condena en costas de la contraria, pero no regulación de dichos honorarios… ”, la Sala A de ese Tribunal expresó, el 30 de agosto de 1966, en la sentencia suscripta por los doctores Jorge Llambías, Rodolfo de Abelleyra y Jorge Garzón Maceda, dictada en autos “Municipalidad de la Capital c/Vidal Peña, Julio Roque y otros s/reivindicación”, que “… la causa eficiente de la interversión de la prescripción es la condena en costas, pues es ella la que da nacimiento al crédito contra el condenado y a la correspondiente acción, que se independizan del derecho originario… , y esto es así, ya se entienda que el 19 titular del crédito es la parte, ya se interprete que es el profesional… aunque en este último caso resalta más la verdad de la conclusión… ” Agregó el Tribunal que “… antes de la condena en costas, el abogado sólo tenía un crédito contra su patrocinado, con causa en la relación contractual que con él lo vincula, a cuyo crédito sí le es aplicable la prescripción breve del art. 4032… Pero la sentencia importa el reconocimiento del derecho a una prestación exigible al vencido o sea, en el caso, al condenado en costas… ” (LL 124-1164, 14.634-S). En este mismo orden de ideas, la Sala C de la Cámara Civil, integrada por los doctores Agustín Durañona y Vedia, Santos Cifuentes y Jorge H. Alterini, interpretó en la sentencia del 12 de octubre de 1988, en autos “D´A., C. A. y A., B. E” que, en tanto la prescripción del art. 4032, inc. 1° del Código Civil se refiere a la acción de los profesionales contra sus clientes, no resulta aplicable a las acciones emergentes de una condenación en costas que quedan regidas por la prescripción ordinaria del art. 4023 (ED 132-644). E- Cabe destacar, además, que esta solución cuenta con la adhesión de un importante sector de la doctrina nacional. En este sentido, estimamos pertinente recordar que, ya en 1946, Salvat –con cita del precedente de la Corte Suprema de Fallos 92285, al que aludimos en sub D- señaló que la prescripción bienal del art. 4032, inc. 1° del Código Civil se refiere “… a la acción de los profesionales enumerados contra sus clientes… ” y que “… Ella no se aplica a la acción que en concepto de cobro de costas pueda tener una parte litigante contra la otra, la cual queda regida por la prescripción ordinaria (art. 4023)… ” (conf. Salvat, Raymundo M., ob.cit. p. 581, n° 2228). 20 Poder Judicial de la Nación Este pensamiento fue complementado por Galli al expresar que “… se aplicará la prescripción ordinaria respecto de las costas también cuando las hace efectivas el profesional que gana el pleito, en ejercicio de la facultad que le conceden las leyes… ” . Agregó que si bien “… Es verdad que las costas como instituto procesal, vinculan a las partes del proceso y son independientes de la locación de servicios o de la locación de obra onerosas, existente entre el profesional y su cliente… siempre se trataría de una determinación hecha en sentencia, por USO OFICIAL lo que la ampararía la prescripción ordinaria… ” (conf. Salvat, Raymundo M- Galli, Enrique V., Tratado de Derecho Civil Argentino. Obligaciones en General, TEA, Buenos Aires, 1956, t. III, p. 587, n° 2228ª.). Tal Raymundo L. criterio Fernández contó, (Derecho además, Procesal con Civil, la adhesión Talleres de Gráficos Lombardi y Cía., Buenos Aires, 1955, T. II, segunda parte, p. 389, nota n ° 24) y más recientemente fue reiterado por Cazeaux y Trigo Represas citados estos últimos en el ya referido fallo de la Sala D de esta Cámara en autos “Maganor S.A. s/concurso preventivo. Incidente de apelación: Bauni, Héctor A.” (Cazeaux, Pedro N.-Trigo Represas, Félix A., Derecho de las Obligaciones, Librería Editora Platense, La Plata, 1980, T. 3, p. 640). Otros prestigiosos autores, aún con diferente fundamento, se han enrolado en esta línea interpretativa. Así, también señaló Colmo que el art. 4032, inc. 1° del Código Civil se refiere, sin duda, al honorario que el cliente debe a su letrado y argumentó que “… Lo que por tal concepto deba cobrar el vencedor al vencido con costas, no es un “honorario” sino una indemnización, que, por no tener plazo especial al respecto, se prescribirá 21 en el término ordinario… ” (conf. Colmo, Alfredo, De las Obligaciones e n general, Jesús Menéndez, Buenos Aires, 1920, p. 665, n° 968). Por su lado, Berizonce y Méndez sostuvieron que prescriben a los diez años las acciones por honorarios contenidos en condenaciones en costas pues “… se trata, en definitiva, de acciones personales por deuda exigible que caen bajo los alcances del plazo ordinario o común del art. 4023 del Código Civil, comprensivo de aquellas acciones prescriptibles que no están sujetas a un plazo diverso o específico… ” (conf. Berizonce, Roberto O.-Méndez, Héctor, O., Honorarios de Abogados y Procuradores, Librería Editora Platense S.R.L., La Plata, 1979, p. 296). Finalmente, puede leerse en Llambías (también citado en el aludido pronunciamiento de la Sala D en la causa “Maganor”) que la prescripción bienal del art. 4032, inc. 1° del Código Civil deja de regir “… cuando hay sentencia judicial que condena a solventar el crédito, pues, entonces funciona el régimen especial de la “actio judicati”… (conf. Llambías, Jorge Joaquín. Tratado de Derecho Civil. Obligaciones. Editorial Perrot, Buenos Aires, 1973, T. III, p. 430). F- Los antecedentes jurisprudenciales y doctrinarios citados contienen la debida fundamentación de la preanunciada respuesta negativa al tema propuesto en esta convocatoria a plenario. Es que la prescripción bienal establecida en el art. 4032 del Código Civil sólo rige los créditos por honorarios pendientes de regulación entre el profesional y su cliente quedando, por ende, substraídas del marco aplicativo de la norma las acciones dirigidas contra la parte contraria vencida en costas. 22 Poder Judicial de la Nación En efecto, los plazos de prescripción aplicables a la acción tendiente a obtener la fijación judicial del honorario son diferentes según quién resulte ser el obligado al pago: el cliente o la contraparte condenada en costas. Por cierto que sólo a partir de la condena en costas surge un crédito contra el vencido a quien se imponen, cuando éste no era la parte asistida por el profesional. Antes de la condena en costas, el abogado sólo tenía un USO OFICIAL crédito contra su cliente originado en la relación contractual que con él lo vinculaba y al cual, pendiente la regulación del honorario, sí le resultaba aplicable el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032, inc. 1° del Código Civil. Pero, la sentencia que impone las costas causídicas a la contraparte tiene la virtualidad de engendrar un nuevo vínculo ajeno al que, hasta ese momento, relacionaba al abogado con su mandante, constituyendo el título en virtud del cual surge el derecho a cobrar el honorario del obligado al pago y la acción anexa. Dentro de ese esquema, el pronunciamiento judicial de imposición de costas determina el nacimiento de un crédito exigible al vencido, y de la correspondiente acción. En este contexto, la condena en costas genera una acción novedosa que encontrará su causa y fundamento precisamente en la propia sentencia, actio iudicati, y que prescribirá en el término decenal ordinario previsto en el art. 4023 del Código Civil. En síntesis, la condenación en costas constituye el título en virtud del cual el abogado o procurador podrá reclamar sus honorarios 23 del condenado que no es su cliente y a partir de entonces comenzará a correr el plazo de prescripción de la ejecutoria; y como no hay previsto término especial de prescripción para esta actio iudicati , el plazo no puede ser sino el general del art. 4023 del Código Civil que rige en defecto de otra regla específica que establezca un plazo más corto. G- Finalmente, existe aún otro argumento que avala nuestra posición. Es que la solución que proponemos para el tema en debate se compadece con el criterio restrictivo de interpretación que cabe adoptar en materia de prescripción. En efecto, como sostuvo Galli, “… La aplicación de las prescripciones especiales es de interpretación estricta… ” y en caso de existir duda acerca de si una prescripción se encuentra o no cumplida, debe estarse por la subsistencia de la acción (conf. Salvat, Raymundo M.-Ga lli, Enrique V., ob. cit., p. 401, n° 2055 b). También señaló Llambías que la prescripción liberatoria “… es de interpretación estricta, y por tanto, en caso de duda, debe estimarse que no se ha cumplido y que el derecho subsiste en su plenitud; así como que entre dos plazos posibles, es aplicable el más largo… ” (conf. Llambías, Jorge Joaquín, ob. cit., p. 311). Este criterio fue sostenido reiteradamente por la Corte Suprema de Justicia (Fallos 317:1615; 318:879; 322:1038; 326:742, entre otros) y tal ha sido la solución adoptada en varios precedentes de las Salas de esta Cámara (CNCom, Sala A, 15/7/76, “Márquez Miranda, A. c/Álvarez, Raquel; idem, 25/6/82, “Pruzzo Diehl San Martín y Cía. S.A. c/Perkins, Gladys”; idem, 12/11/99, “Albo, María Alejandra c/Telefónica de Argentina 24 Poder Judicial de la Nación S.A. s/ sum”; Sala B, 4/10/89, “Greco Hnos S.A. s/quiebra s/inc. de acción de responsabilidad y medidas cautelares por Bodegas y Viñedos Luchessi Hnos S.A”, LL 1990-B-305; Sala C, 4/2/98, “A.P.S. s/conc. s/inc. por A.I.M”; Sala D, 10/2/06, “Obra Social UOM; s/concurso preventivo, s/incidente de revisión por Otturi, Juan Emilio”; Sala E, 14/11/97, “Papelera Ciao S.A. s/concurso s/inc. de verificación por Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires”, entre otros). H- Por todo ello, votamos por la negativa a la cuestión USO OFICIAL propuesta. III. Por los fundamentos del acuerdo precedente, se fija como doctrina legal que: “Corresponde aplicar el plazo bienal de prescripción previsto en el art. 4032 inc. 1 del Código Civil al pedido de regulación de honorarios profesionales que se hallan a cargo de la parte contraria condenada en costas”. Dado que la resolución dictada en fs. 250/251 no se adecua a la doctrina establecida en este fallo plenario, se la deja sin efecto. Notifíquese y pasen los autos a la Presidencia de esta Cámara a los fines previstos en el art. 300 del Código Procesal. Firmado por: Rodolfo A. Ramírez (Presidente), Gerardo G. Vassallo, María Elsa Uzal, Isabel Míguez, Alfredo A. Kölliker Frers, Miguel F. Bargalló, Ana I. Piaggi, María L. Gómez A. de Díaz Cordero, José Luis Monti, Juan Manuel Ojea Quintana, Bindo B. Caviglione Fraga, Pablo D. Heredia, Juan José Dieuzeide, Ángel O. Sala y Martín Arecha; por ante mí: Claudia Rodriguez (Prosecretaria letrada). 25